jueves, 14 de enero de 2010

La muerte es cobarde




La muerte es cobarde porque siempre se ceba con los débiles, con los indefensos, con los marginados, enfermos, hambrientos, pobres, ancianos… Arrebata la vida a los menos desarrollados, a los sin recursos.

A los poderosos le tiene miedo. A ellos obedece. La mandan a los sitios más inusitados a ejercer su innoble oficio. Se embriaga en la sangre de la guerra, montada en el caballo de la sinrazón, se carcajea con el hambre de los desheredados, se vanagloria de su poder ante los enfermos, se mofa de los ancianos… Pero con ellos no puede. Los ha de esperar al final, cuando ya están viejos y decaídos, cuando Cronos se le alía al cumplir el ciclo de la vida. Mientras tanto no se atreve con ellos, con los poderosos y ricos. Solo se permite, montada en la idiocia de una vida hedonista, acechar en la curva de una carretera, oculta en una botella de alcohol o dosis de sustancias prohibidas, para arrebatar furtivamente una vida joven del civilizado mundo.

Solo hace falta darse una vuelta por el planeta. La esperanza de vida al nacer lo dice todo. Según dónde, nada más nacer la ves venir merodeando amenazante. La conocerás por el entorno. Siempre va acompañada de miseria, enfermedad, desamparo, hambre y necesidad, de conflictos y de mala calidad de vida. Detrás de ella se nota la sonrisa de los otros, de los que la resisten y dominan, de los que, sabiéndote sufridor, se vanaglorian de su privilegio y de sus recursos para afrontarla. Ellos son los poderosos, los que la doblegan, los que solo se entregan cuando el dios Cronos les amenaza.

Lo grave, amigos míos, es que cuando se cabrea lo paga con los más débiles. Con aquellos con los que puede. Es esa cobardía de actuar con el sumiso, con el vencido, con el decrépito y humillado… Así se siente poderosa, como le enseñaron sus padres: “Yo soy más mientras tu seas menos”.

En estos días nos ha hecho una exhibición de su fuerza. Ha arrasado Haití, el país más pobre de Latinoamérica. Qué cobardía. Se cebó en un pobre pueblo cargado de miseria y necesidad. Ahora nos toca a los demás ser solidarios, ayudar a superar la situación insuperable. ¿Podremos o sabremos desviar los dineros que le dimos a la banca para su salvación económica, hacia la salvación de esa gente, que son más importantes? O tal vez, el dinero se aferre desesperadamente a sus dueños, teniendo miedo unirse a la miseria de ese pueblo y se niegue a ir…

Esta muerte miserable y cobarde me persigue a mí y a todos. De momento yo soy más rápido, pero ella se sabe ganadora, por eso me deja una vida por delante, una vida de ventaja. Al final sucumbiremos, incluso esos prepotentes y caprichosos sujetos que la burlan con su poder terrenal. Nuestro final está en el mar, allí van a diluirse todos los ríos perdiendo su identidad. No piensen, señores, que la van a esquivar siempre… Todo lo que nace muere.

Este es mi homenaje a ese pueblo que sufre en sus carnes un desastre natural potenciado por su pobreza, el pueblo haitiano. Por cierto, os exhorto a colaborar con alguna ONG o sistema de ayuda para hacer más llevadera la situación.

47 comentarios:

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Querido y admirado Antonio, la muerte es cobarde si ,pero nos iguala a todos.Seria el colmo de la injusticia que solo se murieran los pobres.A muchos poderosos les sorprende en plena juventud enterrando sueños de gloria y triunfo que son efimeros como la vida.
Los que somos verdaderamente cobardes somos nosotros que consentimos las desigualdades,que personas vivan en la mas absoluta pobreza.Este terremoto ha puesto de manifiesto la suma pobreza,las casas infrahumanas que se caen , las malas condiciones higienico-sanitarias ,las agudas diferencias que aun pululan por el mundo.
Los desastres naturales arrasan pero mas lo que se cae con facilidad.
Ahora seremos solidarios,pero se ha necesitado sangre y muerte para que seamos generosos.Que pena en lo que se esta convirtiendo esta humanidad.En la medida que nos sea posible colaboremos,pero tambien hagamos lo posible por convertir este mundo en algo mejor.Gracias Antonio por ceder espacio a la solidaridad humana. como decia Teresa de Calcuta ,miles de gotas de agua forman el mar.

