martes, 5 de enero de 2010

Money, Money. (I)


Después de mi post “Qué hacer en el 2010” me pongo manos a la obra. Hay tres palabras que, tópicamente, parecen englobar todos los buenos deseos: Salud, Dinero y Amor. Aunque yo creo que quedan bastante cojas y existen otras muchas cosas constructivas a desear, me quedaré con estas para comentar.

En el tema del amor me explayé ampliamente el pasado año, dedicándole varias entradas a caballo de la poesía, al amparo de varias teorías motivacionales y otras, que fui interpretando a mi manera e, incluso, creando. Empecé el asunto el 9 de julio, cerrando el tema el 16 de septiembre. En ello incluí un relato: La berrea, que explicitaba una experiencia imaginaria, pero clarificadora a mi modesto entender.

Abordé la salud recientemente, retrotrayéndome a un artículo que publiqué hace 22 años en la prensa. La presenté como tridimensional, bajo la perspectiva biopsicosocial. Y es que en este mundo nada es unicausal. La pluricausalidad es la esencia de un sistema abierto, con todos sus elementos en interacción entre sí y con el exterior. En nuestro caso los factores biológicos, psicológicos y sociales se concatenan en una interacción que sustenta el grado de bienestar, de salud, del sujeto.

Me falta tocar el asunto del dinero. La verdad, es un tema complejo, pues nuestro mundo lo tiene como motor y andamos esclavos de él, es el que nos permite comprar todo, al menos en apariencia, el que nos da prestigio social, y nos acerca a la felicidad, insisto, aparentemente. Poderoso caballero es Don Dinero, decía Quevedo con toda la razón hace ya cuatro siglos. El asunto es que sigue siéndolo y no sabemos hasta cuando. Pero la felicidad no está en poseer cosas, en la ostentación y el deslumbramiento de los demás o, al menos, no debe de estar cuando un sujeto es maduro y no se deja llevar por estos infantilismos.

Para mí, esta reflexión tiene una especial importancia, pues determina mi posicionamiento respecto a ese perverso motor, que se ancla en la codicia que tanto mal ha hecho, y está haciendo, en nuestros días. Veamos, si no, la crisis financiera y la consecuente especulación que nos ha llevado a esta profunda tribulación. Esta situación la comenté el año pasado en la entrada: “El tobogán de la codicia”.

Me pregunto, entonces, si el elemento motivador de nuestra conducta es, o ha de ser, el dinero. Si este ha de marcar la pauta del desarrollo de los seres humanos y la evolución que, previsiblemente, nos acecha. Si el dinero es un medio o es un fin en sí mismo. En todo caso, si el dinero es mi aliado o mi enemigo. Si es como una buena medicación, que aplicada en su justa medida sana y en grandes dosis envenena.

Para situar el tema, en esta primera parte, me gustaría referirme a un par de teorías o postulados, que nos ubiquen en disposición de entender los razonamientos y argumentaciones que expondré posteriormente. En su interpretación me apoyaré para consolidar la idea central del debate.

No sé si conocéis la teoría bifactorial de Herzberg aplicada a la motivación laboral. En ella se mantiene que hay factores motivadores y factores higienizantes. Los primeros, bajo mi punto de vista, e interpretando a Herzberg, son los que surgen intrínsecamente, del interior, y tienen relación con la consistencia psicológica interna del sujeto, con los aspectos cognitivos y la forma de afrontamiento, con sus principios y valores, con su capacidad intrínseca de implicarse en un proyecto o idea. Son los verdaderamente motivantes. Los segundos, los higienizantes, llamados también de mantenimiento, son factores externos que suelen crear un contexto, entorno, o ambiente, que facilitan la existencia de los primeros; es decir, la situación adecuada para que aflore la motivación verdadera.

