lunes, 18 de junio de 2012

Ayer sufrí lentamente


De vuelta y, posiblemente, influenciado mi estado de ánimo por la situación socio económica, he decidido dar rienda suelta a la parte pesimista y empatizar con esta situación imaginaria. Os dejo este poema de desamor.


Ayer sufrí lentamente
el flagelo de tu olvido
tus desaires y desdenes
tu desprecio a mi destino.

Se fue clavando en mi mente
tu desdeño indiferente
como si fuera un cuchillo
que atravesando mi cuerpo
me rompiera los sentidos
desgarrando el corazón
que tanto y tanto ha querido.

Abrazado a mi almohada
supliendo tu cuerpo ausente
me enquisté como un ovillo
acurrucado y temblando
de ver como te me has ido.

Lloro a ritmo del temblor
que se lleva mis suspiros
como si no hubiera vida
al otro lado del nido
como si al marcharte tú
todo quedara perdido
y yo, sintiéndome nada,
levedad insignificante
comparable a una quimera,
en poco me he convertido.

Ahora me enfrente a otro mundo,
un mundo desconocido
que me amenaza sin ti
mientras mi mente resbala
en un tobogán de muerte
hasta ahogarse en el olvido.

(Málaga. Junio, 2012)

12 comentarios:

Darío dijo...

Doloroso hasta el hueso...

escribes conmigo dijo...

Triste pero bello poema nos regalas
tenía un buen rato de no parame por tu blog y me encuentro esta bella sorpresa.

Hasta pronto Mario

MarianGardi dijo...

Antonio, vine a verte para que veas que no te olvido.
Este poema es tristemente bello, cuantos olvidos padecemos de gente que no olvidamos.
Me gusto el poema y el mensaje.
Un abrazo

Antonio dijo...

Pues sí, Dario, doloroso. Lo curioso es que no siendo un caso vivido por mí, sino empatizando con otro, me ha dejado un mal sabor de boca respecto al estado de ánimo... tal vez sea por evitar la disonancia cognitiva...

Antonio dijo...

Gracias por tu visita. La verdad es que últimamente yo tampoco suelo viajar muchos por los blog de amigos. Ando demasiado ocupado con proyectos varios, incluido ese viaje que hice por las américas del norte.
Aprovecho para mandarte un saludo

Antonio dijo...

Gracias, Marian, yo tampoco te olvido, pero como le decía a Mario, ando poco de visita a los blogs amigos. Tendré que buscar más tiempo para ello.
Un abrazo cargado de afecto desde el excelente recuerdo de Granada y de tus inmensos poemas.

Antonio dijo...

Gracias, María A. Marín. La alegría y la pena son dos extremos de una misma línea. Lo importante es saber ubicarse en el lugar más adecuado a pesar de los empujes de la vida.
Un saludo

Rita dijo...

Bello poema y bello mensaje, es fácil identificarse con él, quien no ha pasado algo parecido...
Veo que has estado de viaje, bello viaje por las fotos que traes, bienvenido

Antonio dijo...

Gracias, Rita, por lo del poema y ya ves el buen viaje que nos hemos pegado.
Un saludo

MarianGardi dijo...

Gracias Antonio, tus palabras me honran.
Un abrazo

Myriam dijo...

Triste poema, pero fue ayer. Hoy, es otro día, otro amanecer...

Besos

PD gracias por tus deseos sobre mi supuesto comienzo de invierno, pero donde vivo, aquí en el mediterráneo, estamos celebrando el calor ¡y qué calor! de la reciente llegada del verano jajajaja

Antonio dijo...

Myriam, pensé que estabas en Argentina, pero andas por Israel o dónde? jajaja... estoy descolocado.
Porque si andas por España y cerca de mi Málaga, no te perdonaré que no me lo digas para conocerte personalmente y darte un abrazo, jejeje...
Besosss

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