Hoy, tres de diciembre, se celebra el día internacional de la discapacidad. Un amigo bloguero me ha pedido una reflexión sobre el tema para sumarme a la reivindicación que pretende facilitar y hacer más llevadera la vida del discapacitado mediante su integración social, no solo desde la perspectiva convivencial, sino de la eliminación de las barreras físicas o mentales que les condicionan.
Yo estoy convencido de que el tema será tratado hoy de una manera amplia y se dejará de manifiesto toda una preocupación de la sociedad por definir esta problemática y ayudar a su resolución, pues el problema no es el discapacitado en sí mismo sino el cómo se resuelve y enfoca esta circunstancia que requiere actuaciones especiales para la integración en la vida social.
Dicen los sistémicos que la normalidad en una sociedad se define por una plataforma homeostática, es decir por la homeostasis, entendida etimológicamente como “posición similar”. Es esa plataforma la que determina qué se sale de ella y qué la integra, qué es lo normal y qué es lo anormal. Ello lleva a la concepción de sociedades más abiertas y tolerantes y a otras cerradas e intransigentes. Por tanto, existen posiciones inflexibles que siguen planteando la discapacidad como una anormalidad excluyente y no como una circunstancia vital que se da en determinados sujetos que la padecen, no ellos solos sino su entorno familiar y social, y que requiere adaptar la sociedad, tantos en sus principios y valores, como en sus estructuras, a esta realidad incuestionable. Es decir, la plataforma homeostática debe ser amplia para poder incluir estas condiciones como algo normal en una sociedad avanzada y coherente. El primer objetivo, por tanto, ha de ser sensibilizar a la sociedad sobre estas limitaciones para que tenga conciencia de esta situación y la acepte como un reto al que hay que darle respuesta sin exclusión.
Todos somos discapacitados en función de donde se ponga el listón o las líneas divisorias entre lo normal y lo anormal o del campo en que queramos entrar; yo personalmente tengo una discapacidad que me impide realizar determinadas actividades que deberían ser normales a mi edad. La misma OMS determina un 10 % de la población mundial como discapacitada en alguna medida. Pero… ¿Cuántos ineptos han ejercido, o ejercen, el poder sin ser declarados discapacitados para ello y sus actuaciones repercuten en toda una sociedad, incluso llevándolos a la guerra y siendo tratados como héroes por sus seguidores? Por tanto, me van a permitir que cuestione el modelo conceptual de discapacidad, no en los modelos orgánicos, que queda referenciada por la normalidad funcional del cuerpo humano, sino de los modelos sociales, que son los que subyacen en la problemática convivencial. Sin olvidar la discapacidad mental, que es una de las que tiene sus límites más difusos. Si entendemos al ser humano en su esencia biopsicosocial, colegiremos que se pueden dar en estos tres niveles dichas discapacidades; en el aspecto biológico, como ya he mencionado, queda definida claramente; en el psíquico se diluyen los límites y en el social aparece una variable muy importante y significativa como es el concepto de normalidad en función de los valores, creencias y principios que rigen esa sociedad, es decir en función de la cultura imperante y de su orientación al respecto.
En este sentido, no todos los cuerpos y mentes dan un mismo resultado en el ejercicio de su actividad, pero como hemos determinado el concepto de normalidad en función de la historia y de los parámetros habituales que hemos heredado del pasado, nos vemos atrapados en conceptos irrevocables que habría que empezar a romper. Entiendo que la discapacidad forma parte de la normalidad social y que ha de ser tratada como otro problema más a la hora de establecer políticas sociales.
No obstante, y saltando a otra banda, entiendo que el sujeto que tiene una discapacidad funcional desarrolla otras competencias compensatorias que son la envidia de los llamados capacitados (véase el video que coloco al final y busque en You tube casos similares, se sorprenderá). Conozco a personas que en su silla de ruedas han desarrollado potencialidades en el mundo del arte, de la pintura, la escritura, la poesía, el deporte o el uso de la razón sin más. Son mentes preclaras que han pasado por la criba de la indolencia social, por el trauma personal en su proceso evolutivo hasta que han logrado encauzar esa energía positiva que todos llevamos dentro y, con su voluntad y tesón, se han superado a sí mismo y a los demás mortales en las áreas que han cultivado.
