Ante todo quiero agradecer los comentarios que cada uno ha ido colocando sobre las dos entradas anteriores. Era mi intención tocar el tema del dinero, dentro de la triada de los deseos típicos navideños de salud, dinero y amor. El debate está siendo interesante y han surgido otros temas que merecen mayor reflexión, que han manifestado lo poliédrica que es la vida, las interacciones y complejidades que se dan, entrelazando toda nuestra existencia, desde lo fisiológico hasta la elaboración mental o cognitiva de los estímulos, de las creencias, la espiritualidad, los principios, esquemas educacionales, las ideologías y todo lo relacionado con las evolución y proceso vital. De todas formas, pretendo plasmar algunas cuestiones o conclusiones que, bajo mi punto de vista y siguiendo el objetivo de este post, clarifiquen el objeto final de la exposición.
Entiendo el dinero como higienizante siguiendo la teoría de Herzberg. Su objetivo debe ser cubrir las necesidades básicas, dado el sistema comercial imperante, pero nunca es aconsejable que sea un fin en sí mismo. Indudablemente, el primer objetivo del sujeto es sobrevivir, después viene el realizarse.
Si bien es cierto que no todo el mundo necesita la misma cantidad de dinero, que los hábitos, los recursos, la personalidad y las culturas definen los límites, existen variables que pueden enmarcar un uso adecuado. La raya está en saber usarlo para satisfacer lo material y dejarnos en disposición de acometer otras empresas de mayor interés para el desarrollo personal, lo que implica un problema de priorización. Si priorizamos el dinero, al amparo de la avaricia y la codicia, aflora un desajuste entre los intereses reales del proceso evolutivo personal y la inmadurez deslumbrada que le pone freno a esta, bloqueando dicho proceso y creándose, pues, la iniquidad, la miseria, el hambre y las desigualdades al amparo del egoísmo insolidario.
La historia se ha fraguado desde la injusticia, la tiranía, el despotismo, la guerra y la rapiña, como ya he mencionado en alguna otra ocasión, en contraposición a los valores humanos y al respeto. Los grupos sociales, estructurados jerárquicamente, se enfrentaban a otros grupos en la lucha por los recursos y el ejercicio del poder. Pero el propio poder intragrupo era autoritario e irrespetuoso con los que se desviaban de las normas o las cuestionaban, con aquellos que se rebelaban contra la injusticia, que no aceptaban las deferencias jerárquicas y se sometían a los designios del poder.
El sistema capitalista es hijo de esa madre, se fundamenta en la desigualdad, en la explotación del asalariado por parte del capital, en la usura y la sutil sustracción, a bajo precio, de las materias primas para elaborar productos que se venderán al mayor precio posible. No importa que se deje sembrado el camino de injusticias. El dinero no tiene moral porque el usurero tampoco la tiene.
Ese poder asimétrico lleva inherente el mantenimiento de la pobreza. Para ello es imprescindible controlar los recursos que necesitan los otros para subsistir. De esa forma, el pobre lucha por cubrir sus necesidades y se humilla ante el poderoso, poniéndose a su servicio con tal de que le suministre esos recursos que precisa para su subsistencia.
No le interesa, al poderoso, desarrollar el intelecto del pobre para que le cuestione su capacidad de dirigir y protegerlo. El pobre, falto de recursos intelectuales y materiales, se someterá a la protección de su señor para que este, con mejor criterio, le ampare ante las vicisitudes de la vida. Esto fue así hasta que se destaparon las conciencias y denunciaron esta infamia. Desde entonces andamos en la lucha por intentar implantar un sistema más justo y equitativo; pero la resistencia del poder, al amparo de la manipulación de las conciencias, la alienación y el uso de los medios de comunicación y los procesos educativos que imparten sus aliados, que usan como instrumentos, parece más efectiva.
No han funcionado los intentos revolucionarios por las armas, derrocamientos e instauraciones de ideologías que pregonaban la igualdad y la justicia, eso es evidente, aunque han sido un revulsivo importante. En todo caso, el sistema democrático ha mejorado la calidad de vida del ciudadano medio. Pero el fondo sigue siendo la educación, la formación e incremento de capacidades de discernimiento de los sujetos, el desarrollo de la inteligencia y sus potencialidades desde un sistema social justo y centrado en el ser humano, en lugar de en “las cosas”. El control de la educación es clave, por eso se resisten a la instauración de la asignatura EpC. Porque el poder, en última instancia, reside en la inteligencia y el conocimiento.
