sábado, 11 de octubre de 2025

El razonamiento contrafáctico

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario la Opinión de Málaga el día 11 OCT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/10/11/razonamiento-contrafactico-122501863.html

“Nuestra vida está cargada de cruces de caminos en los que hemos tenido que decidir cuál de ellos tomar”

Cruce de caminos. / James Wheeler

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La psicología tiene la mala costumbre de ponerle nombres raros a las cosas. Bueno, aclarémoslo, se trata de ese razonamiento hipotético que hacemos cuando decimos ¿Qué habría sido de mí, o habría pasado en mi vida, si en lugar de tomar aquella decisión hubiera tomado otra resolución alternativa en aquel momento? Es decir, si en lugar de casarme con mi esposa o esposo lo hubiera hecho con aquel o aquella chavala tan maja que me andaba a la zaga, por poner un ejemplo. Aunque podemos hablar de todo tipo de decisiones importantes que marcan la existencia. Por tanto es un razonamiento contra un hecho determinado que condicionó tu vida, ya que podría haber sido diferente si hubieras tomado otra decisión o actitud, si se hubiera producido otro hecho, que tenías como alternativo en ese momento.

Nuestra vida está cargada de cruces de caminos en los que hemos tenido que decidir cuál de ellos tomar. Nos casamos con una persona, estudiamos o no una carrera, resolvemos coger un trabajo u oficio, optamos por vivir en una ciudad, nos rodeamos de amigos, etc. En suma, diseñamos y elegimos un proyecto de vida que, a la larga, nos gratifica, o no lo hace; estamos contentos con la evolución de las cosas, o no lo estamos; nos sentimos felices con nuestra existencia o desgraciados… o, en todo caso, podemos estarlo a medias tintas.

¿Qué habría pasado si…?

Ciertamente, cuando nos hacemos esa pregunta sobre cómo habría sido nuestra vida si tal cosa se hubiera dado… nos podemos imaginar una evolución de los hechos que vamos controlando o imaginando, puesto que nuestra mente es la encargada de montarse la película que nos interesa, partiendo de la situación ideal o añorada que se daba en ese momento. En este caso, somos nosotros los dueños y gestores del pensamiento y lo modulamos y orientamos hacia donde nos pueda interesar, tal vez idealizando el proceso alternativo que vamos fraguando in mente. Asunto falaz, pues no es objetivo ni puede serlo, aunque podamos, incluso, valorar otras informaciones complementarias. Por ejemplo, en el caso del novio o la novia que se quedó en la estacada, podemos recabar información y analizarla, cruzándola con nuestra propia evolución, y deducir cómo hubieran ido las cosas. Pero seguimos idealizando el asunto, sobre todo cuando la vida no nos va todo lo bien que quisiéramos, aunque también puede ser un sano ejercicio comparativo inducido y producido por la mera curiosidad especulativa, sin más.

El hecho es que, ese razonamiento, es totalmente falsario y, por ende, escapa a la realidad que pudiera haberse dado en las circunstancias que imaginamos. Parece como si, anclados en aquel momento, diseñamos y manipulamos nuestra hipotética historia para llevarla a donde nos interesa colocarla y satisfacer esa curiosidad. Pero no la sometemos al crudo contacto del día a día, a la necesidad de confrontación de ideas, de evolución personal, de resolución de conflictos… en suma a la convivencia diaria, o sea a la prueba del nueve. Y es ahí donde está la clave, en la gestión de esa convivencia diaria. No podemos establecer una hipótesis con garantía de veracidad sobre un supuesto que no se ha vivido. El proceso evolutivo en la relación de pareja, por seguir con el ejemplo, es desconocido y sometido a vaivenes inimaginables dada la gran diversidad de casos y causas que podemos vivir concatenando una relación, en cierto sentido, bastante imprevisible y sujeta al azar y el influjo de circunstancias muy vinculadas al entorno y a la propia personalidad de cada cual.

Proceso evolutivo convergente versus divergente

Es decir que el proceso evolutivo personal y de pareja, si bien deberían ir de la mano, no han de ser forzosamente equiparable, pues cada cual debe fraguar su propia evolución en base a sus expectativas existenciales personales y a su propia idiosincrasia, aunque si es en pareja bien avenida, puede ser paralelo o convergente, mientras que si se dan conflictos y choques conlleva divergencias que pueden deshacer la pareja o llevar a una convivencia menos gratificante o a la infelicidad. Es aquí cuando puede aflorar ese razonamiento contrafáctico que busca, desde un punto de vista imaginario, una presumible alternativa gratificante que se desechó en su día, como forma de escape de la desagradable situación presente, que no deja de ser producto de una determinada gestión de la relación habida, tal vez, poco inteligente.

Lo curioso es que solemos recurrir, por lo general, a ese ensayo imaginario cuando las cosas no van bien, cuando esa gestión no ha dado sus frutos y parece que buscáramos en nuestro interior otra oportunidad fantaseada para, inconscientemente, escapar de esa situación, inventando alternativas falaces o ficticias. Craso error. Si nuestra vida empezó a fraguarse en el ayer, ese ayer ya no existe, ni somos los que éramos, ni estamos donde estábamos, ni las otras personas siguen esperándonos. Nuestra vida es la actual, con nuestras bondades y miserias, con los resultados obtenidos a lo largo del tiempo, nuestra casa, nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, nuestros errores y nuestros aciertos… nuestra esencia como ser humano evolucionado a través de las vivencias; en suma, nuestra evolución personal en interacción con el entorno que nos fue dado. En contraposición está otra imaginaria evolución que, como tal, es irreal y fantasiosa.

Valora lo que tienes

Mirar hacia atrás en plan anhelante es puramente ilusorio. La clave, bajo mi punto de vista, está en saber valorar lo que se tiene, donde se está en este momento y cuáles son las alternativas que se pueden estimar en la toma de decisiones, si de ello se trata, incluso la ruptura, pues no siempre el gratificante, digna y respetuosa la situación. En todo caso, cualquier buena evaluación de una situación pasa por apreciar lo positivo y como reconducirla hacia el lugar adecuado. Hacer hipótesis de fantasías ilusorias es contraproducente, pues, en todo caso, lo que hará será separarnos más de la realidad que nos rodea y situarnos en un mundo irreal, ficticio y carente de solidez para resolver el conflicto o la cuestión que nos planteemos.

Es cierto que la fantasía es una forma de vivir la vida en plan “sueño despierto”, de sublimar el trauma que castiga al inconsciente. O bien un sistema íntimo de llenar los espacios vacíos, que nuestras vivencias nos han ido dejando, después de haberse abierto la puerta a esa experiencia. Es bueno porque hay que matar el deseo y satisfacer esa fantasía para abolirla, pero el riesgo está en que no la dominemos y nos lancemos a una búsqueda imaginaria de situaciones idílicas que nos separe de nuestra vida real, con su cierto nivel de insatisfacción y descontento.

La ilusoria fantasía

Por tanto, piensa en tu viejo amor si quieres, pero no fantasees con que las cosas te habrían ido mejor, pues no tienes ni idea de cómo habrían resultado las interacciones que la convivencia te hubiera deparado. Valora lo que tienes y obra en consecuencia, porque puede que sea tu incompetencia, en el devenir diario, la que te ha llevado a esta situación de insatisfacción personal o fracaso. Si es así, también es posible un fracaso en el próximo intento y solo te resultará satisfactorio el imaginario y fantasioso, el inventado, porque tú dominas tu pensamiento y lo diriges hacia el resultado que te apetece, y eso es jugar con trampa. No mires para atrás, salvo para aprender y usarlo en el futuro. Desde el presente, mira hacia delante, que es lo que te espera y lo que has de gestionar… hoy, como ayer, la decisión es básica en cualquier cruce de caminos.



domingo, 5 de octubre de 2025

Ceder el asiento y otras menudencias

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 04 OCT 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/10/04/ceder-asiento-menudencias-122252790.html

Autobús con historia. / Álex Zea

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Hoy ando hastiado de las actitudes y conductas que se nos ofrecen en el mundo de la política. Estoy muy preocupado por cómo se van desarrollando determinados acontecimientos, sometidos a la manipulación y tergiversación, que se nos vienen planteando por sujetos y sujetas afines al ‘trumpismo’, así como la inseminación del odio y el caos como forma de llevarnos al conflicto y la deconstrucción del sistema. A la vista de ello, hoy, he decidido escribir sobre cosas más cercanas, más vulgares y triviales, aunque no exentas de importancia social, como es ceder el asiento y otras menudencias.