Pienso que todos llevamos en nuestro interior un potencial energético al que hay que darle salida mediante las herramientas que nuestro cuerpo, que es el continente de esa energía, nos otorga; los sentidos, la intuición, la fantasía e imaginación, el razonamiento, los procesos cognitivos, etc. son los instrumentos que nos permiten ese desarrollo, pero si hay alguno alterado, incluso inservible, potenciamos los otros para compensar; son los colaterales que nos ayudan a cubrir esa función.
Desde aquí, hoy, quiero hacer un homenaje a esa gente maravillosa que, ante un reto tan importante, se supera, y nos supera, hasta llegar a niveles inimaginables, pero que no serían alcanzables si su voluntad no se impusiera a su desdicha, si su decisión claudica ante la desgracia haciéndole victimista, si no sabe que el todo es mucho más que una de las partes y que ese todo suple ampliamente a esa parte ausente. Mi admiración a los discapacitados que con su lucha personal han superado su limitación y mi apoyo y aliento a los que están en ello. A la sociedad solo le pido que se unan en este apoyo y aliento y lo haga explícito.
Yo estoy convencido de que el tema será tratado hoy de una manera amplia y se dejará de manifiesto toda una preocupación de la sociedad por definir esta problemática y ayudar a su resolución, pues el problema no es el discapacitado en sí mismo sino el cómo se resuelve y enfoca esta circunstancia que requiere actuaciones especiales para la integración en la vida social.
Dicen los sistémicos que la normalidad en una sociedad se define por una plataforma homeostática, es decir por la homeostasis, entendida etimológicamente como “posición similar”. Es esa plataforma la que determina qué se sale de ella y qué la integra, qué es lo normal y qué es lo anormal. Ello lleva a la concepción de sociedades más abiertas y tolerantes y a otras cerradas e intransigentes. Por tanto, existen posiciones inflexibles que siguen planteando la discapacidad como una anormalidad excluyente y no como una circunstancia vital que se da en determinados sujetos que la padecen, no ellos solos sino su entorno familiar y social, y que requiere adaptar la sociedad, tantos en sus principios y valores, como en sus estructuras, a esta realidad incuestionable. Es decir, la plataforma homeostática debe ser amplia para poder incluir estas condiciones como algo normal en una sociedad avanzada y coherente. El primer objetivo, por tanto, ha de ser sensibilizar a la sociedad sobre estas limitaciones para que tenga conciencia de esta situación y la acepte como un reto al que hay que darle respuesta sin exclusión.
Todos somos discapacitados en función de donde se ponga el listón o las líneas divisorias entre lo normal y lo anormal o del campo en que queramos entrar; yo personalmente tengo una discapacidad que me impide realizar determinadas actividades que deberían ser normales a mi edad. La misma OMS determina un 10 % de la población mundial como discapacitada en alguna medida. Pero… ¿Cuántos ineptos han ejercido, o ejercen, el poder sin ser declarados discapacitados para ello y sus actuaciones repercuten en toda una sociedad, incluso llevándolos a la guerra y siendo tratados como héroes por sus seguidores? Por tanto, me van a permitir que cuestione el modelo conceptual de discapacidad, no en los modelos orgánicos, que queda referenciada por la normalidad funcional del cuerpo humano, sino de los modelos sociales, que son los que subyacen en la problemática convivencial. Sin olvidar la discapacidad mental, que es una de las que tiene sus límites más difusos. Si entendemos al ser humano en su esencia biopsicosocial, colegiremos que se pueden dar en estos tres niveles dichas discapacidades; en el aspecto biológico, como ya he mencionado, queda definida claramente; en el psíquico se diluyen los límites y en el social aparece una variable muy importante y significativa como es el concepto de normalidad en función de los valores, creencias y principios que rigen esa sociedad, es decir en función de la cultura imperante y de su orientación al respecto.
