miércoles, 19 de octubre de 2016

Visitando Roma

Panorámica del Vaticano desde Via de la Consolación.
Italia es un país sorprendente. Habiendo sido Roma uno de los mayores imperios de la historia, provoca con su caída un desgranado de toda la península que, por su ubicación en el centro del mar Mediterráneo, se convierte en principal actor de la historia, incluso con la desaparición del imperio, con sus ciudades estado como Florencia, Venecia, Génova, Milán, Estados Pontificios, Reino de Nápoles, etc.
 
Largo di Torre Argentina

Plaza del Quirinale

En este ambiente de competitividad entre ciudades aflora con fuerza el arte del renacimiento y puja por mostrar su poderío a través de las obras de arte y la arquitectura. Sus catedrales y su ornamentación religiosa, sus palacios y esculturas tanto de tipo religioso como pagano y civil, la dotan de un patrimonio impresionante, sobre todo en Florencia, Roma y Venecia, pero sin olvidar el esplendor de Génova, Milán,  Turín, Siena, etc.
 
Palacio Venecia

Templo de Ercole Vincitore

En este relato, referente al viaje a Roma y la zona de Nápoles (de la que hablaremos en otro momento) que hemos realizado con AMADUMA (Asociación de Mayores Amigos de la Universidad de Málaga) de la mano de la agencia Nautalia, dejaremos de lado comentar algo sobre las otras zonas, que aunque afloran a la memoria nada más pensar en Italia, fueron objeto de otros viajes anteriores que no vienen al caso.
 
Teatro Marcelo

Escalinata Basílica Araceli

Roma es espectacular y requiere varios días, yo diría que semanas, para poder conocer su oferta monumental desde los tiempos romanos hasta nuestros días. Existe un contraste entre lo muerto y lo vivo, entre el imperio romano todo poderoso representado por sus ruinas y el todo poderoso imperio de la fe representando por el Vaticano y un sinfín de iglesias monumentales que, en muchos casos, conservan grandes restos del imperio fenecido. Lo pagano de la Roma antigua frente a lo cristiano de la actual. Tenía Roma, en su imperio, la habilidad de hacer suyos los dioses de los pueblos conquistados, con lo que la sumisión mantenía un cierto cariz de integración. Bebía de las culturas de los territorios que fueron ocupando, ya que los romanos no eran gente de alto nivel cultural y filosófico, por lo que iban asumiendo valores, principios e ideas de los grandes pensadores, como por ejemplo los griegos, incluso su mitología la copiaron cambiando sus nombres Zeus se convirtió en Júpiter, Afrodita en Venus, Poseidón en Neptuno, Perséfone en Proserpina, etc. (La obra de Bernini El Rapto de Perséfone o de Proserpina, visible en la Galería Borguese de Roma, hace alusión a un mismo mito). Roma era pragmática, técnica, ingeniera de caminos y estructuras, estratega y guerrera, poderosa y demagoga con su pueblo al que daba pan y espectáculo. Manejando a la perfección el material hasta haber dejado tal impronta que las carreteras actuales, en muchos casos, transcurren por las mismas vías que nos legaron ellos (130.000 Kms. de carreteras empedradas) y persisten sus obras civiles, como el acueducto de Segovia, con tal esplendor que podría ser utilizado en la actualidad con un pequeño reciclaje.  En Djem (Túnez) dejaron otro anfiteatro, llamado Coliseo de Thysdrus, muy bien conservado al que visité hace algunos años. En España tenemos gran cantidad de restos arqueológicos en muy diversas ciudades que dan fe de su paso esplendoroso por la Península Ibérica.
 
Castillo de Santangelo

Fontana dell'Acqua Felice. El Moises

Roma alberga las ruinas del mayor imperio de la antigüedad, que tras su caída fue saqueado hasta la extenuación, quedando una inmensidad de obras repartidas por los museos, sobre todo el Vaticano. Las monumentales edificaciones de la antigua Roma, o bien se saquearon y destrozaron mediante el robo y rapiña en momentos de total anarquía y desgobierno, o bien el tiempo las fue deteriorando de forma natural o por fenómenos como terremotos en el caso del Coliseo, las termas, etc.

