lunes, 21 de junio de 2010

Solidaridad, o egoísmo.


Leyendo los comentarios que se han dejado en mi entrada anterior sobre “Dar, intercambiar y compartir”, me ha asaltado una duda. Hay quien habla de solidaridad, de compartir, y se plantea si compartir es egoísmo en su fin. Yo, siempre mantuve que el motor que mueve al ser humano primigeniamente es el egoísmo, el pensar solo en sí mismo, como cargando sobre sí la responsabilidad de la perpetuación de la especie. Su principal objetivo es crecer y multiplicarse, para lo cual ha de preservarse por encima de todo, incluso a los de su propia especie, que son rivales en muchos campos, incluido el reproductor. La confrontación darviniana con el entorno es el campo donde se juega el futuro toda especie. En este sentido, casi todas ellas tienen adquirida una conformación social, por lo general, estructurada y poco flexible, instaurada a lo largo del tiempo como mero resultado del acoplamiento en el proceso evolutivo. El problema es cómo un ser tan indefenso y sin recursos físicos para afrontar a sus depredadores, como el humano, puede salir airoso de ese trance.

La inteligencia es la clave, el saber deducir y sacar conclusiones de sus vivencias, el poder discernir sobre los hechos que le acontecen y aprender a enfrentarse a ellos con recursos instrumentales. Desarrollar herramientas y habilidades en función del enemigo al que se enfrenta y todo un proceso de aprendizaje, y desaprendizaje o control de las reacciones reflejas inadecuadas, como miedos y actos instintivos instaurados ancestralmente, a la par que una mente flexible y reflexiva de inteligencia superior, le permite discernir y establecer estrategias sociales o solidarias de supervivencia.

Dentro de este sistema de alianzas está la socialización, que es el proceso mediante el cual un sujeto introyecta las normas y leyes que rigen un grupo de personas en interacción social. En suma un acuerdo tácito y escrito de convivencia para asociarse solidariamente en la defensa, mejora y sostenimiento del grupo.

Para ello, se crean culturas con una serie de principios y valores que consolidan la alianza en la línea que se establezca, si bien esa línea se suele determinar desde el propio poder. Tú no puedes morir, tienes que conservarte, pero si no haces lo que el poderoso o la ley grupal te diga acabarás fuera del grupo, sin protección e, incluso, muerto por ellos mismos. Puedes matar a tus semejantes para mantenerte en el grupo, puedes poner bombas para destruir al infiel, puedes asesinar por la idea alienante que se ha sembrado en ese grupo… El mundo y la historia están cargados de casos en que se hicieron verdaderas barbaridades, por parte de la gente, basándose en que, si no, les matarían a ellos o defendiendo los valores imperantes en esa sociedad… “Por Dios, por la Patria y el Rey”. La deserción en la guerra estaba castigada con la muerte… O vas a matar o te matamos nosotros por traidor, pero si tú matas al identificado como enemigo serás nuestro héroe y tendrás prestigio social, que es como el reconocimiento de haber hecho algo importante por el propio grupo, que es el gran representante de la especie para ese colectivo. Fijémonos en que hay pueblos que se adjudicaron el derecho a ser el pueblo elegido por Dios, para darle más consistencia y verosimilitud al hecho. Eso merece un tema especial de reflexión.

Pues bien, cuando creamos estructuras solidarias con nuestro grupo de referencia estamos estableciendo una vía de solución de problemas personales a través del propio grupo, o lo que es lo mismo, nuestro egoísmo trasciende lo aparente para pasar a ser una conducta de intercambio que favorezca a las partes. ¿Es solidaridad o es buena vista para el negocio compartido?

El ser humano tiene otro factor añadido, que son los principios y valores que hemos comentado. Si se crea una conciencia de cooperación con los demás, no podremos sostener situaciones de disonancia donde nuestra conducta sea contraria a nuestros principios, por lo que pasamos a ayudar y solidarizarnos con la otra parte, aunque sea en una mínima, pero suficiente, cantidad que acalle nuestro conciencia y sacie el principio cultural o de valores que nos motivó a ello.