Cuando me desplazo por la ciudad suelo hacerlo en los medios de transporte municipales. Tenemos, bajo mi punto de vista, un buen servicio de transporte público en Málaga, ya sea bus o el propio metro que nos ofrece un buen nivel de diligencia y puntualidad. Recuerdo que de joven, cuando habitaban en Barcelona y viajaba en el bus, el tranvía o metro, no solía sentarme, dejando los asientos a las personas mayores, a mujeres embarazadas o que tuvieran alguna dificultad. Eso me enseñaron mis padres y así lo asumí. Es un acto solidario y de justicia dejar el asiento a quienes lo necesitan más que uno.

Habilidades que se van perdiendo

Luego, mientras circulaba, iba haciendo equilibrios, sin agarrarme a sujeción alguna, retando al movimiento más o menos imprevisible de un bus sometido a las leyes de la circulación, con sus frenazos, giros y demás inesperadas incidencias. Lo tenía como una especie de deporte intentando acompasarme con el azaroso circular por la vía pública. Después, con el tiempo, estas habilidades se fueron perdiendo y empecé a preferir viajar sentado para evitar incidentes desagradables, dada mi inestabilidad.

Un día, ya mayor y usando un bastón, una joven me ofreció su asiento. Me supo mal, lo reconozco, porque, con su gesto, me decía que era mayor y yo me resistía a serlo. Le agradecí el detalle y seguí de pie asido a la barra. Mas, con el tiempo, me fui concienciando de la realidad; mi incapacidad para mantener el equilibrio, mi deficiente tono muscular para asirme con firmeza a la barra y otros detalles, dejaban de manifiesto que mejor ir sentado que de pie y sometido al vaivén del vehículo. Desde entonces prefiero el asiento y agradezco que alguien me lo ceda.

Ello hace que me fije en esos detalles, en quiénes tienen la amabilidad de ceder su asiento a las personas mayores. La realidad es que no todos los jóvenes suelen hacerlo, aunque te vean con un bastón y cierta dificultad para mantenerte en pie, pero muchos lo siguen practicando. Hoy, viajando en el metro, me lo cedió una señora de mediana edad, que me insistió en que lo usara. Alrededor había un buen número de jóvenes, posiblemente estudiantes, dado que circulaba por la línea que atraviesa el campus universitario. La mayoría de los que estaban sentados mantenía la mirada fija en su móvil, abducidos por aquello que reclamaba su atención, y esquivos a ver el entorno, lo que le eximía de culpa a su distraída conciencia. Puede ser una buena estrategia: yo voy viendo mi móvil y, si acaso, ya alguno, no distraído en este quehacer, se percatará de cuando aparece alguien con necesidad de ir sentado para cederle el lugar. En realidad, casi en todo lugar, es muy habitual que los individuos sentado o de pie anden manipulando el móvil, absortos en su mundo.

Viaje a Uzbequistán

En ese trance recordé mi viaje a Uzbequistán con un grupo español de edad media. Estando en la capital, Taskent, tomamos el metro. Nada más entrar al vagón, como un resorte, se levantaron unos jóvenes para cedernos amablemente el asiento con una sonrisa y ruego de que ocupáramos su lugar, iniciando una conversación sobre nuestra procedencia, preocupados porque la estancia nos fuera agradable.

Indudablemente, existen variables educacionales muy significativas y también actitudinales; es decir, muchos jóvenes se han formado en casa bajo la hiperprotección de los padres y abuelos, hasta tal punto que sus mayores han sido sus servidores, dándole o permitiéndole caprichos y tolerando conductas insolidarias. Eso los ha hecho cómodos y con sentido del derecho a ser servidos en lugar de servir.

Echamos en falta, por qué no decirlo, una educación ciudadana básica. Se nota hasta en el ejercicio profesional, donde muchas veces un trabajador o servidor público no tiene, o no quiere tener, conciencia de la cola de gente que mantiene, mientras su actitud indolente le hace perder tiempo en nimiedades, o el propio cliente le distrae con minucias, sin considerar a quienes están esperando detrás de él. Yo suelo calcular que cada minuto que se pierde en fruslerías se ha de multiplicar por el número de clientes que hay en la cola de espera, dado que todos ellos tienen otras cosas para ocupar su tiempo.

Hay detalles que te irritan y solo la tolerancia y represión del impulso hace que no entres en colisión con la persona maleducada, pensando que no vale la pena. Sin embargo he visto en determinados lugares cómo un ciudadano le llama la atención a otro por su conducta incívica. En Viena, por no ir más lejos, subiendo en una escalera mecánica del metro la gente pasiva se coloca a la derecha dejando el lado izquierdo para aquellos que quieren ir más rápido y subiendo por sí mismos. En una ocasión vi cómo un señor con prisa apartaba, con cierta violencia, a otro que ocupaba, parado, el lado izquierdo.

Ensuciar menos

Por otro lado, hablando de otra cuestión cívica, mantener la ciudad limpia no es limpiar más, que también, sino ensuciar menos. Eso forma parte de la cultura de los pueblos y se ve en cada lugar que visitas, incluso se diferencian barrios, en algunos casos semiabandonados por el servicio de limpieza… y ya se sabe, la suciedad llama a la suciedad y la limpieza genera conductas de limpieza: «Donde fueres haz lo que vieres». Sin ir más lejos, en nuestra ciudad podemos ver ese fenómeno; un centro limpio y cuidado y determinados barrios en casi abandono. En los últimos tiempos venimos observando, en Málaga, algunos movimientos ciudadanos de barrio que reivindican con firmeza una mayor dedicación del servicio de limpieza municipal.

Aun siendo complejo conseguir una homogeneidad de actitudes y conductas, ya que cada cual «es hijo de sus padres», o sea tiene su nivel de educación, cabría, a la par que mejorar el servicio de limpieza, elaborar y llevar a término programas educativos, sin desalentarse por fracasos, hasta conseguir el objetivo de crear actitudes ciudadanas de conductas cívica.

La educación ciudadana es un compendio de conductas y actitudes que se dan en una sociedad determinada, a la que no es ajena su idiosincrasia, donde se incluye desde dejar el asiento a los mayores hasta no tirar una colilla al suelo o recoger los excrementos de los animales de compañía, apoyados por un buen servicio público de limpieza que ejerce de ejemplo y exigencia.

Decía Herzberg en su teoría ‘bifactorial’ sobre la motivación laboral, que el trabajo bien hecho, y el reconocimiento consiguiente, era uno de los principales elementos motivacionales. Esa misma teoría creo que es aplicable a la conducta ciudadana. Solo hace falta reconocer y premiar las conductas adecuadas de todo ciudadano, entendidas como ejemplares, sin olvidar actuaciones educativas y algunas acciones punitivas. Yo, cuando hago las cosas bien me siento reconfortado y supongo que eso le ocurre a todo el mundo, o… tal vez no. En todo caso, deberíamos tomar conciencia de que compartimos espacios con los demás y hemos de respetarlos, pues son la casa común que nos acoge.



