domingo, 17 de octubre de 2010

La nueva y eterna guerra

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“Ahora, según la Tradición, una nueva guerra va comenzar. Una guerra todavía más sofisticada, de la que nadie puede escapar, porque a través de sus batallas se complementará el crecimiento del hombre. Veremos los dos ejércitos, de un lado, aquellos que todavía creen en la raza humana, que creen en los poderes ocultos del hombre, y saben que nuestro siguiente paso está en el crecimiento de los dones individuales. Del otro lado estarán los que niegan el futuro, los que creen que la vida termina en la materia e, infelizmente, aquellos que, aunque tengan fe, creen que han descubierto el camino de la iluminación y quieren obligar a los demás a seguirlo.”


Paulo Coelho


Hace unos días, mi amiga Marga, me regaló el libre de Paulo Coelho, Valquirias. Reconozco que no es uno de mis escritores preferidos, pero lo leí, como siempre que alguien me regala un libro, hasta el final. No es pesada su lectura, aunque lo encuentro bastante críptico, lo que siembra un aliciente para ello. El hecho es que en el epílogo, encontré este texto tan interesante, que nos lleva a la reflexión.

En el blog “Grito de lobos” publicó una interesante entrada, como todas las que suele hacer, el amigo Camino a Gaia, titulada “La guerra de los mundos”. Este título tiene bastante similitud con la idea de Paulo y mi reflexión sobre el tema la establezco como complemento a estas posiciones, que cada vez toman más fuerza en una sociedad que atraviesa por una crisis estructural y busca un nuevo orden.

Estoy de acuerdo con las tres posiciones que establece Paulo. Por un lado la que cree en el ser humano y sus capacidades individuales como aporte al colectivo, entendiéndolo como un elemento de un sistema que influye, desde su propio desarrollo, en la evolución de la sociedad; los que buscan el SER. Esta posición, la enmarco en la relación constructiva entre los seres humanos, que busca sumar y establecer sinergias, que sean beneficiosas para todos, desde la implicación de cada uno de los sujetos del sistema.

Por otro los materialistas, los que pretenden la satisfacción de las necesidades corporales sin preocuparles otra cosa que no sea el dinero y el comercio de lo material. El hedonismo egoísta y el desprecio a los demás, que solo tienen sentido si sirve a su causa, a sus intereses. Su miopía no les permite razonar más allá de lo inmediato, y no pretenden el desarrollo del ser humano en un sentido íntegral, sino su uso como herramienta para un falso progreso que centran en el tener más.

Luego hay otro importante colectivo, que es digno de temer, que se refiere a los iluminados, a aquellos que se siente en posesión de la verdad absoluta y quieren imponerla, incluso, por la fuerza de la sangre. No siguen un razonamiento que se centre en lo material, ni en el desarrollo de las potencialidades del ser humano, sino que se fundamentan en principios anacrónicos que fueron freno a la evolución del mundo y que se sustentan en dogmas y creencias, en muchos casos irracionales, que son indiscutibles para ellos. No admiten, por tanto el proceso evolutivo del ser humano, sino su sometimiento a los principios, bíblicos, coránicos o de sus libros sagrados, que pretenden regir la convivencia desde su incuestionabilidad, desde la entrega a un orden de poder y de prelación donde el ser humano está sujeto a normas y principios estancos, donde la individualidad queda subyugada, en gran medida, a estos viejos valores.

Pero hay otro punto en lo que no estoy de acuerdo con Paulo. Esa guerra no va a empezar, esa guerra es la guerra de los tiempos, la eterna guerra que enfrenta a los hombres. Pero no se trata de una militancia definida perfectamente, sino de una confusión de militancia, pues en cada sujeto se libra una batalla interior donde juegan estas posiciones de forma innata. Todos somos militantes potenciales de cada posicionamiento, solo hace falta nacer en un lugar donde prevalezca uno u otro planteamiento, y someterse al proceso de socialización que establece esa sociedad, del que es tremendamente difícil escapar, salvo cuando tienes uso de razón y has evolucionado desde la capacidad crítica y el libre discernimiento, como librepensador.

