Empieza uno a estar cansado de buenas intenciones en las Navidades, para que luego todo quede en agua de borrajas. Seguiremos viendo miseria, hambre, enfermedades, injusticia, marginación, desamor, envidia, codicia, guerras, torturas y un lago etc. que nos aleja de los valores humanos más elementales. Estos valores que no tienen que ver con las religiones, sino con el sentido común y con la justicia social. Para mí, la esencia del sujeto, su bonhomía y ese sentido común les debe llevar a la justicia, a la solidaridad, a los valores humanos que están por encima de los intereses de grupos dominantes y de la gestión que hacen de los recursos de la tierra.
Ciertamente, buscamos la sociedad del bienestar, como es lógico. Pero fijaros que se fundamenta en el negocio. Solo se desarrollan y se imponen, con especial interés, aquellos aspectos del bienestar que generan dinero a las multinacionales, a las grandes empresas que manejan el cotarro entre bambalinas y a los colectivos afines.
Pongamos un ejemplo. El concepto de salud incluye la dimensión biopsicosocial. Es decir, afecta a lo biológico, a lo psicológico y al aspecto social del sujeto. Lo biológico hace alusión a lo orgánico, lo fisiológico, al funcionamiento del cuerpo; lo psicológico a la salud mental, al equilibrio psíquico, al desarrollo de la personalidad del individuo; lo social alude a la libertad, a la convivencia, a la integración en los grupos, al respeto, la solidaridad, la justicia social y un largo etc. que consolidad la vida de relación. Todo ello está concatenado mediante le interrelación, dando un resultado integral, desde una perspectiva holística o totalizadora del ser humano.
Hace 22 años, cuando yo era un chaval pletórico de fuerza y empuje, a mis treinta y pocos años, me publicaron un artículo de opinión en el diario EL SUR de Málaga llamado “El Derecho a la Salud” (lo podéis ver en este mismo blog: http://antoniopc.blogspot.com/2006/12/el-derecho-la-salud.html), que he releído ahora, comprobando cómo se siguen manteniendo y defendiendo los intereses de los colectivos más poderosos y lo poco que han cambiado las cosas. Se ha producido una modificación significativa a nivel de la asistencia primaria, como es lógico, pero los hospitales siguen absorbiendo la mayoría de los gastos presupuestarios y los grupos de poder siguen manejando, a veces con intrigas, chantajes y desviaciones poco profesionales, los resortes del poder. Alguien, en los años 80, cuando la reforma sanitaria, dijo: “No hay nada más peligroso que un médico con un bolígrafo y un talonario de recetas”, o puede que lo dijera yo...
De aquí que, curiosamente, siempre se desarrollara el aspecto curativo, privando sobre el preventivo. Este aspecto curativo se centró en lo biológico y, posteriormente en la farmacopea que se aplica en la psiquiatría, que trata lo psicológico. No se pensó en la calidad de vida sostenida, sino en restablecerla una vez perdida, en lo referente a la enfermedad biológica. Ello está por encima de los aspectos psíquicos y sociales.
¿Nos preguntamos por qué? Veamos: La prevención genera gastos de cuidadores y de formadores, de creación de hábitos saludables, de conductas sanitarias adecuadas... Lleva a un mayor conocimiento del ciudadano sobre la calidad de vida y la materia sanitaria; por tanto, a una mayor autonomía respecto al técnico y de los aspectos mágicos del curar, le hace más libre y menos dependiente. ¿Dónde está la multinacional de turno que sirva semejante producto? Sin embargo, póngase enfermo e inmediatamente aparecerá un abanico importantísimo de fármacos para su curación. La Seguridad Social gasta ingentes cantidades de dinero en estos productos; dinero que suele volar a las manos de las grandes multinacionales. Por tanto, el interés de estas empresas está en potenciar el uso y la venta de sus productos, que solo se venderán con la existencia de la enfermedad. Han sido tan hábiles que han destrozado el dicho popular tan acertado de: “Más vale prevenir que curar” y han centrado nuestros hábitos en la curación. Lo de vale por valor beneficioso, lo han traducido a coste, de costar. Si usted va al médico y este le dice que su estreñimiento necesita cambiar sus hábitos alimenticios y no le manda un fármaco, usted piensa que es un mal médico y en cómo anda de mal el sistema sanitario.
