Cuando digo que voy a hacer mi campaña, espero que no se piensen que me voy a presentar a ningunas elecciones, aunque eso es un acto de valentía en muchos casos. Pues al político, si es bueno, se lo quieren cepillar los que procuran que trabaje para ellos, ya que los habría de dejar con dos palmos de narices y salir en defensa del colectivo y en contra de los intereses de las minorías dominantes.
Lo digo porque, no hay por dónde coger los discursos que nos presentan nuestros políticos, por lo general. Ya no hablo de las entrevistas “ad hoc” que le hacen los medio afines, de la propaganda ostentosa que presentan, de los mensajes falaces y de poca consistencia que nos lanzan, sino del descaro y le cinismo de hablar de los demás sin hablar de ellos mismos, de su incapacidad de poner claramente sobre el tapete la realidad de la situación y hablarnos como a adultos, a persona mayores, que seguro entenderemos de que va el asunto.
Siguen creando sectarismo, despertando lo emocional, lo visceral, del sujeto mediante lemas que hagan funcionar al corazón herido y aparcar la mente resoluta. Nos siguen aborregando para hacernos gregarios suyos, para seguirlos y sacrificarnos por ese sentido de pertenencia al grupo político en cuestión y nos convencen para ir en contra del otro antes que ir a favor del uno, pues ese uno no tiene programa ni mensaje claro para resolver los problemas.
Este hastío en el que se está convirtiendo la política, empujado por la incompetencia de los propios políticos que se enzarzan en discusiones de “y tú más”, solo nos lleva al desaliento, la desconfianza y la agonía de un sistema de representación que se vende al final al mejor postor, que resulta ser el capital y las finanzas. Los tienen cogidos por los cataplines y si no, les echan encima una agencia calificadora y les hunden la economía. Ellos que, posiblemente, tengas unas impresionantes deudas con la banca, al final, solo les queda por decir “sí mi amo”… y donde dije digo, digo diego…
Tengo que decir que yo creo en la política, pero en la POLÍTICA con mayúsculas, no en esa pseudopolítica de intereses y engañifa en que se ha convertido el sistema, donde manda quien mando y quieren hacernos creer que mandamos nosotros. En esa política que entiende los bienes comunes y que busca un justo reparto en la creación de riqueza, al igual que los gastos. No soporto al cínico peinado a lo pretérito con cara de niño bien y verbo repulsivo, al narigudo que suelta sus ocurrencias y “el tú más”, a la muñeca chillona que tergiversa las cosas, a los pluriempleados/as con dos y tres sueldos hablando del paro y su solución, a los corruptos que se hacen de víctimas y, agredidos, arrastrando a los demás a defenderles de la ofensa, como si ellos fueran los ofendidos. No, esos políticos de tres al cuarto, que no saben de política, o la entiende desde la especulación, la manipulación, el nepotismo y la conveniencia, que van imponiendo ideas sin dar cuartel a los otros, no son de mi clase, de mi gente.
Yo quiero políticos que hablen claro, que me digan cuando hay un problema, su diagnóstico, los riesgos y soluciones. Que si yo les di mi voto, mi parte de soberanía popular para que la administraran, se consideren mis delegados y gestores en la parte que me corresponde y me informan correctamente. No quiero al que me venga a pedir mi voto con buenas palabras, con promesas difícilmente cumplibles, cuando no tramposas, para que le entregue ese poder que tengo y lo use, a su libre albedrío, saltándose el compromiso que contrajo conmigo cuando se lo dí.
En estas elecciones no voy a mirar lo que me dicen que van a hacer, las promesas de sus cuestionables programas, sino lo que han hecho anteriormente. Esta será mi campaña, identificar lo bueno y malo que han hecho y valorar si merece ese sujeto que le de mi confianza. Eso sí, que no cuente con mi voto aquel que ya me engañó, que hizo lo que le dio la gana en mi calle y en mi ciudad, si pensar en lo que le convenía al ciudadano, sin ni siquiera atender nuestros requerimientos básicos para realizar las inversiones en mejoras adecuadas para la ciudadanía, sino para las empresas que ellos mismos fueron entramando. Al final, me dejan una deuda pública impagable, sujeta al chantaje del cuerpo financiero y presos del débito de por vida.
