martes, 7 de octubre de 2014

El caballo de Troya y el ébola


Este gobierno está resultando especialistas en el arte de manejar el caballo de Troya. No sé si recordáis como se conquistó Troya por parte de los griegos, según la leyenda. Tras 10 años de cerco a la ciudad, hicieron como que se retiraban, pero dejaron en la puerta un gran caballo de madera hueco con soldados dentro. Los troyanos se creyeron que era una ofrenda para la diosa Atenea y lo metieron en la ciudad. Cuando estaban todos bebidos por la celebración del levantamiento del cerco, salieron los soldados del caballo y abrieron las puertas de la muralla. Los aqueos, que habían vuelto sigilosamente, entraron y se apoderaron de ella. Desde entonces se le llama caballo de Troya a todo elemento que se introduce en un lugar para controlarlo y apoderarse de él al servicio de un enemigo (en informática se llama troyano al virus que entra en el ordenador y permite a quien lo mandó el dominio de nuestro PC).

El caballo de Troya se puede usar para, una vez ganadas las elecciones, colocar en un sector estratégico a la persona adecuada para que lo desmonte y se lo sirva en bandeja a intereses ajenos que están en connivencia con el partido que gana las elecciones. Puede ser un buen sistema para privatizar la sanidad. Colocas un gestor sanitario en la comunidad de Madrid, por poner un ejemplo, y va desmontando el sistema, pasando a la privada los servicios poco a poco, hasta que, descaradamente, acaban privatizándolo todo. El caballo de Troya habría sido el gestor que ha colocado el partido de turno, introduciéndolo en el sector público, para gestionar la privatización.  Tú piensas que te han dado un regalo, que ha llegado a la gestión política un verdadero líder que salvará el sistema, según ha dicho y redicho en su programa, pero lo que han metido es un virus que acabará con el sistema privatizándolo.

Y siguiendo con el asunto de la sanidad y de los virus, me da la sensación de que se nos ha metido otro caballo de Troya con el asunto del ébola. El virus del ébola se estaba intentando controlar en su lugar de origen, donde si bien no se disponía de muchos medios, se podrían haber mandado más para evitar su propagación a los habitantes de esa zona y, por ende, que saltara a nuestra primer mundo. Pero no, en un acto heroico de “ayuda” a quienes estaban allí luchando contra él, se decide traer al país a infectados con un alto nivel de riesgo sin pensar seriamente si estamos preparados o no para hacer frente a esta epidemia (espero que no tuviera nada que ver su pertenencia a una orden religiosa, porque de ser así, de haber actuado por afinidad de credo, la cosa sería grave).  

Una incompetente ministra, inmersa en un incompetente gobierno, deja patente esa incompetencia al no valorar la capacidad de respuestas de nuestros recursos humanos y materiales. Conozco el tema, por supuesto, pues he sido director de enfermería de un hospital, y me parece imprescindible, antes que acometer una acción de tal envergadura, preparar a los profesionales, reciclarlos y formarlos en todos y cada uno de los riesgos y actos que han de ejecutar para evitarlos. Por otro lado, la dotación del material adecuado y de los protocolos y su seguimiento a nivel general es otra actuación más que necesaria.

Los caballos de Troya fueron los pacientes repatriados, los gobernantes incompetentes de nuestra Troya, ha sido el gobierno y su ministra de sanidad a la cabeza, acompañada de su coro celestial. Al virus, sabiendo que venía con ellos de la forma más ponzoñosa posible, se le abrieron las puertas desde el convencimiento de que éramos los mejores y, además, muy capaces de afrontar el reto, hasta eliminar el mismo.

Ese virus mata y la Mato debe asumir la responsabilidad política por lo que mate. Esto es como cuando en el pasado las ratas transportaban la peste negra a través de los barcos y se tenía que proteger los cabos con esa especie de embudo que les impedía saltar a tierra. Solo nos salvaría que el asunto resultase un chasco como fue el de la gripe A, pero tal como van las cosas me temo que no.

