sábado, 28 de diciembre de 2013

Día de los inocentes.


El inocente ciudadano
Una inocente reflexión

Hoy es 28 de diciembre, día de los inocentes. Hemos de andar con cuidado para que no nos coloquen como noticia una mentira y la traguemos como verdad. Pero a estas alturas, cuando a lo largo del año nuestro gobierno, por no decir nuestros gobiernos, nos ha mentido hasta la saciedad, cuando  sus verdades apestan a mentira, no cabe mayor inocentada. Esta sociedad es una sufrida idiota que soporta trágalas indecentes de políticos obscenos que prometen una cosa y nos colocan otra, que provocan fraude electoral cuando nos hacen votar el programa que nos interesa, para hacer, luego, el que les interesa a ellos y a los suyos.

Hemos sufrido en la carne de nuestras mentes la injusticia del trato a un Yerno, a un Matas, a los Gürtel y Bárcenas, al entramado y pérfido complot de los ERES, los embrollos de espías, escuchas, dimes y diretes, de contabilidades en B, de pagos en diferido, cobro de comisiones, Jaguar aparecidos por arte de magia, desvío de recursos públicos, eliminación de jueces molestos, etc… Hemos soportado las mentiras de un presidente que en otro país ya estaría dimitido o cesado en un impeachment al estilo americano, bien por mentir o, en su defecto, por no saber gobernar su casa, lo que le descalifica para gobernar un país. Pues bien, todos ellos son inocentes. ¿Les parece poca inocentada vivida a lo largo del año?

Pero hay más. Nuestra economía se ha hundido, aunque ellos digan que estamos saliendo de la crisis mientras seguimos cayendo en el abismo de la desigualdad social. El paro se ha convertido en una lacra que afecto a las clases menos favorecidas. Se han perdido derechos laborales conquistados en lustros de lucha. Se ha prohibido manifestarse bajo multa, se apalea a quien lo hace y se le criminaliza, se ha ilegalizado por decreto la exhibición de la pobreza y la súplica pública de la caridad cristiana, mientras los miembros del gobierno acuden a misa y se acogen a la Virgen del Rocío buscando su amparan para resolver los problemas de la crisis.

Por otro lado, mientras rechazan el aborto, que es patrimonio de la propia madre y de su exclusiva y dolorosa competencia, obvian el sufrimiento del pueblo, el hambre y la miseria; permiten los desahucios y el incremente de los ciudadanos “sin techo”, bendicen las guerras vendiendo armas al por mayor y siguen impasibles ante el hambre y la pobreza del mundo, a la par que ellos, y los suyos, andan con inmensas fortunas a buen recaudo en los paraísos fiscales, donde quedan ocultos sus dineros por fronteras legales inexpugnables. ¿Qué vida es la que defienden, la del nonato o la del ser vivo ya nacido? Si es la del ser vivo, la del nacido, la del ser humano, ¿Dónde está su actitud de defensa a ultranza de la justicia, de la igualdad, de la lucha contra la miseria, el hambre, la enfermedad y la muerte? Pero no, la miseria sigue al otro lado de la valla, contenida por cuchillas disuasorias y asesinas. El dinero fluye a su conveniencia, pero los ciudadanos, las personas, no pueden hacerlo…

Por otro lado asistimos al espectáculo de una iglesia plagada en su jerarquía de sujetos obtusos, por no utilizar otro calificativo más elocuente, que siguen anclados en un anacronismo de siglos sin entender cómo ha evolucionado la sociedad, cómo el ser humano ha dejado de ser una bestia de carga para convertirse en un sujeto pensante; pasar de súbdito sumiso y obediente, ante el pastor del rebaño, a sujeto soberano, crítico y con capacidad de discernir libremente. No, señores, el ser humano debe dejar de ser una herramienta de producción para convertirse en un elemento de creación; debe transitar de instrumento a eje principal sobre el que pivote la actividad humana para que desarrolle sus potencialidades y consiga, con su aportación, la evolución de la sociedad hacia nuevos destinos. Seguimos con obispos que quieren imponer sus ñoños criterios a los demás, que no comprenden la diversidad, demonizando conductas que no les compete… la homosexualidad, el aborto, el divorcio o el matrimonio homosexual civil al que atribuye perturbación de la personalidad y violencia, según el señor obispo de Segorbe-Castellón y otros, mientras son complacientes con su propia pederastia.  A mí me parece bien que a sus fieles, a quien quiera seguir sus sermones, panegíricos y arengas, les digan lo que quieran. Que cada religión obre con arreglo a su doctrina, pero en ningún caso que intenten imponer esos criterios al resto de la sociedad, y menos de la mano de los Roucos y adláteres. Por ahí no debemos pasar…

Pero hemos de ser justos y reconocer que hay una tendencia, dentro de la Iglesia, que es prometedora. La Iglesia Católica, en España, sea como fuere, sigue teniendo un gran peso y no podemos obviar su influencia en un importante colectivo de la sociedad. Por eso, a la par que se critica su intromisión en cuestiones civiles, laicas, no propias de su competencia fuera de su privativo marco, hemos de saludar con agrado y simpatía, al menos yo lo hago, las iniciativas del papa Francisco, como humildemente se gusta llamar, que ha traído nuevos aires. La Curia Vaticana tiembla y no sabemos muy bien que conspira y maquina para mantener sus privilegios. Miedo debe darle a “Su Santidad” estos herederos de las conductas de los Borgias. Queda en el aire las causas de la fuga por el foro, del papa emérito, ya jubilosamenmte jubilado. Mas, suenan campanas de renovación. Viejos deseos y enfoques reprimidos y demonizados por la intransigencia anticuada de los conservadores del sistema y sus prebendas, vuelven a tener brío, a despegar en las mentes de muchos creyentes, de la mano del nuevo papa. En lontananza se vislumbra el renacimiento de la teología de la liberación, aquella que muchos defendíamos en los años 60 y 70 y que los conservadores de Roma ahogaron. Que interesante cuestión, pues muchos creyentes solo andan en la dirección que les indica el pastor, y este pastor parece que boga hacia nuevos horizontes de esperanza. Si es así podrá movilizar a su rebaño hacia el encuentro y podremos compartir ideas y objetivos más humanos y equitativos, sembrando más justicia social y promoviendo el encuentro respetuoso entre las diferencias.  