De todas formas son sibilinos. Permitidme una anécdota. Recuerdo una ocasión en que discutíamos de la injusticia distributiva, de las desigualdades y derivados. Un sujeto de poder adquisitivo superior, es decir ricachón, me sugirió que repartiera con los pobres mi patrimonio: “Dale tú lo que tienes si tanta justicia quieres”. Es esa eterna patraña que suelen emplear para descalificar los discursos reivindicativos. Mi respuesta fue: “Yo creo que los demás deberían estar como yo estoy, si les doy lo mío me sumaré a su pobreza, y tú seguirás siendo rico, pero si se lo das tú, ellos estarán como yo ahora y tú también… seremos más iguales”… Pues el jodido me retiró el saludo por una temporada.
Estas son algunas de mis conclusiones, de mis reflexiones finales, pero seguro que todo el que haya pensado sobre el asunto debe tener una visión personal muy interesante de esa vida poliédrica a la que me he referido. De todas formas, tengo la sensación de haberme vuelto a enrollar en exceso, pues cuando las neuronas comienzan su proceso es difícil pararlas. Disculpad, una vez más, pero solo he seguido el curso de mi pensamiento y sigo teniendo la sensación de haber obviado cosas importantes… el pensamiento sigue su curso…
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El video es muy espresivo:
Entiendo el dinero como higienizante siguiendo la teoría de Herzberg. Su objetivo debe ser cubrir las necesidades básicas, dado el sistema comercial imperante, pero nunca es aconsejable que sea un fin en sí mismo. Indudablemente, el primer objetivo del sujeto es sobrevivir, después viene el realizarse.
Si bien es cierto que no todo el mundo necesita la misma cantidad de dinero, que los hábitos, los recursos, la personalidad y las culturas definen los límites, existen variables que pueden enmarcar un uso adecuado. La raya está en saber usarlo para satisfacer lo material y dejarnos en disposición de acometer otras empresas de mayor interés para el desarrollo personal, lo que implica un problema de priorización. Si priorizamos el dinero, al amparo de la avaricia y la codicia, aflora un desajuste entre los intereses reales del proceso evolutivo personal y la inmadurez deslumbrada que le pone freno a esta, bloqueando dicho proceso y creándose, pues, la iniquidad, la miseria, el hambre y las desigualdades al amparo del egoísmo insolidario.
La historia se ha fraguado desde la injusticia, la tiranía, el despotismo, la guerra y la rapiña, como ya he mencionado en alguna otra ocasión, en contraposición a los valores humanos y al respeto. Los grupos sociales, estructurados jerárquicamente, se enfrentaban a otros grupos en la lucha por los recursos y el ejercicio del poder. Pero el propio poder intragrupo era autoritario e irrespetuoso con los que se desviaban de las normas o las cuestionaban, con aquellos que se rebelaban contra la injusticia, que no aceptaban las deferencias jerárquicas y se sometían a los designios del poder.
El sistema capitalista es hijo de esa madre, se fundamenta en la desigualdad, en la explotación del asalariado por parte del capital, en la usura y la sutil sustracción, a bajo precio, de las materias primas para elaborar productos que se venderán al mayor precio posible. No importa que se deje sembrado el camino de injusticias. El dinero no tiene moral porque el usurero tampoco la tiene.
Ese poder asimétrico lleva inherente el mantenimiento de la pobreza. Para ello es imprescindible controlar los recursos que necesitan los otros para subsistir. De esa forma, el pobre lucha por cubrir sus necesidades y se humilla ante el poderoso, poniéndose a su servicio con tal de que le suministre esos recursos que precisa para su subsistencia.
No le interesa, al poderoso, desarrollar el intelecto del pobre para que le cuestione su capacidad de dirigir y protegerlo. El pobre, falto de recursos intelectuales y materiales, se someterá a la protección de su señor para que este, con mejor criterio, le ampare ante las vicisitudes de la vida. Esto fue así hasta que se destaparon las conciencias y denunciaron esta infamia. Desde entonces andamos en la lucha por intentar implantar un sistema más justo y equitativo; pero la resistencia del poder, al amparo de la manipulación de las conciencias, la alienación y el uso de los medios de comunicación y los procesos educativos que imparten sus aliados, que usan como instrumentos, parece más efectiva.