En este sentido, no todos los cuerpos y mentes dan un mismo resultado en el ejercicio de su actividad, pero como hemos determinado el concepto de normalidad en función de la historia y de los parámetros habituales que hemos heredado del pasado, nos vemos atrapados en conceptos irrevocables que habría que empezar a romper. Entiendo que la discapacidad forma parte de la normalidad social y que ha de ser tratada como otro problema más a la hora de establecer políticas sociales.
No obstante, y saltando a otra banda, entiendo que el sujeto que tiene una discapacidad funcional desarrolla otras competencias compensatorias que son la envidia de los llamados capacitados (véase el video que coloco al final y busque en You tube casos similares, se sorprenderá). Conozco a personas que en su silla de ruedas han desarrollado potencialidades en el mundo del arte, de la pintura, la escritura, la poesía, el deporte o el uso de la razón sin más. Son mentes preclaras que han pasado por la criba de la indolencia social, por el trauma personal en su proceso evolutivo hasta que han logrado encauzar esa energía positiva que todos llevamos dentro y, con su voluntad y tesón, se han superado a sí mismo y a los demás mortales en las áreas que han cultivado.
Pienso que todos llevamos en nuestro interior un potencial energético al que hay que darle salida mediante las herramientas que nuestro cuerpo, que es el continente de esa energía, nos otorga; los sentidos, la intuición, la fantasía e imaginación, el razonamiento, los procesos cognitivos, etc. son los instrumentos que nos permiten ese desarrollo, pero si hay alguno alterado, incluso inservible, potenciamos los otros para compensar; son los colaterales que nos ayudan a cubrir esa función.
Desde aquí, hoy, quiero hacer un homenaje a esa gente maravillosa que, ante un reto tan importante, se supera, y nos supera, hasta llegar a niveles inimaginables, pero que no serían alcanzables si su voluntad no se impusiera a su desdicha, si su decisión claudica ante la desgracia haciéndole victimista, si no sabe que el todo es mucho más que una de las partes y que ese todo suple ampliamente a esa parte ausente. Mi admiración a los discapacitados que con su lucha personal han superado su limitación y mi apoyo y aliento a los que están en ello. A la sociedad solo le pido que se unan en este apoyo y aliento y lo haga explícito.
30 comentarios:
El vídeo es impresionante así como las frases intercaladas entre las imágenes.
Lo principal, efectivamente, es disponer de suficientes recursos psicológicos como para desarrollar la mente hasta niveles capaces de superar las mayores frustraciones. De nuevo los mas fuertes, los más positivos, se superan a sí mismos, quizás en condiciones normales no hubieran tenido ocasión de conocerse mejor ni llegar tan alto y la incapacidad les brinde la oportunidad. Aceptada, solo, por los más voluntariosos, los más aptos. Un fuerte abrazo.
el vídeo me ha impactado, el problema de la incapacidad es un problema de toda la sociedad, me impresiona por otra parte la fuerza que tienen estas personas.
LES DESEO LO MEJOR.
Antonio muchísimas gracias por haber elaborado esta entrada, realmente ha sido tal y como la esperaba, un artículo que conjuga entrañabilidad y logica.
Las personas que tienen una discapacidad, son personas luchadoras, porque nunca lo han tenido facil, siempre se han tenido que esforzar el doble para conseguir lo que para el resto es la cotideanidad, yo siempre digo que "la discapacidad no existe en el corazón", es decir, la capacidad humana para conseguir retos no tiene límites,y por ese motivo los discapacitados siempre están dispuestos a luchar y a trabajar todo lo duro que sea, no nos queda otro remedio, yo al menos todos los que he conocido han sido así, y puedo a segurar que he conocido muchísimos.