Herzberg sostiene que los primeros hacen alusión a la satisfacción, apareciendo esta cuando se dan, y la “No satisfacción” aparece cuando no existen. Los segundos, o higienizantes, los relacionan con la insatisfacción. Si se dan hay “no insatisfacción” y si no se dan aparece la insatisfacción. Obsérvese que no es lo mismo, para él, la insatisfacción que la no satisfacción; la satisfacción, que la no insatisfacción.

¿Y esto por qué? Yo, siguiendo sus planteamientos, sitúo el concepto de satisfacción en los aspectos intrínsecos del sujeto, en lo más profundo, en su interior y los valores y principios que nos mueven verdaderamente hacia los objetivos. Me refiero al mayor nivel de implicación por convencimiento propio, dimanante de lo más profundo de su ser. Son los verdaderos motivadores basados en la esencia del ser humano, como ya hemos apuntado.

El concepto de insatisfacción lo estable dependiente de los aspectos externos, de lo que incidan los hechos de los demás en nosotros, de la influencia del contexto; son cuestiones ambientales que nos facilitan las cosas o que nos las complican a la hora de ejercer una actividad. En todo caso, la no insatisfacción, como situación ideal, nos permite un estado o entorno adecuado para que se dé la verdadera motivación.

Dentro de los motivadores coloca: el trabajo en si mismo, los logros, el reconocimiento en la empresa, una justa carga de responsabilidad, las oportunidades de ascenso... y en los higienizantes: las condiciones de trabajo, las relaciones con superiores y subordinados, la seguridad laboral y el salario... Sí, sí, el salario, el dinero.

Por tanto, es imprescindible, o al menos deseable, que se den los factores de mantenimiento, o higienizantes, para que no aflore la insatisfacción que bloquee, o neutralice, una verdadera motivación al amparo de los factores motivadores. Un buen gerente deberá considerar esta situación para rentabilizar su gestión, facilitando los higienizantes. No incido más en ella, aunque es un interesante tema desde el punto de vista conceptual e instrumental.

Existe otro sugestivo planteamiento, más conocido, elaborada por Maslow. Se trata de una teoría que jerarquiza las necesidades humanas, siendo representada por una pirámide. Establece una priorización para cubrir las necesidades, que se inicia con las necesidades fisiológicas, pasa a las de seguridad, siguiendo con las de afiliación, salta a las de reconocimiento, para llegar, en última instancia, a las de autorrealización (Ver el dibujo de la pirámide). Sostiene que no se puede cubrir la necesidad superior si antes no se ha cubierto, con una satisfacción mínima, la inferior. Ello quiere decir que todo el esfuerzo del ser humano se orientará a conseguir la satisfacción de la necesidad básica y posteriormente a las otras. Uno de los grandes hándicap para el desarrollo cultural, artístico y de autorrealización pasa por tener resuelto el problema de la nutrición, el vestido, el hábitat, etc. Todo lo demás queda supeditado a ello. Si quieres ganarte al hambriento dale de comer y luego dile lo que quieras, que te entenderá mejor...

Pues bien, el dinero lo hemos definido como higienizante por permitir cubrir estas necesidades fisiológicas básicas, de supervivencia y sostenimiento. Ahora bien, pasa a ser motivante cuando la preocupación principal del sujeto viene determinada por la avaricia, por la codicia. Entonces, el acumulo de capital está por encima de cualquier otra necesidad, siendo más satisfactorio, para el individuo, que la propia satisfacción de una necesidad de orden intermedio, lo que no deja de tener un cierto componente psicopatológico. Solo en estos casos entiendo que se entronque al dinero en los factores motivadores, pero, insisto, lo ubico en una morbosa interpretación de su función principal y básica. Lo lógico es que nos facilite las cosas para estar en buena disposición hacia la motivación, cubriendo otras necesidades de índole más material y no que sea un motor o factor íntimo de la satisfacción, sino que evite la insatisfacción, higienizando el campo para que se dé la motivación.


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33 comentarios:

Anónimo dijo...

El hombre sería un animal (siguiendo a Platón...) mucho más feliz si no existiera el dinero.

