Hoy 23F, a mis 60 años recién cumplidos, rememoro que en el ecuador de mi existencia, hace 30 años, cuando contaba otros 30 (de ahí el título), se dio un hecho insólito, aunque propio de la España anacrónica del XIX, la España bananera, rancia, típica de la pandereta y el triunfalismo trasnochado de mentes enfermas, cargadas de ideas megalomaniacas y delirios de grandeza del imperio y la reserva espiritual de occidente. Era el coletazo de un tardofranquismo que se resistía a desaparecer y que solo claudicaría, aparentemente, con condiciones claras y beneficiosas para sus herederos.
Si bien es cierto que no se han vuelto a dar asonadas cuarteleras de forma clara, no lo es menos que sirvió para frenar el proceso democrático, la descentralización (aún quedan por desarrollar competencias autonómicas), y cualquier intento de pedir justicia por las injusticias cometidas por el franquismo y sus seguidores, tal como aún andamos viendo con la propia ley de la memoria histórica. El ejército se modernizó; es decir, se adecuó a la función de la OTAN, que “de entrada NO”, haciendo que el Sr. González se comiera sus palabras y claudicara para mantener el equilibrio, con el visto bueno de papá EE. UU. y de Europa. Hay C.E.E. si hay OTAN. Y ahí andamos… bueno, en Afganistan, los Balcanes (hasta hace bien poco), el Líbano, etc… como tributo al grupo de pertenencia.
A mí, cada vez que aparece la imagen del energúmeno de Tejero, pistola en mano, irrumpiendo en lo más sagrado que hay para una democracia, como es un parlamente, se me revuelven las tripas. Si a esto se le añade la cara biliosa de Milans con su gorra cuartelera y un conjunto de otras que dan miedo, no por su poder personal, sino por el mal uso que pudieran hacer del poder de las armas que le dimos los españoles para defendernos de agresiones imaginarias, no puedo menos que sentir el pánico de la reversión a tiempos pretéritos.
A parte de la repugnancia personal que sienta por sujetos de tal calaña, que se creen guardianes de valores patrios, y no sé cuantas cosas más, solo se me ocurre decir que son verdaderos traidores a su patria, entendiendo que su patria está formada por su gente, por la gente que la habita, y no por las tierras exclusivamente; la voluntad de esa gente es el valor principal que se ha de defender en sistema democrático de soberanía popular, y no de servilismo al señor. Son concepciones políticas antagónicas, que no pueden ser apoyadas por ningún sujeto que tenga una pizca de sentido común, dándole el sentido de común a todo aquello que se comparte entre gente adulta, responsable y madura que ejercen esa soberanía popular en un Estado moderno.
Ahora, desde el recuerdo de ese ecuador de mi vida, evoco con tristeza, aunque sin miedo, aquellos momentos terribles en que “se querían llevar una” naciente democracia para volver a humillarnos y someternos, cuando ya habíamos cambiado de señor, como se está viendo. Muchas dudas y preguntas siguen en el aire, muchas cuestiones sucias tapadas bajo la alfombra, muchas inquietudes sobre lo que fue, qué pasó y como se resolvió, si hubo o no pactos secretos, etc… No sé si la historia lo alumbrará, pero tengo, como siempre, mis recelos sobre la verdad que cuenta la historia, no por lo que cuenta, sino por lo que calla.
Mi hija cumplía 5 años al día siguiente y mi hijo 6 meses ese mismo día. No se planteó un día de cumpleaños festivo y alegre, sino temeroso y amenazante, aunque al final el mismo 24 respiramos tranquilos. Trabajaba en la UCI, en la unidad de Cirugía Cardiovascular, de reciente apertura, y mientras luchaba contra los drenajes cardiacos para evitar coagulaciones, vigilaba y controlaba el flujo sanguíneo y los ritmos cardiacos, presiones arteriales, estados de conciencia, etc., una auxiliar, militante de Fuerza Nueva, se inundaba de alegría, creando tensión en el ambiente, y se vanagloriaba de los hechos. Por más que los compañeros y compañeras le pedíamos contención ella, exaltada, volaba en su mundo de ominosa fantasía. La radio era nuestro único contacto con el exterior, aunque el teléfono echaba chispas. Fueron horas de preocupación, de miedo y de frustración ante la posibilidad de regresar al pasado y echar por tierra todo un lustro de lucha y avance hacia una concepción unitaria de una nueva España.