Por tanto, el propio mundo es la mentira, la inocentada que nos gastan en el día a día aquellos que lo controlan todo, incluido nuestro pensamiento. Hoy debería ser el día de la verdad. Que la inocentada fuera contar una verdad, para que, al menos, ese día no nos sintiéramos ninguneados. Yo lo estoy intentando a mi modo...



viernes, 27 de diciembre de 2013

Remembranza

Dedicado a mi padre, que ahora
tendría 93 años, aunque su vida  no
tenga nada que ver con este relato.

No, ya no está uno para muchas alharacas. A esta edad se busca el sosiego, la templanza y la mesura. El disfrute de la esencia de la vida, de lo simple, buscando y conjugando los estímulos de aquellos sentidos que se siguen manteniendo a buen recaudo. Por eso me entrego a escuchar música, a la lectura, al recuerdo y la reflexión. A los 93 años se ha de repasar lo vivido. Se ha de revivir lo pasado y, en ese balance de justicia, ver el error y el pecado como algo constructivo que forjó lo que ahora es uno. Los aciertos, por supuesto, con más fuerza, te fueron fraguando el juicio y el raciocinio, el criterio y el dominio del pensamiento y la razón.

Ahora las emociones fluyen, desde el recuerdo, con más afecto y efecto. Pero son los hijos, los nietos y los infantiles bisnietos, los que más te emocionan. Aunque, de cuando en cuando, surge el recuerdo despertado por una luz que ilumina, que te lleva al pasado y revives la memoria, esa remembranza, esa evocación del ayer que aflora como si fuera hoy, a pesar de esa nube intensa que niebla la mente, te lleva a la amnesia y que cada vez es más difícil de despejar.

Hoy, al amparo del hogar, de la chimenea con su cálido fuego crepitante, de mágica visión hipnotizante, conjugo la música sublime de un Tchaikovsky magistral y, con el fondo de su Lago de los Cisnes y el Cascanueces, me doy a la lectura del libro de mi vida a través de los recuerdos. Son tantas y tantas las vivencias, la historia vivida en el pasado, los hechos y avatares, que el almacén de mi memoria anda saturado. Qué añoranza de aquella juventud perdida, de su energía, de su ímpetu y arrogancia, de sus ganas de vivir y conquistar el mundo, de cambiar la sociedad… qué bonito el despertar al amor, el descubrir su belleza, la pasión y el insomnio del enamorado, la inseguridad y el miedo al rechazo, el cosquilleo del estómago, el cabalgar trepidante de un corazón desbocado, cargado de ilusión y fantasía, de deseo, sueños y utopía.

La memoria me llevó volando a los años 30. Era 1936 en plena primavera. ¿Cuántos años tenía aquel día? Puede que quince o dieciséis, pues por esas fechas cumplía, y habiendo nacido en la primavera de 1920 la cuenta está clara... Juan iba exultante y yo de espléndido humor… Buena pareja hacíamos buscando encandilar a las mozuelas, jugar al flirteo y seducirlas. Aunque ya estaba la cuestión medio decidida. A Juan le gustaba Teresa y a mí la hermana de Juan, que le era melliza y amiga de Teresa. Juan iba muy por delante, ya se había declarado, le había insinuado su sentir a la chica, pero yo, tal vez por ser la hermana de mi amigo, no me atrevía, aunque Carmen (así se llamaba) me miraba con buenos ojos, o al menos, a mí me lo parecía. Pero, claro, éramos amigos desde pequeños y el salto de la amistad al amor tiene su intríngulis.

Subíamos por la plaza del ayuntamiento en plena discusión, no sé de qué tema, cuando oímos a lo lejos los cánticos de un baile de corro:

A la flor del romero,
romero verde
si el romero se seca
ya no florece
ya no florece
ya floreció
a la mata del romero
ya se secó.

Era muy habitual, por aquel tiempo, que los jóvenes se unieran en un corro para cantar y bailar. El cante se componía de un estribillo que se iba repitiendo entre estrofa y estrofa. Las estrofas estaban compuestas por versos de ocho sílabas que formaban una cuarteta. El chico, o la chica, sacaba a bailar a una pareja que, cogidos de la mano, danzaban de un lado a otro del corro mientras el resto cantaba. Las letras eran muy variopintas, pero sobre todo trataban de amoríos, cargadas de indirectas y, de alguna forma, lanzaban mensajes, a veces equívocos, que se reafirmaban con la mirada o cualquier tipo de señal del lenguaje corporal… una sonrisa, la propia mirada, un gesto que te hacía ver la predisposición de alguna chica y su receptividad para contigo. Por tanto era un baile cargado de emoción, de intriga y a la par un nido de cuchicheos posteriores, donde se analizaba cada manifestación para intentar dilucidar qué había querido decir esta o aquella y a quien se lo decía. Hoy, por desgracia, esta juventud no lo cultiva, no está por la labor de preservar ese noble arte del encuentro juvenil, del leve contacto de las manos, del canto al amor y al deseo de forma solapada, del ingenio del verso, la arrogancia y la creatividad, de la sutileza excitante del flirteo. Caray, se me fuga el pensamiento. Vuelvo al tema…

Nos miramos y, con un tácito acuerdo, decidimos incorporarnos al corro. De frente vimos a Teresa y a Carmen cogidas de la mano, participando del baile, por lo que nos aprestamos a integrarnos. Nos sorprendió ver de espaldas a una chica de una preciosa melena negra, de pelo sedoso, casi por la cintura, que bailaba en una danza mágica al ritmo de su dueña. Nos era desconocida a primera vista, pero cuando el corro fue girando nos percatamos, con gran sorpresa, que era Rosario, una chica del barrio alto, que hasta hacía dos días era una niña con largas trenzas y bonita cara. Estaba espléndida, exultante, atractiva en demasía, con su ropaje de moza bien plantada y seductora. Aquella no era la niña a la que estábamos acostumbrados a ver por la calle haciendo recados a su madre. Era una joven de belleza singular, de ojos negros, profundos, misteriosos y enigmáticos. Una diosa sublime, ninfa cargada de color y fantasía. Era una mágica eclosión que había transformado la larva en preciosa mariposa de colorido deslumbrante. Le dije a Juan:

-         No puede ser, ese pelo, ese porte, esa belleza no podía estar escondida en aquella niña anodina que jugueteaba por la calle mientras hacía los recados a su madre. ¿Esa melena, hasta la cintura, dónde estaba escondida?
-         Hombre, es el resultado de deshacer las trenzas que lucía. Recuerda lo largas que eran. Me dijo Juan con un verbo displicente.
-         Sí, pero ese cuerpo torneado, esos senos firmes y turgentes, esas piernas tan bien conformadas, esa cara angelical, no surgen de la noche a la mañana.
-         Claro, me dijo, estaban escondidas bajo la indumentaria de una chiquilla que fue creciendo sin que nos diéramos cuenta.

