miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Dónde están los motivos para estar contento?


Ya son varios los amigos y amigas que me han preguntado por mi ausencia en el blog, por qué no escribo, acusándome de apatía, desinterés e indolencia. Pueden que tengan razón, paso una mala racha donde me invade una sensación de nimiedad vital que me lleva a estar tremendamente disgustado con el mundo. No suelo ver la tele salvo excepciones puntuales. Me asquean los impresentables contenidos del mundo de la farándula y las salsas rosas de las narices con presentadoras/es impresentables, cotillas invasoras de intimidades que buscan la distracción de un pueblo sumido en un estado catatónico, letárgico, ante el tobogán que nos conduce a la miseria social. No soporto a los políticos y comentaristas prepotentes  que quieren sembrar opinión ex cátedra,  como si ellos fueran los guías de occidente, las estrellas fugaces que nos lleven al futuro deslumbrante. No leo la prensa sectaria y partidista, manipuladora y cerril que solo busca arrimar el ascua a la sardina de su dueño y señor, del capital que la compró y la sostiene para su propio beneficio, creando opinión pública desde la mediocridad y la sumisión al sistema, empeñándose en presentarlo sin alternativa a una política de gobierno que nos lleva  a la desgracia social, que consolida el capital como la base y motor del progreso material y deja al verdadero progreso, el social y político, el desarrollo personal, en una cuneta dominada por el paro, el hambre y la miseria humana… Y para estar a La Vanguardia, ABCs no veo  La Razón que justifique El Mundo y El país en donde estamos… y eso duele (permítaseme un toque de humor con esta composición). Duele en el alma sentir la sinrazón manipulante que no entiende de vida humana, sino de salidas florales a una banca maldita y chantajista que nos lleva a la ruina a todos para enriquecerse ellos desde la deshumanización y la gélida frialdad de cifras y letras impagadas.

Mientras el mundo político, atrapado en su indolencia, chantajeado y vendido, sometido a extraños intereses subterráneos, jugando con su bien y nuestro mal, se limita a darle salida a la crisis en la línea que le marcan aquellos que la produjeron. Sorprende la situación de unos políticos que no cumplen lo que dicen, por lo que se  les votó, sino que llevan su programa oculto para servir a su señor, al dinero, para servirse de él y garantizar su mañana y el de los suyos, para ejercer el nepotismo en su familia y partido.

Es Estado, que debió concebirse como garante de la justicia social y guardián y gestor del bienestar y desarrollo de la ciudadanía, está siendo desmontado. Primero por los propios políticos en los que se ha perdido la fe, a los que se ha denostado y vilipendiado metiéndolos a todos en el mismo saco, anulando los posibles bienintencionados y de verdadera vocación política, de servicio a la ciudadanía. La corrupción generalizada los afecta a todos y pagan justos por pecadores. Segundo por el interés inquebrantable de las sociedades e intereses ocultos, que rigen el mundo desde bambalinas, que han globalizado la economía a nivel mundial, para poder campar a sus anchas sin tener que someterse a los caprichos legislativos de Estados a los que se pueden dejar en evidencia y noquearlos económicamente en cuanto no se ajusten y sometan a sus intereses. Lo sabemos, lo estamos sufriendo en nuestras propias carnes… fuga de capitales, fraude fiscal, deslocalización empresarial, globo inmobiliario, especulación con la prima de riesgo de las narices, recortes donde más duele; mientras el mundo político, servil a esos intereses ocultos se mantiene incólume a sus propias corrupciones, con sus grandes sueldos y prebendas… Pero no nos podemos olvidar de las empresas que muestran su poderío en la capacidad de decidir sobre si crean empleo o no y en qué condiciones. El chantaje del mercado laboral está servido y si no se bajan los salarios no hay empleo. Se ha creado la opinión que más vale un mal empleo que el desempleo, que mejor nos sometemos antes de ser despedidos, pues las leyes nos han abandonado a nuestra suerte ante la arbitrariedad del contratante.