Indecisión, inseguridad, miedo, animadversión, repugnancia, hostilidad, fastidio, desprecio, abominación, horror, etc… y, consecuentemente, acopio de alimentos, conforman un conjunto de sensaciones y recuerdos que me vienen a la memoria. Difíciles momento ante el patetismo de las torvas miradas de unos militarse traidores, que recordaban alzamientos bendecidos por otras fuerzas, y que sometieron a España a la vileza histórica de la dictadura. Hoy, treinta años después, se me sigue erizando la piel en el recuerdo, pero con el convencimiento, aunque el ser humano sea el único animal que tropieza con la misma piedra una y otra vez, de que esa historia, lastimera y cruel, no vuelva a producirse a pesar de los herederos del franquismo que quieren seguir enfrentando a las Españas y su gente, desde su idea territorial y del desprecio a la voluntad de sus pueblos soberanos.
Si bien es cierto que no se han vuelto a dar asonadas cuarteleras de forma clara, no lo es menos que sirvió para frenar el proceso democrático, la descentralización (aún quedan por desarrollar competencias autonómicas), y cualquier intento de pedir justicia por las injusticias cometidas por el franquismo y sus seguidores, tal como aún andamos viendo con la propia ley de la memoria histórica. El ejército se modernizó; es decir, se adecuó a la función de la OTAN, que “de entrada NO”, haciendo que el Sr. González se comiera sus palabras y claudicara para mantener el equilibrio, con el visto bueno de papá EE. UU. y de Europa. Hay C.E.E. si hay OTAN. Y ahí andamos… bueno, en Afganistan, los Balcanes (hasta hace bien poco), el Líbano, etc… como tributo al grupo de pertenencia.
A mí, cada vez que aparece la imagen del energúmeno de Tejero, pistola en mano, irrumpiendo en lo más sagrado que hay para una democracia, como es un parlamente, se me revuelven las tripas. Si a esto se le añade la cara biliosa de Milans con su gorra cuartelera y un conjunto de otras que dan miedo, no por su poder personal, sino por el mal uso que pudieran hacer del poder de las armas que le dimos los españoles para defendernos de agresiones imaginarias, no puedo menos que sentir el pánico de la reversión a tiempos pretéritos.
A parte de la repugnancia personal que sienta por sujetos de tal calaña, que se creen guardianes de valores patrios, y no sé cuantas cosas más, solo se me ocurre decir que son verdaderos traidores a su patria, entendiendo que su patria está formada por su gente, por la gente que la habita, y no por las tierras exclusivamente; la voluntad de esa gente es el valor principal que se ha de defender en sistema democrático de soberanía popular, y no de servilismo al señor. Son concepciones políticas antagónicas, que no pueden ser apoyadas por ningún sujeto que tenga una pizca de sentido común, dándole el sentido de común a todo aquello que se comparte entre gente adulta, responsable y madura que ejercen esa soberanía popular en un Estado moderno.
Ahora, desde el recuerdo de ese ecuador de mi vida, evoco con tristeza, aunque sin miedo, aquellos momentos terribles en que “se querían llevar una” naciente democracia para volver a humillarnos y someternos, cuando ya habíamos cambiado de señor, como se está viendo. Muchas dudas y preguntas siguen en el aire, muchas cuestiones sucias tapadas bajo la alfombra, muchas inquietudes sobre lo que fue, qué pasó y como se resolvió, si hubo o no pactos secretos, etc… No sé si la historia lo alumbrará, pero tengo, como siempre, mis recelos sobre la verdad que cuenta la historia, no por lo que cuenta, sino por lo que calla.
