Ya
lo sé, estos días todo el mundo anda escribiendo y comentando lo que significó
Fraga para España y para la transición a la democracia. Casi todos hacen un
panegírico de su figura, exaltando su valor e importancia para la instauración
de la Constitución y el cambio, para eliminar el viejo régimen e instaurar el
sistema actual. Ya se sabe, ante la muerte todo el mundo es bueno, a todos se
les suele buscar la parte positiva y resaltar su aportación a la vida, y, no
nos engañemos, todos tenemos luces y sombras, según desde la perspectiva que se
nos mire. Parece que hasta los enemigos le ensalcen, como si dijeran: “A
enemigo que huye, puente de plata”. O puede que, al amparo de esa compasión,
siempre solapada en el ser humano, se nos ocurra resaltar la parte bondadosa de
los fallecidos con la intención de tapar sus miserias ante el juicio que se le
avecina en el más allá, buscando, tal vez, que nuestra indulgencia sea
trascendente al otro barrio, influyendo en el “Gran Hacedor”.
Pero
como las emociones no son una garantía para la ecuanimidad ante cualquier
juicio, en este caso, también se acaban disparatando argumentos inconsistentes
a la sombra de esas emociones, tanto de signo positivo como negativo. Por eso
no quiero caer atrapado en esa red emocional y dejarme llevar por la sinrazón
del afecto o la repulsa. Por tanto, mi reflexión pretende razonar, de la forma
más aséptica posible, sobre su figura histórica y su influencia en la España de
la segunda mitad del siglo XX, que trasciende al futuro inmediato.
Así
pues creo que estaremos de acuerdo, la mayoría, en apreciar que España le debe
mucho, de lo que actualmente es, a su figura. Fraga fue un sujeto astuto,
inteligente, maniobrero y con la capacidad de adaptación, como corresponde a su
inteligencia, para nadar en cualquier mar, incluido los contaminados por bombas
atómicas como en Palomares, y seguir en el candelero como protagonista de
primera magnitud, salvando así su ropa y la de sus correligionarios. Esa
inteligencia le hizo participar, con gran visión de futuro, en la transición
con un papel primordial.
Siendo
consciente del rechazo que generaba el franquismo en el periodo transicional, en
la inmensa mayoría del pueblo español, creo su partido A. P. (Alianza Popular)
como un tardofranquismo al que intentó adaptar a la nueva dinámica política sin
renunciar a sus principios básicos y defender los valores del franquismo que le
vio crecer y lo fraguó ideológicamente. Eso sí, lo revistió con el traje de la
democracia y lo presentó como una evolución del pasado. Su carácter y actitud
siguió siendo el de siempre, prepotente y soberbio, por lo que no hizo olvidar
aquello de “la calle es mía” y sus arrebatos de arrogancia, con hechos
luctuosos como el de Montejurra, siendo ministro de gobernación con Arias
Navarro, al que apodaban el Carnicerito de Málaga por su “brillante acción
represiva” en la posguerra en esta localidad como fiscal – me refiero a Arias,
claro-. Genio y figura hasta la sepultura el D. Manuel.
Pero
volvamos al tema. La UCD fue asesinada políticamente entre unos y otros, más
entre los unos propios que los otros ajenos. Dentro hubo una fuga masiva a la
A. P. de Fraga, que siendo conscientes de su mala imagen, optaron por cambiar
el nombre, en plan populista, para denominarlo Partido Popular (P.P.) y
refundarlo sin renunciar a sus principios básicos provenientes del pasado.
Otros partidos más integristas de corte fascista reclamaron la herencia
franquista y eso le permitió al P.P. crear un centro virtual, que no real,
donde ubicarse. La maniobra se descubre cuando la ultra derecha se queda sin
votantes porque la mayoría se va el P.P. sintiéndolo como el partido heredero
de la ideología del viejo régimen bajo el disfraz de democrático. Mientras la
izquierda queda atomizada, la derecha se amasa en torno al P.P.
