domingo, 1 de enero de 2012

Fraguando la paz


Me estreno este año con esta reflexión, espero poder compartir con vosotros muchas otras, mías y vuestras, que nos abran y faciliten el camino de la vida hacia esa paz de la que hablo.

Una amiga internauta me manda un e-mail con una frase “propia” que dice: "Si en cada hogar tenemos PAZ, tendríamos la PAZ EN EL MUNDO".  Suena bien. Es más, parece reparadora, o lo que es lo mismo, dicho esto se siente uno bien, o mejor. El caso es hacer lo que hacemos todos en estas fechas, proclamar deseos, en su mayoría utópicos, para seguir estando como estamos. Un deseos es un sueño irrealizado, una forma de mostrar lo que nos gustaría, pero que no tenemos. Los mismos que proclamamos esa paz, andamos a la gresca con los otros, los diferentes, los que no piensan como nosotros, los potenciales enemigos, pues para una guerra, o una reyerta, hacen falta dos enfrentados, como mínimo. Somos de una simpleza lineal, causa-efecto y nosotros nunca somos la causa de las desgracias, son ellos, los otros, los rivales políticos o los enemigos identificados. No tenemos conciencia de sistema interactivo y nuestro papel en el mismo para llegar a implementar ese deseo de paz.

Por tanto, yo creo que, ante de todo, deberíamos poner, junto al deseo, la forma de conseguirlo. Cómo se fragua ese deseo. De lo contrario estaremos soltando vanas palabras que solo sirven para dejar mejor a nuestra conciencia. Pero en una cultura como la nuestra que tiene sus raíces en la propia Biblia, a la par que es tutelada por las religiones, cuesta mucho creer que, en base a esas premisas, directrices y dogmas que emanan de esa práctica, se pueda consolidar una paz en su sentido más amplio.

La propia Biblia es guerrera como puede verse en los conflictos que los israelitas sostuvieron con sus vecinos. Siguiendo los “designios de su Yavé” arrasaron ciudades y mataron a sus habitantes, niños, mujeres y ancianos. Por otro lado, las religiones bendijeron y bendicen la guerra como forma de conseguir poder, de imponerse a los no creyentes, de sembrar su propia fe por imposición o a caballo de las armas que otros compinches enarbolan (léase el poder civil aliado).

Es verdad que la paz a lo largo de la historia fue la paz del vencedor, la paz impuesta por las armas, lo que implica sometimiento del vencido, frustración de los pueblos oprimidos y guerra latente de odios y sueños de venganza del derrotado… en suma, la guerra no impone la paz, sino que siembra el odio y, con él, la semilla de otra guerra. Qué paz se puede pedir de alguien que sostiene: “Si quieres la paz prepárate para la guerra”. Al fin y al cabo, lo que hace es neutralizar una guerra latente mediante el miedo equilibrado de unos y otros al enemigo… No, prepararse para la guerra solo manifiesta la paranoia sobre la potencial agresión del otro paranoico que tenemos enfrente.

En la tierra, paz a los hombres de buena voluntad!!! Qué bonita frase hemos heredado de nuestros ancestros. A los de mala voluntad que les den por… marginados.  No sería mejor decir: “Que los hombres de buena voluntad siembre de paz en la tierra” e implicarlos en la realización de ese universal deseo, en lugar de segregarse de los de mala voluntad…

También me viene a la memoria aquella famosa campaña del régimen franquista de “25 años de paz” gracias al Caudillo. Qué cinismo, llamar paz al sometimiento de media España a la otra media. Confundir paz con orden impuesto por las armas. Pensar que puede existir paz e injusticia dándose la mano…

Podría seguir manifestando incongruencias de nuestra cultura, de sus paradojas, pero, tal vez, sea más oportuno ceñirnos al concepto paz y cómo se puede lograr.