 

sábado, 27 de septiembre de 2025

Genocidio en Tierra Santa

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 27 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/27/genocidio-tierra-santa-121997095.html

Los libros sagrados de los judíos son la coartada perfecta para los integristas del gobierno de Netanyahu

Palestinos en el Hospital Al Auda del campamento de refugiados de Nuseirat junto a un muerto por los ataques del Ejército de Israel contra la Franja de Gaza. / Europa Press

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He de reconocer que aquel 7 de octubre de 2023, viendo la masacre que produjo Hamás entre la población de Israel, con 1195 personas asesinadas a sangre fría y el secuestro de 251 israelitas, me causó, no solo espanto y dolor, sino rabia, desprecio y el más absoluto rechazo hacia unos criminales terroristas que se cebaban con la población civil, canalizando un odio secular que sigue tan arraigado en Tierra Santa.

En aquel momento pensé, y lo sigo pensando, que Hamás debe desaparecer como organización y que Israel tenía derecho a defenderse de esos ataques irracionales y terroríficos, aunque se desarrollaran en un marco histórico complejo de violencia y confrontación al que Israel no es ajeno. Esperaba, expectante, la reacción de Netanyahu y su gobierno. El hecho de que el propio Netanyahu estuviera sometido a una presión judicial importante en su país, por presumibles prácticas delictivas, me llevaba a esa expectación. ¿Podría utilizar este acto terrorista para iniciar acciones de castigo contra la propia Gaza, como era habitual?

La Biblia y la violencia

Mas nunca imaginé hasta donde sería capaz de llegar este sujeto sin escrúpulos, de bajos instintos humanos y carente de compasión y sentido de la equidad que predica su propia religión en la Ley del Talión: “Ojo por ojo y diente por diente”. Claro que, el Antiguo Testamento, también alienta la destrucción y muerte del enemigo por mandato divino con objeto de ocupar la Tierra Prometida. Lo deja claro en el capítulo 20 del Deuteronomio, cuando indica cómo ha de actuar Israel en el asedio de una ciudad, en los versículos del 10 al 20.

Hablando del Deuteronomio, libro sagrado que integra el Antiguo Testamento, solo citaré algunos versículos, del referido capítulo 20. Si bien el versículo 10 alude a que antes de entrar en combate ha de ofrecer la rendición y paz, el 11 predica que, una vez sometidos, ha de hacerlos tributarios y serviles; en los versículos 16 y 17 dice: «¹⁶ En cuanto a las ciudades de estas naciones que Yavé, tu Dios, te da como heredad, no dejarás en ella un alma con vida, ¹⁷ sino que las consagrarás al anatema, a los jeteos, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos, como te ha mandado Yavé, tu Dios». También, en la toma de Jericó, Yavé ordena a Josué (Josué: 6, 17): «La ciudad será dada por anatema a Yavé con todo lo que hay en ella; solo quedarán con vida Rahab la prostituta y los que estén en su casa, por haber escondido a los exploradores que habíamos enviado”. Esta falta de compasión, con carácter exterminador y de sometimiento del rendido, ¿conlleva el supremacismo del pueblo elegido y su pureza de sangre?, me pregunto.

Los libros sagrados de los judíos son la coartada perfecta para los integristas del gobierno de Netanyahu, que se anclan a un anacronismo religioso ajeno al espíritu de los tiempos actuales. Con una fe ciega y un ajuste al pie de la letra de lo que dicen esos textos, son incapaces de comprender el sentido universal del ser humano. Aceptan como dogma ser el pueblo elegido por Dios, por encima de cualquier otro pueblo, lo que les otorga carta blanca para actuar según su interpretación y aplicación del mensaje bíblico.

Conducta y credo religioso

Esa visión o concepción de la vida y las relaciones humanas, entre ellos mismos y con el resto del mundo, es la que determina su conducta en Gaza, bajo mi punto de vista. La llegada al poder del sionismo dogmático que pretende la instauración del Estado del Gran Israel en los territorios prometidos, conlleva una actitud cercana a lo que ya he descrito como forma de actuar para ocupar de nuevo la Tierra Prometida y eliminar a los seres humanos que la habitan.

Ellos no consideran lo ocurrido después, desde el advenimiento de Cristo, la instauración del cristianismo, y el surgimiento del Islam. Dos religiones que brotan del Libro Sagrado a las que se les llama, junto al judaísmo, las religiones del libro o abrahámicas. El hecho es que todas ellas tienen relación con la llamada Tierra Santa. Según el credo musulmán, Mahoma ascendió a los cielos desde la Piedra Angular ubicada en la Mezquita de la Roca de Jerusalén. Para los cristianos es un lugar sagrado en tanto Jesucristo nació, vivió y murió allí, desarrollando toda su vida y prédica en esos lugares. Por tanto, esa tierra, en sentido estricto, debe ser patrimonio de las tres religiones si consideramos el discurso semita, pues las tres son descendientes de la misma Biblia, de la misma historia religiosa.

Tal vez por eso se haya convertido, en muchas ocasiones, en tierra de sangre y muerte. Las religiones, que, en su credo y fe, se reivindican como las verdaderas, han sido excluyentes, calificando de infieles a los no creyentes en su dogma. Las tres, a la vez, se sienten con derecho sobre Tierra Santa, por lo que el dominio y control de la misma siempre ha sido una necesidad de tipo religioso para facilitar el culto a sus creyentes. Convertida en un campo de batalla secular desde la antigüedad, vivió, en nuestra era, la ocupación romana, la expulsión de los judíos o diáspora, las cruzadas cristianas y finalmente la ocupación del imperio otomano hasta su caída tras la primera guerra mundial, dejando el lugar en una situación muy comprometida y más aún tras la descolonización inglesa.

Por otro lado, del impacto que produjo el holocausto y la compasión que generó, llevó a la ONU a dar una solución de “habitabilidad” política al pueblo judío, apadrinando el Estado de Israel casi en línea con el sionismo fundado por Theodor Herzl a finales del XIX, y planteó la solución de los dos Estados, uno judío y otro palestino. No fue posible y la confrontación llevó a varias guerras, en las que Israel fue ganando terreno, haciendo caso omiso a la ONU.

La Tierra Santa ya no es santa

Tras tanta muerte y desolación, el apelativo de Tierra Santa pierde su sentido, ya que, este lugar cargado de historia, ha sido un espacio continuo de confrontación, sufrimiento y sangre derramada a lo largo de los siglos. Puede que, en tres milenios, no exista otro lugar donde se haya derramado más sangre en nombre de dioses que predican el amor. Lo que no deja de ser una incongruencia, una paradoja entre el amor y el odio. Mas en estos tiempos no es solo eso, pues se conjuga ese integrismo religioso encapsulado y resistente a la argumentación lógica, como suele ocurrir con toda religión basada en el dogma incuestionable de la fe, con una geoestrategia política y de intereses comerciales donde la zona tiene un especial protagonismo.

Ahora, ante lo que está sucediendo tras el ataque de Hamás, el alma se queda helada. Es incomprensible cómo se ha producido todo y hacia donde nos lleva, con un visionario como Trump detrás pensando en resorts y campos de golf, construidos sobre las ruinas, la sangre y la muerte de miles de inocentes.

Hay preguntas carentes de respuesta: ¿Cómo es posible que el servicio de inteligencia de Israel, con la tecnología que tiene a su disposición, no se enterara de la planificación del asalto de Hamas, con la dimensión que tuvo? ¿Por qué el ejército estaba desprevenido? Podemos elaborar extrañas conclusiones.

El ataque de Hamás y los secuestros, merecedores de justicia, han sido excusas o argumentos perfectos para perpetrar el genocidio. El gobierno israelita se está pasando. Mata indiscriminadamente, siembra el terror, la muerte y destrucción entre la población civil, arrasa ciudades y pueblos, provoca la hambruna y la muerte de niños y mayores, humilla al inocente y sigue sembrando y cultivando el odio ancestral que reina en la zona.