Y aquí presento dos formas de afrontar la relación social y con el propio entorno. Una, que podríamos identificar con el egoísmo más burdo, sería la de aprovecharse de los demás, usar a los otros para cubrir nuestra necesidades, dándoles a cambio lo menos posible; incluso usar el refuerzo negativo: “Si no haces esto lo pasarás mal, te castigaré desde mi poder”. El miedo hará el resto. Esta es la tendencia imperante en nuestra cultura y sistema capitalista, donde el ser humano puede no ser un ente respetable, sino un instrumento de producción. Solo ha sido respetado cuando ha exhibido su poder ante el otro, que se ha visto forzado a negociar el intercambio y la colaboración. En este caso sigo utilizando el símil biológico del parásito que vive del trabajo de los demás y el saprofito que vive de la descomposición, la miseria y la muerte de los otros.

Pero el “ser” inteligente lleva su egoísmo más allá. Lo fusiona con el egoísmo ajeno y se alían para sacar provecho los dos. A esto le llamaremos simbiosis. Lo que yo hago te aprovecha a ti y lo que tú haces me aprovecha a mí, por lo que los dos crecemos. No me interesa tu incompetencia, sino tu competencia para crecer yo. Entonces ya no se nominan egoístas, sino solidarios, pero la motivación sigue siendo la misma. Son, pues, las sinergias y alianzas las que nos llevan a ambos hacia un desarrollo común. Tú no eres un objeto de explotación para mí, sino un aliado que comparte su crecimiento personal mediante el intercambio justo y consentido o consensuado.

Tal vez, lo que haya que hacer en estos tiempos sea potenciar esa idea para ser simbiontes y no parásitos. Los simbiontes crecen ambos, el parásito solo vive, pero no adquiere habilidades y se desarrolla, pues es el parasitado el que desarrolla las habilidades para satisfacer esas necesidades. Cuando el parasitado muere, el parásito queda sin recursos y muere también o parasita a otro.

Entonces… ¿hablamos de egoísmo o de solidaridad…? ¿son dos caras de una misma moneda?... ¿es la solidaridad un egoísmo inteligente?... o en todo caso, puede que prevalezca el instinto de conservación y desarrollo de la especie, incluida la espiritualidad o la inteligencia superior.

27 comentarios:

Txema dijo...

Curiosa reflexión D. Antonio.

También a veces me ha surgido la misma duda. Es un tema interesante para un foro y habría que profundizar.

En el fondo creo que la respuesta es la que podríamos considerar mala: somos irremediablemente egoistas incluso cuando somos solidarios.

saludos

mariajesusparadela dijo...

Supongo que los egoistas lo son porque todavía no han descubierto que dar produce muchísimo más placer que guardar.

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Reflexión profunda y que nos lleva de la mano de toda esa cotidianidad que nos rodea día tras día, toma de desiciones, momentos altamente desicivos de los cuales en ocasiones tenemos que enfrentarnos a ese egoísmo no maligno, sino porque quizás se tenga que establecer algún parametro en esa desición o situación, en mi trabajo me enfrento como en todo, con una conciencia plena de ser solidario, pero no puedo negar que en ocasiones observo ese grado de un poco de egoísmo porque se tiene que tomar la más justa desición ante personas que no tienen una plenitud de ver las cosas como son, como por ejemplo, que se piensan son las únicas en el panorama de la enfermedad y no ven que hay casos peores y que simplemente van con mejor ánimo, en fin, nunca llegaremos a descrubir el elixir justo o exacto, porque estas dos palabras siempre se consagraciarán en determinado momento del camino, eso sí, siempre y cuando la envidia no aparezca en panorama, se puede decir que todo está previsto, aunque solemos pensar siempre en que la envidia es admiración con rabia. En fin, tenemos tanto que analizar que ya este tema me ha enganchado mucho más jeje!!

RGAlmazán dijo...

Si llamas egoista también a hacer actos solidarios para sentirse uno bien, estoy de acuerdo.
Creo que todo se hace al final porque uno lo quiere hacer y encuentra en ello placer. Pero elegir acciones que puedan beneficiar a otros es deseable, aunque con ellas te sientas tú también bien.
Es un tema complejo y difícil para analizarlo aquí.

