viernes, 30 de marzo de 2012

Semana Santa en Andalucía


¿Son compatibles?

Ahora, que se acerca la Semana Santa, es un buen momento para reflexionar sobre ella. Yo no pretendo hacerlo desde la fe, puesto que no la tengo, sino desde el análisis sociológico e histórico de su significado en esta tierra andaluza, a la que alguien se le ocurrió llamar de María Santísima, cuando había sido tierra islámica durante tanto tiempo.

La religión, que enaltece el dolor y que nos hace pensar en la salvación mediante el mismo, en tanto Jesucristo lo sufrió para salvar al hombre de su pecado original, nos anda desquiciando al condenar el placer y glorificar el sufrir. Lo cierto es que un dios que, teniendo el poder de lavar ese absurdo pecado original, se permita mandar a su hijo para hacerle sufrir martirio, pudiendo indultarnos del referido pecado sin mayores complicaciones, no debe ser un buen padre… Eso no se hace, aunque ya esté acostumbrado a exigir sacrificios de vidas humanas o animales (humanas lo digo por lo de Isaac y su padre Abraham, que se creyó la demanda). Para mí no tiene sentido un dios del miedo, del sufrir pena y castigo si no haces lo que él dice, del chantaje y la coacción hasta someterse a sus designios. Por eso no creo en el que nos vende la religión. No es compatible el amor y el perdón con la pena de muerte y los infiernos eternos, ni con la opulencia insolente de sus ministros en la tierra. No es aceptable el uso del chivo expiatorio para justificar los errores y pecados de cada cual o del grupo, como se establece a lo largo de la Biblia; es decir, el sacrificio de un cordero para satisfacer al dios que anda descontento, para aplacar su ira, para reconciliarse con él, aunque sea el propio Cordero de Dios. No es un  buen dios si le aplaca y satisface la muerte inocente de un animal y el derrame de su sangre. Esa proyección es tan perversa que lleva a plantear el sufrimiento del propio dios, de su hijo, que también es dios mismo según la trinidad, ofertándose a sí mismo como cordero en el altar sacrificial. ¿No tiene esto un cierto componente sadomasoquista? Si disfruta, se aplaca y enternece con el sufrir ajeno (componente sádico) y, además, con el de su hijo, que es él mismo (componente masoquista), a uno se le presenta la duda de que exista un dios así, como nos lo presentan, a no ser que, como digo más adelante, sea creado por el hombre a su imagen y semejanza. Para mí eso es una rueda de molino con la que no puedo comulgar. De todas formas me quedo con el que anduvo en la mar y dejo al de la cruz, como dice Machado.

Pero no nos desviemos y volvamos al fenómeno semanasantero. ¿Han comparado la distinta forma que tienen los pueblos de España de vivir la Semana Santa? “El espectáculo de la Semana Santa española se anuncia como atracción turística. Como las playas, los toros o las casas rurales. Más que una aventura espiritual, como el Camino de Santiago. Se habla de la sobriedad de las procesiones castellanas, del colorido de las andaluzas, de la solemnidad de las norteñas. Y en ningún lugar que no sea España, Hispanoamérica o Filipinas, se verá algo parecido: esta Semana Santa no parece pertenecer al común de la cristiandad”. (texto de Crónicas Bárbaras SIC)

Por tanto, en el norte se observa más fervor, recogimiento, sentimiento religioso, seriedad y menos espectáculo. En el sur, coincidiendo con la última zona que se conquistó a los musulmanes, hay más folclore, más exhibición de esa fe, más espectáculo y, por ende, tiene un importante componente de histrionismo, de teatralidad. Pero, ¿por qué esa teatralidad, ese histrionismo preponderante en el sur?

No sé si convendrás conmigo, amigo o amiga lector/a, en que la religión tiene un componente ideológico que homogeiniza al grupo de creyentes y, por ende, sirve como amalgama de sustento y cohesión social. Por tanto, el poder y la religión, casi siempre de la mano, andan interesados en empapar al pueblo de esa ideología religiosa para sostener su dominio sobre el grupo. En este sentido se justifica la guerra de religiones, la expulsión o conversión del infiel y cuantas actuaciones venga a expandir y consolidar la creencia religiosa y el poder inmanente. Pero como estrategia de difusión, y considerando que la pertenencia al grupo social va arropada por manifestaciones de los principios y valores que conforman ese grupo, cabe plantearse la ostentación mayoritaria de ese credo en manifestaciones populares de fe y fervor. Lo que implica que cualquier sujeto que se considere integrado, o que pretenda su aceptación en el grupo, se una a este tipo de evento y muestre su credo compartido con el colectivo de pertenencia.