Antonio dijo...

Pues sí, Juan Antonio. Cada uno somos una gota de agua y solo podemos actuar directamente sobre esa gota e indirectamente sobre la conciencia de las demás. Paliar la miseria con la caridad es solo un parche, la solución final está en actuar sobre el fondo del problema, como tú bien dices, y hacer un mundo más humano, justo e igualitario.
Un saludo

Felipe Medina dijo...

Y vuelta a la noria.Y vuelta a empeza y sies que se paróa alguna vez.

los más desiguales,los desheredados,los pobres,los miserables de la miseria siempre son la muerte de la vida,la hojarasca desbrozada por dónde la higuera empieza a deshacer el nudo insolente y cabal de la agonía perpetrada.

La rueda,la noria gira vapuleando los sarcasmos residuales de la avaricia.

Un abrazo y gracias por sentirte solidario con la vergüenza.

Mar dijo...

Es un dolor muy grande ver las noticias y ver como siempre paga el mas indefenso...

Besitosss

mariajesusparadela dijo...

La muerte va adonde le dan facilidades, pero no es este el caso: por lo que he leído, los mejores edificios también quedaron destruidos.
La muerte no perdona ni respeta nada ni a nadie.

MarianGardi dijo...

Antonio, la muerte es el rasero del pueblo, y la única verdad de la que huimos.
Este terremoto ha sido un lamentable
zarpazo de la naturaleza.
¿Y cuantos nos quedan por recibir con esto de los cambios climáticos?
Es impredecible.
La muerte sólo viene a recogernos cuando suceden estos ataques de la naturaleza, cuando sufrimos accidentes, o cuando nos degeneramos por enfermedad o vejez.
Un abrazo y mi solidarización con el pueblo de Haití.

MarianGardi dijo...

Ah! Y que también se lleva a los ricos, gracias a Dios, de la muerte no escapa nadie, ni jóvenes, ni ricos.
¡¡Sólo faltaría ya que la muerte no fuera para todos igual !!
las diferencias pueden estar en el cuidado sobre la enfermedad, pero no la muerte.
La muerte no se vende que yo sepa, ni se compra.
Un beso y continua entregándonos tus reflexiones en riquecedoras

Ana Márquez dijo...

Yo se lo decía ayer a mi madre: "a ver cuándo coño nos enteramos de que un terremoto le ha derrumbado la mansión a Julio Iglesias o Barbra Streisand o a Tom Cruise o alguno de estos que nadan en billetes y tienen casas-castillos que son un insulto en un mundo tan desgraciado como éste... A ver cuándo...." No es que yo desee que se le derrumbe la casa a nadie (sobre todo por miedo al Karma que después lo que deseas te viene de frente :-)sólo me faltaba que se me cayera el techo encima para acabarme de arreglar) pero, qué demonios, siempre le toca la china a los mismos.... ¿Los últimos???? Los últimos serán los últimos, siempre.

Perdón por la palabrota del principio, Antonio. Estoy que muerdo...

Besitos

Antonio dijo...

Sí Felipe, no a todos los afecta por igual, aunque la tierra se mueva para todos. Son unos días tristes…

Antonio dijo...

Mar, como bien dices, el más indefenso. Pero el más indefenso es el que menos tiene para protegerse, el pobre…
Besos

Antonio dijo...

Ciertamente, María Jesús, la muerte pulula por doquier, pero ataca más al que menos se resiste, al más vulnerable. Aunque todos llegaremos al final…

Antonio dijo...

