Mas comprendiendo que esta tierra
es singular, que está cargada de historia y de influencia de gran cantidad de
conquistadores que la invadieron y que fueron dejando su semilla en estos
lares, comprendiendo, como digo, todo eso y mucho más, no cabe tanta
autocomplacencia, tanta alegría y deleite, tanta satisfacción y contento.
Tenemos muchas sombras que nublan el futuro y lo hipotecan. Si miramos al resto
de España nos encontraremos cifras y datos desconsoladores: somos los
penúltimos (16º) en RPC (Renta per cápita), en alfabetización estamos en el
puesto 15º, con elevado fracaso escolar (21.9% en tasa de abandono) el informe
PISA nos sitúa en el último puesto de España en competencia científica, y
penúltimos en competencia lectora y matemáticas. No salimos bien parados de
esta comparación interterritorial.
Sin embargo, tenemos una gran
capacidad organizadora (qué bien organizamos los desfiles procesionales y las
ferias), una sobredosis de ingenio (escuchen las letras geniales de los
carnavales), una buena dosis de creatividad, de contenido lírico (tierra de
poetas y artistas), etc. Entonces… ¿por qué esas virtudes no dan su fruto en
esta tierra y seguimos a la cola del país? Tal vez no estén bien orientadas
hacia el progreso, hacia el desarrollo de la comunidad… O puede que subyazca un
problema de cultura social, de hábitos y motivaciones anclados a un pasado y a
una estructura de valores sociales dignos de revisión para establecer claros
objetivos. Podría ser esa tendencia a vivir la vida con una filosofía Carpe
diem: “vive cada momento de tu vida como si fuese el último”. Estoy convencido
de que cada uno de nosotros, en el fondo, hemos hechos ese análisis existencial
del andaluz desde la autocrítica, de lo que no estoy tan seguro es de que
hayamos coincidido en el diagnóstico final.
De todas formas, yo sí creo en este
pueblo. Pero se ha de levantar, lavarse la cara y mirarse al espejo, perder sus
complejos, abandonar el servilismo y agarrar el protagonismo, la libertad y la
responsabilidad en su propio desarrollo, tomar verdadera conciencia de sus
potencialidades y de sus limitaciones, para conocerse, a fin de comprender que
el camino no es una fantasía sino un ejercicio activo, un trabajo para ir
haciéndolo en el día a días… “se hace camino al andar”.
La genialidad es efímera si no se
enmarca en una actividad resultante de ella, si no se plasma en algo que la
materialice para que sea efectiva. Seamos geniales, seamos creativos, seamos
comprometidos para hacer de esta tierra algo más de lo que es, no caigamos en
el chauvinismo, en la autocomplacencia que adormece a la gente ―para qué
cambiar nada si ya somos los mejores―, los mejores no somos pero podemos ser de
los primeros si nos lo proponemos.
2 comentarios:
Fantástico lo que has escrito, gracias por compartirlo y estoy totalmente de acuerdo contigo. Ahora son momentos dificiles, consecuencias de la pandemia,la guerra de Ucrania, la crisis económica, y la falta de valores. Pero como soy optimista como tú, pienso que no hay mas remedio que luchar e intentar superarse.
Magnífico análisis, Antonio.
Con tu permiso, lo comparto. Cada 28 de febrero (al menos) intento decir algo parecido a lo que dices, pero como siempre, lo haces mucho mejor, por lo que intentaré explicarme con tus palabras.
Un abrazo.
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