miércoles, 25 de noviembre de 2009

Vámonos por la calzada cogidos de la mano.



Dragón hace un comentario en mi post anterior remitiéndonos a la obra de José Ingenieros. Al amparo de esa oferta desarrollo esta otra entrada como colofón a mi ocurrencia nº 14.

El Hombre mediocre es un libro del sociólogo y médico argentino José Ingenieros, publicado en el año 1913. La obra trata sobre la naturaleza del hombre, oponiendo dos tipos de personalidades: la del hombre mediocre y la del idealista, analizando las características morales de cada uno, y las formas y papeles que estos tipos de hombres han adoptado en la historia, la sociedad y la cultura.
Tuvo gran influencia en la juventud latinoamericana de su tiempo y en especial en el movimiento de la Reforma Universitaria iniciado en 1918.

El mediocre.El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos. Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí. "Cuando la mediocracia encuba pollipavos no tienen atmósfera los aguiluchos".

El idealista.El idealista es un hombre capaz de usar su imaginación para concebir ideales legitimados sólo por la experiencia y se propone seguir quimeras, ideales de perfección muy altos, en los cuales pone su fe, para cambiar el pasado en favor del porvenir; por eso está en continuo proceso de transformación, que se ajusta a las variaciones de la realidad. El idealista contribuye con sus ideales a la evolución social, por ser original y único; se perfila como un ser individualista que no se somete a dogmas morales ni sociales; consiguientemente, los mediocres se le oponen. El idealista es soñador, entusiasta, culto, de personalidad diferente, generoso, indisciplinado contra los dogmáticos. Como un ser afín a lo cualitativo, puede distinguir entre lo mejor y lo peor; no entre el más y el menos, como lo haría el mediocre. Sin los idealistas no habría progreso: su juventud y renovación son constantes. El idealista tiene su propia verdad y no se supedita a la de los otros; no se mueve por criterios acomodaticios, sino según ideales más altos. En cuanto a las circunstancias, su medio, la educación que recibe de otros, las personas que lo tutelan y las cosas que lo rodean, se levanta por encima de ellos: piensa por sí mismo. No busca el éxito, sino la gloria, ya que el éxito es solo momentáneo: tan pronto como llega se va.

La reflexión personal que me provoca es la siguiente:Visto lo visto y leído en nuestras publicaciones blogueras, creo que la mayoría nos encuadraríamos en el hombre y la mujer idealista. Eso me gusta, pues aún sintiéndose mediocre en algunos aspectos de la vida, el proceso evolutivo lo realizamos en huída de la mediocridad, salvo el estancamiento acomodaticio a esa vaguedad ideológica y entreguista que muchos practican.

Existe una masa social mediocre, entregada, nada idealista ni racionalmente crítica, que solo se ocupa de su bienestar egoístamente, que se somete a axiomas y principios tradicionalmente establecidos, nada cuestionables por ser dogmáticos, amparada y sostenida en la seguridad, parsimonia, despreocupación, etc. que le llevan a una vida tranquila y sosegada, sin conflictos por reflexiones inquisitoriales de la mente, que crean cuestionamientos, disquisiciones, controversias e inseguridades. Esta actitud social es un excelente caldo de cultivo para incautarse del poder los espabilados de turno, que mediante el sostenimiento de esa imagen de seguridad y satisfacción de las necesidades básicas y de las tradiciones, bloquean el desarrollo del idealismo, que acompaña a toda evolución, mediante el apoyo sistemático de esa mediocridad entregada.

La maleabilidad de esta masa es manifiesta. Desde un punto de vista sociológico está demostrado que, tocando los puntos y motivaciones adecuados, se puede dirigir esa multitud hacia los fines más disparatados, incluida la guerra. Es más, necesita líderes que les dirijan, que piensen por ellos, que sean capaces de gobernar y encauzar la solución de los problemas sin causarles quebraderos de cabeza. Son sujetos capaces de renunciar a su soberanía y entregársela a dictadorzuelos, o líderes de tres al cuarto, que son menos mediocres que ellos, para evitar pensar y preocuparse de los asuntos de la comunidad. Por tanto, como decía en mi ocurrencia anterior, con el dominio de los medios de comunicación se crea opinión, se consiguen adeptos y se aliena a la gente para obtener su consentimiento y entrega a la causa que defiende el líder.