Mi hija cumplía 5 años al día siguiente y mi hijo 6 meses ese mismo día. No se planteó un día de cumpleaños festivo y alegre, sino temeroso y amenazante, aunque al final el mismo 24 respiramos tranquilos. Trabajaba en la UCI, en la unidad de Cirugía Cardiovascular, de reciente apertura, y mientras luchaba contra los drenajes cardiacos para evitar coagulaciones, vigilaba y controlaba el flujo sanguíneo y los ritmos cardiacos, presiones arteriales, estados de conciencia, etc., una auxiliar, militante de Fuerza Nueva, se inundaba de alegría, creando tensión en el ambiente, y se vanagloriaba de los hechos. Por más que los compañeros y compañeras le pedíamos contención ella, exaltada, volaba en su mundo de ominosa fantasía. La radio era nuestro único contacto con el exterior, aunque el teléfono echaba chispas. Fueron horas de preocupación, de miedo y de frustración ante la posibilidad de regresar al pasado y echar por tierra todo un lustro de lucha y avance hacia una concepción unitaria de una nueva España.
Indecisión, inseguridad, miedo, animadversión, repugnancia, hostilidad, fastidio, desprecio, abominación, horror, etc… y, consecuentemente, acopio de alimentos, conforman un conjunto de sensaciones y recuerdos que me vienen a la memoria. Difíciles momento ante el patetismo de las torvas miradas de unos militarse traidores, que recordaban alzamientos bendecidos por otras fuerzas, y que sometieron a España a la vileza histórica de la dictadura. Hoy, treinta años después, se me sigue erizando la piel en el recuerdo, pero con el convencimiento, aunque el ser humano sea el único animal que tropieza con la misma piedra una y otra vez, de que esa historia, lastimera y cruel, no vuelva a producirse a pesar de los herederos del franquismo que quieren seguir enfrentando a las Españas y su gente, desde su idea territorial y del desprecio a la voluntad de sus pueblos soberanos.
37 comentarios:
Yo no recuerdo haber tenido miedo porque, entre otros motivos, era demasiado cría para ser consciente del lío en q nos podían haber metido. Sólo sabía q estábamos en el cole y nos enviaron a casa con el alegrón q eso supone para una niña. Eso sí, nos dijeron, no os paréis hasta llegar a casa ni pa decir "hola" a un vecino.
Ahora, tanto tiempo después, cuando rememoro todo aquello, si me permites la vulgaridad, "me cago viva" :-SSSS
Un susto... de los que hace historia.
Besos, guapo.
Ya ves, mis hijos tenían 8 y 5 añitos. Como era por la tarde había acabado mis labores escolares, los niños estaban en casa y me tocaba ejercer de "ingeniera del hogar". Mi padre ya había fallecido y mi madre también andaba por casa "dando guerra".
Susto ninguno, pena toda la del mundo. Mis suegros estaban dando palmas con las orejas. El era coronel de aire en la reserva. Se corrió el bulo entre los militares que el rey les había "traicionado". En fin, mejor no seguir. Un fuerte abrazo.
Ana, yo me sentí constreñido de pensamiento, palabra y obra... y cuando lo recuerdo me embarga una extraña sensación de involución que me deja desconcertado.
Besos
Emejota, veo que todos tuvimos cerca alguien que se alegraba con el golpe. Normal sabiendo de donde veníamos.
El papel del rey sigue siendo bastante oscuro en sus inicios. No sé cuando dejaran de ser secretas las conversaciones, y contactos habidos, pero seguro que se tapan muchas cosas que no interesa conocer…
Un abrazo
Leyendote.
Te dejo mis cariño.
Si hay algo que no olvidaremos los que lo vivimos, es el 23F. Una fecha que nos ha dejado marcados. Una noche de transistores, unos recuerdos amargos y vergonzosos.
Salud y República
Noche triste y alegre mañana en la historia de este país, ¡VIVA LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD! Un saludo.
Creo Antonio que ahora son muchos los que dicen o creen o ellos piensan...pero me parece que nunca sabremos la verdad. Además del Rey, había algún civil?.
Por otra parte quizas nos fue bien el fracaso de aquella chapuza de cuartel de cuando tu y yo hacíamos la mili. Por lo menos ahora los militares son esto, militares. No sargentos chusqueros.
Aquella noche llamé a mi padre dos veces para que me diese pistas para esconder unos libros.
Un abrazo.
Gracias, Abu, por tu visita y tu cariño.
Besos desde España.