Nuestra historia tiene en su haber un amplio elenco de eventos de masa religiosos, como los autos sacramentales, actos de fe inquisitoriales, romerías, rogativas procesionales, etc. además de las procesiones de Semana Santa. En todo caso notaremos que la religión se apoderó de las fiestas paganas para santificarlas, es decir para someterlas a su control y establecer conductas y relaciones con el mundo religioso. Tal vez haya un par de fiestas que se le escapan, aunque no del todo, como el caso del carnaval, esa especie de permiso divino para desahogarse antes de entrar en la flageladora Cuaresma, que vence a don Carnal, con todo el mensaje que ello conlleva. De más reciente aparición, y evadidas del control religioso, tenemos los festejos de las Ferias, que tienen su raíz en las antiguas ferias de ganado donde el comercio y el placer iban de la mano.

280 hombres bajo el trono. Gran espectáculo....
Ahora bien, mi planteamiento solo pretende reflexionar sobre la causa, el porqué, de esa diferente forma de expresión procesional de la Semana Santa, sin entrar demasiado en el componente religioso sino, más bien, en algún matiz del fenómeno sociológico. Elucubrando un poco, a fuer de usar la razón especulativa, que monta sobre la intuitiva, fraguada a lo largo de la vida y el bagaje de conocimientos adquiridos, entiendo que, una vez establecido el catolicismo como religión oficial en nuestro país, pasó a ser determinante en la definición social, es decir, la raíz que sustenta los principios y valores que rigen en la comunidad y el Estado o Reino.  En ese sentido, nuestro viejo conocido Aznar, andaba con la intención de incluir ese reconocimiento en la constitución europea, definiendo a Europa como una sociedad cristiana, sin entender que la revolución francesa y el laicismo, en teoría, ya colocaron a la religión en el lugar que le corresponde, en ese sentido también cabría incluirse nuestra descendencia del imperio romano. 

Pero volviendo al tema, toda manifestación religiosa de este estilo se transforma en una reafirmación de fe popular, en una ostentación y exhibición del dominio sobre la masa creyente. Siempre, sobre todo en España, se usó esta técnica exhibicionista del poder, como ya he mencionado, para controlar al pueblo con su ejemplaridad, sembrando paradójicamente el miedo,  la esperanza, el fervor y cuantas actitudes pudieran interesar en ese ámbito. O sea, enmarcarlo, encorsetarlo, en esos preceptos. Esta película tiene dos frentes, uno interior, del sujeto y su credo y otra exterior, de proyección social, política y de poder. Por tanto, las manifestaciones religiosas cobran más sentido con la conversión forzada de los judíos y expulsión de los no conversos. Pero también, con la conquista del reino de Granada y la obligatoriedad de convertirse los musulmanes, sirvió para mostrar a los moriscos o mudéjares la predominancia y victoria absoluta del credo católico sobre el musulmán, a la par que sostener en la fe al huidizo pueblo incrédulo que cubría, gozosamente, el expediente con estos rituales públicos, volviendo por sus fueros una vez terminada la pasión y aflorada la resurrección. La clara estrategia de los vencedores en toda conquista fue montar sus valores sobre los antiguos, como se manifiesta en la construcción de iglesias y catedrales sobre las mezquitas, el toque de campana en lugar de la llamada del almuecin y la exhibición y escenificación del fervor popular y su sometimiento a la fe y al nuevo credo. España, que anduvo durante tanto tiempo en la lucha armada con trasfondo religioso, tiene, y ha dejado en sus colonias, una forma singular de vivir la Semana Santa y sus procesiones, cargadas de teatralidad e histrionismo, como ya mencioné, atrapa al pueblo en estas expresiones que, como en todo acto, se divide entre actor y espectador. Sufridos porteadores, romanos, nazarenos y penitentes dan vida  a la escenografía ofertada al visitante, que, como un reclamo turístico, viene a disfrutar de tanto colorido y emoción, de tanto exotismo y, para muchos, incomprensible fervor religioso.