Y… ¿cómo se resuelve esto? Tal vez apartando del poder a los sociópatas insensibles, alejando a los integrismos religiosos o políticos de la mesa de decisiones, reconduciendo a la gente de buena voluntad hacia la mesa de la negociación y del encuentro, creando dos Estados en paz e igualdad. La paz impuesta no es paz verdadera, es sumisión del vencido, la verdadera paz es la consensuada desde la igualdad y el respeto.

El pueblo judío no es culpable, es el gobierno de Israel. Pero el estigma de la historia amenaza a los judíos con su trascendencia. Ojalá reaccionen cambiando este gobierno por uno de paz y humanismo.



sábado, 20 de septiembre de 2025

¿Hacia dónde nos arrastran?

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 20 SEPT 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/20/arrastran-121760637.html

No podemos caer en la trampa. No podemos renunciar a nuestra capacidad de discernir, de pensar y elaborar ideas propias razonables y razonadas

Isabel Díaz Ayuso saluda al italiano Marco Frigo, en la salida de la última etapa de la Vuelta. / l.o.

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Cada vez es más patético el mundo político que nos envuelve. Estamos inmersos en un proceso que nos arrastra irremisiblemente hacia el abismo. Nosotros, los cándidos y bienintencionados ciudadanos de a pie, los que no queremos esta vehemente confrontación que nos ofrecen los políticos irresponsables e interesados, acabaremos siguiendo sus pasos y dinamitaremos amistades, valores democráticos, sentido de la responsabilidad, respeto y consideración hacia el diferente. Potenciaremos el desencuentro hasta llegar a la confrontación irracional del conflicto bélico.

Los sujetos tóxicos a los que les importa un bledo la patria y su gente, a los que solo les interesa la defensa de sus arcaicos pensamientos, siguen sembrando en un campo de cultivo joven y virginal las perversas ideas que otrora nos llevaron a la debacle.

Estamos perdiendo el rumbo

Hemos perdido el rumbo, hemos perdido el norte. Bogar en este mundo sin un horizonte utópico, anclado al humanismo solidario y justo, es ir a la deriva y al amparo de piratas que roban conciencias y alienan al ser humano en beneficio propio.

No podemos caer en la trampa. No podemos renunciar a nuestra capacidad de discernir, de pensar y elaborar ideas propias razonables y razonadas. Son muchos los cantos de sirenas que se escuchan en las redes sociales, demasiadas las ideas alienantes que nos presentan, la forma de sembrar odio y desencuentro, para dar pábulo a sujetos frustrados y necesitados de protagonismo. No se acabó la fiesta, porque la fiesta es la vida. En todo caso, dado el descontento que andan sembrando, lo que se ha de hacer es reconducir la fiesta, desde los propios valores democráticos, para armonizar la vida en paz y progreso buscando el desarrollo individual y social de esta comunidad tan rica en matices humanos. La fiesta, la vida, hay que preservarla sin dejarse arrastrar por los agoreros que nos la quieren amargar llevándonos a lo más terrible, que puede acabar con la propia vida, pues terminarán pidiéndote que la entregues a la causa. Eso os debe sonar de tiempos pasados, no muy lejanos, que pregonaban un amanecer entre muerte y sangre, donde el sol luciría para unos pocos en detrimento de la mayoría. No cabe ponernos cara al sol en mangas de camisa.

Nuestro juicio es esencial, nuestra libre forma de interpretar las cosas, desde la razón, ha de prevalecer ante los intentos de manipulación de grupos extraños y sectarios, que usan el insulto y la descalificación como instrumento para colonizar nuestro propio pensamiento. Que nos muestran la paja en el ojo ajeno y esconde la viga del suyo.

Estos predicadores y sus prédicas rompen todo esquema racional. Exigen a los demás lo que ellos no se exigen a sí mismos. Su maldad la ven en el otro y la rechazan y denuncian con dedo acusador difamatorio. Tal vez, quien indica con su dedo al otro anda desviando la atención para que no le mires a él. Ahí ha de aparecer la razón, el discernimiento, la inteligencia suficiente para separar la paja del trigo desde un sano y justo criterio personal.

Thanks for watching!

Porque no se trata de confrontar vehementemente, de usar la beligerancia exacerbada, de tratar de imponer dogmas y criterios inalienables a los demás, de instaurar un modelo singular y excluyente de patria, sino de hacer buen uso de los valores de la democracia, que son el respeto, el diálogo, el acuerdo y pacto para beneficiar a la gente creando una sociedad de paz y consenso.

Ya nos falta empatía y compasión

Creo que necesitamos un poco de empatía para ponernos en el lugar de los otros sin dejarnos arrastrar por nadie, sin ejercer de correa de trasmisión de abyectos sujetos que se mueven a caballo de la falacia y de la manipulación para alcanzar sus objetivos.

Ante la amenaza de un nuevo conflicto, nos jugamos mucho más que en otras guerras, nos jugamos la supervivencia, no solo de la especie, sino del maravilloso entorno que nos envuelve. Nos jugamos la vida en el planeta, el futuro de nuestros hijos y nietos y de todo ser vivo… ¿Quiénes somos nosotros para arrogarnos el perverso derecho de destruir el mundo, de aniquilar a nuestros hermanos, de matar el futuro de nuestros descendientes? ¿Por qué no tenemos la sensatez de frenar a los inductores del conflicto, a los cultivadores del odio y a los que nos marcan enemigos artificiosos a batir? ¿Por qué no somos capaces de acabar con las guerras, de una puñetera vez, dado el nivel de desarrollo intelectual que hemos alcanzado?

Estamos en un infame proceso de deterioro de valores humanos, que parece orquestado por quienes ocultan sus intereses contrarios a una sociedad solidaria, empática y compasiva. El alma se nos está encalleciendo y nos deshumanizamos manipulados por sentimientos egoístas, cuando no ególatras, hasta tal punto que elevamos al poder a sujetos insensibles con el sufrimiento humano en función de intereses inconfesables, a peligrosos demagogos y sociópatas con armas de destrucción masiva. Nos dejamos atrapar en discursos inconexos, desalmados y generadores de odio hacia quienes propagan una justa convivencia democrática, para entregarnos a los populismos trasnochados que han brotado de esporas enquistadas hace un siglo.

El mundo de la información, navegando en un mar de desinformación, se ha convertido en un campo de batalla donde se dirime el relato, dado que se abandona, en muchos casos, la ética informativa y el ejercicio profesional del periodismo sensato, objetivo y responsable. El tsunami de las redes sociales nos arrastra a través de la simpleza del mensaje y la noticia, que no trata lo esencial que nos aproximaría a la realidad, tan necesaria para ejercer un juicio crítico.

El declive de la intelectualidad

Otrora, el mundo intelectual contaba con el reconocimiento de la gente y se les daba crédito a sus aportaciones cualificadas, científicas y argumentadas. Ahora, en las redes sociales, se le da el mismo crédito a un cantamañanas que a un científico, lo que demuestra el nivel del receptor del mensaje. Nos dejamos llevar por eslóganes, por consignas políticas e ideas que nos pretenden inculcar por medio de las emociones, como son el odio, el miedo, el rechazo. Algunos reclaman los valores anacrónicos de viejas concepciones de patrias excluyentes con sus hijos, que no encajan con los principios que deberían prevalecer en este momento histórico.

