jueves, 30 de enero de 2014

Saber escribir



Siempre estuve en contra de todo aquello que impidiera a un sujeto expresar sus ideas, exponer lo que piensa y cree, lo que de alguna forma define su propia existencia. No es bueno que uno tenga que callar lo que siente, que silenciar sus propias ideas y vivencias, quedando amarrado por la incapacidad de adaptarse a las normas de expresión que establecen los doctos, los que dicen como se han de expresar las cosas, cómo se han de escribir los textos y como exponer en palabras los propios pensamientos. Si miramos así las cosas, estamos condenando al ostracismo, a la exclusión, a todos aquellos que no cumplan las normas de expresión.

A través de la historia y del control de la sociedad por los poderes establecidos, se fue cribando, aceptando y excluyendo a quienes se adecuaran, o no, a los principios que regían la expresión académica que definían los doctores eruditos, sabios y que fijaban lo correcto en la forma de expresión. Expresar ideas era patrimonio de aquellos que tenían la capacidad de escribir y dominar el lenguaje. Cuando alguien exponía su credo con palabras vulgares, con el verbo del pueblo llano, cargado de faltas ortográficas, y no mostraba el dominio del lenguaje académico, se le obviaba, anulaba o descalificaba. Era más importante la forma de expresión que el fondo; es decir, primaba el formalismo sobre la esencia de la idea. ¡Cuánta sabiduría quedó en la cuneta por ese paradigma! ¡Cuánta gente, de profunda reflexión, no trascendió a las generaciones venideras por no ajustarse a la forma académica de expresión!

Cuando alguien comete faltas de ortografía queda descalificado para expresarse y, en muchos casos, causa risa y desprecio para aquellos que se creen superiores por dominar el arte de la escritura. En otros casos, manifiestan su condescendencia y, desde un punto de vista paternalista, le conceden la benevolencia, como a un niño que comienza a hablar. No importa que su idea sea de un calibre superior y de un contenido mucho más sólido que la que expresa el académico, que muchas veces esconde su incompetencia en su dominio del lenguaje y su reconocimiento social basado en su nivel de autoridad erudita. Ese es uno de los grandes males que aquejan a nuestra sociedad. Se cultivó la forma y se relegó el fondo. Se le dio más importancia a cómo se dicen las cosas que a qué es lo que se dice.

Permítaseme hoy, en esta reflexión, hacer un homenaje a aquellas personas que han roto ese miedo, esa vergüenza de ser reprochados como semianalfabetos, y han decidido expresar su pensar, sus ideas y convicciones, sus vivencias, sentimientos y actitudes, sin importarles si esto iba con H o sin ella, si separaban las palabras de forma adecuada, si utilizaban correctamente la V y la B, si el punto, el acento, la coma, etc. estaban bien ubicados.

En el fondo han roto las cadenas que ataron al pueblo a la marginación y al ostracismo. Se han liberado de los prejuicios y han ejercido su derecho a expresar lo que sienten, a plasmar sus ideas y reivindicar su existencia como ser pensante, a demandar su trascendencia, la propia existencia de su vida, mediante el testimonio que se manifiesta en la expresión de sus ideas y pensamientos.  

Ahora, con estos inventos de internet y el mundo virtual, con los facebook, blog, twitter y demás, se abre una nueva frontera, una nueva forma de expresar y comunicar, que pasa a ser patrimonio de toda la sociedad. Ya no cabe el control de lo que se publica y si se ajusta a lo académico o no, ahora quien quiera expresar algo lo lanza y lo somete a la consideración de quienes tienen acceso a ese mundo virtual al que me refería.

En este campo se aprenden muchas cosas. No es solo el intercambio de ideas y reflexiones, sino el aceptar un proceso de adaptación y aprendizaje donde se cultiva la escritura, se lee, se escribe y se asimilan las formas correctas de expresión, además de sentir el placer de manifestar las propias ideas, de defender los credos y pensamientos que cada cual sustenta, de no sentirse marginado y excluido por andar falto de formación académica.

Por tanto, con esta reflexión, quiero hacer un sentido homenaje a aquellas personas que, sabiendo de sus limitaciones en el uso del lenguaje escrito, se atreven a exponer sus ideas, a reivindicar su existencia, a expresar pareceres, pensamientos, sentimientos, ideales, conjeturas, ocurrencias, etc. dando importancia al fondo antes que a la forma, a través de los medios que la tecnología les ofrece.

Cuando se escribe en este mundillo virtual de internet, a través de facebook, por ejemplo, tenemos la posibilidad de aprender nuevas cosas, pero también de mejorar nuestra expresión, de corregir esas faltas de ortografía, de mejorar el lenguaje, de cultivar y conformar las frases y el discurso que nos permitan compartir ideas y vivencias con los demás.

