viernes, 8 de julio de 2011

Crucero en el Mediterráneo Oriental

Mediterráneo Oriental

Luz del mar en las islas griegas

Hace muchos años que vengo queriendo hacer un crucero. Nunca lo hice y, al fin, superadas las trabas, pudimos realizarlo. Tres parejas optamos a ello. Mis amigos Frank y Eva, residentes en Pensilvania (EE. UU), mis cuñados Antonio y Carmen y nosotros formamos ese sexteto dispuesto a disfrutar de semejante aventura en el Mediterráneo Oriental. No pretendo hacer un reportaje de ello, pero sí dar algunas pinceladas para compartir con vosotros la experiencia.

Panorámica de Venecia desde el barco

Venecia, el lugar de embarque, a la que ya viajé en otra ocasión, se volvió a presentar tan singular como siempre. Desde la inmensa mole del trasatlántico aparecía a mis pies como un sueño del pasado con reverberancia en el bruñido mar acanalado que la abraza e insemina. Desde el 14º piso del barco se rendía a nuestros pies con esa expectación majestuosa que otorga la asimetría del nivel. El paso por el Gran Canal, con la visión, desde esa perspectiva, de San Marcos, del Palacio del Ducce, otros monumentos soberbios y tantas callejas batidas por canales sembrados de góndolas y gondolieris, no puede ser menos que calificado de espectacular. Su uniforme arquitectura, donde solo se permitía retar al cielo alguna que otra torre o “campanili” que escapaba a la horizontalidad que definían los tejados del conjunto de edificios que la forman, era un visión relajante, a la vez que intrigante y magnética por su originalidad y belleza.

Bari

Bari y su casco antiguo fue otro lugar de encanto singular. Sus calles y plazas nos retrotrajeron a otra dimensión del pasado fusionada con el momento actual. Impresionante la fortaleza Svevo Bari, la basílica de San Nicolás, el teatro y su complejo de calles y callejas que configuran su urbanismo desde tiempos remotos. Encontré cierta similitud entre esta ciudad y Dubrovnik, salvando las diferencias. El detalle mediterráneo me lo dio una señora mayor que, asomada a su puerta, se escondía tras la cortina que les protegía del cálido verano, era una copia de mi pueblo, un reflejo de esa vieja cultura de nuestro mar que nos hace más iguales de lo que nos parece.

Olimpia

En Katakolón, una vez desembarcados, fuimos a Olimpia. Es, para quien no lo sepa, una ciudad donde se celebraban los Juegos Olímpicos en confrontación con los Juegos Píticos que se celebraban en Delfos, de aquí su nombre. Allí es donde se enciende la llama que porta la antorcha cada cuatro años a la ciudad donde se ha de celebrar la olimpiada correspondiente. Se hace mediante un espejo parabólico para que el propio calor del sol sea quien prenda la llama. Me acordé del ínclito Gila con su comentario humorístico que decía que Grecia está toda rota… cuan cierto era. No queda casi nada en pie, solo algunas columnas rehabilitadas y mucha piedra por los suelos, como caídas por un cruel terremoto que no respeto la historia.

Éfeso

La siguiente parada fue Esmirna, pero el viaje turístico lo hicimos a Éfeso. Las ruinas de Éfeso son impresionantes. Queda claro la importancia que tuvo en el mundo griego y romano. Aparte de detalles significativos de menor calado, es relevante la fachada de la biblioteca de Celsus, la avenida principal, el teatro romano con capacidad para más de 24000 personas, el templo de Artemisa, su diosa por excelencia, etc. Tiene en su haber otra atracción para los creyentes, que es la casa de María, donde se cree vivió María tras la muerte de su hijo Jesús. Es una estructura del siglo VII, según algunos autores. Al parecer una monja alemana tuvo una visión que le indicaba el lugar exacto de la casa y su localización en Éfeso. A mí, como agnóstico y psicólogo, me vino a la mente la confusión de visiones místicas con alucinaciones y delirios místico-religiosos a los que tanta importancia se les dio en el pasado y aún hoy, en determinados grupos, se sigue dando. Mis reservas, pues, con esta aseveración, como es natural.