Lógicamente, al poder establecido tradicionalmente no le interesa crear o potenciar los idealismos, o el idealista, puesto que ello conlleva el cuestionamiento sistemático de lo existente y la búsqueda de alternativas más justa, humanas y coherentes en la solución de los problemas y en la creación de estructuras de gestión más adecuadas a los intereses comunes de la sociedad y, por ende, a debatir el entramado que le sostiene en el poder. Seguirán practicando su adoctrinamiento, basado en los principios elementales que los sustentó siempre, y acusarán a los otros de adoctrinar en otra dirección al ciudadano, negando que ellos lo hagan dado que solo trasmiten lo existente, la tradición.

Pero, claro, el adoctrinamiento es básico en la ciudadanía. Se han de tener unos valores y creencias que lleven a actitudes y conductas que generen una sana convivencia. La convivencia mediante imposición de principios y valores es negativa, puesto que es coercitiva y castrante de la libertad. Entonces, lo lógico es definir esos principios que sean aceptados por todos y respetar las diferencias sin que se impongan creencias excluyentes y descalificadoras, haciendo que el ciudadano los asuma y practique, para el bien de la coexistencia.

¿Se podría llegar a un acuerdo de cuáles son estos valores? En todo caso, serían valores que ayudaran a salir de la mediocridad y llevar al desarrollo del idealismo social con posiciones de compatibilidad y no de enfrentamiento sistemático. Valores de receptividad y respeto, de tolerancia y aceptación de los demás, de rechazo a lo impuesto injustamente, el culto a la diversidad enriquecedora y a la soberanía del sujeto ciudadano sobre el Estado, entendiendo este como el resultado de una alianza de voluntades en lugar de una imposición de las mismas; de unas sinergias constructivas y sumatorias en lugar de la confrontación anuladora de energías y voluntades comunes. Creo que el camino, la calle, es un Estado laico, dónde se respeten las ideas de todos y cada uno, sus creencias y valores, pero que estas sean respetuosas que los principios generales. Que los adoctrinamientos religiosos se hagan en las iglesias, mezquitas, sinagogas o demás, y el adoctrinamiento social se haga en las escuelas, puesto que la escuela es el nexo común que une a todos los niños en el proceso de formación, sean de la religión que sean. La formación en la convivencia social es común mientras las creencias religiosas son personales y cuestiones de fe y no de razonamiento, bajo mi punto de vista.

Por tanto, propongo circular por la calzada, por en medio de la calle, acercándose más a una u otra acera en función de las circunstancias, buscando el solecito en los días de frío y la sombra en el calor, pero siempre por decisión propia y razonada, sin que nadie me obligue a ir por su acera y a comulgar con ruedas de molino. Establezcamos unas normas comunes de circulación para hacer compatible el tránsito por la calle de la vida, respetando la diversidad y los ritmos, pero enfrentándonos a aquellos que circulan en dirección contraria, a los que nos quieren parar u obligar a circular por la acera de sus intereses condicionando nuestra marcha. Al final de la calle está la realización personal, la consecución de los objetivos individuales y colectivos, vayamos juntos y en armonía.

Eso sí, para evitar ser “atropellados”, hagamos la calle peatonal, evitando que el poderoso, con su coche, nos haga subir a una de las aceras y no podamos comunicarnos con los que piensan de forma diferente. Por otro lado, siguiendo con el símil, el poderoso está acostumbrado a circular en vehículo ostentoso del poder, envidiable y causante de admiración. Ese vehículo deja muchos muertos en la cuneta, muchas diferencias e insatisfacciones, muchas injusticias distributivas, mucha insolidaridad... ¿Nos vamos todos andando y cogidos de la mano?


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50 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Ojalá nuestro camino fuese como el del hombre que "nunca perseguí la gloria", porque su canción quedo en la memoria de los hombres...y ojalá también la muerte nos pille "casi desnudos, como los hijos de la mar"

Naveganterojo dijo...