Salud y República

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Antonio, como siempre presentas un excelente texto que se presta a un gran debate. Admiro tus conocimientos y la capacidad que tienes de expresarlos.
Sin embargo no he encontrado en él una respuesta clara a la pregunta de qué es solidaridad y qué egoísmo. Lamento mi escasa preparación, ni siquiera sé lo que significa la palabra “Introyecta”, la que supongo quiere decir Introspección, o introducción.
La solidaridad yo diría que es muy solidaria con el egoísmo, pues permite que en el nombre de aquélla se realice el objetivo de éste.
No es solidaridad entregar una gran suma de dinero a una ONG o fundación porque sabemos que desgrava impuestos, aunque el donante presuma de colaborar con la Cruz Roja o Caritas, por ejemplo.
No es solidario el médico en paro que se va al tercer mundo un tiempo porque sabe que eso puntúa para obtener plaza en la Seguridad Social, aunque sufra unas condiciones desagradables y realice un buen trabajo. El motivo no es ayudar sino mejorar su currículum y cobrar un sueldo mientras no encuentra otro mejor.

No es solidaridad visitar a niños en hospitales infantiles con las cámaras de televisión delante para mostrar su buen corazón ante el mundo, como hace la casa real y los futbolistas en el día de Reyes.
« Lo que de tu mano derecha que no lo sepa la izquierda»

Solidaridad creo que es también apoyar una causa o a una persona que sufre injusticia y se apoya aunque hacer eso traiga consecuencias desfavorables.
Solidaridad es ayudar a la anciana vecina del edificio o del barrio, cuya miserable pensión no le da ni para pagar la luz. Donar alimentos a los comedores sociales, que en estos tiempos no dan abasto.
Es,más o menos, la idea que tengo yo de lo que es egoísmo y solidaridad. Gracias por compartir. Un abrazo

MarianGardi dijo...

En todo caso seria un egoísmo positivo.
Es cierto a veces las personas colaboran con otras por estar ocupadas, por sentirse útiles, yo conozco a alguno de estos, que les importa más él que su trabajo como colaborador.
Mejor que haya muchos egoístas positivos que al menos arriman las manos y el esfuerzo ¡Digo yo!
jejeje
Un abrazo

María dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de MarianGardi.

Muchas personas se sienten felices siendo solidarios hacia los demás, y llenan sus momentos de soledad, eso es egoísmo positivo, otra cosa muy distinta es el egoismo negativo, que se trata de hacer todo para uno mismo sin compartir con los demás, sólo pensando en uno mismo.

El egoísmo positivo, hace el bien hacia uno mismo y hacia los demás, deberíamos ser egoístas de este modo todos, el mundo sería mejor.

Hace tiempo, en mi blog, hablé sobre lo que opinaba de las dos clases de egoismos.

Como siempre, Antonio, me encantan tus temas para debatir.

Un beso.

MAMÉ VALDÉS dijo...

¡VIVA EL EGOÍSMO POSITIVO!!!!! Un saludo.

Felipe Medina dijo...

El egoismo es esencia en el ser humano.Sentada esta primera premisa también se debe sostener en que el ser humano necesita de los demás en todos los ámbitos de su vida(socialización).

La socialización del individuo es también 'per se' esencia.

Dos conceptos que parecen ser opuestos no lo son.Por que si el egoismo se define también como la necesidad imperante que el ser humano necesita para su realización persona como un conjunto de acciones proactivas hacia el resto de su 'tribu'estariamos en la necesidad de sostener de que el ser humano es egoista y que necesita la solidaridad con el resto tribal para conformar su propia personalidad.

Pueden parecer conceptos antagónicos.Sin embargo el uno sin el otro no son nada.

El ser humano se humaniza en la socialización mediante el acallamiento de su conciencia egoista cuando se ofrece y se legitima con el resto de seres de su misma especie.

Necesita imperiosamente se solidario por ser egoista.

Puede parecer un contrasentido pero no lo es.Es simple y llanamente la socialización del yo (Kant)para proteger su código más individualista.
_____________

Saludos
_______

P.D.:Esto daría para mucho debate

lunallena.blogactivo.net dijo...

Antonio yo pienso que los que vivimos actualmente hemos llegado aquí porque nuestros antepasados han sido muy egoistas, otros se quedaron en el camino de la evolución. Sería esperanzador creer que podemos llegar a un punto donde la Solidaridad sea el fin, sabiendo que todos formamos un todo comun y nuestra Solidaridad hacia el todo vuelve a nosotros.
Son pensamientos utópicos, no estamos preparados, aquí el que no corre vuela y si vuelas bajo tiran a matar.
Estoy segura que los millones de pequeñas acciones solidarias y desinteresadas de la gente corriente y sencilla es lo que sostiene el todo.

Gracias por tus textos.