¿Por tanto, qué es la paz? Para mí la paz tiene dos componentes, uno interno, propio del sujeto, la paz interior, donde esa paz manifiesta la ausencia de conflictos internos, intrasujeto; la paz de la voluntad equilibrada, de la conciencia tranquila, de la ausencia de grandes frustraciones y su tolerancia, junto a una educación en el entendimiento y comprensión de los demás, en la empatía y el encuentro, en el compartir y en la ayuda para forjar en justicia un mejor mundo… El otro componente es externo, estando en relación con el entorno, con la interacción con los demás, con las emociones, afectos, desafectos y el conjunto de sentimientos que generan las actitudes y, en consecuencia, las conductas. En este caso, también la educación es el primordial elemento a considerar. En ella se asimila la gestión emocional y los valores convivenciales que nos hacen más pacifistas, humanitarios, sensibles, comprensivos, condescendientes, universales, etc. O sea, todos aquellos que neutralicen los conflictos internos y externos de los sujetos y los grupos sociales.

La cuestión estaría en cómo hacer que esto cambie hacia una cultura de paz, a una cultura que dé respuesta a las necesidades de la globalización humanitaria, que dignifique al hombre y lo lleve al verdadero progreso, que no es precisamente el material. Ya sabemos que muchos valores del pasado no sirven para una nueva era, que la tutoría de las religiones solo ha llevado a la confrontación, que la administración procura gobernar para el poder y quien lo ostenta, que la educación es alienante y no se enfoca a conductas y valores sociales, que se potencia la confrontación intransigente desde la televisión y sus fatídicos personajes de la farándula “rosasalsera”, que las tertulias no enseñan a entenderse sino a enfrentarse, que no educamos ciudadanos libres y comprometidos sino sumisos y alienables, que no sabemos entendernos y ceder cuando el otro tiene la razón pues lo consideramos humillante, que desde lo más reaccionario quieren seguir haciendo sujetos gregarios en la línea de las viejas creencias refractarias a cualquier innovación razonable, o sea, corderos que engorden el rebaño del señor a quines pastorear, que el mercado deshumanizado nos atrapa en la codicia y el consumismo irracional, que el dinero gobierna el mundo de la mano de los especuladores de las altas finanzas y un amplio etc.

Todo esto crea sujetos en conflicto consigo mismo, en conflicto interno, con alta dosis de violencia que se proyecta en los otros, mediante lo que yo vengo a definir como externalidad defensiva, (la culpa siempre es de los demás y yo soy una victima).  Pero es que el mundo tiene, a la vez, una elevada cuota de violencia funcional, nos agrede la televisión con sus campañas publicitarias, nos inmuniza con sus reportajes sobre el dolor, la pobreza y la muerte, intenta neutralizar la conciencia haciéndonos pensar qué suerte tenemos al no estar como los otros, los necesitados, y eso nos vanagloria por rastrera comparación, a la par que, desde pequeñitos, nos modela con sus dibujos animados agresivos y sus películas cargadas de crímenes, furor, rabia, crueldad y bestialidad…

No, no es este el modelo de sociedad que nos conducirá a la paz. Mientras no haya paz en cada pecho, en cada uno de los sujetos que conviven socialmente, no se podrá vivir en paz. Lo demás todo son buenas palabras, buenos deseos, que destensan la cuerda de la conciencia ante la injusticia, para tranquilizarla.

Estamos en una encrucijada de primera magnitud para el mañana. Hay que elegir: seguimos como hasta ahora, potenciando un neoliberalismo irracional y agresivo con el entorno, que se ancla en el materialismo más acérrimo y que desprecia los planteamientos humanistas y humanitarios… O nos paramos a valorar esta crisis cultural para redefinirlo todo, la propiedad privada excesiva, el sistema de control y de gobierno, el justo reparto de los bienes; a la par que entender al otro como un semejante con una visión y posición diferenciada en la vida, que nos permite sumar en lugar de restar o imponer; con el que hay que compartir (que no quiere decir dar),  apoyar, verlo como amigo y aliado y no como competidor y enemigo o rival… Siembra humanidad y recogerás humanidad, pues si siembras violencia el fruto será ese, la violencia, aunque sea velada.

