viernes, 14 de mayo de 2010

Quiero saber la verdad




El asunto de la memoria histórica sigue levantando ampollas en la derecha española. Continúan sosteniendo que eso produce enfrentamiento entre el pueblo, que reabre heridas y despierta el odio entre la gente. Es curioso que unos sujetos que se hacen llamar demócratas, que dicen ser cristianos y seguir las enseñanzas de su dios, sean tan irrespetuosos con esas enseñanzas y manipulen el asunto con tanto descaro, pues ahora no se trata de levantar o abrir heridas, sino de sellar, cicatrizar y zanjar la historia.

España tiene un cáncer histórico que condiciona la convivencia entre sus ciudadanos. No querría remontarme a como se fragua este Estado con los Reyes Católicos; ni a la guerra de sucesión con el conflicto entre las Españas y la abolición de fueros mediante el decreto de nueva planta; ni a la frustrada revolución de los liberales seguidores de las ideas francesas, que se pliegan al totalitarismo Fernandino con la década ominosa, cargada de terror, ejecuciones y sometimiento al “Vivan las caenas”; o a otros muchos hechos históricos, o levantamientos, que se dieron en esta patria común, para someter al pueblo a los poderes clásicos y trasnochados que lo fueron gobernando. Pero sí, hay algo más reciente que está condicionando la vida y el proceso democrático, el entendimiento entre los pueblos de esa España diversa y polifacética, que forma el puzzle del Estado. Ese puzzle que se encajó siempre forzadamente, que no se permitió nunca entrelazar sus piezas libremente, desde la voluntad de los pueblos, sino desde la imposición del poder. La última fue la guerra civil, el conflicto entre las dos ideas de España, entre la que pretendía imponer un sistema democrático, basado en la II Repúbica, en contraposición al impositivo y dictatorial que conlleva la monarquía clásica.

Ya sabemos como terminó todo. Algunos incluso lo recordamos de forma más directa. Una idea fascista prevaleció sobre la democrática y se impuso a lo largo de casi 40 años en el gobierno de España. En Europa se derrotó esa idea y se relegó y condenó por perversa, antidemocrática y criminal… Se desarmó y condenó a sus actores y se sembró el cultivo al espíritu democrático. Posicionarse como demócrata implicaba la condena al fascismo. Sin embargo se mantuvo y toleró un régimen fascista en España, aunque no se le diera marchamo democrático para poder entrar en la Comunidad Europea.

Cuarenta años de formación franquista en las escuelas implica que algo de esa siembra ha de fructificar. Por lo que en España hay un importante colectivo de hijos ideológicos del antiguo régimen, hijos que votan y, lógicamente, eligen a quien mejor le convenza. Lo curioso es que se asignan la etiqueta de demócratas, pero no pasan la prueba del algodón, que como he dicho antes consiste en posicionarse como tal y condenar la idea fascista o nacionalsocialista. Y uno se pregunta, si el PP no condena y enjuicia al régimen franquista, oponiéndose a la clarificación de sus crímenes de lesa humanidad, ¿no se está identificando con ese régimen, como aglutinador de sus hijos ideológicos? ¿Cómo van a permitir que se juzgue a sus padres políticos? Si es así se entiende que cualquier intento de juzgar al franquismo puede ser interpretado como juzgarles ideológicamente a ellos, entonces se arremete contra quien lo haga como si fuera una agresión propia. Por tanto, el haber convivido y permitido que el fascismo español perviviera, ha producido una generación que, en lugar de estar en disposición de cerrar heridas, ha fracturado más la sociedad.

Ciertamente, la historia la escriben los vencedores y sus cronistas. La palabra vuela y lo escrito permanece. Si no se retoman los hechos históricos reciente de esta España nuestra, la historia puede no ser justa con los vencidos, con el pueblo idealista que quiso ser libre y fue sometido una vez más. A ver si resulta que el calificativo de héroes se van a adjudicar a los asesinos y el de asesinos a las víctimas.

No se ha de pretender más que dejar las cosas en su sitio, que la historia diga la verdad de los hechos y que los muertos de las cunetas y de las fosas comunes sean enterrados y honrados como se merecen, no solo por ser sujetos que dieron la vida por sus ideas en la mayoría de los casos, sino por darles el mismo trato que se les ha dado a los otros contendientes y por merecerlo desde el punto de vista humano y, si me apuran, cristiano. También hay una cuenta pendiente con los hijos robados y dados en adopción.

