martes, 4 de enero de 2011

Hablemos de la familia. (I)


Pasado el año e iniciado el otro, también volvemos a las reflexiones y a compartir ideas para mejor entender la vida y sus cosas. Por eso vuelvo con las Cosas de Antonio. Esta reflexión, que hoy empiezo a colgar, ocupará tres entradas como mínimo, pues no pretendo ser un tostón y que se lea todo el argumentarlo de una pasada, al entender que se tiene que ser un valiente para hincarle el diente y deglutirlo de un solo trago sin salir empachado, por lo que las iré colgando en días sucesivos.

Cuando uno medita sobre algo está intentando esclarecer sus ideas, lo que implica cierta disposición a aceptar que se sabe como se empieza pero no como se termina, si bien el bagaje de toda una vida ha ido consolidando y sedimentando conocimientos de difícil remoción. Estos planteamientos, pues, que vengo a manifestar no dejan de ser ese comienzo abierto al debate, con disposición a “si encuentra algo mejor cómprelo” como decía el anuncio. Por tanto, vayamos al tema.

El pasado día 2 se reunió una importante cantidad de sujetos creyentes, files de la iglesia católica, en una misa en defensa de la familia cristina. Cosa que a mí me parece perfectamente respetable puesto que andan exponiendo, con mayor o menor acierto, la idea que tienen de familia cristiana, y más concretamente católica. A ellos les compete vivir con sus creencias y las consecuencias en su práctica religiosa. A mí, que no soy creyente, no me afectan sus planteamientos o, al menos, espero que no intenten que me afecte, aunque por lo que vengo observando su pretensión es generalizar a la sociedad española sus ideas y exigir que todos cumplamos sus preceptos, seamos o no creyentes. Yo comparto con ellos la preocupación por la familia, pero habría que definir de qué modelo de familia estamos hablando.

Es aquí donde me rebelo. Me considero, incluso, más capacitado que la legión de jerarcas eclesiásticos, célibes en teoría, para hablar de la familia con autoridad y conocimiento de causa. Y también, son tan respetables mis ideas como pueden ser las de los católicos practicantes que tienen formada una familia, a los que respeto sinceramente. Ellos deben asumir su congruencia interna y dejar a los demás aceptar la propia.

Pero volviendo al tema del reconocimiento de autoridad sobre el concepto de familia, tengo en mi haber algunas ventajas respecto a los jerifaltes ensotanados y enfaldados, curiosamente, bajo la misoginia y la homofobia. Dos aspecto muy relacionados con la indumentaria propia, ya obsoleta, y claro símbolo de su anacronismo y la morriña de tiempos pretéritos, donde su poder era extensible a toda una sociedad con altos índices de analfabetismo y donde ellos controlaban la educación y el adoctrinamiento que ahora temen en la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Digo que tengo en mi haber, al igual que ellos, el haber sido hijo y hermano en una familia; pero también soy esposo, padre y abuelo, cosa que ellos no han ejercido. Por tanto, he convivido durante 36 años con una esposa, he criado a dos hijos y hago de canguro, con muchísimo gusto, de dos nietos maravillosos a los que amo y quiero con verdadera pasión. Además, por si aluden a sus conocimiento teóricos, tengo que decir que también soy psicólogo y con variaos cursos y formación en terapia de familia desde la perspectiva sistémica.

Dicho esto, creo más en mis planteamientos respecto a la familia que en cualquier posición que pretendan establecer ellos, como no podría ser menos, pues no soy oveja de su rebaño y ellos no son mis pastores, sobre todo porque yo no soporto los pastores, aunque sí el intercambio de conocimiento. Para tener pastor, debería ser oveja, y para ser oveja tendría que renunciar a mi libre albedrío, a mi aspecto de librepensador y de crítico, de duda continua y de búsqueda de una verdad mutante que se ajusta a cada instante de la vida, sobre otra verdad perenne que no conocemos en su totalidad, pero que la ciencia va descubriendo en el día a día, aunque muchos pretendan explicarla desde la fe, cuando la fe es una forma de dar crédito a lo desconocido.

