jueves, 24 de septiembre de 2009

El Otoño


Hastiado y apático, carente de ideas, la mente cerrada, sin creatividad, me siento inseguro, ausente, sin ganas de nada. Decido escribir y me pongo a ello delante de mi ordenador. Pensamiento lento… ¿será bradipsiquia? Intento buscar argumento, tema o alguna cuestión. Por más que doy vueltas me siento carente de la inspiración y sigo pensando que quiero colgar algo nuevo en mi blog.

De golpe la brisa llama a mi ventana. Al mirar por ella me voy sorprendiendo de que el gris suave se ha tornado en otro plomizo de aspecto otoñal. El otoño me invita a dar un paseo y le hago caso. Me arreglo y dispongo a dar una vuelta, a pasear un rato a orilla del mar. Las olas me reciben danzando su ritmo cansino, la brisa me halaga a la par que acaricia mi tez.

Un gran grupo revuela a mi lado, son las gaviotas que buscan pescado en el mar. Levantan el vuelo y luego, cuando ya han localizado su presa, se lanzan en picado en busca del pobre elegido sacando un nutriente botín. Cantan su triunfo y todas, al unísono, van cacareando en un torbellino de vuelos rasantes que dan impresión.

En el horizonte se pierde la imagen del agua. El día está claro en la superficie. El mar, disociado del cielo en nítida línea, resiste el envite del cambio y sigue aferrado al verano. El cielo, como sumo sacerdote de la ceremonia, marca con las nubes su estampa otoñal. Cúmulos y nimbos bullen en el aire como un estandarte de perturbación. Una leve promesa de lluvia parecen mostrar. Ostentan la fuerza del viento que, a galope tendido, les va paseando en exhibición.

El tiempo ha cambiado, la brisa molesta si no vas cubierto, la humedad se siente. En el parque próximo, el verde luminoso de las hojas, va tornando en amarillento, amarronado, y se mueven temblorosas, con miedo, sabiendo que el viento las arrebatará de su tallo, donde se nutrieron, arrojándolas al suelo dejando la rama desnuda, en letargo, hasta la primavera en que cobre fuerza para eclosionar.

El otoño es triste, como la vejez, todo se retrae y adormece. Se pierde la fuerza vital y negros nubarrones muestran su amenaza de frío y de lluvia, de desolación. Yo me vuelvo a casa, y encendiendo el fuego me siento al calor de la chimenea. Las nubes siguen con su danza, el viento arrecia y amenaza con precipitación. Unas suaves gotas tocan la ventana como avanzadilla del gran chaparrón.

Más yo ya estoy cómodo, sentado, leyendo, pendiente del fuego, música de fondo y cambiando el chip de mi pensamiento, a la par que el equinoccio me muestra el inicio de la otra estación. Es de inteligentes adaptarse al tiempo, no llorar por lo que se ha ido, sino tener fe en lo que vendrá, en que tras el gélido invierno, florecen de nuevo las flores, brota la arboleda, anidan las aves y todo, en conjunto, vuelve a eclosionar y el ciclo de vida se vuelve a iniciar.


25 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Y aquí, un verano feroz y agresivo, dando los últimos coletazos y llenándonos de sudor.

Yo aprovecho para acumular para el invierno.

MAJECARMU dijo...

Antonio, qué bueno que no te hayas dejado llevar por tu aparente apatía..
Escuchaste al viento y fuíste a su llamada.. El corazón es intuitivo y nos arrastra hacia el paisaje y las energías de la naturaleza. Sabe que ahí obtendrá lo que necesita para encontrar la sencilla sabiduría de la vida.. Aceptar los cambios y los ciclos y beber de los colores que pintan de nuevo el alma y la sorprenden con sentimientos que evolucionan.. y nos mantienen vivos..!!

Precioso escrito que nos muestra el reflejo de tu paisaje interior,equilibrado,cálido y humano..

Un placer amigo.
Un abrazo muy fuerte.
M.Jesús

Felipe Medina dijo...

Como que el viento va acariciendo las ideas,vagas o solemnes,tristes o alegres.

Son nuestras palabras para la desdicha,para el desconsuelo,para el atuendo que nos permite amanecer en las entrañas abiertas de la existencia.