Esta singular forma de adorar a dios en imágenes raya en el paganismo romano que, al fin y al cabo, determinó muchas de las cuestiones que diferenciaron al cristianismo del judaísmo inicial. El ídolo era una forma de representar en imagen los dioses diversos que jalonaban el credo pagano. La religión católica, al absorber e integrar a la ciudadanía romana, habituada a estas representaciones, asume su filosofía y empieza a integrar, también, esta forma de manifestación religiosa. Hemos llegado a tal punto que hay cristos diversos y vírgenes a montones que parecen competir por el fervor popular, hasta el extremo de provocar enfrentamientos entre sus seguidores como si fueran “hooligans” futboleros… véase la rivalidad entre la Macarena y la Esperanza de Triana en Sevilla, donde subyace la competencia entre los dos lados del Guadalquivir. En suma el mundo cristiano está lleno de imaginería, de una rica iconografía que le otorga al propio dios una figura humana, de hombre (no de mujer), a imagen y semejanza del ser humano. Como dice Nietzche: el hombre creó a dios a su imagen y semejanza y no al revés, como se suele decir. De ahí que ese dios tenga conductas humanas, que caiga en el pecado de la soberbia, del odio y la venganza, del castigo y ordene dar muerte, como en los casos de la toma de Jericó y otras muchos conflictos del pueblo de Israel con sus vecinos…

Pero, volviendo a reconducir esta disgregación mía, podemos concluir que la iglesia es connivente con esta  especie de procesión pseudoidólatra. Donde el oro, las piedras preciosas, los mantos bordados, coronas, repujados y arte en general, choca con el mensaje austero del Jesús que dicen representar, con la idea de pobreza y de reparto de bienes y ayuda al necesitado. Es connivente, como digo, porque le interesa esta manifestación, porque con esa arrogancia le da poder, porque consolida su predominio, porque le avala la tradición, porque le predispone al feligrés a la siembra de la fe y porque controla y supervisa las cofradías y a sus integrantes... Lo del “becerro de oro” ha quedado cambiado por el “cordero de dios”. El otro no pasó y Dios castigó a Israel, pero este, por lo que se ve, sí va pasando, a pesar de su  boato, fastuosidad, magnificencia, esplendor, ostentación, oropel, opulencia y otros muchos calificativos de apoteosis megalómana, donde se incluye las pomposas denominaciones de las cofradías, como por ejemplo:
“Pontificia, Real, Primitiva e Ilustre Archicofradía Sacramental de la Santa Veracruz y Sangre, Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna, Santísimo Cristo de la Exaltación, Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, Nuestra Señora de Lágrimas y Favores, Nuestra Señora del Mayor Dolor Reina de los Ángeles y San Juan Evangelista. (Fusionadas, sección Lágrimas y Favores)”.
O esta otra: “Fervorosa Hermandad y Antigua Cofradía del Divino Nombre de Jesús Nazareno de La Salutación, María Santísima del Patrocinio Reina de Los Cielos, San Juan Evangelista, Santa Mujer Verónica y de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo. (Salutación)”.

En fin… ¿Cómo se les quedó el cuerpo con estas titulaciones? ¡¡¡Si Jesús levantara la cabeza!!! De todas formas es un buen reclamo para el turismo y eso deja dinero, sobre todo ahora que la crisis aprieta…


Imagen de procesión en Málaga

21 comentarios:

Eastriver dijo...

Por un lado a las contradicciones de ese Dios hecho a imagen del hombre, que tienes razón, se suma el espectáculo terrible en que de ello se deriva. Bueno, si sirve para ganar unos cuartos pues bienvenido sea, que la vida está muy mal.

Siempre quise conocer Sevilla, pero siempre quise conocerla fuera del periodo de Semana Santa. Me pone de mal humor esa religiosidad popular, no me gusta, me aleja de la gente. Como sabes me gusta mucho Andalucía pero no creo que vaya nunca en época de procesiones.