El PP está en horas bajas por su incompetencia. La culpa es de ellos, lógicamente. No dan una derecha (y eso que son de derechas) y andan complicando el país con su peculiar forma de vender verdad donde hay mentira, despegue donde hay crisis, ley donde hay caos, enemigos donde hay crítica, confrontación donde debe haber entendimiento… Esa prepotencia lleva a trivializar las cuestiones, a minimizar los peligros y a dejar que las cosas vayan sedimentando como si eso fuera gobernar y no el afrontar los problemas con decisión, valentía y, sobre todo, con criterio acertado y entendimiento para evitar males mayores. Todos los actos tienen consecuencias, incluso el acto de no hacer nada… Pueden frenar a miles de inmigrantes en la valla de Melilla, pero son menos peligrosos que el virus que se han traído en el caballo de Troya. Eso sí, puede que les quede el honor de ser el gobierno de Europa que ha regalado al continente ese mortífero presente. Si no, al tanto…

De lo que si estoy convencido es que si pudieran ver los religiosos, que han sido repatriados y ya fallecidos, el efecto de su vuelta a España, de las condiciones que se han creado y del riesgo que se han producido, que puede abocar a un número incuantificable de muertes, habrían mandado a paseo a quienes les ordenaron traer, sean de su confesión, del gobierno o del grupo social que fuere. Ellos estaban acostumbrados a luchar allí, saben lo que significa eso y, en ningún caso, creo que habrían querido ser el medio de transporte de la enfermedad. La diferencia, probablemente, estaría en que quien ha actuado responsablemente en estos temas durante su vida, o sea ellos, sabe que cabe el contagio y que hay que controlar al huésped o reservorio que sustenta al virus para evitar que se propague. Lo que no tengo tan claro es que eso sea capaz de valorarlo una ministra cuyos conocimientos están muy lejos del tema del que es responsable. Tal vez, el dinero que se gastó en traer el virus, se debería haber empleado en ayudar allí a luchar contra él.

Creo que hay que reflexionar muy seriamente sobre por qué se trajeron aquí y qué se ha de hacer en el futuro con estos casos. Yo propongo mandar más recursos allá para evitar el padecimiento de los nativos, pero tengo mis dudas de que ello se pueda hacer pues no deja beneficios tangibles, salvo el beneficio social a medio y largo plazo. Pero, de manera inmediata, se ha de relevar a esta ministra y poner al frente del ministerio a un especialista, a poder ser, incluso, en epidemiología, a ver si de una vez por todas podemos ver a un ministro con un adecuado nivel de competencia en este gobierno.




4 comentarios:

P,C,P,(Remache) dijo...

Como siempre amigo Antonio,pegando en el clavo,las consecuencias de este caso son imprevisibles y acaban de empezar esperemos que no nos digan que es un hilillo que para muestra ya tenemos no un boton si no una merceria.
Es una paradoja que con la cantidad de personas que han entrado por tierra y mar en España este virus haya venido por el aire ? no sera obra del Espiritu Santo¿si asi fuese creo que no habria problema con el de arriba ya que nuestro gobierno y gobernantes son de misa casi a diario,en fin Sr Antonio,ha sido un placer leerte y saludarte. Un saludo desde aqui arriba.

Antonio dijo...

Amigo, P,C,P (Remache) Me suena a Cabrera y a Asturias, pero no sé con exactitud donde ubicarle y quien es...
De todas formas, amigo, es muy sospechoso que siempre surjan estas enfermedades víricas y altamente infecciosas, como lo es esta y el SIDA, en países africanos. A veces me da la sensación de que dios (lo pongo con minúscula para que no se confunda con ninguno de los credos, pues me refiero al dios dinero) acaba ensayando con los más pobres y luego va investigando las vacunas para aplicar en los países ricos que es donde saca el mayor beneficio.
El contagio en Europa puede ser la salvación de muchos de los africanos, pues eso obligará a las multinacionales a investigar más a fondo, ya que aquí si pueden ganar dinero con ello.
Un saludo desde aquí abajo, cerca de África

Unknown dijo...

Antonio llevas toda la razon , ,por hoy se a combertido todo en don dinero para ellos que importa los que se llevan por delante porque como siempre a ellos nunca le toca solo a los que estan en la miseria para que se metan mas en la miseria a costa de su saluz

Antonio dijo...

Gracias por tu comentario, Antoñi. El sistema neoliberal, donde el mercado es el que manda, acabará con los planteamientos humanistas si no somos capaces de neutralizarlo. Por ellos sobran muchos millones de seres humanos en la tierra, si un virus se lleva a los pobres y no rentables, no les importaría, pero cuando ven un margen de negocio allá que van a hace demagogia y sembrar el miedo para vender sus recetas.

Me embarga el estupor ante los hechos

  Opinión | TRIBUNA Antonio Porras Cabrera Profesor jubilado de la UMA Publicado en La Opinión de Málaga el 10 FEB 2024 7:00  ======...