Vida de otoño como primavera
Vida que recurre la insolente idea de pervivir con morrales llenos de injusticia o de avaricia.

Leña que nos cobija como si el alma se desprendiese en manchas frías,de rocío cubierto.

Vida en otoño o en primavera porque hace tiempo que renunciamos a morir por nadie o por nosotros mismos.

Un abrazo

Belkis dijo...

Hay una frase de Oscar Wilde que a mi me gusta mucho: "La belleza es la única cosa que el tiempo no puede dañar. Las filosofías se dispersarán como arena, las creencias se sucederán unas a otras como las hojas marchitas del otoño; pero lo que es bello representa un goce para todas las estaciones y una posesión para toda la eternidad."
El otoño…. una estación reflexiva y nostálgica, triste pero a la vez romántica y bella. Me gusta el otoño porque en la oscuridad que me rodea, veo brilar la luz con más fuerza.
Un saludo muy cariñoso

Peter Pantoja Santiago dijo...

¡SALUDOS ANTONIO!

...ESTA MAÑANA OBSERVANDO LA NEBLINA QUE SE POSABA FRENTE A LA OFICINA, ME HACIA PENSAR Y REFLEXIONAR EN QUE ESTA EPOCA DE OTOÑO SIEMPRE LLEGA ACOMPAÑADA DE MUCHA NOSTALGIA, DE MUCHO SENTIMIENTO, DE MUCHA PAZ Y QUIETUD INTERIOR, QUIZAS POR ESO SE PUEDA PERCIBIR EL SER HUMANO MUCHO MAS SUCEPTIBLE O SENSIBLE...

...SIN DUDA ALGUNA ESTA EPOCA QUE NOS LLEVA DE LA MANO HACIA UN INVIERNO SENTIMENTAL, ME HACE SER MAS NOSTALGICO Y RECORDAR AQUELLOS MOMENTOS MEMORABLES...

...QUIZAS ANHELAR ESE SUSPIRO PROFUNDO QUE NOS HACE VACIAR NUESTRA ALMA EN TODO LO QUE NOS PROPONGAMOS...

...YA VES, TAN SOLO DECIR OTOÑO Y LA MUSA COMIENZA A FLUIR.

PETER

azul dijo...

Creo que andamos todos un poco raros intentando asimilar el cambio de estación...pero esta se mete dentro y te permite deambular por los pensamientos y escribir como has hecho un precioso post

Un saludo

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, sabes que yo vivo en el trópico, y esos cambios de estaciones no nos afecta mucho en el ánimo (nos afectan otras cosas), porque tenemos un sol radiante casi todo el año, de vez en cuando alguna época de lluvia, que hace que sol permanezca solapado algunos momentos. Así que no tenemos ni cambios de hábitos, ni de ropa, ni de alimentos, la playa está dispuesta ahí para ir cuando a uno le apetezca, y para muchos que viven en las estaciones, les parece que este clima es una bendición, porque a pesar del sol, no tenemos veranos tan contundentes como los de ustedes. Quizás es un poco monótono, pero para quien no conoce otra cosa, les da igual, quizás por el calor del Astro Rey, gozamos del temperamento que tenemos. Yo cuando viajo a otras latitudes, lo hago en invierno, otoño o inicios de la primavera, jamás en verano, me gusta sentir el frío hasta los huesos y recuerdo el año pasado en Cadaqués en el Mediterráneo, lo más hermoso que hice fué meter los pies en esa agua helada y vestida con abrigos, corriendo como loca por toda la playa. Un amigo que estaba conmigo, me miraba divertido, y no podía comprender semejante acción, ni se lo iba a explicar porque no lo iba entender. Lo que más quisiera es estar en un lugar donde pudiera presenciar la entrada y salida de una estación, porque en mi mente romántica, es como estar en una transición emocional y es en esta estación que estás ahora en la quisiera vivir esa experiencia.Ya vez, que a pesar de tu momento ausente, encontraste en el paisaje teñido de grises, una musa que te reavivó la inspiración y nos has regalado esta linda entrada. Un beso!!

Marian dijo...