Embobado, mientras el corro seguía girando, al pasar en su giro delante de nosotros, decidí romperlo e incorporarme al círculo cogiéndola de la mano, cosa que ella facilitó en cuanto vio mis intenciones. Juan hizo otro tanto inmediatamente después al lado de Teresa. En ese momento quedé frente a Carmen, Teresa y Juan. Me resultó extraño, pues mi intención natural debería haber sido adosarme a Carmen. Ella me miró extrañada, yo la observé sorprendido. No sabía por qué aquel impulso irrefrenable me había llevado al lado de Rosario. El corro siguió girando. Los cánticos continuaron:

Afilador, sí, sí
afilador, no, no
afilador sí, sí
la pluma y el borrador.
La pluma y el borrador
han salido de la Habana
y han traído que vender
avellana americana.

Aquello se iba animando. Diferentes chicas y chicos entonaban la canción que pretendían, cargadas de intencionalidad. Yo seguía absorto, cogido de la mano de Rosario, en un limbo, obnubilado y en éxtasis, sin saber ni comprender el cúmulo de sensaciones que me estaban despertando. Estaba bajo el efecto de aquella descarga eléctrica que, a través de su mano, había erizado mi piel, mi cabello  hasta la nuca y un inconfesable y cálido placer alojado en la entrepierna. Carmen y Teresa debieron darse cuenta y su actitud fue cambiando. Pasaron de la sonrisa a la cara seria. Lo lógico era que me hubiera colocado entre ellas, por lo que estaban desconcertadas sin saber por qué me puse al lado de Rosario. Entonces, Teresa, entonó una copla:

En una rueda de mozos
los Juanes son los que valen,
los Franciscos son celosos
y los Antonios cobardes.

Qué extraño. Teresa quería decir algo. Ya sabía que estaba por Juan, pero ¿por qué hablaba de los Antonios y los calificaba de cobardes? Eso era por mí, seguro. Yo era el Antonio cobarde al que se refería. Debía ser porque no me atrevía a decirle a Carmen nada. Mi cobardía era esa, no tener el valor de declararme a Carmen mientras ella me esperaba. Una rabia creciente se fue apoderando de mí. Era cierto que ya debería haber dado el paso, pero esa delación pública me humillaba y me hizo mirar con ira a Teresa.

Rosario debió notar algo, mi cara ruborizada, mi rigidez y pasmo, pues me miró, me apretó la mano y me hizo volver con su gesto a la realidad. Sentí que me liberaba de aquella tensión y me habría otra puerta a un nuevo mundo. Entonces percibí que ella, con su cálida mano, me acogía y me declaraba su sentimiento. Yo, al menos, empecé a pensar que ese gesto significaba algo más que una presión, que un acto de comprensión y apoyo, que la energía que fluía y me traspasaba a través del contacto de su mano era más que un simple apretón. La miré a los ojos. Ella me sostuvo la mirada y en sus pupilas vi un especial resplandor, un brillo mágico que dejaba una ventana abierta a su corazón. Aquello formaba parte del hechizo que prende en el enamoramiento, en el deseo irrefrenable que siembra la seducción en los cánticos de corro. En ese instante quedé prendado de ella, me obnubiló el pensamiento, me sustrajo a la realidad y me elevó al nivel más sublime de sensación amorosa. Quedé atrapado, hechizado, bobaliconamente abstraído, prendido inexorablemente en una emoción inenarrable. El corro no existía, la gente estaba ausente, los cánticos diluidos en el aire. Solo estaba ella que me miraba con una extraña e intensa transmisión. Un lazo se tendía vinculando nuestros corazones, un flujo energético que iba sembrando y sellando el fascinante sentir en una extraña simbiosis entre su ser y mi ser, algo que nunca había percibido con anterioridad… taquicardia, nerviosismo, sensación de ahogo, temblor, cosquilleo, pellizco en el estómago, a la par que plenitud y felicidad… ¡Dios! ¿Qué era aquello? ¿Sería el producto del amor y su descubrimiento?

En ese momento Carmen se acercó a mí, me tomó de la mano y me sacó a bailar. Rosario se resistió a soltarme, al menos a mí me lo pareció, pero yo acepté el envite de Carmen y salté al corro, mientras Teresa inició otro canto:

Todos los Antonios son
dulces como el caramelo
y yo, como soy golosa,
por un Antonio me muero.

Afilador sí, sí
afilador no, no…

A la par que la danza fluía, yo miré a Rosario. Su cara inexpresiva, contrariada y confundida me mostraba su inquietud y desazón por el desaire. Había comprendido la letra de la copla y entendió que Carmen y Teresa se habían aliado para rescatarme... ¿O habría que decir para raptarme? Yo era el caramelo, ella la golosa. Me sentí confundido, llevado en volandas por el ímpetu de Carmen que anulaba mi conciencia y voluntad. Me debatía entre el sentimiento sostenido y consabido por Carmen y la nueva sensación que Rosario había despertado en mí. Estaba atrapado, sin saber qué hacer ni cómo resolver el dilema. Terminada la copla y nuestro baile, Carmen no me soltó de la mano, sino que me llevó a su lado y me ubicó entre ella y Teresa, donde quedé atrapado entre las dos sin poder decir nada ni mostrar resistencia. La mano de Teresa se mostró firme, al igual que la de Carmen. Eran dos tenazas, dos grilletes que te decretan prisionero sin la posibilidad de liberarte.

El corro siguió su ritmo, pero ya no fue lo mismo. La mirada luminosa de Rosario se apagó, sus ojos lanzaban reproches… o tal vez fuera conformismo y resignación, mientras yo me debatía entre la duda y la esperanza de que su actitud fuera transitoria. Después, concluidos los bailes de corro, salimos los cuatro, Juan, Teresa, Carmen y yo, a dar un paseo mientras una extraña tensión se vivía en el ambiente. Triste y confundido, a pesar de mi intento de aparentar lo contrario, me costaba centrar mi pensamiento, que volaba incontrolado buscando la figura de Rosario.

