sábado, 13 de septiembre de 2025

Alienación y librepensamiento

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 13 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/13/alienacion-librepensamiento-121512581.html

Referido al Librepensamiento, la RAE lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural»

El pensador de Rodin. 

================================

Para explicar esta afirmación me permito hacer una aproximación a los vocablos que la enmarcan. En este sentido, hay dos palabras claves que determinan posiciones muy diferenciadas y que, a su vez, son contrapuestas, de ahí la inclusión de la palabra vacuna como muestra de la influencia de una sobre otra. Estas son: Alienación y librepensamiento.

El diccionario de la RAE define alienación como «El proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición». Según Wikipedia: «La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización», lo que está en línea con la orientación de Hegel, Feuerbach y Marx, no exenta de interesantes matices en los que no vamos a profundizar. En todo caso, resalto la alusión a la anulación del libre albedrío como uno de los ejes fundamentales que se oponen al librepensamiento.

Referido al Librepensamiento, la misma RAE, lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural». Diversos autores enmarcan el concepto como sigue: «El término librepensamiento a partir de la Ilustración define una actitud filosófica consistente en rechazar todo dogmatismo, bien sea de tipo religioso o de cualquier otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso. Por este rechazo del dogma religioso, entre los librepensadores encontramos masones, ateos, agnósticos, deístas y racionalistas. Existen estrechas relaciones entre la palabra librepensamiento y los términos escepticismo y laicismo. Sin embargo, una definición precisa hay que buscarla en el origen histórico del pensamiento revolucionario que dio origen a la Revolución francesa. El librepensamiento es la base filosófica para el movimiento del Humanismo secular. También es la base pedagógico-filosófica para la escuela racionalista».

Librepensamiento y libre albedrío

Visto lo anterior cabría preguntarse si existe la libertad y la capacidad de ‘librepensar’. Es evidente que la de pensar sí existe, pero no estoy tan seguro de que exista la de ‘librepensar’. Sin entrar en la apelación a la ciencia infusa, o generación espontánea, es cierto que todo ser inteligente va desarrollando su conocimiento y sus convicciones, su personalidad, principios y valores, a lo largo de su vida en función de sus propias experiencias y su capacidad de computar, analizar y concluir resultados, dentro de la sociedad donde vive, mediante el proceso de aprendizaje, de socialización e integración cultural, lo que se entronca con el adoctrinamiento. Cabría decir, pues, que dicho proceso de aprendizaje tiene por objetivo canalizar y estructurar un sistema de pensamiento condicionado por los valores y principios que sustentan esa sociedad. Por tanto, estaríamos a caballo entre la sumisión de un pensamiento modulado y la tendencia al libre pensamiento que todo ser humano tiene como forma de entender y comprender su entorno.

El libre albedrío, el espíritu crítico, la duda y la búsqueda de alternativas mediante la observación, estudio e investigación u otros planteamientos de mejora, son la base del desarrollo, tanto de la propia evolución individual como social, mientras la racionalidad es el soporte donde se fundamenta el lógico entendimiento.

En la alienación se malogra el libre albedrío, llegando a perder la propia personalidad y delegar en otro la capacidad de decidir sobre algo y se acepta su opinión o criterio como incontestable, bien por reconocimiento de su autoridad en el tema, bien por la sumisión ideológica, o por la propia fe religiosa, entre otros… Por tanto, hay cosas que, siendo irracionales, las asumimos como irrebatibles por estar enmarcadas en principios, dogmas o creencias que se nos inocularon en su día. Es lo que en la definición que transcribí se refleja: «transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición», en este caso de librepensador.

El poder encorseta el ‘librepensar’

El objetivo de toda sociedad basada en el ejercicio del poder, es decir en la existencia de la autoridad y la asimetría, tiende a inculcar principios y valores alienantes que controlen la libertad del pensamiento crítico y, por ende, lesivo y nocivo para esa estructura de poder. Qué mejor que determinados dogmas religiosos, preceptos y creencias provenientes de un Ser Superior o del propio Estado, que ejerce la máxima autoridad sobre las cosas, para implantar y sostener un ‘estatus quo’ avalado por ello. De esta forma se garantiza el control de la situación, el sostenimiento de la asimetría y el dominio y el poder sobre la gente y las cosas. El alienado, deduzco, tiende a neutralizar su disonancia cognitiva entre lo que racionalmente emana de su razón y lo que le viene dado o impuesto, mediante el conformismo, la renuncia a su propio criterio, y la sumisión a la autoridad reconocida por él. En su interior ahogará al librepensador que todos llevamos dentro hasta evitar el conflicto interno, generando un estado de conciencia asumible y adaptado al entorno alienante.