Magnifica entrada con frases tan "llamativas" como esta,:"Sin los idealistas no habría progreso", o esta otra mas peligrosa,:"tocando los puntos y motivaciones adecuados, se puede dirigir esa multitud(de mediocres) hacia los fines más disparatados, incluida la guerra".
Despues de leer tu entrada me hago un par de preguntas,¿el hombre mediocre puede llegar a conocer la felicidad?,y ¿puede llegar a sufrir y corregir sus errores?.
Un abrazo.
Salud y felicidad

Ciberculturalia dijo...

Como siempre, querido Antonio tu entrada excelente, no solo por su propio contenido sino porque siempre provocas una reflexión. Una profunda reflexión.

Tu reflexión propia sobre la vida bloguera es por lo menos llena de generosidad. Ojalá fuera así y pudieramos cambiar el mundo.

En eso estamos, verdad?

Un beso

Juntas pero no revueltas. dijo...

Un escrito muy interesante. Me hiciste recordar rebelión en la granja de Orwel, sobre todo el personaje de "el burro Benjamín" que representa a la clase intelectual, quienes son conscientes de las manipulaciones pero no toman cartas en el asunto, limitándose a observar sin intervenir.
Somos tan ingenuos que esperamos aquello de: "todo irá mejor mañana".
La publicidad utiliza un discurso, argumentos, personajes, y un tono como si el espectador fuera imbécil. (¿lo somos?)
Familias enteras en el paro, la depresión hace personas inhibidas y sin acción, no hay revolución!...
El poder, el dinero, los políticos, incluso la prensa que da información de temas anecdóticos, reportajes insignificantes sobre la vida cotidiana.
Están cambiando las reglas de juego y trnsformando la sociedad y la economía,y a la "masa" se le distrae con futbol y caramelos.
No aprendemos nada de la historia, lo único que vemos es la senda que no volveremos a pisar. (¿?)
Saludos cordiales, Alondra

Myriam dijo...

He leido a Josè Ingenieros hace mucho tiempo, ha sido sin duda, uno de los tantos de los que ha contribuido al enriquecimiento de mi espìritu.

Y, como sabes, soy optimista. A tu pregunta: creo que podremos. Sòlo hay que quererlo hacer.

Abrazos

luna llena dijo...

Todos andando y cogidos de la mano, muy bonito, pero nos tacharian de antisistemas, no dejariamos circular al poderoso que tanto mal causa, seria una revolución. La gente aguanta, pero todo tiene un límite,ojala nuestros nietos vivan en un mundo más justo, pero el cambio puede traer mucho dolor.

Muy bien Antonio, tus escritos despiertan las neuronas.

un cordial saludo.

Antonio dijo...

Amiga Maria Jesús, estoy de acuerdo en que eso de perseguir la gloria entendida como la fama es una infantilidad. Lo mejor es perseguir la gloria como satisafcción personal por el desarrollo realizado, por lo conseguido. Si trasciende a los demás esa gloria es má simportante aún.

Antonio dijo...

Amigo Navegante, el homnbre mediocre puede que se sienta feliz si su equipo de futbol gana el partido y desgraciado si lo pierde. Yo creo que puede llegar a corregir sus errores, siempre que cambio la actitud y sea más reflexivo y se desvincule de la mediocridad. En todo caso empezar a corregir errores es un claro intento de abandonar la mediocridad.
Un saludo

Antonio dijo...

Pues sí, amiga Carmen. Yo creo que quien se atreve a plasmar lo que piensa tiene dos virtudes esenciales para el desarrollo del ser humano: la disponibilidad a la crítica constructiva para evolucionar y el desprendimiento para compartir lo que aprende, piensa o reflexiona en un claro acto altruista, de idealismo. El que se guarda lo que sabe o es egoísta o no está dipsuesto a compartir por falta de seguridad en sí mismo, vergüenza o introversión, de mediocridad. Los blogueros, en general, estamos en el grupo que comparte y tiene su mente abierta, de los idealistas.
Un beso

Antonio dijo...

Hola Alondra. Gracias por tu visita y comentario. Pues sí, vemos la senda que ya no volveremos a pisar y no miramos adelante, con proyección de futuro a largo plazo. Somos miopes, como refiero en otra entrada. Nos hemos hecho acomodaticios y solo pensamos en nuestro bienestar bajo los criterios que lo definen en esta sociedad materialista, sin pensar que el bienestar es algo mucho más integral, que abarca lo biopsicosocial.
Un afectuoso saludo

Antonio dijo...