Eso sí, han practicado el deporte nacional, que es el nepotismo. Han colocado a los suyos con contratos suculentos y blindados, en mayor o menor medida y, si gana el adversario, se encontrará que tiene que gestionar el ayuntamiento con los empleados políticos que les deja el antecesor (caballo de Troya, pues; quintacolumnistas que les facilitarán el retorno). El asunto está en que en tiempos de bonanza, con un alto grado de miopía o mala fe, aplicaron ese nepotismo que ahora nos encadena la economía del municipio. Crearon gastos fijos, colocando a sus amigos, que se deberán detraer de las inversiones en mejoras, al tener que reducir los presupuestos, y acabaremos pagando grandes y desproporcionados sueldos de sujetos, que colocó allí su partido, mientras nuestras calles y conciudadanos andan en serias dificultades para sostenerse.
Lo que pasa al final, amigo lector, es que el fallo está en el sistema, en la cultura organizacional que nos hemos regalado desde tiempo inmemorial y en nuestra forma de actuar ante la política y los políticos. Ahí están los Santiagos Matamoros y Belenes que nos enseñan a debatir “sanamente”, desde el Matamoros de la batalla de Clavijo a los Belenes Esteban con nos montan en TV. Pan (aunque cada vez menos) y circo y escuela de debate nacional. Le damos más importancia a una felación en un despacho oval, que a una guerra con miles de muertos, o a unos derechos humanos pisoteados. Eso demuestra lo que influyen los medios y sus mensajes en nuestra mente, a la par que nuestra fragilidad mental. Ellos dicen lo que nos debe interesar y nosotros nos lo tragamos con tanta tele y medios a su alcance. Lo importante, para mí, es saber que hay detrás de todo y quienes son los beneficiados, ya que nosotros, la mayoría, somos los perjudicados. Pero, sobre todo, saber como revertir todo esto a una forma socialmente más justa. Mientras tanto nos siguen sometiendo al dilema de votar al menos malo, en lugar de al más bueno.
Lo digo porque, no hay por dónde coger los discursos que nos presentan nuestros políticos, por lo general. Ya no hablo de las entrevistas “ad hoc” que le hacen los medio afines, de la propaganda ostentosa que presentan, de los mensajes falaces y de poca consistencia que nos lanzan, sino del descaro y le cinismo de hablar de los demás sin hablar de ellos mismos, de su incapacidad de poner claramente sobre el tapete la realidad de la situación y hablarnos como a adultos, a persona mayores, que seguro entenderemos de que va el asunto.
Siguen creando sectarismo, despertando lo emocional, lo visceral, del sujeto mediante lemas que hagan funcionar al corazón herido y aparcar la mente resoluta. Nos siguen aborregando para hacernos gregarios suyos, para seguirlos y sacrificarnos por ese sentido de pertenencia al grupo político en cuestión y nos convencen para ir en contra del otro antes que ir a favor del uno, pues ese uno no tiene programa ni mensaje claro para resolver los problemas.
Este hastío en el que se está convirtiendo la política, empujado por la incompetencia de los propios políticos que se enzarzan en discusiones de “y tú más”, solo nos lleva al desaliento, la desconfianza y la agonía de un sistema de representación que se vende al final al mejor postor, que resulta ser el capital y las finanzas. Los tienen cogidos por los cataplines y si no, les echan encima una agencia calificadora y les hunden la economía. Ellos que, posiblemente, tengas unas impresionantes deudas con la banca, al final, solo les queda por decir “sí mi amo”… y donde dije digo, digo diego…
Tengo que decir que yo creo en la política, pero en la POLÍTICA con mayúsculas, no en esa pseudopolítica de intereses y engañifa en que se ha convertido el sistema, donde manda quien mando y quieren hacernos creer que mandamos nosotros. En esa política que entiende los bienes comunes y que busca un justo reparto en la creación de riqueza, al igual que los gastos. No soporto al cínico peinado a lo pretérito con cara de niño bien y verbo repulsivo, al narigudo que suelta sus ocurrencias y “el tú más”, a la muñeca chillona que tergiversa las cosas, a los pluriempleados/as con dos y tres sueldos hablando del paro y su solución, a los corruptos que se hacen de víctimas y, agredidos, arrastrando a los demás a defenderles de la ofensa, como si ellos fueran los ofendidos. No, esos políticos de tres al cuarto, que no saben de política, o la entiende desde la especulación, la manipulación, el nepotismo y la conveniencia, que van imponiendo ideas sin dar cuartel a los otros, no son de mi clase, de mi gente.