Templo de Adriano

Obelisco en la Piazza della Minerva sobre el elefante de Bernini
Poco queda de lo que fuera el gran Circo Máximo Romano, que podía albergar 300.000 espectadores y del que solo se aprecia la explanada para hacerse una idea de lo que pudo ser, con más de 600 metros de largo y unos 150 de ancho. Augusto manda colocar en el centro de la spina un gran obelisco de Ramsés II traído desde Heliopolis, que en la actualidad está ubicado en la plaza del Popolo. Su construcción fue continuada desde su inicio en el reinado del etrusco Lucio Tarquinio Prisco, 5º rey de Roma, allá por el siglo VII antes de Cristo, estando activo hasta 549 de nuestra era en que se celebra la última carrera de cuadrigas. Fue usado como gran cantera para construir otras edificaciones posteriores y podemos decir que se “desguazó” tras más de mil años en activo.
Circo Máximo Romano

Circo Máximo Romano

Circo Máximo Romano
Circo Máximo Romano

Las termas de Caracalla o Antoninas son una inmensa construcción realizada a primeros del siglo III que se dejó de usar el año 537, siendo destruidas definitivamente por un  terremoto en 847 (como cosa curiosa podemos decir que la Estación de trenes Pennsylvania en Nueva York está inspirada en su estructura). No nos olvidemos de las termas de Diocleciano, también con capacidad para más de 3000 personas, convertidas hoy en la iglesia de Santa María de los Ángeles y de los Mártires en la Plaza de la República.

Termas de Caracalla.Foto tomada de internet.
Basílica de Santa María de Los Ángeles y Los Mártires
(En las antiguas Termas de Diocleciano)

Basílica de Santa María de Los Ángeles y Los Mártires
(En las antiguas Termas de Diocleciano)

Basílica de Santa María de Los Ángeles y Los Mártires
(En las antiguas Termas de Diocleciano)

La Domus Aurea era un grandioso palacio construido por el emperador Nerón tras el gran incendio del año 64. Ocupaba, según se ha calculado, alrededor de 50 hectáreas. Quedan restos importantes al haberse conservado tras ser tapada, por orden de Trajano, con escombros y no redescubrirse hasta el siglo XV. Sus lujos incluían incrustaciones de oro, piedras preciosas y marfil, y se cuenta que los techos de algunos salones tenían compuertas por donde se arrojaban flores y perfumes durante las fiestas ofrecidas por Nerón.

Domus Aurea. Foto tomada de internet.

De los grandes arcos del triunfo que se construían en honor de los vencedores en batallas trascendentes, quedan solo tres, el de Tito, el de Septimio Severo y el mejor conservado de Constantino el Grande, que es el más bello, situado junto al Coliseo y en un excelente estado de conservación. El foro de Trajano, (aquel emperador de origen hispano nacido en Itálica) que llevó al imperio a su mayor extensión, sigue contando con su Columna de Trajano donde está esculpida en una forma espiral la crónica de la guerra contra los dacios, además de la construcción de lo que fuera un importante centro comercial de aquellos tiempos… una especie de El Corte Inglés a la sazón.
Arco de Constantino

Arco de Constantino

Lógicamente seguimos hablando de los Foros Imperiales, que bajo mi punto de vista sufrieron uno de  los atentados mayores de la mano de Benito Mussolini, cuando hizo construir una gran avenida sobre los mismos, a la que llamó Vía del Imperio, tapando definitivamente los restos arqueológicos de los diferentes foros sobre los que transita, con objeto de desfilar sus tropas y poder arengar a su gente en medio de tanta esplendorosa ruina romana desde el llamado Balcón de Mussolini en el Palacio de Venecia, mientras al fondo se presentaba, en un majestuoso marco, el Coliseo. En este espacio podemos encontrar lugares muy significativos o foros de diferentes emperadores, como el de Cesar, Augusto, de Nerva, además del de Trajano ya mencionado y, finalmente, el Templo de la Paz mandado construir, del 71 al 74, por Vespasiano, que lo hizo levantar cerca del Foro de Augusto, donde se almacenaron las riquezas saqueadas tras la caída de Jerusalén.