Al
final el trabajo de Fraga dio su fruto. Consiguió un partido de derechas capaz
de aglutinar la idea franquista conjugada
con la derecha, llamada civilizada, y permitir que a medio y largo plazo
pudiera retomar el mando en el país con esa camisa nueva, cosa que logra por
primera vez en 1996 bajo la figura, de ascendencia poco democrática, de José
María Aznar. Su estilo bronco, soberbio, falto de respeto y cargado de
agresividad verbal se descolgaba de la ética democrática, pasando a la
descalificación sistemática, era dimanante de la escuela del maestro Fraga con
sus salidas extemporáneas. Una forma de hacer política, por desgracia muy
extendida, que no deja de ser poco
presentable. Férrea oposición que pasa de cumplir la función constructiva
básica, para moverse por la destructiva y corrosiva, como se ha visto antes y
ahora, con el fin de hacerse con el poder, aunque fuere en el peor de los
escenarios para, mediante el miedo escénico de la ciudadanía, tener las manos
más libres para actuar a su antojo sin programas comprometedores. La
desesperanza puede dar carta blanca al prestidigitador que nos embelese con su
verbo, aunque sea intencionadamente falaz.
El
hecho es que con la actuación del señor Fraga, y al amparo de esa prestigiosa
figura en el mundo de la derecha, se consiguió evitar la debacle del
franquismo, intentando dejar impoluta su imagen a través de acuerdos en la
etapa de la transición – pelillos a la mar
– , preservando las prebendas y derechos de los seguidores del antiguo régimen,
tanto en el mundo económico, como en el político, social y judicial. La derecha
actual le debe mucho, pues, al señor Fraga, sea en contenido o en formas; me
refiero a esas formas de conducta arrogante, engreída y despreciativa de ejercer la política que
suele cultivar su partido, tal vez, por considerar, al que debería ser su rival
político, como su enemigo a batir y si es posible eliminar.
De
todo ello se desprende que parte de nuestra derecha sea heredera de una
dictadura surgida del fascismo, que se ha transformado por conveniencia en
democrática, pero sin renunciar a su pasado, como lo demuestra el hecho de no
haber condenado el franquismo y permitido que se honrara, en forma y fondo, a los
asesinados y fusilados del otro bando en la contienda civil, oponiéndose al
desarrollo de la ley de memoria histórica. Esta derecha reconvertida hoy juega
con la derecha europea, que se fraguó en la lucha contra los aliados de los
padres políticos de la nuestra. Es que el poder hace extraños aliados de cama,
cuando se juega en mutuo beneficio.
En
resumen, Fraga ha sido un gran personaje político al que le debe mucho la
derecha y los herederos políticos, económicos y sociales del franquismo. A la
par que fue, en cierto sentido, el ideólogo que garantizó, con sus pactos y
reconversiones ideológicas, la impunidad del antiguo régimen, que trasciende
hasta la actualidad, como puede verse con el procesamiento del Juez Garzón por
esculcar en el pasado del régimen franquista.
Su
vida ya posó, estamos donde estamos por venir de donde venimos, aunque ahora el
problema es saber a donde vamos, o mejor dicho, a donde nos quieren llevar… No
puedo decir que descanse en paz, ya que no creo en el más allá, aunque sí
descansarán en paz quienes le sufrieron y sufrirán su pérdida quienes le
idolatraron. Hay mundo para todo, porque de todo hay en la viña del amo… lo
interesante sería que todos entendiéramos que estamos en la viña con los mismos
derechos y obligaciones y que la viña es de todos y no del amo.
26 comentarios:
Es verdad, la muerte transforma puntos de vista, pero no la realidad de lo que fue. Y me gusta este abordaje que haces de un personaje que no parece tener demasiados rasgos para ensalzar. Pero la muerte es gran mascarada.
Bueno, justo ahora en un programa de Argentina pasan tramos de un reportaje a Fraga, donde habla de Franco como el hombre más grande de la España del Siglo XX. La tengo un poco más clara.
Gracias, Antonio, por recordar a todos de dónde viene y qué es el PP. Y por qué muchas cosas son como son en esta sufrida España de hoy que carga el lastre de la dictadura hasta en el poder judicial. A ver hasta cuándo.
