Empatía |
En el mundo de las ideas, del libre
pensamiento y el derecho a ejercerlo y manifestarlo públicamente, existen
variables o diferentes reacciones ante esas manifestaciones por parte del
receptor del mensaje; o sea, de quien las escucha.
Partamos de la base de que la
expresión de las ideas, en un sistema de libertad, es lícita; lo que dudo mucho
que lo sea es el intento de someternos a ese pensar colonizando nuestra propia
ideología, mediante la imposición del pensamiento ajeno, cuando lo esencial es
educarnos a pensar en libertad y responsablemente.
Si partimos de una actitud
constructiva que, teniendo conciencia de que la verdad y la razón están
sometidas a variables no siempre compartidas por todos, nos permite, con mente
abierta, valorar y discernir sobre el pensamiento ajeno, pero tras esa
valoración hay, como mínimo, tres actitudes o posicionamientos respecto al
pensamiento analizado. Podríamos hablar de esos tres términos que propongo considerar
según el nivel de conformidad con la idea expresada, que son: afinidad, respeto
y tolerancia, que en ningún caso son lo mismo, observándose importantes matices.
Pero antes quiero traer a colación
la palabra EMPATÍA como un referente actitudinal que facilita la comprensión y
la capacidad de ponerse en el lugar del otro para mejor interpretar su
pensamiento, actitud y conducta respecto a los demás, en todo caso la empatía
la allana una mayor afinidad facilitando el ejercicio. Los otros tres conceptos
surgen, o deberían surgir, cuando, tras un análisis empático de las expresiones
ajenas, optamos por aceptarlas y hacerlas propias o rechazarlas.
Otro factor modulador es la
amistad, ya que se fundamente en una consolidación previa de ese sentimiento y
a través del tiempo. La amistad conlleva, implícitamente, un sentimiento
amoroso al que la RAE define como: “afecto personal, puro y desinteresado,
compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”; o sea, que
existe de por si una cierta afinidad instaurada fundamentada en el respeto y la
credibilidad. “Un amigo es aquel con el que puedes pensar en voz alta”. Platón
creía que “los verdaderos amigos buscan vivir vidas más auténticas y plenas
relacionándose entre sí de manera auténtica y enseñándose mutuamente” lo que
implica un cultivo sistemático de la AFINIDAD.
Respecto al concepto de RESPETO a
las ideas ajenas, que, lógicamente, se ha de dar también en la afinidad, cabe
entenderlo como una actitud personal ante un planteamiento racional y
razonable, debidamente argumentado y con ánimo constructivo, que no pretende
imponerse, sino aportar esa visión al contertulio como propuesta para ampliar
su visión del asunto tratado. Loable
planteamiento coloquial sin el ánimo pedante del dogmático. Podemos no
compartir ideas, credos, principios o valores culturales, pero respetamos que cada
cual defienda y cultive los suyos desde su propia libertad, siempre y cuando
esos valores o principios no sean lesivos, delictivos, deleznables e
inasumibles por nuestros propios valores, tratados siempre con mente abierta y
razonablemente crítica.
Otro asunto es la TOLERANCIA, al
menos para mí. Recurro de nuevo a dos acepciones del concepto que define la
ARE, como las que se ajustan más a la esencia del verbo tolerar, que de por sí
mismo provoca una paradoja con el respeto. Según el diccionario de la RAE,
tolerar: Del lat. tolerāre. 1. tr. Llevar con paciencia. 2. tr. Permitir algo
que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
Respetar es aceptar la divergencia,
tolerar es aguantar, sobrellevar determinados pensamientos ajenos a pesar del
rechazo a la idea, en base al derecho a la libertad de los demás para ejercer
su libre pensamiento, aunque no lo compartas y ni siquiera te apetezca
debatirlo. La idiotez se tolera en cuanto el idiota existe, pero no se respeta
como algo constructivo. En todo caso, dejaremos de tolerarlo en cuanto
pretendan imponérnosla por la fuerza, la coacción o el adoctrinamiento.
Concluyo
AFINIDAD: Coincidencia de ideas que
te pueden acercar al contertulio por el sendero de la amistad y el afecto, en
el campo de la comprensión y el enriquecimiento mutuo.
RESPETO: A las ideas divergentes
presentadas desde la lógica argumental con razonamiento crítico constructivo y
no dogmático impositivo, aunque no estés de acuerdo con ellas.
TOLERANCIA: Soportar y aguantar la
expresión de las ideas irracionales. Permitir algo que no se tiene por lícito,
sin aprobarlo expresamente. En religión y política serían los planteamientos
integristas y dogmáticos, tolerables mientras no vengan a imponerlos por
dictado o signifiquen la comisión de delitos al llevarlos a término o
implementar la idea rechazada.
Es decir: 1º Bienvenido a quien
comparte mi ideología y concepción de la vida; 2º Respeto al juego democrático
y las diferencias de opinión dada la diversidad del pensamiento a caballo del
complejo evolutivo individual; 3º Rechazo la idea que me agrede y pretende
someterme, aunque la tolero como un ejercicio de libertad de pensamiento
mientras no intenten implementarla y colonizar mi pensamiento con ella anulando
mi propia libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario