El poder, invariablemente, tuvo conciencia de donde estaba la clave del mismo. De siempre se supo que el hambre y la necesidad rinden los enclaves, las ciudades y pueblos, hace caer las murallas más inexpugnables. En la guerra se cerca al enemigo y se espera que haga efecto el hambre y la sed, hasta que el pueblo no puede aguantar más y acaba sometiéndose. El estómago rinde las heroicidades, acaba con las voluntades y avasalla al más pintado. El ser humano tiene su escala de valores, pero el primero, el que ocupa la base, el que está por encima de todos, es la búsqueda de alimentos para poder sostenerse y no morir, para subsistir y seguir viviendo, pues solo así podrá desarrollarse y crecer esperando un mañana más venturoso. El instinto de conservación es el más poderoso de todos los instintos, además de la madre del egoísmo y el padre de la traición.
En todas las guerras se usó el hambre, la miseria y el empobrecimiento para dominar al contrario. Se quemó sus cosechas, se evitó el suministro de alimentos, se destrozó sus recursos, etc. Así se tuercen voluntades, se siembra la zozobra, la desconfianza y aflora, como decía antes, el egoísmo y la traición a las causas. Dale de comer al líder, cómpralo y habrás ganado la guerra. El sabrá que si no se somete acabará como los demás, hambriento y relegado… La traición está servida…
¿Pero a qué viene esto? No sé, ando buscando paralelismos entre la situación actual y esa guerra imaginaria, aunque real, ese intento de rendir a la masa y las ideologías ante el empuje del control de los alimentos, del dinero y la inversión, ante el desamparo del paro…
¿No veis como si el capital nos hubiera cercado buscando la rendición de un sistema democrático que ya manipulan? El dinero es el arma poderosa que nos controla y retira el alimento mediante el mercado vil de un sistema neoliberal donde el dios es él, sin paliativos. Si quieres tener dinero para comprar los alimentos básicos has de trabajar. Si no hay trabajo deberás jugar con las reglas del mercado y bajar tus pretensiones para que la oferta del trabajador sea ventajosa al inversor y este cree demanda de trabajadores. Solo te puede salvar el Estado, el gobierno, que se enfrente a esta cuestión y obligue al dinero a circular, que invierta y cree empleo.
Pero los gobiernos están atrapados en esa dinámica de mercado, donde les acojonan con las deudas públicas, pues el mercantilismo se ha impuesto y el dinero no es de la sociedad en su conjunto, sino de unos cuantos ladrozuelos de guante blanco que andan jugando con ventaja en este injusto sistema… controlando las estructuras de poder y decisión a nivel mundial. Si lo miramos con atención veremos que la globalización le ha dado el poder al capital con esa posibilidad de mercadeo de unos países a otros, con el control de las finanzas y las leyes mercantilistas del capitalismo, amparadas por las constituciones neoliberales que se dan en occidente. La democracia, pues, no ha dado el poder al ciudadano, sino a los mercados y sus valedores. Si ha impuesto un sistema funcional que permite la manipulación de los bienes y su control por parte de grupos económicos que se sienten a sus anchas en la globalización, mientras la diversidad de Estados y países hace imposible un entendimiento que busque el bienestar social.
En resumen, nos están cercando por el hambre y la desesperanza, como decía, al retraer la inversión hasta hacer un mercado laboral muy beneficioso para ellos, sobre todo por tener otros campos donde desarrollar la actividad económica, como es el caso de los países emergentes y sobre todo China. Es decir, si quieres trabajar compite con la mano de obra barata de los países referidos, de lo contrario al paro y a pasarlo fatal, pues encima dejarán sin recursos a los Estados para poder hacer políticas sociales que garanticen los derechos básicos del ciudadano, hasta hacernos caer rendidos y de rodillas.
¿Entonces qué hacer? La muralla que nos defiende, la ideología, anda resquebrajada, con huecos por donde entran y se infiltran en nuestras filas; el concepto de progreso lo han tergiversado (ver progreso) y lo presentan como el TENER mucho en lugar del SER más persona y humano. Habrá que rearmarse ideológicamente y establecer estrategias para hacer llegar y sembrar esas ideologías a la ciudadanía. Una ideología humanista que rompa con el pasado y se desprenda de atavismos anacrónicos, para crear una nueva sociedad dende prime el ser humano sobre el mercado. El problema es que ellos tienen los arados, las máquinas de siembra y en lugar del trigo, que es la ideología, nos siembran malas hierbas en nuestra mente hasta llevarnos el egoísmo puro y la indolencia, hasta aceptar lo inaceptable, aquello que a la larga nos perjudicarán aunque a primera vista parezca la solución, pues es más de lo mismo pero elevado a la enésima potencia. Ahora nos proponen una huída hacia delante, los neoliberales, seguros de su triunfo electoral, se pavonean y desprecian la razón humanista para imponer la razón mercantilista.
