Amanecer. |
Tras
mi último relato con los avatares habidos con la parca, he vuelto por mis
fueros y al hilo de mis lecturas vengo a compartir con vosotros esta entrada. Ando
entre manos con la obra de Octavio Paz, “El laberinto de la soledad”. Resulta un
farragoso ensayo, en algunos casos, sobre todo para un español que no es versado
en la idiosincrasia de México. Pero conociendo algo a los españoles, aunque sea
por experiencia propia, se puede comprender su discurso. El hecho es que
encontré una frase que quiero compartir con vosotros, esta es: “El hombre es
una posibilidad de ser, malograda por la injusticia”.
Tras
pararme a meditar sobre esta sugestiva frase, infiero que lo justo sería dejar
que cada cual se desarrolle sin limitaciones o corsés. Pero el ser humano, que tiene
un componente dual, se mueve entre lo individual y lo social. Por tanto, esa
libertad, debería enmarcarse en una filosofía que cubriera esa dualidad indivuo-sociedad,
ambas en comunión. Estamos hablando de una cultura relacional, de unos
principios y valores que no los encontramos, imperantes, en nuestro sistema de
vida y relación social.
En
este sentido habría que crear un paraíso utópico donde pudiera darse esa circunstancia,
en la que cada cual, mediante el desenvolvimiento de la espiral de sus potencialidades,
aportaría su conocimiento, su experiencia, su ser integral, al conjunto de los
eres humanos en comunión de ideas, para enriquecerse todos a la par con esa
evolución del ser. El problema surge cuando nos volcamos en el materialismo,
cuando el progreso se va a lo tangible y lo enmarcamos en la exclusividad, en
la propiedad.
Si
en lugar de centrar nuestros objetivos en el desarrollo material, dándole
prevalencia sobre lo intelectual, inmaterial, intangible o espiritual, nos centráramos
en el impulso de estos últimos aspectos, veríamos que la riqueza, centrada en
el conocimiento, no tiene por que ser exclusiva, sino que es una siembra en
cada campo, en cada ser, para que se cultive y dé resultados sumatorios, sinérgicos,
que eleven el contexto afectando a toda la sociedad. Lo tangible, lo material,
tiene límites y, por ende, provoca el sentido de la propiedad; lo intangible,
lo etéreo, como es el conocimiento y el desarrollo intelectual, tiene el don de
la ubicuidad, puede ser compartido por todos sin sufrir merma, más bien al
contrario, incrementando su potencial evolutivo.
Por
tanto, la injusticia que representa la imposición irracional, la represión y
frustración de los propios proyectos, en función de los intereses de otros
miembros del grupo, el bloqueo del desarrollo personal mediante el proceso de
socialización en una sociedad injusta, donde el ser humano está al servicio de
intereses espurios de determinadas clases, junto al solemne error de entender
que el desarrollo y el progreso alude a lo material, en lugar de los espiritual
e intelectual, nos lleva al continuo conflicto entre la misión innata del ser
humano en el camino de la vida y la interferencia continua de los intereses
mencionados, que pasan por usar al ser humano como herramienta para conseguir
los objetivos materiales de los otros, normalmente de los que ostenta el poder
y la dirección social.
Esta
sociedad será injusta, perversa, y caminará hacia el abismo hasta que no
entienda que lo material ha de ser el justo soporte que necesita el ser humano
para cubrir las necesidades básicas que permitan a su mente, a su intelecto, el
desarrollo hacia un ser superior, compatible y concordable con el resto de la humanidad.
Lo material sería, pues, una herramienta de trabajo para elevar la mente y el conocimiento.
El ser humano, ha de comprender que forma un todo con todo el universo, con el
cosmos, donde cada átomo tiene su esencia en función de su ubicación y de su
interacción con los otros anejos, con los que conforma un sistema inmerso en
otro de orden superior, a la vez que este estaría integrando otro suprasistema
y así sucesivamente. La armonía perpetúa el sistema y la disarmonía entrópica lo
destruye. La comunicación, a mente abierta y en disposición de discernir sobre
la verdad sin tapujos ni dogmas, hace el efecto neutralizador de esa entropía,
la acción a la que los sistémicos llaman negentrópica, para darle coherencia al
sistema en un proceso de homeostasis continua que permite el cambio razonable en
una proyección evolutiva positiva.