“Chapeau” ante mis amigos y amigas que tienen faltas de ortografía y se atreven a escribir… pero más ”chapeau” aún ante aquellos que encuentran, en este camino, una forma de aprender a escribir y cultivar su expresión. Es importante que las buenas y grandes ideas no se pierdan, vengan de donde vengan, pero no olvidemos que las cosas son más comprensibles si están bien expresadas. Por tanto, os animo, ante todo, a expresar lo que pensáis como primer objetivo, pero sin olvidar que escribir es un arte que se aprende, entre otras cosas, con la práctica. De todas formas, para mí, lo importante es lo que piensas, lo demás es secundario. La preocupación por las formas la dejo para los académicos…

8 comentarios:

pintura dijo...

Es de agadecer que alguien como usted tenga ese pensamiento de ver o preocuparse de los que no hemos podido tener una enseñanza y nos cueste trabajo encontrar las palabras y saber llevar, pues no se, un tema dentro de un orden,es verdad que se han perdido muchos valores por no tener esa enseñanza,pero no hay milagros cuando se empieza a trabajar con 12 años como es mi caso y los de muchas personas que tienen mi edad En fin Sr Antonio le doy las gracias por esa dlicadesa de acordarse de los que no pasamos de aquel famoso Rayas que era la unica cartilla de escolaridad que que teniamos.Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, pintura, por sus palabras. Yo empecé a trabajar con 14 años, mis padres eran campesinos, mi madre analfabeta y lo tuve muy difícil para estudiar y trabajar; tal vez por eso tenga una especial sensibilidad con esta situación que describo.

Teresa, sí, homenaje a quienes tienen ese valor de escribir sus ideas, a pesar de hacerlo con faltas de ortografía. Ello no quiere decir que, a la par que escriben, no van superando sus faltas, pues se aprende con la práctica y la voluntad de hacerlo. Si se le hace un homenaje al señor que nació rico y con recursos para llegar alto, pues ya estaba en una situación que se lo permitía, creo que se ha de hacer hincapié en aquellos, que surgiendo de la nada, se superan a sí mismos y reivindicar exponer lo que piensan, con o sin faltas, pero que se entiende perfectamente lo que dicen sea con v o b, con h o sin ella. El que parte de 7 le cuesta menos llagar a 10 que el que parte de 2 llegar 7. El primero da 3 pasos mientras el segundo ha de dar 5. Sin embargo, el primero sigue estando por encima.
Por otro lado, he visto a gente en el facebook, que han expuesto su pensar con toda libertad, a pesar de sus faltas de ortografía, y que se han ido superando. Ahora escriben mucho mejor y, además, se conocen más con el resto de paisanos y amigos del muro de Cuevas. Con el permiso de Loli Torralvo, quiero tomarla como ejemplo y decir que su evolución en la escritura ha sido considerable, que se ha mejorado mucho y que nos ha mostrado un pensar y un sentir, que no conoceríamos si no hubiese tenido el valor de hacerlo, a pesar de sus faltas de ortografía, que cada vez son menos, lo que ha fraguado mi afecto personal hacia ella. A las personas como ella y otras muchas, se les ha de reconocer ese mérito. A ellas va dirigido mi homenaje y a todas las que se consideren dentro de este grupo. Me importa más lo que piensan y su esencia como ser humano, conocido a través de este invento, que cómo lo expresan, lo que no quiere decir que cuando uno ve faltas de ortografía no le choque a la vista. La expresión y la escritura no dejan de ser, en este caso, una herramienta, un vehículo, a utilizar para llevar las ideas. Unos van en AVE y otros en carromoto, pero lo importante es que el material llegue a su destino, que es poder compartir las ideas y el pensamiento. Los del AVE son los cultos, los que saben expresarse con perfección y se ajustan a las reglas, los del carromoto no, pero también piensan, viven y aportan su contenido vital a la sociedad.
El pueblo fue condenado al ostracismo por ser analfabeto, por no saber expresar su pensamiento, por estar descalificado por la cultura dominante y, así, fue sometido por el poderoso. Tú no sabes, deja que yo piense por ti, le decían… y el señor se dedicaba al apolítica, a los negocios, mientras el otro andaba produciendo aquello que haría rico al señor, al amo.
Puede que algún académico se centro en las formas en exclusiva, pero yo sigo dando más importancia al fondo, sin olvidar, por su puestos, esas formas. Me considero un librepensador y cualquier instrumento que se ponga al alcance es bueno para expresar ese pensar.
Bueno esto es una ampliación, tal vez excesiva, de lo escrito anteriormente y del mensaje que dejé en mi anterior entrada: “¿Quieres vivir mil vidas? lee libros; ¿Quieres vivir para siempre? escribe”. Todos tenemos derecho a trascender al futuro mediante la escritura, a nuestra forma, pero, si queremos llegar a más gente y mejor, deberemos mejorar la calidad de nuestra ortografía.
Un abrazo

Josep dijo...