No han funcionado los intentos revolucionarios por las armas, derrocamientos e instauraciones de ideologías que pregonaban la igualdad y la justicia, eso es evidente, aunque han sido un revulsivo importante. En todo caso, el sistema democrático ha mejorado la calidad de vida del ciudadano medio. Pero el fondo sigue siendo la educación, la formación e incremento de capacidades de discernimiento de los sujetos, el desarrollo de la inteligencia y sus potencialidades desde un sistema social justo y centrado en el ser humano, en lugar de en “las cosas”. El control de la educación es clave, por eso se resisten a la instauración de la asignatura EpC. Porque el poder, en última instancia, reside en la inteligencia y el conocimiento.
De todas formas son sibilinos. Permitidme una anécdota. Recuerdo una ocasión en que discutíamos de la injusticia distributiva, de las desigualdades y derivados. Un sujeto de poder adquisitivo superior, es decir ricachón, me sugirió que repartiera con los pobres mi patrimonio: “Dale tú lo que tienes si tanta justicia quieres”. Es esa eterna patraña que suelen emplear para descalificar los discursos reivindicativos. Mi respuesta fue: “Yo creo que los demás deberían estar como yo estoy, si les doy lo mío me sumaré a su pobreza, y tú seguirás siendo rico, pero si se lo das tú, ellos estarán como yo ahora y tú también… seremos más iguales”… Pues el jodido me retiró el saludo por una temporada.
Estas son algunas de mis conclusiones, de mis reflexiones finales, pero seguro que todo el que haya pensado sobre el asunto debe tener una visión personal muy interesante de esa vida poliédrica a la que me he referido. De todas formas, tengo la sensación de haberme vuelto a enrollar en exceso, pues cuando las neuronas comienzan su proceso es difícil pararlas. Disculpad, una vez más, pero solo he seguido el curso de mi pensamiento y sigo teniendo la sensación de haber obviado cosas importantes… el pensamiento sigue su curso…
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El video es muy espresivo:
32 comentarios:
“Yo creo que los demás deberían estar como yo estoy, si les doy lo mío me sumaré a su pobreza, y tú seguirás siendo rico, pero si se lo das tú, ellos estarán como yo ahora y tú también… seremos más iguales”
Jaja, jomío, Antoñito, cómo se te ocurre exponerle con tol morro esas ideas rojeras a un rico en sus narices :-DDD pos claro que te retiró el saludo, jajaja. Precisamente por ser justas, ese manifiesto marxista reducido no le interesa al que más tiene. Y te digo lo q te digo otras veces. Que si nosotros fuéramos ricos, como también somos humanos (osá, unos bichos malos) seguramente acabaríamos haciendo lo mismo que ellos. Somos así de joíosporcu...
Habla usted de ilustre madre, señor profesor. Un gusto leerle, comprenderle, compartir sus ideas -casi todas- y dejarle un beso que le deje tiritando. Tomayá! Muacs!
Antonio, me tienes agotada, no de leer sino de lo que llegas a escribir, como te puede ser tan fácil hacer un tema en tres capítulos !! Con lo que me cuesta a mi arrancar, que suerte tienes mi alma.Te dejo y me voy al sofá de lo cansada que me has dejado...besos querido amigo.
Hola Ana, mi amor, si es que tenemos que procurar que la gente no se haga rica, para que no se pervierta, jajaja... Pero es que el jodido quería que nos repartiéramos la miseria, la pobreza, mientras el muy cabroncete se quedaba con la riqueza.
Me gusta que no compartas todas mis ideas, aunque sean muchas las que nos acercan, eso quiere decir que me faltan más cosas por descubrir.
Un beso, solete, que tiritando ya andamos con el frio de coj... que haces por estos y otros lares. Que el dinero no nos lleve a la perversión, pero que no nos falta para bien vivir.
Geni, reconozco que tengo un problema gordo. Siempre ando rumiando pensamientos y dándole vueltas al coco. Desde que me tocaron la hipófisis y me dejaron con los ejes hormonales alterados parece que el flujo mental se ha incrementado hasta el agobio. Pienso, luego existo... pienso mucho, luego ¿existo más? o será que vuelo fuera de la realidad cotidiana.
Hazme un lado en el sofá que yo también necesito descansar... ¿Ponemos la tele para que nos sorba el coco? jejeje...
Un beso y descansa, mi niña...
Por Dios, a mi bórrame de la tele. Contigo aprendo y ella me idiotiza. La elección es sencilla.