Esa noche, cuando me acosté, todo era confusión. Rosario era una musa que abría un mundo de fantasía, una esperanza, un delirio irresistible de amor nunca soñado ni vivido, una explosión de vida que llevaba a lo más sublime. Carmen la realidad de mi historia, mi viejo y antiguo deseo, mi compromiso fraguado en el tiempo reciente con mi amigo Juan y mi propio entorno. ¿Estaba preso del pasado o podía lanzarme a la aventura? Carmen era la ley, la norma y la conducta social establecida, la normalidad y el equilibrio, la armonía y el deseo de paz y tranquilidad de cualquier hombre; Rosario la aventura, la infracción, el vuelo impetuoso del ave de la fantasía, el futuro incierto, la magia del mañana ignoto, el espíritu aventurero y el cómputo de sensaciones de un corazón galopante cual caballo desbocado. Me costó dormirme y, con ello, tuve un sueño que, en un simple análisis, podría considerarse premonitorio: Paseaba por la calle, cogido de la mano de Carmen, cuando, a lo lejos, vislumbré la imagen de Rosario en un carruaje de fantasía, tirada por cuatro caballos blancos. Me llamaba y me invitaba a subir con ella. Sentí la sensación de la oferta de un mundo nuevo, maravilloso. Un imán invisible me atraía hacia ella al amparo de un sentimiento de plenitud y felicidad inenarrable que se apoderó de mí. Fui en su busca, pero antes de subir, cuando estaba a punto de coger su mano,  Carmen me sujetó fuertemente de la suya, no me dejaba soltarme, me tenía prisionero, sometido. Sentí el peso de mi conciencia, haciéndome notar donde estaba mi sitio y mi compromiso. Vi como se alejaba mi felicidad sobre aquella preciosa carroza, como se marchaba mi futuro dejando escapar la sublime oferta de un amor cargado de sueños y promesas, de un mañana feliz y venturoso. El desasosiego empezó a conjugarse con la ansiedad y la zozobra. El disgusto y desaliento se apoderaron de mi y en ese momento me desperté sudando… era una pesadilla. Ya no dormí, lo reconozco. Quedé meditando. Rosario era luz, colorido, aire fresco, seducción, fascinación, hechizo, aventura y esperanza; Carmen, en el sueño, representaba lo gris, la responsabilidad, el compromiso y la continuidad… No sé por qué, en este momento, pensando en ello, se me vienen a la memoria las palabras de Fernando Pessoa: ¿Me quieren casado, fútil y tributable? Tal vez, lo mejor y más sensato era eso, la estabilidad dentro de las exigencias sociales y Carmen, para el caso, era la mejor opción. Mi desvelo me marcó y mi propia ambigüedad fue fraguando una situación insostenible, y solo causas mayores, como la propia guerra, acabaron por reorientar mi vida.

Pero ese otro tema es largo y penoso. Ahora, cuando la noche nubla la mente, y el sueño se apodera del pensamiento, solo cabe entregarse a los brazos de Morfeo. Hace tanto tiempo de estos hechos, que me cuesta hilvanar las puntadas que los reconstruyan si no estoy en mis plenas facultades, si mi mente no está despierta y mi corazón no es capaz de revivir las sensaciones que los sellan y confirman. Pero ¿qué hubiera sido de mí si mi decisión hubiese sido otra, si mi determinación me hubiera llevado por otros derroteros? Eso nunca se sabrá, solo mi fantasía puede recrear otra historia desde mi propia manipulación de los hipotéticos hechos.

Así he llegado a estos 93 años de vivencias y experiencias. Ya pasaron, pero, inmerso en este viejo cuerpo cargado de achaques y sufrimientos,  gusta recordar, porque recordar es volver a vivir. La vida no es lo que uno quiere, sino lo que uno hace al enfrentarse con la realidad del día a día. Eso ha sido mi vida: Crear el pasado, viviendo el presente, sin poder controlar el futuro... Ahora, que no hay futuro, mi presente más bello es recordar el pasado.


sábado, 21 de diciembre de 2013

Felices fiestas y año nuevo, a pesar de todo...


A mí, estas fechas, me parecen forzadas. Es como si te tuviera que entrar la bondad con calzador. Todos tenemos que ser buenos y nos cargamos de excelentes intenciones; pero, en el fondo, al año siguiente, las cosas siguen igual o peor. Si acaso, me sirve para mirar atrás, hacer balance y establecer algunos objetivos para el próximo año, como suelen hacer las empresas en sus memorias anuales. Eso sí, está demostrado que los deseos, al verbalizarlos, ya empiezan a tener verosimilitud. Por eso, tal vez, debemos seguir manifestándolos. Yo expreso los míos, que son deseos de paz, entendimiento, respeto, sinceridad y lealtad; de libertad, justicia, solidaridad y equidad; de amor, compromiso y trabajo… En suma, de todo aquello que lleve al ser humano a ser más feliz, humanitario y más SER, sin que el TENER material sea el objetivo que rija su vida.

Todos vivimos y compartimos la madre tierra… compartamos las cosas de la vida. La vida humana no tiene sentido desde el egoísmo, la avaricia y codicia que nos embarga en estos momentos y que nos ha arrastrado al abismo de la crisis. Compartir es el verbo maravilloso que nos hace más humanos. Compartir es igual a “partir con” los demás las cosas que nos rodean para que todos podamos disfrutarlas.  

Nosotros, Loli y yo, queremos hacerte llegar estos deseos a través de este pequeño mensaje, que monté, para expresar en síntesis esas aspiraciones.


De la mano de los Inhumanos nos damos un paseo por la realidad... 


viernes, 6 de diciembre de 2013

Nelson Mandela


Nelson Mandela, una figura carismática del pasado siglo y primeros de este, acaba de fallecer. Fue un insigne estadista al final de sus días y supo aunar esfuerzos por la paz en su país, dando un ejemplo universal de entendimiento entre los seres humanos con sus diferencias y singularidades. La gente de valor se está yendo sin que llegue el relevo... ¿Dónde están los recambios? Vaya mi homenaje desde estas líneas.


jueves, 5 de diciembre de 2013

No sé si cabe o no cabe


Imagen tomada de internet
Acabo de llagar a casa, me pongo a ver la tele y se me ocurre compartir con vosotros estos versos. Es que la tele inspira…
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No sé si cabe o no cabe
versar en estos momentos
sobre una cosa tan grave
como son los sufrimientos,
pero es que dado el invento
que va sembrando injusticia
me parece un buen momento
usar toda mi pericia
en denunciar el tormento
que nos trae tanta codicia.