Saludos

m.eugènia creus-piqué dijo...

Poderoso caballero es Don Dinero, necesario para vivir, respirar, comer, hoy día todo gira alrededor de él hay quien lo acumula y hay quien lo necesita para subsistir, de una manera o de otra es un bien que necesitamos de todas,todas.Petons guapo.

mariajesusparadela dijo...

Esa maravillosa pirámide de Maslow, nos hace reconocernos, mal que nos pese.

Antonio dijo...

Querido dragón, yo creo que aún lo sería más si el dinero estuviera al servicio del hombre y no el hombre al servicio del dinero.
Un saludo y feliz año

Antonio dijo...

Hola Geni. Como digo en el post, su justo uso es medicinal, su abuso es draga maléfica...
Un beso

Antonio dijo...

La verdad es, querida amiga María Jesús, que da mucho que pensar esa pirámide. Hay que subir al vértice, pero se han de ir rellenando los otros niveles en su construcción. La diatriba está en cómo hacerlo y cuales son los recursos y el camino para ello.
Un abrazo

Felipe Medina dijo...

por él el ser humano comete las mayores tropelías,llegando,incluso,al genocidio

Abrazos

Antonio dijo...

Ciertamente, Felipe. El dinero es un veneno para los avaros; corrompe y deshumaniza.
Un abrazo

MarianGardi dijo...

Antonio, que el dinero es necesario, es evidente, los problemas cuando el dinero no alcanza para cubrir las necesidades es muy oprimente.
Cubriendo las necesidades y un poco más para algún extra ya es más suficiente.
Un abrazo y te deseo un Año lleno de salud y paz interior

Antonio dijo...

Amiga Marian, el dinero es bueno cuando lo utilizamos como apoyo o instrumento para conseguir un estado que facilite nuestra evolución personal, cuando nos sirve a nosotros.
Un saludo afectuoso

Lola Mariné dijo...

El dinero debería ser un medio, no un fin en sí mismo.
El fin de la vida (al menos de la mia) es vivirla y disfrutarla, para eso hace falta algo de dinero, y por eso trabajo para vivir, no vivo para trabajar.
Hay muchas cosas en la vida que nos pueden hacer felices y son gratis.
Saludos.

@SusVersiva dijo...

Qué documentada reflexión, Antonio. Me gusta cómo nos acompañas mentalmente para que alcancemos tus conclusiones.

Por mi parte, estoy totalmente de acuerdo con ellas. Nunca he entendido al que renuncia a parte de su tiempo, a ver a su familia, a atender a sus hijos, o simplemente a disponer de su mente para leer o pasear, por recibir algo más de dinero. O un coche más grande. O un mayor prestigio social...

Un abrazo.

LUNA LLENA dijo...

Esta pirámide de Maslow se desarrollo en 1943, es posible que fuese un ejemplo a seguir, para llegar a conseguir la auto realización de los ejecutivos en las grandes empresas, pero... sinceramente la auto realización creo que es algo personal, sin duda el primer escalón es necesario,el segundo en nuestra sociedad tambien, y me puedo cargar el tercero y el cuarto para llegar a la auto realización, el amor que no falte, lo coloco en el primer escalón.

Mi abuela, que era muy sabia, decia que: el dinero, era la carrera del infierno.

Los budistas dicen que el desear cosas, nos hace infelices, porque siempre queremos más.

Si pudieramos marcar límites al consumismo, vivir con lo justo y necesario, con austeridad, quizas seriamos más felices.

como siempre es un placer leer lo que escribes. saludos

Anónimo dijo...

Poderoso (el dinero), ciertamente, pero tan necesario…

Un gusto leerte. Saludos.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

el dinero, el poder van parejos al hombre...

Antonio dijo...

Pues sí, amiga Lola, es un medio. Por eso mantengo que es higienizante. Permite cubrir las necesidades básicas, las materiales, para dejarnos libre nuestra energía y ocuparla en otras cosas de más calado.
Un saludo

Antonio dijo...

