Esta
semana ha sido una semana intensa y fructífera. El lunes un interesante debate,
celebrado en el Ateneo de Málaga, de la mano de José Olivero Palomeque, sobre
el tema: ¿Aprendemos de la Historia? ¿Por qué? El martes, en el aula de cultura
del diario SUR, una no menos atractiva conferencia sobre el tema: “Patria chica
y patria grande: Sentimientos de pertenencia en la España medieval”, a cargo de
José Angel García de Cortazar, catedrático de historia medieval. El jueves una
visita al Museo Ruso, donde pudimos ver el impresionante muestrario de obras de
arte que se han expuesto en esta ciudad, integrantes de la magnífica colección
del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, con más de 400.000 obras en su
haber. Esta tarde, si no surgen inconvenientes de última hora, asistencia en el
Museo Rando a la representación de “TERESA”, una obra de Jesús Baena y José
Infante.
En el
Museo Ruso encontramos excelentes muestras de la iconografía clásica rusa,
heredada como expresión religiosa del ortodoxo Bizancio, y una no menos
interesante colección de obras de arte expresivas de la evolución de la pintura
rusa de los últimos 500 años. Se completa la exposición con una exhibición de
obras del poeta y pintor Pável Filónov, singular personaje que vivió en la
miseria, mientras creaba un imponente conjunto de pintura que se negaba a
vender para que no salieran de su patria. Muerto de inanición en el sitio de
Leningrado por las fueras alemanas en 1941. Su hermana, con el tiempo, facilitó
que su obra fuera conocida formando una importante colección que pasó a
propiedad del Estado. Lo podemos considerar como un “anticubista” basado en el
principio del arte analítico, tal como define su pensamiento: «el cubismo representa objetos usando elementos de
su superficie geométrica, pero los "realistas analíticos" deberían
representar objetos usando elementos de su alma interior». Por tanto, habla de
la expresión profunda del sujeto pictórico y no de la superficialidad de la
imagen expresada en sus diferentes caras o planos visuales. Ello reviste a su
obra de un carácter enigmático que lleva, incluso hoy día, a muchos
historiadores a no saber a ciencia cierta qué significado tienen. Aconsejo que
no se pierdan esa exposición tan exótica para los, como yo, inexpertos y
desconocedores del arte ruso. A los amantes de ese tipo de arte les agradará
doblemente, estoy seguro.
Dejemos la obra de Filónov y el museo, pare centrarnos algo
más en la deriva del pensamiento a raíz de las otras dos actividades, el debate
sobre si aprendemos de la historia y la conferencia
sobre la pertenencia.
No podemos deslindar, a la hora de establecer cualquier
análisis de los hechos actuales e históricos, la propia concepción del sujeto,
sus vivencias y sus principios, que matizarán sistemáticamente cualquier
razonamiento analítico, por muy interesado que se esté en mantener la aséptica
posición respecto al hecho analizado. La objetividad máxima del sujeto siempre
tendrá una dosis de subjetividad, que viene determinada por esa singularidad
del individuo. Pero, sabedor de esto, cualquier sujeto que pretenda debatir
deberá considerar que esa subjetividad, que otorga la visión y el análisis
personal de los hechos, tiene como contrapartida válida la visión de los otros,
que aportarán otra forma de ver las cosas para mayor enriquecimiento de cada
cual. Si el debate se plantea desde la mente abierta y desde la modestia
receptiva respecto a la argumentación de los demás, se garantiza un resultado
excelente.
Tras los debates habidos, yo me atrevería a reseñar algunas
cuestiones que fueron centrándose sobre las circunstancias actuales en esta
crisis que vamos gestionando con diferente fortuna:
- En primer lugar habría que significar que existe una guerra o lucha entre el capitalismo salvaje, que intenta controlar la economía mundial, a través del dominio del llamado mercado libre, y la ciudadanía en general, a la que este concibe como mero elemento de producción y consumo.