Myr, yo he de confesar que lo he descubierto recientemente, hablando con mis amigos argentinos precisamente, pero me ha parecido muy interesante su posición en este punto.
También soy optimista, lo que pasa es que ese trabajo es arduo, sostenido en el tiempo y luchando contra los poderes que pretenden gobernar al hombre mediocre en lugar de enfrentarse a la crítica exigente y racional del idealista. Por eso propongo caminar por la calzada peatonal cogidos de la mano, para que todos seamos iguales y podamos hablar en simetría. La asimetría se la inventaron los poderosos para subirse al pedestal de la gloria material y la razón falaz de la autoridad ficticia.
Abrazos

Antonio dijo...

Bueno, Luna Llena, eso será normal. Seremos antisistema en el momento en que hagamos la calle peatonal y no dejemos pasar los vehículos que sustenta el poder del sistema. En el momento en que no exista más que la búsqueda del idealismo y de un proyecto de futuro para todas en lugar de para unos cuantos, donde podamos ser en lugar de solo tener.
Un afectuoso saludo

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

me imprimo tu entrada para leerla en el bus.
buenos días, mi querido amigo...

Antonio dijo...

Gracias Mª Ángeles. Es un honor tu dedicación.
Que tengas feliz día.

MAJECARMU dijo...

Mi felicitación por tu razonada y profunda entrada..

Creo,que el idealismo lo mantiene la mente y el corazón.. No siempre hay equilibrio entre ambos,pero ante la duda,la intuición no falla.. Y naturalmente que buscamos el sol,el paisaje y saludamos a los traseuntes de ambas aceras con un margen de confianza.. que nos aporta "paz interior" para seguir andando libremente,sin lastres..!!

Mi agradecimiento y mi abrazo,Antonio
M.Jesús

Ana Márquez dijo...

Aquí tienes mi manita, yo voy a donde tú me diga, mi arma :-)

Yo reconozco q en otro tiempo fui más idealista. Con la edad me apoltrono, me desengaño, pienso que esto no lo cambia ni Dios, y me canso de luchar. Una pena, pero es así.

Un besazo pal profe más chulo.

Antonio dijo...

Hola M.Jesús. Gracias por tus palabras. También creo que hay que conocerlo todo para tener una opinión propia al respecto.
La impulsividad del idealismo se va racionalizando con la edad, pero por saber más y conocer los límites, las estrategias y las conductas más o menos operativas, pero en el corazón sigue latiendo el idealismo.
Un abrazo

Antonio dijo...

Hola Ana, cariño, yo cojo tu manita egoístamente para ver si consigo que pase a la mía algo de ese arte que tienes en ellas... y para lo que sea.
A mí la vida me ha enseñado una cosa muy simple: Para cambiar el mundo hemos de empezar por nosotros mismos. El mundo es el resultado de la interacción de su gente, dependiendo de la calidad y los principios de la gente así será el mundo. Voy a procurar que mi alícuota parte se mantenga en los niveles y valores adecuados para mejorar este jodido mundo y voy a pregonar a los cuatro vientos lo que pienso... Son mis cosas, desde mi ventana... este blog para compartir con quien quiera...
Un beso cogidos de la mano por en medio de la calzada, jejeje...

Abuela Ciber dijo...

Ingenieros con El hombre mediocre uno de mis libros de cabecera.

Lo que si me casrigó fue su tato a la vejez, pero...será que falleció muy joven.

Fuerzas Morales es tambien digno se ser leído como Simulacro de la locura.

En la viña del Señor....como se dice hay de todo, esta en nosotros tratar de acercarse a lo mejor, en este medio tambien.

Cariños

Lenier dijo...

Hola! Tube la suerte de encontrar su blog y me gusto mucho, saludos.

Antonio dijo...

Querida Abu, José Ingenieros no es muy conocido en España, pero a mí me parece un personaje muy interesante. Veré ese de Fuerzas Morales, parece que tiene buena traza.
Un saludo

Antonio dijo...

Javier, bienvenido a esta casa. Siempre serás bien recibido y si dejas tu opinión mejor aún.
Un saludo afectuoso

Lola Mariné dijo...