Pero volviendo al tema, la familia, para mí, tiene tres elementos claves bien diferenciados; por un lado está los miembros que la componen; por otro las formas, normas y principios que los relacionan, basados en los roles y, finalmente, está la argamasa o aglutinante que la cohesiona o justifica, al amparo de unos objetivos comunes que definen quienes deciden formarla, o sea los interesados e integrantes iniciales.

Ese lazo al que aludo, último de los tres elementos, en muchos casos, es una opción de conveniencia, o de fuerza mayor y no siempre avalado por el enamoramiento, mal llamado amor, como veremos más adelante. No es lo mismo una boda para afianzar el poder económico de una saga, que también se da, o forzada por un embarazo no deseado producto de una relación sexual puntual, que un matrimonio consolidado por un enamoramiento. Si bien, este último, al enamoramiento me refiero, no deja de ser una cuestión pasajera, respondiendo más al querer y desear objetalmente a la otra persona, a la que se reviste de valores imaginados y que sufre un proceso, por lo general, de contrastación cuando se establece la convivencia real, que al verdadero amor. El querer, tal como he sostenido en entradas anteriores, es objetal y el amor objetivo. Es decir, querer implica el deseo del uso y disfrute de algo que se necesita, mientras que amar conlleva el desinterés personal y la pretensión u objetivo del bien de la otra persona por encima de cualquier otra consideración. El amor se basa en el respeto y la ayuda para que el otro pueda desarrollar su propio proyecto de vida, sin condicionantes egoístas que le aten y estableciendo vasos comunicantes entre las partes, para que la evolución del uno se nutra con la del otro. He aquí, pues, un gran conflicto de intereses, cuando el querer choca con el amar y no se transita ordenadamente desde el enamoramiento al verdadero amor, pudiendo romperse la relación de forma irreparable, puesto que lo posesivo, el querer, lo objetal, está muy presente en nuestro planteamiento y dinámica familiar.

(Continuará…)

24 comentarios:

Felipe Medina dijo...

Antonio,no te canses porque todo ésto que dices lo saben perfectamente estos buitres carroñeros.Lo que sucede es que quieren seguir teniendo el control sobre la sociedad y manipularla a su antojo.No son tontos,son unos dictadores que necesitan para su propia supervivencia tener cogidos a buena parte de la sociedad con el fin de que ellos sigan manejando el cotarro.

Pienso que cada día son menos creible.

Un saludo

Txema dijo...

Lo más curioso del caso querido Antonio, es que la jerarquía católica se afana en demostrar una idea de la familia que se aleja bastante de Cristo, quien abandonó a la suya y aconsejó otro tanto de lo mismo a sus amigos y fieles para seguir su obra.

En qué quedamos, o la familia no debe ser un obstáculo para que cada quien se desarrolle como quiera o todos debemos aceptar el férreo mensaje unificador y paternalista del Vaticano.

Ana dijo...

muy buena entrada la familia es la que cada uno forma con su pareja e hijos, con o sin iglesia de por medio, eres un buen maestro en estos menesteres. Enhorabuena.

Un abrazo

Eastriver dijo...

Estoy totalmentte de acuerdo con lo que dices. Pero ellos defienden un status quo, unos beneficios... da igual de si tienen razón o tienen crédito para opinar. El estado religioso les aporta unos beneficios que el estado laico no les aporta. Por tanto, luchan por lo que les interesa. Pero claro, con esa moralina que es lo malo, porque yo puedo defender mis intereses siendo sincero... si empiezo con la moralina dejo de ser honesto. Pero bueno, estoy convencido de que muchos de ellos piensan que tienen la razón suprema y se justifican estas pequeñas grandes trampas.

La familia es fundamental, en eso coincidimos. El amor, el cariño, el afecto, todo eso es fundamental. Pero claro, no todo sigue la receta estricta de lo que dicen ellos. Hay otros modelos de familia por lo menos tan válidos, estoy convencido.

Un abrazo para todos y feliz 2011.

RGAlmazán dijo...

Antonio, para comentar tu entrada entera, espero al último capítulo. De momento, estoy de acuerdo contigo y con los demás comentaristas. Y añado que si en algo soy consevador es en mantener la familia como institución primaria, pero la clave es ¿qué tipo de familia?