En conclusión: ¿Quién le pone freno a este tren, cuando los que van conduciendo no quieren apartarse de esta vía, sino hacer una fuga hacia delante para enriquecerse más?
¿Quién y cómo se redefine y supera esta crisis cultural? ¿Quien y cómo se fragua esa paz interior que es la base de la externa? Está visto que el hombre modelado por esta cultura, en esta sociedad, es capaz de generar una guerra en la casa del otro para arrebatarle lo que tiene, sin importarle la destrucción que genere, la desolación, el sufrimiento y la muerte. Una vez identificado el enemigo, nuestra cultura lo desviste de valor humano y hace héroes a los asesinos que provocan su muerte. Esta cultura, esta sociedad, no nos ha hecho, ni nos hace, para la paz…

Finalmente, la sociedad es un sistema que lo integran todos y cada uno de los sujetos, cuya resultante es la interacción entre ellos. Solo cabe ir tomando conciencia de este hecho para limpiar esa gota de agua que formamos cada uno y contagiar a la de al lado para hacer de este mar un océano más pulcro y más puro… La clave puede estar en la educación y la orientación hacia esa paz global y justa, que se fundamente en el crecimiento y la paz interior, junto a la idea de universalidad del hombre… O sea, un nuevo hombre menos materialista y más humanitario…

Cambio, pues, la frase de mi amiga y digo: “Si consigues tu paz interior estarás sembrando la paz en el mundo”. QUE EN ESTE AÑO ENCONTRÉIS EL CAMINO DE ESA PAZ.

29 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Tienes razón: la primera, la paz interior, aunque para conseguirla tengamos que luchar contra nuestros demonios...

emejota dijo...

Bien cierto si hubiera paz en cada corazón no existirían las guerras. Lo que me hace preguntarme por la existencia de estas últimas y se me ocurren tantas tantas respuestas, que no justificaciones, que tardaría mucho en acabar. Valga como triste resumen el fugaz pensamiento que podrían estar relacionadas con la creencia del ego como eje central de nuestra existencia. Beso familiar y lo mejor de lo mejor para todos vosotros.

Cayetano dijo...

Lo malo es que en muchas casas y familias tampoco hay paz, sino malos rollos, relaciones inexistentes, violencia doméstica... Para cambiar el mundo,debemos cambiar nosotros primero.
Un saludo.

Ana dijo...

Es la palabra más bonita que jamás escuché, leí o escribí, es el mejor bien que cada ser humano puede tener.

Por eso te deseo mucha paz interior y paz en relación con los demás.

Un abrazo.

MAJECARMU dijo...

Antonio,esa paz interior individual es fundamental para poner nuestro piedra en la construcción de una nueva sociedad,estoy de acuerdo,amigo.
Que le 2012 te regale mucha salud a ti y a los tuyos y por supuesto inspiración para seguir escribiendo y compartiendo.
Mi gratitud por tu cercanía y mi abrazo grande,amigo.
M.Jesús

Amador dijo...

Para que exista paz hay que empezar por las escuelas, educando y haciendo comprender a las nuevas generaciones que los humanos solo somos lo que tenemos, y no creernos superior a los demás y tener siempre la razón.

Antonio dijo...

Mariajesús, tienes razón, son los fantasmas que nos hemos creado los que atenazan nuestra alma en la mayoría de los casos

Antonio dijo...

Pues, emejota, yo doy crédito a esa creencia, tal como defiendo en alguno de mis escritos. El ego que sostiene y perpetua la especie desde el egoísmo primario...
Besos y un excelente año

Antonio dijo...

Cayetano, yo creo que estamos en una sociedad enferma que genera enfermedad en las familias y en los grupos y, por ende, en los individuos. Esa enfermedad es un desajuste convivencial que garantiza la ausencia de paz.
Un saludo

Antonio dijo...

Ana, la palabra PAZ, es linda, pero, como todo lo bello, solo la observamos aunque no la construyamos nosotros ni sepamos hacerlo...

Antonio dijo...

Majecarmu, la paz interior es la gran asignatura pendiente de nuestra cultura, no se nos enseña a lograrla en este tipo de mundo y de relación materialista...
Un abrazo y feliz año

Antonio dijo...

Amador, sí, por las escuelas, Pero también por las familias, por la tele, por la calle y por todos los medios de comunicación y formación que nos condicionan y educan...