No soporto el cinismo de los sujetos que aplauden y avalan la beatificación y santificación de sus llamados “mártires” religiosos, mientras niegan el pan y la sal a los que fueron muertos por los de su bando. Ellos, a los suyos, los tienen es sus iglesias fotografiados como mártires, los honraron durante cuarenta años y los trataron como héroes, los otros siguen en las cunetas. Me parece una conducta reprobable, nada cristiana, como dicen ser muchos de ellos, y, en todo caso, clarificante de su posición ideológica de apoyo al fascismo que determinó el régimen.

Aquí quedan retratados. Por sus obras los conoceréis. Se me cae la cara de vergüenza ajena cuando escucho a la señora Aguirre su discurso en el parlamento madrileño defendiendo el levantamiento militar del 36, acusando a la república del propio conflicto, con un absoluto desprecio al sistema democrático que se instauró con ella.

Pero no solo quedan retratados por eso, sino por su propio desprecio a la diversidad del pueblo español; por su tendenciosidad al intentar imponer sus principios desde su propia convicción religiosa, obviando la aconfesionalidad del Estado, que ya debería definirse como laico; por su falta de visión estadista dejando que la crisis vaya corroyendo el sistema y les de el gobierno en bandeja; por tener sus intereses en las multinacionales y no alinearse con los del propio pueblos español, etc. etc…. Pero, sobretodo, por seguir defendiendo al franquismo y negar el derecho de las víctimas, defendiendo a los “manos manchadas” de sangre bajo el descaro de llamarse “manos limpias”, de acometer contra un juez que se planteó pedir y hacer justicia.

Es repugnantemente despreciable ver, cuando un pueblo dice haber madurado, como en estos momentos un conjunto importante de sujetos, continúa con una posición defensora de un régimen fascista y se atreven a llamarse demócratas. No puede ser demócrata quien justifica a los que impusieron las ideas por las armas, a los que reprimieron el pensamiento contrario, a los de la idea única, a los que ejercieron el dictado sin consideración, a los que atropellaron los derechos humanos, a los que pisaron las urnas, a los que se niegan a reconocer el derecho al honor de quien luchó por sus ideas y/o fue fusilado y arrojado a la cuneta.

Lo más sorprendente es que la religión, con su halo de cristianismo, teóricamente defensora de la paz, la verdad, la caridad y la justicia, el perdón y no se cuantas cosas más, manifieste su hipocresía y se dedique a santificar a los suyos, o mejor dicho, a los que estuvieron en el bando franquista, pues a los suyos del otro bando los siguen repudiando, y obvien el derecho que tienen los demás. Si esto es ser cristiano, que venga su dios y lo vea.

Concluyo que ser demócrata pasa por condenar todas las dictaduras y exigir que se haga justicia con los afectados por ellas. Esa es la prueba del algodón. Si el PP y otros no condenan al franquismo y bloquean el enjuiciamiento de sus actos de lesa humanidad, están demostrando ser antidemócratas y cómplices ideológicos de esos actos.

Las heridas infectadas y necrosadas solo se curan con un friedrich, que consiste en la eliminación del tejido esfacelado o necrótico de la herida, que no permite su cicatrización. De esta forma se facilita que sus bordes, ya limpios, puedan unirse cerrando la herida definitivamente. Aquí hay que hacer un friedrich histórico para dejar al descubierto la verdad de nuestra historia reciente, para que las generaciones venideras sean capaces de comprender y aprender de ello, evitando se vuelva a dar esa situación tan deplorable.

De momento lo siento por el cirujano Garzón, al que no le dejan hacer el friedrich, y quieren quitarle el título de médico. Hoy le han apartado de su puesto. Veremos a ver que determinan el señor juez del supremo. Pero, en todo caso, el derecho a la verdad lo deben reclamar las generaciones engañadas y nosotros ayudar a que no les tomen el pelo. No queremos que nuestra historia personal y generacional sea manipulada.

Queridos chicos y chicas, el drama de las Pantojas, los asuntos de las Belenes y no se cuantas más merodeantes de la tele, son nimiedades comparado con el sufrimiento de la generación anterior; la que ha permitido que gocemos todos de este bienestar con su lucha. Merece la pena que los honremos y exijamos la verdad, nada más que la verdad de esa historia. En todo caso, vosotros, desde el desapasionamiento y la neutralidad, mirad y buscad, exigid que se os diga esa verdad y no se os tome el pelo por parte de nadie. La historia escrita hasta ahora la escribieron los vencedores, demos pábulo a los vencidos.