Panorámica de Estambul

Al siguiente día nos desplazamos a Estambul. Es una ciudad de contrastes, de historia y poder, de religión e imperio. No me extenderé en detalles, pero las visitas a Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi y el Gran Bazar nos ocupó el día. Impresionante Santa Sofía, también llamada Iglesia de la Divina Sabiduría y Hagia Sophia (Ayasofya Camii), que es en la actualidad un museo. La Mezquita Azul o Sultanahmet Camii es un ejemplo relevante de la construcción religiosa musulmana; sus seis minaretes hizo que en la Mezquita de la Meca se construyera un séptimo para darle más importancia a aquella con sus siete minaretes, como lugar de peregrinación musulmana por definición. El Palacio de Topkapi, residencia de los sultanes, guarda un inmenso tesoro en joyas, espadas y otros elementos pertenecientes a los poderosos sultanes otomanos y su corte. El palacio está construido siguiendo las normas de la arquitectura seglar turca, siendo su máximo ejemplo. Es un entramado complejo de edificios, unidos por patios o jardines siendo la superficie total del complejo de 700.000 m², rodeados por una muralla bizantina. Sus refrescantes jardines dieron un toque de relax al acoso del calor que no nos dejaba vivir. Otro elemento a considerar es el Gran Bazar. Me sorprendió su colorido y viveza, su frescor y estructura, donde, si no andas espabilado, acabas perdido entre sus callejas techadas, sus bóvedas y su embelesante visión. El deporte del regateo (no me refiero al futbol, claro está) es indispensable para hacer una buena compra, que siempre será más satisfactoria para el vendedor experto que para el neonato en estos menesteres, que valorará a precio europeo el objeto sin considerar o conocer el precio o valor turco del mismo. Yo entiendo que no se debe pagar más del 70% del precio de salida, pudiendo bajarse en algún caso hasta, incluso, el 50%. Esta estimación es de un inexperto, evidentemente.

Tras abandonar Estambul con una vista panorámico de su inmensidad, tanto la aposentada en Europa como en Asia, nos dirigimos a Dubrovnik, no sin antes quedarse con la sensación de la necesidad de volver para poder conocer más ampliamente esa gran ciudad de la sublime puerta. La travesía fue larga y navegamos durante 36 horas de uno a otro puerto disfrutando de la brisa marina, el mar de Mármara, el Egeo plagado de islas, el Jónico y el Adriático, junto a la oferta de ocio y relax que nos proporcionaba el barco.


Artesanía en Dubrovnik

Dubrovnik es espectacular en la parte del casco antiguo. El resto, su parte nueva, es otra ciudad más estándar, con su puente nuevo, sus casas bajas alrededor de la bahía plagada de verde vegetación y sus calles y edificios que nos muestran su modernidad. Pero en el casco antiguo nos trasladamos a otra dimensión. Sus calles estrechas, sus plazas, iglesias (católicas y ortodoxas), sus murallas y edificaciones nos sitúan en épocas pretéritas cargadas de historia, de confrontaciones entre otomanos y cristianos. Cuánto debió vivirse por allí, cuántas batallas y luchas por el dominio de la zona, cuanta historia cargada de amor y odio, cuánta vida vivida, cuánta muerte trágica y tan recientemente. Me sorprendió la limpieza y claridad de sus aguas, que rompían contra las murallas, en contraposición a las contaminadas y sucias aguas del Golfo de Esmirna.

Finalmente desembarcamos en Venecia. Habíamos decidido pasar la noche en Mestre y visitar la ciudad de Venecia. Nos encantó volver a pasear por sus calles, bordear sus canales y gozar de la plaza de San Marcos repleta de gente. La vez anterior no entré a ver el Palacio de Ducce y esta vez no me lo perdí. Me sorprendió y encantó su arquitectura, sus salas y museo de armas antiguas, su patio, su conjunto en general y cómo no, el puente de los suspiros y sus mazmorras anexas. Añoranza de viejas glorias se percibía en el entorno. Después, un paseo en el “vaporetto” por el Gran Canal hasta la estación de autobuses. Durante el mismo fueron apareciendo infinidad de construcciones espléndidas de fachadas renacentistas que jalonaban la vía, enigmáticas callejas que desembocaban sus aguas en el canal y “gondolieris” remando y cantando en idílicos paseos turísticos de los visitantes. La sorpresa final la dio una ambulancia con su sirena a tope, que resultó ser, cómo no, una lancha rápida o fueraborda.

Es difícil expresar en tan poco tiempo tantas emociones y vivencias, por lo que os dejo un slide con fotos, ya que una imagen vale más que mil palabras.