Yo no sé si opondría idealista a mediocre, me encaja más con la mente creativa.
Estoy de acuerdo en que aqui muchos mediocres no debe haber: están en los chats y las webs de ligues, a ver si pillan, jajaja.
Buen finde.

m.eugènia creus-piqué dijo...

Caramba Antonio, nunca había leído un post definiendo con tanto detalle lo que es un mediocre y un idealista.Lo encuentro muy interesante y aunque no venga a cuento me he reido cuando he leído lo del mediocre, hay tantos...Petonets.

Abuela Ciber dijo...

Creo que te puede interesar

La simulación en la lucha por la vida

Siulacion de la locura y

Hacia uan sociedad sin dogmas.

Claro que tiene una proficua labor literaria pero yo solo leí algunos.


De mi país tal vez te agrade leer a Jose Enrique Rodó y Carlos Vaz Ferreira

Cariños y buen fin de semana!!!!!

Antonio dijo...

Lola, yo no los opondría. Creo que no son contrapuestos ni antónimos. En todo caso el mediocre puede que siguiera al idealista sin ser idealista.
Tienes razón, el bloguero piensa, crea, escribe y comparte. El chatero y el webero (me acabo de inventar las palabras) son especimenes diferentes que se anclan más en esa mediocridad. Lo suyo no es andar buscando caminos hacia la mar, sino ligar y pasar sin ni siquiera pensar.
Un abrazo y buen fin de semana.

Antonio dijo...

Es verdad, Geni. La mediocridad (de en medio para abajo) es inmensa, como mínimo la mitad más uno de la sociedad. Gracias por tus palabras.
Un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Abu, por tus consejos. Esta tarde tengo que ir a mi librero para recoger un libro que nos recomendó Lola Mariné y me interesaré por su obra.
Cariños y buen fin de semana

RGAlmazán dijo...

Yo creo que el mediocre tiene más posibilidades de ser feliz, o eso cree. Basadas en la ignorancia y sobre todo en acomodarse a las circunstancias. Mientras que el idealista siempre tiene esa meta que no termina de alcanzar, la utopía.
De todas formas, entiendo que todos tenemos una parte de cada uno de esos modelos que has tocado.
Yo creo que si hay que elegir, prefiero pasarme el tiempo buscando la felicidad, a que me digan cómo es y que me la impongan.

Salud y República

Abuela Ciber dijo...

Lejos está de mi dar consejos sencillamente era una conversacion a traves de esta pantallita, claro que a veces las palabras son poco flexibles, además no soy una persona que me sepa expresar mucho escribiendo.
bueno en realidad soy un desastre ja ja!!!!

Saludos!!!

Antonio dijo...

Pues sí, Rafa, estoy de acuerdo contigo. Eso le decía a navegante sobre la felicidad del mediocre. También pienso que en este mundo nada es absolutamente piro y los tipos definidos son extremos que casi nunca se dan. En cada uno de nosotros existe un cosmos variado donde se conjugan todas las posibilidades en mayor o menos medida.
Sinceramente, creo que mi obligación es crecer y buscar esa felicidad en plan idealista antes que se un conformista mediocre.
Un saludo

Antonio dijo...

Abu, retiro el yérmino consejo y lo sustituyo por el de información. De todas formas ya solicité a mi librero un par de sus obras que existen en el mercado.
Gracias y cariños...

María dijo...

Antonio:

Interesantes tus reflexiones en relación con el hombre mediocre, el cual, nos defines como que es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales, en cambio, el idealista es un hombre capaz de usar su imaginación para concebir ideales.

Creo que, sin saber en qué definición estaríamos, casi todos aspiramos a usar nuestra propia imaginación para crear, y ser felices, y son pocos los que no la usan, me parecería a mi que estarían más bien muertos en vida.

Interesante tu post, como todos los que escribes.

Feliz fin de semana.

Un beso.

Belkis dijo...

Me voy por la acera tomada de la mano con mi convicción y aceptando la de los demás. En la diversidad está la riqueza y aprendemos tanto los unos de los otros, sin dejarnos someter claro está, sólo aprendiendo, interiorizando y cada uno que actue según sus convicciones. Este post me ha gustado especialmente por la amplitud de los conceptos. Estoy de acuerdo al 100%con su contenido. Un cariñoso saludo Antonio

JUAN PAN GARCÍA dijo...