Yo quiero políticos que hablen claro, que me digan cuando hay un problema, su diagnóstico, los riesgos y soluciones. Que si yo les di mi voto, mi parte de soberanía popular para que la administraran, se consideren mis delegados y gestores en la parte que me corresponde y me informan correctamente. No quiero al que me venga a pedir mi voto con buenas palabras, con promesas difícilmente cumplibles, cuando no tramposas, para que le entregue ese poder que tengo y lo use, a su libre albedrío, saltándose el compromiso que contrajo conmigo cuando se lo dí.
En estas elecciones no voy a mirar lo que me dicen que van a hacer, las promesas de sus cuestionables programas, sino lo que han hecho anteriormente. Esta será mi campaña, identificar lo bueno y malo que han hecho y valorar si merece ese sujeto que le de mi confianza. Eso sí, que no cuente con mi voto aquel que ya me engañó, que hizo lo que le dio la gana en mi calle y en mi ciudad, si pensar en lo que le convenía al ciudadano, sin ni siquiera atender nuestros requerimientos básicos para realizar las inversiones en mejoras adecuadas para la ciudadanía, sino para las empresas que ellos mismos fueron entramando. Al final, me dejan una deuda pública impagable, sujeta al chantaje del cuerpo financiero y presos del débito de por vida.
Eso sí, han practicado el deporte nacional, que es el nepotismo. Han colocado a los suyos con contratos suculentos y blindados, en mayor o menor medida y, si gana el adversario, se encontrará que tiene que gestionar el ayuntamiento con los empleados políticos que les deja el antecesor (caballo de Troya, pues; quintacolumnistas que les facilitarán el retorno). El asunto está en que en tiempos de bonanza, con un alto grado de miopía o mala fe, aplicaron ese nepotismo que ahora nos encadena la economía del municipio. Crearon gastos fijos, colocando a sus amigos, que se deberán detraer de las inversiones en mejoras, al tener que reducir los presupuestos, y acabaremos pagando grandes y desproporcionados sueldos de sujetos, que colocó allí su partido, mientras nuestras calles y conciudadanos andan en serias dificultades para sostenerse.
Lo que pasa al final, amigo lector, es que el fallo está en el sistema, en la cultura organizacional que nos hemos regalado desde tiempo inmemorial y en nuestra forma de actuar ante la política y los políticos. Ahí están los Santiagos Matamoros y Belenes que nos enseñan a debatir “sanamente”, desde el Matamoros de la batalla de Clavijo a los Belenes Esteban con nos montan en TV. Pan (aunque cada vez menos) y circo y escuela de debate nacional. Le damos más importancia a una felación en un despacho oval, que a una guerra con miles de muertos, o a unos derechos humanos pisoteados. Eso demuestra lo que influyen los medios y sus mensajes en nuestra mente, a la par que nuestra fragilidad mental. Ellos dicen lo que nos debe interesar y nosotros nos lo tragamos con tanta tele y medios a su alcance. Lo importante, para mí, es saber que hay detrás de todo y quienes son los beneficiados, ya que nosotros, la mayoría, somos los perjudicados. Pero, sobre todo, saber como revertir todo esto a una forma socialmente más justa. Mientras tanto nos siguen sometiendo al dilema de votar al menos malo, en lugar de al más bueno.
40 comentarios:
Buena entrada, coincido contigo. El sistema es el problema. Competitivo, plutocrático, populista, no participativo. No votamos a quiénes mandan --Los Mercados--, sino a sus siervos. No se castigan las mentiras, las corrupciones, las promesas incumplidas. Hay que tener buen ojo y votar, porque hay todavía políticos que valen la pena, pero hay que buscarlos y encontrarlos.
Salud y República
He de reconocer que en lo tocante a estos asuntos tengo una enorme lacra mental. Por mucho y bueno que hagan los políticos de cierta tendencia política, no los puedo votar. Soy un mal ejemplo para los jóvenes.
Un abrazo.
Rafa, gran parte de los políticos están destrozando el arte de la política, para convertirla en un oficio. El arte es creativo, iniciativa y bien hacer, el oficio es sumisión a la norma y las técnicas que definen las actuaciones.
El político, en sus campañas, por lo general, usa técnicas de márketing, se vende como algo bueno, pero la engañifa va de tras. Si pueden te dan gato por liebre. Las compañías y los técnicos de marketing solo piensa en ganar, en que les compren el producto con el voto, pero una vez conseguido vuelven a las andadas.
Por otro lado, al político honrado, al que hace de verdad política pensando en el pueblo, en el ciudadano, lo marginan y denostan bloqueando el acceso al poder y dejándolo como mero elemento testimonial.
