viernes, 9 de mayo de 2025

Los católicos “habent papam”

 

En realidad casi se podría decir “habemus” aunque no se sea creyente, porque el papa, de forma directa o indirecta, afecta a toda la humanidad, dada su influencia en el rebaño que pastorea y la importancia de este en el contexto universal. Su influencia en el mundo cristiano, donde es un referente, se extiende, aunque sea en menor cuantía, al resto de la sociedad, si bien los no creyentes serán más críticos con él y se dejarán llevar por sus actos más que por su aportación a la doctrina de la fe.

Me han parecido acertadas sus primeras palabras sobre la paz y, dada su procedencia y el halo que le acompaña, cabe esperar de él una actitud muy constructiva dentro de las limitaciones dogmáticas de la iglesia, que sigue marcada por una férrea estructura funcional que preserva valores, en muchos casos, anacrónicos o bastante cuestionables respecto a los tiempos que hoy corren en relación a la igualdad y algunos derechos individuales de las personas, puesto que la doctrina “divina” entiende que puede y debe intervenir, incluso, en la vida privada de la gente y sus íntimas conductas, ya sea sexuales, éticas, morales o de rol. En todo caso, respetando el credo que cada cual quiera practicar, desde mi agnosticismo, la idea de religión la enmarco en mi frase: “Dios creó el espíritu libre y el hombre inventó las religiones para someterlo”. Entiendo que el dogmatismo religioso, sea de la religión que fuere, puede encapsular al ser humano y confrontarlo desde la intransigencia de su verdad con otras verdades o visiones de la vida. Al otorgarse la representación de Dios en la tierra crea un abismo difícilmente salvable, dado que la palabra de Dios es incuestionable y ha de ser impositiva ante la lógica duda e incertidumbre del ser humano de otro pensamiento.

Mas, volviendo al papa, es de agradecer ese discurso sobre aspectos de política y justicia social. Tal vez el haber elegido como nombre León XIV, sucesor de León XIII, que publicó la encíclica "Rerum novarum", considerada el inicio de la doctrina social de la Iglesia, sea prometedor. Eso suena bien, aunque ya se sabe que no se le pueden pedir peras al olmo, pero sí un lindo y verde follaje que nos otorgue su sombra. Hubo tiempo en que el olmo fue frondoso y cubrió con su sombra y protección al mundo subdesarrollado de américa latina, a través de la Teología de la liberación practicada por sus fieles, pero luego se convirtió en casi olmo seco, renegando de ella. Con Francisco parece que afloró la gracia de su rama verdecida, como decía Antonio Machado:

Olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

 Ese milagro lo seguimos esperándolo en esta primavera. No sé si León XIV será la savia que de fuerza a la rama florecida del olmo seco que yace en la ribera y sus tallos pondrán contra las cuerdas al hambre y a la guerra y a toda la miseria que vemos en la vida.

Malos tiempos nos han tocado vivir en esta era, donde el poder del hombre se ejerce contra el hombre, para ganarle la partida y dominar el mundo y someter la vida. Los Trump, los Putin, los Xi Jinping y los Netanyahu, no son de fiar, tienes escasos principios morales y éticos y quieren regir los destinos de la humanidad según sus intereses. El papa puede clamar, aunque sea en el desierto, con la esperanza de que esa voz, al final, se sume a la defensa del humanismo desde un espíritu rayano en lo laico que respete la diversidad de pensamiento, donde quepa toda la gente, en especial la de buena voluntad.

Seguimos expectantes pero con la esperanza de que las buenas energías se canalicen sin distinción de credo o religión para hacer de este mundo un lugar más justo y humano. El tiempo lo dirá…


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  Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 25 de junio de 2025: https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/06/25/corrupcion-mal...