Yo tengo polio desde los 2 años, y siempre he intentado estar a la altura de los demás, no siempre he podido, siempre corría menos que mis amigos, pero os puedo asegurar que lo intentaba, trabajé como tecnico de mantenimiento durante 20 años, esforzándome cuanto podía para estar a la altura, es posible que ese esfuerzo ahora lo esté pagando, un agravamiento de la enfermedad me ha retirado de mi trabajo hace 5 años, con las penurias que eso supone de la noche a la mañana, parte de esta historia la he ido contando en mi sitio.
Porque este es un tema que hay que seguir denunciándolo, la repercusión de este dia en los medios ha sido escasísima, por no decir nula, a pesar de que acabo de oir en las noticias de la 1ª que suben los cupos de las oposiciones dedicados a personas con discapacidad del 5% al 7%, supongo que es la mala conciencia ante las bajadas de las pensiones que nos aguardan y de las que vivimos muchos discapacitados.
Por último acabo de venir de leer en el blog de Kabila, un asunto lamentable, se trata de José Luis Burgos, a quién el banco de Santander, amenaza con embargar su piso porque al agravarse la polio que tiene se ha quedado sin trabajo, y el seguro que cubría su casa, no se lo quieren validar por la miserable claúsula, dicen, de que nos les dijo que tenía la enfermedad de la polio, como si esa enfermedad se pudiera ocultar.
En fin, dejo ya el tema, que parece una entrada propia, reitero mi agradecimiento de que hayas dedicado esta entrada a las personas discapacitadas en su dia.
Un abrazo a todos.
Amigo Antonio, además de punzante, en el sentido intelectual, siempre te muestras puesto en las nuevas tendencias del pensamiento y de la psicología. La psicología es como la filosofía, en realidad: ella define una época. Y supongo que nuestra época tiene algo bueno: el avance del estudio del alma humana. Por eso, en el fondo, sé que saldremos de esta crisis que tenemos organizada, que nos han organizado.
Y desde luego, me sumo a la defensa de la igualdad para todos. Pásate por Kabila, que habla de ambos temas, de la crisis y de la marginalidad, fusionadas, unidas, por desgracia. Me sumo con verdadero fervor al día internacional de la discapacidad.
Este año por primera vez tengo un alumno ciego completo. Me admira su fuerza, su lucha, su valor, su decisión, su empuje. Los "sanos" están amuermados todo el día. Él, el "discapaz" está más despierto que nadie. Viéndolos, observándolos, entiendo más que nunca que los adjetivos son a veces tan mentirosos...
Leí tus palabras y ví el video...y lo volví a ver... Estoy muy sorprendida y pienso en esa fortaleza, en esa voluntad y siento una gran admiración hacia ella y hacia todos aquellos que hacen frente a su discapacidad, la revierten y nos dan ejemplos como este.
Cariños
La fortaleza de los minusválidos es tremenda, su afán de superación y su esfuerzo por insertarse en la sociedad, a pesar de que ésta todavía no ha puesto las medidas para que no se produzcan discriminaciones, es ejemplar.
Salud y República
Hola Emejota, yo creo que en la voluntad está la fuerza. Es cierto que la voluntad tiene su anclaje en la personalidad y en el estado de ánimo y que una persona discapacitada tiene que superar muchas cosas, pero en esa superación está también el ejercicio que le dará la fuerza para salir y desarrollar sus otras capacidades.
Un afectuoso abrazo y que tengas un buen puente.
Coincido contigo, Ana, en que la sociedad debe asumir esta circunstancias con realismo y buscar resolver los problemas colectivos e individuales que pueda generar.
Un abrazo
José Vte. Quién mejor que tú, entonces, para comprender la situación, si la vives en primera persona. Seguro que, como refieres, existen momentos en tu vida que han sido determinantes en tu voluntad para superar el déficit.