40 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

perdona antonio que esta vez discrepe contigo, al menos e una parte: no es cuestión de memoria histórica de un bando, si se quiere recuperar una memoria no es a cachos como se pretende. si recuperamos, vamos arecuperar toooooooda la memoria. es una parte de la historia que me fascina y cuando terminé la carrera de historia, me dediqué a leer ya que esa época se nos quedó a medias. de todas formas creo que ya te lo dije en alguna ocasión cuando veo toda esta "mierda" que se está levantando a beneficio de alguien, estoy convencida ya que nada se hace gratuito, siempre recuerdo la actitud de don santiago carrillo o la pasionaria, mucho tendríamos que aprender de ellos.
En cuanto a la iglesia, también habría que decir mucho en contra y a favor. ¿Cuándo aprenderemos a ser justos y objetivos con unos y con otros?
Un besazo, ah, y me encantan el cambio de opiniones, siempre se aprende, de uuuuuunos y de oootros

Mercedes Pinto dijo...

Yo creo que posicionarse en uno u otro bando para rescatar la memoria histórica también es un error. La guerra siempre la gana un bando, pero la perpetran dos. Hubo muertos en los dos lados, (una de mis tías abuelas fue quemada en un convento, su padre murió en Paracuellos y el hermano de su madre a manos del ejército de Franco. ¿No es una locura?)Por eso siempre digo que mi cuerpo podrá arrebatármelo al ganador, pero mi mente me pertenecerá para siempre; intentaré no venderla ni a unos ni a otros para no apartarme del lado de la justicia.
Un abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Pero evidentemente tienes razón en que durante cuarenta años se ensalzó a loss vencedores ¿no es hora de reconocerle el mérito a los que lucharon a favor de la legalidad y no a favor de los golpistas?.
Las guerras son malas. Para todos. Pero peores para los que pierden. Y eso no quiere decir que los que pierden sean peores que los que ganan.

Txema dijo...

La guerra incivil fue una tragedia de dimensiones colosales cuyas consecuencias aún colean.

Pero, con el respeto que me merecen las personas, discrepo profundamente de algunas de sus opiniones.

Lo cierto es que durante 40 largos años hemos soportado una dictadura fascistoide que ha impuesto una visión sesgada de la historia.

No sólo es ya que fuera la de los vencedores, es que fue la de la mentira sobre las responsabilidades de cada uno que no son comparables.

Pero, en todo caso, ya es hora de que todas aquellas personas que fueron masacradas durante y también, y esto es muy importante, después de la guerra, tengan su reparación histórica.

Esto es lo que, lamentablemente, no parece que entiende todavía la derecha española, que se empeña en decir que esto significa abrir haeridas. Todo lo contrario se trata de cerrarlas para siempre.

un saludo

MarianGardi dijo...

Memoria historica pero Real y no mentiras, fuera las mentiras.
Un abrazo, ya estoy en casa

emejota dijo...

He escuchado tanto, sabemos tanto, hemos visto tantas injusticias, tantas debilidades repartidas por todas partes que no puedo evitar pensar que todos somos perdedores mientras existan las guerras. Y si estas son producto nuestra estupidez tendremos lo que nos merezcamos hasta que caigamos en la cuenta de la fragilidad de nuestro género y le pongamos algún remedio. Un abrazo.

Chesana dijo...

Es complicado el tema sobre todo porque durante demasiados años ya se ha manipulado la historia de un hecho que se alargó mucho después de la guerra.

La reparación social es necesaria porque lo contrario es empecinarse en mantener una mentira, una farsa que sinceramente no consigo entender. Tan complicado es?.

Saludos cordiales.

Felipe Medina dijo...

Estoy hasta las narices de aquellos que dicen de toda la memoria.Aquí huno una posguerra en la que se asesinó,se totutó y se encarcelo.

Los vencedores han tenido todos los reconocimientos.

a los vencidos que yacen sepultados en cunetas o descampados,no es tiempo de darle sepultura digna?

Basta de jueces fascistas.Sólo queremos recuperar nuestros muertos

RGAlmazán dijo...

Antonio, yo creo que los vencedores están suficientemente --de sobra, dignificados--, no hay comparación. Unos se rebelaron contra el orden constituido y encima se les erigió en mártires. Muchos de los otros todavía siguen en las cunetas.
Mi opinión es que aquí no hay equidistancia posible. Cuando se dignifique a las víctimas de franquismo, sólo cuando eso ocurra, se podrá mirar hacia delante. ¡Ya está bien la broma!

Salud y República

Anónimo dijo...

Muertos en la derecha...
Muertps en la izquierda...
Pero...

Está muy bien resucitar lo que se daba por sepultado. Hay que pagar las injutícias, siendo ello un gran derecho.
Estamos a las puertas de los gobernantes del pasado, dando rienda suelta a la represión e inquisición, cosa que con ellos mismos núnca harán.
Parece mentira toda la suciedad que els sacan y aún quieran convecernos, de que són los mnejores.
Nuestro Dios, por supuesto, no es bnuestro Dios.
Hay que tener buena memória.
Lo importante es no caqminar hacia ningún extremo.



