En estas fechas parece quedar claro que toda la gente pretende un mundo mejor. Un tropel de deseos maravillosos y buenas intenciones se agolpa a nuestro alrededor y recibimos infinidad de mensajes manifestando espléndidos deseos de felicidad y prosperidad, todos ellos encaminados a un mejor mundo. Yo, lógicamente, me sumo a este manifiesto, faltaría más… Pero inmediatamente me pregunto: ¿si todos estamos en esa misma idea, por qué no se consigue?
Puede que sea una falacia cultural, una mentira institucionalizada, que aparece en Navidad como forma de expresión; parafernalia adquirida y asumida como una conducta social que hoy llamaríamos políticamente correcta. Pero me niego a pensar así. Creo que en el fondo, salvando los egoísmos personales y la hipocresía disonante con la lógica emocional, amén de esa especie de balance fin de año sobre la bondad y maldad de nuestros actos, a modo de juicio final anual, donde afloran los buenos sentimientos en contrapartida a los malos hechos que hemos practicado a lo largo del año, como un acto de contrición y arrepentimiento por los mismos, también cabe que sea un deseo firme de mejoría en todos los aspectos que gobiernan el mundo y lo condicionan.
Yo estoy convencido de que esos deseos que se manifiestan son verdaderos, que responden a una voluntad real de cada sujeto. No entro a valorar si cuando se desea un mundo mejor se habla del mundo inmediato, pues entonces habría que poner o definir parcelas… ¿Nos referimos al entorno familiar, al grupo de amigos y gente conocida, a la sociedad, estado o país donde vivimos…? ¿O acaso estaremos globalizando el deseo, para todo el mundo real, para los países subdesarrollados, para el tercer y cuarto mundo, para…? No sé, en el fondo puede que estemos ante una entelequia difícilmente razonada y razonable, dado que entra en colisión el deseo y nuestra conducta habitual. Pues si deseamos un mundo mejor cabría preguntarse si estamos dispuestos a renunciar a esa parte de cosas buenas que tenemos y disfrutamos para entregarlas a los que no tienen nada…
Además, surge una pregunta básica: ¿Qué entendemos cada uno por un mundo mejor? Podríamos estar hablando de un mundo donde toda la gente tuviera cubiertas sus necesidades básicas, o bien por otro donde nuestro entorno viviera mucho mejor que los demás. Claro que nos podemos referir a los bienes materiales, a la dotación económica, el recurso a las tecnologías; al progreso entendido como tener más cosas, más diversión, más vacaciones, viajar, ocio, etc. También podríamos orientarlo hacia los buenos sentimientos del ser humano, hacia la bondad y desarrollo de principios solidarios, amor, altruismo, entrega, responsabilidad, implicación, motivación, amistad, compañerismo, libertad, respeto, tolerancia, bonhomía… en suma, desarrollo de principios y valores orientados en el sentido de un ser más humanista.
Ahora me queda otra duda. ¿De todas estas cosas que he manifestado y de otras muchas que se os puedan ocurrir, cuales son las prioritarias? ¿Cómo se establece la taxonomía de lo importante, de lo que debe prevalecer sobre lo demás? Es evidente que subyacen principios, creencias y valores ideológicos y religiosos, a la par que la propia situación personal, que determinan o condicionan cada posición y, consecuentemente, lo que se entiende por un mundo mejor.
¿Qué diferencia habrá en la concepción de un mundo mejor entre un integrista religioso, sea musulmán, católico, judío, etc, y otros sujetos de la misma religión, por decir algo? Pero, ¿y entre un neoliberal, un socialista, un comunista o un fascista? ¿Acaso pensarán en el mismo modelo de mundo ideal un sujeto pobre, sin recursos básicos para subsistir dignamente, que un ricachón que rezume euros? Tampoco se parecerá mucho la posición de un banquero y a quien le han quitado su vivienda por no pagar la hipoteca, o entre un sujeto con un sueldazo y un pobre parado…
No, no es lo mismo. Por tanto, estando hablando de lo mismo, hablamos de cosas diferentes, aunque usemos palabras idénticas. Pero en el fondo, ¿no cabe la posibilidad de llegar a unos mínimos de consenso, de buscar un punto de confluencia donde podamos estar todos de acuerdo, aunque sea de forma básica? Yo creo que es relativamente sencillo consensuar ciertas cosas como es la supervivencia de la propia especie, la pervivencia del ser humano mediante la cobertura de sus necesidades básicas.