Querida Susana, gracias por tus palabras. Esta es la primera de las tres partes en las que pienso desarrollar este tema de reflexión. Ahora colgaré la segunda. De todas formas es un tema complejo, en tanto los niveles de satisfacción de cada escalón son variables y depende de cada sujeto. Lo importante es, como dice Luna Llena, no dejarse apresar por el deseo de cosas superficiales, que acaban atrapándonos en una escalada estúpida de deseos materiales crecientes.
Un abrazo

Marian dijo...

Como en todo, los extremos son malos, y un extremo es el amor al dinero que se da en ciertas personalidades que aguardan una patología. Si lo material les da la seguridad que no obtienen de su interior, dice poco de su persona.
Un saludo, y feliz año!

Antonio dijo...

Hola Luna Llena. Muy interesante tu aportación. Tu abuela era sabia, pero yo digo que es una medicina, en las dosis adecuadas es curativo y en grandes dosis es un veneno. En cuanto a los budistas, dicen cosas muy interesantes y esta es una de ellas, pero nuestra sociedad está enfocada hacia lo contrario.
Saludos y gracias popr tu aportación.

Antonio dijo...

Gracias Salvador. Poderoso… aunque, yo pienso que el poder se lo damos nosotros creando su necesidad.
Un afectuoso saludo

Antonio dijo...

Interesante, amiga Mª Ángeles. En mis clases en la universidad, les decía a mis alumnos, en el tema de Conflicto y negociación, que el poder lo ostenta quien tiene aquello que uno necesita. Mientras más necesites algo más está dispuesto a dar a cambio.
Un saludo

Antonio dijo...

Hola Marian. Espero que hayas pasado unas excelentes fiestas. Comparto tu sabia opinión. Tal vez ese amor excesivo al dinero sea un intento irracional de llenar un vacío interior que solo se llena con los valores intrínsecos que hacen desarrollar a las personas.
Un saludo afectuoso

Peter Pantoja Santiago dijo...

Saludos Antonio, feliz 2010, ya estoy en Puerto Rico, espero que el 2010 sea pleno en mucha salud para que continues adelante, sinceramente deseaba quedarme mas tiempo, cuando se la pasa uno tan bien y tan a gusto desea quedarse, pero ya en unos dias toca trabajar nuevamente.

Un abrazo,

Peter

Antonio dijo...

Hola Peter, bienvenido a casa. Me alegra que tu estancia en España haya sido satisfactoria, como siempre. Te echaba de menos.
Veo que has cambiado la imagen de tu blog.
Un saludo afectuoso con mis mejores deseos para el 2010

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Pedro uno de nuestros guerreros del cáncer allá en España se ganó sus alas este pasado día de Reyes, así que nos duele su partido pero nos queda su legado de ser un buen guerrero que aún en medio de su enfermedad nunca dejó de sonreir.

Le hice mi homenaje en mi Blog de la Oficina:

http://ofcjvcc.blogspot.com

Un abrazo, y ya quizás en tres meses esté nuevamente viajando para Fallas de Valencia nuevamente.

Antonio dijo...

Mi sentido pesar por la marcha de Pedro, amigo Peter.
Un saludo

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, siempre tus interesantes reflexiones que son una clase magistral. Desde nuestras causas intrínsecas quizás conocemos nuestros propios límites, la satisfacción de las necesidades primarias o básicas, pero la sociedad nos presiona a través del consumo, con la idea de conseguir mayor bienestar a través de la adquisición de mayores bienes, somos bombardeados constantemente, queriendo decir que la misma sociedad conspira con nuestros deseos primigenios y nos crea necesidades ficticias que nos coloca, sin querer en la no satisfacción haciendo tambalear, aquellos deseos insatisfechos, convirtiendolos en necesidades. El asunto es tener la suficiente determinación para que ese deseo no complacido no se convierta en una necesidad insatisfecha. Un beso grandisimo, feliz domingo!!!!

