Tal vez, el resultado de las elecciones, no sea la
mejor solución para Andalucía, pero es lo que han decidido los votantes. Lo
importante es que, al menos, ha cambiado algo el panorama. Me satisface que no
haya mayoría absoluta, que el parlamento esté más fraccionado y que haya más
grupos en representación de la diversidad social. Mientras más grupos se vayan
fajando y hagan propuestas en el legislativo, más oferta para las próximas
elecciones. Es importante que se muestre libremente, con caja de resonancia
parlamentaria, tanto Podemos como Ciudadanos, para ver donde van, ya que, en
cierto sentido, son dos desconocidos. El bipartidismo no es nada bueno, como se
ha demostrado a lo largo de la historia del país. Lo saludable es que cada partido
esté sometido a la confrontación con otras ideas para evitar el estancamiento.
No hay nada peor que una idea sin otra para confrontarla. Por tanto, bienvenida
sea la situación y a ver cómo evoluciona.
Y ahora toca analizar los resultados. No me
corresponde a mí hacer el análisis crítico constructivo pormenorizado que cada
fuerza política debe hacer de su campaña y su situación, pues son ellos los
que deben ver por qué se han dado esos resultados, tanto si han sido buenos
como si fueron malos. Pero, como ciudadano de a pié, me gusta compartir mi
reflexión con los demás.
Empecemos por abajo. Quedan fuera Partido
Andalucista y Unión Progreso y Democracia. El primero ya hace tiempo que está
en la UVI y se resiste a morir políticamente, pues hay una minoría que comulga
con sus postulados, aunque sea marginal. UPyD se ha llevado un descalabro al
ver que el segmento al que aspiraba, el colectivo descontento del centro
político y de votantes del PP, se lo llevó Ciudadanos, que ha sabido hacer una
campaña más ingeniosa y ofrece una alternativa nueva a nivel nacional. En Cataluña,
Ciutadans es una fuerza muy en la línea del PP y los partidos llamados
españolistas, pero tienen, tal vez por eso mismo, un mejor recorrido electoral
en el resto del Estado.
Por tanto, Ciudadanos en Andalucía se buscó, a base
de empujones con el PP, su lugar y lo encontró. Es de suponer, con las reservas
propias de este tipo de conclusiones subjetivas, que sus 9 escaños vienen de la
debacle del PP. Se pueden sentir contentos, aunque para el electorado queda
claro donde se ubican, que es el centro derecha, si no lo están en la pura
derecha.
Izquierda Unida ha sido una víctima propiciatoria de
la dinámica que se ha establecido en el marco de la izquierda, con Podemos
reivindicando una separación clara del PSOE y reclamando una alternativa
diferente para gobernar en defensa de la masa ciudadana. IU, ha sido sangrada por
Podemos, ya que existe una izquierda más tradicional que votó al PSOE y una
nueva izquierda que se fue a Podemos, diezmando a IU. Habría que considerar que
IU pasó por el gobierno, con su pacto con los socialistas, más bien con pena
que con gloria, y no supo rentabilizar las políticas sociales que potenció
en la Junta y en las que participó.
Podemos es otra historia. Surge de la ola que
levanta el descontento, la política de unos partidos a caballo de la corrupción
y de una gestión de la crisis beneficiosa para el capital, el dinero de la
banca y, también, las políticas poco sensibles con las necesidades de la población.
Denuncian la injusticia distributiva y claman al cielo, de la mano de un
importante colectivo social, ante lo inmoral que resulta el pago de la crisis,
que recae sobre los hombros del ciudadano de a pié mientras la banca y las multinacionales
tienen ganancias y, los que no, son rescatadas del abismo con dinero público,
mientras dejan caer a muchos ciudadanos a ese abismo de la miseria. Entienden,
también, que el Estado ha de servir para defender los intereses de la mayoría
social y no de unos pocos, como hacen los gobernantes. Ante el tsunami que se
avecinaba, los partidos gobernantes advirtieron que venía el coco e intentaron desacreditarlos por sus enlaces venezolanos,
su populismo y demás. Yo creo que eso ha hecho mella y las dudas se han
apoderado de muchos potenciales votantes que prefieren esperar a ver cómo se
desenvuelven y cuál es su verdadero programa
político, antes de darles su voto, lo que no quita que hayan tenido unos
excelentes resultados, aunque inferiores a las expectativas. Si son
inteligentes, que lo son, y los partidos de izquierda clásicos no se rearman
ideológicamente mediante un nuevo discurso y una forma distinta de hacer política,
este partido promete mucho más de lo imaginable.
