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sábado, 13 de septiembre de 2025

Alienación y librepensamiento

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 13 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/13/alienacion-librepensamiento-121512581.html

Referido al Librepensamiento, la RAE lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural»

El pensador de Rodin. 

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Para explicar esta afirmación me permito hacer una aproximación a los vocablos que la enmarcan. En este sentido, hay dos palabras claves que determinan posiciones muy diferenciadas y que, a su vez, son contrapuestas, de ahí la inclusión de la palabra vacuna como muestra de la influencia de una sobre otra. Estas son: Alienación y librepensamiento.

El diccionario de la RAE define alienación como «El proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición». Según Wikipedia: «La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización», lo que está en línea con la orientación de Hegel, Feuerbach y Marx, no exenta de interesantes matices en los que no vamos a profundizar. En todo caso, resalto la alusión a la anulación del libre albedrío como uno de los ejes fundamentales que se oponen al librepensamiento.

Referido al Librepensamiento, la misma RAE, lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural». Diversos autores enmarcan el concepto como sigue: «El término librepensamiento a partir de la Ilustración define una actitud filosófica consistente en rechazar todo dogmatismo, bien sea de tipo religioso o de cualquier otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso. Por este rechazo del dogma religioso, entre los librepensadores encontramos masones, ateos, agnósticos, deístas y racionalistas. Existen estrechas relaciones entre la palabra librepensamiento y los términos escepticismo y laicismo. Sin embargo, una definición precisa hay que buscarla en el origen histórico del pensamiento revolucionario que dio origen a la Revolución francesa. El librepensamiento es la base filosófica para el movimiento del Humanismo secular. También es la base pedagógico-filosófica para la escuela racionalista».

Librepensamiento y libre albedrío

Visto lo anterior cabría preguntarse si existe la libertad y la capacidad de ‘librepensar’. Es evidente que la de pensar sí existe, pero no estoy tan seguro de que exista la de ‘librepensar’. Sin entrar en la apelación a la ciencia infusa, o generación espontánea, es cierto que todo ser inteligente va desarrollando su conocimiento y sus convicciones, su personalidad, principios y valores, a lo largo de su vida en función de sus propias experiencias y su capacidad de computar, analizar y concluir resultados, dentro de la sociedad donde vive, mediante el proceso de aprendizaje, de socialización e integración cultural, lo que se entronca con el adoctrinamiento. Cabría decir, pues, que dicho proceso de aprendizaje tiene por objetivo canalizar y estructurar un sistema de pensamiento condicionado por los valores y principios que sustentan esa sociedad. Por tanto, estaríamos a caballo entre la sumisión de un pensamiento modulado y la tendencia al libre pensamiento que todo ser humano tiene como forma de entender y comprender su entorno.

El libre albedrío, el espíritu crítico, la duda y la búsqueda de alternativas mediante la observación, estudio e investigación u otros planteamientos de mejora, son la base del desarrollo, tanto de la propia evolución individual como social, mientras la racionalidad es el soporte donde se fundamenta el lógico entendimiento.

En la alienación se malogra el libre albedrío, llegando a perder la propia personalidad y delegar en otro la capacidad de decidir sobre algo y se acepta su opinión o criterio como incontestable, bien por reconocimiento de su autoridad en el tema, bien por la sumisión ideológica, o por la propia fe religiosa, entre otros… Por tanto, hay cosas que, siendo irracionales, las asumimos como irrebatibles por estar enmarcadas en principios, dogmas o creencias que se nos inocularon en su día. Es lo que en la definición que transcribí se refleja: «transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición», en este caso de librepensador.

El poder encorseta el ‘librepensar’

El objetivo de toda sociedad basada en el ejercicio del poder, es decir en la existencia de la autoridad y la asimetría, tiende a inculcar principios y valores alienantes que controlen la libertad del pensamiento crítico y, por ende, lesivo y nocivo para esa estructura de poder. Qué mejor que determinados dogmas religiosos, preceptos y creencias provenientes de un Ser Superior o del propio Estado, que ejerce la máxima autoridad sobre las cosas, para implantar y sostener un ‘estatus quo’ avalado por ello. De esta forma se garantiza el control de la situación, el sostenimiento de la asimetría y el dominio y el poder sobre la gente y las cosas. El alienado, deduzco, tiende a neutralizar su disonancia cognitiva entre lo que racionalmente emana de su razón y lo que le viene dado o impuesto, mediante el conformismo, la renuncia a su propio criterio, y la sumisión a la autoridad reconocida por él. En su interior ahogará al librepensador que todos llevamos dentro hasta evitar el conflicto interno, generando un estado de conciencia asumible y adaptado al entorno alienante.

Desenvolver la espiral de potencialidades

El librepensador, mientras tanto, busca lo racional de las cosas, la duda es su guía y las conclusiones libres su objeto. No se deja llevar por dogmas irracionales, por condicionantes distorsionadores o imposiciones, sino por convicciones razonadas desde su libre albedrío, desde su capacidad de observación y análisis, desde su eterno cuestionamiento de las cosas, hasta ir cada vez más lejos en su conocimiento.

Para mí, uno de los objetivos del librepensador es escudriñar en sí mismo para desenvolver la espiral de sus potencialidades. Cada cual tiene unas capacidades que ha de administrar. Es como si a cada uno le dieran unos recursos a gestionar y tuviera que aprender a usarlos y sacarles el máximo provecho. Pero si no le advierten que encontrará en el camino a sujetos que querrán tutelarle sus bienes y aprovecharse de él en beneficio propio, haciéndole ver que lo hace por su bien, podrá caer en la sutil trampa del astuto regidor, pastor y salvador que se le acerque, y entregarle sus recursos, en este caso, de librepensador.

Por tanto, el librepensamiento confronta con el sistema educativo desde una posición crítica racional, reivindicando la calidad de libre pensante, de autonomía de gestión de los principios y valores con base en la responsabilidad y con el objetivo prioritario de potenciar el autodesarrollo y la autorrealización como ser humano, incluyendo el campo del conocimiento intelectual y la simbiosis con el entorno que nos sustenta y nutre, hasta llevar a una mejora y perpetuación de la especie en equilibrio con el ecosistema, pues de lo contrario estaremos cavando la propia fosa a medio o largo plazo. Este es, bajo mi punto de vista, el objeto del ser humano racional en su existencia, pero hay matices que, al amparo de los propios instintos de supervivencia, se desvirtúan y orientan hacia conductas irracionales. Es decir, conductas miopes que solo pretenden el bien de uno o unos cuantos en detrimento de toda una colectividad, incluyendo a otras especies, sin percibir que andan exterminando, indirectamente, a la propia especie humana, y para mantenerlas socialmente es necesaria la alienación de los colectivos afectados.

Concluyo que la alienación bloquea el libre crecimiento del ser humano, mientras el librepensamiento le ayuda en ese desarrollo hacía el encuentro con sus potencialidades que le llevan a la evolución integral. Por tanto, vacunémonos contra la alienación mediante el uso del ‘librepensar’, asumiendo la responsabilidad que de ello se deriva. Huyamos de los dogmatismos religiosos, políticos y de cualquier otra procedencia y abramos la mente a los nutrientes que nos ofrecen la vida y la existencia de tantas y diversas fuentes, mediante una digestión responsable de esos alimentos del intelecto. Finalmente, consideremos al humanismo secular o laico como filosofía de la vida y forma de mejorar la condición humana, poniendo al ser humano como centro de nuestro pensamiento y acción desde la razón y el conocimiento, sin obviar el aspecto emocional.