Bueno,
al menos esta es la argumentación, a bote pronto, que se me ocurre o me sugiere
la frase aludida de Octavio y que traigo a colación para compartir con vosotros…No
sé que os inspira a vosotros. Cualquier comentario será bien recibido, como es
lógico…
19 comentarios:
Hola Antonio.
Mirando aquí entre tus siempre agradables letras, acabo de leer la entrada anterior.
No entiendo bien que te pasó, pero me alegra un montón que te hayas repuesto.
En cuanto a la frase de Octavio, me parece muy acertada, aunque no hay que olvidar que la injusticia, como la sociedad, nace de nosotros mismos. Nos empeñamos muchas veces en cambiar la sociedad sin cambiar los individuos.
Aunque tambien es necesario, que la sociedad cambie, para que puedan evolucionar sus gentes.
Cuídate Antonio y haz extensivo mi saludo y mi abrazo a tu familia.
Hola querido Antonio:
En primerísmo lugar me alegro enormemente de que estés mucho mejor. Y en segundo, esta reflexión tuya que comparto me lleva a focalizar la responsabilidad individual. Cada uno de nostros desde su yo individual, si cambia de ángulo de los material a lo espiritual si da preeminencia a determinados valores que enriquecen el espíritu humano, mejora indudablemente su entorno social y contagia.
Si señor, contagia y lo mejor de lo mejor se expande.
Un fuerte abrazo a ti y otro a Loli y que tengan muy buen fin de semana.
Ahh yo también anduve por tierras Mexicanas, peor con Valle-Inclán y su Sonata de Estío.
Un beso
Se me ocurren más cosas de las que caben en un comentario.
Desde la diferenciación que yo hago entre lo relacional y lo social, que tu pareces igualar, hasta la necesidad de la búsqueda individual de la felicidad...¿te has parado a pensar que hay individuos que no quieren aprender porque eso le plantea inseguridades y dudas?¿sabes que hay gente que no quiere aprender a disfrutar al máximo (en el terreno intelectual), porque eso conlleva también el sufrimiento máximo?.
Evidentemente, sé que lo sabes, son preguntas retóricas.
Pero ¿hasta dónde se puede obligar a las personas a abrir sus ojos (físicos y mentales) si no quieren hacerlo?¿compensa la felicidad con el sufrimiento?.
Podríamos divagar y divagar. Cada uno de nosotros lo vería desde su momento vital. Y digo "momento".
Mi comentario no tiene mérito alguno porque existe una comunicación más que subliminal entre tu mente y la mía, y lo sabemos, por tanto el aplauso que estoy dando a esta entrada aunque es de un silencio atronador, resulta básicamente cariñoso.
Te mando un enlace de otro pensador(a) con quien comparto actitudes, aunque se prodiga bien poco.
http://transfilosofia.blogspot.com/2012/01/los-pueblos-y-sus-errores.html
Para los utilitaristas, yo no puedo ser feliz si hay infelicidad a mi alrededor. Es así de simple, porque somos seres sociales. En la complejidad de la trama sociocultural, la infelicidad ajena repercute siempre, de alguna manera sobre la mía. El problema es –como dice María Jesús, creo que muy acertadamente– que hay individuos capaces de ignorar simplemente al prójimo, de avasallarlo sin que eso le afecte, al parecer, en lo más mínimo. Pero estos individuos deshumanizados que viven en su burbuja tienen que enfrentarse, al menos en el plano estético, con tener un mundo a su alrededor desagradable, que constituye una amenaza incluso para ellos. La represión que ejercen el poder mal entendido y la desigualdad originada por la acumulación injusta de riquezas no sólo asfixia así al hombre común, más desfavorecido, sino que crea un clima de inseguridad y desconfianza en el que nadie puede desarrollarse plenamente. ¿Cómo hacer entender esto a quien simplemente no quiere entenderlo, porque teme las consecuencias de ese aprendizaje (cultural, ético) que ve sesgadamente desde una posición actual que juzga favorable? Ése es el difícil problema. Lo que no creo en modo alguno es que afrontarlo sea divagar.
