SOLEDAD
Ábreme la puerta de tus ojos, soledad,
que quiere
evadirme de este mundo
cargado de
ponzoña y de maldad,
que quiero
encontrar bajo tu manto
el candor
del sosiego y de la paz
guardada en
las entrañas para amar.
Brota por
doquier la hipocresía
de la gente
falaz en su bondad
de credos y
de dogmas que defienden
faltando al
humanismo y la verdad.
Son gente
que intoxica con su verbo
que siembra
el desencuentro en los demás
que busca imponernos
sus pecados
en un extraño
rito misional.
Eremita
seré junto a tu lado
apartado de
este mundo irracional
de necios y
perversos endiablados
que no
saben ni siquiera dónde van.
Doctores de
la nada fabulando
pretenden elevarse
en un altar
como dioses
ególatras y fatuos
que encubren
su pura nimiedad.
El espíritu
de Shiva se difunde
y Ares en
su lucha se ha encarnado
en un mundo
de odio y de maldad
donde ya reina
la guerra como el arte
de asolar,
destruir y devastar.
Este mundo
ya no es mundo de promesas
ni siquiera
de esperanza y libertad
es un mundo
de dolor y de pobreza
donde solo
te protege tu propia soledad.
¡Soledad,
soledad!, abre tu puerta
déjame
entrar en tus entrañas,
reposar en
tu tálamo nupcial
donde
guardas entre tules y fragancias
el inalienable
derecho a meditar
para al fin
encontrar mi libertad.
Málaga, 31 de julio de 2024
© Antonio Porras Cabrera
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