 


lunes, 8 de septiembre de 2025

La lamentable alusión de Tellado a las fosas

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 09 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/09/lamentable-alusion-tellado-fosas-121368150.html

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio

El mirador de la memoria

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La palabra fosas, en nuestro país, tiene unas connotaciones muy especiales. Con ella se despierta la memoria y nuestra imaginación vuela a las cunetas, las tapias de los cementerios y a los campos y olivares, para, inmediatamente, traer a colación los fusilamientos y represalias del franquismo, no solo en tiempos de guerra, donde lo ejercieron ambos bandos al calor de la contienda, sino en la posguerra, cuando ya la sangre debería haber perdido el calor del combate dando paso a la serenidad propia de la ausencia de confrontación bélica. Por ello, entiendo que las ejecuciones posteriores se hicieron a más sangre fría.  

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio, desde la venganza contra el vecino, desde el deseo de exterminio del disidente o desde la humillación aplicada al vencido. La guerra no siempre acaba en la paz, sino en la humillación y el forzado sometimiento del derrotado desde el ejercicio de la violencia y el miedo. En nuestro caso, la humillación llegó hasta nuestro tiempo, pues siguen en las fosas los restos de muchos de los represaliados y fusilados por el franquismo. Todo ello, a pesar de estar viviendo en una democracia, al menos teóricamente, donde se debería haber restablecido el honor de las víctimas del franquismo que, por activa o por pasiva, lucharon por la República como un sistema democrático ideal.

Por tanto, hablar de fosas es un atentado a la historia, un amenazante recuerdo de un pasado sanguinario y violento. Las fosas siguen siendo una amenaza solapada, un sutil recurso para traer al presente lo ocurrido ayer, una advertencia a aquellos que piensan diferente, donde el concepto adversario político se convierte en enemigo.

Mal va el iluminado Secretario General del PP, señor Tellado, con su amenaza. El ciudadano queda advertido y, desde el recuerdo del significado de las fosas, debe tomar buena nota para no dejar en manos de quien amenaza con ellas, aunque sea metafóricamente, la posibilidad de ejercer la gobernanza bajo esa perspectiva de conflicto convivencial.

A estas altura de la civilización, cuando el pueblo español goza de un elevado nivel cultural y de conocimiento, cuando estamos en una situación de desarrollo económico y social sin precedentes, cuando los objetivos se han de centrar en generalizar ese bienestar a aquellos que aún quedan descolgados del mismo, es tremendamente torpe sacar a relucir las fosas para “enterrar a un gobierno que nunca debió de existir” según el ladino Tellado. Seguramente, para que no vuelva a existir, también pensará en enterrar a los votantes que lo hicieron posible. Indudablemente, un planteamiento así, aludiendo a las fosas, es un atentado a la democracia y quien lo hace no debe ser tenido por demócrata, sino por liberticida y dictador autoritario.

Creo que lo que se ha de hacer de una vez por todas, es abrir las viejas fosas, sacar los restos que las ocupan y cerrarlas, con objeto de que nunca más se abran para acoger el odio entre hermanos. Nuestra generación no tuvo arte ni parte en aquella desgraciada y criminal guerra, no tenemos por qué sentirnos culpables de nada de lo ocurrido, en todo caso somos responsables de zanjar el pasado y evitar que vuelva a suceder. Tal vez, una forma de conjurar ese pasado sea: abrir, limpiar y cerrar las fosas definitivamente, dando honrosa sepultura a los restos que las ocupan. Creo que es de justicia hacerlo ya que no se hizo en la transición para no despertar los demonios de los asesinos que aún pervivían. 

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

El enfermo y paciente

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 06 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/06/enfermo-paciente-121282325.html

Podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

España cuenta con más de 292.700 personas en las listas de espera para los servicios y ayudas para la dependencia. / / ARCHIVO

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La palabra paciente tiene una doble acepción, por un lado es un sustantivo con el que se identifica a la persona que padece una enfermedad, pero, a la vez, es un adjetivo referido a quien tiene paciencia. Por tanto, quiero otorgar el doble sentido de la palabra al que sufre una patología y requiere acudir a los servicios sanitarios. De hecho es un paciente, que padece enfermedad, y un sujeto que ha de ejercer la paciencia durante el proceso de atención de la misma. De una forma humorística, si quiere el lector, podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

Las listas de espera y la estrategia de la distracción

Pongamos como ejemplo las listas de espera, que en la campaña electoral se comprometían los listos políticos a eliminarlas, al menos era una consigna de nuestro amado presidente de la Junta. La realidad es que se han disparado. No solo se complica el conseguir cita para el médico de familia, que debería ser inmediata para valorar la emergencia y gravedad del caso desde el docto conocimiento del facultativo, sino que cuando te la dan puede que la dolencia se haya resuelto por arte de magia, o sea por ‘autosanación’. De la lista quirúrgica no digamos. En las especialidades, aunque en la petición de consulta te identifiquen como preferente, la lista se impone. En pruebas complementarias habría mucho que decir, no solo por la tardanza en asignarte cita, sino por el desvío a la privada que, como en mi caso, resultó una praxis cuestionable y hube de acudir a urgencias tras la gastroscopia. La demora de las analíticas y demás pruebas complementarias de uso mayor, también dejan bastante que desear…

Dicho esto, parece que haya una estrategia para distraer a la ciudadanía de los temas de especial interés. El ruido, los tertulianos que asumen y practican la confrontación política, hace que nos enfrasquemos en un debate sobre las conductas mediáticas de los políticos: insultos, exabruptos, descalificaciones, escaqueos de la responsabilidad, dialéctica de twitter, maldades torticeras, etc. en lugar de hablar y debatir sobre políticas concretas que afecten a la gestión de recursos y/o las obligaciones de los políticos.

Lo importante es la política, no el político

Hablamos continuamente de los políticos, cuando lo verdaderamente importante es la política a desarrollar y los programas y responsabilidades enfocados a tal fin. Si hablamos de ellos no hablamos de ella.

Porque lo substancial que todo ciudadano ha de considerar son las políticas que se presentan para la resolución de los problemas, para la justa y honorable gestión de los recursos públicos y el afrontamiento de las contingencias que se van desarrollando a lo largo de una legislatura. Hablar de contingencias quiere decir considerar los diferentes momentos que se muestran en función de un entorno cambiante y sometido a la permeabilidad que todo sistema abierto tiene. La gobernanza es una acción dinámica y, en cierto sentido mudable por no decir lábil, dada la complejidad del entorno, sometido a tantos y variados elementos que lo condicionan. Por eso es cambiante y requiere una continua adaptación y, a veces, a toma de decisiones contradictorias por parte de los políticos.

