sábado, 8 de noviembre de 2025

La deriva del sistema sanitario público

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 08 NOV 2025

Enlace: https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/11/08/deriva-sistema-sanitario-publico-123486381.html

La situación es especialmente dolorosa para todos los profesionales que hemos luchado por la creación y consolidación de un sistema sanitario público desde los inicios de nuestra actividad


================================

Contextualizando

Nos andan distrayendo con tanto ruido mediático que hay que dar crédito al pensamiento de Noam Chomsky cuando dice: «La población general no sabe lo que está ocurriendo, y ni siquiera sabe que no lo sabe». Las cuestiones que se plantean y airean en los medios son, en muchos casos, señuelos para distraernos de la realidad que subyace. Se debate poco de vivienda, de salarios, de pobreza y, cómo no, de derechos que defiendan la dignidad humana y el marco de relaciones sociales; tampoco se debate con claridad objetiva de política sanitaria, educativa y otros temas de especial trascendencia, como son los programas, a medio y largo plazo, que pudieran ocultarse en las mentes preclaras de nuestros políticos. Aquí radica la temática que dice Chomsky que desconocemos. Esa incógnita se esconde tras discursos extravagantes e hiperbólicos, que enmascaran la realidad que se cuece.

En el fondo se oculta un programa cuyo objetivo es la implementación de los principios que predica el neoliberalismo, de la mano de los planteamientos políticos que amparan los intereses de las multinacionales y las políticas económicas especulativas. Ese neoliberalismo, defiende el darwinismo social, o sea desprenderse de reglas, normas o leyes, que condicionan o enmarcan principios de ética y someten al mercado a un control en base a esos principios. El pez grande se come al chico, el rico se hace más rico y el pobre más pobre, como se viene observando.

La privatización, una política subrepticia

Su objetivo es dejar en manos de la empresa los servicios que presta el Estado al ciudadano según sus derechos, como por ejemplo la asistencia sanitaria. En este sentido podemos considerar dos vertientes: por un lado la vertiente de su actuación subsidiaria como proveedor del servicio mediante convenios o acuerdos entre el Sistema de Salud y la empresa y, por otro, suplantar al Estado mediante sus pólizas privadas de asistencia sanitaria. Es decir cooperación versus competitividad.

Desde hace tiempo se vienen desarrollando convenios para proveer servicios desde la privada a la pública. Ha sido una buena estrategia para engordar a la privada mediante contratos como proveedor de servicios públicos. El paso siguiente es, una vez dotados de una importante red hospitalaria y de servicios sanitarios, pasar a competir con la pública con garantías de éxito. Si se partió de una asimetría entre ambas, ahora se acercan a la simetría. ¿Cómo ha evolucionado el proceso?, mediante el deterioro de la pública y el crecimiento y consolidación de la privada. El nivel de la pública se baja y es más factible a la privada competir con ella. Para conseguirlo se han de implementar políticas desde el gobierno autonómico que favorezcan a la privada, es decir que desvíen fondos públicos a través de conciertos para prestar servicios que se podrían realizar desde la propia estructura sanitaria pública, a la par que esta se descapitaliza. En eso estamos.

Ante tal situación y los lamentables y trascendentes errores que se vienen observando, se está visibilizando un proceso torticero y atentatorio contra el sostenimiento del sistema sanitario público, denunciado en numerosas plataformas y grupos o ‘mareas’. Al final nos encontraremos con un sistema sanitario público de baja calidad, a modo de beneficencia del franquismo, y otro de calidad para quien se lo pueda pagar. Un artificio para algunas empresas, que aseguran el servicio sanitario privado de sus trabajadores, como un valor añadido al salario, en la línea con el sistema americano, que es el que sobrevuela como modelo en todo este proceso, convirtiendo la asistencia sanitaria de calidad en un privilegio restringido a los empleados de las empresas, abandonando el principio humanitario de universalidad, que quedaría en manos de un seguro público cuasi en plan beneficencia para los pobres y desheredados.

Los jubilados del SAS se indignan

La situación es especialmente dolorosa para todos los profesionales que hemos luchado por la creación y consolidación de un sistema sanitario público desde los inicios de nuestra actividad. Fueron años de dedicación, a lo largo de nuestro ejercicio profesional, hasta conseguir un sistema sanitario ejemplar y modélico, con reconocimiento a nivel internacional; un ejemplo a seguir para otros países. Cuando los profesionales jubilados vemos el nivel de deterioro que se va instaurando dan ganas de llorar y, cómo no, de gritar, condenar y rechazar estas políticas de deterioro que ahogan el sistema. No son solo las listas de espera, los cribados del cáncer de mama, la mala gestión del servicio o el deterioro asistencial progresivo lo que nos preocupa, sino algo más profundo como el desvío de recursos económicos y las políticas de privatización basadas en el ahogamiento del sistema público.