Desenvolver la espiral de potencialidades

El librepensador, mientras tanto, busca lo racional de las cosas, la duda es su guía y las conclusiones libres su objeto. No se deja llevar por dogmas irracionales, por condicionantes distorsionadores o imposiciones, sino por convicciones razonadas desde su libre albedrío, desde su capacidad de observación y análisis, desde su eterno cuestionamiento de las cosas, hasta ir cada vez más lejos en su conocimiento.

Para mí, uno de los objetivos del librepensador es escudriñar en sí mismo para desenvolver la espiral de sus potencialidades. Cada cual tiene unas capacidades que ha de administrar. Es como si a cada uno le dieran unos recursos a gestionar y tuviera que aprender a usarlos y sacarles el máximo provecho. Pero si no le advierten que encontrará en el camino a sujetos que querrán tutelarle sus bienes y aprovecharse de él en beneficio propio, haciéndole ver que lo hace por su bien, podrá caer en la sutil trampa del astuto regidor, pastor y salvador que se le acerque, y entregarle sus recursos, en este caso, de librepensador.

Por tanto, el librepensamiento confronta con el sistema educativo desde una posición crítica racional, reivindicando la calidad de libre pensante, de autonomía de gestión de los principios y valores con base en la responsabilidad y con el objetivo prioritario de potenciar el autodesarrollo y la autorrealización como ser humano, incluyendo el campo del conocimiento intelectual y la simbiosis con el entorno que nos sustenta y nutre, hasta llevar a una mejora y perpetuación de la especie en equilibrio con el ecosistema, pues de lo contrario estaremos cavando la propia fosa a medio o largo plazo. Este es, bajo mi punto de vista, el objeto del ser humano racional en su existencia, pero hay matices que, al amparo de los propios instintos de supervivencia, se desvirtúan y orientan hacia conductas irracionales. Es decir, conductas miopes que solo pretenden el bien de uno o unos cuantos en detrimento de toda una colectividad, incluyendo a otras especies, sin percibir que andan exterminando, indirectamente, a la propia especie humana, y para mantenerlas socialmente es necesaria la alienación de los colectivos afectados.

Concluyo que la alienación bloquea el libre crecimiento del ser humano, mientras el librepensamiento le ayuda en ese desarrollo hacía el encuentro con sus potencialidades que le llevan a la evolución integral. Por tanto, vacunémonos contra la alienación mediante el uso del ‘librepensar’, asumiendo la responsabilidad que de ello se deriva. Huyamos de los dogmatismos religiosos, políticos y de cualquier otra procedencia y abramos la mente a los nutrientes que nos ofrecen la vida y la existencia de tantas y diversas fuentes, mediante una digestión responsable de esos alimentos del intelecto. Finalmente, consideremos al humanismo secular o laico como filosofía de la vida y forma de mejorar la condición humana, poniendo al ser humano como centro de nuestro pensamiento y acción desde la razón y el conocimiento, sin obviar el aspecto emocional.



 


lunes, 8 de septiembre de 2025

La lamentable alusión de Tellado a las fosas

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 09 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/09/lamentable-alusion-tellado-fosas-121368150.html

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio

El mirador de la memoria

=====================

La palabra fosas, en nuestro país, tiene unas connotaciones muy especiales. Con ella se despierta la memoria y nuestra imaginación vuela a las cunetas, las tapias de los cementerios y a los campos y olivares, para, inmediatamente, traer a colación los fusilamientos y represalias del franquismo, no solo en tiempos de guerra, donde lo ejercieron ambos bandos al calor de la contienda, sino en la posguerra, cuando ya la sangre debería haber perdido el calor del combate dando paso a la serenidad propia de la ausencia de confrontación bélica. Por ello, entiendo que las ejecuciones posteriores se hicieron a más sangre fría.  