Antonio dijo...

Gracias, Circe. Feliz domingo y suscribo todo lo que dices.
Un beso

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Querido Antonio.
Muy interesante el tema que nos traes a colación. Acabo de leer éste, y pasaré a leer los demás.
Sabes, yo no termino de creer en que exista una autorrealización en la cima de la pirámide. Creo que hay personas que se han imaginado la pirámide de una manera y cuando han llegado a la cima, se han encontrado que la felicidad, como el horizonte, siempre está más lejos.
Dicen los maestros orientales de sabiduría que la felicidad es un estado mental, emocional y espiritual del ser, que es un asunto más de organización interna que externa.
Creo que el dinero, su posesión, está íntimamente relacionado con el poder. Quien tiene dinero, tiene poder, y es el poder lo que queremos.
Está claro que el dinero o el poder, no dan la felicidad, porque el ser humano es, entre otras cosas, un ser espiritual, y no se llena lo espiritual con lo material, del mismo modo en que no se llena lo infinito con lo finito, pero también está claro que muchos querrían para sí esa clase de infelicidad, la infelicidad de llegar a la cima del monte y darse cuenta de que no es el fin, de que la felicidad soñada no estaba allí.
Es más sano para la mente, poder decir, soy infeliz porque me falta esto, pero seguramente será menos doloroso el decir: "Tengo el poder, tengo todo lo material y aún así, no soy feliz". Seguro que el que está en este punto, al menos podría intentar vivir como pobre, pero el pobre no podrá vivir como rico.
Bienaventurados los que han llegado a un estado mental en el que no necesiten nada, y no me refiero a esas personas ricas que dicen: "Yo no necesito nada". Pienso más bien en los monjes tibetanos, en esas personas que tienen muy poco, pero siguen pensando que tienen lo justo, o pienso en los indígenas del Amazonas. Nosotros los occidentales estamos perdidos, porque vivimos en una sociedad que se ha plagado al poder del dinero y nos mete en la cabeza su necesidad, nos empuja a ese abismo, en vez de salvarnos de él.
Te sigo leyendo. Un abrazo:
Tadeo

Antonio dijo...

Querido amigo Tadeo, gracias por tu comentario. Yo intento sostener que el dinero y todo lo material son elementos anejos que solo deben servir para la evolución psíquica, mental, espiritual, etc. del sujeto desde su interioridad. Otra cosa es que nos cuelen en la mente la posesión terrenal, el dinero y los placeres que se compran con él, dejando de lado los otros placeres que se establecen en la relación con en el entorno, con la naturaleza simple y llana.
No, el dinero no da la felicidad. Puede ayudar a conseguirla, pero la felicidad no se compra, se gana, se crea y se vive en el día a día, si es posible. La felicidad está en el camino, bajo mi punto de vista, es una forma de saber vivir la vida.
Un abrazo.

Belkis dijo...

El dinero sirve para adquirir lo necesario para la vida. No creo que da la felicidad, aunque entiendo que en este mundo tan materialista que hemos construido, facilita algunas cosas.
Pero en mi escala de valores te puedo asegurar que el dinero no ocupa un lugar preponderante.
Disculpa la tardanza en empezar la serie de artículos, pero con frecuencia voy mal de tiempo.
Un abrazo Antonio

Antonio dijo...

Amiga Belkis, el dinero ayuda a cubrir las necesidades y dejarnos libres para elevar otros valores más intrínsecos e importantes. Estamos de acuerdo.
Un abrazo

Hector dijo...

Hola como estas .. Soy un Joven que tiene cancer, Gracias A dios estoy excelente..
Loor a todos esos Guerreros que luchamos por estar aqui ,,
Hace un mes cree un blog para personas con cancer pero no lo se manejar..
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Dios Lo Bendiga siempre

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  Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en: https://xornaldegalicia.es/opinion/el-derecho-a-opinar-por-antonio-porras-cabrera https:...