Pues sí, Marian, nadie escapa. La muerte nos persigue a todos pero le es más fácil atrapar al que va caminando, que al que pasa montado en un Ferrari; al pobre y sin recursos, que al que tiene recursos para tratarse médicamente. Aunque, como yo digo, al final, todos vamos a parar al mar y acabamos diluidos allí. Por eso digo que Cronos decide al final.
De todas formas, la muerte no es lo mismo que se presente debajo de una casa derruida, que en una cama…
Un beso

Antonio dijo...

Pues fíjate, Ana, que en Japón se dan niveles iguales o superiores en esa jodida escala de Richter y no se produce una catástrofe como esta ni de coña…
Hay más pasta, se construye con técnicas antisísmicas y se salva el personal de esta terrible situación. Lo dicho, la muerte llama a la puerta pero no se le abre, pues tienen puerta blindada, mientras que la chabola anda sin puerta…
Besos

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Completamente pensando coherentemente y con igualdad de criterios y valores humanos, acabo de exponer una entrada en mi Blog y ahora al entrar en la tuya reafirmo lo que escribi!!

Un abrazo y que mucha salud llegue en 2010 para que continues ayudando en la sanación de las naciones a través de cada entrada de Blog.

Peter

Jose Antonio Cabrera Ramirez dijo...

Te pensaba dejar un comentariom sobre Haití pero compruebo que ya lo has hecho.
Un abrazo

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Homenaje certero, mi querido Antonio yo no dejo de pensar en que si Dios existe como se ceba así con sus hijos...

JUAN PAN GARCÍA dijo...

He disfrutado mucho con la lectura, Antonio, y me quedo pensado en ello con una mezcla de rabia impotente y de dudas acerca de la actitud humana, de la justicia divina y la natural. Sobre todo por lo acuciante del tema, de la forma de ayudar a este desgraciado pueblo.
Resulta, como he leído en algún comentario, que sólo nos acordamos de la solidaridad cuando ocurren desgracias tremendas: hace falta que mueran cien mil personas para que el mundo se movilice, tal vez pensando en que nadie está libre de riesgos y se dicen: “Hoy por ti, mañana por mí”. Hasta hoy, la muerte nos iguala a todos, ricos y pobres; pero es bien cierto que con unos se muestra más dulce que con otros, y sobre todo, cuanto un ser se muestra más inhumano, asesino y dañino para sus semejantes, más años de vida y muerte digna le concede. Los dictadores suelen morir en su cama cuando ya están cansados de la vida porque ésta se les hace pesada y desagradable a ellos mismos. Es como si la muerte acudiese en su ayuda para evitarle sufrimientos. Cito como ejemplos a Franco, Pinochet, Boncasa, Papa Doc, Salazar…
Dudas acerca de la justicia divina porque nunca he visto una catedral, templo , mezquita o de cualquier otra índole arrasada por un terremoto o por la guerra, Ciudades importantes fueron completamente destruidas por los bombardeos en anteriores contiendas, y siempre, sobre las ruinas emergían, indemnes, los campanarios.
En este pueblo haitiano, nadie se ha preocupado de que desde que Duvalier (Papá Doc) accedió al poder en los años sesenta, el pueblo ha visto sus derechos masacrados, los disdentes torturados y asesinados por el batallón creado para tal fin: “Los Leopardos”.
Familias enteras que cruzaban la frontera con R, Dominicana para escapar a la torura o al hambre, y sin embargo, Francia, la que pregona Liberté, Egalité, Fraternité, ha ayudado y protegido a esta familia de asesinos corruptos durante su mandato y concediéndole asilo cuando eran depuestos. Una familia que, al igual que todas las de los dictadores gobernates en la actualida, se quedan con el 70% de las ayudas humanitarias que envían las ONGs y la ONU.
Ante esa realidad me quedo con la duda de si debo enviar una cantidad de dinero sabiendo que mi modesta aportación no llegará a las manos de quien lo necesita y en cambio, enriquecerá aún más a la familia del dictador de turno; y que el pobre seguirá tirado en el suelo hasta morir de hambre y enfermo. Estoy seguro, segurísimo, que lo primero que harán con la ayuda internacional, será reconstruir el palacio presidencial, ese que la justicia natural, para no hacer distingos, ha querido destruir como un edificio más de la isla.
En fin, perdona por el exceso, pero es que estas cosas me indignan.¡Que no haya un control exhaustivo del reparto de las ayudas, con tantos medios modernos como se dispone hoy día para otras cosas, como para fines militares!