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio, desde la venganza contra el vecino, desde el deseo de exterminio del disidente o desde la humillación aplicada al vencido. La guerra no siempre acaba en la paz, sino en la humillación y el forzado sometimiento del derrotado desde el ejercicio de la violencia y el miedo. En nuestro caso, la humillación llegó hasta nuestro tiempo, pues siguen en las fosas los restos de muchos de los represaliados y fusilados por el franquismo. Todo ello, a pesar de estar viviendo en una democracia, al menos teóricamente, donde se debería haber restablecido el honor de las víctimas del franquismo que, por activa o por pasiva, lucharon por la República como un sistema democrático ideal.

Por tanto, hablar de fosas es un atentado a la historia, un amenazante recuerdo de un pasado sanguinario y violento. Las fosas siguen siendo una amenaza solapada, un sutil recurso para traer al presente lo ocurrido ayer, una advertencia a aquellos que piensan diferente, donde el concepto adversario político se convierte en enemigo.

Mal va el iluminado Secretario General del PP, señor Tellado, con su amenaza. El ciudadano queda advertido y, desde el recuerdo del significado de las fosas, debe tomar buena nota para no dejar en manos de quien amenaza con ellas, aunque sea metafóricamente, la posibilidad de ejercer la gobernanza bajo esa perspectiva de conflicto convivencial.

A estas altura de la civilización, cuando el pueblo español goza de un elevado nivel cultural y de conocimiento, cuando estamos en una situación de desarrollo económico y social sin precedentes, cuando los objetivos se han de centrar en generalizar ese bienestar a aquellos que aún quedan descolgados del mismo, es tremendamente torpe sacar a relucir las fosas para “enterrar a un gobierno que nunca debió de existir” según el ladino Tellado. Seguramente, para que no vuelva a existir, también pensará en enterrar a los votantes que lo hicieron posible. Indudablemente, un planteamiento así, aludiendo a las fosas, es un atentado a la democracia y quien lo hace no debe ser tenido por demócrata, sino por liberticida y dictador autoritario.

Creo que lo que se ha de hacer de una vez por todas, es abrir las viejas fosas, sacar los restos que las ocupan y cerrarlas, con objeto de que nunca más se abran para acoger el odio entre hermanos. Nuestra generación no tuvo arte ni parte en aquella desgraciada y criminal guerra, no tenemos por qué sentirnos culpables de nada de lo ocurrido, en todo caso somos responsables de zanjar el pasado y evitar que vuelva a suceder. Tal vez, una forma de conjurar ese pasado sea: abrir, limpiar y cerrar las fosas definitivamente, dando honrosa sepultura a los restos que las ocupan. Creo que es de justicia hacerlo ya que no se hizo en la transición para no despertar los demonios de los asesinos que aún pervivían. 

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

El enfermo y paciente

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 06 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/06/enfermo-paciente-121282325.html

Podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

España cuenta con más de 292.700 personas en las listas de espera para los servicios y ayudas para la dependencia. / / ARCHIVO

=================================

La palabra paciente tiene una doble acepción, por un lado es un sustantivo con el que se identifica a la persona que padece una enfermedad, pero, a la vez, es un adjetivo referido a quien tiene paciencia. Por tanto, quiero otorgar el doble sentido de la palabra al que sufre una patología y requiere acudir a los servicios sanitarios. De hecho es un paciente, que padece enfermedad, y un sujeto que ha de ejercer la paciencia durante el proceso de atención de la misma. De una forma humorística, si quiere el lector, podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

Las listas de espera y la estrategia de la distracción

Pongamos como ejemplo las listas de espera, que en la campaña electoral se comprometían los listos políticos a eliminarlas, al menos era una consigna de nuestro amado presidente de la Junta. La realidad es que se han disparado. No solo se complica el conseguir cita para el médico de familia, que debería ser inmediata para valorar la emergencia y gravedad del caso desde el docto conocimiento del facultativo, sino que cuando te la dan puede que la dolencia se haya resuelto por arte de magia, o sea por ‘autosanación’. De la lista quirúrgica no digamos. En las especialidades, aunque en la petición de consulta te identifiquen como preferente, la lista se impone. En pruebas complementarias habría mucho que decir, no solo por la tardanza en asignarte cita, sino por el desvío a la privada que, como en mi caso, resultó una praxis cuestionable y hube de acudir a urgencias tras la gastroscopia. La demora de las analíticas y demás pruebas complementarias de uso mayor, también dejan bastante que desear…