Lo importante en estos casos, son el mantenimiento de políticas enfocadas al bien común y a la resolución de problemas en consonancia con ello. Entiendo que nuestra obligación, como ciudadanos responsables y soberanos con derecho al voto, es analizar esas políticas que se nos ofrecen y actuar racionalmente, sin dejarnos llevar por la manipulación de los políticos que pretenden el ejercicio del poder sin dejar claro para qué. Tal vez cabría decir: «por sus hechos los conoceréis», pero en el ejercicio del poder… ya se sabe. En todo caso no deberíamos ejercer de hollinan.

El paciente usuario del servicio de salud

Dicho esto y dentro de ese abanico de temas importantes en la gestión política, está el servicio de salud, la asistencia sanitaria que, como ya he mencionado, es muy cuestionada en los últimos tiempos por su progresivo deterioro y la sospecha de estrategias espurias para, a través de ese deterioro, potenciar los servicios de la sanidad privada. Es un tema de interés para el debate y para asumir una realidad que puede y debe condicionar el voto en apoyo de políticas sanitarias de salud pública y ausencia de enfermedad.

Ya, de por sí, acudir al médico, o a cualquier otro servicio sanitario de pruebas diagnósticas, es estresante. Padecer una enfermedad, ya sea aguda o crónica, causa inseguridad y preocupación, bien por su evolución o por las limitaciones a que nos somete. Ello hace que, a veces, no seamos suficientemente considerados con los profesionales que nos atienden, pero, salvando ese detalle, hemos de ser exigentes con el tiempo de espera, el trato y acogida que se nos brindan. Es evidente que hay cosas manifiestamente mejorables, pero requieren de voluntad y recursos para ello. A eso han de responder las políticas sanitarias sustentadas en programas e ideologías con contenido de justicia social y solidaridad.

Habiendo sido profesional asistencial y de gestión del medio hospitalario durante tanto tiempo, es un tema doloroso para mí en un doble sentido, dado que también soy usuario. El deterioro asistencial es manifiesto y la ilusión que nos llevó en el pasado a luchar por un servicio sanitario ejemplar y modélico puede quedar en agua de borrajas, pues en los últimos tiempos se ha instaurado un deterioro progresivo alarmante, como ya he referido. En numerosas ocasiones he comentado la situación con mis excompañeros, que me hicieron saber su descontento y preocupación.

La dependencia del paciente crónico

Los ciudadanos y ciudadanas que, por desgracia, requerimos el uso continuado de los servicios sanitarios por padecer una enfermedad crónica, estamos sujetos a actuaciones periódicas por una dependencia inexorable del sistema de salud. Como ejemplo pongo a las personas que precisan de analíticas de sangre, estudios radiológicos o cualquier otra prueba complementaria requerida para sus revisiones. Coordinar las listas de espera, para agilizar la intervención clínica o médica, es básico para lograr la eficiencia del sistema. Pero, en toda planificación de política sanitaria se ha de considerar, además de una estructura organizacional competente para la gestión, dotar a los servicios de recursos humanos y materiales para que puedan garantizar el logro de los objetivos previstos.

Tal vez aquí andemos haciendo aguas. Creo que los recursos, además de insuficientes, no están bien aprovechados debido a una mala planificación o desidia por parte de la administración que, en muchos casos, parece tener sus intereses en otros espacios, como puede ser el desarrollo de la privada y la deconstrucción de la pública.

El déficit de enfermeras en España

Por lo general se muestra la insuficiencia de recursos humanos en la propia ratio relacionada con la población. Mientras a nivel europeo, por ejemplo, la ratio enfermera por cada 1000 habitantes es de 8,5, en España la tenemos en torno a 6,3, lo que nos lleva a un déficit de 100.000 enfermeras en nuestro país. Como curiosidad diré que esa ratio en Noruega es 21,68 según el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España; o sea una diferencia superior a 15 puntos.

El colectivo de enfermeras formadas en España goza de una excelente reputación a nivel internacional, como lo demuestra la aceptación que tienen para desempeñar su labor en otros países avanzados de Europa, donde existe un considerable número de profesionales ejerciendo su labor. Profesionales forjados en nuestras universidades con cargo al erario público, en gran medida, y de las que se benefician otros países mientras nosotros mantenemos ese escandaloso déficit.

Otra cuestión sería cómo se administran y orientan estos recursos dando preferencia o no a la salud, con el desarrollo de políticas para su prevención y promoción, o centrándose en la curación, lo que conlleva un mayor coste e inversión. El dicho popular, una vez más, muestra la sabiduría del pueblo: «Más vale prevenir que curar».

Concluyo que, indudablemente, en estas circunstancias, el paciente se ha de cargar de paciencia para afrontar el proceso de curación. Es decir, ha de ser doblemente paciente. Ojalá se potenciara la promoción de la salud, sería mucho mejor para todos. La salud implica un bien social y económico. Mientras tanto, querido paciente, paciente, le deseo salud y bienestar…



 

sábado, 30 de agosto de 2025

Los BRICS+, una dudosa alternativa

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 30 AGO 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/08/30/brics-dudosa-alternativa-121059969.html

La aparición de los BRICS+, que es lo que nos ocupa, se produce como reacción a un proceso evolutivo de la política económica global

El que se mueve no sale en la foto, como decía Alfonso Guerra. / Brocken Inaglory.

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Desconfía de quien te dice: «Estás conmigo o estás contra mí», porque solo pretende arrebatarte la libertad.

Los BRICS conforman una organización intergubernamental enfocada a una mayor integración económica y geopolítica entre sus miembros. La formaron, inicialmente, Brasil, Rusia, India y China, dando origen al acrónimo BRIC. Estos cuatro (tetra) países gestaron la asociación BRIC, formando el tetraBRIC (excuse el lector mi frívolo juego de palabras). Posteriormente se incorporó Sudáfrica (BRICS) y más recientemente, en 2024, se adhirieron Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, aunque esta última no plenamente integrada. También constan como asociados Indonesia y Colombia… y anduvo flirteando con ella la propia Argentina, que con la llegada de Milei al poder abandonó el proceso de integración, dada su cercanía a las políticas trumpistas. En la actualidad la asociación se denomina BRICS+ como acrónimo de todos sus integrantes.

Originalmente, pretendían extenderse a los países en rápido crecimiento, esperando obtener el dominio de la economía global a lo largo del siglo XXI. Por tanto, su objetivo a medio plazo sería formar un bloque geopolítico, en la línea del G7, para contrarrestar la influencia y el poderío de instituciones globales controladas por Occidente, básicamente por EEUU, como son el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como sustituir el patrón dólar americano por una moneda propia, diseñada por el grupo, para los intercambios comerciales a nivel global. O sea, una asociación alternativa a las estructuras geoeconómicas que nos gobiernan, con proyección de dominio del mercado mundial o de una mayor influencia en su control de cara al futuro.

Los NOAL y los BRICS+

Hace unos años, allá por la década de los 60, en plena Guerra Fría, surgió otro movimiento interesante, como fue el de países no alineados (NOAL) integrando a un amplio abanico de naciones o Estados que procuran la defensa de los intereses del Sur Global y, además de la neutralidad, buscan promover el desarrollo económico y social de los países miembros, así como la justicia y la igualdad. En la actualidad lo conforman unos 120 países.