Nos distraen con chuminadas
mientras nos la van colando
y como el que no quiere nada
nos andan manipulando,
tienes las televisiones
a la radio y demás medios
para vender opiniones
y ofrecernos sus remedios,
mas nosotros tontamente
vamos cayendo en la trampa
y de una forma indolente
asimilamos al hampa
donde se esconde esta gente.

Somos de tal inocencia
que asumimos como buena
su manifiesta indecencia
sin ocasionarnos pena
por tanto, si así seguimos
podrán hacer lo que gusten
pues nosotros no exigimos
que a la justicia se ajusten.

A ver si ya espabilamos
sin llegar al precipicio
al que ciertamente vamos
a no ser que en buen oficio
juntemos todas las manos
para evitar tal perjuicio.



miércoles, 4 de diciembre de 2013

Punto de fuga


Imagen tomada de internet

Busco el punto de fuga de este cuadro imperfecto
de este mundo incompleto que nos quieren crear.

Quiero salir corriendo y escapar de esta trampa
de este baile maldito que te obliga a bailar.

Ellos tañen la gaita y ellos dan el cantar
mientras que la gente gira y gira al compás
esta danza execrable que te deja sin paz
que hipnotiza tu mente
que te llega a alienar.

Busco el punto de fuga de este cuadro imperfecto
yo no quiero bailar al ritmo que ellos tocan
yo prefiero la danza que en todo momento
siga el ritmo de mi propia libertad y sentimiento.




lunes, 25 de noviembre de 2013

Que no se ponga la noche



Que no se ponga la noche

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Que no,
que no se ponga la noche
que no se oscurezca el día
sin que las estrella den
nueva albor a tanta inquina.

Que son muchas amenazas
que quieren tornar la luz
en los oscuros senderos
marcados por la codicia.

Ya nos quitan los valores
ya nos alienan la vida
ya nos quieren volver tontos
para tragar la inmundicia.

No, no quiero la oscuridad
donde confundan las mentes
donde me maten los sueños
con terrores indecentes
que me lleven a sufrir
la violencia insolidaria
que siembran con la perfidia.

El mundo que están creando
es un mundo de injusticia
donde todo ser humano
ha de hincarse de  rodillas
adorando al dios dinero
y al mundo capitalista.

Ellos, que son sus lacayos
nos engañan cada día
nos prometen mejor vida
a través de felonías,
pero solo es para ellos
los miembros de su partida
los que van chalaneando
entre avaricia y codicia,
los que mienten más que hablan
los que gobiernan y mandan
los que esconden su malicia.

No, antes de llegar la noche
sembrada por este día
quiero que cambien las cosas
quiero que vuelva otra vida
donde el ser humano sea
el dueño de su partida,
quien decida por sí mismo
cómo ha de forjar sus días.



miércoles, 20 de noviembre de 2013

Estamos huérfanos, políticamente hablando…


La verdad es que se nos está desmontando todo. Los años de lucha por la democracia, la fe en el mundo político, las ilusiones de igualdad y equidad, los derechos ciudadanos conquistados, el Estado del Bienestar, la sanidad y la escuela pública, la cohesión social y un amplio etc. de conquistas que se están viendo cuestionadas por la llamada crisis, provocada por los poderes económicos y gestionada en su propio beneficio. Pero, no nos engañemos, esto tiene pinta de estar perfectamente orquestado para establecer un nuevo orden mundial donde el poder del mundo económico anule el sistema democrático, donde todo ser humano esté sometido a la tiranía del mercado, donde todo se vende y se compra. La globalización es la base sobre la que se fundamente este movimiento, que se escapa al poder de los Estados, ya que al desaparecer las fronteras y el control de las transacciones económicas, al existir los paraísos fiscales y el flujo libre de capital, acaban descapitalizando a un país, cuando no lo someten a la opresión del mercado de la deuda y le hace doblegar la cerviz si no se humilla voluntariamente. Pero vayamos por partes. Para comprender lo que está pasando no estaría de más que analizáramos los últimos movimientos habidos en el mundo en materia económica y política. ¿Por tanto, qué ha pasado en los últimos años?

Hasta hace bien poco, antes de la desaparición de la Unión Soviética, había dos mundos enfrentados, con dos modelos sociales diferentes. Por un lado el modelo capitalista, de libre mercado, amparado por un sistema político de democracia universal. Por otro el modelo comunista, dictatorial, donde el Estado lo era todo, padre, madre y protector, mientras el ciudadano, en lugar de soberano era súbdito de ese Estado. Allí la necesidad y el hambre estaban repartidas, mientras ahora la abundancia está arriba y la miseria abajo. Por tanto el poder económico del sistema capitalista está en manos privadas, mientras que en el sistema comunista está en manos del Estado. Eso es clave para comprender lo que ha de venir después.

¿Cómo se desmonta el Estado Comunista? Fácilmente. Lo único que se ha de conseguir es una caterva de políticos corruptos, que abandone el ideario comunista, donde el Estado es el referente de la sociedad, tanto en lo económico como en lo social, capaces de desmantelarlo y privatizándolo todo. El señuelo es la posibilidad de crear grupos económicos al estilo occidental, encabezados por los poderes fácticos del régimen (léase cargos del partido, afines al mismo, KGB, etc.) que se acaban adueñando, en plan mafioso, de la economía del Estado, sobre todo de las empresas importantes en sectores estratégicos como la energía, las comunicaciones, la sanidad, la industria, etc. Esto hace que se caiga el telón y empiece otra obra en otro escenario, donde todo el esfuerzo realizado por la masa trabajadora, explotada por el Estado, acabe en manos privadas a precios irrisorios.