Dicho esto, parece que haya una estrategia para distraer a la ciudadanía de los temas de especial interés. El ruido, los tertulianos que asumen y practican la confrontación política, hace que nos enfrasquemos en un debate sobre las conductas mediáticas de los políticos: insultos, exabruptos, descalificaciones, escaqueos de la responsabilidad, dialéctica de twitter, maldades torticeras, etc. en lugar de hablar y debatir sobre políticas concretas que afecten a la gestión de recursos y/o las obligaciones de los políticos.

Lo importante es la política, no el político

Hablamos continuamente de los políticos, cuando lo verdaderamente importante es la política a desarrollar y los programas y responsabilidades enfocados a tal fin. Si hablamos de ellos no hablamos de ella.

Porque lo substancial que todo ciudadano ha de considerar son las políticas que se presentan para la resolución de los problemas, para la justa y honorable gestión de los recursos públicos y el afrontamiento de las contingencias que se van desarrollando a lo largo de una legislatura. Hablar de contingencias quiere decir considerar los diferentes momentos que se muestran en función de un entorno cambiante y sometido a la permeabilidad que todo sistema abierto tiene. La gobernanza es una acción dinámica y, en cierto sentido mudable por no decir lábil, dada la complejidad del entorno, sometido a tantos y variados elementos que lo condicionan. Por eso es cambiante y requiere una continua adaptación y, a veces, a toma de decisiones contradictorias por parte de los políticos.

Lo importante en estos casos, son el mantenimiento de políticas enfocadas al bien común y a la resolución de problemas en consonancia con ello. Entiendo que nuestra obligación, como ciudadanos responsables y soberanos con derecho al voto, es analizar esas políticas que se nos ofrecen y actuar racionalmente, sin dejarnos llevar por la manipulación de los políticos que pretenden el ejercicio del poder sin dejar claro para qué. Tal vez cabría decir: «por sus hechos los conoceréis», pero en el ejercicio del poder… ya se sabe. En todo caso no deberíamos ejercer de hollinan.

El paciente usuario del servicio de salud

Dicho esto y dentro de ese abanico de temas importantes en la gestión política, está el servicio de salud, la asistencia sanitaria que, como ya he mencionado, es muy cuestionada en los últimos tiempos por su progresivo deterioro y la sospecha de estrategias espurias para, a través de ese deterioro, potenciar los servicios de la sanidad privada. Es un tema de interés para el debate y para asumir una realidad que puede y debe condicionar el voto en apoyo de políticas sanitarias de salud pública y ausencia de enfermedad.

Ya, de por sí, acudir al médico, o a cualquier otro servicio sanitario de pruebas diagnósticas, es estresante. Padecer una enfermedad, ya sea aguda o crónica, causa inseguridad y preocupación, bien por su evolución o por las limitaciones a que nos somete. Ello hace que, a veces, no seamos suficientemente considerados con los profesionales que nos atienden, pero, salvando ese detalle, hemos de ser exigentes con el tiempo de espera, el trato y acogida que se nos brindan. Es evidente que hay cosas manifiestamente mejorables, pero requieren de voluntad y recursos para ello. A eso han de responder las políticas sanitarias sustentadas en programas e ideologías con contenido de justicia social y solidaridad.

Habiendo sido profesional asistencial y de gestión del medio hospitalario durante tanto tiempo, es un tema doloroso para mí en un doble sentido, dado que también soy usuario. El deterioro asistencial es manifiesto y la ilusión que nos llevó en el pasado a luchar por un servicio sanitario ejemplar y modélico puede quedar en agua de borrajas, pues en los últimos tiempos se ha instaurado un deterioro progresivo alarmante, como ya he referido. En numerosas ocasiones he comentado la situación con mis excompañeros, que me hicieron saber su descontento y preocupación.