Lo más destacado, al menos lo que más nos afecta actualmente, es haber reconvertido ese partido de cuatro franquistas llamado AP en PP, recogiendo los huidos de UCD, que eran más suaristas (?), es decir, neodemocratas, pero al menos sin atufar a naftalina como los de Alianza.
Luego a parte resalto que fue presidente en la Xunta. Un presidente que no me gustaba, que llevó a Galicia al provincianismo, fomentando su carácter de satélite castellano que tiene desde hace siglos, y a perder un poco más su carácter nacional. Pero bueno, le votaron, así que apechugo.
Lo que ni comento es su época con el dictador. Nada, ni la molestia me tomo.
¿Sabes que sentimiento me ha producido la muerte de Fraga? Ninguno. Tal cual. Cero. Ni rabia, ni odio, mucho menos afecto, tampoco piedad, nada. Para mi era como si ya estuviera muerto.
Es lo que tiene acceder a la democracia desde una dictadura y sin convulsión política alguna, que los viejos dinosaurios siguen porque nadie se ha encargado de perseguirlos ni de eliminarlos. Aunque mi posición personal la tengo muy clara en este sentido, porque en mis años universitarios tuve que aguantar la represión por parte de los amigos de don Manuel, si he de ser objetivo y ecuánime, he de decir que otros harán comentarios análogos aludiendo al pasado de otros personajes como Santiago Carrillo.
En fin, como dijo alguien por ahí, me quedo con el Fraga de la transición, ese que colaboró con Peces Barba, Solé Tura y otros para hacer una constitución que fuera de todos.
Un saludo.
Amigo Joven Cuervo, el señor Fraga era un franquista disfrazado de demócrata. Tal vez de los que entiende que fue inevitable la masacre de la guerra para crear una nueva España, que es la de ellos, Por eso su partido sigue con el tinte del viejo régimen.
Creo, Roberto, que ese fue el impuesto que se pagó en la transición, pero no debe de ser perpetuo, ya va siendo hora de que se etiquete al franquismo como lo que fue y se pidan, al menos, responsabilidades históricas. La memoria histórica de este pueblo no será historia de verdad hasta que se aclaren los crímenes del franquismo y se reponga el honor de los muertos del otro bando. El suyo ya lo tuvo etiquetando a sus muertos de mártires y héroes.
Gracias, Ramón por tu comentario. Francamente a mí tampoco me importa su muerte, máxime considerando lo que fue su larga vida. Es un personaje que me causa un relativo pudor, cuando no repulsa, pero eso es subjetivo y en función de mi posicionamiento ideológico. Lo que pretendí clarificar fue su papel para salvaguardar el franquismo y hacerlo trascendente, bajo la máscara de demócrata, a la política y el ejercicio del poder en la actualidad. Tal vez así se conozca menor la génesis y estado del P.P.
Cayetano, Fraga fue un personaje de cebolla, con múltiples capas que se fue quitando o colocando en función del momento. Pasó desde la más amarga e implicada en el movimiento franquista y sus actos criminales, hasta la reconciliadora con la elaboración de la constitución, si bien preservó siempre la imagen del franquismo evitando condenarlo y alabándolo en privado. Aceptó las autonomías ejerciendo la gestión del caciquismo en su Galicia natal con su histrionismo megalómano y sus bandas de gaiteros.
Hola Antonio; no me preguntes como me he metido en tu casa sin pedir permiso como si fuera un allanamiento de morada; pero una vez que lo he hecho me parece mal irme sin dejar ni un presente y se me ha ocurrido que séa esta poesía.
CUENTAN QUE UN ILUMINADO
****
dicen que un iluminado
exclamó: ¡viva la muerte,!
si así lo exige la suerte
cumpliendo el deber sagrado….
de defender los valores,
únicos….. y verdaderos…….
de los que como herederos
nos legaron los mayores.
Y muera la inteligencia,
de los que esgrimen razones
y exponen sus opiniones
demandando transigencia;
y sin armas en la mano
le pretenden conceder
por los votos, el poder
al pueblo que es soberano.
Mas no hay otra autoridad
que la que impone el que vence,
dijo: y si no les convence
que acepten la realidad.
