Bueno,
amigos y amigas, ya sabéis que volvemos a las andadas. Nos quedan unos
interesantes, machacones, invasivos, ladinos y falaces días hasta el 26 de
junio. Los políticos tras no ponerse de acuerdo, o tal vez no estar de acuerdo con
lo que hemos votado los ciudadanos, nos piden que volvamos a definirnos. Al
parecer no se han enterado de nada de lo que se les dijo y quieren echar tierra
sobre el 20D y cambiarlo por el 26J. Siguen en sus treces, por tanto van a
decir y proponer lo mismo, aunque puede que cambien de tono, pero yo os voy a
proponer un ejercicio para que no os engañen de nuevo.
Supongo
que ya conoces algo sobre la teoría de la comunicación humana y la
diferencia entre la comunicación verbal y no verbal; de no ser así te aconsejo
varias lecturas: Una puede ser la obra de Flora Davis, titulada La Comunicación
no Verbal, que es bastante completa. Otra la de Allan Pease, titulada Comunicación
no verbal (El lenguaje del cuerpo) que es más práctica pues va orientada al
mundo del marketing y agentes de ventas. Ellos nos aclararán que no es lo mismo
el lenguaje verbal que el no verbal.
Por
simplificar un poco diremos que el verbal es la palabra y el no verbal son los
gestos. La palabra engaña, se manipula y se piensa. Ya sabes que se suele
decir: “No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices”. La palabra la
dominas y orientas, pero lo no verbal se te escapa: una sonrisa, un gesto, una posición
corporal, una mirada, una postura… todo eso que no controlamos pero que dice
mucho de lo que pensamos, se manifiesta mediante la comunicación no verbal. Lo
que pasa es que no estamos acostumbrados al análisis de la no verbal, no se nos
enseña en la escuela y solo la intuimos.
Pero
si nos paramos a pensar se nos viene a la mente aquellos casos de gente muy educada,
amable y servicial que, en el fondo, no nos cuadra, que sospechamos de ella,
que nos da mala espina diciéndolo en Román paladino. Entonces pensamos: este
tipo no es sincero, no mira a los ojos, evade el contacto directo de la mirada,
parpadea demasiado, lo noto nervioso… no me cuadra, este sujeto no es de fiar… pero
dice cosas tan razonables, tan lógicas, que deben ser así como comenta.
¿Qué
está pasando? Pues que nos está dando un doble mensaje. Por un lado nos afirma
una cosa con la palabra y por otro nos la pone en cuestión con sus gestos. En
este caso su comunicación verbal y no verbal no son consecuentes, son
contradictorias y la no verbal no confirma a la verbal. Es más, si hay alguna
más de fiar esa es la no verbal. Ya he dicho que la palabra se controla, pero
el gesto es más complicado de controlar y al final aflora delatando lo que se
piensa.
Hecha
esta pequeña introducción al tema, ahora te propongo el ejercicio. Se trata de
ver lo que dicen de verdad los políticos antes de votarlos. Mira sus gestos,
sus miradas, sus formas de moverse, sus arrogancias, su forma de caminar, su
entonación, etc. Luego retira la voz de la TV y empieza a verlo sin sonido, sin
interferencias para entender lo que dice la no verbal. Puede que no parezca lo
mismo. Alguno te parecerá más bobo, otro más prepotente, más ladino, más
teatral, menos de fiar, más mentiroso, menos dispuesto a cumplir, etc…
Puede
haber una interferencia, puesto que ya conoces al tuyo, es posible que seas más
indulgente con él que con los otros. De todas formas este ejercicio te dará otra
visión que complete la que tienes del sujeto en cuestión, a la par que
descubrir otra fuente de información que nos ha sido negada por el aprendizaje
a la hora de comunicarnos.
¿Será
tan hábil el político que no engañará también con esta otra comunicación? Es
posible, pero intenta hacer ese análisis de los gestos, a ver si sacas
algo en claro… pude que al menos te rías de alguno de ellos…
4 comentarios:
Hola Antonio,
que gusto volver por aquí.
Tu artículo es muy pedagógico
Y, como es habitual en ti,
está escrito con mucha claridad.
Es cierto, aunque hoy en día sobren
cursos de comunicación no verbal,
para que no "se noten las mentiras"
sobre todo aplicados a hombres de negocios
y políticos, siempre hay gestos que traicionan.
ES que es imposible controlar permanentemente
el inconsciente -sincero- que puja por salir.
Un abrazo
Son una pesadilla esta gentuza, el ciudadano de a pie ha hecho los deberes, ellos no y encima cobrando, una lucha de egos insufrible.
Gracias, Myriam, por tu comentario. Yp incluiría una asignatura de comunicación verbal y no verbal para que la gente aprendiera a comprenderse mejor y valorar la verdad de los mensajes.
Un abrazo
A mí me da mucha pena esta situación, Mª Ángeles, no tenemos políticos a la altura de las circunstancias. No son consecuentes, la honradez se la piden a los otros, pero ellos no dimiten cuando la corrupción los acosa y les falta sentido de la responsabilidad para gestionar a los pueblos y sus diferencioas, pudiendo llevarlos a la confrontación antes que al encuentro.
Un abrazo
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