Hola Antonio, precioso relato otoñal el de tu post. Sin embargo fijate que a mi el otoño me encanta!, es mi estación favorita. Según el año, cuesta un poco entrar en el otoño, pero una vez allí, la cálida luz del atardecer, las hojas en el suelo...no se, a mi el otoño me da mucha tranquilidad.
Un saludo
Marian
P.D.: y además tu puedes disfrutar del mar! te envidio...quien tuviera en su misma cuidad un mar al que mirar e interrogar

Antonio dijo...

Mª Jesús:
Verano caluroso y ahora vendrá el veranillo del membrillo. ¿Qué nos acarreará el cambio climático?
Un saludo

M. Jesús:

Qué bonito ha de ser la simbiosis con la naturaleza… ella te llama y tú vas… a cambio te da inspiración y te ofrece su belleza. Qué poco la valoramos sabiendo que es la madre, la Pacha Mama, que nos da todo lo que necesitamos parea vivir.
Un abrazo

Amigo Felipe:

El ciclo de la vida de la naturaleza es ejemplar, cada estación da lo suyo para poder rebrotar año a año, hasta la perpetuidad. Nosotros nos vamos yendo y ella permanecerá si sabemos respetarla, sin explotarla, sin romperla y destrozarla que es lo que estamos haciendo desde la avaricia y el egoísmo humano. La tierra es de todos pero se la apropiaron algunos…
Un abrazo

Belkis:

Tienes razón la belleza en sí no se puede dañar, pero sí a las cosas bellas, hasta desposeerlas de esa belleza, incluso.
En la vida todo es bello, si sabemos encontrar el canon de belleza que lo define e identifica como esencia de la vida… el otoño, como las otras estaciones, tiene su encanto y tú los sabes apreciar.
Un afectuoso saludo

Peter:

El otoño es la estación de la madurez, donde cabe la reflexión, la nostalgia y la quietud…
Un saludo

Hola azul:

A mí, los cambios de estación, me recuerdan los cambios de ciclos vitales, vas madurando en la vida y descubriendo en cada esquina, con cada ciclo, algo nuevo y diferente que te permite vivir y progresar…
Un saludo afectuoso

Amiga Circe:

Eso de vivir en el trópico ha de ser una maravilla. Algún día espero conocer esas tierras por donde nunca pasé… De todas formas se desea lo que no se tiene y se añora lo perdido.
Un beso caribeño

Hola marian:

Mi querida amiga, todas las estaciones tienen sus encantos, aunque estadísticamente el otoño es más propenso a la nostalgia, tristeza y depresión. Por lo del mar tienes razón, la vida y el agua van totalmente unidas y solo la contemplación de la inmensidad marina te llena de vida y te adentra en la infinitud enigmática del existir… ¿Si salimos del mar no quedará en nuestro interior un halo de nostalgia?
Un abrazo

Abuela Ciber dijo...

Tu pesimismo acongoja
No creo que envejecer sea una carga maldita, si se ha vivido sembrando bellamente.
Al contario, en lo personal pienso y siento que , gozar el otoño dorado es placentero, tener compañía, alimento para el cuerpo y alma, techo y abrigo, y sentires aún ha descubrir, lo hacen para mí...disfrutable.

Cariños.

Anónimo dijo...

¿El peor momento del año? El cambio de hora en invierno... los días tan cortos, los colores tan apagados... Al final reflexiono y siempre llego a la misma conclusión: me gusta el verano, estar en la calle, el parentesis de las vacaciones (y lo que se tarda en volver a la normalidad), la tranquilidad... pero solo son unas semanas para, finalmente, regresar a lo cotidiano. Pero lo cotidiano me ayuda a reconocerme, a encontrarme conmigo misma. El otoño se convierte en una especie de fin de año cargado de nuevos propositos, en el que te das la oportunidad de cambiar y empezar de nuevo. Y eso es bueno ¿no? De todos modos, yo también espero con ilusión la llegada del nuevo verano y, quien sabe, tal vez yo también sea una nueva Elisa.

MRB dijo...

Mi querido Antonio: Me parece que la inspiración te sigue ¡Es parte de tí!

Un lindo relato en medio de una profunda reflexión final.

Un abrazo.

María dijo...