En este contexto, y como ejemplo: ¿Cómo es posible que haya tanta gente indiferente ante la masacre y destrucción de Palestina? Todos deberíamos sentir, al igual que lo experimentamos con los atentados perpetrados por Hamas el 7 de octubre, escalofríos al ver Gaza destruida por otros ataques extremistas más terribles aún, cómo dinamitan a conciencia los edificios de la ciudad y las casas de sus habitantes mediante una demolición sistemática, los niños hambrientos, los heridos y muertos por la acción de un ejército excelentemente dotado para guerrear con otros ejércitos. Pero esto no es una guerra, por mucho que lo digan, estos es la masacre de un ejército bien pertrechado sobre una población civil indefensa, a la que tratan como ganado, humillándola y llevándolos de un sitio a otro para preservar su vida, con el miedo a perderla.

Se nos congeló el alma

Mientras tanto vemos a políticos hipócritas defendiendo con artificio la actuación de Israel, negando el genocidio que la propia ONU ya ha calificado como tal. No nombraré a nadie porque ellos mismos se identifican con sus actos, con su cinismo y extravagantes comparaciones. Dejo al lector esa función, pero tengan en cuenta que quien apoya o justifica a un asesino es también culpable. Decía Julio Anguita: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”, y yo añado: “y los que las apoyan y justifican”.

Si a cualquier ser humano se le presentan las imágenes de lo que ocurre y no se inmuta o lo justifica, si no siente repelús, desasosiego, rabia, Impotencia y deseos de actuar y condenar estos hechos, creo que ha dejado de ser humano y debería hacer un examen de conciencia.

Lo que ocurre nos es culpa del pueblo judío, sino de sus gobernantes, pero dado que defienden que son una democracia, quienes los han votado son sus cómplices como colaboradores necesarios. Creo que estos hechos, que juzgará la historia, acabarán estigmatizando al conjunto del pueblo judío, como una lacra bien documentada que arrastrarán por siempre. Han atenuado el sentimiento de compasión y apoyo que generó el holocausto en la población mundial.



 

sábado, 13 de septiembre de 2025

Alienación y librepensamiento

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 13 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/13/alienacion-librepensamiento-121512581.html

Referido al Librepensamiento, la RAE lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural»

El pensador de Rodin. 

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Para explicar esta afirmación me permito hacer una aproximación a los vocablos que la enmarcan. En este sentido, hay dos palabras claves que determinan posiciones muy diferenciadas y que, a su vez, son contrapuestas, de ahí la inclusión de la palabra vacuna como muestra de la influencia de una sobre otra. Estas son: Alienación y librepensamiento.

El diccionario de la RAE define alienación como «El proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición». Según Wikipedia: «La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización», lo que está en línea con la orientación de Hegel, Feuerbach y Marx, no exenta de interesantes matices en los que no vamos a profundizar. En todo caso, resalto la alusión a la anulación del libre albedrío como uno de los ejes fundamentales que se oponen al librepensamiento.

Referido al Librepensamiento, la misma RAE, lo identifica como: «Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural». Diversos autores enmarcan el concepto como sigue: «El término librepensamiento a partir de la Ilustración define una actitud filosófica consistente en rechazar todo dogmatismo, bien sea de tipo religioso o de cualquier otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso. Por este rechazo del dogma religioso, entre los librepensadores encontramos masones, ateos, agnósticos, deístas y racionalistas. Existen estrechas relaciones entre la palabra librepensamiento y los términos escepticismo y laicismo. Sin embargo, una definición precisa hay que buscarla en el origen histórico del pensamiento revolucionario que dio origen a la Revolución francesa. El librepensamiento es la base filosófica para el movimiento del Humanismo secular. También es la base pedagógico-filosófica para la escuela racionalista».

Librepensamiento y libre albedrío

Visto lo anterior cabría preguntarse si existe la libertad y la capacidad de ‘librepensar’. Es evidente que la de pensar sí existe, pero no estoy tan seguro de que exista la de ‘librepensar’. Sin entrar en la apelación a la ciencia infusa, o generación espontánea, es cierto que todo ser inteligente va desarrollando su conocimiento y sus convicciones, su personalidad, principios y valores, a lo largo de su vida en función de sus propias experiencias y su capacidad de computar, analizar y concluir resultados, dentro de la sociedad donde vive, mediante el proceso de aprendizaje, de socialización e integración cultural, lo que se entronca con el adoctrinamiento. Cabría decir, pues, que dicho proceso de aprendizaje tiene por objetivo canalizar y estructurar un sistema de pensamiento condicionado por los valores y principios que sustentan esa sociedad. Por tanto, estaríamos a caballo entre la sumisión de un pensamiento modulado y la tendencia al libre pensamiento que todo ser humano tiene como forma de entender y comprender su entorno.

El libre albedrío, el espíritu crítico, la duda y la búsqueda de alternativas mediante la observación, estudio e investigación u otros planteamientos de mejora, son la base del desarrollo, tanto de la propia evolución individual como social, mientras la racionalidad es el soporte donde se fundamenta el lógico entendimiento.

En la alienación se malogra el libre albedrío, llegando a perder la propia personalidad y delegar en otro la capacidad de decidir sobre algo y se acepta su opinión o criterio como incontestable, bien por reconocimiento de su autoridad en el tema, bien por la sumisión ideológica, o por la propia fe religiosa, entre otros… Por tanto, hay cosas que, siendo irracionales, las asumimos como irrebatibles por estar enmarcadas en principios, dogmas o creencias que se nos inocularon en su día. Es lo que en la definición que transcribí se refleja: «transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición», en este caso de librepensador.

El poder encorseta el ‘librepensar’

El objetivo de toda sociedad basada en el ejercicio del poder, es decir en la existencia de la autoridad y la asimetría, tiende a inculcar principios y valores alienantes que controlen la libertad del pensamiento crítico y, por ende, lesivo y nocivo para esa estructura de poder. Qué mejor que determinados dogmas religiosos, preceptos y creencias provenientes de un Ser Superior o del propio Estado, que ejerce la máxima autoridad sobre las cosas, para implantar y sostener un ‘estatus quo’ avalado por ello. De esta forma se garantiza el control de la situación, el sostenimiento de la asimetría y el dominio y el poder sobre la gente y las cosas. El alienado, deduzco, tiende a neutralizar su disonancia cognitiva entre lo que racionalmente emana de su razón y lo que le viene dado o impuesto, mediante el conformismo, la renuncia a su propio criterio, y la sumisión a la autoridad reconocida por él. En su interior ahogará al librepensador que todos llevamos dentro hasta evitar el conflicto interno, generando un estado de conciencia asumible y adaptado al entorno alienante.

Desenvolver la espiral de potencialidades

El librepensador, mientras tanto, busca lo racional de las cosas, la duda es su guía y las conclusiones libres su objeto. No se deja llevar por dogmas irracionales, por condicionantes distorsionadores o imposiciones, sino por convicciones razonadas desde su libre albedrío, desde su capacidad de observación y análisis, desde su eterno cuestionamiento de las cosas, hasta ir cada vez más lejos en su conocimiento.

Para mí, uno de los objetivos del librepensador es escudriñar en sí mismo para desenvolver la espiral de sus potencialidades. Cada cual tiene unas capacidades que ha de administrar. Es como si a cada uno le dieran unos recursos a gestionar y tuviera que aprender a usarlos y sacarles el máximo provecho. Pero si no le advierten que encontrará en el camino a sujetos que querrán tutelarle sus bienes y aprovecharse de él en beneficio propio, haciéndole ver que lo hace por su bien, podrá caer en la sutil trampa del astuto regidor, pastor y salvador que se le acerque, y entregarle sus recursos, en este caso, de librepensador.