Ahora bien, aquí también las hay, pero van cuatro abuelas, a no ser que sea un pueblo, en ese caso va el pueblo entero, que son cuatro viejas y cuatro viejos (los jóvenes en general no). No me gustan las procesiones ni en Andalucía, ni en Santa Coloma de Farners ni en Brasil. Ahí, en esa manifestación, es donde más se ve lo nocivo de la religión.

Feliz Semana Santa... Bueno, mejor Feliz Semana, a secas...

Tomás Morales dijo...

Eastriver, ¿que van cuatro viejas?. ¿En Málaga?. ¿que no van los jóvenes?. ¿tú a qué procesiones vas?

Un agnóstico al que le gusta la Semana Santa.

Ana dijo...

Mierda de semanita, masoquismo y ganas de joder a los que queremos pasear tranquilamente por las calles, panda de abducidos.

Chu dijo...

Antonio, que te pierdes... ¿a que te castigo a que seas feliz? y mira que nos lo ponen difícil desde que nacemos. En Málaga viene mucha gente a ver la Semana Santa, incluyendo los jóvenes. Viene gente de todas partes y no se puede andar por las calles pero no creo que vengan por religiosidad. Habrá de todo, pero creo que abunda el sentido de la fiesta, por eso tampoco hay hueco en los bares para tomar una cerveza. A mí me alegra que pierda ese sentido religioso porque estoy deacuerdo con tus reflexiones y sobre todo con ese sentido de la culpa. El pecado original... ¡ay, madre!, "qué pecado cometí contra vosotros naciendo..." en estas fechas procuro no pasar por el centro y aconsejo a los que vengan, dejar aparcado el coche porque el tráfico se pone fatal, pero me alegra a pesar de las molestias, que en estos días se trastoque un poco todo, se rompa la rutina y que la gente se eche a la calle y se lo pase bien.
Virgencita que no llueva, y que el señor de las manzanas de caramelo rojísimo, lleve su jornal a casa.

Abuela Ciber dijo...

Estimado Antonio

Te visito para desearte : Buena Semana para ti y seres queridos!!!

Cariños

Josep dijo...

Antonio, estás cargado de razón, a mi tampoco me gustan estos espectaculos, donde incluso las emisoras de radio van dando publicidad sobre los horarios de los pasos.
Como dice Eastriver, aqui van cuatro viejas, las mismas que las ves en la iglesia todos los dias.
En l'Hospitalet se celebra una que es laica, quizás la conozcas. Es única en España
Y por ultimo decirle a Tomas Morales que ni
Eastriver ni yo somos andaluces. Somos catalanes aunque si que es cierto que nos gusta Andalucia, y mucho.
Feliz Semana!

emejota dijo...

No puedo sino reafirmar lo que escribes, ya me conoces, además me gusta tanto como lo expresas. Si tuviera que escribir sobre algún tema semejante me parece que te copipegaría sin más.
Dejémoslo en necesidad de descanso y de comercio, las variantes .... todask, las emociones también se comercian. Bs. familiar.

Camino a Gaia dijo...

En esas andamos: lavar los pecados del culpable con la sangre del inocente.
Por eso le encaja como un guante a nuestro modelo económico la ideología religiosa.
Neoliberalismo y religión, tal para cual.

Antonio dijo...

La verdad, Ramón, es que en el sur va mucha gente a las procesiones, pero no porque crean sino porque forma parte del floclore, la cultura social y las tradiciones. Son un verdadero espectáculo cargado de colorido…
Esto no decae, de momento, pues la juventud anda metida en ello. Yo tengo un conocido que viene desde Canarias todos los años para portar el trono de la Santa Cena y después se vuelve.
Lo curioso es que, como en mi pueblo, se vota a la izquierda masivamente (65% PSOE, 17% I.U y 17% PP en estas elecciones pasadas) y se apoyan las procesiones. La gente no va por fervor sino por el espectáculo. No hay nada más que ver los comentarios que sueltan en la propia procesión…
En fin, yo sigo prefiriendo, como dice Machado en boca de Serrat, al Jesús que anduvo en la mar.
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Tomás, por tu comentario…. Como decía a Eastriver, el espectáculo está servido. Tengo aquí unos amigos de América, católicos, que se sorprenden, como católicos, de esta forma de entender la religiosidad.