Eso es todo, amigos y amigas. Si os apetece ver más fotos podéis cliquear en https://picasaweb.google.com/aporrascabrera/20062011?authkey=Gv1sRgCPmv4sTOmZmjtAE#

Por cierto, El País se podía comprar en el barco vía internet con soporte papel...
Me falta colgar el viaje por España y sus fotos, que seguro lo haré, pues la belleza de nuestro país no desmerece en nada respecto a estas otras.


38 comentarios:

emejota dijo...

Guauuu, gracias por el viajecito, un verdadero placer volver a leerte. Me ha encantado. Besazo desde este sector mediterraneo.

Antonio dijo...

Gracias a ti emejota por tu visita y comentario. A estas edades no le queda a uno mucho tiempo para poder disfrutar de aquello que no fue posible en el pasado.
Besos

mariajesusparadela dijo...

Después de leer tu mensaje de retorno en cinco blogs, además del mío, me he venido a leer tu entrada y he viajado contigo.

Myriam dijo...

¡¡Qué maravillosa experiencia!!

Te tomará, les tomará, un tiempito asimilar todas esas emociones.

Besos y bienvenido de regreso. Ya ves, te recibí con tapas en mi casa.

RGAlmazán dijo...

Un viaje muy completo. Ciudades y lugares llenos de encanto e historia.
No soy amante de cruceros pero las ciudades que has visitado valen la pena.
Salud y República

Lola Mariné dijo...

Hola Antonio,
hace tiempo que tengo ganas de hacer un crucero, y el que nos cuentas parecer maravilloso.
Tomo nota.
Bienvenido de nuevo.
Saludos

belijerez dijo...

Que suerte poder viajar, y encima hacerlo con amigos. Felicidades.

A mi me encantaría poder hacer este viaje que describes, le lanzo al universo mis deseos.

Un besito.

Txema dijo...

Magnífico periplo. Y me alegro de tenerte de nuevo con nosotros.

saludos

Jesús Herrera Peña dijo...

Antonio, es envidiable todo lo que cuentas y cómo lo cuentas.
Te comprendo perfectamente.
Yo hace ya 2 años que realicé ese sueño. En mi caso fue un crucero por el Mediterráneo occidental que hice con mi esposa, con salida desde Barcelona.

Saludos,

Abuela Ciber dijo...

Precioso lo que comentas.
Por ahi no navegare pero si lo hago por estos lares.
Por suerte la oferta en estos ultimos años es buenisima y.....los precios se han ido adecuando a ciertos bolsillos ja ja.

Me encanta navegar, lo hice la mayor parte de mi vida , asi que disfruto el estar sobre el mar, atendida tan bien.

Lo que lamento que no todas mis amigas les agrada, asi que a veces cuesta encontrar compañera de viaje.

Esperando sigas disfrutando de la vida en esta forma recibe mis saludos.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Ay, qué bien me lo he pasado, Antonio, y eso que no fui. Pero he viajado un ratito contigo. Figúrate que hasta me he ido al Picasa para ver las fotos. Qué viaje más estupendo y bonito. Cómo me alegro de que lo hayáis pasado tan bien.
Un beso.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Gracias por el viaje, me lo he pasado bomba viendo las fotos. Un crucero como ese nunca lo podré hacer,entre otras cosas porque lo paso muy mal en los barcos y me da miedo navegar, por eso te agradezco que lo compartas.
Me alegro de que lo hayais pasado tan bien. Un abrazo

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Antonio!
Al parecer un muy buen viaje, me alegro.

Saludos de J.M. Ojeda.

MAMÉ VALDÉS dijo...

Que mejor dinero mejor gastado que en un viaje, y doble mejor en buena compañía, acabo de ver todas la fotos y solo puedo decir mucha envidia sana... pero envidia, un saludo.

José A. García dijo...

Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo al leer tu crónica.

Y, también, espero que tengas más fotos del viaje para compartir.

Saludos

J.

maria rosa-prem prabha dijo...

Hola Antonio, me alegro que estes de vuelta.
Yo también estuve de crucero por las Islas Griegas el mes pasado saliendo desde Venecia, expectacular salida.
Estupenda tu exposición.
Que pases un muy buen verano.
Abrazo desde Barcelona y si alguna vez vienes por aqui estaria encantada de poder conocerte y darte un abrazo.

