Mi barco
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Mi barco, de muerte ya está herio.
No es un gran barco,
más bien un bajel de vela al viento,
que busca acoplarse al ritmo de la vida
para seguir su rumbo,
para seguir viviendo.
En este inmenso mar
tomó conciencia de su nada,
de su levedad desesperada,
de ser arrastrado por corrientes
que escapan a su anhelo,
que llevan a su antojo
a todo un pueblo entero.
Más qué tormenta puede,
qué fuerza y arrebato,
dominar la inmensidad
que tiene este teatro,
estas agua profundas,
este mar oceánico,
hacer bailar mi barco
sobre espumosas olas,
llevado por corrientes
en rumbo desbocado.
Noto que en el subsuelo
se está moviendo algo,
que hay fuerzas en lucha,
que todo este entreacto
está lleno de vida,
que puedo y debo,
tirando por la borda
todo mi desencanto,
unirme a este corriente
de lucha por la paz,
de intento de fraguar otro escenario,
para que esos poderes
que acechan en la esquina,
que quieren dominar todo el espacio,
se acaben sometiendo
a la razón del ser humano.
17 comentarios:
Precioso poema, pero esa barquito que parece indefenso es más fuerte de lo que aparenta, creo que podrá con los avatares del mar y de la vida.
Un abrazo
Antonio,gracias por tu visita.
Me gusta la humildad de la primera estrofa,la sinceridad y la esperanza del resto...En este teatro y mar inmenso,todo cambia y evoluciona,esperemos que el hombre recapacite y se vuelva más humano.
Mi felicitación y mi abrazo grande.
FELIZ SEMANA,AMIGO.
M.Jesús
En el fondo, amiga Ana, eso me gustaría y eso espero que podamos con esos avatares.
Un abrazo
Gracias M.Jesús. Ojalá el ser humano se de cuenta de su levedad en soledad y su grandeza en conexión. Esa será la clave de una sociedad humanista.
Un abrazo
Pobre barquilla mía, que decía Lope.
Navega velero mío, que decía Espronceda.
Pesimismo u optimismo.
Dos maneras de afrontar un viaje.
Y debajo, como siempre, el mar agitado amenazando con una buena galerna.
Un saludo.
Todo buen marinero siempre espera aferrarse a algo tras el nufragio inevitable. Ojalá y esas fuerzas que
se mueven en el fondo puedan salir a la luz pronto,antes de hundirnos en la oscurizad del caos.
Tu poema es una delicia. Un abrazo
Me uno a tu travesía en tu barco.
Salud y República
Despierta nuestro espíritu y germina
tímida pero firme la semilla
y despues de este invierno que termina
llegará la primavera y la trilla,
cordura que verá toda retina
y la Paz, borrará cualquier rencilla.
No será gran barco, pero es tu barco, y por eso, ya es el mejor barco del mundo.
Amigo Cayetano, entre el pesimismo y el optimismo solo cabe el realismo... Tal vez sea la parte que nos falta desarrollar para saber cómo acometer el asunto.
Un abrazo
Juan, me da la sensación de que solo cuando se identifiquen y consoliden nuevas formas de entender la vida y la relación humana se podrá evitar el caos a largo plazo…
Un abrazo y gracias
Gracias Rafa, mientras más barcos flotemos y establezcamos rumbos comunes más fácil será la travesía.
Saludos
Anónimo,
Ojalá el invierno pase pronto
y florezca de una vez la primavera,
ojalá que la gente así lo quiera
porque ese es también mi sentimiento .
Gracias María. Un beso
Cierto Joven Cuervo, a cada uno nos toca pilotar el propio barco, lo interesante sería hacer coincidir los rumbos para ir toso a un mismo sitio.
Hermoso Antonio.
Tuve curiosidad de conocer tu espacio, cuando lei tu comentario en el cumpleblog de Isabel.
Saludos cordiales.
Gracias, Adriana, por visitar mi blog y dejar tu comentario, eso me ha permitido ir a visitarte y conocerte. Creo que compartimos bastantes posicionamientos.
Un saludo
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