Veo que a tí también te parece triste el otoño, yo también le percibo así...

Lejano de luz, de sol, con noches largas, días cortos, soledad en las calles, ojos apagados, no hay sonrisas.

El verano es alegría, el invierno es soledad y tristeza.

Muy bello tu escrito.

Saludos.

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Pues aquí esta noche ha sido la presentación del Otoño. Desde las tres no ha cesado de tronar y de llover a mares,es lo que menos me gusta, tener que salir a la calle lloviendo. Ver caer el agua desde la ventana me encanta siempre que no me vea obligado a salir, como para pasear al perro.

La sequía de ideas llega en todas las estaciones, no creo dependa de ellas, sino del día a día. A veces cualquier comentario o lectura dispara la actividad del cerebro y nos hace creativos en ese momento.
Pasear por la playa o por un camino lleno de hojas amarillentas respirando el aire húmedo es maravilloso. en el verano no se puede salir a 45 grados.
Bueno, que me extiendo demasiado, todos sabemos lo que es el cambio de estación.
Un abrazo.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

todas las sensaciones escritas antonio es como si las viviera yo. Excelente
buen finde amigo

Geni (Maria Eugenia) dijo...

Al comenzar tu escrito
hice mía tus palabras,
con la apatía de estos días.
Me siento identificada,
carente de inspiración.
Estoy buscando una entrada.
Veo que tu apuesto solución,
con esta. hermosura de entrada.
Un besito y hasta pronto

Anónimo dijo...

Es posible que estadísticamente sea un melancólico, que sea un triste, incluso que sea un tanto depresivo. No niego que incluso realmente lo sea, más allá de la fría probabilidad.
Pero a mí me encanta el otoño, y me encanta el invierno. Me encantan las tormentas, me encanta oír llover (también hacer como el que oye llover ante ciertos discursos), me encanta el olor a tierra mojada de mi pueblo y el tuyo, me encanta el humo de las chimeneas. Disfruto poniéndome al sol en medio del mucho frío.
Personalmente, los tiempos de frío me invitan a la reflexión, a la vida interna. Es el momento en el que me planteo más profundamente qué soy, qué quiero ser, todo este tipo de preguntas que realmente nunca hallan respuesta. Entonces, el resultado es variopinto: puede ser de felicidad, aunque serena (el frío no invita al desenfreno), y puede ser de la más absoluta depresión. Supongo que depende de lo que encuentres dentro en cada momento.
Sea lo que sea el relleno de uno mismo, siempre me gusta rastrearlo, mejor si puedo andar bajo la lluvia, muy abrigado, y oliendo a tierra mojada. Si en ese momento, además, se va la luz en el pueblo (ya no pasa tanto, afortunada y desgraciadamente a la vez), la estampa está completa, y puedo asegurar rotundamente, que, aunque sea por un instante, otoño significa felicidad.

Antonio dijo...

Queridos amigos y amigas, el pasado febrero colgué un poema al que denominé “La tormenta” y un relato llamado “Mi alianza con la luna” donde vierto emociones diversas y la fantasía e inspiración, más o menos acertada, que surgió en ese momento. Os invito a su lectura a modo de complementación de esta.
Gracias por vuestras aportaciones y comentarios y permitidme un saludo personalizado.

Abu:
No te tomes las cosas al pie de la letra y permíteme alguna licencia. La vejez es la etapa más maravillosa de la vida cuando se ha llegado a ella de forma constructiva. Es la madurez, la hora de valorar los frutos y disfrutar de ello, de volcar sobre la mesa el acumulo de conocimiento y humanidad que se acumuló… de dar y compartir.
Cariños…

Hola Elisa:
Yo siento predilección por la primavera. Mi color es el verde y me encanta ver los campos verdes y la eclosión de vida que aflora en esa estación. Las otras, todas, tienen su embrujo y forman parte inexorable de la vida e una concatenación que hacen un ciclo perfecto.
La nueva Elisa la vas construyendo día a día y puede que al verano te la encuentres sin darte cuenta.
Un beso

Shanty:
Gracias por tus palabras y aprovecho para reiterarte, desde aquí, mi felicitación en tu cumpleaños y habernos regalado con el relato en tu blog de ese estupendo viaje.
Un abrazo

