Imagen tomada de internet |
Hoy se celebra el 82 aniversario de
la proclamación de la II
República española. Como bien sabemos acabó en tragedia por el levantamiento
de parte del ejército y fuerzas políticas próxima a la filosofía e ideología
imperante en Alemania e Italia, el fascismo y el nazismo, que les apoyaron
hasta la victoria militar. La primera
república descarriló por el caos creado, ante el otro caos que habían
sembrado las guerras carlistas del siglo XIX. España en sí era un caos.
Ahora hay defensores y detractores
del sistema republicano, como es lógico y lo fue siempre, pero el sentido común
nos dice que lo importante es la consolidación del sistema democrático. Desde este
punto de vista, la república es más democrática ya que permite elegir al Jefe
del Estado de forma directa y soberana por el pueblo. La monarquía es arcaica y
se sustenta en derechos históricos que se ampararon en la Gracia de Dios y no
en la de los hombres. Fue competidora del concepto soberanía (por algo se les
llama soberanos a los reyes) con la soberanía popular, lo que muestra la
incongruencia de su existencia en un sistema democrático. Sobre todo, como he
dicho, porque no se sostiene por el voto reversible o voluntad popular, sino
por "derechos de sangre".
Últimamente se está reflexionando y
debatiendo mucho sobre esta dicotomía: Monarquía-República, y cada vez
aflora más gente que apoya la república. El incuestionable papel que asumió
Juan Carlos en el tránsito hacia la democracia ha sido el aval que le ha sostenido,
hasta ahora, en el trono. Es cierto que el tiempo pasa y las causas y rentas de
los actos van caducando, pero lo que más puede llevar a esta caducidad es el
descrédito y la falta de identidad y prestigio de la corona en el pueblo. En
los últimos tiempos han apareciendo casos y cosas que dan de lleno en la línea
de flotación del sistema, de la monarquía. A veces piensa uno que el mayor enemigo
de la corana y el mejor aliado de la república es una mala conducta de los
miembros de la casa real sin exclusiones. De seguir así, puede que acabemos
diciendo que la monarquía, por sí misma, ha sido el mayor aliado de la
república.
De todas formas, es la madurez de
un pueblo, de la gente con su voto, la que puede garantizar un sistema
democrático real, pero cuando digo real no hago alusión al rey, lógicamente,
sino a lo más representativo, y ahí sí entra la república. Por tanto, si a la
tercera fuera la vencida, entendiendo por ello a la que aglutinara la voluntad
de la mayoría de los españoles, sería desde esa madurez y desde el derecho
inalienable de elección soberana que tiene el pueblo en el sistema democrático
que, en teoría, tenemos implantado… Por voluntad popular indirecta se instaló
la corona, por voluntad popular directa debe elegirse al Jefe del Estado, pero siempre con derecho de reversibilidad
ante el descontento o la apreciación de un error electoral. El rey podría ser presidente de la república, como cualquier ciudadano, pero no a título de rey.
Hoy, 14 de abril, cabe decir más
que nunca: ¡Salud y República!... Si el pueblo lo quiere…
Para mayor información, os pongo
enlaces en conceptos tan importantes como:
2 comentarios:
Si llega la tercera, diremos aquello que se decía cuando vino la segunda: la república la trajeron los monárquicos. Igual que ahora, con este desprestigio tan atroz de la institución por parte de la propia casa real.
Un saludo.
El sistema monárquico, desde un punto de vista racional, es incompatible con la democracia, puesto que no se elige al rey sino que es un proceso hereditario.
Un saludo
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