Ambos casos, entiendo, son reactivos a circunstancias dadas en su momento. Los NOAL buscaron diferenciarse, equidistantemente, de las dos grandes potencias de la época. La aparición de los BRICS+, que es lo que nos ocupa, se produce como reacción a un proceso evolutivo de la política económica global y al desarrollo de la propia ‘geoestrategia’, asumiendo como objetivo reformar las instituciones globales y promover un orden mundial más multipolar, como ya he referido. Todo ello en un marco donde EEUU de América, actualmente en el vértice superior del triángulo, pudiera iniciar su declive, mientras determinados países emergentes abordan la escalada del mismo.

La irrupción del trumpismo en la política internacional, a modo de elefante en una cacharrería, crea muchos interrogantes e inestabilidad, tanto por su imprevisibilidad como por su prepotencia y ruptura de los esquemas clásicos de relación. Cada vez es más patente que las políticas trumpistas desestabilizan el equilibrio internacional, pretendiendo redefinir o ‘deconstruir’ el orden mundial ante el peligro que se avecina por el poder emergente de las potencias del BRICS+. EE UU ve cómo, sobre todo China, le gana terreno en el mundo del desarrollo tecnológico y el poder económico y militar dentro de un mercado globalizado, y eso le aterra.

China espera sentada en su puerta

Los chinos ya mostraron a través de la historia su infinita paciencia. Recojo el dicho: «Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo». China sabe que el ciclo de vida del imperio americano va encaminado a su fin, si ellos siguen su proceso evolutivo, su desarrollo tecnológico y de poder, acabarán dominando al mundo. El tiempo juega a su favor. Curiosamente, a través de la historia, hemos visto el desplazamiento geográfico de los imperios, como si siguieran el trazado solar, de oriente a occidente, de este a oeste. De Asia a Europa, de Europa a América y de América volverá a Asia… ya les toca.

Pero, volviendo al tema que nos ocupa, los BRICS+, bajo mi opinión, muestran una carencia de verdadera coherencia interna. No se trata de una asociación homogénea respecto a su ideología, su cultura e historia, incluso, a su sistema de mercado, así como a su estructura gubernamental y su desarrollo industrial, comercial y tecnológico. Brasil es singular y sometido, como toda democracia, a vaivenes políticos, en un escenario sudamericano con amplia historia en el mundo occidental no exenta de particularidades, encuentros y desencuentros; Rusia ha hecho saltar por los aires muchas de sus bases relacionales con su entorno y ha derivado en un presidencialismo arbitrario y despótico. India está marcada por la historia, su singularidad cultural y concepción existencialista de la vida. China persiste en su habilidad, protegiendo su proceso evolutivo, desde su infinita y perseverante paciencia hasta alcanzar sus objetivos. Luego llegaron los demás tras la entrada de Sudáfrica y se incrementó la heterogeneidad. Por ello cuestiono el valor real de la alianza y su trascendencia, salvo que la torpeza americana lo provoque.

El terremoto de la cuarta revolución industrial

En todo caso, dentro de este proceso de ‘desglobalización’ que está surgiendo con las nuevas políticas y los conflictos que se avecinan por esas desavenencias, su futuro está condicionado. Estamos ante un terremoto, ante la cuarta revolución industrial a caballo de las innovaciones tecnológicas. Ello invita al cambio adaptativo y provoca ajustes para posicionarse ante la competición que ya se desarrolla. Las potencias emergentes generan un bloque de poder, mientras que occidente sigue a la defensiva para evitar ser superado y perder su hegemonía.

EEUU está moviendo ficha. Trump, que no deja de ser un magnate forjado en el mundo del negocio con valores sociales cuestionables, tiene como objetivo hacer grande a su país y, con ello, a sí mismo, caiga quien caiga. Amenaza, manipula, miente, hace encerronas a sus propios aliados… busca la sumisión de los demás a su fantasioso imperio sin importarle el derecho internacional ni las estructuras creadas para sostenerlo. Mueve sus piezas del tablero para acogotar al adversario, que es todo aquel que no se pliega a sus transgresores designios. Lo suyo es el negocio. Ve el futuro como un paraíso con campos de golf, como una Gaza reconstruida tras ser arrasada y sometidos, o eliminados, sus habitantes.

O estás conmigo o estás contra mí

La amenaza militar se impone, el palo y la zanahoria. Pero, a quienes se inclinan cada vez se les ve más el trasero. Se ha de gastar el 5% en armamento para defenderse del enemigo creado. Se han de comprar productos americanos o invertir allá para evitar aranceles. En esa dinámica acude la señora Von der Leyen, a su residencia golfista, sumisa para minimizar la amenaza, o sea pasando por el aro. Si Sánchez se opone al 5% y a los proyectos israelitas, lo estigmatiza y deja correr una amenaza velada sobre las bases militares y su traslado, potenciando al enemigo ancestral allende las fronteras del Estrecho. La guerra o su sombra, aflora, como un instrumento de poder coercitivo. Mirad lo que ocurre en Gaza, en la traicionada Ucrania, o con los enemigos de su protegido Israel y aplicaros el cuento. O estás conmigo o estás contra mí.

Brasil está amenazado, y Lula da Silva lo sabe, al igual que Venezuela. Sudamérica es el patio trasero de los EEUU y por tanto la consideran de ellos. ‘América para los americanos’, era el lema de la Doctrina Monroe que persiste aplicada en el presente. Las excusas para intervenir, incluso militarmente, en cualquier lugar del mundo que pretenda escapar a su influencia siempre fueron peregrinas. Se etiqueta a los enemigos con consignas maléficas, cártel de la droga, dictadores, integristas, terroristas o enemigos de la libertad, para argumentar su intervención punitiva. La política agresiva pretende la sumisión. El que se mueve no sale en la foto, como decía Alfonso Guerra. La técnica del ensayo error: empuja, y si ceden sigue empujando, si no reorienta la estrategia y crea la amenaza de la inseguridad económica y militar para el díscolo, poniendo en la costa su fuerza naval como disuasión.

En estas estamos, con los BRICS+ intentando despegar desde esa heterogeneidad y con un inconsistente y alambicado Cesar, de conductas imprevisibles, que no sabemos a dónde nos puede arrastrar.



 

lunes, 25 de agosto de 2025

La salud pública… lo que importa

Manifestación en Cuevas de San Marcos el 19 de agosto

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En estos tiempos de ruido intencionado para desviar la atención del ciudadano y hurtarle la reflexión sobre los importantes problemas que nos afectan, se ha de tener la templanza necesaria para evitar ser arrastrados por la vorágine que provoca el mundo de la política. Indudablemente, existe una estrategia clara y precisa para ganar un relato interesado para partidos políticos que no se dedican a gobernar sino a potenciar el desgobierno. Es la estrategia del caos. Esa reflexión ha de hacerla cada cual desde su imparcialidad, si ello es posible dado el sentido de pertenencia que se ha desarrollado en nuestra sociedad. Se han perdido, en muchos casos, la independencia y la neutralidad requeridas para el “buen pensar”, ya que persiste la sumisión a los partidos por encima de la razón, con el correspondiente sesgo confirmatorio.

