domingo, 26 de febrero de 2012

Andalucía (y X)


La religión en la guerra y la posguerra.


Procesionando en los años cincuenta.
Cuevas de San Marcos
Vistas las dos entradas anteriores es fácil hacerse una idea de cual es el papel que desempeña la iglesia, sobre todo su jerarquía, en el conflicto civil, dado la simbiosis entre ambas partes, o sea, clases dirigentes conservadoras e iglesia.

Al catalogarla, tanto el marxismo, el anarquismo y el propio movimiento obrero desde la revolución francesa, como un elemento alienante de la masa popular, la sitúa en el blanco de sus ataques. La iglesia, que es como un enorme elefante que se mueve con extrema lentitud, está falta de reflejos y continúa anclada al poder y la tradición, sin saber interpretar claramente el mensaje del Jesús más humanista. Sigue defendiendo sus prebendas e influencias y dando la espalda a las necesidades sociales reales y a la explotación de la masa obrera. Por tanto, el conflicto estaba servido y las partes aprestadas al combate.

Es bien cierto que la iglesia es perseguida y no defendida con rotundidad por la República ante los ataques de sus enemigos ideológicos. También lo es que fueron asesinados muchos de sus seguidores, sobre todo clérigos, frailes, monjas. De igual forma, en bastantes casos, se quemaron y destrozaron iglesias. También es cierto que las bandas de pistoleros de uno y otro bando andaban a la gresca y se asesinaba a sindicalistas y obreros, a la par que el anarquismo militante respondía con la misma moneda.  En todo esto, la alineación secular de la religión con el poder estaba pasando factura a través de la violencia; su apoyo al absolutismo, su connivencia con las fuerzas más conservadoras y reaccionarias, su implicación en el sostenimiento del sistema injusto que se denunciaba, la situaban en uno de los bandos de forma descarada. Se da, pues, un acumulo de “mártires”, por usar un término religioso, entre sus seguidores, sobre todo durante el conflicto bélico, lo que ha llevado a una ola de beatificaciones en los últimos años. Eso sí, los 16 curas vascos asesinados por el bando nacional no tienen este calificativo y anda excluido de la posibilidad de beatificación, ya que eran simpatizantes del bando contrario o, en todo caso, del independentismo vasco que pretendía romper la patria, España.

Manifestación de fervor femenino en la posguerra
(Cuevas de San Marcos)
Sin entrar en los honores dados por el régimen a estos “mártires” y a los muertos del bando vencedor, hemos de lamentar que aun hoy día, cuando parece que ya se debería haber resuelto el conflicto con la convivencia constitucional que se elaboró en la transición y haber cerrado las heridas abiertas durante la guerra, permanezcan en las cunetas y fosas comunes, como proscritos, miles de restos de ciudadanos asesinados por el bando vencedor, si bien los suyos, insisto, han sido honrados sobradamente en los años del franquismo. La religión que, para mí, debería ser la paladina que reclamara el trato humano adecuado a estos muertos, que un día pudieron ser sus enemigos, sigue sosteniendo el odio y el desprecio lavándose las manos, no reconociendo su propia implicación en los fusilamientos y ejecuciones sumarias, bendiciendo el pelotón, presenciando, muchas veces, las ejecuciones para dar “cobertura espiritual” al fusilado.

En esto me viene a la memoria el dicho que: “Quien a hierro hiere a hierro muere”; pero, como creo en la ley del péndulo, también diré: “Quien a hierro es herido a hierro mata”. La iglesia tuvo mártires y fue herida a hierro a lo largo de su historia, sobre todo en sus primeros momentos, pero aprendieron bien la lección y muy tempranamente andaban quemando templos paganos y pregonando la muerte del infiel. En este caso reciente también dieron cobertura moral y espiritual a muchos crímenes del franquismo. El sufrimiento y muerte de un comunista (todos los del bando republicano fueron tildados de comunistas, vaya forma de generalizar) eran merecidos, pues eran demonios con cuernos y rabo (así nos los imaginábamos los niños) enemigos de la Patria y del Señor. Y digo yo, y ahora con sorna, eso de los cuernos podían darse en ambos bandos, si bien lo del rabo era evidente que lo había aunque fuera mal puesto por delante en lugar de la cola. Eso sí, las mujeres del bando vencedor andaban más controladas y no estaba bien visto encontrarlas hablando con otro hombre, salvo el cura, con lo que el cura era el consolador oficial de las damas frustradas, ejecutor milagroso de maternidades imposibles y padre, Dios sabrá, de cuantos hijos, ya que todo el mundo le llamaba padre, si bien sus hijos le solían llamar tito.