Las armas, tal vez, estén en la aplicación de la teoría de la motivación que estable Maslow, con su pirámide. En el primer caso, el ser humano tiende a la autorrealización de forma ascendente, hacia el vértice, en función de que haya cubierto o no las necesidades inferiores. La dimensión y valor de esas necesidades depende del nivel consumista de su sociedad y de su integración en ella. Ya no se trata de alimento, agua, oxígeno, etc. sino de autos, casas, chalets, etc que manifiesten su posición social desde la ostentación de lo material. A esto podríamos llamarle lastre para el desarrollo personal intelectual, o espiritual para muchos… Yo entiendo que la principal misión del ser humano, como ente pensante, es el desenvolvimiento de la espiral de potencialidades que trae consigo, como individuo singular. No debe emplear más energía de la necesaria para conseguir lo material, pues lo material solo actúa como higienizante, dejándolo en posición adecuada para volcarse en su propio desarrollo.

En el segundo caso, si sometemos al pueblo a la pobreza, sin capacidad de conseguir la totalidad de los nutrientes para satisfacer sus necesidades básicas, que son las que le permite mantenerse con vida, haremos que su esfuerzo no se centre en el desarrollo personal, sino en servir a aquellos que pueden darle a cambio lo que necesitan, siendo, estos, los dueños de los recursos materiales que demandan. Pero si, además, le inoculamos que el progreso no es el llegar más lejos en sus capacidades e individualidad, sino en tener más cosas y disfrutar más de lo material, amén de imbuirles la competencia y la ostentación como armas de confrontación en el reconocimiento de su valor social, tendremos un perfecto idiota, miope y con alta dosis de alienación.

Como decía antes, la socialización es la forma en que uno se integra en su grupo social; es decir, cómo y qué hay que hacer para que se te acepte en ese grupo del que tienes necesidad social por definición. Por tanto, es la cultura, las formas, principios, valores, héroes, mitos y leyendas, los que definen el modelo a seguir en cada sociedad. Estos, digamos héroes, consolidad y modulan la estructura social del grupo desde conductas del pasado, que se siguen manteniendo como válidas en el presente, si bien hay distintos tipos de culturas que hacen más o menos dinámica a cada sociedad, como es evidente. Aunque una cultura haya demostrado su obsolescencia, siempre habrá resistencia al cambio, en función de las pérdidas que sufran los sujetos o grupos de poder, por lo que la lucha tendrá más o menos éxito en función de la cohesión o coherencia del entramos social.

Las religiones, a lo largo de la historia, han actuado como catalizadores o garantes de las culturas que sujetan y consolidad el poder, pues desde el mando se intentan siempre cultivar culturas afines a sus intereses. El contar con la alianza divina para justificar las actuaciones terrenales de los grupos, es una garantía de éxito. Los faraones, emperadores, y reyes, cuando no se definían como encarnación de los dioses, sí planteaban ser reyes por la Gracia de Dios, incuso algún caudillo, paseado bajo palio, lo colocó en sus monedas. Estas alianzas, entre lo divino y lo terrenal, solo consiguen que los sujetos pensantes cuestionen esta realidad y se aparten, en gran medida de los principios que defienden los integrismos religiosos, pero también el sometimiento de las masas de creyentes que asumen esos principios. Por tanto, las religiones en general y las más cerradas en especial, son los oponentes más grandes para el desarrollo personal de la espiritualidad del ser humano, al intentar encorsetarla desde sus dogmas. No pretendo entrar en mi concepción personal de la espiritualidad, que merece una reflexión aparte, y que es posible la plasme más adelante.

En conclusión: Busco el desarrollo de mis potencialidades personales que me lleven a la autorrealización. Necesito, para sostener y mantener mi cuerpo como continente de mi mente, satisfacer mis necesidades básicas corporales y materiales. Mi espiritualidad, mi búsqueda de la verdad, también me condiciona. Por eso, tal vez, ande preguntándome qué cosas son las realmente necesito sin ser consumista, dónde está la verdad de la vida sin caer en el dogmatismo e integrismo, cómo encontrarme conmigo mismo y mis potencialidades para aportar todo mi saber y conocimiento a la sociedad en la que vivo, a la vez que bebo de mis semejantes. Esa guerra interior ya está en marcha, depende de quien gane será el resultado de la otra a la que alude Paulo Coelho.