Unknown dijo...

Desde el Centro Guadalinfo de Alhama de Almería, nuestro comentario sobre la Paz:

En el pasado, cuando hablábamos acerca de la paz, algunos creían que manteniendo el balance del poder entre las naciones a través de la intimidación, se podía prevenir la guerra. Este tipo de pensamiento nunca puede llevar a una paz duradera en el mundo. Solamente se puede llegar a lograr la paz mediante el respeto mutuo entre las naciones.



La igualdad y la paz representan dos aspectos de una misma verdad profunda. La verdadera igualdad no está basada simplemente en apariencias o palabras. No puede ser alcanzada solamente a través de la intimidación, el control de las armas o la prohibición del poder bélico nuclear. Para alcanzar el objetivo de la paz verdadera, también debemos enfatizar en la purificación de nuestro corazón y nuestra mente, el pensamiento comunitario y la revisión de nuestros conceptos.

Antonio dijo...

Gracias, Felisa, por tu interesante aportación, que comparto. Mis mejores deseos pata ti, tu familia y ese maravilloso pueblo de Alhama de Almaría.

Frank dijo...

Antonio una publicación muy interesante!!
Bajo mi punto de vista, la paz mundial es misión utópica, no obstante cada vez somos más los seres que estamos evolucionando y progresando en esta conciencia, en este modelo de vida heredado desde el principio de los tiempos. Antiguamente las batallas y las guerras, eran por cuestiones territoriales, por defender o por querer hacerse con un emplazamiento optimo y de abundantes víveres además de estratégicos, hoy en día las batallas dialécticas en las que nos hayamos casi sin querer es por defender una idea, un pensamiento, una creencia, un sentimiento, una acción... con otro individuo que no comparte nuestra misma percepción, somos necios generalmente al tratar de que nos deban de entender en todo lo que hacemos, o lo que queramos expresar o ser. La paz la conseguirán los seres, los grupos, las naciones que sean tolerantes con los pensamientos, opiniones, acciones... de los demás individuos; la paz la conseguirán los seres que respeten y compartan sabiduría con los demás seres de este encantador planeta.
Gracias Antonio por compartir con nosotros tu sabiduría!!!

Lola Mariné dijo...

Sería bonito que fuese cierto, pero los buenos sentimientos individuales parece que no se les contagian a algunos desalmados.
Pero quiero creer que hay una energia universal y algo se consigue.
Feliz año.

Antonio dijo...

Gracias Frank, por tu comentario. Yo entiendo la situación de paz ubicada en un continuo que une la violencia y la guerra, en un extremo, con la paz y el entendimiento entre los seres humanos, en el otro, incluyendo el concepto de paz interior de los sujetos. Por tanto entiendo que la paz total es una utopía, pero no así el acercamiento máximo a esa idea de paz que defendemos muchos y que está en el extremo opuesto a la guerra y la violencia.

El ser inteligente y maduro psicológicamente, el que tiene conciencia de su levedad y de la necesidad de caminar con la mente abierta, siempre verá en el otro un aliado para su crecimiento.

Un saludo afectuoso con mis mejores deseos de paz…

Antonio dijo...

Hola Lola, gracias por tu aportación. Me gusta esa idea de energía universal. De ello se deduce que todos estamos conectados a ella y eso es la parte común que nos puede unir en la idea de paz. La cuestión está en que en esta cultura no cabe esa posición hasta que no superemos los egoísmos y el desencuentro.

Feliz año 2012 y todos los que vengan después

Myriam dijo...

Tienes razón necesitamos una paz interna, con nosotros mismos y una externa a partir de ahí, con los demás.

¡Qué la paz reine en nuestros corazones y en el mundo!

Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Myriam. En el fondo, la paz, abre la puerta de la comunicación entre las personas que ejercen la voluntad de practicarla.
Besos y mis mejores deseos para este y todos los años

Darío dijo...

Este año, espero seguir accediendo a tu lúcida mirada de la realidad y del mundo. Un abrazo.

Frank dijo...

