¿Puede ser la crueldad un divertimento? |
Existe un instinto asesino en el ser humano, una
tendencia a inferir daño a otros como forma de reafirmar el propio poder y, por
ende, su propio yo. Es una manera de mostrarse superior, de soslayar complejos
infantiles, inseguridades y reacción por estar sometido a conductas impositivas
desde la propia sociedad. Este tipo de sujeto es un ser humano inmaduro que
quiere mostrar su poder a través del
dominio sobre otro, a través de su capacidad de hacer daño a los demás. En
estos demás incluyo a todos los seres de la creación. El placer desprendido del
maltrato y el suplicio infligido a los animales es una forma de dar rienda
suelta a ese instinto asesino. Ya que la sociedad no permite hacerlo de otra
forma lo sublima de esta.
Por tanto, aquel que ejerce ese maltrato, aquel que
ejecuta el suplicio es, además de un inmaduro, un desequilibrado mental, pues
es incapaz de comprender y entender la vida, en su sentido más amplio, ni
comprender su propio medio. Es un desajustado al entorno, pues para disfrutar
ha de agredir a elementos que lo integran. Una de las características
esenciales de la madurez humana es la
capacidad de respeto, la comprensión de la realidad en su sentido más amplio, el
equilibrio emocional, la empatía, la responsabilidad con su hábitat, etc.
El ser humano maduro no se consigue de la noche a la
mañana, sino que va madurando con el tiempo, con la propia evolución, pudiendo
darse el caso que, estando sometido a procesos educativos inapropiados, no
consiga madurar en toda su vida desde el punto de vista psicológico. La llamada
cultura de los pueblos está repleta de actos y conductas inmaduras, impropias,
impresentables, inhumanas, que se presenta como conductas adecuadas en un
sistema cultural inamovible. Pero la cultura, al ser la expresión de las
personas y los pueblos, también se va transformando con el tiempo a través del
progreso de la gente y de la asunción de nuevos valores más coherentes con los
principios de una civilización moderna. Por tanto, justificar y potenciar
conductas inmaduras, inhumanas, mediante el sostenimiento de la cultura de un
pueblo es otra aberración que frustra y coarta la evolución de ese pueblo. Para
el desarrollo y progreso de una sociedad se ha de someter a la crítica y análisis
continuo todo el sistema, de esa forma se provoca y sustenta el proceso
evolutivo. Es retrógrado y anacrónico el conservador a ultranza de culturas, o
actos definidos como culturales, de componente agresivo con el mundo que nos
rodea, cuando estamos tendiendo a una integración del ecosistema y de todos y
cada uno de los elementos que lo componen.
Y ustedes dirán que a qué viene toda esta cascada de
argumentaciones… Pues es consecuencia de
una reflexión sobre el espectáculo del famoso Toro de la Vega. Esa especie de
martirio que se inflige a un toro a las puertas de la ciudad de Tordesillas,
por parte de unos salvajes inmaduros, que dan muerte a lancetazos, siguiendo la
tradición de unos energúmenos que vivieron en el pasado con su violencia a
cuestas y carentes del más mínimo respeto al animal, algo heredado de sus
ancestros. Se desata el instinto asesino, el sadismo, la propensión y el
atavismo de parte de un pueblo que ve en ello un divertimento.
Por tanto, si queremos una sociedad más moderna, más
madura y humana, empecemos por deshacernos de esos atavismos que nos anclan a
un pasado de violencia y brutalidad, de crueldad y salvajismo. Nuestra cultura
no puede justificar esas conductas, no debemos dejarla atrapada en un pasado
impresentable de bestialidad. El ser humano ha de evolucionar y apartar comportamientos
y actitudes irracionales de componente sádico y cruel. Hoy, la crueldad no
tiene cabida en el concepto “cultura”, aunque haya gente interesada en sostenerla.
Por tanto:
¡NO AL TORO DE LA VEGA¡
¡NO AL MALTRATO
ANIMAL DE CUALQUIER CLASE¡
10 comentarios:
Y hay que ver lo que dicen para defenderlo: "La tradición". Es una cuestión de ignorancia. Como si no hubiera tradiciones inhumanas que hay que desterrar. Por esa razón, el esclavismo, la inquisición y unas cuantas cosas más estarían vigentes.
Una verdadera salvajada que debería estar prohibida.
Salud y República
Cierto Rafa. La tradición puede ser abominable, como en este caso, y debe ser erradicada de las conductas de los pueblos cuando así sea, bien por convicción o prohibición.
Saludos
Brutalidad,ensañamiento y salvajadas que se quieren maquillar con la tradición y la cultura. Donde hemos puesto el nivel de divertimento a costa de la maldad de matar de esa manera a un animal. Lo desglosas bien en la entrada, Antonio,se puede hacer mucho para que no se vuelvan a dar este tipo de espectáculos. Rotundamente no a este tipo de espectáculos.
Un abrazo,amigo.
Amigo MOdesto, si las personas sensibles siguen enfrentando al bruto con su mundo violento puede que acabemos haciéndoles ver donde está la verdadera civilización y la cultura de los pueblos.
Un abrazo
Emilio López Gines:
Por desgracia, todavía existen en este país muchas fiestas, mal llamadas "culturales", que no dejan de ser una expresión de sadismo y crueldad gratuita, que ensombrece a una España rica en una cultura popular de lo más variopinto y de una hermosura increíble que son las realmente nos representan como pueblo. cada vez son más las voces que se alzan en contra de estas otras, sanguinarias y crueles. Me ha gustado mucho tu exposición Antonio. Un saludo
Totalmente de acuerdo, Antonio! También eran "tradición" las luchas de gladiadores, los autos de fe y las ejecuciones públicas. En algunas cosas nos hemos civilizado, en otros atavismos cuesta un poco más. Ni tauromaquia, ni 'embolados' ni 'ensogados' ni 'correbous' ni riñas de gallos. Aunque Wert diga que es un 'bien cultural', para mí eso no es cultura ni enriquece a una colectividad, más bien nos estigmatiza como crueles y sanguinarios a los ojos del mundo. Un saludo!
Amigo Emilio, la diversión y sus formas pueden formar parte de la cultura de los pueblos, pero nunca es admisible que esta se base en hacer sufrir a otros seres.
Un saludo y gracias por pasar por esta casa virtual y dejar tu comentario
Cierto KRT, de acuerdo con lo que planteas. Hoy la lucha de gladiadores se puede haber cambiado por el fútbol como espectáculo de masas y, aunque yo no sea un defensor de esto, creo que sirve para sublimar y volcar en ello muchas frustraciones. El resto de actos de violencia contra otros seres son inhumanos, se mire como se mire y quien los mire sea WERT y toda su casta política e ideológica. Lo malo es que los califique de culturales el ministro que gestiona la competencia de educación... ¿De dónde ha salido este sujeto tan nefasto para nuestra educación y nuestra cultura?
Un saludo
Me sumo a tu denuncia.
Detesto las corridas de toros por todo lo que dices aquí.
Una única vez fui un día en Colombia a unas corridas de toros y vomité. Me sorprendió (o quizás no tanto) el fervor de la gente.... me recordó a los circos romanos...
Besos
(Ya me contarán como les fue!!!!! me imagino que el viaje y el evento estuvo divino)
Ciertamente, amiga, Myriam, fue un viaje muy bonito, cargado de afectos y vivencias de amistad. Italia, como siempre, monumental. Su gente variable. Hay de yodo como en botica, jejeje.
Un beso
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