Os dejo esta reflexión que quiero compartir con todos, pues puede que subamos más de uno al mismo carro, el de la victoria final del ser humano sobre la barbarie depredadora y mercantilista del sistema en curso.

39 comentarios:

emejota dijo...

Ojalá sea así Antonio, me gustaría y ya sabes que en estas cosas estamos de acuerdo.
Este autor está aprovechando la ola de cambios evidentes para interpretarlos a su conveniencia.
Lo cierto que desde su primer libro, el más puro, dentro de su estilo, esta categoría de libros, con los suyos quizás a la cabeza, se ha sumado al maravilloso mundo del marketing. Cosas así suceden todos los días en este mundo contradictorio. Ver para creer. Un abrazo.

Eastriver dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eastriver dijo...

Yo también lo espero. En cualquier caso me gusta la diferencia que haces entre religión y espiritualidad. La religión es el verdadero lastre, pues es la que constriñe, encierra, limita. Y respecto a la espiritualidad, estoy esperando desde ya mismo ese texto que nos prometes (y seguro que Emejota, tan espiritual, lo espera también). Es decir, será interesante si tu versión de la espiritualidad pasa por las trascendencia o por una mezcla de potencialidades humanas, de aquello más elevado del ser humano, aunque también caducas y perecederas. Yo me muevo entre ambas, depende del día, y ahí sí que soy tremendamente inconstante en mi planteamiento. Paso del cerebro al alma en menos de cinco minutos. Gran texto que me lleva a otras calas y otras calas. Esa es una gracia especial de tus artículos, Antonio, la sugerencia intelectual diversa e imparable. Ah, y cómo me gusta que cites a Camino, ese ser misterioso que tanto nos ilumina con su discreción habitual...

Eastriver dijo...

Ah, y supongo que lo que Coelho quería decir es que esa guerra se hará más contundente en el futuro, aunque es posible también que tengas tú razón y que la globalización no sea más que cuestión de tamaño pero no de importancia. Un abrazo.

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Como siempre digo en temas como este, simplemente tenemos todos ese libre albedrio de creer o no creer, de analizar, asimilar y simplemente tomar las mejores desiciones en respeto y en igualdad de derechos!!

Isabel Martínez Barquero dijo...

El caso es, querido Antonio, que muchos estamos subidos en ese carro. Individualmente, percibimos que no queda otra opción que no sea la de cambiar internamente para poder dar lugar al cambio de la sociedad, ese cambio espiritual que ansiamos tantos.

Me encanta tus reflexiones, Antonio, ese modo tranquilo y detallado de exponerlas, los puntos de inflexión, la expresión de las dudas... Realmente, haces que meditemos siguiendo el hilo de tus pensamientos. Es tu don.

Un fortísimo abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Es la segunda vez que veo en tu blog algo sobre la pirámide de Malow y me encanta, porque es un tema que toco cada año.
La diferencia entre el ser y el tener pasa también por el "primum vivere, deinde filosofare"...la espiritualidad la han aprovechado las religiones para constreñirnos y convertirnos en ovejas ¿a todos(la respuesta esta en el inicio de los cuentos de Asterix y Obelix)

Txema dijo...

Creo que hay un cuarto grupo: el de los decepcionados.

Hubo un tiempo en el que militamos en el primero. Fuímos más o menos luchadores, con más o menos compromiso. Pero hay estamos casi al margen.

No ceo que debamos desdeñar a este grupo porque, si se consigue que alguno vuelva a la batalla, la balanza puede inclinarse del lado positivo.

Por lo que veo a mi alrededor, que tampoco es mucho, el hedonismo lleva a una gran ventaja, quizá ya demasiada, insalvable.

Me pregunto muchas veces si no sería mejor retirarnos a nuestros lares y aprovechar lo que nos quede de vida en las pequeñas cosas que no rodean.

un abrazo

Anónimo dijo...