Totalmente de acuerdo, Rafa. El impacto y el miedo a la regresión se clavaron en nosotros.
Saludos
Querido Mamé, efectivamente, aunque la libertad sea una utopía de difícil alcance, pretendemos acercarnos a ella lo más posible, sobre todo los que escribimos en estos medios sin censura, de momento….
Saludos
Josep, ya que sacas lo de la mili, te cuento que cuando mataron a Carrero Blanco estaba yo en Sant Climent de Sescebes, en mi mili de enfermero, y miré con angustia los 7 kilómetros que nos separaban de la frontera francesa. Fue otro momento en que los militares se encargaron de acojonarme. A lo mejor, o mejor dicho a lo peor, tu conoces también ese lugar…
Un abrazo
El 23 de febrero es una especie de bisagra que articula nuestra historia particular y la de nuestro país, con un antes y un después.
Un saludo.
Antonio, como bien sabes al haber leído mi entrada, a mí me pilló muy lejos;pero me interesór el tema y siempre estuve buscando información. Tengo artículos periodisticos y un libro publicado por la revista Tiempo. En todos ellos dejan una incógnita en el aire, la sensación de haber sido todo orquestado desde arriba por el Elefante Blanco, y que en la Zarzuela estaban al corriente, de ahí que llamasen por teléfono y preguntaran si "ya había llegado el general Armada".
Pienso que Tejero fue un peón en la trama, que cumplió su papel a la perfección y por ello pactaron su condena y posterior retiro a cambio de su silencio.
¿Se abrirán los documentos ahora que han pasado 30 años como sucede en América? No lo creo.
Me ha gustado mucho esta entrada. Un abrazo.
Como bien dices, querido Antonio, hoy cuando se recuerda a ese pistolero, con su mostacho, su tricornio y su esencia de la España mas rancia, cuando rememoro aquel toque de queda que panfletariamente leían una y otra vez por las radios, aquí en Valencia, viendo el miedo en las caras de la gente, que asustadas corrían a sus casas, dejando trabajo y ocio, por el temor a otra "guerra civil", o a otra dictadura militar, me doy cuenta de que fragil era el camino que habíamos emprendido, y que vigilados estábamos por aquellos salvapatrias fascistas.
Yo tenía 21 años.
Saludos
Sí,fue una noche de transistores y con mucho miedo.Miedo que procedía de nuestros antecedentes ideológicos y que se tendrían muy en cuenta en caso de que estos cabrones triunfaran
Saludos
Era estudiante en la universidad y me enteré por la tarde, recién salida de un examen de Derecho Mercantil. Miedo, indignación y mil sentimientos de impotencia en las entrañas. Esa noche, lloré sobre el texto de la Constitución.
Ufff, qué alivio que no prosperara.
Un abrazo fuerte, estimado Antonio.
Amigo Cayetano, a mí, particularmente, me dio mucho que pensar y saqué conclusiones que forjaron mis ideas definitivamente. Un antes y un después como bien dices….
Un saludo
Juan, al estar tan lejos, la angustia y el miedo a lo que pudiera pasar a tu familia debió se aún mayor. Comprendo esa sensación y esa necesidad de noticias, esa gana de estar junto a los tuyos que surgió y refieres en tu entrada.
No sé si se sabrá toda la verdad algún día, puede que, cuando mueran todos los implicados, alguien lo saque a relucir, mientras tanto puede que sigan ocultas muchas cosas….
Un abrazo
Amigo José Vte. en Valencia la cosa debió ser más tremenda aún. Los tanques en la calle, el ejército en manos de un loco redentor de patrias añejas, la inseguridad y el miedo… Una vez más percibimos lo frágil que es la fuerza de la razón ante la razón de la fuerza.
Saludos
Felipe, el miedo de los que habíamos conocido el pasado de forma directa o indirecta fue volver a caer en aquella ignominia que se había vivido, donde la sangre de la gente no tenía ningún valor si no eras adepto al régimen. Como tú bien dices el miedo a que aquellos cabrones triunfaran era evidente….
Saludos
Querida Isabel, la mayoría del pueblo español nos vimos sorprendidos por la fuerza de las armas y temimos volver a las andadas impositivas, frustrando nuestra idea y ansia de libertad. Para llorar sobre esa constitución, era el caso; sobre la hija recién nacida muerta por las armas de unos asesinos.