Se ha perdido la gran filosofía que justifica la existencia de los Estados, que debería  ser el punto donde pivotara toda política económica y social, consistente en la sumisión de todos los intereses al bien común, a los intereses sumos del conjunto de la ciudadanía, a un sistema sostenible en el tiempo, donde el mercado, la empresa, producción de bienes, etc. estuviera al servicio del ciudadano y no al revés. No podemos ser esclavos del dinero cuando el dinero debería estar al servicio del ser humano. El Estado tiene su justificación en la gestión social de todos los medios de producción, en la normalización y legislación que establezca cauces de desarrollo justos donde prevalezca el ser humano sobre cualquier otra consideración. Hoy, por desgracia, asistimos a todo lo contrario, un Estado deshumanizado, con intereses de grupo ocultos, con maledicencia y engaño, donde el poder en la sobra mueve los hilos de las decisiones y la engañifa para buscar el enriquecimiento de las grandes empresas abandonando a su suerte a trabajadores y pequeños y medianos empresarios. No sigo por este camino, pues me llevaría al oscuro abismo que se nos presenta si no cambian las cosas.

No, no estoy contento. No es de mi agrado esta dinámica en la que estamos metidos, donde la globalización nos atrapa en las manos de las multinacionales y del capital, del mundo de las finanzas y el dinero como valor de primera magnitud, dejando a un lado la solidaridad, el equilibrio, la justicia social, la equidad… Ya no se nos desahucia de la casa, sino de la vida digna, de la calidez humana. Ya no se trata de ver pasar al funcionario del juzgado y la policía que nos echen a la calle de nuestra propia vivienda, sino de marginarnos de la vida misma, de los derechos humanos y constitucionales…  Derecho a la vivienda, a la salud, a la educación y, como digo, a la vida digna.

¿Dónde están los motivos para estar contento? 


16 comentarios:

iñaki zaratiegui dijo...

Estamos en el invierno de los motivos, Antonio.
Ya aflorarán.

Un fuerte abrazo, amigo.

MarianGardi dijo...

Hay muchos aunque no se vean.
Tienes salud?
Tienes amor?
Tienes nietos?
Te queda un amigo o amiga que no son falsos?
Tienes comida en la nevera?
Tienes paz interior?
Ahi están los motivos, lo demás todo es veneno.
Un abrazo

Antonio dijo...

Amigo Izara, saldrán los brotes verdes, pero depende de quien los siembre saldrá un producto u otro. Ahora es el momento de empezar a cultivar otra forma de sociedad más justo, para que los brotes vayan por esa línea.
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias Marian, por tu pensamiento positivo.
Un abrazo

emejota dijo...

¡Y qué bien te entiendo! Te diría que bienvenido al club, pero no tiene ninguna gracia.
Es como vivir sin vivir en el mundo y .... tan alta pena pago.... que ya me siento muerto y cada vez me importa menos.
En el blog del otoño acabo de tocar un tema semejante, con el mismo sustrato y lo acabo con el chiste que me mandaste. Muchos besos de camarilla.

Mercedes Dueñas dijo...

Completamente de acuerdo, salvo por un detalle, nada de lo conocido vale, ni banderas ni colores ni símbolos. Solo cuando se dirija con respeto, igualdad de derechos y obligaciones empezaremos ver la luz. Se han olvidado que aquí no hay dueños de nadie ni de nada. Y somos nosotros los que hemos permitido a los que supuestamente tenían que defendernos se quedasen en sus asientos llenando sus maletines por no hacer nada. Se necesitan muchos cambios querido amigo, como para estar contento.
Me alegro de tu vuelta.
Un abrazo.

María dijo...

Te entiendo perfectamente porque me he sentido identificada con tu escrito.

Estamos pasando una mala época todos, y se nos apaga hasta la ilusión por escribir.

Un beso.

Darío dijo...

No hay nada para festejar en el mundo. Ajuste aquí, asesinatos allá, conspiraciones acullá. Te comprendo. Un abrazo.

sergio dijo...

Posiblemente no hay motivos para estar contentos, aunque como dice Sabina "hay más de cien mentiras que valen la pena", pero de todas formas lo que no hay que hacer es rendirse, porque si no habrán ganado ellos. Y creo que necesitamos tus palabras, que, como te he dicho en ocasiones, son un foco de luz en mitad de tanta penumbra.
Espero poder leyendote, aunque sea con amargura destilada.
Un fuerte abrazo.

Modesto Reina dijo...