Sin embargo, si entendemos la salud en la dimensión que he referido, sería mejor para las arcas de la Seguridad Social y de los Estados, potenciar los hábitos saludables y esquivar la enfermedad. De esta forma, no solo se evitan gastos farmacológicos y terapéuticos, sino bajas laborales que afecten a la producción empresarial... o lo que es lo mismo, se obtendría una mayor rentabilidad, reduciendo el coste social.
Recuerdo, con cierto humor, que cuando veía un producto fabricado por los laboratorios Roche, acababa diciendo: esto es “de Roche”; y así vamos, derrochando dinero en unas cosas, porque le interesa a los grupos dominantes, y abandonando otras más importantes. Si no ganan bastante, nos acojonan con las gripes A y demás, y venden mediante el miedo, que muchas veces se convierte en terror.
Ya que la alimentación es básica para la subsistencia del ser humano y, por tanto, más importante que la medicación, sería aconsejable que el Estado se gastara más pasta en ella que en la medicina. El principal objetivo debería ser eliminar el hambre y la miseria de nuestro país y del resto del mundo, aunque eso no fuera rentable a las multinacionales.
¿Qué os parece si proponemos que la Seguridad Social, apoyada por los Presupuestos Generales del Estado, recetara alimentación a los hambrientos y necesitados? Aunque este mundo se mueve por la codicia, el dinero, el poder, el egoísmo, el interés personal o de grupos... se aparta del humanismo, de la justicia, de la filantropía constructiva, del respeto a los demás y al entorno, no estaría mal que se pudiera eliminar el hambre y la miseria, aunque fuera con recetas...
Puede que esté delirando. Puede que si me oye la multinacional de turno me ponga en tratamiento con Haloperidol (así me saca la pasta y vende su producto), pero de lo que estoy cada vez más seguro es de que hemos perdido los papeles y que en su lugar nos han colocado los papeles de los intereses del gran capital...
¿Podremos ser defensores de la vida, de la familia y la cultura occidental sentados en nuestras repletas mesas, mientras sucede lo que denuncia Jean Ziegler, y quedarnos tan panchos? Mirad el video...
Ciertamente, buscamos la sociedad del bienestar, como es lógico. Pero fijaros que se fundamenta en el negocio. Solo se desarrollan y se imponen, con especial interés, aquellos aspectos del bienestar que generan dinero a las multinacionales, a las grandes empresas que manejan el cotarro entre bambalinas y a los colectivos afines.
Pongamos un ejemplo. El concepto de salud incluye la dimensión biopsicosocial. Es decir, afecta a lo biológico, a lo psicológico y al aspecto social del sujeto. Lo biológico hace alusión a lo orgánico, lo fisiológico, al funcionamiento del cuerpo; lo psicológico a la salud mental, al equilibrio psíquico, al desarrollo de la personalidad del individuo; lo social alude a la libertad, a la convivencia, a la integración en los grupos, al respeto, la solidaridad, la justicia social y un largo etc. que consolidad la vida de relación. Todo ello está concatenado mediante le interrelación, dando un resultado integral, desde una perspectiva holística o totalizadora del ser humano.
Hace 22 años, cuando yo era un chaval pletórico de fuerza y empuje, a mis treinta y pocos años, me publicaron un artículo de opinión en el diario EL SUR de Málaga llamado “El Derecho a la Salud” (lo podéis ver en este mismo blog: http://antoniopc.blogspot.com/2006/12/el-derecho-la-salud.html), que he releído ahora, comprobando cómo se siguen manteniendo y defendiendo los intereses de los colectivos más poderosos y lo poco que han cambiado las cosas. Se ha producido una modificación significativa a nivel de la asistencia primaria, como es lógico, pero los hospitales siguen absorbiendo la mayoría de los gastos presupuestarios y los grupos de poder siguen manejando, a veces con intrigas, chantajes y desviaciones poco profesionales, los resortes del poder. Alguien, en los años 80, cuando la reforma sanitaria, dijo: “No hay nada más peligroso que un médico con un bolígrafo y un talonario de recetas”, o puede que lo dijera yo...
De aquí que, curiosamente, siempre se desarrollara el aspecto curativo, privando sobre el preventivo. Este aspecto curativo se centró en lo biológico y, posteriormente en la farmacopea que se aplica en la psiquiatría, que trata lo psicológico. No se pensó en la calidad de vida sostenida, sino en restablecerla una vez perdida, en lo referente a la enfermedad biológica. Ello está por encima de los aspectos psíquicos y sociales.