No añadió lo de ajo…..y agua…..
porque sin duda… era culto……
pero será error de bulto,
ignorar que así se fragua
la historia del ser humano;
que siempre ha sido la lanza
la que inclino la balanza
por donde quiso el tirano.
JOSE MARIA CRIADO LESMES
Un afectuso saludo, te visitaré
La verdad, Antonio, es que este señor, como todos los que ocuparon cargos en el Gobierno durante el franquismo, hubo de demostrar que era merecedor de tal confianza por parte del Dictador , y presentarlo ahora como un ejemplo de defensor de la patria que lucha por instaurar la Democracia me parece una burla a la inteligencia de los españoles.
La farsa del baño en una playa en la que habían caído 4 bombas nucleares para demostrar que no había peligro de radioactividad demuestra que no era leal a su patria, sino a los EE.UU. De todos es sabido a que desde aquel fatídico día del accidente no se ha permitido sembrar en el término municipal, por lo que reciben indemnizaciones anualmente, y todos los habitantes de Palomares deben someterse a exámenes médicos regularmente, lo que demuestra que SÍ hubo radiación.
Ahora bien, también hay que decir que Fraga cambió la Ley de Prensa promulgada por Serrano Suñer tras la Guerra Civil, eliminando la censura previa
y cambiando el "Interés nacional", que obligaba a publicar bajo la tutoría y en beneficio del Régimen, por el "Interés privado de la empresa editora".
Personalmente debo agradecerle a Fraga que en una ocasión, siendo él Ministro de Información y Turismo y estando yo en el extranjero, le escribí una carta quejándome de una famosa academia de enseñanza por correspondencia que me había dejado tirado después de exigirme por adelantado el importe del dinero del curso, tuvo a bien de responder personalmente a mi carta y prometerme que se interesaría en el asunto. Apenas un mes después, yo había recuperado mi dinero.
Ni me gustaban aquellos ni me gustan estos: el pueblo sigue estando mal servido, mal tratado y mal vendido y todas las clases de mal que haya. Creo que la gente que ha luchado tanto por las libertades y por el bienestar social y ahora ve cómo les van quitando todo: el derecho al Trabajo, la Sanidad, Educacion y la Vivienda empieza a sentir que hemos cambiado Guatemala por Guatepeor. Un abrazo
José María, agradezco mucho tu visita y tu comentario poético de tan alta calidad. Anduve por tu blog y visité tu perfil, donde observé que nos une el amor por la poesía y haber vivido en Cataluña.
Espero poder seguir viéndote por esta tu cas virtual donde tienes las puertas abiertas para comentar lo que estimes sobre el tema en debate..
Un afectuoso saludo
Hola, Juan. Eres un hombre de amplio bagaje, cargado de la experiencia que otorgan tantas vicisitudes en la vida. Tu aportación en el comentario me parece, como siempre, acertada y poco puedo añadir a lo que has expuesto, salvo darte las gracias por ello.
Un abrazo
Antonio; no solo seguiré pasando por tu casa,sino que me gustaría ocupar un rinconcito en ella y te invito como no puede ser de otra manera a la mia.
Un afectuoso saludo
Gracias por esta disertación sobre este personaje de la política española, que yo hasta ahora que murió, no conocía. Ahora me quedó muy claro su rol con el franquismo y la creación del PP, lo mismo que su arrogancia.
Un abrazo, Antonio y espero que ya estés totalmente recuperado.
Antonio cuando dices que Fraga fue un personaje de cebolla, con múltiples capas que se fue quitando o colocando en función del momento....
No te equivocas ni un milímetro, pero personajes como este han habido bastantes. Podríamos nombrar a Samarach, por ventura? este no se si firmo sentencias o no, pero las chaquetas , fue algo de pánico.
Un abrazo.
Myriam, la historia de este señor no deja de ser interesante. Ha sido como el guía que conduzco a su partido por el desierto hasta entroncarlo en la democracia sin perder su singularidad y especificidad.
Un abrazo. Sí, ya estoy bastante mejor, aunque ando con el control de tensión arterial.
Pues sí, josep, en este país estamos bastante bien puesto de personajes cebolla, con miles de capas distintas que afloran según conveniencia. Al que aludes es un buen ejemplo. Yo lo conocí de presidente de la diputación provincial de Barcelona en tiempos del famoso caudillo (por cierto, no hablo de Viriato, claro).