Gracias Antonio.
Muy bues texto. No hay que callar.

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Lo que nunca se podrá desvincular de la historia es la realidad iglesia y persecición del franquismo, eso quedará grabado en la memoria de aquellas personas que vivieron tal, hoy dia hay extensiones de ellos de diversas maneras, pero lo que toca a toda persona que se siente responsable es actuar y no permitir que politicos o personas con poder, hagan lo que han hecho con el Juez Garzón que ha sido una verdadera arbitrariedad que falta a la verdadera democracia.

Como dijo un ex gobernador puertoriqueño:

"El poder no les da derecho a ser canallas"

Pero lamentablemente lo vivimos a diario en las politicas actuales.

Antonio dijo...

Antes de contestar a cualquier comentario, legítimo, como es lógico, querría hacer algunas aclaraciones para que se entienda mi posición al respecto. Salvando las lógicas divergencias que puedan producirse y que se manifiestan en los referidos comentarios, creo que todos podríamos estar de acuerdo en que:
1.- Es preciso y necesario cerrar la herida de la guerra civil.
2.- Debe quedar para la historia los hechos reales, la verdad acontecida.
3.- Como demócratas condenamos las dictaduras y, por ende, el fascismo de la etapa franquista. Cualquiera que se identifique con ello hace apología de la injusticia y se sitúa al margen del sistema democrático.
4.- Es conveniente y necesario honrar a los muertos de los dos bandos.
5.- Todos sabemos que a las victimas del bando franquista se les ha honrado suficientemente, pero no a los vencidos.
6.- A estas alturas es inconcebibles que queden muertos y desaparecidos en las cunetas y fosas comunes.
7.- Los familiares tienen derecho a pedir ayuda a los gobiernos para encontrar, honrar y dar sepultura a sus antepasados y estos deben hacerlo en justicia.
8.- Desde el punto de vista histórico debe quedar rigurosamente analizada esa etapa para que las generaciones venideras sepan la verdad de los hechos.
9.- La confrontación entre españoles debe terminar, basada en la convivencia pacífica y respetuosa con las divergencias. Nosotros no hicimos la guerra, ni tenemos por qué defender o avalar sus actos, aunque podamos comprenderlos como un fenómeno sociológico del momento.
10.- No debemos tener miedo a remover la mierda si es para limpiarla, más bien al contrario, deberíamos colaborar todos en ello. Si no se limpia perdurará con su olor para siempre. De momento se está demostrando que sigue oliendo y apestando.

Por tanto, ahora no reclamo que se abran heridas sino que se cierren. Que se sepa la verdad, que las cosas se pongan en su sitio y se mantenga el equilibrio aséptico que necesitan las generaciones venideras para saber qué paso en esa historia. Que se reconozca el derecho de todo ser humano a descansar en paz y a devolverle la honra que le arrebataron por las armas.
Solo entenderé que se ha superado el conflicto cuando todos, sin excepción, seamos capaces de mirar al pasado, con el dolor de cada cual, pero constatando que los vencidos también hayan sido tratados con justicia histórica.

Antonio dijo...

Gracias Mariángeles por tu comentario. En algún aspecto creo que ha quedado respondido en mi introducción anterior, sobre todo en lo de la “mierda.”
Con relación a la iglesia he de decir que fui educado por religiosos y engañado, bajo mi opinión, respecto a los valores sociales, hasta que con los Jesuitas se me abrieron los ojos. Fui defensor de las innovaciones de Juan XXIII y de la teología de la liberación y se me desmontó el sistema cuando las jerarquías se impusieron y eliminaron esa filosofía de vida religiosa.
En la transición ejerció un papel importante, nos reuníamos en las iglesias y el propio Tarancón era un hombre muy comprometido, hasta le gritaban “Tarancón al paredón” los afines el viejo régimen, no sé si por tu edad lo recordarás.
La iglesia, dado que es tan amplia, siempre tiene en su seno aquello de que “de todo hay en la viña del Señor”. Convive lo peor y lo mejor y cuando el péndulo se va hacia un lado arrolla al otro. Hoy estamos viviendo una etapa regresiva, bajo mi punto de vista, y, sin llegar a los viejos tiempos, parece que se esté contagiando del fenómeno integrista en muchos aspectos. Tapa (los jerarcas) sus pecados, como se está demostrando, hasta que la evidencia la pone contra las cuerdas. No es un buen ejemplo. El buen ejemplo lo da la base, de la que conozco mucha gente que con su trabajo diario y a conciencia, sin alienación, dan ese ejemplo.

Solo se progresa desde la divergencia o el contraste de ideas. No hay nada más malo que una idea sin otra para contrastarla. Posiblemente estemos más de acuerdo de lo que pudiera parecer.