¿Nos preguntamos por qué? Veamos: La prevención genera gastos de cuidadores y de formadores, de creación de hábitos saludables, de conductas sanitarias adecuadas... Lleva a un mayor conocimiento del ciudadano sobre la calidad de vida y la materia sanitaria; por tanto, a una mayor autonomía respecto al técnico y de los aspectos mágicos del curar, le hace más libre y menos dependiente. ¿Dónde está la multinacional de turno que sirva semejante producto? Sin embargo, póngase enfermo e inmediatamente aparecerá un abanico importantísimo de fármacos para su curación. La Seguridad Social gasta ingentes cantidades de dinero en estos productos; dinero que suele volar a las manos de las grandes multinacionales. Por tanto, el interés de estas empresas está en potenciar el uso y la venta de sus productos, que solo se venderán con la existencia de la enfermedad. Han sido tan hábiles que han destrozado el dicho popular tan acertado de: “Más vale prevenir que curar” y han centrado nuestros hábitos en la curación. Lo de vale por valor beneficioso, lo han traducido a coste, de costar. Si usted va al médico y este le dice que su estreñimiento necesita cambiar sus hábitos alimenticios y no le manda un fármaco, usted piensa que es un mal médico y en cómo anda de mal el sistema sanitario.
Sin embargo, si entendemos la salud en la dimensión que he referido, sería mejor para las arcas de la Seguridad Social y de los Estados, potenciar los hábitos saludables y esquivar la enfermedad. De esta forma, no solo se evitan gastos farmacológicos y terapéuticos, sino bajas laborales que afecten a la producción empresarial... o lo que es lo mismo, se obtendría una mayor rentabilidad, reduciendo el coste social.
Recuerdo, con cierto humor, que cuando veía un producto fabricado por los laboratorios Roche, acababa diciendo: esto es “de Roche”; y así vamos, derrochando dinero en unas cosas, porque le interesa a los grupos dominantes, y abandonando otras más importantes. Si no ganan bastante, nos acojonan con las gripes A y demás, y venden mediante el miedo, que muchas veces se convierte en terror.
Ya que la alimentación es básica para la subsistencia del ser humano y, por tanto, más importante que la medicación, sería aconsejable que el Estado se gastara más pasta en ella que en la medicina. El principal objetivo debería ser eliminar el hambre y la miseria de nuestro país y del resto del mundo, aunque eso no fuera rentable a las multinacionales.
¿Qué os parece si proponemos que la Seguridad Social, apoyada por los Presupuestos Generales del Estado, recetara alimentación a los hambrientos y necesitados? Aunque este mundo se mueve por la codicia, el dinero, el poder, el egoísmo, el interés personal o de grupos... se aparta del humanismo, de la justicia, de la filantropía constructiva, del respeto a los demás y al entorno, no estaría mal que se pudiera eliminar el hambre y la miseria, aunque fuera con recetas...
Puede que esté delirando. Puede que si me oye la multinacional de turno me ponga en tratamiento con Haloperidol (así me saca la pasta y vende su producto), pero de lo que estoy cada vez más seguro es de que hemos perdido los papeles y que en su lugar nos han colocado los papeles de los intereses del gran capital...
¿Podremos ser defensores de la vida, de la familia y la cultura occidental sentados en nuestras repletas mesas, mientras sucede lo que denuncia Jean Ziegler, y quedarnos tan panchos? Mirad el video...
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22 comentarios:
Mi querido Antonio, tienes razón es criticar duramente en que la salud (o la enfermedad?)se ha mercantilizado, que ya no es desde el punto de vista de la enfermedad que se padece, ahora es desde la prevención, en que nos meten enla cabeza todo que que hay que invertir para gozar de buena salud aún sin conocer si estamos expuestos o no. Ahora bien, desde mi punto de vista de un pais subdesarrollado, te puedo decir, que nosotros miramos el modelo del primer mundo, como la vitrina para gozar de un sistema de seguridad social más digno, con todas las fallas que pueda tener, la inversión que hace el estado, aunque sea un derroche innecesario, se ve en la infraestructura, en el orden, en la higiene, etc, etc., si tu vieras como son los centros asistenciales públicos en latinoamerica, podrías ver el gran contraste. Tambien se derrocha, se pervierte y pierde todo sentido de humanidad. Nada, que ningún sistema es perfecto. Aprovecho para desearte un muy feliz año y que el 2010, gocemos de mucha salud a pesar de las multinacionales. Un beso y un abrazo grandisimo!!!!!!!