¿Podemos empezar desde abajo? Bien, pues vayamos a ello. Si somos solidarios, si sentimos amor por los demás, si queremos que nuestros semejantes tengan una vida medianamente digna, debemos llegar a la conclusión de garantizar la cobertura de unos mínimos que les permita vivir decentemente. Esos mínimos están en la cobertura de sus necesidades básicas y de ahí ir subiendo. Esta es una función solidaria que se debe canalizar por las organizaciones sociales de las que nos dotamos, sobre todo de los estados, los gobiernos y organismos internacionales que canalizan las inquietudes de los ciudadanos… Pero esto está visto que no funciona, pues los gestores no están por la labor.
Por otro lado, permitidme que tome como ejemplo la pirámide de Maslow, para centrar las necesidades básicas en la escala que propone. Es de una total injusticia social el no disponer, por parte de los estados y gobiernos, la cobertura de las necesidades básicas de subsistencia de sus ciudadanos, las fisiológicas propiamente dichas, las que garanticen la respiración, alimentación, descanso, reproducción y homeostasis…. Es decir, calidad del aire que se respira, de los alimentos en suficiencia, de agua potable y para higiene, de reposo y confortabilidad en las viviendas, de la homeostasis del organismo y su función excretora con sistemas homologados de eliminación de residuos, además de todo lo relacionado con la reproducción de la especie… Estas acciones no se pueden delegar en la caridad del pueblo, de la gente, o de las ONGs para perpetuar las injusticias y hacer de lavadora de conciencias, deben ser asumidas como forma de justicia social por los propios estados. No tiene sentido, como decía en mi entrada anterior, que se gaste grandes cantidades de dinero en medicina y no se gaste en la cobertura de estas necesidades. Claro que las multinacionales farmacéuticas y de aparatos médicos tienen mucho poder, siendo capaces de aterrorizar con la enfermedad, como han hecho en el caso de la gripe A, y el agricultor y la industria alimentaría no pueden ejercer ese chantaje emocional y político… Aquí hago enlace con el siguiente nivel de la pirámide, exigiendo a los estados y gobiernos la cobertura de las necesidades que se establecen en el mismo, las derivadas de la seguridad.
Por tanto, mi propuesta primera para hacer un mundo mejor, donde podamos coincidir todos y converger en una política social mínimamente aceptable, es que se garantice alimentación, higiene, vivienda, educación, cobertura sanitaria y cuantas necesidades sean precisas para acreditar una vida digna para todos y cada uno de los seres humanos, incluida, por supuesto, las mencionadas en el nivel de seguridad (ver imagen); lo otro, los deseos navideños enlatados en postales, son monsergas, brindis al sol o masturbaciones mentales que producen el placer de mi bondad supuesta porque digo esto, aunque haga lo contrario.
A partir de aquí podemos iniciar la elevación en los niveles de la pirámide hasta el último, la autorrealización. ¿No os parece? Estos son mis deseos reales y el inicio del modelo social alternativo al que nos quieren implantar. Mi optimismo, mi positivismo, lo enfoco en este sentido, huyendo del negativismo y el pesimismo que nos quieren imponer, tal como comentaba en mi entrada anterior. Espero el efecto de la profecía autocumplidora en esta orientación y no en la inversa… Entiendo que el ser humano está muy por encima de los intereses económicos de grupos, y su desarrollo personal es la base del desarrollo de una sociedad justa y de progreso real…
Puede que sea una falacia cultural, una mentira institucionalizada, que aparece en Navidad como forma de expresión; parafernalia adquirida y asumida como una conducta social que hoy llamaríamos políticamente correcta. Pero me niego a pensar así. Creo que en el fondo, salvando los egoísmos personales y la hipocresía disonante con la lógica emocional, amén de esa especie de balance fin de año sobre la bondad y maldad de nuestros actos, a modo de juicio final anual, donde afloran los buenos sentimientos en contrapartida a los malos hechos que hemos practicado a lo largo del año, como un acto de contrición y arrepentimiento por los mismos, también cabe que sea un deseo firme de mejoría en todos los aspectos que gobiernan el mundo y lo condicionan.