Curas y mujeres en la puerta de la iglesia
Pero volvamos al tema. La iglesia toma parte activa en la contienda y comparte con el régimen la cama, controla las ideas y el pensamiento moral, define la ética civil, perdona los pecados (sobre todo de los suyos), censura la educación y los medios de comunicación a la par que lo hace el régimen. Recuérdese la calificación que se ponía en la parroquia sobre las películas que se proyectaban en los cines, la obligatoriedad de acudir a misa los domingos salvo ser señalado con el dedo, los niños con los niños, las niñas con las niñas, dejad que los niños se acerquen a mí, el poder del cura del pueblo y del clero en general, la sumisión de la gente con el besamanos continuo de los curas, su exclusión de la ley penal, exención de impuestos y un sinfín de prebendas otorgadas por el régimen ante su connivencia.

En estas circunstancias, la iglesia bendecía la guerra como una Santa Cruzada, daba cobertura moral y religiosa al hecho, allanaba el camino para que el régimen se entendiera con Dios y fuero nombrado Franco “Caudillo de España por la Gracia de Dios”, como aparecía en las monedas junto a su imagen, lo paseaba bajo palio, le otorgaba parte en el nombramiento de sus obispos, adoctrinaba al pueblo en la sumisión al poder establecido y a los principios del Movimiento Nacional en las escuelas, sostenía y potenciaba el sometimiento de la mujer al dictado machista y un amplio etc. En suma, la religión, en su alianza del nacional-catolicismo, asumió el papel de adoctrinadora y controladora de la mente y el espíritu de la gente para perpetuar el sistema. En contrapartida es favorecida por el régimen con diezmos y primicias, con exenciones fiscales que se mantiene en la actualidad con el IBI, con subvenciones y pago de curas y religiosos en plan funcionariado, de colegios y con disposiciones legales que la protegen.  En  todo  caso es bochornosos que se mantengan la presión fiscal sobre la ciudadanía en tiempos de dura crisis mientras la iglesia, egoístamente, anda embolsándose cantidad de millones de euros procedentes del conjunto de esa ciudadanía, incluidos los no creyentes. Ellos ponen como justificación su labor social a través de cáritas y demás organizaciones, pero a la vista del artículo reseñado más abajo cabe pensar en cambiarle el acento a cáritas y dejarlos en caritas, pero duras. Para más información aconsejo, entre otros, el interesante artículo de Juan G. Bedoya en el diario el País, titulado Jaque al paraíso fiscal (ver en:

Banquete de primera comunión
Pero continuemos. Hoy sigue habiendo claros ejemplos de esa resistencia al cambio, a esa necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos y echar “pelillos a la mar”, de su obcecación en el anacronismo dictatorial religioso. Se ve que los pastores, tipo Rouco, no están por la emancipación de las ovejas, aunque la derecha más recalcitrante pidiera para el reformista Tarancón el paredón en los tiempos de la transición, aunque el Concilio Vaticano II abriera la iglesia al pueblo y se acercara al sufrimiento y la injusticia con la elaboración de la Teología de la Liberación, a la que, tras la muerte de Juan XXIII, se le fueron poniendo palos en las ruedas hasta demonizarla con el tiempo al amparo del inefable Wojtila, próximo santo de oficio.

Aquí he de decir que la iglesia es culpable. Culpable de la muerte de la fe y la religiosidad de muchos creyentes. Pues se da una confrontación entre el mensaje de un Jesús humanista, abierto a todos, paladín de la justicia social, cercano al pueblo con el que compartía el sufrimiento y la idea de liberación, con el que nos identificábamos muchos de los luchadores de aquellos tiempos, y por otro lado un Dios sembrador del miedo, amenazante con los infiernos, frustrador y controlador, aliado del poder y la injusta tradición, que busca hacer al ciudadano bobo y sometido a los designios pastoriles y al mundo milagrero, con curas de boato y ceremonia, de prepotencia y verdad dogmática, que choca claramente con los nuevos tiempos, con el proceso devolutivo social que ya viene imparable…