Lástima que amistades peligrosas se separaran, siempre hacían cosas que inducían a pensar.
Jolin,Antonio,qué grado de exposición y razonamiento.
Esta vez,ni un pero que poner.
Currado y muy certero
Me encantan tus entradas por lo bien elaboradas y razonadas que están.
Es todo un placer leerte.
Un fuerte abrazo y que no decaida porque aquí vendo a aprender
Gracias María Jesús, por tus palabras. Nos borramos de la tele. Yo soy muy selectivo para verla.
A mí me encantaba Amistades Peligrosas, tengo casi toda su discografía.
Un beso y espero que el crudo invierno de respete a ti y a tus queridos animales.
Felipe, gracias pore tu comentario. Esas cosas motiva intrínsecamente, más que el dinero. Lo malo es que siempre me quedo con la sensación de dejarme muchas cosas en la cartera.
Un abrazo y esta es tu casa virtual para llevarte y traer cosas.
Yo con retraso y es que desde mi vuelta poco a poco me voy incorporando a la blogosfera. Pero estoy de acuerdo con Felipe, tus entradas son impresionantes por lo certeras, lo trabajadas, lo fantásticamente expuestas.
Un placer venir a tu casa.
Un beso
Un verdadero gusto, leer tu entrada. Dices que piensas mucho y no sé se es mucho o no, pero sí que es bien.
Por lo menos para mi gusto. Es un placer encontrar pensamientos, que coiciden básicamente con los nuestros. Ayuda, relaja y nos da esperanza.
Un abrazo.
Querido Antonio:
Le diste al rico donde le dolía, jejeje. No sé cómo te has atrevido, jejeje.
Hay personas que no son más que su dinero, e invitarlos a renunciar a él, es como si les dijeras que se cortaran un brazo.
Yo creo que hoy por hoy, el ser humano está en condiciones de distribuir mucho mejor la riqueza. Lo que sucede es que hemos creado una maquinaria infernal de hacer dinero, que nos ha enfermado. El poder, el dinero, es tan poderoso, que perdemos la cabeza en cuanto lo tenemos. No es cuestión de personas, sino de la posición social, porque salvo raras excepciones, las personas responden, tal cual lo dijera Marx, en función de su condición social.
(La gente piensa, según vive)
Yo lo he podido comprobar en mi propia piel, pues viví en Cuba y ahora vivo en España. He vivido dos vidas diferentes a nivel material y mi percepción del valor del dinero ha cambiado radicalmente.
Concluyendo, tal vez la racionalidad humana, la inteligencia humana no sea suficiente para salvar el mundo. El sistema debe cambiar, pero seguramente los cambios se producirán por revoluciones sociales, en el que se enfrenten unos y otros, porque los que tienen el poder, prefieren morir antes que entregarlo mansamente.
Un abrazo.
Tadeo
Carmen, aunque llegues con retraso siempre serás bienvenida a esta casa virtual. Me gusta compartir mis entradas con las tuyas, así serán más certeras luego.
Un beso y que tengas buen año
Izara, bienvenido y gracias por la visita y comentario. Somos muchos los que nos vamos acercando en el pensamiento mediante la comunicación libre y el intercambio de opiniones y visiones de la vida. Para ello nos desprendemos de la intransigencia y nos acoplamos en la tolerancia y la aceptación de la diversidad enriquecedora. Las ideas acabarán con las fronteras que frenan la comunicación y el entendimiento, que cortan y dividen en lugar de acercar.
Un abrazo y que el frío navarro sea leve, que debe hacer una buena rasca estos días.
Tadeo, me viene a cuento lo que le comenté a Ana: …si es que tenemos que procurar que la gente no se haga rica, para que no se pervierta, jajaja...
Hay un refrán que dice: “Donde fueres haz lo que vieres”. Al fin y al cabo realizamos un proceso de socialización desde que nacemos. Estamos siempre acoplándonos al grupo, con las variaciones que se quieran considerar, pero el entorno define las conductas aceptables y reprobables, en gran medida. Si eres rico te comportas como rico, pues por eso y para eso has llegado a rico, sino no existirían los ricos. Otra cosa es frenar el proceso de distanciamiento entre ricos y pobres hasta reducirlo a la nada, con lo cual ya no habría ricos, pues la riqueza y la pobreza se mide por comparación entre ellas.
Un abrazo, caballero pensante.
mi suegro decia que cuando se encontrara una cabeza bien amueblada, no deberias alejarte de su lado... eso me pasa a mi contigo, te sigo como los ratoncillos del flautista.