Yo estoy convencido de que esos deseos que se manifiestan son verdaderos, que responden a una voluntad real de cada sujeto. No entro a valorar si cuando se desea un mundo mejor se habla del mundo inmediato, pues entonces habría que poner o definir parcelas… ¿Nos referimos al entorno familiar, al grupo de amigos y gente conocida, a la sociedad, estado o país donde vivimos…? ¿O acaso estaremos globalizando el deseo, para todo el mundo real, para los países subdesarrollados, para el tercer y cuarto mundo, para…? No sé, en el fondo puede que estemos ante una entelequia difícilmente razonada y razonable, dado que entra en colisión el deseo y nuestra conducta habitual. Pues si deseamos un mundo mejor cabría preguntarse si estamos dispuestos a renunciar a esa parte de cosas buenas que tenemos y disfrutamos para entregarlas a los que no tienen nada…
Además, surge una pregunta básica: ¿Qué entendemos cada uno por un mundo mejor? Podríamos estar hablando de un mundo donde toda la gente tuviera cubiertas sus necesidades básicas, o bien por otro donde nuestro entorno viviera mucho mejor que los demás. Claro que nos podemos referir a los bienes materiales, a la dotación económica, el recurso a las tecnologías; al progreso entendido como tener más cosas, más diversión, más vacaciones, viajar, ocio, etc. También podríamos orientarlo hacia los buenos sentimientos del ser humano, hacia la bondad y desarrollo de principios solidarios, amor, altruismo, entrega, responsabilidad, implicación, motivación, amistad, compañerismo, libertad, respeto, tolerancia, bonhomía… en suma, desarrollo de principios y valores orientados en el sentido de un ser más humanista.
Ahora me queda otra duda. ¿De todas estas cosas que he manifestado y de otras muchas que se os puedan ocurrir, cuales son las prioritarias? ¿Cómo se establece la taxonomía de lo importante, de lo que debe prevalecer sobre lo demás? Es evidente que subyacen principios, creencias y valores ideológicos y religiosos, a la par que la propia situación personal, que determinan o condicionan cada posición y, consecuentemente, lo que se entiende por un mundo mejor.
¿Qué diferencia habrá en la concepción de un mundo mejor entre un integrista religioso, sea musulmán, católico, judío, etc, y otros sujetos de la misma religión, por decir algo? Pero, ¿y entre un neoliberal, un socialista, un comunista o un fascista? ¿Acaso pensarán en el mismo modelo de mundo ideal un sujeto pobre, sin recursos básicos para subsistir dignamente, que un ricachón que rezume euros? Tampoco se parecerá mucho la posición de un banquero y a quien le han quitado su vivienda por no pagar la hipoteca, o entre un sujeto con un sueldazo y un pobre parado…
No, no es lo mismo. Por tanto, estando hablando de lo mismo, hablamos de cosas diferentes, aunque usemos palabras idénticas. Pero en el fondo, ¿no cabe la posibilidad de llegar a unos mínimos de consenso, de buscar un punto de confluencia donde podamos estar todos de acuerdo, aunque sea de forma básica? Yo creo que es relativamente sencillo consensuar ciertas cosas como es la supervivencia de la propia especie, la pervivencia del ser humano mediante la cobertura de sus necesidades básicas.
¿Podemos empezar desde abajo? Bien, pues vayamos a ello. Si somos solidarios, si sentimos amor por los demás, si queremos que nuestros semejantes tengan una vida medianamente digna, debemos llegar a la conclusión de garantizar la cobertura de unos mínimos que les permita vivir decentemente. Esos mínimos están en la cobertura de sus necesidades básicas y de ahí ir subiendo. Esta es una función solidaria que se debe canalizar por las organizaciones sociales de las que nos dotamos, sobre todo de los estados, los gobiernos y organismos internacionales que canalizan las inquietudes de los ciudadanos… Pero esto está visto que no funciona, pues los gestores no están por la labor.