Un abrazo

Antonio dijo...

Peter, visité tu blog y te dejé un comentario al respecto. Tú, que vives la tragedia de cerca, puedes comprenden mejor que nadie sus causas y sus efectos.
Un abrazo

Antonio dijo...

José Antonio, pasé por tu blog y leí tu escrito dejando un comentario. La impresión ante la tragedia nos une a todos un poco más… pero después qué pasará?
Un abrazo

Antonio dijo...

Querida amiga Mª Ángeles, ante estas circunstancias se plantea uno muchas cosas, pero sobretodo la sinrazón que rige el mundo… y si Dios existe, por definición, lo incluyo en esta sinrazón.

Antonio dijo...

Amigo Juan, interesante, certero y amplio comentario el tuyo. Cargado de razón crítica y seriedad. Yo siempre ando con cierta reticencia ante estas ayudas y solo creo en parte de las ONGs, siempre con cierto recelo, pues hasta ellas han de pagar a los dictadorzuelos de turno para poder ejercer su trabajo de ayuda a los más desfavorecidos.
El problema de Haití merece un aseria reflexión internacional, al igual que otras muchas situaciones, pero…
Un abrazo

Lola Mariné dijo...

Una terrible tragedia, Antonio.
Ver las imagenes en televisión es sobrecogedor.
La naturaleza, de vez en cuando, nos pone en nuestro sitio. Lastima que siempre se cebe con los mas debiles, como bien dices. Mas que nada, porque ellos no tienen los medios para tomar las medidas necesarias, y eso es lo que deberia preocupar a este mundo globalizado.
Me uno a tu homenaje.

El Pinto dijo...

Cierto Antonio es triste, y más cuando es evitable.
Da pena que no se utilicen los medios técnicos existentes para evitar lo previsible.
Solidaridad
Si apetece leer mi comentario:
http://el-pinto.blogspot.com/2010/01/munilla-un-payaso-para-llorar.html

Antonio dijo...

Querida Lola, ciertamente, la naturaleza intenta ponernos en nuestro sitio, pero tiene más éxito con los pobres y desamparados que con los ricos... ya vemos como son las cosas...
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, El Pinto, por tu visita y comentario. Ya pasé por tu blog y te dejé un comentario al respecto. Es un placer invitarte a comentar a esta casa virtual.
Un saludo

m.eugènia creus-piqué dijo...

Es terrible lo de Haití, pienso que estas grandes catástrofes casi siempre se ceban en países pobres, parece que les persigue la mala suerte, hoy he oído que les llega mucha ayuda pero que no tienen como distribuirla, es un problema enorme, las grandes potencias dicen que van a ayudar, lo necesitan pobre gente.Ayer puse mi granito de arena llamando a MSF, un poquito de cada uno hacen un todo.Petons.

E. Martí dijo...

Espero que nuestros sentimientos sean capaces de reunir la fuerza necesaria para mitigar un instante tan solo de dolor. Terrible tragedia cuyo devastador resultado no somos capaces de valorar por muchas imágenes que nos pongan. Desde aquí, tan cómodos en nuestras vidas de rebajas, comilonas, calefacción, vacaciones... Dios Mío, qué pecado, qué injusticia, qué tremenda soledad de los pobres haitianos.
Seamos solidarios en lo que podamos,a través de ONG o de lo que sea y hagamos que nuestros amigos y allegados lo sean también.
Corramos voces y enlacemos corazones.
Saludos sinceros.

Ciberculturalia dijo...

Aunque un poco tarde vengo a tu casa para unirme a tu sentida entrada. La muerte llega a todos sin remisión pero a muchos, siempre a los más deseheredados les llega antes, mucho antes de lo que debiera.
A todos la situación de Haití nos tiene trastornados
Un beso

Antonio dijo...