Un saludo
Amigo Thornton, hay partidos políticos que lo tiene muy mal para que yo les vote. Están mediatizados por un pasado que tienen que superar y demostrar que lo hacen, además si a ello se suma la divergencia de principios y valores humanos y políticos, lo tienen más difícil aún.
Un abrazo
Lo mismo pienso. Los amos del mundo no son los políticos, éstos son marionetas que hacen el trabajo sucio al mundo financiero. Como tú creo en la política, pero no puedo creer en esto. Por eso, yo y muchos como yo, se están planteando irse al campo el día de las elecciones, a respirar aire puro y auténtico. Y que no vuelvan a utilizar mi voto para tomarme otra vez el pelo. Ya está bien.
Un saludo.
El señor Cayetano ha expresado mi sentir en este tema.Yo me iré al campo o la playa ese día.
Resulta, amigo Antonio, que yo también me fijo en lo que hicieron antes cuando mandaron cada partido. Contrariamente a otras comunidades, en Andalucía no se celebran elecciones al Parlamento Andaluz, sino sólo a las alcaldías.¿Por qué? No lo entiendo.
En este ayuntamiento mandaba el PC cuando llegué en 1982. Salieron por piernas, dejando todo un pueblo parado sin conceder ninguna licencia de obras en dos años, ni pública ni privada. Luego ocupó su puesto el PSOE, con un alcalde que venía de un pueblo de Sevilla.La corrupción y el ordeno y mando aparecieron desde el inicio y fueron reemplazados por el PP, que fue peor aún. Los portuenses, hastiados, votaron por Independientes, cuyo Alcalde acabó en los tribunales, fue condenado y desposeído del derecho a ocupar cargos políticos. Se asignó un sueldo para él y su hija más elevados que los del Presidente del Gobierno (800 mil pesetas mensuales cada uno).
Todos y cada uno de los partidos que gobernaron la ciudad engrosaron la nómina del Ayuntamiento enchufando a docenas de personas amigas, pasando la una plantilla de alrededor de 300 personas en 1982 a las más de mil con que cuenta ahora. Se han privatizado servicios que antes hacía el ayuntamiento: recogida de basuras, mantenimientos, servicio del agua, ect.
¿Votar? ¡No, gracias!
Un abrazo
Nos marean con las elecciones para conseguir votos, después hacen lo que quieren.
Un beso.
Tengo unas ideas tan utópicas y peregrinas con respecto a la política que llevo muchos años respirando aire puro.
Esta es una cuestión que todavía me queda pendiente de solución. No me refiero al voto, sino a la filosofía del mismo en los tiempos que corren. Beso.
El sistema ha fallado, y han fallado las promesas y los cuentos que nos contaron aquellos en los que depositamos nuestra comfianza.
Voy a caminar mucho más a la izquierda.
besos.
Son tiempos duros, de mucho descrrimiento y zozobra. Esta clase política, desde luego no inspira ninguna confianza.
Pero yo tampoco creo que la solución sea el no votar.
La derecha, el PP, tiene un voto cautivo, vayan como vayan las cosas, el voto de la izquierda es más voluble. No perdonan los pecados o las corruptelas.
A los votantes de la derecha les da igual.
Yo vivo en la Comunidad Valenciana. Solamente con decir de donde soy contribuyente expreso todo lo que quiero decir.
Saludos
PERO LA POLÍTICA CON MAYÚSCULAS NUNCA HA EXISTIDO, SIEMPRE HA HABIDO ESTA LUCHA; ESTE TIRE Y AFLOJA, COMO DECÍA EL QUERIDO MAQUIAVELO.
Buenas tardes:
me gustaría decir que ha hecho una magnífica campaña y me uno a ella.
Comparto lo que dice.
Vivo en Madrid y no merece la pena decir los nombres de los dirigentes locales y autonómicos.
La deuda,ocho mil millones de euros en la ciudad, es la que mayor fuente de desempleo ha creado.Cientos de empresas que no cobran y miles de puestos de trabajo destruidos. A sus votantes, les da igual y desgraciadamente volverán a sacar mayoría absoluta.
Referente al voto y sin deseos de ofender, me gustaría decir a los que dicen que no van a votar que cometen una imprudencia, dejando a los demás decidir por ellos y quejarse luego.
Vivimos en un país de memoria corta y pronto olvido.