Un abrazo afectuoso
No te doy un beso en los morros porque se me vaya a enfadar mi consorte ausente, que si no te lo daba :-D
Gracias por tan extensa y certera reflexión, Antoñito. Te cuento una anécdota: Hace unos años, andaba yo por un foro literario de los muchos q hay en internet del q me habían nombrado administradora. En un chat, uno de los participantes del foro, un hombre q, se suponía, era inteligente, me soltó esto a bocajarro y sin anestesia: "yo preferiría estar muerto a estar como tú". Me dejó tan pasmada su falta de tacto que no supe contestar, o no quise hacerlo para no ponerme violenta, pero sí que pensé: "si tú preferirías estar muerto a "estar" como yo, yo preferiría estar muerta a "ser" como tú". Obviamente era un perfecto idiota, lo cual es una minusvalía bastante grave, tanto más cuanto él mismo no era consciente de ella. Y por ahí andaba, fastidiando a todo el mundo con sus gilipolleces, sin barreras arquitectónicas que lo detuvieran :-)
El problema, Antoñito, es q la gente sufre. Todos. No ves por la calle gente feliz, a menos q sean niños jugando en un parque. Todos van con cara de lunes aunque sea viernes y la expresión gris de los infortunados. La gente tiene mil problemas y es desdichada. Y su deducción "lógica" es: "si yo, que estoy sano, soy un desgraciao, ¿cómo estará éste pobre en una silla de ruedas?" y dan por sentado que nuestras vidas son insustanciales sin conocer nada de nuestras experiencias personales. Y esto ocurre porque siempre, desde todos los medios, literatura, cine, televisión, etc, han presentado al discapacitado como un ser hosco, huraño, resentido, infeliz… (¿Te acuerdas de aquella insoportable Clarita amiguita de Heidi? Una soplagaitas victimista, pero un tipo representativo de un personaje muy común en las novelas del XIX y de las de después y las de siempre. En los últimos años parece q hay un ligero cambio en esta tendencia, pero aún así, en el inconsciente colectivo sigue perviviendo el cliché del típico minusválido (in-válido) de vida vacía e inútil, un ente triste que sólo espera q la muerte le libere del lastre de su cuerpo… Luego me ven a mí reír y alucinan, como si vieran cantar ópera a un macaco. Pero yo no soy ninguna excepción, te lo aseguro, hay mucha gente como yo en el colectivo de discapacitados, porque a todos les ocurre más o menos lo que a mí:
Yo dedico todo mi tiempo a hacer aquello q me gusta, q es crear, el arte, la literatura. ¿Quién puede hacer eso? ¿Dedicar TODO su tiempo aquello q adora hacer, q le llena de una forma q cualquier otra cosa no lo haría? Por supuesto q el precio a pagar es muy alto, y q lo ideal es q estuviera completamente sana, pero, como dice un brutal refrán castellano: “si no puedes evitar la violación, relájate y disfrútala”. Si no puedo evitar estar como estoy, le voy a sacar todo el partido q pueda :-) q en mi caso es llenar mi valioso tiempo con aquellas actividades creativas a las q no podría dedicarme en cuerpo y alma si tuviera una vida “normal” de trabajo, niños, maridos, jefes, tareas domésticas, facturas, hipotecas, tararí, tarará.
¿Que tengo limitaciones? Pues sí, ¿y quién no? Alguna vez he estado hablando con alguna persona en principio “sana” y me ha parecido tan insustancial, tan vacía, tan mentalmente limitada, sin aficiones ni talentos de ningún tipo, sin ningún interés por nada, tan aburrida, que he tenido la sensación de q si la golpeara suavemente con una cucharilla sonaría a hueco como un tambor. Y entonces me he preguntado lo que, seguramente, ella se preguntaba mirándome a mí. “Esta persona… ¿para qué vive?”
Un beso, Antonio. (En los morros, sí, total el consorte ausente no va a leer esto).
Voy a buscar a alguien para hacerle la ola a tu artículo ;-) que las olas me salen muy mal cuando las hago yo sola, jaja.
Besazos y gracias!
Ana, yo te acompaño en la ola, a ver si entre los dos logramos levantar un par de palmos del suelo y con las manos extendidas hacer que volamos.