Besos

Antonio dijo...

Mercedes, ciertamente es una buena cuestión no apartarse de la justicia, pero la justicia no siempre es entendida igual por todas las partes. Ha llegado el momento de que no se hable de bandos sino de justicia, para dejar una historia justa de lo acontecido. En mi introducción anterior intento dejar claro mi posicionamiento al respecto.
En mi entrada “La larga mano del caudillo” me enteré por tu comentario de lo ocurrido a tu tía abuela y espero que hayas leído mi respuesta en ese mismo post.
Un abrazo

Antonio dijo...

María Jesús, yo pensaba y pienso que la situación actual de España es neutral desde el punto de vista democrático, que la transición nos puso a todos en el mismo bando y que deberíamos juzgar a ambos lados con la misma idea de justicia y compensar los agravios.

Antonio dijo...

Txema, entiendo perfectamente lo que dices y es complementario a mi posicionamiento. La historia ha sido manipulada y debe ser reescrita para decir la verdad de los hechos, esa es la mierda que hay que limpiar, a la que aludo en mi primer comentario junto a honrar a los muertos. La dignidad del vencido no puede ser pisoteada por la mentira del vencedor.
Un saludo

Antonio dijo...

Bienvenida de nuevo Marian. Pues sí, amiga mía, me adhiero a lo que tú bien dices, exigiendo la verdad de la historia y desechando las mentiras.
Un abrazo

Antonio dijo...

Emejota, es cierto. Hemos vivido tanto y tantas injusticias que debemos trasmitirlas a nuestra descendencia para que las conozcan y no se repitan. Somos responsables de lo que hicimos y de que lo que trascienda sea la verdad de lo vivido.
Un abrazo

Antonio dijo...

Chesena, no debería ser complicado si no fuera porque algunos quieren seguir con la mentira de la historia. Hay que quitar la porquería para ver lo que hay de verdad debajo.
Saludos afectuosos

Antonio dijo...

Felipe, me uno a tu grito. Tan difícil es que la gente lo entienda? Si es de mera lógica, de sentido común. Posiblemente haya demasiada gente que se siga identificando con papa caudillo y estén en muy altas instancias.

Antonio dijo...

Rafa, creo que la broma es un ultraje. Se ultrajó a las víctimas y se ultraja a su memoria. Solo se pide su dignificación.
Saludos

Antonio dijo...

Hola Olga i Carles. Como decís, está muy bien resucitar lo que se daba por sepultado, porque en realidad no estaba bien sepultado, sino en las cunetas. Hacer esto es lavar el pasado y honrar a los ultrajados desde la justicia y verdad, sin extremismos.

Antonio dijo...

Ciertamente, Peter. Es una lacra que siempre tendrá la iglesia con su pasado. Los pecados de la iglesia a lo largo de la historia son incontables e inconfesables.
La justicia está para ejercerla, no para utilizarla torticeramente. La mayoría del pueblos español piensa que están haciendo con el juez Garzón una arbitrariedad.
Me ha gustado esa frase del poder no les da derecho a ser canallas. En democracia el poder es del pueblo y solo se puede ejercer el gobierno y la justicia desde el pueblo y para el pueblo.

Camino a Gaia dijo...

Tu entrada, Antonio, me parece magistral. Sin embargo me gustaría añadir algunas cosas. Fueron el golpe militar y la posterior dictadura los que fraguaron el mito de los dos bandos. La democracia vigente era lo menos parecido a un bando, siendo como toda democracia que se precie, plural y diversa, tanto en lo ideológico como en lo territorial. Pero si hubo un bando perdedor no fue ni la izquierda ni la derecha, fue la democracia.

Nuestra propia constitución exige la no discriminación por razón de ideología y evidentemente la ley de amnistía es discriminatoria y desde luego anticonstitucional, puesto que impone de hecho una situación asimétrica sobre violaciones de derechos humanos, cuya investigación y enjuiciamiento ya se realizó durante el franquismo, con juicios que incluso no contaron con las debidas garantías. El régimen franquista contó con un poder judicial propio, del que son herederos y representantes parte de los magistrados que han encausado a Garzón. Asimismo, no sé hasta qué punto el secuestro de niños, puede considerarse un crimen político que pudiera acogerse a la ley de Amnistía. Estoy convencido que detrás de la caza a la desesperada del juez Garzón, se esconden algo mas que envidias. Creo que nuestro poder judicial intenta protegerse de la propia justicia, de la investigación que sacaría a la luz el entramado de connivencias, corrupción y prevaricación, que salpicaría inevitablemente a nuestros "honorables magistrados". Se defenderían acusando de un delito que conocen bien, la prevaricación.

Eastriver dijo...