La dependencia del paciente crónico

Los ciudadanos y ciudadanas que, por desgracia, requerimos el uso continuado de los servicios sanitarios por padecer una enfermedad crónica, estamos sujetos a actuaciones periódicas por una dependencia inexorable del sistema de salud. Como ejemplo pongo a las personas que precisan de analíticas de sangre, estudios radiológicos o cualquier otra prueba complementaria requerida para sus revisiones. Coordinar las listas de espera, para agilizar la intervención clínica o médica, es básico para lograr la eficiencia del sistema. Pero, en toda planificación de política sanitaria se ha de considerar, además de una estructura organizacional competente para la gestión, dotar a los servicios de recursos humanos y materiales para que puedan garantizar el logro de los objetivos previstos.

Tal vez aquí andemos haciendo aguas. Creo que los recursos, además de insuficientes, no están bien aprovechados debido a una mala planificación o desidia por parte de la administración que, en muchos casos, parece tener sus intereses en otros espacios, como puede ser el desarrollo de la privada y la deconstrucción de la pública.

El déficit de enfermeras en España

Por lo general se muestra la insuficiencia de recursos humanos en la propia ratio relacionada con la población. Mientras a nivel europeo, por ejemplo, la ratio enfermera por cada 1000 habitantes es de 8,5, en España la tenemos en torno a 6,3, lo que nos lleva a un déficit de 100.000 enfermeras en nuestro país. Como curiosidad diré que esa ratio en Noruega es 21,68 según el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España; o sea una diferencia superior a 15 puntos.

El colectivo de enfermeras formadas en España goza de una excelente reputación a nivel internacional, como lo demuestra la aceptación que tienen para desempeñar su labor en otros países avanzados de Europa, donde existe un considerable número de profesionales ejerciendo su labor. Profesionales forjados en nuestras universidades con cargo al erario público, en gran medida, y de las que se benefician otros países mientras nosotros mantenemos ese escandaloso déficit.

Otra cuestión sería cómo se administran y orientan estos recursos dando preferencia o no a la salud, con el desarrollo de políticas para su prevención y promoción, o centrándose en la curación, lo que conlleva un mayor coste e inversión. El dicho popular, una vez más, muestra la sabiduría del pueblo: «Más vale prevenir que curar».

Concluyo que, indudablemente, en estas circunstancias, el paciente se ha de cargar de paciencia para afrontar el proceso de curación. Es decir, ha de ser doblemente paciente. Ojalá se potenciara la promoción de la salud, sería mucho mejor para todos. La salud implica un bien social y económico. Mientras tanto, querido paciente, paciente, le deseo salud y bienestar…



 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Como el ave que vuela

 

Alondra

El verso alejandrino, considerado de arte mayor, está compuesto por 14 sílabas, en este caso con hemistiquios de 7 sílabas y la cesura que los separa, pudiendo convertirse en versos de 7 sílabas sin perder su sentido. Este poema que escribí en 2022, está compuesto por 4 estrofas de 4 versos cada una, con rima consonante en los versos impares de cada estrofa. El resultado de mi creación es esta que os presento, a la que he titulado: Como el ave que vuela.

 

Como el ave que vuela

(Verso alejandrino)

------------------------

Como el ave que vuela me levanto dichoso

aguardando el mañana que me dé tu querer,

que tus labios me besen como besa la brisa,

que tus ojos me miren con deseo y placer,

 

que tu boca sedosa me regale suspiros,

que tu cuerpo anhelado se fusione en mi ser,

que a mi lengua permitas escribir en tu piel

mis canciones de amores en el amanecer.

 

Sembraré con mi fuego tus placeres ocultos,

vivirás el hechizo de una nueva pasión,

volaremos por cielos explorando otras sendas,

los caminos ignotos hacia tu corazón.

 

Romperemos cadenas que encarcelan las almas

en los mundos prohibidos de una terca razón

que aprisiona deseos con sus credos absurdos

sometiendo a la vida con feroz represión.

 

© Antonio Porras Cabrera

Málaga, 1 de abril de 2022

 

Alienación y librepensamiento

Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 13 SEPT 2025 7:00 https://www.laopin...