Salud y República

Ricardo Miñana dijo...

Muchas felicidades para este año, dale vida a tus sueños y que la crisis económica
pase de largo.

¡¡Feliz año 2011!!

Un abrazo.

Silencio dijo...

Hola Antonio.
Aunque ya conocemos de sobra a estos peligrosos carcas de la Conferencia Episcopal (y del Vaticano), siguen haciendo muchísimo daño y su atrevimiento es infinito sobre algunas cuestiones. La última, la del obispo e Alcalá de Henares y su "científica" opinión sobre la violencia en la pareja.
Es que es tan sumamente indignante que a veces no encuentro las palabras que me burbujean en el estómago contra estos sinvergüenzas. Menos mal que tú sí que las tienes y bien argumentado.

Por cierto, os dejo la dirección de esta campaña, a favor de la diversidad (y que no va en contra de los derechos de nadie) http://www.felgtb.com/familiarizate/
¡Saludos!

mariajesusparadela dijo...

También yo estoy de acuerdo con la entrada y con los comentaristas.
Y espero al total.

José Vte. dijo...

La única forma que tiene la Iglesia de mantenerse en su cima de poder es que la gente tome sus ideas como dogma de fe inquebrantable, si se empiezan a desmontar sus ideas petreas, se les empezará a desmoronar el imperio.
A ver como continua esta interesante entrada.

Un saludo

Antonio dijo...

Felipe, mantener el "estatus quo" es su interés, si no serían más dinámicos, y solo cambian bajo el impulso de los tiempos y las evidencias.
Un saludo

Antonio dijo...

Efectivamente, Txema, esa demanda de Cristo a sus seguidores la refiero en la segunda parte. Al final acaba uno concluyendo que son unos grandes manipuladores del propio cristianismo usándolo en favor propio y de su estrcutura.

Antonio dijo...

Gracias, Ana. Espero que en la continuación acabemos aclarando más cosas.
Un abrazo

Antonio dijo...

Querido amigo Ramón, ellos están institucionalizados en una institución que forma una estructura de poder y sostenimiento organizacional que justifica su existencia, su vida y sus objetivos personales, para lo que deben mantener el “status quo” al que aludes. Lo que pasa es que pretenden enquistar esta sociedad sin permitir la evolución hacia el saber y el descubrir nuevas cosas, alternativas que pongan en cuestión todas las ideas sobre lo existente, enfocado a un mayor conocimiento y desarrollo del ser humano. Ellos siguen anclados en el pasado que es lo que les dio el poder y la gloria desde su mesiánica visión de la vida y de la sociedad. No hay mucha diferencia entre el integrismo religioso de uno u otro bando.
Un abrazo

Antonio dijo...

Rafa creo que colgaré todo le artículo en la próxima entrada, aunque sea largo, así no se pierde el hilo y se comenta con más facilidad.

Un saludo

Antonio dijo...

Gracias, Ricardo. Los sueños suelen ser buenos objetivos para darles vida, aunque la realidad muchas veces tropieza con ellos y los deja fuera de juego.
Feliz año

Antonio dijo...

Hola Silencio. Ciertamente su atrevimiento es increíble, pero cada día hay más gente con criterio propio que les desautoriza cuando hablan de algo y demuestran lo poco que saben, o su idiocia argumental en ese campo. Por tanto es bueno dejarlos hablar, pero insistiendo en sus meteduras de pata y sus dogmatismo y trasnochados..
Saludos

Antonio dijo...

María Jesús, el total va dentro de un rato. Espero vuestras aportaciones con expectación.

Antonio dijo...

José Vte. Lo tienen difícil y complicado si la sociedad evoluciona hacia una educación y formación académica adecuada con el progreso y el uso de la razón. Ellos no podrán poner sus dogmas a gente que tienen criterio propio. Entonces, o cambian o mueren ideológicamente, aunque siempre quedará gente que prefiera la alienación a la razón, por pura conveniencia o desidia mental.

Un saludo

alma dijo...