Antonio dijo...

Gracias a todos y todas por vuestros comentarios. Estos tiempos veraniegos nos suelen desconectar pero casi siempre es para el disfrute y eso es importante.

María Jesús, es cierto, le mandé a todos los blog que visito asiduamente un mismo mensaje. Me alegra verte por aquí y te deseo un excelente verano.

Maryam, gracias por tu recepción. Nos costó asimilarlo todo, pero es que dsespués hicimos un viaje “terrestre” por España y fue agotador, aunque lleno de las bellezas que tenemos en este país. Colgaré pronto algunas fotos.
Besos

Hola, Rafa. A mí la historia me fascina y me acusan de enrollarme con cuatro piedras de restos arqueológicos. Luego está la fantasía de montarse la película como uno pensaba que era el pasado.
Un saludo

Antonio dijo...

Lola, anímate. Yo es el primero y me ha encantado. Suerte y buen viaje…
Por cierto, creo que a Katmandú no hay cruceros desde aquí, jejeje…
Saludos


Beli, ojalá el universo con toda su energía te permita hacerlo y los hados te sean propicios, te lo digo de corazón.
Besos


Gracias Txema, aunque estamos en un periodo de entrar y salir, de desconectarse de todo de forma más asidua.
Saludos

Antonio dijo...

Jesús, entonces ya conoces esos viajes. Son diferentes. Yo no lo he hecho hasta que mi esposa no ha perdido el miedo…
Saludos


Abu, es cierto que no siempre encuentra uno con quien navegar en esta vida (lo digo en sentido amplio), pero lo importante es que cada cual pueda navegar como le guste y donde pueda. Yo tenía un velerito hace años y me costaba encontrar un compañero para salir a navegar.
Saludos

Isabel, me encanta que hayas podido hacer ese viaje, aunque sea imaginario y amparado en las fotos y el relato, para eso lo colgué. Gracias y un beso

Antonio dijo...

Juan, tu conoces a Loli, y ella le tenía mucho miedo al barco, pero después de esta experiencia dice que está dispuesta a volver de crucero cuando quiera. De todas formas el bicho tenía 298 metros de eslora y no se notaba movimiento alguno… eso sí con buen tiempo.
Un abrazo


J. M. Ojeda, gracias por tu visita, me alegra el saludarte.


Mamé, comparto la idea de que el dinero no solo debe alimentar el cuerpo sino el espíritu y el conocimiento. Los viajes son una forma de conocer y enriquecer el espíritu.
Un saludo

Antonio dijo...

José A. como soy un gran aficionado a las fotos, acabé haciendo unas 2500 en total, pero solo puedo colgar una parte significativa. Me costó elegir. Ahora me queda por colgar las del viaje terrestre…
Saludos


Hola María Rosa. A mí me hubiera gustado también pasar por las islas, sobre todo Santorini, pero al final cogimos el continental.
Gracias, si voy por Barcelona y puedo, me gustaría también conocerte. Es posible que lo haga pues tengo ahí un hermano, primos, amigos y parte de mi vida (10 años).
Un abrazo afectuoso

Alma Mateos Taborda dijo...

Bellas fotos, bellos paisajes, excelente texto y un viaje inolvidable. ¡Qué completito! Un abrazo.

MAJECARMU dijo...

Antonio,gracias por tu visita y por mostrarnos generosamente este crucero por el Mediterráneo Oriental.¡¡ES UNA PRECIOSIDAD!!
Viajar es uno de los mejores placeres,que podemos saborear.Espero poder hacerlo pronto.
Mi felicitación por tu entusiasmo,tu amor al paisaje y a las letras.
Estoy de acuerdo contigo,sólo la naturaleza nos puede salvar, porque ella tiene recursos,valores y sabiduría.
Mi abrazo inmenso y feliz verano para ti y los tuyos,amigo.
Hasta pronto.
M.Jesús

Abuela Ciber dijo...

Dejandote mis cariños, gracias por tu visita y sentires.

Antonio dijo...

Un abrazo también para ti, Alma. Gracias por tu visita y comentario.


Hola Ma.Jesús. Cuan cierto es eso de que la naturaleza nos puede salvar. Para ello debemos aprender a quererla, amarla y respetarla. Viajar es una forma de conseguirlo
Un abrazo afectuoso

Maripaz dijo...