Antonio, resulta apasionante no solamente tu entrada sino también el debate que se genera. Y tu comentario aclarador con el que coincido totalmente.

Yo soy de los que piensan que es cierto que en una guerra se cometen aberraciones en todos los lados pero la responsabilidad final está tanto en los que comienzan como en los que han ido creando un clima de enrarecimiento y de odio, de censura, de mentiras y de silencios. Si de verdad la derecha de este país quisiera pasar página lo primero que haría sería no actuar de la forma prepotente que lo está haciendo en tantas cosas. Digamos que nos pinchan y luego, cuando nos quejamos, nos atacan porque encima hacemos ruido.

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, sigo con interés desde mi patria venida a menos, cada vez más, lo que acontece del otro lado del charco con el caso de juez Garzón, aprendo mucho sobre esta parte de la historia de la madre patria a través de tus importantes aportes, obviamente un aprendizaje para algunos de nosotros, digo mis compatriotas, de ver lo que conduce las posturas radicalizadas, porque aún somos una patria jóven, o almenos en una adolescencia bien larga, y no me atrevo a opinar mucho de un tema que no manejo muy bien, pero en todo caso pienso, que si es necesario hacer justicia por áquellos que fueron acallados, si bien la historia ya fué escrita, hay que enaltecer la memoria de áquellos que no puedieron hacerlo por ellos mismos. Que tengas un lindo domingo, besitosss

Antonio dijo...

Camino, gracias por tu argumentado comentario que suscribo totalmente, incluyendo el añadido aclaratorio y ampliatorio del mío. Creo que una de las cuestiones que se han de clarificar es esa, la de que los rojos no eran el enemigo de Franco, sino la democracia de de la II República. Se levanta contra un gobierno surgido de las urnas y lo derroca por las armas.
Una de las cosas más increíbles que puede uno ver es que la democracia no asuma como propia, la lucha de los que lo hicieron por ella y tolere la de los traidores al sistema democrático. No olvidemos que el bando demócrata fue el perdedor de la contienda, como lo hubieran sido las democracias occidentales si hubiera ganado la guerra Hitler. El asunto es que en la transición no se hizo el cambio ideológico en las instituciones y se mantuvo, como impuesto por el acuerdo, a los jueces existentes sin pedirle nada a cambio. Pero, como yo digo, hay mucho hijo ideológico del régimen anterior en esas instituciones. Si la derecha en España fuera democrática, se identificaría con la república como sistema democrático, y enjuiciaría y condenaría al franquismo. Por eso digo que no pasan la prueba del algodón. De ahí que no se entienda en el extranjero lo que pasa con el juez Garzón. Imagínate que pasaría si en Alemania empuraran a un juez por juzgar al régimen nazi… seguro que no lo comprenderían. Eso está pasando aquí y ellos no lo entienden porque se piensan que el fascismo se erradicó de España en la transición. Craso error.

Antonio dijo...

Gracias, Ramón. Yo creo que en el 36 se dio un hecho importante, como fue la ilusión de un pueblo oprimido por el señorito y el capital, explotado y hambriento, sumido en la miseria, sin clase media, que vio un rayo de esperanza en la república por su idea justiciera y democrática. Se aferró a ello y tuvo la mala suerte de que se desbordó y no se pudo o supo reconducir el sistema hacia una situación estable, amén de la mala suerte de tener un Hitler y un Musolini, a nivel internacional, en plan belicoso y expasionista, junto a un Stalin en esa misma línea.
Identificar la república con la izquierda revolucionaria es una falacia que sirvió para extremar posturas, pero la España republicana era, ante todo, demócrata y gobernaba quien ganaba las elecciones. En el 34 fue la derecha y en el 36 surgió el frente popular de la izquierda. La república es nuestra madre democrática, el franquismo un ladrón que nos la sustrajo por mucho tiempo. Ahora debería pagar por ello dejándolo la historia en su sitio, al igual que se han quedado los nazis y fascistas italianos.

Antonio dijo...

Hola amiga Circe. Encantado de volver a tenerte por aquí. Yo también sigo con preocupación la evolución de tu pueblo y cada día me siento más preocupado por ella.
Sé que los casos no son comparables, pero de todo se ha de sacar enseñanzas. Las dictaduras son malas por definición y, aunque se disfracen se han de denunciar.
Besos

alma dijo...

Hola Antonio,

Llego a tú blog desde el thorton club. Allí había un comentario tuyo donde hablabas de los "tontulianos" de las "tontulias" políticas. El término me pareció tan perfecto que me lo aproìé y además que te he seguido hasta aquí.