Lo importante son las políticas, no los políticos

Es importante que todo ciudadano sepa discernir la diferencia entre el desarrollo de las propuestas políticas y los políticos. La política nos dice qué se propone para resolver los problemas que nos acucian. Tiene un significativo componente ideológico y humanitario, cargada de valores sociales y de esquemas organizacionales para llevarla a término. Eso es la política, el arte de resolver los problemas de la ciudadanía. Los políticos, teóricamente, son los encargados de llevarla a efecto mediante el gobierno de la cosa pública. Pero, por desgracia, muchas veces, traicionan su función y se dedican a gobernar para unos pocos o para estructuras partidistas por encima de los intereses comunes de la sociedad. Eso sí, siempre lo venden desde un relato de marketing, con el mayor número posible de medios a su alcance, donde cabe el engaño para conseguir sus objetivos espurios.

Es importante saber, o comprender, esos movimientos para no dejarse llevar por ellos, salvo que tengamos la convicción propia y racional de que es el programa adecuado para nuestros intereses. Por tanto, hablando de políticas y no de políticos, deberíamos centrarnos en el análisis de los problemas reales que nos afectan, tanto en el presente, como en la proyección de futuro, y buscar y apoyar las políticas que nos ofrezcan mayor garantía para resolverlos.

En la actualidad existen temas acuciantes. No dejemos que se nos sustraigan al debate racional, como son los servicios públicos, la vivienda, los derechos sociales y humanos alcanzados en los últimos lustros. Educación, sanidad, dependencia, igualdad, vivienda, pensiones, salarios o formación profesional para ejercer un mejor y más productivo trabajo que nos gratifique, son temas esenciales como objeto de nuestra preocupación.

Política sanitaria pública

Preocupa el tema de las políticas sanitarias públicas. Todos sabemos el deterioro que ha sufrido la asistencia sanitaria en España, país ejemplar, y envidia del mundo occidental, en el ejercicio de la asistencia sanitaria. España desarrolló, desde los años 80, con el SNS, un sistema sanitario universal y gratuito, orientado inicialmente hacia la prevención, que fue espejo modélico donde mirarse la propia Europa. Pero, en los últimos tiempos está en declive. Creo que intencionadamente, se está llevando al colapso, para abrir las puertas a la privatización al estilo norteamericano. Quien no conozca dicho sistema que lo revise, porque allá la enfermedad es un atentado mortal a la economía de la gente que no tenga solvencia económica para un seguro, en el que, incluso, puede quedar atrapado con las franquicias. El Estado del bienestar social, al estilo europeo, allá no existe ni se le espera, pues la asistencia sanitaria es un pingüe negocio. En diciembre del pasado año fue asesinato, en Nueva York, Brian Thompson, el director ejecutivo de la aseguradora de salud UnitedHealth, por parte de un asegurado descontento; aun siendo un deleznable crimen, no deja de ser un demencial síntoma del conflicto.

Tal vez, en este momento, valga la pena pararse a pensar sobre la sanidad pública. Por ello traigo a colación un acto soberano de la gente de mi pueblo que salió a la calle para expresar su pensar sobre este tema, como ya lo he expresado en las redes sociales.

Cuevas de San Marcos, una marea blanca por la sanidad

El pasado día 19, en Cuevas de San Marcos, donde habitan 3620 personas, un importante grupo de vecinos y allegados de otras localidades, se manifestó por sus calles reivindicando una sanidad pública de calidad. Fue impresionante la presencia ciudadana y la acogida entre la población exhibiendo pancartas, cánticos y consignas reivindicativas. Se nota su inquietud y desasosiego por cómo gestionan los servicios sanitarios desde la Junta y su preocupación por el futuro asistencial a nivel nacional.

Los que me conocen saben que siempre defendí la sanidad pública, donde he trabajado durante muchos años en el ámbito asistencial y luego en la gestión y la docencia.  De ello he dejado testimonios en variados artículos publicados en prensa o revistas especializadas. Fue mi vocación profesional y mi concienciación ciudadana. Concibo, pues, la sanidad pública como forma de elevar la salud del ciudadano, pues es la salud lo que se pretende, el mantenimiento de la misma a través de una vida sana. Este es el camino que lleva a la felicidad de todo ser humano. La ausencia de enfermedad es sinónimo de calidad de vida, un bien social que han de procurar los gestores políticos, por no decir un derecho constitucional a lograr aunque, la salud integral, sea una situación utópica y difícilmente conseguible. Hacia ella hemos de orientarnos.

La enfermedad es la anomalía. Pero además, en la enfermedad está el negocio de las multinacionales que comercian o mercadean con los remedios de la curación, tanto farmacológicos como asistenciales. El negocio, pues, está en la enfermedad y sobre todo en la enfermedad crónica. Por tanto, no interesa para el mismo la gente que disfruta de un estado de buena salud, sino los que tienen dolencias. Y si, además, el proveedor del servicio es una empresa privada, por esta razón, podría, siendo malpensados, no buscar la curación integral, sino la perpetuación de la dependencia para garantizar su negocio.

Por tanto, la diferencia entre la sanidad pública y la privada sería que, en la primera, se busca la salud como objetivo primordial y como objetivo secundario una curación de calidad para volver pronto al estado de salud ideal. Ello redunda en un beneficio social, bajando el gasto que conlleva la enfermedad y reduciendo el coste laboral de las incapacidades transitorias, junto al mayor beneficio que es el bienestar del ciudadano en su búsqueda de la felicidad.

La privada es un negocio

En el caso de la privada, es evidente que hablamos de una empresa de servicios que pretende, busca, y se justifica en función de los beneficios económicos que reparte entre sus accionistas, como toda empresa. Fines muy loables en el mundo que vivimos, donde el mercado prevalece sobre los propios intereses sociales de la ciudadanía, según la ideología que se tenga respecto a la gestión de los servicios y recursos sanitarios y su orientación.

Por tanto, me uno, desde aquí, a mis paisanos en su manifestación y exigencia de una sanidad pública que lleve a la salud y no solo al tratamiento de la enfermedad; a la par que manifiesto mi convencimiento de que el gestor público, en este caso la Junta de Andalucía, tiene la obligación y compromiso con la idea de salud integral y no con la privatización del rentable tratamiento de la enfermedad.

Me decanto por una sanidad pública orientada a la promoción de la salud y la calidad de vida, como forma de anteponer los intereses de la ciudadanía a los del mundo empresarial que negocia con la enfermedad. Por ello, es necesario potenciar la atención primaria como forma de descongestionar la hospitalaria y alcanzar el objetivo principal de salud pública, sin dejar de preocuparse por la curación de las patologías que nos pudieran afectar, atendidas por y desde la atención primaria hasta la hospitalaria.

Felicidades paisanos y paisanas, sé de vuestro esfuerzo por organizar este acto reivindicativo de una marea blanca, que clame por la justicia social, que implica este exigencia sobre un tema tan importante como es la salud y la gestión de recursos para mantenerla y/o lograrla cuando se pierde.

Pensemos que solo el raciocinio, junto al sentido común y la templanza del ciudadano, acabará con la política canalla de determinados políticos cuyos intereses no son los nuestros. Defendamos el desarrollo de políticas y no a los políticos que nos abruman.

miércoles, 20 de agosto de 2025

¡Vade retro, farsantes!

Forges, genial, como siempre lo fue.