Fuff, que maravilla Antonio!!
Un viaje realmente precioso. Además lo explicas tan bién y lo acompañas de bonitas fotografias que de alguna manera he viajado con vosotros.
Muchas gracias por compartirlo.

Camino a Gaia dijo...

Nos has refrescado con tu viaje.
Una crónica así da alas a los que solo viajamos con la imaginación.
Un abrazo

MarianGardi dijo...

Un Crucero para no olvidar.
Sobre todo llegar a los puertos con la vista desde el barco.
Impresionante la llegada a Venecia, lo hice hace años y a Estambul entrar por el Bosforo Y el Cuerno de Oro ha de ser una buena experiencia. El que yo hice no llegaba a Tukia, pero ese viaje lo hice en otra ocasión que fui a ver la Anatolia.
Un abrazo

Antonio dijo...

Hola Maripaz. Soy un aficionado de la fotografía y me encanta quedar con la imagen retenida de las cosas. Pienso, como digo a M.Jesús, que con los viajes se conoce, ama y respeta a la tierra y eso es importante.



Querido amigo Camino , a veces, viajar con la imaginación es más productivo que hacerlo en la realidad. Es la disposición del viajante la que garantiza el éxito del viaje… De todas formas, el contacto con la realidad siempre será más completo y veraz que el imaginado…
Si bien yo creo que tu eres una de esas personas que viaja desde lo insignificante buscando la grandeza de lo simple para comprender la realidad de un todo inmenso… no sé si me he explicado bien…
Un abrazo


Amiga Marian, a mí me encantó todo el viaje, pero navegar por el mar de Mármara rumbo a Estambul y ver al fondo la imagen de la ciudad me recordó a Espronceda y sus diez cañones por banda…
Besos

María dijo...

Me alegra tu vuelta, Antonio, e hice el crucero con mi mirada, gracias.

Un beso.

Cayetano dijo...

Regreso momentáneamente de mis vacaciones para volver a irme dentro de nada. Y me encuentro con un montón de entradas de mis amigos blogueros. Intentaré ponerme al día antes de volver a irme.
Una de mis ilusiones es hacer lo que has hecho tú: un bonito crucero por Grecia o por el Mediterráneo oriental. Algún día.
Un saludo.

Antonio dijo...

Gracias por tu mirada, María. Siempre es un placer tenerte por esta casa. Besos

Ánimo Cayetano, yo he hecho mi primer crucero a mis sesenta años. Ahora que a mi mujer también la ha gustado y ha perdido el miedo que mnostraba espero hacer más si la economía me lo permite.
Un saludo

Eastriver dijo...

Qué envidia y qué recuerdos... Me queda por ver Dubrovni y toda la costa que se extiende hacia el norte, hacia Venecia. Pero en mi barco no vendían El País... Un abrazo y a ver si me das ideas en una próxima entrada para un viaje más cercano por nuestra piel de toro.

Antonio dijo...

Querido amigo Ramón, la próxima entrada será sobre el viaje interior en la piel de toro, lo que pasa es que el verano con el ocio, las distracciones y la apatía de genera el calor, me está condicionando y distrayendo, además de que en esta estación se producen encuentros con amigos que emigraron a otros lugares, como tu ciudad, y eso te lleva mucho tiempo. Yo siempre pienso que el problema es priorizar.
Un abrazo y buen verano

Montserrat Sala dijo...

Me he enganchado a tu blog por lo del crucero, y su itinerario, que fué de los primeros que hicimos, con unos primos nuestros. Nosotros somos unos convencidos cruceristas. La salida desde Venecia es espectacular.
que recuerdos mas entrañables que me has proporcionado.
Saludos cordiales.

Belkis dijo...

Un viaje sensacional Antonio. Me alegro que hayas podido disfrutar de él y además en tan buena compañía y gracias por dejarnos tan buen testimonio.
Un abrazo

Antonio dijo...

Montse, yo que conocía Venecia por tierra y "mar" a ras de agua, me quedé sorprendido al verla desde el 14 piso de un barco inmenso, fue un paseo por el Gran Canal que ofrecía perspectivas impresionantes.. También me he hecho crucerista, como tú dices.
Un saludo afectuoso

Antonio dijo...

Gracias a ti, Belkis, ha sido un placer poder compartir la experiencia con los amigos y amigas de este interesante mundo virtual.
Un afectuoso abrazo

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