Desaparecida la URSS, desaparece el valedor y la alternativa al mundo obrero en su sentido clásico, donde un Estado poderoso garantizaba la igualdad y la justicia social, al menos en teoría. Por tanto, el miedo o la intimidación que pudiera ejercer la masa trabajadora sobre el sistema capitalista, al amparo de la filosofía comunista, se desmorona, el capitalismo se queda sin alternativa política. Por otro lado, el flujo de la tendencia privatizadora iniciada en esos estados se expande, se propaga la idea de la ineficiencia de lo público y la eficiencia de lo privado, con la intención de relegar al Estado a mero gestor de servicios mientras lo privado ejerce de proveedor. Ello implica desplazar el poder económico desde el Estado al capital privado, pero con garantía de que el sistema funcionará siempre en tanto el Estado es un cliente fijo y seguro y cuando haya pérdidas las absorberá este con los impuestos que pagamos todos los ciudadanos. De ahí viene lo de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas, hecho que estamos viviendo en la actualidad con la banca, que no deja de tener una connotación de servicio público en tanto el dinero es la base del progreso económico de cualquier país.

Para conseguir esto, el sistema tiene que modificarse, pues si bien hasta ahora la democracia, con su soberanía popular, era una fuerza ideológica de primera magnitud para oponerse a la dictadura comunista, lo que garantizaba la exclusión de occidente de esa influencia con base en la participación ciudadana, deja de tener su valor y se plantea corromperla desde el poder del dinero, como ya se corrompió el sistema oligárquico del comunismo, llevándolos a adueñarse del entramado empresarial del Estado al que servían. En este sentido, los partidos políticos, que son las estructuras donde se representan las ideologías del pueblo, se apartan de su propio modelo ideológico y se ajustan al sistema capitalista sin demasiada distinción entre izquierda o derecha, entre política económico favorecedora del poder financiero o de la masa social. Por tanto se enfrentan, al menos para mí, dos modelos de priorización económica. Uno basado en el desarrollo del capital como motor del mundo, al que se ha de servir pleitesía, regentado por los poderes clásicos, donde se entiende el progreso como material y al ser humano como actor en la producción y el consumo, que le llevan a la alienación personal, lo que le hace más manipulable y servicial. Por otro lado, la minoría intelectual, entiende que la economía ha de tener un componente humanista, ha de entender el desarrollo como el progreso personal en todas sus dimensiones, tanto desde el punto de vista económico, como intelectual y/o espiritual y social, con valores fundamentados en la concepción humanista de la vida; en este sentido de vida abarco todo el sistema, el contexto, el medio ambiente y el ecosistema en su sentido más amplio.

De fondo tenemos una concepción neoliberal, al amparo de las políticas que iniciaron los neoconservadores, desde el mismo Ronald Reagan en los EE. UU. y su homónima Margaret Thatcher en Inglaterra. Es un nuevo proyecto de marco universal, donde la economía será el motor del mundo y las empresas los agentes del desarrollo mediante el mercado libre, siguiendo los planteamientos de Milton Friedman. En este sentido, y retomando el desmantelamiento de la URSS, se actúa, desde Reagan, en connivencia con Gorbachov y su perestroika, para modificar, en un principio mediante una apertura, el sistema comunista, pero que acaba liderado por un sujeto extraño, como era el extravagante Boris Yeltsin, en cuya etapa se generalizó la corrupción en el desmantelamiento de la URSS.

En contraposición a esta tendencia existe otra filosofía económica, en la que el Estado tiene mayor protagonismo mediante la inversión pública, a través de ella da trabajo al mundo empresarial, mediante grandes obras e infraestructuras que consolidan el entramado de servicios, vías de comunicación, etc. más en la línea del pensamiento económico de John Maynard Keynes y la teoría del keynesianismo. Pero, en fin, esto forma parte de los axiomas de las teorías económicas, que no vienen al caso. De todas formas sí es importante establecer estas líneas de diferenciación teórica para ver hacía donde debemos orientar nuestra tendencia económica.

En resumen, podemos decir que el mundo está girando desde una soberanía popular hacia una soberanía del mundo financiero, desde el poder del Estado y sus gobiernos elegidos democráticamente y bajo principios relacionados con ideologías y programas de trabajo, a un poder de corruptos que engañan al pueblo, que presentan un programa y hacen otro, que en el fondo están al servicio de intereses espurios, propios y de su adláteres, o sea, de la gente que integra el partido y de los poderes financieros que les favorecen personalmente, bien de forma directa o indirecta. Es patético ver a expresidentes del gobierno, a exministros y demás representantes políticos, la cantidad de imbecilidades que dicen al amparo de lo que fueron, pero que no resisten la más mínima argumentación lógica. Pero también es deslumbrante ver como hay gran cantidad de gente que, por servilismo gregario, es decir por pertenecer ideológicamente a esa tendencia, acaba dando pábulo o crédito a tanta necedad. Ese es el tipo de sujeto que le interesa a ese nuevo marco mundial.

Por tanto, podemos decir que hubo un momento en que en la balanza había, por un lado el comunismo y por otro el capitalismo democrático. Que el capitalismo democrático era más idóneo para el desarrollo de las personas, en tanto se respetaba su soberanía,  pero que una vez desaparecido el contrapeso de la balanza, el capitalismo busca perder el calificativo de democrático y caminar por sendas de imposición, bien manipulando a través de sus medios de comunicación o a través de su poder y chantaje económico, pero en todo caso relegando el poder de los Estados y tomando ellos el protagonismo.

Luego surgen otras cuestiones a nivel internacional que son dignas de tener en cuenta para justificar la pérdida de libertad y privacidad de los ciudadanos, lo que facilita su control. Pero ese es otro trema que merece una reflexión pormenorizada aparte.


jueves, 7 de noviembre de 2013

Libación

Imagen tomada de internet

Hace días que no escribo poesía, parece que he estado en dique seco, hoy vuelvo a lanzar mi pluma al aire y dejarla que vuele en busca de unos versos de amor imaginario, libando la esencia de la vida…
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Libación

Deja que libe de tus labios la esencia de tu alma
que atraviese los mares de tus sueños
que vuele sobre el cielo de tu gloria
que enloquezca en tu fragancia.

Deja que mi estrella guíe tu senda
que mi sol caliente tu invierno
que mi luna ilumine tu noche
que mi aurora despierte tu ensueño.

Deja que mi río inunde tus entrañas
que mi espíritu se aloje en tus adentros
que pueble de pasión tus campos y vergeles
que el soplo de mi brisa cimiente tu mañana.

Deja que en tus ojos se abra la ventana
que pueda entrar por ella
que llegue hasta tu alma
y que al formar un todo
me diluya contigo hasta perderme. 


jueves, 31 de octubre de 2013

Aniversario del nacimiento de Miguel Hernandez


Hoy, 30 de octubre, hace años que nació el insigne poeta del pueblo, Miguel Hernández. En el centenario de su nacimiento le compuse este poema, que hoy vuelvo a colgar en homenaje a quien dio la vida por su causa ideológica, por el pueblo que defendió y sus ideales.