Por otro lado, permitidme que tome como ejemplo la pirámide de Maslow, para centrar las necesidades básicas en la escala que propone. Es de una total injusticia social el no disponer, por parte de los estados y gobiernos, la cobertura de las necesidades básicas de subsistencia de sus ciudadanos, las fisiológicas propiamente dichas, las que garanticen la respiración, alimentación, descanso, reproducción y homeostasis…. Es decir, calidad del aire que se respira, de los alimentos en suficiencia, de agua potable y para higiene, de reposo y confortabilidad en las viviendas, de la homeostasis del organismo y su función excretora con sistemas homologados de eliminación de residuos, además de todo lo relacionado con la reproducción de la especie… Estas acciones no se pueden delegar en la caridad del pueblo, de la gente, o de las ONGs para perpetuar las injusticias y hacer de lavadora de conciencias, deben ser asumidas como forma de justicia social por los propios estados. No tiene sentido, como decía en mi entrada anterior, que se gaste grandes cantidades de dinero en medicina y no se gaste en la cobertura de estas necesidades. Claro que las multinacionales farmacéuticas y de aparatos médicos tienen mucho poder, siendo capaces de aterrorizar con la enfermedad, como han hecho en el caso de la gripe A, y el agricultor y la industria alimentaría no pueden ejercer ese chantaje emocional y político… Aquí hago enlace con el siguiente nivel de la pirámide, exigiendo a los estados y gobiernos la cobertura de las necesidades que se establecen en el mismo, las derivadas de la seguridad.
Por tanto, mi propuesta primera para hacer un mundo mejor, donde podamos coincidir todos y converger en una política social mínimamente aceptable, es que se garantice alimentación, higiene, vivienda, educación, cobertura sanitaria y cuantas necesidades sean precisas para acreditar una vida digna para todos y cada uno de los seres humanos, incluida, por supuesto, las mencionadas en el nivel de seguridad (ver imagen); lo otro, los deseos navideños enlatados en postales, son monsergas, brindis al sol o masturbaciones mentales que producen el placer de mi bondad supuesta porque digo esto, aunque haga lo contrario.
A partir de aquí podemos iniciar la elevación en los niveles de la pirámide hasta el último, la autorrealización. ¿No os parece? Estos son mis deseos reales y el inicio del modelo social alternativo al que nos quieren implantar. Mi optimismo, mi positivismo, lo enfoco en este sentido, huyendo del negativismo y el pesimismo que nos quieren imponer, tal como comentaba en mi entrada anterior. Espero el efecto de la profecía autocumplidora en esta orientación y no en la inversa… Entiendo que el ser humano está muy por encima de los intereses económicos de grupos, y su desarrollo personal es la base del desarrollo de una sociedad justa y de progreso real…
25 comentarios:
Desconocía la pirámide de Maslow, como tantas cosas en esta vida, y me ha llamado la atención. También es cierto, y mucho, que en ocasiones el nombrar cosas diferentes con idénticas palabras nos muestra la falacia del lenguaje y explica el motivo de muchos fracasos. Y finalmente, la exigencia para que esas otras necesidades, también necesarias, y mucho, queden cubiertas, es un grito que ahora, con la crisis, a muchos les puede sonar a excéntrico, aunque nosotros sabemos que no lo es.
Antonio, yo también apuesto por ese modelo social alternativo. Ese es el camino, el único. Gracias por los buenos deseos, por comprender esos mismos buenos deseos, y por ser capaz siempre de aportar algo de optimismo a este páramo que contemplamos anonadados. Bon Nadal para ti y los tuyos.
Teóricamente estoy de acuerdo contigo. Pero la cuestión creo que no es sólo plantear un modelo teórico, sino cómo conseguir que se lleve a la práctica.
Es verdad que todos queremos un mundo mejor, pero como muy bien has dicho, no se ve el mismo mundo mejor por distintos sectores de la sociedad. Es más podría llegarse a la conclusión de que a algún sector de la sociedad le puede parecer un mundo mejor que desaparezca una parte importane de la población mundial, o una raza.
Por eso, yo creo que es fundamental el respeto de los derechos humanos, pero hay un factor determinante, el del poder, el de dominar.
No veo otra forma de cambiar este mundo y tratar de que sea mejor que desplazando del poder a quien lo quiere para perpetuarse en él, para mantener privilegios y poder someter a los demás. Y eso sólo se consigue de dos formas, o con una revolución o con reformas estructurales que cambien las relaciones de poder. Yo estoy por la segunda opción, mientras tanto procuro ser crítico y coherente con mis ideas y tratar de influir --seguramente en van--, en el medio en que me muevo.
Una entrada como todas las tuyas que hacen pensar y que necesitarían de un diálogo más largo que el que nos permiten los blogs. Un día hablaremos tomando un café y completaremos más las ideas. Mientras tanto, te deseo lo mejor para el año que empieza.
Salud y República
Antonio, ya lo dijo Lenon en su canción "Imagine"...