Pero el gran perdedor ha sido el PP. Han sido 17
diputados en caída libre. Arenas se estará frotando las manos de satisfacción
personal, al ver cómo su sucesor le engrandece, ya que le dejó en herencia 50
diputados. No sé yo si el PP, con su
soberbia habitual, será capaz de hacer una autocrítica racional, cosa que
parece poco probable viendo las primeras reacciones ante el desastre. Siguen
diciendo que hicieron buena campaña, que tiene el mejor programa y el mejor
presidente. Ante esto parecen concluir que los votantes somos gilipollas y
hemos elegido a quien no debíamos, ya que los mejores son ellos. No se dan
cuenta que el electorado puede tener otra concepción distinta del proyecto que
necesita Andalucía para gobernarse. El problema del PP andaluz yo creo que ha
sido Rajoy. Ya lo dije cuando publiqué en mi blog “El niño de Rajoy” en alusión
a Moreno Bonilla. El desembarco en Andalucía de Moreno en plan paracaidista,
lanzado desde Madrid en el avión pilotado por Rajoy, Cospedal y Santamaría, ha
sido nefasto. Hay en Andalucía, desde tiempo inmemorial un rechazo a la derecha
chulesca y señorial, y su mensaje no ha estado exento de ese tipo de
manifestaciones de prepotencia y arrogancia. Santamaría, con su risita
sarcástica en plan muñeca diabólica, diciéndole a Susana: "Susana, éste se ha
venido arriba, menuda campaña te espera, bonita" da fe de ello; eso de
bonita suena a retintín y cachondeo. El candidato se lo creyó y lo ejerció en
sus debates, donde afloró su vena de prepotencia paternal y machista, con el
desprecio que significa esa alusión al “no se ponga nerviosa” referida a
Susana. Por otro lado, no es de recibo presentar en el sur, como una política
salvadora, la ejercida por el PP a nivel nacional, cuando está en el ambiente la
idea, que ya he referido, de la injusticia distributiva del coste de la crisis.
Rajoy, que desde el gobierno central, ha estado poniendo palos en las ruedas
del gobierno andaluz, o al menos eso está en la percepción de un importante
colectivo social de estos lares, no puede venir, en plan salvador, a pregonar su
solución hablando de limpieza, anticorrupción, política de crecimiento,
creación de puestos de trabajo, etc. cuando está hasta arriba, y bajo sospecha muy
fundada, por la corrupción en su partido. A nadie se le escapa el mal rollo que
se crea cuando un partido no muestra empatía con el sufrimiento de la
ciudadanía y, además, elimina unos discos duros comprometedores, una actuación
en la hacienda pública sospechosa de ser usada para atacar a los rivales y
defenderse ellos, los casos Gurtel y Púnica, las corrupciones en Valencia,
Madrid, Mallorca, el desarrollo del empleo precario, la desigualdad cada vez
mayor entre ricos y pobres y, para colmo, el cachondeo de la hacienda pública regida
por Montoro, comparando al PP con Cáritas y Cruz Roja, eso hace mella. Pero, sobre todo, lo que más rechina es la falta
de contundencia con sus implicados en corrupción (“Tranquilo Luis, hacemos lo
que podemos”, es un sms nefasto que, por mucho que quieran no lo olvida la gente).
En conclusión: No han dejado crecer al hijo y lo han
hiperprotegido. A Moreno no le ha venido bien esa tutorización por parte del
gobierno central, que parece poseen una conciencia errónea de la realidad
social y de la percepción que la ciudadanía tiene de su gestión. Esa falta de empatía
con la gente a la que quieren gobernar pasa factura. Malos augurios para ellos
de cara a próximos evites electorales.