Hay dos grupos a nivel general, aúnque los otros que mencionas están dentro de estos:
Los del pasado englovalizados en la era de piscis... abnegación y fe ciega, materialismo e individualismo.
La era de acuario... formación de la globalización grupal, libertad y aprendizaje de los nuevos valores y potenciales del alma que sin duda están.
Los dos vivimos juntos y mezclados, unos se van y los otros entran despacio al nuevo mundo.
Llegará el día en que los que sa van serán multitud y solo habrán que quedar los "verdaderos servidores del plneta tierra."


Un abrazo.

Ana dijo...

Desde luego tu escrito nos da que pensar, y sobre todo en lo de la religión, totalmente de acuerdo, un lastre para tirar por la borda.

besitos.

RGAlmazán dijo...

La espiritualidad mezclada con la transcendencia del ser humano ha sido manipulado por muchas instituciones, sobre todo por las religiones.
Es una forma de alienación que puede hacer, de hecho lo hace, que las masas sigan en condiciones que permitan a las élites del poder mantener su estatus y luchar contra los cambios que signifiquen pérdida de ese poder. El ser alienado es un aliado del poder y seguirá sus consignas. En aras de una vida futura mejor, a unos se les aliena con cuestiones materiales --el consumismo-, a otros con la promesa de la tierra prometida.
No hay mejor vacuna que la cultura. Entendida como conocimiento. Saber pensar y enfrentarse críticamente a lo que nos presentan como "unica alternativa" es algo que deberíamos hacer, en vez de dejarnos llevar por la senda ya escrita.

Salud y República

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Son admirablemente sabias tus reflexiones, Antonio. Tocas con delicadeza temas difíciles del alma humana y aclaras con rotundidad la diferencia entre SER y Tener, a la vez que sugieres el camino que debería seguir el Hombre.
Los comentarios de tus lectores no tienen tampoco desperdicio y aprendo mucho de ellos.Es un lujo encontrarse en un lugar con este.

Creo haberte leído que en una ambarcación os acercásteis a la catarata del Niágara hasta donde os permitía la fuerza contraria del agua. Es duro navegar contra corriente, y cuando pasas gran parte de tu vida haciéndolo para luego retroceder al principio y destruir el trabajo realizado, cual Penélope, me veo obligado a darle la razón a Txema y constatar que pertenezco a ese grupo, cada vez más numeroso, de los que abandonan y se limitan a pasar lo que queda de sus días de la mejor manera posible.
Y lo que antes me parecía posible, se torna en utopía cuando notas que aquellos líderes que portaban el estandarte, en quienes confiabas plenamente, se rinden ante la belleza de la Judit moderna y le entregan a su poderoso pueblo a cambio de los placeres que le ofrece.
Un abrazo.

Antonio dijo...

Queridos amigos y amigas, tengo la suerte de contar con excelentes comentarios de los lectores, de vosotros, que hacen de complemento a mis reflexiones. Gracias a todos por aportar vuestro punto de vista a cada tema, pues de ello saco más conclusiones, si cabe, para mejorar mi visión del asunto en cuestión. Compartir lleva a progresar…

Antonio dijo...

Emejota, el mercado vende y para ello usa el marketing, como bien dices. Con él manipula y presenta como lo mejor aquello que le interesa. Luego va uno y determina si es o no de su interés, pero la inmensa masa se deja llevar por la novedad, pues es tema del día. El problema, para mí, se complica cuando se pretende sostener la cultura de un pueblo con valores que se potencian en la lectura, siendo estos poco edificantes., más bien al contrario, pues pretenden sostener un estatus mercantilista inclinado al dinero.
Por otro lado están los filones. Esa especie de tema interesante, que cala en la gente y que lleva a la explotación sistemática del asunto para ganar dinero a espuertas.
Lo ciertos es que hay espacios para leer una buena novela, un buen ensayo, un excelente poema y todo tipo de creación, pero desde el espíritu crítico de cada cual.
Por cierto, mi próxima lectura será “Nunca fuimos a Katmadú” de una amiga bloguera, Lola Mariné. No sé como resultará.

Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Ramón. El tema de la espiritualidad puede ser enfocado de varias formas, pero tal vez el mío se sustente en una apreciación práctica, antropológica, de la propia esencia y función cognitiva del ser humano. Procuraré desarrollarlo para compartir visiones al respecto. Ver por qué se pasa del cerebro al alma en cinco minutos, sin olvidar el corazón, al que se le adjudican erróneamente las emociones.