Me han encantado tus respuestas, llenas de vitalidad y optimismo, así es como yo también lo veo, siempre hay que mirar hacia delante, con mejor o peor humor, que eso depende del dia en que te levantes, como cualquier mortal, pero siempre pensando en las cosas que puedes hacer, nunca en las que no puedes hacer, no hay que perder el tiempo, éste es muy valioso.
A lo mejor aquel del chat, ahora mismo es un ser bastante mas amargado que tú, que irradias alegría.
Gracias por ese mensaje optimista.
Un beso muy gordo para ti y un abrazo para Antonio
Pos ya somos dos pa la ola, Jose :-) ya es una ola más apañaíta. Gracias por tus palabras y pa'lante siempre.
He estado releyendo mi comentario y he escrito "facturas" como si me viera libre de ellas, jajaja. Bueno, de los jefes, sí me veo libre, porq no trabajo (y oyendo como oigo a los q sí trabajan, con su estrés, sus bajas por depresión, sus broncas con superiores y subordinados, sus caras de amargaos, casi q me alegro de no tener nómina, aunque esto signifique no tener tampoco un duro), pero de las facturas no me libro :-), ya me gustaría, jaja.
Besos a todos y eso, p'alante siempre, cada uno con su cruz y alegría, y que yo no me entere yo de lo contrario ;-)
Es admirable cuando personas tienen que hacer tanto esfuerzo por vivir y tienen esta energía tan positiva y algunos que tienen todo siempre están amargados.
Un abrazo muy fuerte para ellos y para ti por hacernos recordarlos.
Besos
Amigo Ramón, gracias, creo que debemos construir o cambiar el espíritu de los tiempos, el Zeitgeist hegeliano, para fraguar una sociedad capaz de hacer frente a los retos que se avecinan. Ya no es solo el afrontar el concepto de discapacidad, sino el crear actitudes y conductas que permitan un Espíritu Mundial (Volksgeister) que contrarreste el abuso y la injusticia de la propia globalización comercial y nos permita dar alternativas válidas para salir de la crisis y crear un nuevo orden diferente al que pretenden los neoconservadores.
Dado que la evolución del aporte humano a la producción y a la sociedad también está cambiando y ha dejado de ser importante la fuerza y lo físico, pasando a la función intelectual, la discapacidad también se ha de redefinir, pues hace tiempo, un sujeto afecto de parálisis de algún miembro era un tullido y hoy es un sujeto con una capacidad importante en el uso de otros recursos intelectuales. Si el cuerpo es el continente y la psique el contenido, se ha de dar más importancia al contenido que al continente.
Yo también recuerdo que tuve una alumna sorda y era de las que sacaba mejores notas, su esfuerzo era encomiable y el resultado consecuente.
Un abrazo
Hola Cris, hay otro video, de los muchos que se encuentran en You Tube, que sorprende, es el de Toni Meléndez un chico sin brazos que toca la guitarra de maravilla. Por eso digo que quien tiene un déficit, si tiene voluntad, acaba supliendo la parte afectada con otras alternativas. Para mi es inimaginable poder tocar la guitarra con los pies… bueno, ya lo es con las manos.
Cariños
Ciertamente, Rafa. Aunque hay muchos otros que acaban en plan victimista y crean gran dependencia. Algunas de las personas que han comentado aquí, me consta su discapacidad física y su valía intelectual y humana.
Saludos
Ana, eres un sol que alumbra desde tu silla. Es verdad que muchas veces uno desea lo que no tiene, lo que perdió, y el proceso de duelo dura mucho tiempo, a veces toda una existencia, haciéndose victima de la vida; pero hay gente, como tú, que sabe darle la vuelta a la cosa y decide sacar el máximo provecho de su discapacidad para desarrollar otras habilidades que no podría haber desarrollado con tanta profundidad si no estuviera en esas circunstancia.