Por tanto, el librepensamiento confronta con el sistema educativo desde una posición crítica racional, reivindicando la calidad de libre pensante, de autonomía de gestión de los principios y valores con base en la responsabilidad y con el objetivo prioritario de potenciar el autodesarrollo y la autorrealización como ser humano, incluyendo el campo del conocimiento intelectual y la simbiosis con el entorno que nos sustenta y nutre, hasta llevar a una mejora y perpetuación de la especie en equilibrio con el ecosistema, pues de lo contrario estaremos cavando la propia fosa a medio o largo plazo. Este es, bajo mi punto de vista, el objeto del ser humano racional en su existencia, pero hay matices que, al amparo de los propios instintos de supervivencia, se desvirtúan y orientan hacia conductas irracionales. Es decir, conductas miopes que solo pretenden el bien de uno o unos cuantos en detrimento de toda una colectividad, incluyendo a otras especies, sin percibir que andan exterminando, indirectamente, a la propia especie humana, y para mantenerlas socialmente es necesaria la alienación de los colectivos afectados.

Concluyo que la alienación bloquea el libre crecimiento del ser humano, mientras el librepensamiento le ayuda en ese desarrollo hacía el encuentro con sus potencialidades que le llevan a la evolución integral. Por tanto, vacunémonos contra la alienación mediante el uso del ‘librepensar’, asumiendo la responsabilidad que de ello se deriva. Huyamos de los dogmatismos religiosos, políticos y de cualquier otra procedencia y abramos la mente a los nutrientes que nos ofrecen la vida y la existencia de tantas y diversas fuentes, mediante una digestión responsable de esos alimentos del intelecto. Finalmente, consideremos al humanismo secular o laico como filosofía de la vida y forma de mejorar la condición humana, poniendo al ser humano como centro de nuestro pensamiento y acción desde la razón y el conocimiento, sin obviar el aspecto emocional.



 


lunes, 8 de septiembre de 2025

La lamentable alusión de Tellado a las fosas

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 09 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/09/lamentable-alusion-tellado-fosas-121368150.html

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio

El mirador de la memoria

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La palabra fosas, en nuestro país, tiene unas connotaciones muy especiales. Con ella se despierta la memoria y nuestra imaginación vuela a las cunetas, las tapias de los cementerios y a los campos y olivares, para, inmediatamente, traer a colación los fusilamientos y represalias del franquismo, no solo en tiempos de guerra, donde lo ejercieron ambos bandos al calor de la contienda, sino en la posguerra, cuando ya la sangre debería haber perdido el calor del combate dando paso a la serenidad propia de la ausencia de confrontación bélica. Por ello, entiendo que las ejecuciones posteriores se hicieron a más sangre fría.  

Las fosas de la posguerra son más crueles, si cabe, que las de la guerra, pues se han cavado desde la frialdad del odio, desde la venganza contra el vecino, desde el deseo de exterminio del disidente o desde la humillación aplicada al vencido. La guerra no siempre acaba en la paz, sino en la humillación y el forzado sometimiento del derrotado desde el ejercicio de la violencia y el miedo. En nuestro caso, la humillación llegó hasta nuestro tiempo, pues siguen en las fosas los restos de muchos de los represaliados y fusilados por el franquismo. Todo ello, a pesar de estar viviendo en una democracia, al menos teóricamente, donde se debería haber restablecido el honor de las víctimas del franquismo que, por activa o por pasiva, lucharon por la República como un sistema democrático ideal.

Por tanto, hablar de fosas es un atentado a la historia, un amenazante recuerdo de un pasado sanguinario y violento. Las fosas siguen siendo una amenaza solapada, un sutil recurso para traer al presente lo ocurrido ayer, una advertencia a aquellos que piensan diferente, donde el concepto adversario político se convierte en enemigo.

Mal va el iluminado Secretario General del PP, señor Tellado, con su amenaza. El ciudadano queda advertido y, desde el recuerdo del significado de las fosas, debe tomar buena nota para no dejar en manos de quien amenaza con ellas, aunque sea metafóricamente, la posibilidad de ejercer la gobernanza bajo esa perspectiva de conflicto convivencial.

A estas altura de la civilización, cuando el pueblo español goza de un elevado nivel cultural y de conocimiento, cuando estamos en una situación de desarrollo económico y social sin precedentes, cuando los objetivos se han de centrar en generalizar ese bienestar a aquellos que aún quedan descolgados del mismo, es tremendamente torpe sacar a relucir las fosas para “enterrar a un gobierno que nunca debió de existir” según el ladino Tellado. Seguramente, para que no vuelva a existir, también pensará en enterrar a los votantes que lo hicieron posible. Indudablemente, un planteamiento así, aludiendo a las fosas, es un atentado a la democracia y quien lo hace no debe ser tenido por demócrata, sino por liberticida y dictador autoritario.

Creo que lo que se ha de hacer de una vez por todas, es abrir las viejas fosas, sacar los restos que las ocupan y cerrarlas, con objeto de que nunca más se abran para acoger el odio entre hermanos. Nuestra generación no tuvo arte ni parte en aquella desgraciada y criminal guerra, no tenemos por qué sentirnos culpables de nada de lo ocurrido, en todo caso somos responsables de zanjar el pasado y evitar que vuelva a suceder. Tal vez, una forma de conjurar ese pasado sea: abrir, limpiar y cerrar las fosas definitivamente, dando honrosa sepultura a los restos que las ocupan. Creo que es de justicia hacerlo ya que no se hizo en la transición para no despertar los demonios de los asesinos que aún pervivían. 

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

El enfermo y paciente

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 06 SEPT 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/09/06/enfermo-paciente-121282325.html

Podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

España cuenta con más de 292.700 personas en las listas de espera para los servicios y ayudas para la dependencia. / / ARCHIVO

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La palabra paciente tiene una doble acepción, por un lado es un sustantivo con el que se identifica a la persona que padece una enfermedad, pero, a la vez, es un adjetivo referido a quien tiene paciencia. Por tanto, quiero otorgar el doble sentido de la palabra al que sufre una patología y requiere acudir a los servicios sanitarios. De hecho es un paciente, que padece enfermedad, y un sujeto que ha de ejercer la paciencia durante el proceso de atención de la misma. De una forma humorística, si quiere el lector, podemos definir la paciencia como la ciencia de mantener la paz ante la adversidad. Y en los últimos tiempos el ejercicio de la paciencia es obligado en el paciente para no perder su paz interior.

Las listas de espera y la estrategia de la distracción

Pongamos como ejemplo las listas de espera, que en la campaña electoral se comprometían los listos políticos a eliminarlas, al menos era una consigna de nuestro amado presidente de la Junta. La realidad es que se han disparado. No solo se complica el conseguir cita para el médico de familia, que debería ser inmediata para valorar la emergencia y gravedad del caso desde el docto conocimiento del facultativo, sino que cuando te la dan puede que la dolencia se haya resuelto por arte de magia, o sea por ‘autosanación’. De la lista quirúrgica no digamos. En las especialidades, aunque en la petición de consulta te identifiquen como preferente, la lista se impone. En pruebas complementarias habría mucho que decir, no solo por la tardanza en asignarte cita, sino por el desvío a la privada que, como en mi caso, resultó una praxis cuestionable y hube de acudir a urgencias tras la gastroscopia. La demora de las analíticas y demás pruebas complementarias de uso mayor, también dejan bastante que desear…

Dicho esto, parece que haya una estrategia para distraer a la ciudadanía de los temas de especial interés. El ruido, los tertulianos que asumen y practican la confrontación política, hace que nos enfrasquemos en un debate sobre las conductas mediáticas de los políticos: insultos, exabruptos, descalificaciones, escaqueos de la responsabilidad, dialéctica de twitter, maldades torticeras, etc. en lugar de hablar y debatir sobre políticas concretas que afecten a la gestión de recursos y/o las obligaciones de los políticos.

Lo importante es la política, no el político

Hablamos continuamente de los políticos, cuando lo verdaderamente importante es la política a desarrollar y los programas y responsabilidades enfocados a tal fin. Si hablamos de ellos no hablamos de ella.