Foro de Trajano

Foro de Trajano

Vía Imperial

Foro de Augusto y Nerva al fondo

Foros Imperiales

Columna de Trajano

Del Coliseo habría para escribir un libro, pero como es tan conocido por todos, solo daré algunos pinceladas. Fue construido en la segunda mitad del siglo I, iniciando Vespasiano su construcción, y lo inaugura su hijo Tito en el año 80 (este solo fue emperador dos años pues falleció en el 81) concluyendo las obras su hermano Domiciano cuando le incorpora el último piso. Tenía una capacidad de 50.000 espectadores. Lo de la muerte de cristianos devorados por las fieras en el Coliseo en tiempos de Nerón es un bulo, pues este emperador murió antes de que, incluso, se iniciaran las obras. También parece ser un bulo eso de que los gladiadores que perdían el combate solían morir. Había una norma bastante extendida, cuando uno de ellos caía se daba por vencido y se paraba el combate. Los gladiadores eran sujetos muy caros, con un coste en su preparación muy elevado y sus dueños no estaban por la labor de arruinarse con su muerte. Era como una forma de tirar la toalla que se suele hacer en el boxeo. Pero volviendo al Coliseo, que tiene forma oval, se utilizó hasta el siglo VI, luego tuvo muy diversas funciones, incluso lúdico y religiosas, hasta convertirse, tras el deterioro producido por los terremotos, en una cantera de la que se sacaba el más diverso material para emplearlo en otras construcciones, cosa común con la totalidad de las ruinas romanas.
Panorámica del Coliseo

Gradas del Coliseo

Panorámica de las gradas del Coliseo

Entrada al Coliseo

Vomitorios del Coliseo

Vista de la zona deteriorada de la arena

Otra obra espectacular es el Panteón (Templo de todos los dioses) llamado de Agripa, construido sobre otra edificación de Agripa en el año 27 a.C., de ahí su nombre. Lo construye Adriano a principios del siglo II y es de corte circular, con una cúpula única de grandes dimensiones, con un óculo de 9 metros de diámetro en su parte superior que desagua la lluvia en el suelo mediante unos agujeros centrales que ejercen de imbornales, por lo que no tiene clave que la cierre sino anillos concéntricos que se fueron construyendo uno sobre otro con importantes refuerzos de nervios, tal como se ve en los casetones, lo que ha permitido que perviva durante 19 siglos.  Bonifacio IV lo recibió del emperador Bizantino Focas, convirtiéndolo en el año 608 en la Iglesia de los Mártires. En ella descansan, no sin polémica, los restos del rey Víctor Manuel II, su hijo Humberto I y su esposa Margarita. Es una de las maravillas que no debe perderse ningún visitante de la ciudad de Roma.

Imbornal de desagüe para  lluvia del óculo

Fachada principal del Panteón de Agripa

Intyerior del Panteón de Agripa

Panteón de Agripa visto desde la plaza

Esperando para visitar el Panteón

Fachada lateral del Panteón de Agripa

Vista trasera del Panteón de Agripa

Cúpula oculada

Interior Panteón de Agripa

La Plaza Navona es un lugar muy concurrido por ser una de las más famosas de Roma, que reúne esculturas, fuentes y edificios de gran valor artístico y supone un centro de la vida social, cultural y turística de la ciudad. Está construida sobre el estadio de Domiciano, lugar de juegos con capacidad para 30.000 espectadores, de ahí su forma. En la actualidad se puede resaltar sus tres grandes fuentes. La del centro o Fuente de los Cuatro Ríos, es obra de Bernini, coronada por el obelisco de Domiciano. Bernini representó a los ríos más significativos de cada uno de los cuatro continentes conocidos en ese momento, el Danubio (Europa), el Nilo (África), el Ganges (Asia) y el Río de la Plata (América). Las otras dos fuentes se encuentran en los extremos, una es la Fuente de Neptuno y otra la Fuente del Moro. Resaltar también la iglesia de Santa Inés en Agonia ubicada en el centro, junto a la embajada de Brasil en el Palazzo de Pamphili.