Recientemente, unos compañeros jubilados del SAS, me remitieron un manifiesto para ser firmado. En él se deja constancia de ese desencanto de los profesionales que tanto luchamos por el sistema sanitario público en su día. Es una forma de gritar ¡Basta ya! ante los hechos que venimos observando. Aparte del manifiesto que firmamos los jubilados del SAS, también se ha convocado una manifestación para el domingo día 9 a las 12 horas, que se celebrará en cada provincia andaluza.

El manifiesto

Para expresar la verdadera intención del grupo de profesionales jubilados del SAS, nada mejor que recurrir a sus propias palabras, que encabezan a modo de justificación el propio manifiesto, donde dice:

«Somos un grupo de profesionales jubilados y jubiladas del SAS que hemos dedicado toda nuestra vida profesional, desde diferentes ámbitos a la atención sanitaria por lo que tenemos un conocimiento profundo de nuestro sistema de salud y estamos observando un deterioro evidente y progresivo de la calidad asistencial; es más, debido a que a nuestra edad aparecen problemas de salud, lo vivimos en primera persona, cuando requerimos la asistencia. Comprobamos las dificultades que sufren las personas ajenas al sistema cuando necesitan atención de profesionales de la salud.

Al aumento de las listas de espera, la saturación de las urgencias, centros de salud infradotados, la escasa atención a los problemas de salud mental, la falta de personal en situación de precariedad laboral se ha unido el escándalo de los cribados del cáncer.

Esto provoca que la ciudadanía pierda la confianza en el sistema público y se incrementen los seguros privados. Un tercio de la población de Málaga ya tiene contratado un seguro privado de salud.

La sanidad pública es un pilar fundamental del estado de bienestar. La protección de la salud no es un privilegio, es un derecho del que debemos disfrutar toda la ciudadanía sin discriminación alguna, no se puede gestionar con criterios economicistas, ni ponerse al servicio de empresas privadas».

Posteriormente, manifiestan una serie de denuncias sobre la creciente externalización del servicio, la insuficiente financiación, la falta de profesionales, sobrecarga asistencial, fuga de talentos por precariedad laboral y la ausencia de diálogo con los profesionales y la ciudadanía.

Como exigencias plantean un plan urgente de contratación, mejora de las condiciones laborales, reducción de las listas de espera, defensa de la equidad territorial, una gestión transparente, inversión en infraestructuras, equipamientos y tecnología, concluyendo en una idea, que a mí me parece fundamental, como es el fortalecimiento de la Atención Primaria, no solo como eje del sistema sino como elemento básico de la prevención y desarrollo de hábitos saludables.

La generación de los cincuenta

La inmensa mayoría de los jubilados y jubiladas del SAS conformamos una generación nacida en torno a los años 50, en la posguerra. Vivimos la ‘nada’ y sobre ella trabajamos hasta alcanzar el estado actual de derechos y libertades. El sistema sanitario público conforma uno de nuestros mayores éxitos. A él dedicamos nuestra juventud, en mayor o menor medida, de lo que nos sentimos muy orgullosos. Fue un trabajo intenso a caballo de ideologías, ilusiones y esperanzas de futuro. Juntamos las manos sin distinción ideológica o de credo, solo se requería estar a favor de un proyecto renovador para una España anacrónica anclada al pasado, a la que había que desencallar para acercarla a la orilla de Europa y el mundo moderno, donde se pretendía navegar.

Tal vez por eso vivamos con dolor este proceso de deterioro y desmantelamiento del sistema por el que tanto luchamos. Queremos dejarlo, como legado, a nuestras descendientes desde el principio de un humanismo solidario basado en la justicia social, en un Estado que sea garante de la igualdad y la universalidad del derecho a la salud sin distinción alguna. La salud no es un negocio, sino un objetivo.



 


2 comentarios:

Sergio dijo...

Pues sí, Antonio, así es. Nos veremos mañana (o quizás no, porque si la asistencia es numerosa costará más que nos veamos) intentando frenar esa deriva.
Ellos juegan con ventaja, porque saben que estábamos confiados en que había cosas que eran para siempre, ya que en nuestra cabeza no cabe creer que alguien quiera desmantelar lo que, a todas luces, es muy bueno. Pero estábamos equivocados. Ahora sabemos que sí, que esto es una lucha, así que lo único que nos queda es cavar nuestras trincheras y hacer lo posible para frenarlos.
Como decía Violeta Parra (por otros motivos, pero bueno...) "volver a los 17".
Muchas gracias por tu visión que, como siempre, es certera.

Antonio dijo...

Gracias por tu comentario, amigo Sergio.

La deriva del sistema sanitario público

Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 08 NOV 2025 Enlace: https://www.laopinionde...