Buena semana, amigo
Mª Ángeles, es una de las cosas más bonitas que me han dicho. Gracias.
Ya resulta de persona inteligente afrontar la problematica del dinero en el inicio de un nuevo año.Realmente todos necesitamos menos de lo que tenemos pero esta sociedad alienante en la que vivimos nos hace ser como no queremos ser.Yo admiro al que es c apaz de desprenderse y a gente como tu que alejada de la vida laboral emplea su tiempo tan sabiamente .Gracias Antonio y espero cuando envejezca un poco mas intentar parecerme a ti.Me adhiero totalmente al piropo de mi adolatrada Cantalapiedra.
Gracias Juan Antonio, por formar parte de esta familia de inquietudes y ansias de superación. Algún día conseguiremos una mejor convivencia desde la maduración de los seres humanos.
Un abrazo
Años sin escuchar 'Amistades Peligrosas'...
Lo dicho, hay que incendiar todo nuestro dinero.
Saludos
Me quedan esperanzas de encontrar seres pensantes, y no robots que copian ideas y las reparten como propias. Larga exposición, pero valió la pena la lectura.
Te envio un fuerte abrazo, desde un cálido estío en Santiago de Chile.
http://secuenciasdelalma.blogspot.com/
El dinero abre todas las puertas menos las del corazón.
Excelente tema y tratado de manera magistral.
Un abrazo Antonio
Dragón, yo tengo en mi ordenador casi todas las grabaciones de Amistades Peligrosas. Me gustaban y lamenté su separación.
El dinero he decidido gastarlo, quemarlo en sentido figurado, pero razonablemente…¿Cómo será razonablemente?
Un saludo
Hola Taty, gracias por tu vista y comentario.
Otro fuerte abrazo desde este lluvioso y gélido invierno andaluz.
Curiosamente, querida Belkis, la puerta del corazón da acceso a la esencia de la vida. El dinero pone el envoltorio.
Un abrazo
Antonio, yo pienso que deberian darle a los pobres lo que les sobra a los ricos.
Lo justo sería equiparar la riqueza del País,repartir, claro que si los ricos no dan ni los buenos días, como pensar que daran la mitad del patrinonio a los necesitados?
De estos desajustes la culpa la tiene el Gobierno, permite que unos se enriquezcan como también permite que otros se empobrezcan hasta dar vergüenza ajena.
Eso siento yo, vergüenza y compasión cuando veo a la gente que se queda en el paro y no tiene suficiente para llevar una casa y una familia con todos sus gastos.
Los males si no se cortan de raíz, ya tienen mala solución, porque los parches nunca fueron buenos.
En los países materialistas luego pasa el efecto dominó, cae uno y caen todos, y eso nos está sucediendo ahora, que vamos a ver cada día más gente pobre.
Yo pienso: "si no lo arreglo para que voy a hablar de ello".
A mi ya me gustaría meter unas tijeras y cortar por aquí y por allí, iba a dejar yo el Mundo repelado y más guapo de lo que está, pero claro yo no hago magia.
Sigue reflexionando Antonio
Besos
Es verdad, Marian, que no podemos hacer mucho, es decir casi nada o nada, solo concienciarnos y sembrar conciencia. Tal vez si tomamos esa conciencia no permitiremos que nos coman el tarro tan fácilmente los que pretenden mantener esta situación. El asunto es complejo, pero fíjate que estamos en una crisis económica importante producida por los especuladores, y la están pagando los de siempre, los que se quedan sin trabajo, los que tienen pocos recursos. A la banca le dan pasta para salvarla y seguir haciendo lo mismo.
Un saludo
Hola, Antonio, he venido leyendo en estos días tus tres capítulos sobre el tema del Money, money, algo tan interesante y adorado por todos, y me ha impactado la frase que resalta Ana, ésa donde demuestra que nunca nos creemos lo suficientemente ricos como para compartir, y solo esperamos que lo hagan los demás. Emilio Botín, declaraba en una entrevista en la que le preguntaron cómo podía un hombre llegar a amasar la fortuna que él tenía, y Botín respondió: «Llevo trabajando toda mi vida». Como si nosotros hubiéramos pasado la nuestra tumbado en una hamaca, abanicado y masajeado por una bellísima morena caribeña o rubia sueca (a elegir).
