sábado, 24 de mayo de 2025

El silencio es complicidad

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 24 MAY 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/24/silencio-complicidad-117756257.html

Lo más cruel que podamos observar hoy en día, sea la visión de la destrucción de Gaza, la muerte de inocentes, el uso del hambre como arma de guerra


Vamos hacia la infelicidad como colectivo humano y la desesperanza ante un mañana muy gris. / Agencias. (Foto publicada en el diario La Opinión de Málaga con el artículo)

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¡Qué difícil es ser feliz cuando se tiene conciencia de la realidad imperante en el mundo! Sobre todo cuando se albergan sentimientos humanitarios, cuando en nuestra alma subyace la compasión, la empatía y la fraternidad como elementos de referencia en las relaciones humanas. Pero, sobre todo, cuando se tiene la convicción de que los seres humanos formamos un todo hermanado mediante la solidaridad, el respeto, la justicia, tolerancia y libertad, cuando se enmarca, o pretende enmarcar, ese sentir universal en un escenario construido para el encuentro y la convivencia en paz y armonía.

Lamentablemente estos principios, que conforman una bella teoría, no son los prevalentes hoy en día y, tal vez, no lo hayan sido a lo largo de la historia, a pesar de ser pregonados como elementos esenciales de nuestra teórica socialización. Su prédica ha sido como la voz que clama en el desierto, y me temo que seguirá siéndolo, por lo que no sé hasta qué punto este texto no será una diatriba que se diluya entre las arenas de ese desierto donde reina la nada.

El que calla otorga

Pero, a pesar de ello, no es ético callar ante la barbarie, porque el silencio muestra la pasiva complicidad con esos hechos. No podemos quedar indiferentes viendo las barbaridades que se dan en nuestro entorno. Este mundo está enfermo porque hay demasiadas almas preñadas de odio, que van pariendo el desencuentro y la violencia, la confrontación y la muerte; demasiadas almas enfermas y carcomidas por la sinrazón y el rencor, por la hostilidad, desprecio, indiferencia, acritud, agresividad y un amplio etc. de emociones y actitudes negativas.

Tal vez, lo más cruel que podamos observar hoy en día, sea la visión de la destrucción de Gaza, la muerte de inocentes, el uso del hambre como arma de guerra, la crueldad de un Estado israelita que siembra la muerte y el terror, contando con la indiferencia y/o aprobación de determinados países y ciudadanos faltos de escrúpulos morales, que defienden, egoístamente, lo suyo y sus ideas regadas por el odio. Asumo la frase de Juanma López Iturriaga, expresada en su red X, comentando lo ocurrido en el festival de Eurovisión y el voto a Israel: «Resulta difícil de creer que pueda existir un solo ser humano que a estas alturas justifique el genocidio que está perpetrando Israel en Gaza. Pero que lo hagan por llevar la contraria a la postura de sus rivales políticos resulta nauseabundo y de una inhumanidad extrema».

De ese resultado deduce Netanyahu el apoyo del pueblo europeo a su causa, a su conducta genocida y destructora del pueblo palestino a base de bombazos y misiles. Eso duele, porque no es lo mismo que des un voto a una canción, que se lo des a un genocida, para que luego se atreva a decir, según la agencia AFE, que: «El Ejército israelí es el más moral del mundo». ¡Manda huevos!, como diría Trillo, cuando las atrocidades del ejército israelí se evidencian por la televisión…

El hooligan gregario y dogmático

Cuesta pensar y aceptar que gente de orden y de credo religioso basado en los evangelios, sean capaces de tolerar, e incluso justificar, las acciones genocidas de Israel, con su conducta pasiva, obviando la compasión que predica el cristianismo. Pero no podemos olvidar que el ser humano, en muchos casos, tiende al gregarismo como forma de integrarse en el grupo, que, por otro lado, también le exige el ser gregario y, a veces, hooligan incondicional cuando el ideario político que profesan es dogmático. Ese dogmatismo, aceptado por el individuo, bloquea el debate ya que no existe predisposición a la escucha, sobre todo cuando se trata de sujetos de mediocre capacidad para el razonamiento crítico y la argumentación, pues todo ello se sacrifica en el altar de las ideas preconcebidas.

Dicho lo anterior y considerando que estamos en un mundo donde la mediocridad cabalga galopante, por las redes sociales, hacia un futuro de idiocia y dependencia de las tecnologías, que suplirán el valor y el conocimiento de nuestro propio cerebro expuesto a la manipulación desde esa idiocia sumisa, vamos hacia la infelicidad como colectivo humano y la desesperanza ante un mañana muy gris, por no decir negro, si es que hay un mañana.