A Miguel Hernández

La semilla de la tierra
brote de vida imparable,
saca al niño de la yunta
del trabajo deleznable.

Son los cánticos de vida
que el poeta lanza al viento.
Son la esperanza perdida
que vuelve como alimento.

Miguel Hernández cantó,
dentro de su baja cuna,
a los sinos insufribles
que presentó la fortuna.

Y saltó el niño yuntero
liberando de su cuello
en un acto de osadía
el yugo de su degüello.

Sacó desde sus adentros
al león y al toro bravo
al águila poderosa
en su vuelo idealizado.

Con un esfuerzo de sangre
fue rompiendo las cadenas
y a ese yugo despreciable
que de nuevo le impusieron
con las flechas lacerantes.

Noches de nuevo vinieron
noches negras, negras noches
que sumieron las españas
en pozos tan repugnantes.

Los luchadores murieron
bajo el flujo de las armas
y los cantores callaron
muertas ya sus esperanzas.

La semilla de su canto
brotó desde la distancia
y dio nueva vida a todo
lo que en otrora callara.

En cien años no mataron
por persistente que fuera
las ideas de libertad
de Miguel en sementera.
 


Málaga, 30 de octubre de 2010)


lunes, 28 de octubre de 2013

¿Es nuestra derecha democrática?


Fraga elige a Aznar como su sucesor.
Para entender a la derecha española hemos de repasar nuestra historia reciente y la del resto de Europa. En la primera mitad del siglo pasado se produjeron una serie de movimientos y hechos políticos y militares que definieron una Europa con tres grandes ideologías. El fascismo y/o nazismo, el comunismo y el capitalismo llamado democrático. La derecha europea se anclaba en el capitalismo democrático, que fue el triunfador final de la contienda mundial. Por tanto la derecha europea es beligerante con el fascismo y, a su vez, con el comunismo y las tendencias llamadas de izquierda. Quedan, como campo de expresión de las ideas fascistoides otros partidos ubicados en la extrema derecha, fuera de la concepción democrática de la vida política, que pretenden la eliminación de la ideología adversaria y la imposición de la suya como verdad incuestionable. En Europa tenemos claras representaciones de ello, como puede ser el partido de Le Pen en Francia y los movimientos neonazis, en una situación más extrema aún. Por tanto, la derecha europea es hija de la democracia, que luchó contra el sistema nazi/fascismo, y tiene una concepción demócrata de vida y contrato social. Se separa claramente de las ideologías totalitarias, a las que rechaza como hijas del pasado dictatorial que defendió el eje Alemania-Italia en la segunda guerra mundial.

En conclusión. En la segunda guerra mundial el eje fue vencido, derrotado, juzgado y condenado por sus crímenes. Alemania e Italia surgieron de nuevo con un espíritu democrático. El rival dictatorial fue eliminado y excluido de la vida política por no ajustarse a los principios democráticos que la sustentaban. No obstante, determinadas ideas no relacionadas con el racismo, la xenofobia, etc. pudieron ser expresadas y defendidas en un sistema democrático. De ahí la aparición de partidos englobados en la llamada extrema derecha en Europa como elementos claramente diferenciadores de la derecha clásica del continente, si bien otros, de corte nazi, fueron declarados fuera de la ley.

Pero, ¿qué pasa en España mientras tanto? España llegó mal y tarde a casi todo. Fue, junto a Portugal, el grano en el culo de Europa. En España se seguía manteniendo un régimen hermano de las vencidas Alemania e Italia. Un régimen que se había instaurado en el país con la fuerza de las armas y la ayuda incuestionable del bloque nazi/fascista. El franquismo estaba en la esfera de los enemigos de la democracia y de los aliados, ganadores de la contienda. No obstante, vino a salvarlo el propio comunismo. El Estalinismo asesino, dictatorial y paranoide, creó un frente de conflicto con los aliados, desembocando en la guerra fría. EE. UU. el gran vencedor y beneficiado de las dos contiendas mundiales necesitaba neutralizar al nuevo enemigo. Para ello era imprescindible establecer un entramado de bases militares en Europa que garantizaran la defensa de sus intereses. Franco era un enemigo confeso del comunismo y una insignificancia en cuanto al peligro que pudiera generar su régimen para el poder americano. Por tanto, decidieron negociar con él, perpetuar su régimen y tolerarlo, siempre que fuera controlable, como así fue. Dejaron caer militarmente a la guerrilla opositora encarnada por los maquis y al gobierno en el exilio de la extinta república. Aquellos aguerridos milicianos que fueron los primeros en entrar en Paris, la 9ª compañía de la División Leclerc, y sus compañeros, fueron abandonados a su suerte en la lucha contra el franquismo. El régimen de Franco ganó en el balance de los intereses americanos y ofertó su territorio para establecer bases militares en diferentes lugares: Zaragoza, Torrejón, Morón, Rota… El precio irrisorio, comparado con la aportación que EE. UU. había hecho para el levantamiento de la economía europea, era el rearme del ejército español con materiales desechados por los americanos, usados en la guerra de Corea, algunos beneficios económicos canalizados en intereses de magnates del sistema y, sobre todo, el reconocimiento del régimen por parte de la O. N.U.

De esta forma se perpetuó el franquismo como “un mal menor” para la ideología americana, que siempre mantuvo dictadores si eran afines a sus intereses; incluso los potenció, como forma de neutralizar la influencia de la URSS en los países iberoamericanos. Se dice que Cordell Hull, quien fue secretario de Estado de los EE. UU. en tiempos de Franklin Delano Roosevelt, dijo de Somoza: "Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta", lo que muestra la actitud de los EE. UU. respecto a la doble moral que siempre ejerció en su política exterior.