Antonio, yo soy un peregrino que anda buscando la paz interior y la felicidad interior bruta, créeme, se puede conseguir si nos lo proponemos y creemos que lo podemos conseguir!
Y cada vez más, seres de todos los rincones de este maravilloso planeta, busca lo mismo, ojalá la encontremos y ayudemos a otros a que se lancen a buscarla y conseguirla!

Antonio dijo...

Gracias, Joven Cuervo, por tus palabras motivantes. Espero que podamos compartir ideas a lo largo de este y de muchos otros años.
Una brazo

Antonio dijo...

Frank, me gusta ese concepto de Felicidad Interior Bruta (FIB). ya lo he usado en algunas ocasión como indicador de calidad de vida. Debería ser la forma de medir la calidad de vida, la riqueza del alma, la convivencia en paz, y dejar más de lado eso del PIB que anda tan mal repartido.
Un abrazo

Frank dijo...

Totalmente de acuerdo!!!!
Un fuerte abrazo Antonio!!!
Es todo un placer dialogar contigo!!!
Me gusta mucho el ambiente armónico que se vive en tu blog!!

MarianGardi dijo...

Antonio, es como aquello de el infierno son los otros.
La paz es una conquista sobre uno mismo, una cosa es estar en paz y otra vivir con gente alterada, con cientos de psicopatías, y fobias diferentes.
La humanidad està agitada, convulsa y por ello es enferma.
La ambición y el inconformismo les corroe. Cuando tienen una cosa ya la detestan y quieren otra. Son interesados y se mueven únicamente por intereses creados, o bien económicos, o bien políticos, o bien
culturales.
Cuando hablamos de paz, hay que comenzar en uno mismo, si no poseemos paz interior què podemos esperar del Mundo? Lo que tenemos, después de atravesar varias civilizaciones y miles de años, este es e resultado de nuestra obra, la obra de los humanos. Una humanidad con un montón de agujeros negros, metafóricamente hablando.
La única esperanza que nos queda es encontrar la paz en nuestro interior.
Si no esto es el manicomio. Y nunca mejor dicho ya que tù conoces algo de la profesión.
Un abrazo Antonio y feliz Año Nuevo, sabes que este año sale mi primer poemario en Barcelona y eso que según algunos detesto el catalán jejeje en vez de detestar el abuso y la injusticia. Ves como somos? Transversamos lo que nos interesa y no lo digo por ti, no te sientas aludido. Es en general

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, antes que nada Feliz Anio!!!, mis mejores deseos para el 2012 y que siempre tengas el tintero listo para enriquecernos con tus reflexiones. Y que mejor mensaje que este que nos has dejado. Desde todos los tiempos dentro de los saludos de buenaventura siempre esta inmersa La Paz, pero creo que poco le hemos dado importancia, tu has colgado algo que definitivamente esta escaseando, es la Paz Interior, por muchos motivos, por muchas causas, las cuales resenias de manera muy puntual, de manera que si eso no vive dentro de nosotros dificilmente podemos traer la paz de nuestro entorno y de nuestro mundo. Como estan las cosas, es dificil conseguir esa paz, pero no imposible, es conquistar esos espacios y dejar de estar a la defensiva por imponer nuestras posturas y mas bien respetar las diferencias, porque a la postre, eso somos todos, diferentes. Me encanta comenzar mi anio leyendo estas cosas me hacen ser mejor persona. Un besote caribenio

Antonio dijo...

Marian, comparto el cuerpo de tu argumentación y me congratulo de la publicación de tu obra, que espero poder adquirirla y disfrutarla.
Un abrazo afectuoso

Antonio dijo...

Gracias, Circe, por tu comentario. La búsqueda de la paz interior es un arduo trabajo, pues andamos cargados de esquemas funcionales que nos fueron metiendo a lo largo de nuestra vida y que nos bloquean la posibilidad de encontrarla. Creo que esta sociedad no nos lleva hacia esa paz interior, sino que tendremos que ganarla a pesar de ella y contra ella misma...
Un beso desde el sur de España

El derecho a opinar

  Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en: https://xornaldegalicia.es/opinion/el-derecho-a-opinar-por-antonio-porras-cabrera https:...