Según tu frase, Isabel Preysler o Julio Iglesias o las Koplowicht también podrían decir que no desean otra cosa que todos fueran como ellos, y que si reparten lo que tienen ellos serían pobres como los otros, y que son los ricos como Bill Gates, Warrent Buffett, Ingvar Kamp (IKEA), la Reina de Inglaterra, el dueño de Zara, o la Duquesa de Alba los que debieran compartir con los pobres sus riquezas
Lo cierto es que cuando miramos alrededor se nos llena la boca de bellas frases y tranquilizamos nuestras conciencias entregando un donativo de 50 euros a Médicos sin frontera o ADENA, que luego podemos desgravar a Hacienda; o visitando delante de las cámaras a los niños de un orfanato u hospital infantil, como hacían siempre los reyes y nobles y ahora hacen los futbolistas; pero jamás compartiríamos con otros lo que tenemos a partes iguales. Eso, que lo hagan los ricos.
No nos damos cuenta de que para miles de ancianos que apenas pueden sobrevivir con sus míseras pensiones, los mil euristas son ricos; para los mil euristas, los despedidos de General Motors o Astilleros españoles que cobran 2 000 euros de prejubilación con cincuenta años, son ricos; para éstos, los funcionarios, alcaldes y diputados que cobran seis mil euros mensuales son los ricos… Siempre vemos la riqueza que se debería de compartir en los otros, deseando, cómo no, que el mundo viviese tan bien como vivimos nosotros. Reconozcámoslo, como dice Ana: los humanos somos egoístas por naturaleza.
Todo lo demás, son buenas intenciones y frases hechas.
Tu exposición ha sido impecable, cada vez que te leo aprendo mucho, y me maravillo de tu facilidad de palabra y tu mente tan ordenada que puede transmitir de forma amena, sencilla y clara tus conocimientos sobre temas tan profundos. Gracias por compartirlos. Un abrazo.
Amigo Juan, tu comentario me parece impecable. Es cierto lo que dices y sostiene Ana. Todos podrían expresar la frase que yo dije, pero para que esa no fuera una excusa propongo unos planes, una estrategia (mira que somos incautos, como si ello fuera factible...). Bueno, mis propuestas consisten en: empezar por las 100 fortunas mayores del mundo. Hacienda los identifica cada año y se les exige el reparto con los más pobres. Esto irá, año tras año, acercando los niveles. Otra idea: Cada uno debe tener derecho a aquello que genera de riqueza. Las herencias no son el esfuerzo del trabajo individual y, por tanto, no merecidas. Que se valore el que ese producto deba ser heredado por el conjunto de la sociedad en lugar de por los herederos actuales, o al menos en gran parte. Como trasfondo, el derecho del ser humano a nutrirse, alimentarse y vestirse con garantía y calidad de vida…
¿Dónde están los instrumentos para ello? Seguramente en la actuación de nuevas leyes que antepongan el bien común a lo particular, jajaja… Claro todo esto es broma. Sabemos que para hacerlo se ha de cambiar la propia filosofía social que impera y los planteamientos políticos, la conciencia humana y los principios y valores que han instaurado y soportado el sistema a lo largo del tiempo. Por eso cuento la anécdota, que denota esa posición a que aludís.
De todas formas el objetivo de este post no es ese, sino tomar conciencia individual del valor real del dinero, reivindicar la cobertura de unas necesidades básicas y evitar que este nos bloquee el desarrollo personal haciéndonos sus servidores, como el dios que viene siendo a lo largo de la historia. O sea, que la codicia y la avaricia den paso a una sociedad más humanitaria por convencimiento de todos y cada uno de sus componentes. Entonces puede que se pueda aplicar la receta que doy. Es una utopía, pero en el horizonte están los faros que nos guían.
Un saludo, amigo, y gracias por tus comentarios
Más que repartir lo de los ricos lo que se deberia es dar oportunidades a todos, un medio de vida y desarrollo a paises que carecen de todo.
Marian
Pues sí,Marian (anonimo), lo del reparto es una forma de hablar. Si hubiera justicia social, respeto a los recursos ajenos y se apoyara el desarrollo sostenido de las zonas deprimidas, seguramente se llegaría a una situación de menor pobreza. Al fin y al cabo ese es el justo reparto de la riqueza en contraposición al expolio.
Un saludo
Que lindas letras buscando nuevos blogs te encontré besos
Recomenzar, gracias por tus palabras. Marcho a conocerte a tu casa virtual.
Un saludo
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