sábado, 23 de diciembre de 2023

¿FELIZ NAVIDAD?

 

 


Tal vez la Navidad sea una fecha especial porque llegado el fin de año te incita a la reflexión, al balance de todo lo que has vivido y visto a lo largo de ese tiempo, pero desde un espíritu que busca la bondad, el propósito de enmienda y pretende mejorar el año venidero.

Lamentablemente la historia nos demuestra que el ser humano sigue siendo, después, tan inhumano como lo era antes. Solo ha hecho un receso, una parada de meditación, de expresión bondadosa, que no va más allá de pasado Reyes Magos, donde vuelve a las andadas, una vez su conciencia centrifuga la inmundicia que acumula su espíritu…

Este año ha sido malo, pero no por la pandemia, ni por la crisis económica y otros males verbalizados en los medios, aunque ya superados, sino porque seguimos sembrando el odio y la confrontación. Hay agentes del mal por doquier, gente que por su boca echa hiel, incapaz de razonar y discernir cuales son las formas sobre las que se sustenta la convivencia.

Sobre todo en el mundo de la política y la gobernanza, siguen las descalificaciones y el cinismo viendo la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio. La negra sombra del pasado asoma por las esquinas brazo en alto con sus viejos cánticos de guerra. Las leyes solo sirven cuando les dan la razón y siguen, erre que erre, descalificando al que piensa diferente, reivindicando el marchamo de patriota para sí mismos y todo lo demás es traición que merece ser colgada por los pies.  

Esa prepotencia y arrogancia, la transmiten a sus seguidores que, con suma desvergüenza, pregonan a su antojo irracionales consignas que atentan contra la concordia y el espíritu del entendimiento, que sustentan las normas básicas de convivencia.

Se ha perdido el norte y, por si fuera poco, también los papeles. La estrella polar se ha diluido y ya no marca el camino que debiera indicar. Dejamos de bogar al horizonte de utopía donde, ya, lo importante no es el ser humano y su mejora de vida, su desarrollo integral como elemento que conforma un todo universal en comunión, donde su intelecto eleve su condición de vida en el camino a la excelencia de nuestra sociedad, sino que se pretende su sumisión a los bajos instintos consumistas y ególatras aventados por la pala de populistas, que gritan descarados “Viva la libertad, carajo”… y uno se pregunta ¿qué carajo es esto? ¿Cómo podemos haber caído en manos de histriónicos sujetos que repelen la razón y confunde tan profundamente el concepto de libertad?

Para colmo nuestro corazón se encoge en estos días, se constriñe hasta tal punto que bloquea los sentimientos de felicidad a la vista de tanta barbarie. La sangre en Ucrania brota a borbotones en una guerra aviesa de malas intenciones. Los actos terroristas de Hamas, dieron paso a otros actos de terror liderados por un sujeto que raya en la vesania, que manda bombardear indiscriminadamente a un pueblo donde niños  e inocentes caen como moscas a modo de venganza psicopática.

Este año, los Reyes Magos se darán la vuelta cuando vean que la estrella que lleva a Belén es un misil que surca el cielo con su halo de fuego para destruirlo. No sé si se salvará el niño, María y José… la mula y el buey. Yo ya he visto demasiados niños llorar de desespero su dolor y orfandad sin mula y si buey. 

Las guerras siguen sembrando muerte y destrucción, los dictadores y manipuladores de la verdad nos venden cortinas de humo para ocultar sus verdaderas intenciones. Aparecen megalómanos adelantados al futuro, que siembran su mañana de poder y gloria en una distopía, que cada vez toma más fuerza, ofreciendo un negro futuro para ese mañana que ya no veré… ¿Cuántos Elon Musk se repartirán ese mundo?

 


Necesitamos una catarsis social

  A veces, en la vida, merece la pena frenar y parar un poco para reflexionar, cuando la reflexión cotidiana, del día a día, no resulta prod...