Algunas ideas sobre la religión
Galileo y la Inquisición |
Toda
persona adulta, en proceso evolutivo normal, debe pararse en un momento dado de
su vida a reflexionar sobre los esquemas que le introdujeron de pequeño en
aquella mente virginal y limpia, con objeto de iniciar e impulsar el conocimiento
de sí mismo. Debe empezar a comprender cómo y cuándo se le quiso hacer un
instrumento, un engranaje dependiente de una cadena de presos de la vida, de la
cultura y valores imperantes en la sociedad que le ha tocado vivir. Claro que,
ante la capacidad de discernimiento desarrollada a lo largo de la vida, hay
quienes están en situación idónea para hacer ese ejercicio a temprana edad,
mientras que otros no podrán hacerlo nunca, dado que andan alienados y
atrapados por los intereses organizacionales de grupos de poder que dominan el
entorno social y político que gestiona esa sociedad que les tocó vivir, o sea,
tienen su mente cerrada a cualquier otra idea que no esté integrada en el
dogma, la fe y el credo en que fueron educados.
No
podemos olvidar que la cultura social de los pueblos se enmarca en una serie de
principios y valores que la determinan, dando como resultado una serie de
conductas y actitudes que permiten un sistema relacional que consolida, en
mayor o menor medida, la estructura organizacional de esa sociedad. La cuestión
radica en qué y quiénes son los elementos que hacen de sostén, de argamasa,
adhesivo y aglutinante para consolidar el sistema, sea o no de justicia, sea o
no el ideal para el conjunto de la sociedad. Por tanto, considerando que la
esencia convergente, o divergente, de la ciudadanía radica en las ideas y la
forma de gestionarlas, o lo que es lo mismo que las ideas son la argamasa
referida, hemos de identificar donde se centra y controla ese sistema
ideológico y como se adoctrina y conforma (da forma) a los sujetos de esa
sociedad en el campo de la gestión ideológica.
Adoctrinamiento católico |
Todo
este argumentario lo planteo para concluir que las ideas, actitudes, valores,
principios y cuantos elementos motivan y mueven a los sujetos tienen relación
directa con cuestiones de conciencia, de ideología, de convicciones, de confianza,
de fe y creencias religiosas. De esto saben mucho, pues, las religiones. Digo
esto porque la religión, a través de la trascendencia del ser humano al más
allá, de sus miedos y fantasmas, de sus creencias y dogmas, de sus principios
normativos, de su rechazo a la muerte, consigue modular a los sujetos
adoctrinándolos en una determinada línea para someterlos al credo religioso.
Este credo conlleva actitudes y conductas, por lo que la religión es la mejor
forma de atrapar al sujeto en el cumplimiento de la norma y el sometimiento. De
esto se sabe mucho desde tiempo inmemorial, hasta el punto de divinizar a los
mandatarios, sean faraones, emperadores, reyes o dictadorzuelos. La religión
generó una clase social que tenía el privilegio de estar en contacto con la
divinidad, de ser portadores de su palabra y, por ende, hacer de pastor del
colectivo, apoyando así al sistema donde el poder civil y religioso se coaligan
en beneficio propio… el poder del brujo se suma al poder de la espada. No
olvidemos que nuestro “Caudillo” lo fue por la Gracia de Dios, según rezaba en
las monedas franquistas. Claro que la gracia de Dios, en este caso, fue la
desgracia del pueblo.
Dicho
esto, podemos afirmar que las religiones crean y sustentan un estado de
conciencia individual, integrado en el colectivo, a través del proceso de
socialización y mediante el adoctrinamiento sistemático desde la más tierna
infancia. Lo más significativo es que la religión, al subrogarse la
representación divina, establece leyes, formas, conductas, hábitos, ética y
moral que configuran los buenos principios para esa sociedad, aunque sean en el
interés de unos pocos, basados en la palabra de Dios, lo que conlleva lo
misterioso del más allá, de la imposición bíblica de un Dios sanguinario que
castiga con la destrucción y muerte, con el diluvio, con el fuego y el azufre
de Sodoma y Gomorra, con vagar por el desierto durante cuarenta años por adorar
al becerro de oro… Parece como si no se conformara con pedir cuentas al final,
sino que ya empieza a hacértelas pagar antes de palmarla… ¿Entonces en qué
quedamos?
Concordato Iglesia-Estado |
Pero
volviendo al asunto de la socialización y adoctrinamiento referidos, los
freudianos dirían que nos crean un “superyo” rígido y controlado para que el
“ello” sea conducido al redil del pastor de forma autónoma, por el propio
individuo. Es decir, nos colocan el Pepito Grillo en el coco para tener el
policía interior que nos controle mediante ese conflicto sostenido en el tiempo
entre el deseo y la prohibición, entre el mal que sale de nuestro deseo
psíquico y fisiológico y la conducta del bien que nos han definido ellos. Tus
pecados los puedes pagar aquí pero, en todo caso, es seguro que no te escapas
de pagarlos en el más allá. Luego, donde dije digo, digo ahora Diego, aclaran
que el infierno ya no existe como decían, el purgatorio tampoco está claro y el
limbo es un estado en donde parecen estar muchos de los que nos intentan
adoctrinar o, al menos, donde nos quieren llevar ideológicamente hablando.
Adoctrinamiento islamista |
Por
tanto, y a modo de conclusión en esta aproximación a la alianza entre poder
espiritual y terrenal, podemos decir que la iglesia católica se mantuvo firme y
en su línea actual, venciendo a otras tendencias más espirituales y místicas
que se alejaban de lo terrenal. Por ese extraño maridaje de cama y
concupiscencia probada compartiendo el placer que genera el poder, fueron
vertebrando un sistema social donde el sacrificio y el sufrimiento eran
garantes de vida eterna, mientras, en esta vida, el disfrute y el solaz solo le
estaba permitido a los pudientes y las altas jerarquías, tanto civiles como
religiosas que, en un acto de puro cinismo, clamaban: “Haced lo que yo os digo,
pero no lo que yo hago”… claro es que eran pecadores.
Termino,
pues, este breve apartado aclaratorio sobre la idea religiosa y su influencia
en los entornos políticos, para dejar paso, en el próximo, a la preponderancia
real de la iglesia católica en la reciente historia de España.
3 comentarios:
Ay Antonio que me da cosilla repetir tantas veces cuanto me gusta como expresas lo que tantos sentimos en nuestras entrañas cerebrales. De todos modos sea, me gusta mucho esta entrada y el ánimo que la anima, ea, un disfrute y hasta la próxima. Ahora me voy p'atrás que me quedan muchas por leer todavía. Bs. familiar.
Gracias, emejota. Nuestra generación debió parar y reflexionar para ver lo que habían intentado con nosotros desde pequeños... o sea, llevarnos al anacronismo religioso y político que nos condicionaba nuestra propia evolución como persona diferencial.
Otro beso de la familia para ti
Hola me estan gustando, tus escritos.
Publicar un comentario