Yo lo que peor llevo es cuando hablan de "defender" la familia cristiana. Defenderla ¿de qué?. ¿Alguien la amenaza? no, claro que no, porque lo que quieren decir cuando dicen "defender" es en realidad "imponer". A veces, me dan muchas ganas de apostatar, en serio lo digo, no me da la gana que esa sarta de sirvenguenzas sigan contándome entre los suyos sólo porque fui bautizada.

Un abrazo, Antonio

Antonio dijo...

Bajo mi punto de vista, hay un hecho que te da la razón, Almalaire. Si hicieran estos actos en sus templos, cada cual en su parroquia, dado que existe la comunión interfieles, se entendería que pretenden llegar solo a sus creyentes y no cabría la crítica desde los no creyentes. Pero cuando hacen esta ostentación, en un lugar público, dando trascendencia a toda la comunidad, se ve claramente su intento de imponer o hacer valer sus ideas, lo que me parece bien, pero entonces están sujetos a la crítica y a la confrontación ideológica, pues quien no está de acuerdo tiene que neutralizar su intento de influencia…
Un ubrazo

Lola Mariné dijo...

La iglesia está tratando de mantener sus privilegios a la desesperada. Lo mismo defienden la familia tradicional como te dicen que la violencia machista es porque la pareja no está casada como su dios manda...Sin comentarios.
Por otra parte, creo que la familia está sobrevalorada (tambien por influencia de la iglesia, supongo); el amor, la estabilidad, y todo el bienestar que se atribuye a la familia tambien se encuentra en relaciones elegidas por uno mismo y no impuestas por nacimiento, que a veces el nucleo familiar es un nido de viboras.
Feliz año otra vez.

Antonio dijo...

Hla Lola, solo me queda decir que estoy de acuerdo con lo que planteas en todos sus términos. Además coincide con lo que expondré más adelante.
Feliz año de nuevo

Camino a Gaia dijo...

El problema de la iglesia y de la religión en general es que tienden al monopolio de todos los valores. El monopolio de la verdad, de la familia, de la ética o de la trascendencia. La religión pretende uniformar en vez de comprender. Si necesitan ovejas que recuperen la trashumancia.

belijerez dijo...

Toca demasiados temas interesantes, desde mi punto de vista e interés. La cuestión de la autoridad, cada vez me cuesta más condeler autoridad alguien, entre otras razones porque nadie puede ser más que yo salvo en cuestiones tecnicas de concoimiento, pero eso porque yo no haya alcanzado un nivel no quita para pueda alcanzarlo si me pusiera. Por tanto la autoridad no me resulta tan fácil concederla. Prefiero hablar de cooperación abierta en búsqueda de la verdad. Todos tenemos de una u otra forma experiencias de familia,de sexualidad y demás aspectos necesarios en el crecimiento personal y social, incluido el Papa o mi vecino que es barrendero. cada cual tiene "su experiencia" que podemos comaprtir o no, pero que no podemos imponer ni generalizar.
Mi familia, entendida padre, madre, hermana y hermano fue la que biologicamente se formó, culturalmente pudimos asumir y en este momento no tengo porque los conflictos nos han llevado a autentica separación, es lo que hay, oiga don Antonio, pero ni voy a vivir hundida en la miseria humana, ni me voy a dejar arrastras por "catastrofes naturales", paranoías o similares heredadas de una forma de relacionarse enquistada y neurotica. Así que desvinculamos los lazos y "borrón uy cuenta nueva" que con algunas amigas o amigos me considero más hermana en cuanto afectos, intereses y demás aspectos relacionales que con los que biológicamente me tocó en suerte.

No me siento en pecado, aunque durante muchos años de mi vida comparti criterios y actitudes de creyente catolica apostolica y "latinoamericana" porque vivi durante muchos años en grupo la perspectiva de la teologia de la liberación.

Lo dejo Dón Antonio que esto me da mucho que compartir.

Suscribo la mayor parte de sus argumentos y reflexiones, todos diría yo.

El derecho a opinar

  Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en: https://xornaldegalicia.es/opinion/el-derecho-a-opinar-por-antonio-porras-cabrera https:...