A Camino lo cito, como bien sabes, por su valor reflexivo, por su capacidad de entender y razonar sobre la vida, por su posicionamiento simbionte y sistémico que comparto. Sin que él se entere, te diré que me cae bien, jejeje.

Un abrazo

Antonio dijo...

Ciertamente, Peter. Yo entiendo que cada cual está en su propia dimensión, en su propio camino, que se ha de respetar. Eso sí, todo camino ha de ser crítico para no equivocarse en exceso, por lo que andamos con la mente abierta. No obstante, el error estaría en intentar que todos pasaran por el mismo camino, sin entender que cada cual tiene su propio proceso evolutivo, al que gestiona y del que es responsable.

Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Isabel, si te gusta mi reflexión me siento doblemente feliz, por gustarme a mí, que es elemental, y por compartirla contigo y con todos los demás.

Quiero, no obstante, corregirme en un pequeño detalle no exento de importancia. Cuando digo subir al mismo carro, debería decir tirar del mismo carro. Si subes al carro se entiende que uno no lo lleva, que el motor del mismo no es uno, sino alguien que lo va conduciendo según su propia capacidad e intención. Prefiero rectificar para resaltar la necesidad de implicación en la conducción del carro y en la determinación del destino en el viaje. Tal vez, nuestro pecado esté en dejar que otros dirijan el caro donde vamos sin implicarnos en ello.

Un abrazo afectuoso

Antonio dijo...

Efectivamente, María Jesús. Ea pirámide de Maslow, que la presentaba a mis alumnos como una de las teorías de la motivación, la toqué en el tema del amor, bajo el título: “La relación amorosa según una interpretación libre de la pirámide de Maslow (http://antoniopc.blogspot.com/2009/07/la-relacion-amorosa-segun-una.html), creo que esa pirámide explica bastantes cosas del funcionamiento del ser humano. Los poderosos, para no perder su poder, se hacen dueños de los recursos que satisfacen las necesidades básicas y te esclavizan a cambio de conseguirlos. Ese es el juego del poder, yo tengo más poder que tú porque soy dueño de lo que tú necesitas y has de doblar la cerviz ante mí para conseguirlo…
Sobre la espiritualidad y las religiones lo dices muy claramente y no hay mucho más que aclarar.

Antonio dijo...

Es posible, Txema. Recuerdo que en un curso de gestión me comentaban que en cada empresa u organización había tres grupos de gente, los motores, los frenos y los indecisos e indiferentes… ¿Dónde colocamos a los decepcionados.?

Otra cosa es analizar la función que tiene uno en esta vida según su situación personal, incluida la edad. Yo pienso, a veces, que este mundo es el producto de una generación y que cada generación debe crear y determinar el suyo, de ahí los conflictos generacionales. Nosotros ya estamos más bien fuera, pues somos más del pasado y del presente, que del futuro. Ahora bien, nuestra aportación máxima debería ser la puesta a disposición de la generación siguiente de todo nuestro saber y experiencia, nuestras conclusiones, para que ellos decidan y creen su propio mundo. Indicar errores, advertir movidas, criticar el sistema, sugerir una posible evolución, etc. Ese conocimiento lo hemos de transmitir a los que están a nuestro alrededor, sobre todo nuestros hijos y allegados.

Por tanto, retirémonos, pero para reflexionar y dejar nuestro bagaje a modo de trascendencia.

Un abrazo

Antonio dijo...

Hola Olga i Carles. Esa teoría es estupenda, pues si salimos de la era de piscis, que tiene esas connotaciones, y pasamos a la de acuario, que plantea esas otras más espirituales y de desarrollo del ser humano desde la idea del ser, me parece estupendo. No sé si tiene algo que ver, yo soy acuario y me encanta esa posibilidad que reflejáis en vuestro párrafo. Otra cosa es si será o no factible o viable.

Un abrazo

Antonio dijo...

Pues sí, Ana, yo creo que andamos cargados de demasiado lastre que hay que tirarlo por la borda. Son cosas que nos atan a este sistema de vida consumista y dependiente, al materialismo. Ese lastre no nos deja caminar. Así es difícil llegar al final del trayecto ligero de equipaje.