Vista general de la plaza

Vista general de la plaza

Iglesia de Sant'Agnesein Agone

Fuente de los Cuatro Rios y obelisco

Fuente de los Cuatro Rios. Esculturas de Bernini

Fuente del Moro

Fuente de Neptuno

Vista general de la plaza

Interior Iglesia de Sant'Agnese in Agone

Interior Iglesia de Sant'Agnese in Agone

Visita obligada es la Plaza de España. Es una de las plazas más famosas de Roma. Toma su nombre del Palacio de España, sede de la embajada española ante la Santa Sede y ante la Orden de Malta. En la plaza destacan la conocida escalinata que sube hasta la iglesia de Trinità dei Monti y la barroca Fontana della Barcaccia, construida por los Bernini padre e hijo. Delante de la embajada española se encuentra la columna de la Inmaculada Concepción. Merece la peña subir la escalinata de 135 peldaños que te lleva hasta la iglesia de Trinitá dei Monti, desde donde se aprecian unas vistas estupendas.

Fontana della Barcaccia

Palacio de España

columna de la Inmaculada Concepción

Escalinata de la Trinitá

Vista desde la escalinata

Escalinata subida a iglesia de Trinitá dei Monti

Placa conmemorativa en la casa de Bernini

La Fontana di Trevi es la mayor (con cerca de 40 metros de frente), más ambiciosa y más famosa de las fuentes monumentales del Barroco en Roma. Resaltar la estatua de Neptuno domando a los hipocampos en el centro, flanqueada en los nichos laterales por las de la Abundancia y la Salubridad. Es aconsejable buscar diferentes perspectivas para completar la visión en todo su esplendor, de cerca y lejos. La pila del agua es un lugar muy concurrido ya que la gente suele hacerse fotos en el borde tirando monedas al agua. Se dice que las monedas se han de arrojar, estando de espaldas, con la mano derecha sobre el hombro izquierdo. Si arrojas una moneda volverás a Roma, si son dos aseguras un nuevo romance y tres significa que hay divorcio. Cuidado con los voluntarios para hacer fotos que pueden saltar con la cámara a otra parte y te quedas sin ella.

Fontana di Trevi

Fontana di Trevi

Fontana di Trevi

Fontana di Trevi

Fontana di Trevi

Santi Vincenzo e Anastasio
Hablar del Vaticano es meterse en uno de los más grandes espacios culturales del mundo. Su riqueza artística es incalculable atiborrando de obras todos sus museos y espacios religiosos. Creo que no volveré más a verlo. La primera vez fue más o menos bien, con una fluidez adecuada y tiempo para ver lo expuesto, pero esta otra las salas parecían pasillos del metro plagados de chinos que te hacían caminar sin ver lo apetecido, cuando no era la guía que apresuraba para poder visitar lo establecido en el programa. No describiré las galerías y su variado contenido en esculturas, pinturas, tapices, etc. pues me resulta excesivamente engorroso por su complejidad. En todo caso resaltar que fue el papa julio II, con su gran colección, el mayor exponente de esta inmensa misión que acumuló obras de arte desde entonces hasta conseguir el patrimonio que tienen. Por suerte para los interesados pueden obtener un caudal de información en las páginas de internet (pongo enlace cliqueando aquí).

Museos Vaticano

Entrada Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano. Cleopatra, que no era tan guapa