El video me ha dejado más mal que bien,un poco de buena voluntad por parte de todos los países podrían paliar el hambre en el mundo, pero no quieren hacer el más mínimo esfuerzo, que pena !
Referente a Rocher, ya sabemos todos de que va la cosa, llenarse los bolsillos a manos llenas al igual que otras farmaceuticas.Un buen cocido sería una maravillosa receta para todos.Un petó.
Me fuí al enlace de tu texto de hace 22 años. ¡Cuánta actualidad lleva!
Ahí te dejé mi comentario y brindo entonces aqui, pro una educación para la Salud y un fortalecimiento de la atención Primaria.
Salud para todos.
Besos
Hola Circe. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que cada estado o situación requiere una estrategia para resolver el problema. Los países desarrollados andan muy por delante de los subdesarrollados o los pobres.
El asunto más importante que quiero transmitir es la hipocresía y el cinismo del poder, que obvia el hambre y gasta cantidad ingentes en curar, que no entiende que su preocupación ha de ser el sostenimiento del estado de salud, evitando que se pierde, que el hambre y la miseria es el peor enemigo de la salud. Que su objetivo básico ha de ser prevenir para que no enfermen y después curar a los que enferman. Que para prevenir hay que alimentar, formar y dotar de recursos para ello.
Es un tema de amplio debate, seguro...
Un abrazo cargado de energía y gracias, como siempre, por tu comentario
La verdad, Geni, es que solo entendiendo el sistema desde la defensa de los intereses del colectivo capitalista y sus beneficios, se comprende su funcionamiento y prioridades. Es verdad que son muchas las que se han conseguido, pero casi todas enfocadas y amparadas en esa política económica y social. Primero el interés de la empresa y luego el de los ciudadanos.
Un gran beso con mis mejores deseos
Gracias, Myr, por tu doble comentario. La atención primaria primero, la secundaria después. La salud lo primero, la enfermedad es un fallo que se cura después.
Un beso y feliz año
Acabo de descubrirte (parezco Colón) y me está gustando mucho tu blog.
Se puede decir más alto pero no más claro. Tu artículo está muy bien desarrollado y dices verdades como puños. No interesa prevenir porque la salud a fin de cuentas es un puro negocio. Ahora deben andar preocupados con ese 90% de vacunas Gripe A que han sobrado y no saben qué hacer con ellas... y encima no nos estamos muriendo (los no vacunados) a la velocidad que esperaban.
Me ha hecho gracia lo del peligro de un medico con boli y talonario de recetas en la mano. Sólo te ha faltado añadir que detrás del galeno casi siempre hay un misterioso personaje con maletín preparado con regalos si ha cumplido con la cuota.
Sigo leyéndote. Repito lo de estupendo blog. Te añado.
Saludos cordiales.
Bienvenida Chesana, a esta tu casa. Gracias por tus palabras y tu comentario en general. Celebro que hayas cogido tan acertadamente lo del boli y el recetario... siempre anda detrás ese señor, últimamente prevalece la señorita de buen ver, que lleva una baletita cargada de cosas para presentar; cosas que suelen llevar premio. En 20 años metido en la gestión de ese medio me he llevado muchas sorpresa y visto demasiadas situaciones que merecen una profunda reflexión.
Por cierto, ¿habrán pagado los gobiernos esa inmensa factura a la que aludes? De ser así, ¿Qué van a hacer con tantas vacunas inservibles? ¿Nos provocarán otro virus malévolo para usarlas? Miedo me da...
Un saludo afectuoso y que el próximo año te sea venturoso
Jean Ziegler junto con Galeano son dos voces de tremendo compromosimo.
Y llevas muchísima razón cuando planteas que en vez de medicación nos receten prevención.
Por que tanto hablar de la Gripe A y al final ha sido todo un pufo.Sin embargo,el objetivo ha sido consegido:llenar de dinero los bolsillos de las famaceuticas
Saludos
Y ahí está la sabiduría popular, que es gratuíta "vale más prevenir que curar". (pero no da dinero)
Qué gran verdad, amigo Felipe. Llenar de dinero los bolsillos de las farmaceuticas... Esa es la verdadera política sanitaria de los gobiernos en un sisttema neoliberal, como le nuestro... el bienestar general solo es perseguible si les da dinero. Quien manda, manda...
Un abrazo
Querida María Jesús, la sabiduría popular y el sentido común son los grandes sacrificados en un sistema neoliberal, como el nuestro.