La ideología, la muralla defensiva a que me refiero, ha de forjar una nueva sociedad donde cambien los valores y la propia estructura organizacional, donde la verdadera democracia controle a los poderes económicos y los someta en beneficio del conjunto de la ciudadanía responsable, donde el ser humano esté por encima del mercado y el objetivo último sea la realización y el desarrollo de las potencialidades de cada cual para sumar esfuerzo orientados a la mejora de la colectividad, así será inexpugnable... ¿UTOPIA? Tal vez, pero o vamos definiendo lo que queremos y luchamos por ello o esto se va al garete, al menos para las clases poco pudientes, pues acabarán rompiendo la muralla y dejándonos indefensos ante su manipulación final…
12 comentarios:
Y, resquebrajada la muralla, dejamos de entender que si la izquierda no está tan unida como la derecha (que tiene votantes que no se cuestionan nada y votan siempre igual), ganará la derecha.
Tan convencida empiezo a estar de que mi paisano se sentará en Moncloa que ya solamente pido QUE NO SEA POR MAYORÍA ABSOLUTA, que tenga que pactar, que alguien lo controle, que no pueda hacer lo que le dé la gana a él y a los obispos.
María Jesús, por eso hace falta el rearme ideológico, para fortalecer la muralla y poder ofrecer una alternativa social al capitalismo que tenga credibilidad.
Tu paisano hará la política que les interesa a quienes han provocado la crisis. Lo que parece absurdo es que el pueblo no se dé cuenta de ello, salvo que se pretenda una salida de la crisis fortaleciendo al capital y debilitar a la fuerza laboral...
Ojalá muchos españoles lean tus reflexiones, Antonio, y ls mediten a la hora de votar el 20.
OJalá.
besos
Gracias Myriam. Cuelgo mis reflexiones para que las lea quien quiera, para que ayuden a quien puedan.
Un placer recibirte en esta casa virtual, como siempre. Aunque la próxima vez que vengas por España espero verte, si ello es posible.
Besos
Grande, ANtonio. Lo que está claro es que no podemos quedarnos con los brazos cruzados o caídos.
Cierto Ramón. Hay que reconstruir la muralla de la ideología y no rendirse ante el canto de las sirenas que prometen trabajo, aunque no dicen a qué precio, y "felicidad"... sin decir cual...
Un abrazo
Dices:
En todas las guerras se usó el hambre, la miseria y el empobrecimiento para dominar al contrario.
Pasan los años.....y seguimos igual!!!!!
Saludos
Sí abuela, seguimos igual. Parece que no aprendemos; pero lo malo es que aprendemos de una cultura repetitiva donde se sigue imponiendo la fuerza del poder antes que la razón. Estas conductas no cambiarán hasta que no cambie el hombre, hasta que no surja una nueva forma de entender la vida y las relaciones humanas...
Un saludo
Ante todo disculpa que apenas me haya dignado a realizar comentarios en tu blog pero todo se está precipitando y cada vez estoy mas liado.
A mi modesto entender creo que estás siendo optimista. La situación es mucho mas grave y no creo que pase un año antes de que el sistema colapse. En realidad no creo que pasen mas de seis meses. El sistema financiero nos está vampirizando pero caerá en cuanto la sangre que chupa le resulte insuficiente. Son los capitalistas los mas conscientes de que el modelo se agota, ni ellos mismos confían en que esta crisis se resuelva.
Han llenado el barco de agujeros, de vías de agua y nos están encerrando en las bodegas preparando un genocidio que no les toque.
A estas alturas de la pelicula creo que el problema queda fuera de las ideologias ya que facilmente se confunden pues solo se definen en la campaña electoral y se pierden en el dia a dia del desgobierno.El problema creo que esta en la esfera mas alla de la politica que realmente nos gobierna y que destruye vida y haciendas con el manejo egoista del dinero.Lo que mas me aterroriza de esta epoca es la manipulacion a la que nos vemos sometidos con un flujo de mercados que hace de nosotros lo que quiere.No creo que la solucion este en un voto o en otro,el problema es mas grande y tiene que solucionarse partiendo de la base de no dejarnos manipular.Volver al verdadero sentido de las cosas no buscando tanto el tener como el ser.Una vez que entramos en la dinamica del poseer caemos inexorablemente en sus manos y nos manipulan hasta exprimirmos .Si seguimos asi haran de nosotros lo que quieran.El problema no es politico por que los quitan y los ponen segun ellos quieren.Ese tercer poder que verdaderamente manda no debe tener respuesta por nuestra parte , no debemos resignarnos a estar en sus designios.El hambre se arregla con la solidaridad,con el compartir con la justicia que cada uno de nosotros seamos capaces de impartir con el otro.Cuando ya no les seamos rentables para sus propias economias nos dejaran en paz.Nuestros mayores sobrevivieron a una guerra no por lo que necesitaron sino por lo que fueron capaces de prescindir para poder vivir.Si todo se pudiera arreglar con un voto,pero yo pienso que esto es mucho mas gordo y que va mas alla de todo esto.Saludos Antonio
Gracias por tu visita y comentario, amigo Camino a Gaia. En estos momentos realismo y pesimismo pueden darse la mano, es posible...
Un abrazo
Juan Antonio, es evidente que las ideologías clásicas colapsan con el sistema. No me refiero yo a esas ideologías, sino a una posición nueva donde parezca una economía humanista, que rompa con el sistema capitalista para ser integradora.
Es posible que haya que tirar para atrás, volver a retomar un sistema participativo que implique a la gente desde la madurez, donde el dinero no sea el motor sino un instrumento para intercambiar.
Un saludo
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