Querida María:
No a todo el mundo le parece el otoño triste, pero para mí no es la estación que me infunda mayor alegría, aunque inspire muchos bellos sentimientos…
Saludos

Hola Juan:
A mí me encanta la lluvia, escuchar las canales con su música, el sonido del viento, incluso el trueno me da una extraña sensación de poderío y fuerza… Cuando pasa esto me siento, relajo y entrego a la contemplación, a la meditación. Uno de mis mayores placeres es asar castañas en la chimenea mientras llueve. El olor de la humedad, el sonido de la lluvia y le viento, la sensación de frío controlada por el fuego me proporciona un placer muy especial que me apetece disfrutar en buena compañía.
Un abrazo

Mª Ángeles:
Gracias por tus palabras y por compartir sensaciones. Al fin y al cabo esa es la función de todo escrito o comunicación, compartir…
Disfruta del fin de semana, que puede ser lluvioso, al menos aquí en Málaga.
Un saludo

Geni:
Siempre es un placer tenerte en esta casa virtual y, como decía a Mª Ángeles., compartir contigo los escritos. La inspiración está dentro de uno mismo, pero a veces parece que el camino de entrada no se encuentra y hemos de buscar la musa que tiene la llave, que nos lleva al cambio del estado de ánimo y permite que fluyan las ideas…
Besos mil

Hola Anónimo:
Aunque no sé quien eres, deduzco que conoces mi pueblo, pues te encanta el olor a tierra mojada de tu pueblo y del mío…
A mí me ha gustado la forma de expresar tus sensaciones otoñales y lo que te inspiran.
Un abrazo afectuoso y gracias por tu comentario.

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Querido Antonio:
Y vuelve la lotería de Navidad, jejeje.
Sabes, cuando leí en tu texto lo de negros nubarrones, enseguida me acordé del ejemplo que me ponían en los talleres literarios de mi tierra sobre el peligro de las erratas, pues alguna vez apareció en un texto en vez de negros nubarrones, negros bugarrones, jejeje.
Por lo demás, me encanta como afrontas el acto de la escritura y tu mirada del otoño. Yo, por haber nacido y vivido en Cuba muchos años, no he tenido mucho trato con las estaciones hasta que me vine a España. En Cuba tenemos la estación de lluvia y la de seca, y más nada.
Siempre es un placer leerte. Un abrazo:
Tadeo

Antonio dijo...

Hola Tadeo.
Gracias por tu comentario y acabo de descubrir algo que no conocía, lo de bugarrón, aunque hay algunos que son sankipanquis, a los que les da igual carne que pescado. Esto de internet te lleva a todos lados, aunque en este caso debas ir con una mano atrás para protegerte. Si encima, y nunca mejor dicho, son negros, con la fama que tienen de considerable ornamentación, apaga y vámonos … se los dejamos al mundo gay a la espera que salgan del armario. Yo me quedo con los negros nubarrones aunque me ponga chorreando de lluvia, je, je, je… eso sí, que nos toque la lotería de Navidad.
Un saludo y líbrenos Dios de lo que no deseamos…

≈♦ Mi Sentir ♦≈ dijo...

Que bonito Otono Antonio disfrutalo aca no gosamos de esas estaciones, que disfrutes del domingo te dejo un abrazo y buenas noches.
Estrella.

Antonio dijo...

Amiga Estrella:
En estas latitudes las estaciones son más diferenciadas y eso permite cambios perceptibles que influyen hasta en el estado de
ánimo.
Cada cual tiene predilección por una de ellas en función de sus gustos, personalidad y experiencias vitales.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Perdona, Antonio, soy Eloy, y era el anónimo. Se me olvidó firmar, y el blog está cerrado ya.
Un abrazo

María dijo...

Antonio, ahora mismo voy a leer el poema que hiciste en el mes de Febrero (este mes es el que menos me gusta de todo el año, tengo malos recuerdos), voy a buscar ese poema, me interesa conocerlo.

Muchas gracias, Antonio.

Un beso.

MarianGardi dijo...

Lo principal Antonio es que seas feliz, dicen que no hay empresa más grande que ésta.
Un beso y gracias por tu presencia

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