Besos

Antonio dijo...

Rafa, solo queda ratificar tus planteamientos. Yo veo la trascendencia en nuestra aportación a la propia evolución de la tierra y el ser humano. No sé si habrá o no otro tipo de trascendencia, transmutación del alma a otros cuerpos, si existe o no el alma y el más allá. Soy un pobre ignorante que solo sabe lo poco que sabe, y bastante tengo con intentar comprender lo más inmediato a mí, lo que ocurre a mi alrededor y cómo funciona esto.

Sinceramente, esto del blog me está ayudando bastante a comprenderme, conocerme y entender a los demás. Gracias a vosotros y a compartir estas reflexiones.

Un saludo

Antonio dijo...

Gracias, Juan. Comparto contigo la apreciación sobre vuestros comentarios tan enriquecedores. Es muy normal que cuando se lucha y rema contracorriente se acabe agotado y a la menor te percates de que el agua te ha llevado a donde empezaste y más lejos aún. La cuestión está, bajo mi punto de vista, si el recorrido que debías hacer lo hiciste y si el relevo de los remeros lo hacen desde lo que uno enseñó, pues una vez que ellos toman el relevo el rumbo les pertenece a ellos. Otra cuestión sería como revertir esa corriente de forma definitiva.
De todas formas, si no se remara río arriba no se habrían descubierto muchas cosas.

Un abrazo

JUAN PAN GARCÍA dijo...

"Ahora bien, nuestra aportación máxima debería ser la puesta a disposición de la generación siguiente de todo nuestro saber y experiencia, nuestras conclusiones, para que ellos decidan y creen su propio mundo. Indicar errores, advertir movidas, criticar el sistema, sugerir una posible evolución, etc. Ese conocimiento lo hemos de transmitir a los que están a nuestro alrededor, sobre todo nuestros hijos y allegados."

Antonio: Eso que le dices a Txema lo he hecho y lo sigo haciendo siempre.Un abrazo

Myriam dijo...

De acuerdo totalmente contigo de que esa guerra la libramos en el interior de cada uno.

Me subo a tu carro,
Besos

Antonio dijo...

Juan, yo creo que ese es el objetivo final. Dar testimonio de lo que hemos sido, lo que hemos vivido y lo que hemos hecho para manifestar nuestra propia trascendencia vital a las generaciones venideras. Hecho eso, uno siente que cumplió, en cierta medida, su misión. Por tanto, debes sentirte satisfecho y feliz de poder hacerlo, pues también me consta que lo haces
Al menos eso es lo que yo pienso y lo que intento consolidar como mi experiencia vital de la mano de mi existencialismo racional.
Un abrazo

Antonio dijo...

Estupendo Myriam, para llevar a buen puerto este carro, mientras más seamos más lejos y mejor llegaremos.
Besos

Abuela Ciber dijo...

Tiempos de cambios habrá, el deterioro es fatal, y por suerte hay seres que saliendo del la hipocresia dan vida a los sentires más importantes del hombre.

Te deseo una semana con logros positivos.

Cariños

Frase de la semana:
"Nada nos hace entender mejor nuestras creencias que el tratar de explicarlas a un niño curioso."
(F.A.C).

Antonio dijo...

Abu, es cierto. El mundo es dinámico, en cambio constante, pero ¿hacia dónde? Los cambios mayores vinieron con grandes catástrofes y calamidades, guerras y conflictos, todo por reajuste del poder…

Ojalá, el próximo cambio se haga desde la individualidad, desde la conciencia de cada cual insertada en la colectividad. Ese será más definitivo pues se basará en el cambio interior del sujeto. Aunque tal como van las cosas, tampoco me atrevería yo a decir que el hombre dejará de ser lo que es para convertirse en lo que debería ser.

Un abrazo

Lola Mariné dijo...

Muy apocaliptico encuentro a Coelho en ese primer párrafo.
A mi tampoco me gusta demasiado.
Estoy de acuerdo contigo en que esa "guerra", palabra que no me gusta nada, está con nosotros desde siempre, es parte de la condición humana.
No descubre nada nuevo.
Saludos.