Placa recordatoria del increíble milagro de San Vicente Ferrer
( en una calle de Morella)
Como prueba de que sigue anclada en el pasado, de que su anacronismo es inmutable, señalo algunas cuestiones significativas. Todavía se ven en el interior de muchas iglesias lápidas recordatorias de los caídos por Dios y por España del bando vencedor, véase como ejemplo la catedral nueva de Vitoria-Gaztei, y creo que la de Jaén también la tenía, cuestión que, por estar dentro, no agrede a ningún transeúnte y están en su derecho de poner lo que les venga en gana dentro de su casa, pero en la fachada exterior, como es el caso de Morella donde estuve recientemente, es otro cantar. Ya que hablamos de Morella, hay otro ejemplo claro de bobería crédula cuando se encuentra en una fachada una placa (ver foto) con la inscripción: “En esta casa obró San Vicente Ferrer el prodigioso milagro de la resurrección de un niño que su madre enajenada había descuartizado y guisado en obsequio al santo. (1414)”. Toma ya…!!! Ahora vas y lo cascas… Estos es mucha más milagro que la gallina de Santo Domingo de la Calzada, que como bien sabréis, cantó después de asada… Con todo mi respeto, a estos dislates solo se le puede dar crédito desde una fe ciega que anule la razón y cierre la mente a cualquier razonamiento lógico. Eso sí, la iglesia sabe crear esas mentes, pues práctica no le ha faltado a lo largo de los siglos.

Para mí, y lo digo con todo el comedimiento, esta jerarquía eclesiástica está muy lejos de sus bases populares (no me refiero al Parito Popular, claro está, que es más bien su aliado) y de su misión religiosa, pues es bastante intolerante, se cree con derecho a orientar al legislativo, sigue siendo dogmática, anatemiza, carece de cualquier planteamiento democrático, es machista y excluyente, mercadea con objetos de fe y sigue sosteniendo una estructura farisaica e hipócrita, donde el dinero es objeto de culto y dedicación. Sin embargo, conozco a mucha gente creyente que son modelos de compromiso social, de capacidad de razonamiento crítico y de coherencia. Me permito un recuerdo a monseñor Romero, asesinado en El Salvador por ultraderechistas protegidos por el régimen, como defensor del pueblo oprimido y denunciante de los atropellos del poder. Lo que no me cabe bien en la cabeza es como siguen sin luchar dentro de su organización por cambiar las cosas y hacer una religión más humana, más abierta, que respete la diversidad y defienda el laicismo como forma de relación social entre los distintos credos.

Pues bien. Esta iglesia es la que anduvo dominando el país durante la posguerra y mis años de infancia. La viví en mis carnes, y solo de mayor, cuando mi uso de razón y mi conocimiento me permitió la libertad de pensar autónomamente, puede sajarme de ella y fraguar un pensamiento crítico. Eso le pasó a mucha gente de mi generación.

Procesionando en mi pueblo.
El monaguillo de la derecha soy yo
Ahora estamos inmersos en una situación de conflictos religiosos, donde la fe vuelve a blandirse como espada de lucha irracional para neutralizar ideas. Miedo me dan las religiones que, como ya he dicho, no trajeron paz sino guerra, no aportaron encuentro sino confrontación, no buscan la verdad sino imponer “su verdad” dogmática, no utilizan la razón sino la fe… y es que muchas religiones justifican el mal cuando este está al servicio del bien, de su propio bien. Es decir todo vale para sostenerse en esa fe y en ese credo, por lo que se mata, si es preciso, para defenderse de las agresiones de las ideas contrarias. En algunos casos, como estamos viendo, incluso con bombas e inmolaciones indiscriminadas. ¿Qué tendrá la vida del más allá que nos lleva a hacer tantas barbaridades en el más acá?