La dicotomía de valores

Volviendo al tema, el ser humano guarda en su interior lo mejor y lo peor, conserva la semilla del lobo y el cordero, del odio y el amor, de la bondad y la maldad, de la paz y la violencia, la justicia solidaria y el egoísmo… La pregunta que hemos de hacernos ahora es: ¿Cuáles de esas actitudes y emociones estamos cultivando? Porque en función de lo que se cultive obtendremos uno u otro resultado; o dicho en sentido inverso, en función de lo que se quiera obtener cultivaremos una u otra actitud.

Es evidente que hay interés en deconstruir el sistema democrático para forjar otro plutocrático basado en el neoliberalismo, incluso en el “anarcoliberalismo” de un mercado insumiso a la norma. Para ello se han de dinamitar los valores democráticos, como el respeto a la diversidad y la pluralidad con base en un sentimiento humanitario propio de la democracia. La estrategia sería hacer que aparezca el lobo, cultivar el odio, la maldad, la violencia, el egoísmo, etc.

Ya hay mucha gente inoculada que vota al nuevo nazismo del siglo XXI. Solo les importa su doctrina, sin pensar demasiado en principios y valores humanos. Sus argumentos han dejado de ser humanitarios, para anclarse al dogma y la consigna, que transmiten como un virus que va afectando al alma, quebrantando el espíritu sensible y sensato que pueda garantizar la convivencia y desarrollo de una sociedad libre y pacífica.

La sumisión de las masas

Dirigir a las masas no es complicado si consigues ganar el relato, controlar o contar con los resortes adecuados para ello: medios de comunicación, poderes fácticos, recursos económicos, influencia sobre las fuerzas del orden y la judicatura, etc… todo bajo la batuta de un falaz discurso manipulador y dogmático, cargado de bulos y medias verdades, que despierte emociones y potencie un estado de opinión pública que beneficie al partido.

Hoy, ante el proceso de deshumanización que afecta a nuestra sociedad, que tanto presumió de ética, moral y demás principios y valores sociales de alta calidad humana, observamos la indiferente ante lo que ocurre en la franja de Gaza, arrasada por el gobierno genocida de Israel apoyado por sociópatas (Sociópata: persona que no demuestra discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás), que pretenden construir un resort de recreo para los pudientes sobre la sangre y los cadáveres del pueblo palestino. Tampoco parece importar mucho que Putin masacre a la población de Ucrania, o que a lo largo del mundo surjan como setas los conflictos que siembran la muerte, la desolación y la miseria de los pueblos afectados, o que mueran miles de niños bajo las bombas o el hambre.

La ley del talión

El sionismo hace tiempo que se planteó la reconstrucción de un Estado basado en los territorios del Israel bíblico, y para ello ha de acabar con los ocupantes de su «Tierra prometida», cuando hace 2000 años de la diáspora; o sea arrebatársela a los palestinos que la habitan desde tiempo inmemorial, que han nacido y vivido allí. Ese es el proyecto del propio partido de Netanyahu, el Likud, que se enmarca en el sionismo revisionista.

Todo el mundo condena los actos terroristas de Hamas y apoya el derecho de Israel a defenderse. Pero una cosa es ejercer la legítima defensa y otra ejecutar un genocidio justificado en ese derecho. La ley del Talión, que defiende la tradición judía, establece: «ojo por ojo y diente por diente», definiendo la proporcionalidad de la respuesta. Pero Israel usa cualquier acto terrorista para justificar su aberrante y desproporcionada venganza, que no es más que una estrategia para limpiar su «tierra bíblica».

En resumen, la devastación de Gaza y, por extensión, Cisjordania, el infringir terror y sufrimiento, y la muerte de inocentes, rompiendo todos los esquemas de la conducta humana, acaban convirtiendo en terrorista al propio gobierno israelí comandado por Netanyahu. Lamentablemente el terrorismo genera terrorismo al sembrar el odio y rechazo entre las partes, y el terrorismo es condenable venga de donde venga, aunque siempre será producto de la voluntad de un ser humano mentalmente desequilibrado.



2 comentarios:

Prudencio dijo...

Añadir solo la diferencia de las gentes de bien manifestandose en contra del genocidio, y por contra sus gobiernos, votado por ellos, que no parece que les importe esta deshumanización. Que el mundo que llamamos civilizado haya permitido esta masacre es imposible de aceptar. Ssaludos, Antonio

Antonio dijo...

Los pueblos y los dirigenets, a veces, están disociados, al menos en parte. No todo el pueblo judio apoya a Netanyahu, pero ahí está votado por la mayoría.

La corrupción, un mal endémico.

  Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 25 de junio de 2025: https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/06/25/corrupcion-mal...