Porque lo substancial que todo ciudadano ha de considerar son las políticas que se presentan para la resolución de los problemas, para la justa y honorable gestión de los recursos públicos y el afrontamiento de las contingencias que se van desarrollando a lo largo de una legislatura. Hablar de contingencias quiere decir considerar los diferentes momentos que se muestran en función de un entorno cambiante y sometido a la permeabilidad que todo sistema abierto tiene. La gobernanza es una acción dinámica y, en cierto sentido mudable por no decir lábil, dada la complejidad del entorno, sometido a tantos y variados elementos que lo condicionan. Por eso es cambiante y requiere una continua adaptación y, a veces, a toma de decisiones contradictorias por parte de los políticos.

Lo importante en estos casos, son el mantenimiento de políticas enfocadas al bien común y a la resolución de problemas en consonancia con ello. Entiendo que nuestra obligación, como ciudadanos responsables y soberanos con derecho al voto, es analizar esas políticas que se nos ofrecen y actuar racionalmente, sin dejarnos llevar por la manipulación de los políticos que pretenden el ejercicio del poder sin dejar claro para qué. Tal vez cabría decir: «por sus hechos los conoceréis», pero en el ejercicio del poder… ya se sabe. En todo caso no deberíamos ejercer de hollinan.

El paciente usuario del servicio de salud

Dicho esto y dentro de ese abanico de temas importantes en la gestión política, está el servicio de salud, la asistencia sanitaria que, como ya he mencionado, es muy cuestionada en los últimos tiempos por su progresivo deterioro y la sospecha de estrategias espurias para, a través de ese deterioro, potenciar los servicios de la sanidad privada. Es un tema de interés para el debate y para asumir una realidad que puede y debe condicionar el voto en apoyo de políticas sanitarias de salud pública y ausencia de enfermedad.

Ya, de por sí, acudir al médico, o a cualquier otro servicio sanitario de pruebas diagnósticas, es estresante. Padecer una enfermedad, ya sea aguda o crónica, causa inseguridad y preocupación, bien por su evolución o por las limitaciones a que nos somete. Ello hace que, a veces, no seamos suficientemente considerados con los profesionales que nos atienden, pero, salvando ese detalle, hemos de ser exigentes con el tiempo de espera, el trato y acogida que se nos brindan. Es evidente que hay cosas manifiestamente mejorables, pero requieren de voluntad y recursos para ello. A eso han de responder las políticas sanitarias sustentadas en programas e ideologías con contenido de justicia social y solidaridad.

Habiendo sido profesional asistencial y de gestión del medio hospitalario durante tanto tiempo, es un tema doloroso para mí en un doble sentido, dado que también soy usuario. El deterioro asistencial es manifiesto y la ilusión que nos llevó en el pasado a luchar por un servicio sanitario ejemplar y modélico puede quedar en agua de borrajas, pues en los últimos tiempos se ha instaurado un deterioro progresivo alarmante, como ya he referido. En numerosas ocasiones he comentado la situación con mis excompañeros, que me hicieron saber su descontento y preocupación.

La dependencia del paciente crónico

Los ciudadanos y ciudadanas que, por desgracia, requerimos el uso continuado de los servicios sanitarios por padecer una enfermedad crónica, estamos sujetos a actuaciones periódicas por una dependencia inexorable del sistema de salud. Como ejemplo pongo a las personas que precisan de analíticas de sangre, estudios radiológicos o cualquier otra prueba complementaria requerida para sus revisiones. Coordinar las listas de espera, para agilizar la intervención clínica o médica, es básico para lograr la eficiencia del sistema. Pero, en toda planificación de política sanitaria se ha de considerar, además de una estructura organizacional competente para la gestión, dotar a los servicios de recursos humanos y materiales para que puedan garantizar el logro de los objetivos previstos.

Tal vez aquí andemos haciendo aguas. Creo que los recursos, además de insuficientes, no están bien aprovechados debido a una mala planificación o desidia por parte de la administración que, en muchos casos, parece tener sus intereses en otros espacios, como puede ser el desarrollo de la privada y la deconstrucción de la pública.

El déficit de enfermeras en España

Por lo general se muestra la insuficiencia de recursos humanos en la propia ratio relacionada con la población. Mientras a nivel europeo, por ejemplo, la ratio enfermera por cada 1000 habitantes es de 8,5, en España la tenemos en torno a 6,3, lo que nos lleva a un déficit de 100.000 enfermeras en nuestro país. Como curiosidad diré que esa ratio en Noruega es 21,68 según el Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España; o sea una diferencia superior a 15 puntos.

El colectivo de enfermeras formadas en España goza de una excelente reputación a nivel internacional, como lo demuestra la aceptación que tienen para desempeñar su labor en otros países avanzados de Europa, donde existe un considerable número de profesionales ejerciendo su labor. Profesionales forjados en nuestras universidades con cargo al erario público, en gran medida, y de las que se benefician otros países mientras nosotros mantenemos ese escandaloso déficit.

Otra cuestión sería cómo se administran y orientan estos recursos dando preferencia o no a la salud, con el desarrollo de políticas para su prevención y promoción, o centrándose en la curación, lo que conlleva un mayor coste e inversión. El dicho popular, una vez más, muestra la sabiduría del pueblo: «Más vale prevenir que curar».

Concluyo que, indudablemente, en estas circunstancias, el paciente se ha de cargar de paciencia para afrontar el proceso de curación. Es decir, ha de ser doblemente paciente. Ojalá se potenciara la promoción de la salud, sería mucho mejor para todos. La salud implica un bien social y económico. Mientras tanto, querido paciente, paciente, le deseo salud y bienestar…



 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Como el ave que vuela

 

Alondra

El verso alejandrino, considerado de arte mayor, está compuesto por 14 sílabas, en este caso con hemistiquios de 7 sílabas y la cesura que los separa, pudiendo convertirse en versos de 7 sílabas sin perder su sentido. Este poema que escribí en 2022, está compuesto por 4 estrofas de 4 versos cada una, con rima consonante en los versos impares de cada estrofa. El resultado de mi creación es esta que os presento, a la que he titulado: Como el ave que vuela.

 

Como el ave que vuela

(Verso alejandrino)

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Como el ave que vuela me levanto dichoso

aguardando el mañana que me dé tu querer,

que tus labios me besen como besa la brisa,

que tus ojos me miren con deseo y placer,

 

que tu boca sedosa me regale suspiros,

que tu cuerpo anhelado se fusione en mi ser,

que a mi lengua permitas escribir en tu piel

mis canciones de amores en el amanecer.

 

Sembraré con mi fuego tus placeres ocultos,

vivirás el hechizo de una nueva pasión,

volaremos por cielos explorando otras sendas,

los caminos ignotos hacia tu corazón.

 

Romperemos cadenas que encarcelan las almas

en los mundos prohibidos de una terca razón

que aprisiona deseos con sus credos absurdos

sometiendo a la vida con feroz represión.

 

© Antonio Porras Cabrera

Málaga, 1 de abril de 2022

 

sábado, 30 de agosto de 2025

Los BRICS+, una dudosa alternativa

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el 30 AGO 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/08/30/brics-dudosa-alternativa-121059969.html

La aparición de los BRICS+, que es lo que nos ocupa, se produce como reacción a un proceso evolutivo de la política económica global

El que se mueve no sale en la foto, como decía Alfonso Guerra. / Brocken Inaglory.

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Desconfía de quien te dice: «Estás conmigo o estás contra mí», porque solo pretende arrebatarte la libertad.

Los BRICS conforman una organización intergubernamental enfocada a una mayor integración económica y geopolítica entre sus miembros. La formaron, inicialmente, Brasil, Rusia, India y China, dando origen al acrónimo BRIC. Estos cuatro (tetra) países gestaron la asociación BRIC, formando el tetraBRIC (excuse el lector mi frívolo juego de palabras). Posteriormente se incorporó Sudáfrica (BRICS) y más recientemente, en 2024, se adhirieron Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, aunque esta última no plenamente integrada. También constan como asociados Indonesia y Colombia… y anduvo flirteando con ella la propia Argentina, que con la llegada de Milei al poder abandonó el proceso de integración, dada su cercanía a las políticas trumpistas. En la actualidad la asociación se denomina BRICS+ como acrónimo de todos sus integrantes.