Antonio dijo...

Es posible, Lola, que la palabra guerra no sea la más adecuada para esta situación, por la connotación de destrucción que tiene; pero cabría, bajo mi punto de vista, el uso de la palabra confrontación, como una constante de la vida humana, tanto confrontación interna como externa.

Saludos

Camino a Gaia dijo...

Se me ocurren algunas formas de distinguir estas tres maneras de afrontar los nuevos tiempos:
-Afrontar el futuro con visión.
-Afrontar el futuro con miopía.
-Afrontar el futuro con ceguera.

Los que frente a la vida.
-Quieren que la vida siga siendo.
-Quieren que la vida sea mientras vivan.
-Quieren ser pero en otra vida.

Me parece un acierto tu insistencia en la búsqueda de motivación, porque, en definitiva, creo que esa es la clave para poner en marcha los cambios que han de acometerse. Hace algún tiempo encontré entre las motivaciones principales de un grupo de jóvenes que se incorporaban a Amnistía Internacional la siguiente: "para pasarlo bien para hacer algo que nos gusta". Nada que ver con el sacrificio con que la Iglesia lo enfocaría.

Pienso que hasta cierto punto es difícil entender la autorrealización personal sin la autorrealización colectiva, pero donde a su vez, nuestra proyección personal en lo colectivo no esté uniformada, sino integrada, reconocida y respetada.
Creo que la pirámide de Maslow tiene un punto de inflexión a partir del cual puede generar la sociedad que buscamos. La perversión de la nuestra ocurre, cuando llegado al punto de la motivación social o de prestigio social degenera en consumismo. Todas las sociedades humanas tienen ese componente. Pero cuando estudiamos otras sociedades primitivas (precomerciales) u otras opciones modernas no comerciales como la sociedad del libre conocimiento, encontramos que este prestigio social funciona pero sobre otros valores.
Veamos ¿qué motivación podría tener una persona que dedica una parte de su tiempo a editar o corregir una enciclopedia de acceso libre y gratuito?
Aparte de una satisfacción personal íntima también existe una meritocracia, un listado de personas que mas artículos
ha realizado, que mas tiempo dedican, que mejores fotos suben, etc.
Quizá lo que llamamos competencia sea una meritocracia sin objetivo, o peor aún, donde el objetivo es la competencia ciega, dónde no hay mérito en lo que se aporta a la sociedad sino en lo que se extrae de ella.
En buena medida, nuestra sociedad es una meritocracia de parásitos.
Habría de reconvertirse en una meritocracia simbionte.

Antonio dijo...

Querido amigo Camino a Gaia. Si tuviera que puntuar tu comentario le daría matrícula de honor, no solo por la forma de expresar su contenido, sino por mi acuerdo con el fondo de lo que planteas.

No obstante hay un aspecto que me gustaría remarcar. Es el referente a la pirámide de Maslow y sus niveles, pasando de la cobertura de necesidades básicas, fisiológicas, para la subsistencia del propio cuerpo, a las necesidades de seguridad, afiliación y reconocimiento, que tienen relación directa con la integración en un colectivo social o de grupo, aparecen las posibles especulaciones en función de la personalidad del sujeto, de su capacidad de maduración y de enfrentarse al entorno y afrontar las situaciones desde esta maduración y suficiencia.

No obstante, el poder sobre el sujeto siempre lo tendrá quien domine los recursos que este necesita para su desarrollo en el nivel que fuere. De eso saben bastante los que lo ostentan hoy día. Crear necesidades es una buena forma de tener atados a todos. Soltar el lastre de esa dependencia, valorando en justicia lo que realmente se necesita, es la alternativa para romper esos grilletes sociales que nos atenazan y salir de la espiral suicida que nos lleva al aniquilamiento propio y del entorno actual.

Yo domino los recursos materiales que necesitas para tu sostenimiento fisiológico, pero también defino tu seguridad y juego con tu miedo, determino los cánones y formas en que has de desenvolver tus relaciones de amistad y sociales, la ética y la moral, y te atrapo en esas conductas; de lo contrario no serás bien recibido en el grupo y no se te reconocerá el valor que tienes, tus méritos y capacidades, más bien al contrario, se te rechazará por “insolidario con tu gente” y pasarás a ser un marginal. La meritocracia determinará en qué lugar te ubicamos.