Un abrazo afectuoso
Menudo susto nos dieron!!
El Pais se parò.
Un abrazo Antonio, estoy mezclando estilos en mi blog, cuando puedas pasate y me das tu opinion
Marian, pasé por tu blog y sigo pensando que tienes un arte especial para el diseño. Yo soy bastante negao en estos menesteres, vamos un torpón...
Besos
Yo más que miedo lo que sentí fue impotencia ante la posiblidad de que la democracia fuese anulada por estos dictadores que sólo entienden la fuerza. Me ha gustado mucho esta entrada, y gracias a que el golpé no prosperó, podemos estar aquí. Un placer.
Ana, curiosamente, pensé que mientras yo luchaba, en la UCI, contra la muerte para que no se llevara al paciente, ellos la llevaban en la boca de la pistola. Me pregunté: ¿Cómo puede ser que existan seres humanos tan antagónicos?
Gracias por tu visita y un beso cargado de afecto
Siempre pensé que todo fue un "teatro" para marketing de la monarquía.
Aunque me diga que mi pensamiento es aberrante, nada hay que me demuestre lo contrario.
Saluditos.
Amiga Belijerez, son tantas las dudas y las sombras que todavía se ciernen sobre el hecho que cabe todo tipo de especulaciones y sospechas.
Saluditos, como dices...
Antonio,gracias por tu visita,siempre eres bien recibido y lo serás.
Ese momento histórico lo recuerdo.Estaba en Salamanca y a la salida de clase me enteré,había gran revuelo de comentarios entre profesores y alumnos...NOS ASUSTAMOS MUCHÍSMO...!
Ojalá que el diálogo sea siempre la via de comunicación y entendimiento.La palabra,el respeto y la dignidad humana han de estar por encima de todas las crisis y circunstancias.
Mi gratitud por compartir y mi abrazo amigo.
M.Jesús
No me sorprendió, esperaba, como otros muchos, esa bestialidad.
Pensé en mis hijos pequeños. La ilusión de dejarles un país libre y democrático se esfumaba. Tuve tanta rabia como vergüenza. Gente menor.
Un abrazo.
Recuerdo ese momento con mucha expectación tenia 18 anitos y una pequeña hija,de pocos meses, no sabia que podria pasar era demasiado joven y poco consciente del problema que suponer aquello.
Sentía la gran preocupación de mi marido y de mi padre que hablaban del tema y permanezcan atentos a las ultimas noticias.
Un gran alivio me invadio cuando todo termino favorablemente.
Un besito.
Gracias Maricarmu (Maria Jesús). Fueron momentos difíciles para todos los que sentíamos la necesidad del respeto a los demás para sostener una vida sana y democrática como garante de la paz.
Un abrazo afectuoso
Mi miedo, amigo Thornton, al igual que el tuyo, fue ver como podría esfumarse ese proyecto de convivencia que estábamos forjando. La rabia y vergüenza es un combinado perfecto para determinar elementos propios de esta España tan desabrida….
Un abrazo
Mi querida Geni, yo tenía algunos años más que tú y sentí esa sensación de miedo a la regresión a estadios pretéritos de vergüenza nacional y desprecio al propios ser humano en su valor primordial, que es el raciocinio…
Besos
Espero que algún día se nos conceda el derecho, de saber la realidad de todo el entramado golpista delv23 F:Elrey,el CIS,Armadas,1 o 2 personas del CIS,que tuvieron accidentes sospechosos.....Y más que transita en el oscurantismo de estos hechos abominables y criminales.
Supongo que fue así, Antonio. Siempre habrá muchos asuntos del tema del que hay dudas. ¿Por qué no se hacen públicos los papeles del 23 F a cargo de la Ley de Secretos Oficiales?. Algo huele a podrido. Una abrazo.
Unknown y Prudencio, comparto vuestra preocupación por ese secretismo con los papeles del 23F.
Su desconocimiento potencia la especulación y la ciudadanía tiene derecho a concoerlos y los historiadores a estudiarlos. Abrazos
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