Muy interesnate entrada, como ya nos tienes acostumbrados. Esta frase destaca entre todas las demás porque muestra la actitud que aún sigue permitiendo que la sociedad acepte cosas de las que luego se avergüenza, y al debate que vemos estos día en Inglaterra acerca de su participación en la guerra de Iraq me remito.

"tocando los puntos y motivaciones adecuados, se puede dirigir esa multitud(de mediocres) hacia los fines más disparatados, incluida la guerra".
Aznar no intentó siquiera convencernos tocando los puntos adecuados: actuó unilateralmente.
Un abrazo.

Circe La Hechicera dijo...

Querido Antonio, leyendóte, me he recreado en la situación que vivimos en mi hermoso pero convulsionado país, y no puedo dejar de comparar situaciones, circunstancias y realidades, es más, que bien caería un artículo como este para que sea leído por grandes masas, para que tengan un buena referencia acerca del idealismo y la mediocridad y que cada quien se sienta retratado y haga su propia reflexión. Y yo me voy de tu mano,indudablemente. ue tengas un lindo domingo. Besosss Caribeñosss!!!!

Antonio Aguilera dijo...

Creo que todos, o muchos, pretendemos ser idealistas pero sin darnos cuenta nos quedamos en mediocres.

Mediocre es el que espera que pasen los días sin intentar mejorarlos. El que no quiere que le alteren su rutina del día a día porque quiere vivir "tranquilo".
Pero no sabe que la tranquilidad se le acabará cualquier día.., y entonces, no sabrá enfrentarse a la situación nueva.
Para tener adaptibilidad y ser camaleónico no se puede ser mediocre.

Buena enseñanza la tuya de hoy amigo Antonio.

Recibe un abrazo

MarianGardi dijo...

Antonio, me identifico mucho con tu escrito, para mí los mediocres son seres vegetativos, los idealistas estamos vivos, sentimos, somos sensibles y queremos avanzar y mejorar, los otros todo les resbala y son demasiado egoistas, y malloria.
Los blogs es un refugio para los idealistas.
Besitos y gracias por estar y escucharme ahora en video

@SusVersiva dijo...

Creo que yo estoy en plena revisión de esos términos. Tu post me ha hecho pararme a pensar (ojalá hubiera más espacio, el de una conversación igualmente enriquecedora, para poder detenerse en cada frase, en cada punto de tu análisis...). En este momento de mi vida, me inclino por la visión de esa masa 'mediocre' como un conjunto potencialmente creativo. Es decir: todos (o casi) podemos pasar períodos de mediocridad álgida por falta de tiempo, energías, por tener aspectos básicos de la supervivencia poco o mal resueltos... Pero con lo que sucedió, por ejemplo, ante la guerra de irak en la que nos metió ese necio con bigote, los millones de personas tomando la calle, las caceroladas ensordecedoras de todos los miércoles-noche, o los miles de voluntarios ante "los hilillos" de plastelina... me hace pensar que no es que no les importe nada, sino que todo está pensado para que la información haya de buscarse con ahínco, que estamos manipulados y cegados permanentemente como colectivo, pero ahí están, con toda su disponibilidad. Un líder que hablara claro, que organizara, en el que creer, creo que podría movilizarnos más de lo que pensamos. Ojalá podamos comprobarlo!!

Un abrazo, y gracias por tu interesante entrada!

Antonio dijo...

Hola María. Gracias por tu aportación. Yo creo que todos somos capaces de aportar ideales, de ser idealistas, lo somos potencialmente. Luego, los hábitos, la educación y las costumbres nos pueden posicionar en la mediocridad, al no estar motivados por los ideales.
De todas formas el mero intento y voluntad de crecer te saca de la mediocridad para abrirte las puertas del idealismo.
Un beso

Antonio dijo...

Por eso, amiga Belkis, decía yo de ir por el centro de la calzada para ver mejor a cada lado, cogidos de la mano para sentir la presencia de los demás y apoyarse los unos a los otros. Dejo fuera los coches y la hago peatonal para que todos andemos como nacimos, sin nada, sin diferencias sustantivas respecto a los otros y solo con lo que la vida nos dio de inteligencia y personalidad, para que la avaricia, la codicia y el egoísmo, personificado en el vehículo ostentoso, estén ausentes, para que los atropellos no se puedan realizar desde el poder del coche oficial o de diferencia de clases..
Un saludo afectuoso

Antonio dijo...