Saludos

Lola Mariné dijo...

Hola Antonio,
yo creo que son dos cosas distintas: si bien la socialización puede tener como finalidad la supervivencia (tampoco lo llamaría egoismo), la solidaridad, a mi entender, tiene más que ver con la empatía, el ponernos en el lugar del otro y desear ayudarle desinteresadamente.
No seamos tan descreidos y confiemos mas en la bondad innata del ser humano.
A lo mejor peco de ingenua, pero prefiero verlo asi.

Ciberculturalia dijo...

Nadie que es infeliz puede dar felicidad y este principio tan básico es esencial para la solidaridad.
Si compartir supone una dosis de egoismo por el placer que produce, bienvenido sea.

Un beso

emejota dijo...

Con mucha frecuencia me he planteado esta misma cuestión, también he llegado a las mismas conclusiones. Desde el pto. de vista del razonamiento frío puedo afirmar que son caras de la misma moneda. Mas considerando que en la realidad somos "un enjambre social, básicamente emocional" y que solos no seríamos nada, que necesitamos de los demás como del oxígeno, para respirar. Por muy solitarios que nos sintamos, me parece que precisamente el reconocimiento de las emociones universales en los demás tanto como en nosotros mismos, sirve de ungüento sanador, engrasador y recompensa por la mutua interacción. Creo que se le denomina "amor universal". Un abrazo.

Cris dijo...

Creo que ser solidario y que esa acción haga que te sientas bien, no te hace egoísta.
Cariños.

Abuela Ciber dijo...

Realmente lo de inteligencia superior me supero, pienso inteligencia superior en base a que??? quien da los parametros...ah si los inteligentes superiores.

Querido amigo a esta altura me siento menos que una hormiga. ja ja

Cariños y gracias por tu planteamiento.

maria rosa-prem prabha dijo...

Estupenda reflexión amigo Antonio.
El egoismo humano....como se ha comentado si es positivo, bienvenido.
Pero la verdad es que todo lo que hacemos, lo hacemos para nosotros mismos, aunque pensando que lo hacemos por los demás.
Así es, pero como he dicho antes, si se benefician otros, bienvenido sea.

un abrazo,

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

lo que es cierto que cuando haces algo por otro porque te sale de dentro, sientes que por dentro te engrandeces...
un besote y buenos días

alma dijo...

Yo pienso que ese "egoísmo positivo" que apuntan más arriba es la clave de la superviciencia de la especie. El caso extremo serían los padres y sobre todo las madres, que dan todo a ca.mbio de recibir el máximo placer que representa la alegría de un hijo.

Saludos, Antonio

Antonio dijo...

Queridos amigos y amigas, ando yo depositando y sedimentando vuestras aportaciones al tema, vuestros comentarios. La reflexión continúa y me va clarificando el pensamiento o, al menos, me lo reestructura y consolida. En la próxima entrada estableceré mis conclusiones personales.
Esto me hace sentir satisfacción hasta pensar que os amo. Os amo porque me ayudáis a crecer, porque sois “cojonudos” y vuestras reflexiones me enriquecen, porque comparto con vosotros ideas y pensamientos, argumentos, hipótesis y conclusiones. ¡Qué egoísta soy, os amo porque me dais! ¿Os amaría si no me dierais? Eso sí, no hay que dar solo lo material, sino lo “espiritual”, la satisfacción de haber hecho algo que tenía que hacer, como por ejemplo la que le da el hijo a los padres por haber cumplido el trámite de la trascendencia de uno mismo a través de la reproducción de la especie. También aquí está el fondo del egoísmo en el cumplimiento del instinto de reproducción.
Ahora me estoy decantando por la palabra egocentrismo. Tal vez seamos más centrípetos que centrífugos y esto empalma con la entropía.
Un abrazo a todos y todas y gracias por vuestras aportaciones.

Eastriver dijo...

Antonio, no es la primera vez que te leo cuando hablas de la simbiosis. Es totalmente cierto que mejoraremos cuando descubramos que la solidaridad es un egoísmo creativo y productivo, un egoísmo que no corta sino que expande. Me gusta esta idea, es necesaria, es el camino. Yo no pienso que seamos egoístas cuando somos solidarios, sino que la solidaridad nace de nosotros para hacernos sentir mejor, por tanto nosotros no perdemos, sino que ganamos haciendo ganar a los demás. Es simbiosis, no egoísmo, o al menos no lo asumo así.