Por tanto, y al amparo de esta política de los EE. UU., fueron casi cuarenta años de dictadura y adoctrinamiento del nacional-catolicismo. En este sentido, no podemos obviar que la semilla sembrada, durante tantos años, debió germinar y crear un espíritu del régimen que trascendiera los cambios habidos en la transición. Ello es evidente en cuanto se analiza, aunque sea muy por encima, los acontecimientos en el último cuarto del pasado siglo y lo que llevamos de este. España está llena de antidemócratas, nostálgicos del régimen, con alto componente ideológico de tinte fascista y nacional-catolicismo. Suelen ser sujetos reacios a comprender la diversidad del Estado, las diferentes sensibilidades y la aceptación de la soberanía popular con lo que significa de respeto a las ideas y la personalidad de cada sujeto que integran el Estado español, así como unos nostálgicos del viejo régimen. Su simpleza mental hace que el constructo España esté por encima de las personas, de los seres humanos, y la palabra patria conlleve la esclavitud de voluntades a la eterna frase: Por Dios, la patria y el Rey en sentido figurado, sin entender que los seres humanos son el elemento básico de todas sociedad y no la territorialidad, las tradiciones y el sistema establecido que ha de estar al servicio de la sociedad y no ésta al servicio del sistema.

El antidemócrata suele ser un sujeto que se siente en poder de la verdad absoluta, que no acepta la existencia de otras visiones de la realidad, ni entiende que la grandeza está en el reconocimiento y la valoración de la diversidad enriquecedora, en el libre ejercicio del pensamiento con la intencionalidad de la confluencia final de las ideas, en pensar y razonar con la menta abierta, sabedor de que la verdad es relativa y que el entendimiento desde el respeto y la tolerancia es la base de la convivencia pacífica, en que las fronteras están para dividir y no para sumar, que ha de ser el fin último de la sociedad plural y soberana.

Pero volviendo al asunto, la transición fue un borrón y cuenta nueva, aunque al amparo del poder establecido. Una claudicación de los demócratas para conseguir un equilibrio mal instaurado, que permitía la impunidad del viejo régimen, mediante la transmutación del monarca en regidor democrático a través de una constitución miedosa y tolerante con el pasado, pero que abría una nueva forma de relación sin modificar el sistema de poderes imperante, incluyendo los poderes fácticos, como la iglesia, el ejército, el poder económico, el judicial, etc. Era evidente que había que pactar para no entrar en confrontación y volver al pasado. Los elementos que ostentaban el poder no lo dejarían fácilmente y solo, bajo unas normas claras que les permitiera seguir en el mismo, serían capaces de renunciar a la estructura política que los sostuvo en el poder durante 4 décadas.   Por tanto, este lavado de cara llevaba incluido la renuncia a la justicia por los crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados por el franquismo y sus seguidores, que permanecían en lo más alto del poder. De hecho los encargados de llevar a término el cambio fueron sujetos que habían jurado su lealtad a los principios fundamentales del Movimiento, incluido el propio rey.

Evidentemente, nuestra derecha está impregnada, en gran medida, de esa ideología del pasado, solo hay que ver algunas cuestiones que la diferencia de la derecha europea. Aparte de no haber luchado contra el fascismo, como hicieron ellos, no han condenado los crímenes y el sistema político anterior, o sea, el franquismo; algunas declaraciones de sus militantes no dejan lugar a dudas sobre ello, como las realizadas por muchos de sus representantes respecto al pasado, véase el caso del alcalde de Beade, por ejemplo, sin que tuviera mayor repercusión en su partido; siguen los fusilados por el franquismo en las cunetas pues no han contado con el apoyo del PP para resolver el problema definitivamente; algunas políticas sociales, como las normas establecidas en Madrid respecto a los pedigüeños, se acercan mucho a ley de vagos y maleantes y al de peligrosidad social del viejo régimen, etc. Sin entrar en su posición respecto a la laicidad del Estado que rechazan con su actitud de connivencia con la iglesia católica. Por último, el PP es un partido creado por un exministro de Franco, el Sr. Fraga, que bebió su ideario político en el viejo régimen, por lo que lleva su impronta.

Por tanto, podemos decir que en esa derecha que nos gobierna se dan una confluencia entre tres tendencias. Por un lado estaría la derecha civilizada, similar a la derecha europea, antifascista y demócrata, por otro la derecha hija de las concepciones fascistas que añoran el antiguo orden y el viejo régimen y por otra la extrema derecha que se ve representada por el PP y es su aliado en cerrar el paso a la izquierda. Uno no acaba de entender muy bien cómo es posible esta amalgama de tendencias en un solo partido, pero cabe pensar que es la única forma de llegar al poder en un país como el nuestro, donde las izquierdas están más divididas y, al amparo de la ley D’Hondt, el reparto de escaños le es más beneficioso a quienes se unen que a quien se dispersa.


Por tanto, la pregunta de ¿Dónde está el franquismo?, ideológicamente hablando, tiene su respuesta clara a la vista de cómo se conducen nuestros políticos. Creo que en una inmensa mayoría andan en el PP y en menor medida en otros partidos, que no dejan de tener ideas, conductas y actitudes propias del totalitarismo. Lo malo es que la herida de nuestra guerra no se acabará hasta que todos y cada uno de los partidos políticos manifiesten claramente que los caídos en el bando republicano eran los defensores del sistema democrático establecido en ese momento, es decir que defendían el mismo sistema que ellos defienden actualmente y que fueron, en su mayoría, excluyendo a los criminales de guerra que se suelen dar en todos partes, los verdaderos defensores de la democracia, mientras que los rebeldes no dejaron de ser eso, unos insurrectos que se levantaron contra la voluntad del pueblo y el sistema que permitía la expresión de la misma. Cuando demos los honores que se merecen esos caídos, cuando condenemos sin paliativos a la insurrección militar y social que se produjo, cuando se reconozcan los crímenes de guerra y de lesa humanidad que se dieron en su día, cuando desaparezca la idea de vencedores y vencidos y, sobre todo, cuando seamos capaces de entender y respetar la diversidad de los pueblos de España, de su gente y su esencia diferencial, estaremos en el camino de firmar la paz ideológica y social que nos merecemos, pues andaremos en la vía del entendimiento y acercamiento al concepto verdadero de la democracia y libertad. Entonces puede que no quepan separatismos y muros entre nosotros pues el ser humano tiene un componente universal en la esencia de su ser que hace de argamasa. Pero para eso se han de reconvertir las concepciones neofranquistas y del cualquier concepción totalitaria e impositiva al planteamiento democrático. 


Me embarga el estupor ante los hechos

  Opinión | TRIBUNA Antonio Porras Cabrera Profesor jubilado de la UMA Publicado en La Opinión de Málaga el 10 FEB 2024 7:00  ======...