Sé de sobra que los deseos que en estos días se plasman en
nuestras felicitaciones no se cumplen, en parte porque, en pasadas las fiestas,
volvemos a las andadas, a ser como éramos antes, y si nos sentimos mejor es
porque, el expresar los buenos deseos, actúa como un sortilegio que difumina la
maldad y hacer aflorar la mejor parte de los que llevamos dentro… Pero, en el
fondo, todo sigue igual o poco cambió.
De todas formas yo me atrevo a expresar en esta décima o
espinela, algunos de mis deseos para una sana convivencia entre los pueblos y
su gente.
Con mis mejores deseos para estas fiestas y el año próximo.