- Este intento de controlar las estrategias y gestión política de la convivencia y de las relaciones intra e internacionales, se da en un marco de dominio del mercado financiero, del control y sumisión de la clase política, mediante el gobierno de la gestión económica de los propios partidos, y de sus intereses personales y colectivos, de la canalización y preponderancia en el flujo mercantil y económico internacional al amparo de la globalización y mediante el uso sistemático del chantaje en la gestión de la deuda pública de cada estado y del control de la crisis.
- El capitalismo salvaje busca controlar y gobernar el mundo desde el factor económico, asimilando el desarrollo con la idea de producción y evolución de los mercados, pasando por encima de los estados y otorgándose el poder de un control panestatal donde su influencia abarque al conjunto de los estados mundiales a través de las economías globalizadas
- En este sentido existe una geoestrategia que pretende dominar las fuentes energéticas en su conjunto. De ahí se desprenden conflictos en áreas de domino que acaban sacrificando a la población, empobreciéndola y llevándola a la miseria hasta conseguir su inclusión en la esfera de influencia de ese mundo dominando. De esos polvos aparecen los lodos que nos inundan y ahogan con tanta tensión y el cultivo de los psicópatas que siembra el terror y el odio desde su mediocridad y vileza humana.
- Se juegan demasiados intereses internacionales en determinados espacios, como es el caso del pueblo Sirio, en los cuales el valor de las vidas de los seres humanos es relativo. Hemos de tener en cuenta que con 8.000 millones de habitantes el equilibrio en la tierra es insostenible. ¿Qué más da que las noticias de la televisión sean una realidad o una película, si desde el despacho no se tiene conciencia de la existencia de los que padecen y mueren?
- Si queremos aprender de la historia habrá que criticar la cultura social imperante y pensar en cambiarla. Esta crisis es una crisis cultural, no coyuntural o estructural vista a lo clásico. Los principios, valores, credos e ideologías han de estar al servicio del ser humano y no de los selectos grupos de poder que se atribuyen el dominio y gestión de los intereses generales de los pueblos.
- El concepto de soberanía popular y democracia choca directamente con esa concepción de dominio y gestión del mundo desde los despachos, entre bambalinas, que regentan los poderosos del dios dinero. Bienvenida la democracia siempre que elijan a los gobernantes que nos interesan, clamarán desde esos despachos.
- El efecto colateral aflora cuando es imposible controlar el integrismo cultivado y potenciado para eliminar al enemigo establecido en la geoestrategia, al que se le soportará determinada actividad en determinadas esferas pero no en el corazón del dominador, al menos que de ello se saque algún tipo de provecho.
- Entonces… ¿Cómo resolver la crisis planteada con el desmarque de los inoculadores del terrorismo yihadista? Esa es la gran pregunta.
- Si el yihadismo ha surgido ideológicamente del mundo musulmán, es este mundo, con el apoyo de la civilización occidental, el que debe eliminarlo, neutralizarlo desde la desautorización y condena, desde la beligerancia, desarmándolo ideológica y religiosamente. El principal actor en esta lucha antiterrorista ha de ser el mundo musulmán, sintiéndose integrado, apoyado y respetado por los estados laicos occidentales. El porcentaje de muertes en actos terrorista en inmensamente superior en los países musulmanes que en Europa u occidente.
- Al constructo Estado Islámico no se le puede dar crédito, no se trata de una guerra entre estados, sino de la persecución de actos criminales cometidos por sujetos que violan el derecho a la vida, sujetos que no son súbditos de otro estado, sino del que consta en su pasaporte.
- Es imprescindible el diálogo entre rusos, europeos, americanos y fuerzas locales para estabilizar la región y crear estructuras de poder, viables y competentes, en un marco de cooperación y desarrollo de la zona desde la singularidad de cada país. No es la guerra la solución, sino el desarrollo de este punto. Hace falta una solución a largo plazo que no es la militar, sino una solución política y diplomática que no sea una reacción a actos de violencia.
En fin, estas son las posibles
conclusiones que pudieran sacarse de las exposiciones y debates que se dieron.
Pero, como ya he dicho, cada cual, desde su singularidad y personalidad, sacará
los propios.