Un abrazo
qué bien te explicas mi querido antonio...
Hola Mª Ángeles, que alegría me da verte por aquí. He pasado por tu blog nada más ver tu comentario y te dejé allí el mio.
Un abrazo afectuoso
Lo bueno y real, realisimo, es la critica destructiva.
Si el mundo dejase de criticar negativamente, no solo en política, sino en todos los ámbitos.
Sinceramente creo podría comenzarse a construir un Mundo nuevo.
Cuando en Galicia lo han votado como Presidente cuatro o cinco veces consecutivas. Algunas personas parece que hablan bien de este hombre. la justicia no siempre es inocente cuando se mira hacia un solo lado. Y no se tiene en cuenta la visión de ambos.
Un abrazo Antonio
ES REAL QUE CRITICANDO NO SE AVANZA
Querida amiga Marian, no comprendo muy bien el contenido de tu comentario. Sobre todo si desprendes de mi reflexión una crítica destructiva, más bien es al contrario, constructiva, pues busca el análisis de una trayectoria personal en el mundo de la política con sus luces y sus sombras. Intento ser ecuánime y aséptico en mi análisis, como digo en el mismo, pero no puedo evitar, y sería poco honrado por mi parte, hacerlo desde la convicción personal, desde los principios y valores que sustentan mi conciencia social y política. La divergencia y la contrastación de opiniones e ideas son la base del entendimiento de los seres humanos. Por tanto, respetando su actitud e ideas, entiendo que sea un excelente político para sus correligionarios y un nefasto actor para los que entiende la vida política de otra forma. De todas formas su realidad personal está presente en la historia reciente y sus hechos y dichos lo mismo, no cabe que nos engañemos nadie, salvo que cada cual lo observará desde su propia ventana.
Cuando dices “ES REAL QUE CRITICANDO NO SE AVANZA” se me ocurre decirte que “lo real es que el único camino para avanzar es criticar y discernir sobre cual es la mejor forma de avanzar”. El avance que preconizaba este señor no es el mejor avance a mi modo de entender. Entiendo que es una figura polémica como lo fueron los tiempos y su participación, como actor principal, en la historia reciente.
Un abrazo afectuoso
Querido amigo Antonio, sucede que estoy cansada de escuchar criticas hacia la derecha.
Cuando en este País las dos veces que nos han llevado a la quiebra son los de la izquierda. Y esto no es critica es evidencia.
No soy una experta en política como ya habrás reconocido a través de mis comentarios. Es mi simple, llana y natural opinión.
Un abrazo
Querida amiga Marian, entiendo que estés cansada de que se le imputen cosas a la derecha, pero eso es natural que lo hagamos los que no estamos de acuerdo con su forma de hacer política, al igual que lo hacen a la izquierda los que no piensan como ella, como es el caso que refieres sobre su culpabilidad en la crisis. Creo que la evidencia que imputas a la izquierda es meramente cronológica, es decir les ha tocado bailar con esa situación, cuando la causa se gestó mucho antes por los que potenciaron y especularon con el ladrillo. Los primeros años de zapatero fueron de bonanza total, hasta que surgió el problema en los EE. UU. que estaba contaminando las finanzas del mundo con productos tóxicos, como las hipotecas surprime. Nuestro país, gracias a los que potenciaron la construcción como motor de crecimiento, y de eso saben mucho los gobernantes anteriores y algunas comunidades autonómicas y municipios, se vio afectado más que nadie por ser esta la industria motor del crecimiento y empleo español. Por tanto, entiendo que el desencadenante de la crisis no ha sido el gobierno de la izquierda, sino la especulación financiera y la apuesta del sistema capitalista por dominar el mercado del dinero en la globalización. Otra cosas es impuarle al gobiernos anterior mayor o menor acierto a la hora de reconducir la situación, aunque de esta no se escaparon ni las izquierdas ni las derechas que gobernaron los países afectados. Eso es lo que pregonan los expertos economistas y doctores de las finanzas y lo que yo pienso.
Un abrazo
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