Y sí, lo del pueblo de Dios merece otro análisis. Pero estoy totalmente de acuerdo. Todo es estrategia. Un gran abrazo.

Camino a Gaia dijo...

Hola antonio, muy bueno tu post, me viene al pelo para realizar una crítica al darwinismo.
Hace ya bastantes años leí "El gen egoísta" de Richard Dawkins y me quedé con la sensación de que en la teoría de la evolución había cosas que no encajaban, y aunque se hacía una inteligente exposición sobre como el egoísmo puede explicar el altruismo, me pareció un razonamiento impostado, pensé que debía haber una teoría mas elegante. Puedo reconocer el egoísmo como un sentimiento primordial, pero creo que el altruismo es igual de primordial, la gente que realmente actúa por altruismo lo hace sin esperar nada a cambio y no puede por menos que sentirse molesta cuando se cuestiona su actitud desinteresada, o se la compara con el altruismo interesado. Algunos de los comentarios que he leído apuntan en ese sentido.
Me parece que explicar el altruismo a través del egoísmo nos lleva a una paradoja: podemos recorrer el camino a la inversa y explicar el egoísmo a partir del altruismo. Veamos el razonamiento:
Dawkins parte del principio de que el gen es lo único que trasciende de nosotros, lo que pasa de una generación a otra.
Aceptemos esa hipótesis como cierta. Una persona puede entonces considerarse como una colonia de células que actúan simbióticamente. Necesitan pues de un ego que las represente y defienda en un sistema superior donde los colonias son elementos. También necesitan del altruismo porque el sacrificio es a veces una estrategia sin la que el conjunto no podría sobrevivir, como ocurre durante el crecimiento.
Si los individuos(y sus genes) solo se ocuparan de su propia supervivencia morirían sin dejar descendencia. Necesitan por tanto trascender, que el concepto de lo que son se replique y hacer un esfuerzo altruista, puesto que en sí mismo, ni el individuo ni el gen sobreviven materialmente. Se ocuparán pues altruistamente de su descendencia y se complicaran la vida formando una familia.
Pero la familia pertenece al grupo o a la tribu. Si la tribu perece, ni el gen, ni el individuo, ni la familia, sobrevivirán por lo que es necesario, no solo la colaboración simbiótica, sino también el altruismo, porque para defender al grupo a veces los individuos se sacrifican. Por eso las familias entregan a sus hijos en tiempos de guerra.
Además de eso, la tribu pertenece a la especie. Si la especie desaparece, desde el gen a la tribu perecerán. Por lo que es necesario que exista un reconocimiento y un cierto tabú contra el asesinato (no matarás).
Pero si desaparece la biosfera(Gaia) ni el gen, ni el individuo, ni la familia, ni la tribu sobrevivirán. Es cierto que la vida podría volver a surgir. El altruismo podría explicar el egoísmo como la necesaria defensa del ser, a todas y cada una de las escalas, para poder caracterizar los sucesivos egos.
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Ramón, por tu aportación que comparto. Yo si veo un cierto matiz de egoísmo inteligente en la simbiosis, pues se saca buen provecho de la relación simbiótica y además tiene más posibilidades de futuro en tanto no hay un aprovechamiento de uno en detrimento de otro, como en el parasitismo.

Un afectuoso abrazo

Antonio dijo...

Hola Camino, yo creo que no es lo mismo altruismo que solidaridad. El altruismo no se explica desde el egoísmo, aunque sí se puede explicar desde el egocentrísmo, o al menos, con cierto componente egocéntrico en algunos casos, de reconocimiento social (por ahí va mi próxima entrada), mientras que la solidaridad puede ser una actitud egoísta inteligente, como le decía a Ramón al hablar de simbiosis, en tanto lleva componentes empáticos que nos permiten compenetrar con los demás en beneficio del entendimiento y del bienestar psíquico y físico propios.

Un afectuoso abrazo

Camino dijo...