Siempre que leo, o hablo, o escucho cosas sobre la recuperación de la memoria me acuerdo de un artículo de mi paisano Julio Llamazares. Creo que está escrito con decencia, responsabilidad, sensibilidad y un aplastante sentido común, justo lo que le falta a los "tontulianos"


Me he permitido traértelo aquí: La perseverancia de los desaparecidos

Saludos, Antonio.

Antonio dijo...

Gracias Almalaire, por tu visita y comentario. Leí el artículo de Julio Llamazares y los comentarios al resepcto. Me ha gustado su ponderación y sentido común, que comparto.
Yo me quité de ver a los "tontulianos" pues transmiten y siembran "tontulia" a los demás.
Un saludo

Abuela Ciber dijo...

Te he leido con atencion, pero no debo opinar por se un tema local.

Si en lo universal que es que sinceramente no legué ni estoy de acuerdo legar a generaciones que nos preceden nuestras fallas del pasado.

El odio siempre enjendra odio, aunque lo pinten como reinvindicaciones, que luego se convierten en fundamentalismos.

Cariños

Antonio dijo...

Abu, gracias por tu comentario. El odio ante la injusticia solo lo palia la justicia.
Cariños

Anónimo dijo...

Pensar que la red está llena de españoles que avalan al franquismo y niegan a los republicanos caídos. Y hay republicanos (o hijos y nietos de), que avalan a los caídos de su bando y niegan que haya habido crímines. Y viceversa.

La memoria histórica no se elige. Se construye sumando todas las voces, la de los vencedores y vencidos, aunque a muchos no les guste o no quieran aceptarlo.

El no hacerlo es una irresponsabilidad, la misma que permití que esos crímenes hayan tendio lugar en un primer momento.

Y ésto sirve tanto para España como para Portugal y los países de América Latina que aún no cierran sus heridas dictatoriales.

Saludos

J.

Ana Márquez dijo...

Hay un chiste gráfico del genial Mingote en el que aparecen dos señores ya maduros hablando sobre la memoria histórica. Uno de ellos dice: "el problema de la memoria histórica es que no todo el mundo recuerda las mismas cosas". Y esto, Antonio, se puede aplicar a TODOS. Durante el franquismo se cometieron atrocidades, como suele ocurrir por desgracia en estos y otros regímenes totalitarios. Y, claro, los vencedores sólo ensalzaron a los suyos... durante cuarenta años. Después del franquismo y durante ya más de tres décadas, en libros, artículos, tratados, tesis, etc, etc, se ha ensalzado a los vencidos. Te podría dar una lista de más de cien libros escritos sólo en el último lustro dedicados a este tema donde sólo se habla de las burradas cometidas con los caídos del bando republicano (qué porras, si tú debes conocer muchos más títulos que yo :-)) por no hablar ya de las películas, obras teatrales, canciones, etc. Así que en cuestión de ensalzar cada uno a los suyos, estamos ya empatados y perdona la simpleza de la exposición del argumento. O, si quieres, aún nos quedan unos añitos para llegar a los cuarenta para que la cosa quede igualada. Desde el 75 han corrido rios, mares, abismos de tinta sobre los crímenes del franquismo, Antonio, así que no se trata de "sacar a la luz algo que no sabíamos", porque yo creo que estamos ya bien empapados de "sabiduría" en este caso. Yo al menos estoy bastante saturada y te está hablando alguien a quien, como a tanta gente por desgracia, también le mataron a una tía abuela los franquistas ( y la pobre mujer no había hecho nada :-( pero la fusilaron por hablar, simplemente.

Este rollo viene a cuento del título de tu entrada.

Ahora. ¿Que el gobierno en pleno debería declarar oficialmente al franquismo como un régimen de terror durante el cual se cometieron crímenes de lesa humanidad? Sí.

¿Que debería declararse "oficialmente" a aquel personajillo siniestro del bigote como un criminal de guerra para que las futuras generaciones sepan qué clase de tirano nos gobernó durante casi medio siglo? También.

¿Que se deba levantar los cimientos y rastrear toooodas las cunetas del país, con la pasta que eso cuesta y con las telarañas que últimamente adornan las arcas del Estado, para buscar uno huesos que, la mayoría, nadie sabe dónde paran? No

¿Que yo creo sinceramente que muchos de los jovenzuelos (a los muy jovenzuelos me refiero) que gritan en las manifas por la memoria histórica, les importa un carajo dónde está enterrado su bisabuelo, pero que mola mucho ir a estas cosas? También. Y sé de lo que hablo.

Termino con otro chiste gráfico, de éste no recuerdo el autor, aunque también era conocido: Un ancianito en una residencia, con su gotero, sus zapatillas, su silla de ruedas y toda la parafernalia afín habla por teléfono con su hijo:

"Hijo mío, y, en vez de buscar a tu abuelo al que no conociste y no sabes dónde está, ¿por qué no vienes nunca a verme a mí que sí me conoces y sabes dónde estoy?" :-)


El artículo muy bueno, como siempre. Muakis!