Puede ser que la injusticia nos atraviese. Cómo la enfrentamos? Nos subimos al tren de la injusticia e intentamos pescar algo o defendemos nuestros principios. Pero sí, la injusticia parece una dimensión trascendente en el devenir humano. Un abrazo.
Estimado Antonio:
Excelente texto, o casi tesis, diría yo. Profundizas en el ser, la sociedad y el eje que manupula con una claridad extraordinaria.
"Esta sociedad será injusta, perversa, y caminará hacia el abismo hasta que no entienda que lo material ha de ser el justo soporte que necesita el ser humano para cubrir las necesidades básicas que permitan a su mente, a su intelecto, el desarrollo hacia un ser superior, compatible y concordable con el resto de la humanidad. Lo material sería, pues, una herramienta de trabajo para elevar la mente y el conocimiento". Esta parte de tu texto es muy concisa máxime ahora que la crisis ya casi impide la propia individualidad del ser en todos los sentidos, incluído el pensamiento, movilidad -exceso de inmigración-, tener casa propia, poder dormir sin ayuda de ansiolíticos y mil cosas más.Hace poco coloqué en FB, cito: "Si colocásemos en el hemisfero norte a los ricos de este mundo
y en el hemisferio sur a los pobres ¿existiría el movimiento de rotación de la tierra, o se partiría su eje?". En mi opinión el eje está tan arqueado que creo no tardará en romperse.
Respecto a la frase de Octavio, considero que es todo un acierto.
Gracias por ofrecernos tus interesantes doctrinas dignas de encomio.
Besos con estima para ti y los tuyos.
Cris.
Excelente reflexión, Antonio.
Estoy leyendo un libro, "La economía del miedo" (demasiado nivel para mí,pero recomendable a pensadores,sociólogos, economistas y personas preparadas en la materia)donde dice que esto ya se sabía que iba a ocurrir desde los años 70. Y que el señor Keynes ofrecía la receta para evitarlo; pero el Poder que maneja los hilos de la Historia no hizo caso y prefirió emplear la doctrina de su oponente: la desregulación, el libre comercio y la cesión de responsabilidades de los gobiernos al mercado.Proclama la eliminación de sindicatos, subvenciones y servicios deficitarios, la restricción del crédito. Todo eso.
En las últimas semanas se atisba un retroceso hacia los postulados de Keynes. Pero parece ser que ya es tarde.
Es lógico: si la producción se lleva a países pobres por el bajo coste de mano de obra, dejando en el paro a los clientes de toda la vida, los que hacían florecer el negocio, y además se niega el crédito a los parados, emprendedores y a las empresas, ¿quién les va a comprar sus productos?
Por otra parte,al igual que el comentarista Roberto R Bravo, sufro al ver la infelicidad a mi alrededor, más aún cuando la percibo en miembros de mi familia a causa de la crisis del paro y de la hipoteca.
A veces eso repercute en mis proyectos, por ejemplo: me da corte irme a comer fuera, hacer reformas en el piso o hacer un viaje sabiendo que ese dinero le vendría bien al familiar que vive en necesidad.
Y lo cancelo todo.
Los individuos que mencionan más arriba,esos que son capaces de ignorar al prójimo y de avasallarlo tienen grandes posibilidades de éxito en este mundo inhumano y corrupto.
Difiero en eso de que algún día deben enfrentarse, en el plano estético, a vivir en un entorno desagradable: ellos se aíslan en urbanizaciones de lujo con campos de golf, puerto deportivo y gimnasios que gozan de sistemas de seguridad y de vigilantes armados.
Lo que sí estoy seguro que deberán soportar algún día, si esto no se soluciona, es el levantamiento de una muchedumbre de hambrientos y personas que nada tienen que perder que les desposeerá de sus bienes e incluso de la vida.
Un abrazo, Antonio, me alegro de leerte de nuevo.
Gracias, Izara, por tu preocupación. Fue una bajada de tensión y de la frecuencia cardiaca, posiblemente a consecuencia de un problema digestivo, con desestabilización de mi cortisol y vasodilatación por una solinitriona sublingual, algo ya resuelto.