No sigo, el tema da para mucho. Pero te reitero mi agradecimiento por tu participación para enriquecer este tema.

Camino a Gaia dijo...

Como bien dices Antonio, en cuanto profundizamos en el análisis de nuestras propias motivaciones asociadas a la pirámide de Maslow, aparecen elementos subjetivos e interacciones entre las diferentes "capas". Quizás sean aquellas necesidades que se encuentran en la base de la pirámide las mas objetivables.
No quiero parecer un optimista a ultranza. Me sobran motivos para no serlo. Pero al fin y al cabo estamos en la tarea de encontrar un punto de fuga que nos saque de este pozo.
Quizá nos encontramos en una época en la que decir quién tiene el poder sobre los recursos tiene una respuesta bastante difusa. Sin embargo controlar los recursos no implica controlar a los individuos. Controlar es mucho mas difícil que dominar. Pero aún en el viejo ejercicio de la dominación siempre se han dado fallas. Pocos imperios han sobrevivido a sí mismos.
Siempre quedará la motivación de la pérdida. Y el ejército de los que no tienen nada que perder es cada vez mas numeroso.

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, siempre un gran placer leerte, muy reflexivos tus argumentos, en este mundo tan dinámico, lleno de tantas tendencias donde nos abarrotamos de tantos modismos, ejemplos y experiencias, la guerra que se libra dentro de nosotros mismos es la más fuerte, adaptarnos a cada realidad es un reto, salir bien librados es la conquista de cada quien. Te mando un besototeeee

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

qué buen artículo antonio... arroja sin duda mucha luz.
un besote grande

Antonio dijo...

Para mí, amigo Camino, hay otra teoría de la motivación que complementa a esta, a mi forma de ver. Se trata de la bifactorial de Herzberg, aunque se desarrollara para explicar la motivación en el mundo laboral.

Evidentemente, no se puede satisfacer un nivel superior, según Maslow, si no se ha conseguido, al menos en parte, satisfacer el inferior a ese. Pero cuando hablamos de necesidades fisiológicas, de sustento, básicas para la supervivencia, me recuerda al concepto de higienizante que maneja Herzberg, como forma de predisponer o preparar al sujeto para conseguir otros niveles superiores. Por tanto higienizar la disponibilidad del individuo forma parte del proceso evolutivo en tanto libera capacidad, esfuerzo y motivación para acometer otras actividades que le lleven a la realización personal.

El anclarlo a las necesidades materiales permite que se centre en conseguir estas y se olvide de las otras, las intelectuales y espirituales, que le llevarían a un desarrollo más profundo. Las necesidades materiales te atrapan. Cuando están cubiertas las básicas te crean otras menos importantes, pero que las asumes como si lo fueran, y sigues atrapado. La cuestión está, bajo mi criterio y según ya comenté, en saber deshacerse de esa imposición, de no caer en la trampa que nos tiende el consumismo y de soltar lastre para poder navegar con más soltura en este mar tan complejo. Asó podremos saltara a otros niveles sin quedar apresados en los inferiores.

Sobre el poder y los recursos, también hay tema para rato, pero en el fondo, todo sigue la misma pauta que se ha impuesto en esta sociedad capitalista, a la que habría que plantar cara con alternativas posicionales, personales y colectivas, que hicieran saltar el sistema a otra dimensión más justa y equilibrada.

Un saludo

Antonio dijo...

Gracias, Circe. Compartimos la idea de la importancia de esa guerra o conflicto interno a nivel de cada uno y su trascendencia al conjunto de la sociedad. Lo malo es que no todos dirigimos las fuerzas hacia un mismo destino, hacia unos mismo principios, valores y fines. La cuestión sería en cómo cambiar los objetivos de progreso que tienen los pueblos para que las sinergias fueran convergentes en un mismo proyecto de vida social, coherente, consecuente, sostenido y estable con el entorno…

Mil besos y pico para ti.

Antonio dijo...

Gracias, Mª Ángeles. Celebro que te guste. Sabes que tu experta opinión es muy valorable para mí.

Besos

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