Museos Vaticano

Museos Vaticano

Museos Vaticano

La Capilla Sixtina merece trato aparte. Toma su nombre de Sixto IV (anteriormente era llamada la Cappella Magna), que fue el gran impulsor de su restauración con obras de un importante colectivo de pintores renacentistas que incluía a Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli y que decoraron los espacios entre y bajo las ventanas. Pero el trabajo pictórico más  significativo es el realizado por Miguel Ángel bajo el mandato de Julio II.  Miguel Ángel decoró la bóveda con nueve escenas del Génesis en su parte central y escenas de profetas, sibilas, antepasados de Cristo, etc. en los laterales de la bóveda, creando una obra de arte sin precedentes que cambiaría el curso del arte occidental. Años después, tras el Saco de Roma, pintó también El Juicio Final en la pared del altar entre 1536 y 1541, para los papas Clemente VII y Pablo III. Lástima de la masificación que hay. Aunque se ruega silencio, no se pueden hacer fotos y el tránsito debe ser ordenado y dirigido por unos vigilantes, no deja de ser un follón poder verlo con tranquilidad, tienes el tiempo que necesites pero te falta espacio para sentarte y la incomodidad se acaba imponiendo. Conseguí un asiento en un banco, pero la aglomeración no te permitía la tranquilidad y el sosiego que requiere contemplar una obra de semejante magnitud… otra vez chinos por doquier y poca posibilidad contemplativa. Es una obra que no te cansas de ver pues son tantos los matices que vas descubriendo que acabas enganchado, absorto, camino del éxtasis. Como curiosidad, remarco que Miguel Ángel tuvo una disputa con el maestro de ceremonias del papa, Biagio de Cesena, por lo indecoroso que eran las pinturas de desnudos. Miguel Ángel, dado el desencuentro, lo representó en el fresco como Minos, el juez del infierno, con orejas de burro y una serpiente enroscada al cuello, por lo que este se quejó al papa a fin de que rectificara la pintura, pero el papa le respondió que él no tenía jurisdicción en el infierno y el retrato se quedó así. Al final los genitales del fresco fueron cubiertos más tarde por el artista Daniele da Volterra, al que este trabajo le hizo ganarse el apodo de "Il Braghettone" ("El Pintacalzones"). Por otro lado y a modo de firma, Miguel Ángel pintó su cara en la piel que sujeta en sus manos San Bartolomé, que, como sabréis, fue despellejado vivo.

Prohibido hacer fotos. Solo os puedo ofrecer esto

Prohibido hacer fotos. Solo os puedo ofrecer esto

La monumentalidad de la Plaza de San Pedro y la Basílica es incuestionable. Su impacto visual es la primera sensación que observas cuando entras en la Vía de la Consolación y encaras la Basílica de San Pedro al fondo, la plaza de San Pedro con su obelisco, traído desde el Circo de Nerón, y su entorno porticado por más de doscientas columnas (284), forma un cuadro espectacular (obra de Bernini). En la ejecución de la Basílica tuvieron especial relevancia los proyectos de Bramante, Rafael, Miguel Ángel y Bernini (Gian Lorenzo). Se inició en 1452, pero no se finalizó hasta 1626 en tiempos de Paulo V, que la financió con la venta de indulgencias. En ella, además de la tumba de San Pedro, podemos encontrar la de 54 papas más, de los 266 papas que ha tenido la iglesia y que están enterrados en otros lugares, incluso no se sabe que fue de los restos de algunos de ellos, según he podido investigar. Es a destacar el mausoleo de Alejandro VII, obra también de Bernini. Para mí, la escultórica de mayor belleza que podemos ver en la basílica es la Piedad de Miguel Ángel. Ahora, tras el atentado sufrido en 1972 la tenemos protegida tras un cristal blindado. Es aconsejable dedicar tiempo para deambular por la basílica y reparar en mil detalles, esculturas, tumbas de papas, bóveda, etc. para tener una visión del conjunto. Por cierto, se puede subir al exterior de la cúpula, pero eso lo dejamos para los más jóvenes.

Panorámica desde Vía de la Consolación
Basílica de San Pedro

Basílica de San Pedro. Altar y baldaquino 


Basílica de San Pedro

Basílica de San Pedro. La Piedad, de Miguel Ángel.

Basílica de San Pedro. Cúpula

Basílica de San Pedro. Baldaquino.

Basílica de San Pedro .
Mausoleo de Alejandro VII, obra de Bernini

Basílica de San Pedro. Santa Helena

Basílica de San Pedro.