Estoy muy de acuerdo con el análisis que hace Rgalmazán, sólo con el análisis crítico que produzca desplazamientos en la relaciones de poder podrían cambiarse las cosas. No es pesimismo, sino teoría y práctica. El problema es cuando ese poder se ejerce desde arriba, aunque sea transversal, siempre hay un arriba en esa transversalidad, de manera que se crea una sociedad basada en clases o castas. La igualdad en derechos, necesidades y demás sólo podría conseguirse o con la idea más inteligente de anarquía (cosa que no creo que el mundo esté preparado nunca),o con un gobierno total y autoritario que nos haga a todos idénticos a la fuerza. Pero hay más. En toda esa reflexión que planteas haces una alusión alegórica al tema del "deseo", inherente al ser humano. Mientras el hombre, el sujeto, el individuo siga deseando (lo otro) es imposible la igualdad. La trampa ha sido toda esta teoría de espejos que ha convertido a la práctica totalidad del mundo en narcisos.
Sin embargo, hemos de seguir, y no sólo porque sea Navidad, sino porque estamos vivos y llenos de posibilidades aunque se empeñen en hacernos creer lo contrario.
Un beso y un abrazo. Disfruta con todos los que quieras.
Dices bien:la imensa mayoría quiere un mundo mejor,un mundo en el que la redistribución de la riqueza sea efectiva y real.
¡Justicia social,derechos humanos,tolerancia!
Pienso que estamos cada vez más lejos de conseguirlo.Al revés,retrocedemos porque hoy los ricos son más ricos y los pobres más pobres.
Estos días que "celebramos" son una pura y dura hipocresía social.
El tener aseguradas las necesidades más básicas no es un mundo mejor.Este capitalismo salvaje depredador es absolutamente inmoral y,entre todos,debemos acabar con él de la forma que sea y como sea.
No debemos permitir que un tercio de la población mundial no tenga nada que comer mientras que un reducido grupo de personas gobiernan el mundo y las personas haciéndolo con saña.
Esto daría para mucho,Antonio
Sin hipocresía,intenta ser feliz
Saludos
Mi querido Antonio, siempre con tus inquietudes que nos llenas de intensas reflexiones. Estoy de acuerdo con muchas cosas que dices y ahora que vivimos en un mundo globalizado para algunos de nosotros se nos hace más fácil ampliar los horizontes, tener conciencia de lo que acontece en otras latitudes, saber que piensan otros seres de distintas culturas. Por eso para algunos de nosotros todo pasa muy de prisa a veces sin poder digerir lo que sucede porque la dinámica no lo permite. Pero para muchos otros esos cambios no han llegado y viven otras realidades que para nosotros y para ellos son dificiles de conciliar, pero lo que si nos hermana hoy en estas fechas es el deseo de vivir en un mundo mejor, pero todos somos diferentes y hay que aceptarnos en que cada quien vive su proceso. Yo desde mi tierra caribeña y con todo mi cariño, aqui está empezando la navidad y deseo para ti y tu familia todo lo mejor que ofrece la vida y que ha sido un regalo poder participar en esta casa tan bonita que tienes, FELIZ NAVIDAD, MI QUERIDO AMIGO!!!!!
Hoy sólo vengo a desearte unas felices fiestas llenas de amor, paz y felicidad, en otro momento con más tiempo, te leeré, amigo.
Un beso.
Bueno, yo no sé lo que quieren decir los demás cuando te desean "feliz nochebuena" :-) sólo sé lo que quiero decir yo, obviamente. Y lo que yo quiero decir es que confío en que esta noche sientas un amoroso bienestar en compañía de las personas que quieres, q sientas placidez de espíritu, serenidad de alma y una dulce esperanza de que lo mejor estará por venir.
Un beso grande y feliz nochebuena, Antoñito.
A lo mejor no logramos un mundo mejor porque solo nos llenamos de buenas intenciones de amor, paz y fraternidad en navidad y despues nos olvidamos y volvemos cada uno a lo nuestro.
De todas maneras, te deseo unas felices fiestas.
No lo logramos porque los buenos deseos se dejan para Navidad, y se quedan en palabras que se olvidan en el mes de Enero.
Mis mejores deseos para tí y todos.
Yo no puedo pensar que haya gente que no quiera un mundo mejor. Otra cosa es que todos estemos dispuestos a sacrificar algo de lo que tenemos para que el mundo sea mas justo y mejor. Feliz Navidad.