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La gente de mi generación anda algo cabreada, yo diría que, incluso, indignada. Días pasados, hablando con unos amigos, mostraron esa indignación al ver cómo determinados políticos engordaban sus curriculums adjudicándose estudios y titulaciones universitarias que no poseían. Parto de la base de que para ejercer la política no se requiere titulación alguna, sino capacidad demostrada para gestionar la cosa pública desde la ideología que se ofrece al elector. Eso sí, no está de más que se sepa o se tengan habilidades y aptitud para ejercer esa función con solvencia, además de actitud.

La indignación a que me refiero se da en una generación nacida en torno a los años 50 del pasado siglo, cuando la nada, para muchos, reinaba en España. Huyendo de esa nada, de aquellos pueblos blancos colgados de barrancos, que cantaba Serrat, nos marchamos a la gran ciudad, Madrid, Barcelona, Bilbao o al extranjero, para trabajar y superar aquella nada que prometía el futuro. Buscamos un sueño, pero sabiendo que ese sueño no era una fantasía, sino algo que había que construir con esfuerzo y dedicación, con perseverancia e ilusión, con esfuerzo personal para elevar nuestro conocimiento y desarrollo personal.

Emigrar a Barcelona fue el ejercicio de muchos de mis amigos y paisanos, otros fueron a Madrid, a Asturias, a Málaga, etc. y a Barcelona fuimos en 1967, huyendo de aquella nada para buscar otro mundo diferente de promesas, de “Tierra prometida para SER”. Las familias, con su sentido solidario, trabajaban en una misma economía, controlada por los padres, para adquirir su vivienda y satisfacer las necesidades del grupo, al mismo tiempo que, los más valientes, daban la mano a aquellos que quedaban en el pueblo dudando si emigrar, para apoyarlos. A trabajar con 16 años. Eso era lo primero. Luego, si tenías vocación de estudiar te lo tenías que montar tú. Lo primero era tu aportación a casa, después eran tus objetivos personales de estudio. Éramos familias proletarias.

Hubo de todo. Algunos se desarrollaron profesionalmente mediante el aprendizaje laboral en el tajo, en una faena determinada. Pero otros, ansiosos por estudiar en un marco de oportunidades no conocidas en el pueblo, nos dedicamos a trabajar y estudiar. Es duro salir del trabajo a las 18 horas, tras 8 de esfuerzo, y marchar a un instituto nocturno para hacer tu bachiller y después estudiar una carrera. El sacrificio era innegable e imprescindible para evolucionar. Levantarse a las 6:45, casi una hora de autobús y metro, trabajar, estudiar y volver a las 11 de la noche a casa, cenar, dormir y volver a levantarte a las 6:45 h. en un continuo retorno. El ocio estaba proscrito. Aquella generación, los nacidos en torno a los años 50 fuimos los verdaderos motores del cambio, los que huyendo de la nada levantamos, con esfuerzo, este país que hoy se disfruta.  

No me quiero poner como ejemplo, pero es la realidad que conozco mejor y la que he vivido. Fueron dos carreras estudiadas trabajando, Enfermería y Psicología, además de los cursos de doctorado y algunas especializaciones y cursos formativos específicos, y años de doble trabajo en el sistema sanitario, con un desarrollo profesional desde la asistencia sanitaria a la gestión hospitalaria, para pasar a la docencia universitaria. Todo ello desde esa determinación tendente a la autorrealización que aún persiste como un troquelado que la vida impuso. La escalada de la pirámide de Maslow sigue presente.

Por eso, dado el esfuerzo que hicimos aquella gente de mi generación que ya se va por la tangente de la vida, manifestamos la indignación y el rechazo hacia quienes se otorgan titulaciones falazmente, que se adjudican títulos que no han obtenido, que se revisten de autoridad académica, cuando no son más que unos farsantes, para obtener un beneficio o reconocimiento social fraudulento. Puede que sea gente acomplejada, insegura, de baja autoestima sublimada a través de la engañifa, que desprecia la sabiduría. Tal vez hay que tenerles compasión pues, para ser reconocido su valor, necesitan recurrir a algo externo y falsario, ya sean diputados, políticos de partido, ministros o presidentes del Senado.

En mi generación hay una inmensa cantidad de gente que ha luchado, estudiado y desarrollado su actividad profesional con gallardía, con entereza y dedicación para merecer el reconocimiento social que, a veces, se le niega. En nombre de ellos, rechazo y critico esas conductas deleznables que apagan nuestro verdadero esfuerzo con la devaluación que hacen de esas titulaciones que tanto nos costaron.

¡Vade retro, farsantes!

sábado, 16 de agosto de 2025

Lorca… In memoriam

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 16 AGO 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/08/16/lorca-in-memoriam-120648225.html

Federico fue prendido en casa de los Rosales y llevado al Gobierno Civil de Granada, para finalmente trasladarlo a las afueras de Víznar, donde fue asesinado

Federico García Lorca, en una imagen de época. / ARCHIVO

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En la madrugada del 18 de agosto se cumplen 89 años de la muerte de Federico García Lorca. No ahondaré en las circunstancias que se dieron aquel fatídico agosto de 1936. Federico fue prendido en casa de los Rosales y llevado al Gobierno Civil de Granada, para finalmente trasladarlo a las afueras de Víznar, donde fue asesinado. La encomiable labor de muchos investigadores, incluyendo la dedicación del hispanista irlandés Ian Gibson, han dejado numerosos datos sobre aquella trágica madrugada.

El hecho muestra la desgracia de una España cruel, ignorante, cainita y golpista. La sublevación militar llevó a una guerra civil fratricida que impuso una dictadura de 40 años. La fuerza de las armas aplastó las ideas no afines y regaron de sangre el suelo patrio y de exiliados, en diáspora, a un mundo de acogida no siempre agradable. El mundo intelectual fue víctima destacada de esta tragedia.

Soy de los que piensan que la libre creatividad, la imaginación, la mente abierta y el desarrollo del conocimiento y la sensibilidad poética que despierta los sentidos humanistas, deberían ser los cauces por donde circula y evoluciona el desarrollo de los pueblos. No son buenas consejeras las mentes cerradas, de pensamiento enquistado y resistente a cualquier argumentación lógica, defensoras de dogmas e ideas impositivas únicas y excluyentes. La sensibilidad, la empatía y la amplia visión positiva del rico entorno, da un sentido cósmico a la vida desde la universalidad del ser humano.

La poesía luz de la senda

El poeta, con esa visión cósmica que le caracteriza, trae luz para iluminar la senda que se ha de transitar. El intelectual, con su contenido ideológico, aporta argumentos sólidos para comprender el sentido de la vida y la humanitaria convivencia. La educación y formación del pueblo lo habilita para comprender, aportar e implicarse en mejorar la concordia y armonía entre la gente con quienes comparte patria y hábitat.

Pero al poder tradicional, absolutista y dictador, disfrazado de un paternalismo mesiánico, no le interesa el desarrollo intelectual de sus pueblos, los prefieren ignorantes y sumisos, obedientes y atrapados. Desde esa perspectiva, al pueblo hay que educarlo en la obediencia, socializarlo desde el sometimiento a las normas establecidas, por muy anacrónicas que sean… los cambios no son buenos para quienes gozan de grandes prebendas en el ejercicio de la gobernanza, otorgadas por derecho histórico a su clase.