Cuando nos olvidamos de tanta y tanta gente que no hace muchos años fueron encarcelados, torturados e incluso perdieron la vida por conseguir nuestro derecho al voto y decidimos no votar, algo anda mal y no solamente en la clase política.
Ellos merecen que movamos las nalgas ese día y vayamos a votar.
Cuando llevemos cien años votando, los políticos aprenderán y los demás también.
* Si cree conveniente eliminar mi comentario, lo entenderé.
Gracias.
María, lo malo es que cuando les das el voto se creen los dueños de los ayuntamientos, en lugar de los gestores que han de dar cuentas a los dueños, que seríamos nosotros.
Un beso
Cierto, José Vte. Tu comunidad es un claro ejemplo de la perversión del sistema y de la necesidad de ese cambio cultural que necesita la política. Al final acabaremos diciendo que tenemos los gobernantes que nos merecemos, pues nosotros los votamos. Mi dilema sigue estando en pie.
Saludos
Es verdad, Ana, el sistema ha fallado y se ha convertido en un monstruo que lo engulle todo, que nos atrapa tanto si votamos como si no… A ellos les interesa apartar a los que tienen conciencia de la situación para seguir alimentando su poder del voto de los alienados.
Besos
No sé, amigo Cayetano. A mí, esta situación, me tiene muy confundido en cuanto a la forma de actuar, Si no votas gana la derecha xe toda la vida… habrá que pensarse qué hacer y buscar a alguien que, por lo menos no haya demostrado su ineficacia y se le pueda suponer competente. O esperar que surja alguien que tome otro rumbo más acorde con las ideas que tenemos… Si no vas, malo y si vas, peor…
Un abrazo
Juan, lo que cuentas en tu relato de los hechos de tu pueblo es desalentador. Como para no confiar en el ser humano por principio. Puede que el sistema cultive, como he dicho antes, esas conductas cuando estás en ciertos niveles y las rechaces desde otros estadios.
Un abrazo
Emejota, el mundo, al menos para mí, sigue cargado de dilemas, de dudas e interrogantes. No sé cual es la mejor forma para llegar donde creo que se ha de llegar. A lo mejor debo coger las de villadiego y marchar solo donde crea que debo ir…
Besos
Noite, gracias por decir que elimine su comentario si lo creo conveniente, lógicamente me guardo ese derecho al ser mi blog, pero su exposición es inapelable. Creo que la noite, o sea usted, expresa la idea como la luz del amanecer, del propio día y argumenta con solidez lo que dice. No tengo en mi blog instalada la moderación de comentarios, de momento, pues todo el que ha querido decir lo que piensa ha sido bienvenido y me satisface que nadie haya entrado con formas que merezcan ser eliminadas.
Un saludo y gracias por tu aportación
No sé, OJT, ahora me pones a pensar. Es posible que no haya existido en realidad, pero sí en las ideas. Para mí la idea puede formar parte de la utopía inalcanzable, pero esa inaccesibilidad puede marcar el camino, como un faro, aunque nunca se llegue a ella. Por tanto en mi mente existe la posibilidad de una POLÍTICA con mayúsculas y espero que algún día se pueda ejercer.
Seguramente habrá que cambiar de escuela, dejar a Maquiavelo a un lado y buscar otra fuente de hacer política…
Platón definió al hombre como un ''animal político''. Desde hace dos mil años tomamos la mitad de esa definición y llegamos a decir cosas como ''todo es política''.
¿Qué pasa con la mitad animal del hombre? Nadie se acuerda de eso.
Los políticos ''de raza'', con los que representarían, en este caso, es parte animal. Ergo, deberían estar en el zoológico y no diciendo que representan a alguien cuando en realidad se representan a sí mismos o a su grupo, y no a ningún pueblo. Es pueblo es la comparsa, necesaria, pero prescindible para el circo.
Saludos
J.
una entrada perfecta, a los políticos, no se les entiende hblan un idoma diferente.
Un placer leerte y saludarte.
Por cierto tierra hermosa Málaga, yo he veraneado unos 20 años en tu tierra.
Acertada entrada Antonio.
Hasta que no hayan listas abiertas... no votar en cierto modo les beneficia y votar en blanco no se hasta que punto puede castigarles.
Un abrazo,
Realmene triste el descrédito total que tienen los políticos. Supongo que habrá quienes tengan un buen programa y la intención de llevarlo a cabo y a quienes les interese realmente trabajar por el para su pueblo, pero creo que es como buscar una aguja en un pajar. Para mí resulta totalmente imposible distinguirlos. He perdido la fe en ellos.