Bien, amigo/a lector, si has llegado hasta aquí, tras leer las diez entradas bajo el epígrafe Andalucía, aunque sea más bien una pasada por la historia de España para situar el contexto de mediados del siglo pasado; si Dios te otorgó la santa paciencia para leerme y tener esta visión de las cosas desde un punto de vista más crítico, te agradezco esa paciencia y el interés mostrados y ¿cómo no? los comentarios que pudieras haber colocado con tus opiniones. En todo caso, te comento que esto es parte de un proyecto literario de análisis personal sobre el momento histórico que nos ha tocado vivir y como se fue fraguando esta sociedad en crisis y conflicto continuos. Espero, cuando el proyecto esté pulido y concluido, que me llevará cerca de un año, poder presentarlo de forma íntegra para que puedas conocerlo en toda su extensión.


15 comentarios:

Myriam dijo...

Antes que nada: Mucho éxito con el proyecto.

Me casó gracia lo de quitarle el acento a Cáritas. En efecto, es lamentable que la Iglesia como institución, se haya distanciado tanto de las enseñanzas del Maestro.

Un abrazo y Antonio, ya que estamos, te cuento que se te extraña por casa.

Antonio dijo...

Ciertamente, amiga, no ando ahora mucho por los blog ajenos, o al menos, no suelo dejar tanto comentario como antes. Es debido a este trabajo, a que mi nieta por la mañana no me deja usarlo y a mis últimos viajes. En fin, son excusas que no justifican esa ausencia de notas, si bien siga pasando por los blog de la gente más querida, como es tu caso, aunque no te deje nota.
Besos cargados de afecto.

RGAlmazán dijo...

Pues sí, Antonio se me antoja que el proyecto llegará a buen puerto. Muy buena pina tiene.
En cuanto a la religión católica qué puedo añadir que no hayas dicho. Nada, estoy totalmente de acuerdo.

Salud y República

Thornton dijo...

Espero que ese proyecto vea pronto la luz, lo merece.
Fui monaguillo, de los que nos manejábamos en latín, y desde esa autoridad corroboro tus opiniones sobre los curas.
Un abrazo y suerte en tu proyecto.

Cayetano dijo...

Un pilar fundamental donde asentarse el régimen ilegítimo, a falta de una verdadera ideología. La connivencia de la jerarquía eclesiástica fue bochornosa y lamentable.
Un saludo.

Antonio dijo...

Gracias Rafa, espero que así sea y pueda desarrollarlo como me apetece. Ya sabes que nos tocó vivir una etapa intensa de cambios y luchas, aunque ahora estemos en la cuerda floja.
Saludos

Antonio dijo...

Se dice que Dios los cría y ellos se juntan, jejeje. Dos monaguillos contestatarios a la vista de los visto.
Un abrazo y gracias.

Antonio dijo...

La verdad, amigo Cayetano, es que ejercieron esa función de argamasa controladora de las ideologías y adoctrinadora para sustentar al régiemen.
Un saludo

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Sí, Antonio,yo también fui monaguillo, y también leí el artículo que publicó el País ayer. Es escandalosa la cifra que se destina a la Iglesia para sueldos y mantenimiento.¡Y encima nos cobran entradas por visitar las catedrales y por oficiar bodas y funerales!Entradas que tampoco se declaran ni pagan impuestos. En los años en que Franco y Tarancón no se comían la boca,el general, como un novio resentido, le echó en cara todo lo que le había pagado a la Iglesia desde el fin de la guerra: 30 mil millones de pesetas de las de entonces, mientras que los demás carecíamos de hospitales y escuelas gratis para todos y había que emigrar por la falta de puestos de trabajo.
Pienso que la Iglesia actúa como los camaleones: se cambia de color para pasar desapercibida y sobrevivir en cualquier sistema: En la Cuba de Castro sobrevive bien, así como en cualquier país hispano; en Euzkadi ha demostrado varias veces que apoya a los separatistas, en Castilla es nacional. Según leí hace años en Francia, los movimientos independentistas vasco y bretón nacieron en seminarios y universidades de jesuitas. El PNB
era un movimiento independentista católico surgido en un seminario de Bretaña, al este de Francia, que se puso del lado de Hitler y luchaba contra su propio país, con la esperanza de que si Alemania ganase la guerra les ayudaría a alcanzar la independencia.Es la región en que los últimos años se refugiaban los etarras.
Y ayer, en ese mismo periódico, los obispos vascos desempeñaban una vez más su labor en favor de la legalización de Eta pidiéndole a las víctimas de ETA que fuesen generosas y perdonaran sus crímenes para alcanzar la Paz. Yo me pregunto por qué no lo pensaban cuando dieron a luz al mundo etarra en sus centros religiosos. En fin, que te auguro un gran éxito con ese libro y espero me guardes un ejemplar cuando salga. Un abrazo

Antonio dijo...