Federico fue una víctima de esa locura irracional que deshumaniza al ser humano para llevarlo a la barbarie. Ser republicano y cercano a Fernando de los Ríos, escritor crítico y poeta, homosexual, además de contar con algunos enemigos dentro de la burguesía granadina, incluido su entorno cuasi familiar, pudo ser determinante

No pudieron, como es lógico, matar su legado, como hubieran querido, porque no es tangible, sino intelectual, espiritual. Con su obra nos dejó un fascinante testimonio de la realidad del pueblo andaluz, del que supo libar su alma para mostrarla al universo en sus poemas, en su dramaturgia, en sus cantares.

Su fusión con el pueblo andaluz

Su sensibilidad le llevó a beber la cultura del pueblo, a comprender las esencias del alma andaluza, de la gente llana y sencilla, de su canto y de sus hábitos. Su originalidad y especial delicadeza le fusionó con el espíritu de un pueblo forjado en mil batallas, donde fueron dejando su huella las civilizaciones invasoras, que cayeron, como moscas en panal, diluidas en una cultura cuya singularidad le otorgaba su esencia universal y, con ello, también él consiguió la universalidad.

Supo, como nadie, plasmar en sus creaciones el espíritu del pueblo llano en toda su dimensión, desde la exaltación sublime de su gozo y alegría, hasta lo más profundo de su doloroso dramatismo atrapado en costumbres anacrónicas, tanto sociales como religiosas. La casa de Bernarda Alba, Yerma, Bodas de Sangre o la misma Mariana Pineda nos enfrenta a una realidad social y cultural que enmarca nuestras esencias de la época a caballo de la historia.

Lorca, según la Dra. Atero Burgos, Catedrática de la universidad de Cádiz, “tuvo un conocimiento muy directo de las manifestaciones populares de su tiempo, canciones, romances y cuentos”. También comenta Atero, que el mismo Lorca, en 1935, en el hotel Majestic de Barcelona, decía: “Dolores «La Colorina», Anilla «La Juanera», me enseñaron oralmente los romances, leyendas y canciones que despertaron mi alma de poeta”, con lo que dejaba clara su conexión al folclore popular andaluz.

Su poética es única por su estilo y forma. Es cercana al pueblo, pues hace aflorar sus sentimientos atrapados en sus propias tradiciones, que brotan, avivados por el verso, liberando el mundo de emociones que anida en el propio subconsciente colectivo. Su contenido metafórico se adorna del giro y el requiebro amoroso, magistralmente plasmado en su lírica, como en La casada infiel: “Yo me la llevé al río / pensado que era mozuela / pero tenía marido”. Nos recuerda al juglar del medievo y a su capacidad de embelesar y emocionar con su relato poético, con su rima cargada de musicalidad y harmonía donde abunda el romance y la seguidilla.

La simbología de la luna en su obra

Como todo soñador era un enamorado de la luna. La luna es una constante en la obra de Federico. Su simbología tiene diferentes matices. En el romanticismo se vincula con espacio nocturno, con la tristeza, melancolía, idealidad e infinitud del alma romántica. Pero, con Federico, va más allá. La luna es sensibilidad que puede simbolizar el pandero que resuena tocado por Preciosa: “Su luna de pergamino, Preciosa tocando viene”; o la luz que ilumina la noche enamorada, la luna de los gitanos, testigo mudo de tragedias y de amores furtivos, “La luna vino a la fragua con su polisón de nardos”; una luna redonda que se baña, donde Amnón ve los pechos durísimos de su hermana; o un exhorto: “Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena”. Verde que te quiero verde: “Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua”. Describiendo un atributo: “Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, moreno de verde luna, voz de clavel varonil”. “La luna tiene dientes de marfil ¡Qué vieja y triste asoma!” reseña en su poema La luna y la muerte.

La luna polisémica, efectivamente, es una constante en la obra de Federico. Es, tal vez, la esencia de su sensibilidad lírica que conjuga las emociones más variadas en su plural simbología. La luna es el éter que todo lo envuelve, puede que por eso siempre aparezca escrita en minúscula, porque no alude al nombre propio Luna, sino a una luna adjetivada que describe un momento, un valor o un ente abstracto siempre presente en el todo, en el cosmos del poeta. Federico es la luna que ilumina con su hechizo la poesía, que tamiza la visión del universo desde su atalaya lírica.

Lorca es, para mí, el poeta más sensible que ha dado el Sur, un claro exponente de la generación del 27. Supo captar la esencia de un pueblo, el pueblo andaluz, y conjugarla en sus versos hasta desnudar su alma. Federico era un artista, un creador cargado de delicadeza, de sentimiento, intuición, afectividad, en suma, de sensibilidad. Aunque es innecesario ejercer de exégeta de su obra, tan diversa y rica y, a la vez, tan conocida, solo cabe recordarle como gran polígrafo dado el amplio campo que abarca en su expresión literaria y artística: Poesía, teatro, música, artículos, dibujo, etc…

La triada poética de mi generación

Yo descubrí su esencia en mi juventud, allá por los años 60-70, en una Barcelona plena de migrantes. Era, junto a Antonio Machado y Miguel Hernández, la triada poética venerada por mi generación, sin olvidar otros muchos también dignos de semejante consideración. Machado y Hernández, políticamente más incisivos, dieron, con sus versos alimento al espíritu luchador de muchos jóvenes a través de Serrat y otros cantantes. Lorca más sensible y cercano al sentir popular del pueblo llano, a sus emociones y profundos sentimientos, era el poeta de las emociones populares. Su poética está impregnada de musicalidad, de una harmonía que embelesa, cargada de una frescura y fuerza expresiva superior.

Decía Rabindranath Tagore: “La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”, y Lorca es el tambor donde resuena la melodía del universal sentir andaluz, inmerso en el infinito cosmos que lo envuelve.

 



 

lunes, 11 de agosto de 2025

Hiroshima y Nagasaki. La historia no nos enseña.

Hiroshima tras la explosión nuclaer


Tiempo de reflexión

He de reconocer que estoy preocupado por cómo evoluciona el mundo de la geopolítica y el orden mundial. Tal vez sea un buen momento, cuando se cumple el 80 aniversario de las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki, para reflexionar sobre los errores del ayer, evitar cometerlos hoy y, sobre todo, mañana. No sé si queda bien el término catástrofe, o habría que decir masacre, o tal vez crimen de guerra, aunque la guerra siempre es un crimen en sí misma.

Las bombas atómicas de Hiroshima, el día 6 de agosto, y tres días después Nagasaki, son un claro exponente de la vileza y maldad del ser humano, cuando aflora el espíritu desalmado y asesino que llevamos dentro. Sembrando el odio y el supremacismo vemos a los demás como enemigos a exterminar, o someter, y no como hermanos complementarios a nuestra propia evolución junto a la especie.

Allá donde debería reinar la bonhomía, hoy aflora la malicia y convierte la convivencia en un conflicto entre grupos diferentes. Entonces se pierde el respeto a la otredad, a la condición del otro. Tal vez porque, en nuestra educación, se ha priorizado la individualidad egoísta sobre el humanismo solidario y se ha otorgado a nuestro pensamiento, o credo, una supremacía que nos eleva por encima de los otros. Si aparece el odio y rechazo los identificamos como enemigos a batir.