Estos días son ilusorios, porque la mayoría de gente no permanece en estos deseos todo el año, estos deseos no son permanentes.
En algunos sí, pero no en todos y menos en los que pueden o llevan las riendas del poder económico.
Para desear un Mundo de Paz, primero las necesidades básicas y afectivas han de estar cubiertas. No va a desear Paz y bendiciones alguien que está pasando necesidades y ve a los demás nadando en la abundancia, ésta persona crea odio por dentro y envidia.
Cualquiera de nosotros que deseamos mucho Amor y Paz, si estamos abandonados de sustento y afecto, sólo engendramos odio y envidia de pensar por qué yo no y ellos sí?
Por ello en el Poder en el pico de la pirámide, deberían coronarla cabezas de Oro, personas justas, que hayan blanqueado sus sepulcros, o sus aposentos, o lo que es igual sus corazones. Que los hayan purgado y blanqueado o purificado: pensamientos, sentimientos y actos.
Si la gente se dedica, unos a tirar y a derrochar y otros a pasar escasez y penurias, nunca se llegará a tener un equilibrio entre la razón y el sentimiento.
Y esto es lo único que sucede que el sistema está desequilibrado y es injusto, mientras esto siga siendo así, la gente seguirá siendo injusta y desproporcionada o desequilibrada interiormente.
Estos días hay buen ambiente, pero es por encima, pocos son los que viven estas fiestas en consecuencia con nuestros actos.
Un abrazo y Felices Pascuas
Amigo Ramón, la pirámide, que tiene algunas cuestiones discutibles como teoría de la motivación, es un buen elemento para comprender el proceso evolutivo o su raíz. A mí personalmente me parece muy interesante el planteamiento de Maslow.
Ya sabes que la comunicación es relativa en función del idioma que se emplea y su comprensión por ambas partes. Por eso digo yo que el arte de comunicar está en hablar el idioma del que escucha.
Pido poco para un modelo social, solo que nos pongamos de acuerdo en cosas tan sencillas como los mínimos para vivir dignamente y que se respeten. A partir de ahí que aceptemos el intercambio de ideas y la suma de energía, las sinergias positivas…
Un abrazo
Rafa coincido en que el problema es cómo llevar a la práctica el modelo teórico, pero es que el modelo teórico actual está haciendo aguas por todos lados, o lo ha hecho siempre y lo hemos soportado.
Yo creo en la conveniencia de la refundación por las ideas, en la evolución de la cultura social y en crear una ideología que se comparta y tienda a establecer unos mínimos de acuerdo para llevar a un mundo mejor. No basta con definirlo, sino que hay que sentirlo. Los derechos humanos están ahí y no se cumplen. Es complejo, pero si no lo planteamos seguiremos con un norte desdibujado y azotado por las dudas de los que nos quieren mantener en este barco y su rumbo…
Las reformas estructurales que cambien las relaciones de poder son imprescindibles, como bien dices, pero el poder no se da o se cede fácilmente. Nosotros tenemos aún el poder del voto en un sistema político de moral laxa, pero debemos seguir usándolo si somos conscientes de a dónde queremos llegar. Luego hay otras amenazas que nos pueden llevar a otras crisis e, incluso, a confrontaciones terribles que nos situarían en posición de cambiar el sistema, pero tras ver lo que está pasando con la crisis económica, tengo mis dudas de que podamos dar la vuelta a la tortilla…
Un saludo y espero tomar ese café algún día
Ataulfa, el poder transversal lo puede dar el voto, pero en el ejercicio del mismo se producen coincidencias e influencias que se acercan más a la verticalidad. Tienen los medios y el dinero, que es el garante del poder en este sistema materialista puro y duro.
Sacas el tema del deseo, al que aludo. Ciertamente el deseo tiene, para mí, un componente egoísta por propia definición. Tal vez por eso se use para calmar conciencias, además de conseguir el propio bien y para ser políticamente correctos en una sociedad hipócrita. El deseo tiene un componente comparativo que se proyecta en el espejo social, yo quiero ser más guapo, más alto, más rico y más lo que sea… a los demás les deseo mucho bien, pero menos… Eso se da porque estamos en un mundo regido por la competitividad, por la competencia como forma de integración social y andamos atrapados en eso de forma inconsciente.
Otro beso para ti y mis mejores deseos.