Querida Geni, hay un problema de infraestructuras. Un pais pobre no tiene carreteras, vías de tren y medios de comunicación que le amparen en estos dramáticos momentos. Por eso las catástrofes se ceban en la pobreza. ¿Podremos conseguir para los demás aquello que deseamos para nosotros?
Petons solidarios.

Antonio dijo...

Gracias, Esmeralda, por tu visita y comentario. Al mirar en la TV las imágenes, desde nuestro cómodo sillón, solo nos despista el pensar que se trata de otra película, pero es una realidad aplastante y horrible que nos demuestra la injusticia de la vida. En Japón no se habrían caído los edificios.
Un saludo afectuoso

Antonio dijo...

Querida Carmen, comparto lo que dices. La muerte llega antes a los desheredados y pobres. Le trunca la vida y su proyecto. Le coarta sus objetivos vitales y los arroja a la nada.
Un beso

Circe La Hechicera dijo...

Mi querido Antonio, que injusticia más grande lo que ha ocurrido en Haití. Y sobre tu enfoque puedo decir que una vez más tienes razón. La muerte es cobarde, se pronuncia de manera contundente con los más vulnerables, es ante estos hechos que reaccionamos- tardíamente- en ver la realidad lúgubre de otros pueblos que no han sido tan afortunados en tener desarrollo, riqueza y gobiernos justos ( o menos injustos). Entonces uno se pregunta, cómo pueden existir gobernantes tan crueles? la miseria y la ignorancia, dos ingredientes que mezclados da una combinación que termina intoxicando a todos.

Por qué tenemos que ser concientes sólo cuando ocurren tamañas tragedias, si sabemos que la realidad esta ahí todos los días? Acaso es por que es un fenómeno mediático?

Y un país con un gobierno no sólo venido a menos por las muertes, sino con las carácterísticas tan bochornosas que tienen? Acaso permitiran que la ayuda humanitaria llegue a donde debe llegar? O quedará repartido en toda la cadena de corrupción que aún existe? Esta es la parte perversa de la bondad.

Mil Gracias por tu elocuente comentario que has dejado en mi blog sobre el mismo tema. A veces me cuesta colgar los míos en el tuyo, no sé por qué sucede, pero siempre te leo. Besos Miles y feliz fin de semana

Antonio dijo...

Querida Circe, me hago esas mismas preguntas que tú planteas sobre el sistema de gobierno y la gestión de este pobre país. Si la ayuda la dan al gobierno para que ña gestione, puede acabar en las arcas de los gobernantes y no en el pueblo. Por eso creo que la ONU debe tomar cartas en el asunto muy seriamente. Es el momento de crear un gobierno o protectorado de la ONU que le dé la vuelta al sistema y reestructure la sociedad haitiana con la ayuda del resto del mundo. Eso es complejo, pero puede ser viable en este momento y en este lugar.

Gracias por tus visitas y comentarios. Yo siempre paso por tu casa para leerte, ya que es un verdadero placer.

Besosss

escribes conmigo dijo...

La muerte ... mi comadre ... es muy paciente, sabe esperar consciente que nadie se escapa de sus manos podras esconderte de ella algunas veces pero no por siempre por mas suerte que tengas ellas llega a la cita puntual.
en ocasiones hace alarde de su fuerza llevandose miles de personas como recientemente sucedió pero es para que le reconozcamos su poderío y no olvidemos que ella siempre nos espera la final de nuestro camino, para que la respetemos y como esta sucediendo en algunas partes se le venere como santa y poderosa.

un gusto leerte mario

Antonio dijo...

Mario, la muerte se sale con la suya al final, pero no trata de la misma manera a los pobres que a los ricos...
Un saludo

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Me embarga el estupor ante los hechos

  Opinión | TRIBUNA Antonio Porras Cabrera Profesor jubilado de la UMA Publicado en La Opinión de Málaga el 10 FEB 2024 7:00  ======...