Muy buena entrada Antonio, como siempre.
Un abrazo muy grande.
Cayetano, gracias por tu comentario. El hecho es que se ha producido una alianza ilegal a contranatura entre el político elegido por sufragio universal y los intereses de las minorías dominantes.
Quiero defender el sistema de sufragio universal y la soberanía popular, pero sin políticos traidores que se plieguen a las demandas del capital y piensen en el bien de la ciudadanía, sin dejar al ciudadano a los pies de los caballos.
Un saludo
Juan, patética situación la que planteas en base a esas experiencias. Son desalentadoras. No quiero perder la poca fe que me queda en la democracia y, tal vez, debería de ser más crítico y buscar una salida para que otra democracia real sea posible.
Son malos tiempos para la lírica.
Un abrazo
Eso es lo malo, María, que hay políticos a los que le das la mano y se toman el brazo.
Besos
Emejota, interesante lo de3 la filosofía del voto en los tiempos que corren. Habría que ver para qué les doy el voto y para qué lo utilizan.
Besos
Ana, el sistema, como bien dices, ha fallado y la gente seguimos fallando. Aunque cada vez haya personas más críticas y de pensamiento autónomo, no dejan de ser un campo de manipulación para los que controlan los medios de comunicación..
Por eso decía yo lo de la crisis cultural en mi artículo de Grito de lobos.
Besos
Parece, amigo José Vte. que la derecha se siente con derecho exclusivo a la corrupción y el mangoneo y sus seguidores así lo muestran cuando se observa que un sujeto procesado por corrupción sea encumbrado al nº uno de las listas y sus seguidores lo apoyen hasta sacar una mayoría absoluta, como es el caso de tu comunidad.
El votante de izquierdas, por lo general y con todas las excepciones que se quieran colocar, suele ser más solidario con el Estado y más crítico con el juego de la privada, lo que lleva aparejado una ética distinta respecto a estas situaciones.
Saludos
José A. tal vez la otra mitad a la que aludes, sea la que le lleva a tomar la política como un instrumento para alimentar a la parte animal…
Saludos
Gracias, Santiago. Si vuelves por Málaga mándame un correo y nos vemos.
Respecto a tu comentario, hemos de desarrollar un tipo de lectura que nos lleve a leer intenciones, en lugar de palabras, en el caso de los políticos.
Saludos
Gracias, María Rosa. La lista abierta haría que votaras a la persona y no al subordinado a un partido y a una estructura ideológica, pero el problema también estaría en si se puede o no confiar en la persona, eso siempre pasará. Al menso podrías revocar tu confianza en las siguientes elecciones… Eso es la grandeza de la democracia. Lo jodido es que nos hacen elegir lo menos malo en lugar de o mejor…
Un abrazo
Muchas gracias, Belkis, por tu visita y comentario. El descrédito de los políticos se debe a su mediocridad. Mediocridad potenciada, avalado y buscada por los otros poderes a los que no les interesan políticos natos, capaces de gestionar un país desde la justicia social, pues sus intereses se verían mermados.
Cuando el capital domina los medios de comunicación domina el poder, pues a través de ellos pueden manipular la opinión pública y someter hasta a los mejores políticos.
Un abrazo afectuoso
Hola Antonio, magnífica tu campaña, expones perfectamente la realidad en la cual vivimos. Da asco escuchar a estos individuos llamados políticos.
Algo esta cambiando, la gente esta muy harta e indignada.
Un abrazo.
Luna Llena, esa realidad que está indignando a la gente es un motivador para reflexionar y buscar un cambio a mejor, pero el problema es que la derecha está contenta porque va contra el sistema, como si el sistema fuera el Psoe y no ellos, pensando que ellos podrán canalizar el descontento y reconducir el movimiento en su propio favor, cuando, en realidad, se está indignados por que se hace política de derecha, antisocial y neoliberal.
Cierto miedo me da a mí de que eso no se canalice hacia donde debe hacerse…
Un abrazo
...SALUDOS COMO SIEMPRE DESDE PUERTO RICO ANTONIO.
ME QUEDO CON ESTA FRASE "Yo quiero políticos que hablen claro, que me digan cuando hay un problema, su diagnóstico, los riesgos y soluciones".
PETER PANTOJA SANTIAGO
Gracias, Peter. Es un placer verte por esta casa, como siempre tan ecuánime y certero.
Un abrazo
Con tanta política no se te ve el pelo.
Un abrazo
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