Tal vez por eso, amigo Felipe, sabiendo que no seremos capaces de buscar la justicia social, la justa distribución de la riqueza y el respeto a los derechos de los demás, he intentado hablar de unos mínimos. Es lo básico para sostener y alimentar el cuerpo del sujeto de forma digna y así podremos dejarlo en el camino de su propio desarrollo de modo menos dependiente. Cuando hay que luchar por el sustento se acaba sometido a quien lo tiene, y esa es la base de la explotación del hombre por el hombre…
Saludos
Hola Circe. Es una alegría tu visita desde el Caribe. Nuestras sociedades no son simétricas, sino asimétricas. Están dispuestas de forma escalonada, con una taxonomía basada en la riqueza. Y eso es muy difícil de desmontar. No estamos muy por la labor. Otra cosa es la manifestación del correcto deseo en estas fechas, pero cargado de hipocresía, como ya hemos apuntado varios antes.
Ahora bien, si vamos tomando conciencia de que los principios y valores que soportan este sistema injusto deben cambiar para llevar a otra situación del estado de conciencia social y de la comprensión del gran proyecto de vida de cada ser humano, posiblemente acabaremos en disposición reentender y apoyar los cambios que nos sitúen en otra dimensión… ¿No dicen que la era Acuario cambiará el mundo? Veremos…
Un beso y que la energía positiva te acompañe para vivir intensamente y caminar correctamente en este mundo
María, gracias por tu visita y tus deseos, que revierto a tu persona en la misma intensidad.
Un beso afectuoso
Ana, es importante que sepas lo que quieres decir con Feliz Nochebuena, pero para mí es tan importante como saber yo a qué te refieres… y creo, sinceramente, que sí lo sé y te lo agradezco, sobre todo después de expresarlo tan claramente en tu comentario…
Un muy afectuoso beso con mis mejores deseos.
Pues sí, Lola, creo que tienes razón en ese planteamiento que lleva una buena dosis de dudosa fiabilidad respecto a los deseos expresados, la hipocresía es una variable muy entroncada en nuestra sociedad.
Un beso y felices fiestas
Ana, es posible que esos deseos no se olviden en enero, sino antes, es más puede que sean un puro formalismo en muchos casos. El día a día es lo que define de verdad la posición de la gente y no la palabra o el deseo sobre el futuro.
También te mando mis mejores deseos para ti junto a tus seres queridos
Es posible Aro, que todos queramos un mundo mejor, pero esperando que lo haga otro y que no tengamos que ceder nada para que los otros mejoren.
Felicidades y un excelente año
Marian, poco que decir a tu comentario, salvo que me parece muy acertado, aunque habría que cambiar esa envidia por el deseo de justicia social, de que no existieran tan grandes diferencias entre los seres humanos, pues todo nacemos desnudos aunque tengamos padres muy poderosos. Tengo esperanza en que en algún momento de la historia, cuando la gente tenga niveles intelectivos apropiados, esto acabe cambiando, aunque ya sé que yo no estaré aquí para verlo…
Un fuerte abrazo y felices fiestas
Yo no sé cómo ven los demás esta fiesta y si hay sinceridad en las felicitaciones; para mí la Navidad es un remanso de paz en medio del torrente desbocado de la vida.Una ocasión en que, sea por la tradición o porque las empresas pagan doble y dan permiso a sus empleados, las familias pueden reunirse y olvidar por unos días sus problemas.
En cuento al interesante debate que propones, RGAlmazán dice mejor que yo lo hubiera hecho lo que pienso y su comentario lo hago mío.
Un abrazo
Muchas felicidades Antonio,te deseo lo mejor para el 2011
La idea de lo que es un mundo mejor puede ser muy diferente según con quien hablemos.
Para cualquiera que profese una religión puede ser que todos nos tornemos creyentes. Y la idea de "a Dios por el sufrimiento(ajeno si es posible)" no es de extrañar en estos ámbitos.
Pero desde luego deberían existir unos acuerdos de mínimos. Supongo que la declaración Universal de los Derechos humanos es uno de esos intentos de llegar a acuerdos de mínimos.
El ser humano es profundamente tribal, creo que necesitamos una conciencia de especie, de tribu global que se enfrenta al desafío de su supervivencia.
Nos encontramos en una situación parecida a los tiempos previos al estallido de la burbuja inmobiliaria: Sabíamos que tarde o temprano ocurriría, pero nadie hizo nada.
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