Cuando yo me jubilé por mi invalidez dejé todo un proyecto de vida en la universidad. Lo pasé mal, pero reconvertí la situación en una oportunidad para hacer aquello que el trabajo no me había permitido hacer… y aquí me ves escribiendo y participando en otras muchas cosas que puedan sacar a relucir mis potencialidades ocultas, a conocerme mejor y limar mis asperezas internas, jejeje… No hay mal que por bien no venga, siempre que sepamos como hacer la reconversión.
Mi querida Ana, lo del beso en los morros es de lo más reconfortante. Yo creo que tiene tanta intensidad porque la membrana bucal es más permeable a la energía que se transmite con el beso. En la mejilla hay más piel defensiva y aislante, en la boca la mucosa está cargada de sensibilidad hacia esa energía que emanamos cuando nuestro cuerpo y mente están en asonancia que el receptor.
Un beso pues en los morros, si no es hoy, “tomorrow forever”
José Vte. qué bien si conseguimos una ola inmensa donde todo el mundo sea capaz de entender y apoyar su significado y barra la incomprensión y entierre esas ideas como la del sujeto a que hacer referencia Ana, que, por cierto, yo creo que intelectualmente
ya era cadáver en esa especie de suicidio que le lleva a la incomprensión y a valorar la vida de los demás desde la suya propia… qué iluso el caballero!
Un abrazo
Gracias, Marian, por sumarte a la ola que propuso Ana y José Vte.
Besos
Excelente tu entrada, amigo Antonio, y el vídeo es absolutamente impresionante, deja huella en el corazón. Todo lo que sea haga para la integración de estas personas es poco.
Yo también me sumo a este hermoso homenaje que haces a esas personas que tienen algún tipo de discapacidad, pero como bien dices superan con creces las mismas y hacen uso de sus potencialidades en muchísimos otros aspectos. Muchísimos de ellos son ejemplos a seguir por los que nos consideramos capacitados, como bien dices.
Disculpa mi ausencia Antonio, debido a temas de salud. Poco a poco voy volviendo a la normalidad y empiezo a visitar a los amigos.
Te dejo un abrazo
Hola, muy interesante el post, muchos saludos desde Panama!
Gracias, Aro, por unirte a esa ola que propone Ana…
Belkis, lamento el deterioro de tu salud y me alegro de que vayas volviendo a la normalidad. Espero que no sea nada importante y sí de pronta recuperación.
Respecto al tema del post estamos de acuerdo en que su decisión y espíritu de superación son un claro ejemplo de evolución.
Un abrazo
Gracias, anónimo desde Panamá, celebro que le guste.
Espero y deseo que los planificadores hambientales y los alcaldes lean tu escrito.
Es inconcevible y una verguenza que hoy en pleno S XXI no se contruyan espacios urbanísticos aptos para discapacitados.
Un abrazo
¿Dónde andas? ¿Estás bien?
...COMO SIEMPRE ENTRADAS LLENAS DE MUCHA FE Y QUE NOS LLEGAN AL CORAZON PARA HACERNOS REFLEXIONAR.
UN ABRAZO DESDE PUERTO RICO, NO ME IDO A ESPANA, LO POSPUSE POR LA PERDIDA DE MI ANGELITO AMADO, CARLITOS QUIEN A SUS ONCE ANITOS SE GANO SUS ALAS CONTRA EL CANCER, PERO NOS DEJA FIRMEZA DE ESPIRITU PARA CONTINUAR AMANDO A LOS PACIENTES Y DANDO EL MAXIMO.
LO MEJOR EN ESTAS FESTIVIDADES ANTONIO PARA TODA TU FAMILIA!!
Aunque llegue tarde, quisiera que me permitiérais sumarme a esa OLA DE VITALIDAD Y ALEGRÍA que tan bien sabéis hacer. Ana Marquez, José Vicente, Antonio, GRACIAS por vuestras palabras que me han llegado muy hondo y por aprender algo de todos vosotros. A pesar de las Navidades un poco "grises" os deseo a todos lo mejor, en estas fiestas y siempre. Un abrazo.
Publicar un comentario