Amigo Juan, gracias por tu aportación, a la que ni quito ni pongo nada pues por sí misma ya deja las cosas claras, tal como tú las ves.
Que la iglesia siempre jugó a dos o más bandas es evidente, por eso siempre gana, solo hace falta potenciar el ala que apoya o se identifica con el ganador.
Un abrazo

Eastriver dijo...

Antonio, tantas cosas...

En primer lugar, dices tantas cosas, y aunque al final parece que lo desligas de Andalucía y lo relacionas más en general con la historia de España yo creo que es oportunísimo que este texto cierre la serie sobre Andalucía, que ya había tratado el tema religioso. Porque de una forma muy directa el problema religioso es un problema andaluz.

Cuando vine a Andalucía por primera vez, aparte de quedar enamorado, tuve una impresión de impacto: en Granada capital una señora con mantilla!!! Yo eso no lo había visto más que en las fotos de mis padres de solteros, de mis abuelos, para mí era algo de otra época. Y aunque es evidente que Andalucía ha cambiado como un calcetín en estos últimos años también lo es que el peso de la religión, asfixiante en todas partes, lo es especialmente en tu tierra. Aunque ciertamente de una manera especial, como especial es todo en tu tierra.

Hablas, entre otras cosas, de la espiritualidad católica disidente, o al menos de otra posible forma de entender la fe católica. Citas a Monseñor Romero. ¿Sabes que este verano he leído su diario? Lo escribió durante sus años finales, y queda interrumpido precisamente por su asesinato. Cuenta sus visitas a Wojtyla, tanta incomprensión como sufrió y lo obediente que fue siempre. Bueno, a Romero no quieren hacerlo santo, está claro, resulta incómodo, porque su propuesta pasa por mirarlo todo de otra forma.

Y precisamente de esto, de mirar todo el entramado religioso va mi actual entrada, la que pondré dentro de escasos minutos. Casualidad que hayamos coincidido también en esto, no me digas tú... Aunque sé poco puedo sentirme cercano de otra forma de entender la religiosidad... Afortunadamente quedan exponentes de esa otra manera.

Bueno, suerte en tu proyecto. Y no te pienses, en cualquier momento se te ocurre una entrega XI sobre Andalucía... no te cortes en ese caso porque es lo que tiene el pensamiento generador: que uno enriquece su propio discurso constantemente. Lo cual es una suerte para tus amigos, porque el diálogo ilumina (el debate no, el debate sirve sólo para gritar, para chillar, para hacer ruido, para levantar aplausos, para montar un programa de la tele de noche del sábado o un parlamento político... pero el diálogo es otra cosa), el diálogo genera, crea, da a luz.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Quise decir Bretaña, al oeste de Francia.

Eastriver dijo...

Tras leerte voy a visitar el blog de otro amigo andaluz, y me encuentro esto:

http://asaborido.wordpress.com/2012/02/27/dia-de-andalucia-mi-orgullo-ser-andaluz-28f-diadeandalucia-siyofueraandaluz/

Merece la pena.

Antonio dijo...

Gracias, Ramón, por tu amplio comentario. La verdad es que me han quedado tantas cosas por decir que es imposible poder plasmar en un blog todo aquello que uno siente y piensa sobre el tema.
Fíjate que, según mi opinión, esa religiosidad de procesión y mantilla no deja de ser una manifestación de fe y dominio de la zona por la religión católica, sobre todo para acojonar a los antiguos habitantes de la zona, conversos desde el islamismo. Fue otra parte de la guerra de poder y de dominio que persiste a lo largo del tiempo en tanto se ha convertido en tradición. La religiosidad andaluza tiene altas dosis de folclore y manifiesto popular que la vinculan con el sistema y el dominio cristiano tras la conquista. Esta es otra reflexión que me viene a hilo de tu argumento sobre la peineta.
Un abrazo y pasaré por tu blog para leer tu entrada al igual que por el que me aconsejas

Alfonso Saborido dijo...

Gracias por tu visita, te sigo :)

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