Antonio dijo...

Chu, mi castigo está servido, jejeje. Se me ha condenado a encontrar el camino de la felicidad, pero desde la crítica del librepensador que no cree en nada que no sea convincente y que intenta desmontar los esquemas que le colocaron desde pequeño para liberarse de esa concepción de la vida, de la culpa y de la sumisión.

Antonio dijo...

Gracias Abu, por tu visita y tus buenos deseos.
Cariños

Antonio dijo...

Josep, no conozco la de l’Hospitalet, pero me sorprende esa concepción laica de una procesión. Me gustaría saber cuales son los motivos que la mueven.
Es evidente que para un no andaluz, como es el caso tuyo y de Ramón, cuesta comprender este espectáculo, pero para nosotros, aun cuando seamos agnósticos y comulguemos con el laicismo, estos espectáculos forman parte de la cultura popular, como pueden ser los Sanfermines en Pamplona, por decir algo.
Un abrazo

Antonio dijo...

Pues sí, emejota, las emociones son una atracción especial y en este caso se usan para atraer al turismo, al visitante… No sé cuanta pasta dejará la Semana Santa en Málaga, pero estoy convencido de que mucha, no hay más que salir a la calle y verás los diferentes idiomas que se hablan, la inmensa avalancha de gente que se mueve por la ciudad y como están las terrazas, los comercios, restaurantes y demás… Un pasta, sí señor, eso es buena cosa, en ese sentido…
Besosss

Antonio dijo...

Pues sí, Camino a Gaia, el poder, la religión y el dinero son primos hermanos que se dan la mano para subsistir. En esas andamos.
Un saludo

Antonio dijo...

Lo curioso, Ana, es que esta sociedad educada históricamente en ese masoquismo que refieres, en esa forma de concebir la religión, que goza con el sufrir ajeno que es el que le libera del pecado original, anda transportada por el histrionismo de la representación religiosa.
Al final, un espectáculo...

Josep dijo...

Antonio, sobre la procesión laica de l'Hospitalet:

Fecha: 2012-04-01 Hora de envio: 17:30
Localización: l'Hospitalet de Llobregat
Derechos: Agencia Atlas
Duración: 0:40

La 15+1 saca a la calle sus procesiones "laicas"

Las pasos no están encabezados por sacerdotes
En Cataluña una de las procesiones más celebradas es la de la Borriquita y el Jesús Cautivo, que han recorrido hoy la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat.
Estos pasos están organizados por la 15+1, una cofradía laica con 35 años de experiencia. Se denominan "laica" porque las imágenes no están custodiadas en iglesia alguna y los pasos no están encabezados por sacerdotes. Las seis procesiones que durante esta semana Santa va a organizar la 15+1 congregarán alrededor de un millón de espectadores.
Es con mucha diferencia de público sobre cualquier procesión catalana.
Se llama 15+1 porque representan las 15 personas que la iniciaron, y 1 es el pueblo. La mesa donde descansa la virgen es la de un bar, justamente la del bar donde salió la idea.
No hay en ningún momento ni nada que indique que sea católica, ni cantos ni nada parecido.

Extraido de la revista comarcal de L'hospitalet.

Un abrazo.

Antonio dijo...

Gracias, Josep, por la información. Voy a buscar por el google a ver que me dice.
Un abrazo

Abuela Ciber dijo...

Estimado Antonio

Festejar la esperanza es hermoso!!!!!

Felices Pascuas a ti y seres queridos!!!!

.

Abu

Unknown dijo...

Bueno Antonio, Tú sabes que yo tampoco creo en ninguna religión, ayer dijeron en televisión que algunas cofradías se gastan hasta 30.000 € para poder salir, con la pobreza que hay me parece mucho dinero, en fin que las pasiones son ciegas y la de la semana santa también.

Antonio dijo...

Amiga Lola, cuando la religión y los principios que dicen pregonar se escapan tanto de la realidad social y se gastan tanto dinero en esas parafernalias, solo cabe pensar que es un montaje para atraer turismo o que los que creen en eso están alejadísimos de esos principios que dicen defender.
Un saludo

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