Hola, Antonio, creo que todos te agradeceremos tu forma de pensar y de disculpar a quienes no lo hacemos bien del todo. Yo el primero. Pero muy a pesar de tus buenos deseos yo no estoy totalmente de acuerdo contigo. Antes no, ni hablar! Tú y yo tenemos más o menos la misma edad y es cierto que de pequeños no aprendíamos nada. De hecho casi podría confirmar que empecé a aprender de verdad cuando empecé a ir a la Escuela Industrial, en la calle Urgell, te acuerdas? pero hoy en día podemos aprender casi sin querer y gratis. Hablas de no saber donde poner un tilde...
Búscalo en Google y te enseñará como y cuando debes hacerlo. Diccionarios, traductores (esto ya no es tan fiable) pero lo demás lo que quieras. Yo por ejemplo hay cosas técnicas de cuando trabajaba que las he dejado entre Wiquipédia y otro Fórum. Ciencia de la electrónica. Si digo esto no es para colgarme ninguna medalla, al contrario, cuando me dieron el visto bueno en el mismo correo habían todas las cosas que me habían rectificado.
De todas formas repito mi agradecimiento hacia ti, y también a la persona que se quiera iniciar, Ah! y si es por faltas que tampoco se preocupe. Hay un precioso "LibreOffice" que no quisiera equivocarme pero creo que supera el Word, y es gratis.
Otra cosa que tenemos que hacer es leer mucho. Bibliotecas, que lo deje el amigo o el vecino, volver a introducir aquella moda casi perdida de dejar un libro en un arbol y llevarse otro. Lo que sea pero que no nos ganen, sobretodo que no nos ganen...
Un abrazo, Antonio.

sergio dijo...

Totalmente de acuerdo en tus planteamientos.
El academicismo se ha encargado de machacar y avergonzar a todo el que no tenía esa formación.
Afortunadamente siempre ha habido personas que han expresado sus pensamientos sin miedo a hacer un ridículo que, por otro lado, no hacían pues su pensamiento, aunque con faltas, era de una lógica aplastante.
Un abrazo.

Antonio dijo...

Amigo Josep, creo que de mi último párrafo podemos inferir que opino lo mismo que tú respecto a la necesidad de aprender, a la par que se escribe. Tú, sin embargo, vas más lejos y das algunas pistas de cómo ir aprendiendo y perfeccionando la escritura.
El empleo de los correctores ortográficos y de la búsqueda de información es una herramienta que está a nuestra disposición y que la mayoría la usamos normalmente, salvo quienes no saben hacerlo, pero deberían aprenderlo.
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Sergio. Efectivamente, como el poder ha estado en el conocimiento, lo importante era mantener al pueblo analfabeto y sin capacidad de expresión en base a la propia vergüenza por no saber hacerlo correctamente. De esa forma no habla, ni transmite los pensamientos que rebatan el poder establecido.
Un abrazo

luna llena dijo...

Hola amigo Antonio, yo soy de esas que tienen faltas y lo lamento si puede ofender el ver lo que escribo, pero te diré que no me importa mucho.También empece a trabajar con 13 años a los 32 y con tres hijos me saque el graduado escolar, en la escuela de adultos de mi barrio, por circunstancias familiares dolorosas, solo pude ir en mi infancia tres cursos al colegio.Este año cumplo 60,y me siento una medio analfabeta feliz, maruja y madre de cuatro hijos,dos han querido tener carrera y los otros dos no, pero trabajan en lo que les gusta,lo que mas me enorgulleze de ellos es que son libre pensadores, buenas personas, no tienen miedo, ayudan a sus amigos, son solidarios e íntegros, que me importa tener faltas ortográficas. Con esto quiero decir que lo importante en nuestra vida es sentir que lo que has hecho te llena, sea lo que sea y yo veo el Mundo y pienso tal como esta, solo puede ir a mejor desde la acción individual de ciudadanos que aporten valores.
Mi respeto a todos los puntos de vista, aunque no coincidan con el mio.
Un abrazo.

Antonio dijo...

Luna llena, gracias por tu aportación. Los que hemos partido de casi cero tenemos un valor especial, mucho más significativo que los que partieron de una situación muy ventajosa.
Para mí, como habrás visto, las faltas de ortografía, sin dejar de tener su importancia, quedan en segundo lugar ante la necesidad de expresar el pensamiento, pues es mucho más importante el fondo que la forma, lo que se quiere decir que como se dice.
Un abrazo

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