Y luego está la ganadora y su partido. Susana Diaz y
el PSOE han mantenido, ante una situación tan adversa, su cuota de representación,
ni uno más ni uno menos. Bueno, su partido y ella misma, no son muy diferentes
del PP, con los que han conformado el bipartidismo que ha llevado al país a esta
situación de ruina, en todo caso, hay diferencias ideológicas de base importantes,
pero en la práctica, al estar acotados por las políticas que se marcan desde
Bruselas y el mundo neoliberal que representa la influencia de los EE. UU., el
diferencial en sus actuaciones es muy reducido, salvo en orientación de
pequeñas variables en política social, de empleo y expansión económica. Digamos
que mientras el PSOE se enmarca más en la tendencia económica keynesiana, defensora de la intervención del
Estado en la dinamización de la economía, el PP está más en la línea del liberalismo de Milton
Friedman, que deja en manos del libre mercado la resolución de las crisis, relegando
el Estado a arbitro, en cierto sentido, indolente. ¿Y cómo es posible este
resultado tan bueno para el PSOE con la que está cayendo? se preguntará la
gente… Yo creo que hay varios factores a considerar:
- Existe una tendencia natural de conservadurismo de izquierdas en la Andalucía rural.
- La nueva alternativa de Podemos, que podría hacer más daño, ha quedado en un impasse, hasta ver por dónde sale, esperando la evolución del rodaje.
- El espejo griego es otro factor que, bajo mi opinión, frenó la fuga de votos a Podemos, hasta ver cómo acaba la cosa en aquél país gobernado por Siryza. No obstante, hay diferencias significativas entre ambas organozaciones.
- La corrupción, que les podría haber hecho mucho daño, la han gestionado de forma distinta al PP y en el subconsciente del colectivo social persiste la idea de que Susana suple a Griñan, precisamente, para abrir un tiempo nuevo limpio de agentes corruptos. Mientras el PP saca a los suyos solo cuando la justicia se los echa y, además, mantiene en el gobierno a un presidente connivente con Barcenas y sus chanchullos, lo que le deja bajo sospecha política…
- Han conseguido dar la imagen de que la era de la corrupción fue de gobiernos anteriores y de que el nuevo PSOE rechaza y condena claramente esos actos, aunque se den los casos de Chaves y Griñán que, para muchos, están en una especie de limbo judicial sobre si son o no imputados.
- Bajo mi punto de vista le ha beneficiado que Pedro Sánchez solo aparezca en dos ocasiones en la campaña electoral, lo que le da a su candidatura más marchamo autonomista e independencia del centralismo madrileño.
- También hay un importante colectivo social que piensa que las políticas realistas, dentro del conjunto de la UE y de su homeostasis para asimilar nuevas situaciones, solo las pueden llevar a término partidos bendecidos por el mercado común y sus agentes gobernantes.
- Dentro del planteamiento anterior, el PSOE, por su ideología fundacional, parece más proclive a gestionar la crisis desde una postura más acorde con los intereses sociales, aunque la diferencia con el PP sea nimia.
Visto todo esto, yo saco mis propias conclusiones,
que pueden ser compartidas o no, claro está:
- Se ha manifestado un claro rechazo a la política del PP, rechazo que tiene más que ver con el propio Rajoy.
- El discurso de Rajoy y su política de resolución de la crisis no cala. La gente entiende que el ciudadano está pagando la crisis y gana la banca.
- Ciudadanos le come el terreno al PP y se le presenta como alternativa en la derecha.
- A nivel macro, la izquierda crece y la derecha mengua.
- Podemos irrumpe con fuerza, pero mucha gente no lo ve claro y temen un radicalismo indefinido, que engancha a los electores de IU, aunque no a los del PSOE.
- IU no ha sabido defender sus logros durante el gobierno en la Junta al lado del PSOE y su identificación con Podemos, como decía Anguita, le ha dado sus votos a este último.
- Podemos puede tener mucho futuro, pero bastante gente prefiere esperar para ver su desarrollo y valorar si su actuación es congruente y su programa realizable.
- Los andaluces han decidido, a pesar de los casos de corrupción, dar un voto de confianza a Susana con la esperanza de que modifique la situación y dinamice al propio partido en base a su ideología histórica.
- El PSOE tienen un hándicap: O modifica su política, su discurso y su ideario, o Podemos le adelantará por la izquierda en las próximas elecciones.
- En todo caso, a la vista de los resultados, parece que mucha gente ha aplicado el refrán de “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
- El nacionalismo andaluz, se va al garete, si ya no lo estaba.
- El PP a nivel nacional debe andar preocupado y el PSOE eufórico. Ya se sabe, hago alusión a otro refrán: “Si las barbas de tu vecino ves cortar pon las tuyas a remojar”.
Ahora a esperar a ver si han entendido bien al pueblo
que ha hablado y pedir a ese pueblo que sea implacable con ellos si no cumplen
lo que han prometido, sobre todo con el PSOE, que sigue bajo sospecha aunque se
le haya dado un voto de confianza.
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