Antonio, he partido desde la explicación darwiniana. Como cualquier teoría científica debe ser capaz de explicar la realidad, de ahí mi referencia a Dawkins. Debemos tener en cuenta que el comportamiento altruista no es exclusivo del ser humano. Resumiendo, podemos decir que el darwinismo, que basa la selección en la competencia y la supervivencia del mas fuerte o el mas apto, explica la existencia del altruismo a través del egoísmo del gen. El altruismo familiar porque los miembros comparten genes comunes y la colaboración por beneficio respecto a la actuación en solitario.
En cuanto al altruismo y solidaridad, son términos que tienen connotaciones parecidas, y ambos se oponen en diferente grado al egoísmo.
El diccionario lo define como "Antonio, he partido desde la explicación darwiniana. Como cualquier teoría científica debe ser capaz de explicar la realidad, de ahí mi referencia a Dawkins. Debemos tener en cuenta que el comportamiento altruista no es exclusivo del ser humano. Resumiendo, podemos decir que el darwinismo, que basa la selección en la competencia y la supervivencia del mas fuerte o el mas apto, explica la existencia del altruismo a través del egoísmo del gen. El altruismo familiar porque los miembros comparten genes comunes y la colaboración por beneficio respecto a la actuación en solitario.
En cuanto al altruismo y solidaridad, creo que son términos con algunos elementos comunes, y que tienen un diferente grado de oposición al egoísmo.
El diccionario lo define como:
"Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás".
A mi me resulta difícil aceptar que ese concepto sea capaz de convivir con la solidaridad y menos aún con el altruismo.
Un abrazo

Camino dijo...

Antonio, he partido desde la explicación darwiniana. Como cualquier teoría científica debe ser capaz de explicar la realidad, de ahí mi referencia a Dawkins. Debemos tener en cuenta que el comportamiento altruista no es exclusivo del ser humano. Resumiendo, podemos decir que el darwinismo, que basa la selección en la competencia y la supervivencia del mas fuerte o el mas apto, explica la existencia del altruismo a través del egoísmo del gen. El altruismo familiar porque los miembros comparten genes comunes y la colaboración por beneficio respecto a la actuación en solitario.
En cuanto al altruismo y solidaridad, creo que son términos con algunos elementos comunes, y que tienen un diferente grado de oposición al egoísmo.
El diccionario lo define como:
"Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás".
A mi me resulta difícil aceptar que ese concepto sea capaz de convivir con la solidaridad y menos aún con el altruismo.
Un abrazo

Antonio dijo...

Amigo Camino, siempre es un placer contar con tu análisis cargado de conocimientos biologicistas y genetistas, eso complementa mi visión desde mi formación psicológica.

Ya sabemos el eterno dilema entre lo biologicista y lo ambientalista y las proporciones o niveles de incidencia de cada una en las conductas y desenvolvimiento humano.

Yo creo que, efectivamente, existe una conducta altruista de tipo genético, el egoísmo del gen que tú comentas, que trasciende a la especie, el grupo y la familia, hasta acabar en el nivel superior que es uno mismo y por ese orden. Es aquí donde introduzco el aspecto egocéntrico del ser humano, entendido como el modelo de concebir el mundo, donde lo valora todo en función de la importancia que tiene para su yo. A partir de aquí la necesidad de reconocimiento social es un acto de egocentrismo y el altruismo puede llevar a ello. La bondad, la entrega, los propios actos solidarios dan ese reconocimiento, que es un motivante intrínseco en el proceso de autorrealización.

Es cierto, bajo mi punto de vista, que altruismo y solidaridad comparte aspectos referenciales comunes, en tanto buscan el bien de otros sujetos, pero la base cognitivo conductual no tiene por qué ser la misma. El altruismo es de componente intrínseco, actitudinal, es una condición y concepción conductual de la vida que lleva al desprendimiento y se define como la “Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”. Mientras que la solidaridad se identifica con “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”. Por lo que no es innato, sino puntual ante la valoración de una circunstancia determinada que merece esa solidaridad.

En todo caso, para mí, hay aspectos de las conductas humanas que responden al egoísmo genético, y otras conductas de componente social que se adquieren en el proceso de socialización. El altruismo lo pondría en el primer caso y la solidaridad en el segundo.

Un abrazo

Belkis dijo...

Nunca había pensado en ese enfoque del egoísmo versus solidaridad, como las dos caras de una misma moneda y me parece muy interesante. Ver la solidaridad como una especie de egoísmo inteligente en donde ambos egoísmos se asocian para sacar ventaja común. Lo que yo hago te aprovecha a ti, lo que tu haces me aprovecha a mi.
Una visión distinta del tema que nos hace reflexionar mucho al respecto.
Gracias por traerla.
Un abrazo Antonio

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