El eterno retorno

Los ciclos de la historia nos indican cómo cada generación repite los errores del pasado en un eterno retorno, aplicando la idea de Nietzsche, con los matices que se quieran plantear. No aprendemos de la historia, porque cada generación, para hacerse adulta sigue el mismo patrón, ha de matar (suprimir) al padre, cuan Edipo Rey, para ocupar su lugar, haciendo el mismo recorrido para reafirmarse a través del aprendizaje.

Ese es el peligro que se cierne sobre el mundo en este momento. Por un lado la desafección política con actitudes contestatarias ante los hechos y por otro la necesidad de estructurar un pensamiento racional propio, maduro y sólido, que difícilmente se consigue con los medios actuales, dada la influencia de las redes sociales y sus mensajes alienantes, con su posverdad manipuladora a caballo de emociones inducidas, falsarias generadoras de ilusiones.

Cada generación se olvida de la función pedagógica del pasado, al no haberlo vivido en sus carnes. Por tanto, aparece la tendencia a dejarse embaucar por discursos grandilocuentes de patrias a salvar sin tener conciencia, en profundidad, del camino autodestructivo que se abre con el dogmatismo, el odio y el conflicto o desencuentro social. Son mentes virginales que buscan su poderoso grupo de referencia.

Mirando al pasado

Por tanto, es bueno dar una mirada a ese pasado en esta fecha tan señalada. Europa y el mundo, durante el siglo XX, sufrió, posiblemente, el mayor drama de su historia. Prepotente y soberbia se entregó a la autodestrucción en dos crueles guerras que afectaron al orbe. Fue tal la debacle, que quedó troquelada su huella indeleble en la mente de aquella generación y en la de sus hijos, que vivimos las consecuencias. El mundo se hizo pacifista, incluso hippie en los años 60, con su lema de “haz el amor y no la guerra”. Tras ello parecía que había escarmentado, que se había vacunado contra las ideologías que condujeron al desastre. 

Alemania, con un histriónico, racista y xenófobo Hitler, acompañado de un no menos histriónico Mussolini, que compartía sus delirios de grandeza y su carácter megalómano y sociópata, hicieron una defensa férrea del nazismo y el fascismo, respectivamente. Sembraron el odio y el rechazo al diferente con su actitud dictatorial y supremacista. Hoy, su estrategia, que llevó al mundo a la mayor confrontación de la historia, de nuevo asoma la patita.

A Hitler y Mussolini les faltaba otro sujeto de ideología fascista para cerrar el círculo, este fue el general Hideki Tōjō de Japón, el artífice intelectual de la invasión japonesa de Manchuria, que desembocó en la guerra contra China y, posteriormente, en la guerra mundial, donde fue Primer Ministro, convirtiendo a Japón en un Estado policial. Tras la derrota japonesa, Hideki fue condenado a muerte y ejecutado por ahorcamiento en 1948. Antes, Hitler y Mussolini, ya había corrido suerte parecida. Uno mediante el suicidio y el otro fusilado por los partisanos italianos.

Aquella ideas supremacistas habían llevado al desastre total. Europa, y medio mundo, fueron arrasados por la guerra, surgiendo un nuevo orden orquestado por las potencias vencedoras, donde se quiso domeñar la violencia en aras de la paz, pero se mantuvo la guerra fría con un desolador rearme nuclear. Tras 80 años vuelve la amenaza y afloran ideologías que fueron proscritas por su malignidad, por su irracionalidad humanista, por su agresividad contra y desde la propia especie humana.

Estamos en situación crítica

Estamos en un momento crítico, donde se van perdiendo los valores humanista del pasado, dando paso a intereses espurios de los oligarcas del poder político y económico. La insensibilidad ante la desgracia ajena, la guerra y la muerte, la destrucción y la catástrofe humanitaria, sigue desalmando al ser humano llevándole al envilecimiento cultural, es decir la creación de actitudes y conductas nuevas ausentes de compasión y empatía

Parémonos, reflexionemos desde el sosegado razonamiento, desprendido de sesgos cognitivos, que nos llevan a la “desviación sistemática del pensamiento, que implica distorsiones en la interpretación de la información y a conclusiones incorrectas“.

En esa reflexión cabe preguntarse: ¿de qué mundo venimos, en qué mundo estamos, qué mundo queremos, a qué mundo vamos?

Venimos de un pasado de lucha por la igualdad, por la justicia social y por la democracia. Estamos en un mundo en transición empujado por el proceso evolutivo de las tecnologías y el dominio de las mismas, en un mundo de conflicto y de crisis en su más amplio sentido, donde la redefinición de valores y objetivos determinarán el futuro. Tal vez no esté suficientemente consensuado qué mundo queremos, aunque todos pensamos en un mundo mejor, más humano, de bienestar global a través del uso adecuado de esa tecnología para la sociedad; ahí está la clave, en definir el camino del futuro para alcanzar los objetivos de mejora del colectivo social y no de unos pocos. Pero… vamos a un mundo distópico y confuso, a un nuevo orden mundial donde las cosas serán diferentes, sometidos al poder de unos oligarcas dueños de recursos y tecnologías, a una plutocracia donde se dé el gobierno de los ricos, de las multinacionales y las grandes corporaciones a caballo de la nanotecnología, la ofimática, la Big Data y el uso de la IT para la toma de decisiones orientadas a los objetivos de las clases dominantes y sus acólitos.

Ya casi somos insensibles

¿Se nos está probando para ver hasta dónde llegamos en la tolerancia con el desastre?, ¿pretender tantear o descubrir la solidez de nuestros principios y valores humanos? o, ¿acaso, mediante un lento proceso de acoplamiento se nos conduce al lugar pre asignado en el redil?

Ya casi somos insensibles, están ganando ellos. Ucrania se desangra y muere, Gaza agoniza atormentada por el hambre y la maldad del gobierno judío y quienes lo sustentan, en un genocidio criminal. Muchos otros países subsisten acogotados por la amenaza del poder de las armas. El mundo cambió las formas y ahora no se negocia para obtener la paz, se amenaza con la guerra si no te sometes. La mafia y el chantaje triunfan, la amenaza de aranceles, la coacción y la extorsión se imponen en el mundo que nos trajo Trump, sujeto de conciencia débil forjado en el deshumanizado mundo del negocio, donde cabe la conjunción del pragmatismo americano del siglo XIX con “el fin justifica los medios” de la filosofía de Maquiavelo.

De fondo, el negocio de la guerra y la destrucción. Para destruir hay que invertir en armas… una vez destruido se ha de reconstruir invirtiendo en ello. He ahí el negocio: destruimos y dominamos por las armas, para luego dar paso a las empresas que construyan un mundo nuevo con el que nos enriqueceremos y dominaremos. De camino, desde el despacho y con puro cinismo, pensaremos: “las vidas que costó el proceso no importan, sobraban, se iban a morir igualmente más pronto o más tarde… “.

Y nosotros, seguimos adelante, ¿pero, hacía dónde nos llevan? Puede que a un insólito Cuarto Reich… algunos ya no estaremos… o sí.

Alienación y librepensamiento

Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 13 SEPT 2025 7:00 https://www.laopin...