Antonio, estoy tan de acuerdo contigo, que mejor hago mutis por el foro, y me motivo internamente sin añadir nada. Que los dioses ayuden a los más débiles. Un abrazo amigo, y que esta pesadilla se esfume pronto.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Pues si no estamos contentos los que aún nos permitimos ciertos lujos, imagina cómo estarán los que cada día esperan la aparición de los que vienen a desahuciarles y además no tienen nada que llevarse a la boca. Y todo porque hemos confiado el país en unos hombres que sólo pensaban en sí mismos.Lo peor es que no hay solución: todo se viene abajoy no hay futuropara los jóvenes en los próximos veinte o treinta años. Un abrazo, Antonio.

Roberto R Bravo dijo...

En efecto, Antonio, el Estado no tiene sentido ni razón de ser cuando esto se convierte en el abuso de los poderosos y en el "sálvese quien pueda". Igual –no, mejor– haríamos vivendo en las montañas, lo más lejos posible de los indeseables y rodeados de los más allegados y solidarios, de gente que valga la pena. ¡Qué fácilmente se destruye lo que ha costado años largos, esfuerzo e incluso vidas construir! Ya el "estado de bienestar" no existe, salvo para los sinvergüenzas que como sanguijuelas se alimentan del mal y la desgracia ajena. Pero tú y muchos otros no callaremos, los combatiremos con todos nuestros medios, pocos o muchos, y lo haremos con la verdad, la humanidad y la honestidad que ellos no tienen, porque vale la pena luchar por algo mejor. Y ¿sabes otra cosa? Venceremos. No lo dudes.

Prudencio dijo...

Es cierto Antonio que es un sin vivir como va todo lo político, lo social,lo jurídico, los derechos..., este estado del malestar. Pero tenemos la obligación de estar informados de lo importante. Cada uno elija su fuente, todas son partidistas,pero no hay otra opción.Desde luego no son agradables las noticias, pero no podemos vivir en una torre de cristal.
Segio, lo dice,hay más de mil mentiras, También hay más de mil verdades para sentirnos vivos: la familia, la literatura,el deporte,o cualquier meta que nos pongamos. Tú tienes un arma para defenderte y, por qué no, atacar, tus poesías, y escritos varios.
No será casualidad que estos días esté volviendo a escuchar aquella música protesta de mi generación: Jorge Cafrune, Quilapayún, Mercedes Sossa, Violeta Parra,Victor Jara, Soledad Bravo. Serrat, siempre. Me reconforta. NO pretendían quedarse solo en canciones, impulsaban a la lucha. Estamos en un contexto distinto en que no caben aquellas pretenciones.
Una joya: el señor Gallardón, después de su última medida sobre las tasas en la justicia dice que los conservadores somos nosotros.
Un abrazo, Antonio, no dejes de escribir. Te lo agradeceremos.

luna llena dijo...

¡Ay Antonio! que triste y desilusionado estas y no es pa menos, dices grandes verdades, necesitamos esperanza ilusión y solo nos ofrecen un Mundo lleno de injusticia, mentira y avaricia.
Pero yo siento que eres un hombre valiente y luchador, anda... no te dejes vencer, sigue recordandonos la mierda que nos envuelve, muchos ya somos conscientes de ello mas que nunca y puede ser un principio para que no nos sigan engañando. Este Sistema esta podrido, me duele pensar que nuestros hijos se van a tragar los próximos años cambios dolorosos que nadie sabe donde nos pueden llevar.
No se que tiempo hace en Malaga, aqui en Cunit el mar esta sereno, el cielo azul las tórtolas revolotean por el jardín entre los crisantemos morados. No nos pueden quitar nuestra imaginación, nuestro pequeño mundo interior, nuestra mente despierta.
Un abrazo amigo.

Alfonso dijo...

Estamos vivos. Ese es el motivo, y aunque sea invierno, está bien que nos recluyamos en nuestros cuarteles, pero sembrando claveles para que en primavera les estalle en todas las narices. Abrazos!

Antonio dijo...

Queridos amigos y amigas, os agradezco vuestros comentarios en general. No ando con un estado anímico envidiable, pero sé que es pasajero, que ante estos hechos que denuncio y antes las circunstancias que nos atenazan solo cabe descubrirlas, desmenuzarlas, para que la gente tenga conciencia de lo que está pasando y que se cuece entre bastidores.
Un abrazo para todos y todas los que comparten estas inquietudes

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