Un abrazo afectuoso
Video demoledor. Y tus palabras, como siempre, acertadas. ¿Para cuando nos pondremos manos a la obra?
Antonio, pienso que lo tienes que haber pasado muy mal en tu trabajo, con tanto negocio por medio, siendo una persona tan sensible. He visto el video, este mundo es de locos ¿Quien puede tirar ese muro terrible que nos aplasta? Los nuevos señores feudales, los Bilderberg, posiblemente quieran que el pueblo africano perezca y como bien dices, " todos tan panchos " quiero pensar,que la conciencia de muchos esta despertando.
Mientras esta gentuza, lo tiene todo bien atado.
Gracias por tocar estos temas, son los que realmente importan... bueno, tambien comerse un buen cocido esta bien.
Un afectuoso saludo.
Sergio, gracias por tu visita y tu comentario. No sé para cuando ganarán los buenos... pero esto no es una película y los malos son poderos. Tal vez cuando nos demos cuenta de que la justicia debe arraigar en las conciencias y en los corazones, antes que en los bolsillos.
Un abrazo, amigo, que sigas con ese espíritu idealista y luchador que te caracteriza...
Hola Luna Llena, creo que si no conseguimos concienciar a la gente de una sociedad humanitaria y desprendida de la codicia y la avaricia que caracteriza al sistema neoliberal, parte del mundo va encaminado a la catástrofe. A esta gente no les importan las personas, sino que sean productivas...
La historia lo confirma. Sacaron de África a su gente para esclavizarla, ahora vienen a trabajar por tres cuartos pasando tremendos peligros. Esos son los rentables, los otros se pueden morir se hambre... Si acaso les mandarán cuatro cosas para calmar sus propias conciencias.
Un abrazo y feliz año
Querido Antonio, con un poco de rapidez vengo a darte el último abrazo del año. Estaré unos días fuera para retomar fuerzas y enfrantar 2010 llena de energía.
Que el año te traiga muchas de las cosas que estuvieras esperando.
Un fuerte abrazo
Carmen
Ocho millones.... Uno sólo ya sería demasiado :-( No sé, hijo, nunca sé qué decir ante estos datos. Hacer números acaba siendo un ejercicio terrorífico cuando sabes, por ejemplo, que con el 1 por ciento de lo que los gobiernos han dado a los bancos para resolver la crisis (1%, qué date con el dato), se habría solucionado el problema del hambre en el mundo.... En fin, una caca todo....
Que el 2010 venga repleto de alegría y momentos dulcemente inolvidables.
Que vivas tu vida serena y amablemente, con tranquilidad y armonía, con el tiempo en tus brazos :-)
Un millón de besos, que Dios te bendiga.
Estoy de acuerdo contigo Antonio en que es mejor prevenir que curar. Sobre todo cuando al intentar curar se esta experimentando constantemente. Es una pena pero lo que yo entiendo que debería ser el ejercicio de la medicina, se ha convertido en un negocio en donde los enfermos son nºs sin rostros, sin sentimientos, sin dolencias. La parte humana se ha perdido del todo y los enfermos son tratados como cosas con las que se puede experimentar la aplicación de determinados medicamentos.
Es una pena pero es como lo han montado. Estoy de acuerdo con lo que dice Cirse respecto al sistema sanitario de los países latinoamericanos y otras partes del mundo, pero pienso que a los nuestros le falta mucho para llegar a SER.
Un gran beso Antonio y mis rspetos.
Querida Belkis, me has hecho recordar un dicho que comentábamos en los estudios de enfermería: "No existen enfermedades, sino enfermos". Cada persona e sdiferente y si se trata la enfermedad y se da de la do al enfermo s epierde el factor humanidad que acerca y cura al paciente.
Un gran beso para ti con mi afecto personal.
Carmen, gracias por tu reconfortante abrazo. Espero que a lo largo del año 2010 siga ese especial flujo de amistad que ha surgido durante el 2009.
Toma fuerzas y descansa, para compartirlas luego con nostros.
Un beso cargado de energía positiva
Aunque no sea creyente, amiga Ana, esa bendición de Dios, que tu me envias, la tomo con todo el cariño que te mereces. Sabes que eres algo especial para mí en este mundo bloguero, que te admiro y te quiero. Por todo te deseo lo mejor, sabedor de que si te pasa lo mejor lo derramarás sobre los demás.
Un gran beso
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