Antonio dijo...

Hola, Dragón. Todas las dictaduras hacen sangre e intentan esconderla. Sus descendientes ideológicos la siguen escondiendo.
La verdad suele estar en el camino de en medio, pero al borde del camino no puede haber cunetas con cadáveres.
Saludos

Antonio dijo...

Ana, gracias por tu extenso comentario en el que manifiestas tu posición respecto al tema. Diga lo que diga el chiste de Mingote, la historia la escriben los vencedores, por lo que se ha de revisar y no dejarse llevar ni por ella ni por la ley del péndulo. Ya sabes a que me refiero con la ley del péndulo. Se ha de escribir poniendo toda la verdad sobre la mesa. Eso no lo hacen las partes sino los historiadores serios y la justicia. Realmente no sabemos de la misa la mitad, aunque muchos se den por satisfechos con lo que ya le contaron.

Rastrear las cunetas no, ir a donde se saben que están y darle cristiana sepultura a quien así lo quiera, desde la voluntad de sus familiares, o dejar allí, aunque fuese una lápida recordatoria de que han existidos esas personas y como murieron, tal como hay en los cementerios. Solo eso. No me atrevo yo a analizar o prejuzgar a los jovenzuelos o a la intención de los que buscan a sus antepasados.

También creo que el dinero que se invierta en dar sepultura honrosa a esa gente es una deuda del Estado con ellos, pues murieron por causa del sistema democrático a manos de los que se levantaron contra él. Está mejor invertido que en los sueldos millonarios de muchos políticos, no es de aquí de donde creo que se tenga que recortar nada para ahorrar.

El chiste último me parece de mal gusto, por parte de su autor, pues también prejuzga, lo que me lleva a hipotetizar que se trata de alguien que está en contra de las exhumaciones.

Es curioso, pero este artículo se fraguó motivado por dos cosas; una lo que está pasando con la ley de amnistía y la presunta prevaricación de Garzón por intentar juzgar los crímenes de lesa humanidad a instancias de las asociaciones de la memoria histórica; otra se me ocurrió en un viaje que hice recientemente a Olvera y vi, en el Santuario de nuestra Señora de los Remedios, dos fotos de dos sacerdotes asesinados en la república que ponía a su pie “Martirizado en Málaga”. Entonces pensé, sin poder evitarlo, “mira, que bien, ellos aquí honrados por todos como mártires y los otros tirados en la cuneta como perros”. Por lo que concluí que la herida no está cerrada.

Aunque en el fondo estemos de acuerdo en muchas cosas hay algunos matices importantes, que pueden ser actitudinales, que nos diferencian. Es buena la divergencia respetuosa…

Un gran beso

sergio dijo...

Lo suscribo totalmente, al igual que tu primera respuesta.
Así que poco puedo decir, si acaso desear que alguna vez podamos dar por cicatrizada la herida de la guerra incivil. Hay quien dice que son necesarias tres generaciones para ello.
Un abrazo y animos.

Antonio dijo...

Es posible, amigo Sergio, que en tres generaciones se cierren las heridas, pero será en segunda intención, es decir mal cerradas y con grandes cicatrices. Creo que las heridas no se deben cerrar en falso y que es ahora cuando se deben tomar las medidas adecuadas para que la historia diga la verdad de los hechos.
El mundo sigue estando sorprendido por las decisiones judiciales respecto a Garzón y el intento de juzgar los crímenes de lesa humanidad del franquismo, para cerrarlas adecuadamente.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Sólo un pequeño apunte al comentario de antonio sobre que la historia la escriben los vencedores.... eso es cierto y pasa siempre y en todas las guerras, que ahora se debe escribir la verdad tambien estoy totalmente a favor de eso...lo malo es que ahora esa "verdad" la quieren escribir los vencidos..y puede y suele ser tan desvirtuada como la de los vencedores...es lo malo si lees mucho sobre el tema veras que es muy dificil la neutralidad en el tema ni siquiera hoy en día, una pena pero la historia la manejan a conveniencia, y por supuesto aquellos que murieron por una causa sean blancos o negros merecen un respeto y más aun lo que sin ser de unos u otros murieron por algo que no les interesaba en absoluto, tiempo y lugar equivocados, que esos son lo que menos culpa tuvieron, tienen que tener el reconocimiento que merecen, fue una epoca dificil y que estudiada no desde el año 36 si no desde el principio de la Republica se pueden ver las barbaridades que se llegaron a cometer en muchos temas por parte de todos...los extremos sean los que sean...no son buenos

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