Juan, de acuerdo, ese es el sistema que se sigue. Los medios alardean lo que les interesa a las clases dominantes y los demás piensan que eso es lo mejor porque lo ha dicho su líder. La mediocridad, al no ser crítica, acaba asumiendo que hay armas de destrucción masiva, aunque los inspectores de la ONU digan que no, pero su líder, su Josema dice que sí y basta.
Un abrazo

Antonio dijo...

Hola Circe. A mí me encantaría que se pudiera publicar lo que pienso para poder compartirlo con más gente, pero no está en mi mano. Sé de los avatares que pasáis ese hermoso país y de los que pasan en muchos más, aunque la información que tengo, y tendré, siempre será condicionada por el emisor de la misma y sus intereses o su visión del asunto. Ahora nos toca a los demás saber leer entre líneas para descubrir la verdad que se ajuste a nuestra propia perspectiva.
Tú cálida mano, y la de muchas personas más, son una fuente de energía para poder seguir adelante intercambiando ideas.
Besos desde la Costa del Sol.

Antonio dijo...

Gracias, Antonio, por tu visita y comentario. Creo que somos idealistas potencialmente, pero la comodidad nos hace mediocres. Nos dan pan y espectáculo y nos sentimos felices. Eso sí, si nos convencen que corremos peligro somos capaces de matar a cualquiera siguiendo al líder.
Un abrazo afectuoso

Antonio dijo...
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Antonio dijo...

Querida Susana, si estás en revisión es que estás creciendo. Eso es importante. La cuestión es, como he dicho a otros comentaristas, que todos somos potencialmente idealistas, por lo que lo importantes es cómo movilizar ese idealismo, ese interés por crecer, ese inconformismo sano, para desatollarnos en compañía, con flujos limpios y abiertos, que nos permitan beber de aguas claras y cristalinas en lugar de corruptas y envenenadas, que nuestros principios sean valores de convivencia y respeto en lugar de imposiciones.
Yo pienso que la movilización de masas no es el camino principal, sino una forma de empezar a despertar, pero después viene lo más duro, el continuar, el desprenderse de prejuicios y ser libre sin que acaben manipulando los líderes, el entender que tu evolución personal incrementa la evolución de la sociedad, en que eres sumatorio y no restas.
Es un interesante tema para conversar junto a la chimenea, paseando o donde sea, en plan amigable.
Un abrazo para ti también.

Antonio dijo...

Hola Marian. Gracias por tu comentario. El asunto es que los idealistas dan la cara, descubren, desarrollan la sociedad y, creciendo ellos, ayudan a crecer a los demás. Los mediocres se aprovechan de ello y al final, con su pasividad, acaban gozando de todo.
Tu nuevo invento es muy interesante para desarrollar tu actividad poética, `pues sumas tu voz a tu creatividad.
Besos

Mónica López Bordón dijo...

Hola Antonio,

Muy interesante el post. Me ha parecido genial el título para el desarrollo que haces.

un abrazo

Antonio dijo...

Gracias, Mónica. A veces se consigue que los títulos den una idea más precisa de lo que se quiere transmitir, como es este caso.
Un abrazo

Peter Pantoja Santiago dijo...

...Las incongruencias de cada ser humano hacen que el asesino se siente a la mesa a tomar un vino finamente con la familia del fallecido y luego decir "descance en paz", así es todo ser humano que pudiendo hacer la diferencia obra por la mediocridad humana, lamentable, pero universidad para otros tantos que ven en ello un deseo más para la superación y no para el estancakiento moral en el cual nos e perdona nivel social o raza alguna, simplemente incongruencias de cada ser humano.

Gracias como siempre por llenarnos de tantos deseos de continuar adelante, nos haces ver una vez más de que no estamos solos en el camino, realistas con esperanza de cambio.

Peter

El derecho a opinar

  Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en: https://xornaldegalicia.es/opinion/el-derecho-a-opinar-por-antonio-porras-cabrera https:...