Originalmente, pretendían extenderse a los países en rápido crecimiento, esperando obtener el dominio de la economía global a lo largo del siglo XXI. Por tanto, su objetivo a medio plazo sería formar un bloque geopolítico, en la línea del G7, para contrarrestar la influencia y el poderío de instituciones globales controladas por Occidente, básicamente por EEUU, como son el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como sustituir el patrón dólar americano por una moneda propia, diseñada por el grupo, para los intercambios comerciales a nivel global. O sea, una asociación alternativa a las estructuras geoeconómicas que nos gobiernan, con proyección de dominio del mercado mundial o de una mayor influencia en su control de cara al futuro.

Los NOAL y los BRICS+

Hace unos años, allá por la década de los 60, en plena Guerra Fría, surgió otro movimiento interesante, como fue el de países no alineados (NOAL) integrando a un amplio abanico de naciones o Estados que procuran la defensa de los intereses del Sur Global y, además de la neutralidad, buscan promover el desarrollo económico y social de los países miembros, así como la justicia y la igualdad. En la actualidad lo conforman unos 120 países.

Ambos casos, entiendo, son reactivos a circunstancias dadas en su momento. Los NOAL buscaron diferenciarse, equidistantemente, de las dos grandes potencias de la época. La aparición de los BRICS+, que es lo que nos ocupa, se produce como reacción a un proceso evolutivo de la política económica global y al desarrollo de la propia ‘geoestrategia’, asumiendo como objetivo reformar las instituciones globales y promover un orden mundial más multipolar, como ya he referido. Todo ello en un marco donde EEUU de América, actualmente en el vértice superior del triángulo, pudiera iniciar su declive, mientras determinados países emergentes abordan la escalada del mismo.

La irrupción del trumpismo en la política internacional, a modo de elefante en una cacharrería, crea muchos interrogantes e inestabilidad, tanto por su imprevisibilidad como por su prepotencia y ruptura de los esquemas clásicos de relación. Cada vez es más patente que las políticas trumpistas desestabilizan el equilibrio internacional, pretendiendo redefinir o ‘deconstruir’ el orden mundial ante el peligro que se avecina por el poder emergente de las potencias del BRICS+. EE UU ve cómo, sobre todo China, le gana terreno en el mundo del desarrollo tecnológico y el poder económico y militar dentro de un mercado globalizado, y eso le aterra.

China espera sentada en su puerta

Los chinos ya mostraron a través de la historia su infinita paciencia. Recojo el dicho: «Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo». China sabe que el ciclo de vida del imperio americano va encaminado a su fin, si ellos siguen su proceso evolutivo, su desarrollo tecnológico y de poder, acabarán dominando al mundo. El tiempo juega a su favor. Curiosamente, a través de la historia, hemos visto el desplazamiento geográfico de los imperios, como si siguieran el trazado solar, de oriente a occidente, de este a oeste. De Asia a Europa, de Europa a América y de América volverá a Asia… ya les toca.

Pero, volviendo al tema que nos ocupa, los BRICS+, bajo mi opinión, muestran una carencia de verdadera coherencia interna. No se trata de una asociación homogénea respecto a su ideología, su cultura e historia, incluso, a su sistema de mercado, así como a su estructura gubernamental y su desarrollo industrial, comercial y tecnológico. Brasil es singular y sometido, como toda democracia, a vaivenes políticos, en un escenario sudamericano con amplia historia en el mundo occidental no exenta de particularidades, encuentros y desencuentros; Rusia ha hecho saltar por los aires muchas de sus bases relacionales con su entorno y ha derivado en un presidencialismo arbitrario y despótico. India está marcada por la historia, su singularidad cultural y concepción existencialista de la vida. China persiste en su habilidad, protegiendo su proceso evolutivo, desde su infinita y perseverante paciencia hasta alcanzar sus objetivos. Luego llegaron los demás tras la entrada de Sudáfrica y se incrementó la heterogeneidad. Por ello cuestiono el valor real de la alianza y su trascendencia, salvo que la torpeza americana lo provoque.

El terremoto de la cuarta revolución industrial

En todo caso, dentro de este proceso de ‘desglobalización’ que está surgiendo con las nuevas políticas y los conflictos que se avecinan por esas desavenencias, su futuro está condicionado. Estamos ante un terremoto, ante la cuarta revolución industrial a caballo de las innovaciones tecnológicas. Ello invita al cambio adaptativo y provoca ajustes para posicionarse ante la competición que ya se desarrolla. Las potencias emergentes generan un bloque de poder, mientras que occidente sigue a la defensiva para evitar ser superado y perder su hegemonía.

EEUU está moviendo ficha. Trump, que no deja de ser un magnate forjado en el mundo del negocio con valores sociales cuestionables, tiene como objetivo hacer grande a su país y, con ello, a sí mismo, caiga quien caiga. Amenaza, manipula, miente, hace encerronas a sus propios aliados… busca la sumisión de los demás a su fantasioso imperio sin importarle el derecho internacional ni las estructuras creadas para sostenerlo. Mueve sus piezas del tablero para acogotar al adversario, que es todo aquel que no se pliega a sus transgresores designios. Lo suyo es el negocio. Ve el futuro como un paraíso con campos de golf, como una Gaza reconstruida tras ser arrasada y sometidos, o eliminados, sus habitantes.

O estás conmigo o estás contra mí

La amenaza militar se impone, el palo y la zanahoria. Pero, a quienes se inclinan cada vez se les ve más el trasero. Se ha de gastar el 5% en armamento para defenderse del enemigo creado. Se han de comprar productos americanos o invertir allá para evitar aranceles. En esa dinámica acude la señora Von der Leyen, a su residencia golfista, sumisa para minimizar la amenaza, o sea pasando por el aro. Si Sánchez se opone al 5% y a los proyectos israelitas, lo estigmatiza y deja correr una amenaza velada sobre las bases militares y su traslado, potenciando al enemigo ancestral allende las fronteras del Estrecho. La guerra o su sombra, aflora, como un instrumento de poder coercitivo. Mirad lo que ocurre en Gaza, en la traicionada Ucrania, o con los enemigos de su protegido Israel y aplicaros el cuento. O estás conmigo o estás contra mí.

Brasil está amenazado, y Lula da Silva lo sabe, al igual que Venezuela. Sudamérica es el patio trasero de los EEUU y por tanto la consideran de ellos. ‘América para los americanos’, era el lema de la Doctrina Monroe que persiste aplicada en el presente. Las excusas para intervenir, incluso militarmente, en cualquier lugar del mundo que pretenda escapar a su influencia siempre fueron peregrinas. Se etiqueta a los enemigos con consignas maléficas, cártel de la droga, dictadores, integristas, terroristas o enemigos de la libertad, para argumentar su intervención punitiva. La política agresiva pretende la sumisión. El que se mueve no sale en la foto, como decía Alfonso Guerra. La técnica del ensayo error: empuja, y si ceden sigue empujando, si no reorienta la estrategia y crea la amenaza de la inseguridad económica y militar para el díscolo, poniendo en la costa su fuerza naval como disuasión.

En estas estamos, con los BRICS+ intentando despegar desde esa heterogeneidad y con un inconsistente y alambicado Cesar, de conductas imprevisibles, que no sabemos a dónde nos puede arrastrar.



 

El razonamiento contrafáctico

  Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario la Opinión de Málaga el día 11 OCT 2025 7:00 https://www.laopi...