Creo, por otro la do, que mientras que se siga manteniendo esta sociedad injusta no se podrá crear al hombre justo, pues estamos en esa interacción donde el ser humano forma su propia sociedad y esta revierte en la formación del ser hu7mano. Una pescadilla que se muerde la cola. ¿Cómo romperla?
Un abrazo
Hola Myriam. Creo que habría que clarificar el concepto y la forma de entender la libertad. Un sujeto libre, si no es responsable, solo crea el caos. Si conseguimos una sociedad que sea capaz de definir los valores reales que llevan a la libertad y la convivencia respetuosa y responsable, habremos empezado a ganar esta batalla…
Un abrazo afectuoso
María Jesús, tal como yo entiendo lo relacional y lo social, uno es método y otro es contexto, por lo que se dan la mano en un acto de creación y sostenimiento de la sociedad y su sistema relacional.
Considerando que el mundo está formado por personas donde el diferencial psicológico es evidente, habrá que concluir que hay sujetos predispuesto a la alienación y al sometimiento, mientras otros están por sembrar otros valores humanos d libertad. La cuestión está, bajo mi punto de vista, en cómo no someter a los sometibles hasta alienarlos, sino ayudarlos a vivir en libertad aunque se impliquen menos. Creo que es una cuestión de actitud del que se implica respecto al que no lo hace.
Comparto contigo la necesidad de dedicar más extensión a estas ideas, pues no se pueden reducir a este espacio, sino que requieren amplio debate, mucha conversación…
Gracias emejota. Iré a visitar ese blog al que aludes.
Un beso cargado de cariño
Roberto, el asunto de la felicidad es complejo, pues depende de una actitud personal respecto a lo interno y lo externo. Pongo un ejemplo: Hay gente que se siente feliz o infeliz por función comparativa. Mientras mejor situado esté respecto a los otros más realizado se siente y más feliz por tener lo que otros no tienen. En otros casos, al menso yo lo siento así, se es feliz cuando se crea un entorno feliz, entonces podemos hablar de felicidad en comunión.
Por tanto, la cuestión está en que hay individuos que se siente más felices en las diferencias, en la asimetría, que son los dominantes en esta sociedad, o al menos los que andan gestionando el mundo, y otros que trabajan para generalizar el disfrute y el mejor vivir en toda la sociedad.
Si conseguimos que dejen de ser dominantes los prim3eras y sean los segundos estaremos en el buen camino, según mi opinión.
Joven Cuervo, yo creo que la injusticia no le parece tan injusta al que se beneficia de ella. Para el que la sufre es flagrante e insoportable. Aunque es curioso que muchos que han estado afectados por esa injusticia, por ejemplo distributiva, cuando escalan cambian la chaqueta.
Un abrazo
Gracias, Cris, por tu visita e interesante comentario.
Ciertamente, el hemisferio norte está mucho más poblado que el sur, tiene mucho más terreno habitable y más riqueza., por tanto el eje económico anduvo siempre por él desde tiempo inmemorial… Egipto, Persia, Grecia, Roma, Europa, Norteamérica, China.. y el eje sigue girando, pero siempre por el norte… De hecho la tierra ya está rota… existe un mundo rico y un mundo pobre, arriba y abajo. Los días y las noches no son iguales para un hemisferio que para otro…
Besos con todo mi afecto
Amigo Juan, poco tengo que añadir a tu exposición, salvo que desde hace tiempo se están creando dos sociedad en una misma dimensión o localización física, la de los ricos y especuladores poderosos, dueños del dinero y del poder de decisión y la de los pobres y asalariados que vivirán en función de su rentabilidad para los primeros.
No sé como podremos revertir esto y evitar que nso lleven a esa situación de injusticia…
Un abrazo
Totalmente de acuerdo con tu enfoque Antonio. Es importantísimo dar prioridad a lo intelectua y espiritual por encima de lo material. Es eso precisamente lo que engrandece y hace justo al hombre y con ese pequeño gran detalle se logra una diferencia considerable.
Un placer saber que estás bien Antonio.
Te dejo un abrazo inmenso
Gracias, Belhis, por tu visita, comentario y preocupación por mi salud. Me satisface compartir contigo la reflexión.
Un beso afectuoso
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