Guardia suizo

Fachada principal de la Basílica

Obelisco en la Plaza de San Pedro

Existe otro lugar, en la plaza Venecia, controvertido y a la vez emblemático para algunos, como es el monumento a Victor Enmanuel II, que fue el primer rey de la Italia reunificada. También es llamado Altar de la Patria y, más popularmente, la tarta de bodas, la falsa boca o la máquina de escribir, dada su forma. Surgió la controversia porque su construcción supuso la destrucción de una gran área de la Colina Capitolina, una de las colinas históricas de Roma, y donde se encontraba un barrio medieval. Se respetó, cómo no, la adosada Basílica de Santa María en Aracoeli, con su famosa escalinata. La base del monumento acoge el Museo del Risorgimento. Su terraza nos proporciona unas panorámicas inmejorables. En un nivel justo debajo de la estatua ecuestre del Rey Victor Manuel II se encuentra la tumba al soldado desconocido, que desde 1921 acoge los restos de un soldado sin identificar muerto en la Primera Guerra Mundial. Dos soldados hacen guardia permanentemente junto a la tumba y dos pebeteros con una llama que se mantiene siempre encendida.

Monumento a Victor Enmauel II

Monumento a Victor Enmauel II.
Tumba del soldado desconocido

Monumento a Victor Enmauel II

Monumento a Victor Enmauel II.
Vista desde el foro romano

Si vais por Roma y os gusta la obra de Gian Lorenzo Bernini, el maestro del barroco italiano, hay cinco de especial relevancia de las que solo pudimos ver dos, son: 1) El rapto de Proserpina, expuesto en la Galería Borguese el cardenal que fuera su mecenas, que no pudimos ver; 2)  El Éxtasis de Santa Teresa, situada en la capilla Cornaro de Santa Maria della Vittoria, que nos impresionó; 3) Apolo y Dafne, en la Galeria Borghese, que quedó para otra ocasión; 4) Beata Ludovica Albertoni , monumento funerario que encuentra en la iglesia de San Francesco a Ripa, tampoco vista, y 5) Elefante y Obelisco, ubicada delante de Santa María Sopra Minerva. Encontraréis muchas más obras en Roma del insigne escultor como el Baldaquino de la Basílica de San Pedro, la Fontana di Trivi, la Fuente de los Cuatro Ríos ya mencionada en la plaza Navona, etc. Miguel Ángel no se queda atrás y no os perdáis la visita a la tumba de Julio II, con la obra escultórica del Moisés (está en la basílica de San Pietro in Vincoli), la Capilla Sixtina, la Piedad… Roma es un compendio de arte, sobre todo de contenido religioso dado el poder papal a lo largo de la historia y su mecenazgo, aunque a veces, como le pasó a Miguel Ángel con Julio II, malos pagadores. De Miguel Ángel se podría hablar muchísimo, pues tuvo una larga y fructífera vida, sobre todo en su Florencia natal, donde está enterrado en la Basílica de la Santa Cruz con la flor y nata de los artistas florentinos, y en la Roma papal de la mano del mencionado Julio II. Para los amantes de la lectura, podéis encontrar una novela biográfica titulada “La agonía y el éxtasis”, de Irving Stone, que se acerca bastante a la realidad vivida por el artista, con las limitaciones y desajustes que presentan toda obra de este género.

Parroquia de San Vitali.
Santa María de la Victoria

Éxtasis de Santa Teresa de Bernini
Moises de Miguel Ángel

Tumba deJulio II, en restauracion

Iglesia de San Pedro Encadenado.
Reponiendo fuerzas

Callejeando por la ciudad

Tienda de máscaras
Carta de restaurante
Interior San Andrés del Valle

Bóveda San Andrés del Valle

En fin, dejo aquí tanto texto porque esta ciudad daría para escribir folios y folios con su oferta monumental y artística. Espero que os guste el relato que comparto, pues mi idea principal es escribir para fijar mi memoria y aumentar mi conocimiento sobre la zona visitada, a la par que compartir con  vosotros mis fotos, percepciones y estudios, si os apetece visitar mi blog.

Finalmente, os aconsejo que carguéis este enlace donde se ve cómo es Roma en la actualidad y cómo era en el imperio romano.



4 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Qué bueno despertarme en Roma.¡¡¡Genial!!!

Antonio dijo...

Me entretuve en verla y disfrutrla para despues escribirla y no olvidarla.
Besos

Prudencio dijo...

Un viaje bien aprovechado. Buenos días, Antonio

Antonio dijo...

Así es Prudencio. Me falta por contar la visita a Nápoles y la costa amalfitana.
Un abrazo

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