Opinión | Tribuna
Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 01 OCT 2024 7:01
-------------------
Si a usted, joven o no tan joven
trabajador, le dicen que las cotizaciones que le detraen de su
nómina, en concepto de pensión, son para abonar las pensiones de
los jubilados, no se deje engañar, lo que usted paga ha de servir para
garantizar su propia jubilación, o sea el pago de su futura pensión.
Existe una tendencia ya contrastada
a asociar el pago de las pensiones con una solidaridad intergeneracional, donde
el joven trabajador paga, con sus cuotas, las pensiones de los antiguos
trabajadores ya retirados. Este discurso tendencioso y mal intencionado o,
al menos, totalmente falaz, puede causar un conflicto al considerar el joven
que él asume la carga del pensionista mediante sus cotizaciones.
Lo malo de este planteamiento es
que si el trabajador en activo, sujeto de las retenciones que establecen su
cotización para su futura pensión, acaba asumiendo que es la generación
siguiente la que carga con el pago a los pensionistas, se verá atrapado en un
discurso irracional, además de falaz y tendencioso, que le pondrá contra las
cuerdas cuando le toque el cobro de su propia pensión. Entonces le podrán decir
que no hay suficientes cotizante para cubrir sus derechos de renta. ¿Con
qué cara le va a exigir a la Administración que cumpla con sus compromisos,
tenga o no recursos para ello? Le podrán decir que no hay dinero, pero
no se ha de dejar llevar por la idea de que el mismo se ha gastado pagando
otras pensiones que no son la suya, puesto que su cotización lo es para su
propia pensión.
Es importante que la retención de
las cuotas, que todo trabajador paga de cara a consolidar su propia
pensión, no puede ser nunca justificada como un aporte para pagar a los ya
pensionados, dado que a estos se les retuvo en su tiempo la correspondiente
cuota mientras ejercían su actividad profesional. Otra cosa sería exigirle al
Estado, como agente asegurador y, por tanto, garante del sistema, que cumpla
con su compromiso, haya gestionado bien o mal las retenciones que le practicaron
en su día al trabajador.
No debe ser una carga
La generación que hoy cobra su
pensión no puede ni debe considerarse una carga, porque lo que pretende
únicamente es que se cumpla el contrato firmado en su día con la
Administración, en función de las propias leyes que esta emitía y a las que se
debe para cumplir lo establecido. Muchos empezamos a cotizar a los 16
años y lo hemos hecho, prácticamente, durante medio siglo. Por favor,
no nos cuestionen nuestro derecho a exigir que se nos devuelva lo abonado en
función de las leyes que nos obligaron a ello.
Otra cosa será qué han hecho los
gobiernos, habidos a lo largo de este tiempo, con la recaudación que
fueron ejerciendo. España ha crecido y se ha enriquecido, ha mejorado sus
infraestructuras, sus servicios, su sistema sanitario con la creación de
infinidad de hospitales y centros sanitarios, sus escuelas y red ferroviaria,
sus carreteras y aeropuertos, en suma ha alcanzado un alto nivel de
desarrollo... Todo ello se ha fraguado durante el periodo en que aquella
generación de jóvenes, que iniciamos nuestra actividad laboral a los 16 años o
incluso antes, coincidiendo con el entorno de la llegada de la democracia,
batallamos denodadamente para conseguirlo. Muchos, tras trabajar 8
horas, nos íbamos a estudiar al instituto nocturno para poder
conseguir una mejor formación o acceso a la universidad para contar
con una titulación universitaria. Luego, desde una posición de sacrificio, nos
volcamos en conseguir que nuestros hijos completaran sus estudios sin tener que
pasar por lo que habíamos pasado nosotros.
Neocapitalismo
Ahora, cuando un sistema
neocapitalista, fundamentado sobre una ideología neoliberal, que cuestiona derechos
y pretende la redefinición de tantas cosas, intentando sembrar la falacia para
crear actitudes provechosas a sus intereses, ahora, digo, se quiere cambiar el
chip, o sea pasar del derecho que tiene todo cotizante a percibir la pensión ya
cotizada, por la idea de que la generación siguiente ha de soportar la carga.
Ello produce un efecto de confrontación intergeneracional, porque
el joven trabajador, atrapado en este discurso, caerá en la trampa y verá al
pensionista como un rentista a su cargo de cuya responsabilidad se ha de
librar, creando incomprensión cuando no animadversión hacia ese colectivo que
le lastra.
En el fondo subyace la idea de la
privatización de la pensión, donde la empresa aseguradora cobra la cuota y
mantiene el compromiso de pago. Pero… ¿qué pasa si esa empresa privada se
encuentra en la tesitura de que no tiene fondos para garantizar la pensión en
un futuro porque los pagos superan los ingresos? Seguramente quedará en
quiebra y se verá afectado el cotizante. En el primer caso el Estado es el
garante, en el segundo la cosa cambia al ser una empresa privada sometida a las
leyes del mercado como negocio lucrativo que es, por encima de cualquier
componente solidario.
Siguiendo con la idea que planteaba
días pasados en mi artículo sobre la Deconstrucción del sistema, andan
redefiniendo situaciones para crear un estado de opinión que les permita una
mejor situación para defender nuevos postulados en el nuevo orden
mundial. Esta es una de ellas. Peligrosa para el mundo de los pensionistas,
y más peligrosa aún para el mundo del trabajador en activo que
«paga el ayer y no se garantiza el mañana».
Por tanto, hablemos con propiedad.
No es la cuota del trabajador actual la que paga la pensión del jubilado, pues
esta es para garantizar su propia pensión, es el Estado el que ha de resolver
como cumplir con el compromiso adquirido con los que ya son pensionistas y
cotizaron en su tiempo según las leyes que este impuso. Si caemos en la
trampa nos la meterán doblada, además de crear una confrontación de
intereses intergeneracionales con el conflicto social correspondiente…
Otros artículos de Antonio Porras
Cabrera
Tribuna
Tribuna
Camino de
Santiago, tesoros de la meseta
Tribuna
No hay comentarios:
Publicar un comentario