sábado, 31 de mayo de 2025

Bajan las aguas revueltas

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 31 MAY 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/31/bajan-aguas-revueltas-118047308.html

Parece que existen demasiados políticos infames que contaminan, emponzoñan y profanan la sagrada democracia con malas artes. Han perdido el norte…

El primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu. / RONEN ZVULUN (EFE)

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Bajan las aguas revueltas. Van sucias y flotan en ellas demasiadas heces, casquería y sustancias putrefactas que hacen irrespirable el bosque que habitamos. Siempre arrastraron repugnantes miserias humanas bajo la aparente limpieza de la superficie que nos fueron vendiendo. Antes, supuestamente, las aguas bajaban tranquilas, con una superficie limpia aunque debajo se depositaran las inmundicias. Los humanos somos así…

Pero ahora vienen agitadas y, por ello, turbias al removerse todo el sedimento. Además se han vertido demasiados productos tóxicos en el río de la vida, que va a dar a la mar, que es el morir, como diría Jorge Manrique. Allá irán, también, sus señorías derechos a se acabar y consumir, sin distinción de grandes caudales económicos, medianos y más chicos, porque, ya se sabe, al llegar son iguales los pobres y los ricos.

El odio rompedor de convivencia

En todo caso, parece que prefieren que su reino sea de este mundo. Sostienen principios y valores enfocados al litigio permanente en lugar de a la concordia, pues lo importante es obtener el poder. Fango y miseria trae el río y, desde cada orilla, remueven las aguas y siguen arrojando más fango, más heces, más tóxicos, con alevosa indignidad. Desde cada lado gritan para que el ciudadano vea la porquería que vierte el otro, pero intentan ocultar la propia. Es el baile del odio rompedor de convivencias, estigmatizador del contrincante, deshumanizador del adversario hasta hacerlo objetivo a destruir, incluso, físicamente, porque ya no es considerado contrincante sino enemigo. El insulto, la amenaza, la descalificación, la hipérbole como argumento irracional y la culpabilidad sin juicio previo son instrumentos de moda, sobre todo de una derecha frustrada por la propia Constitución que dicen defender… ganaron las elecciones como partido más votado, cosa que nadie niega, pero perdieron el gobierno por tener menos apoyos parlamentarios. Así son las cosas ajustadas al derecho constitucional.

Y aunque siempre fue así, ya se sabe lo de la paja y la viga en los ojos, ahora hay quien, entre la maleza, donde esconde sus verdaderos intereses, grita bulos y falacias señalando a los demás, a la espera de que, hartos de vivir a la orilla del río putrefacto, le aclamen como al mesías salvador de la patria y se entreguen, exhaustos y rendidos, a su abrazo del oso. Entonces, sin promesas ni programas de gobierno, tendrán las ‘manos limpias’ para hacer y deshacer a su antojo. Esa es la trampa, la desafección a la política y, por ende, a la democracia, dará paso a una dictadura de orden firme, con caprichosos líderes de motosierra y demagogia. El genial Forges, en una de sus viñetas humorísticas, decía: «No es lo mismo un estado de derecho que un estado de firmes».

Estamos revestidos de una capa impermeable al sufrimiento ajeno

Por eso estamos en un mundo donde se siembra el caos y los conflictos, donde se cultiva la indiferencia ante el dolor ajeno, donde se nos está revistiendo de una capa impermeable al sufrimiento del prójimo, donde todo parece una película dramática que ya estamos acostumbrados a visionar sin alterarnos. La gente de buena voluntad, de espíritu limpio y empático, sigue sufriendo al ver cada día, en los telediarios, como mueren decenas de inocentes en Gaza a manos de asesinos integristas que ostentan sus aviesas ideas supremacistas, amparados en su discurso del odio, sosteniendo ser el pueblo elegido por un dios que, de existir, debe ser cruel. Mientras, el delegado palestino llora en la ONU, públicamente, la tragedia de su pueblo.

Pero, volviendo al río, no olvidemos que en ambas orillas siempre supieron, y predicaron, que su función era mantenerlo limpio, facilitar la existencia de la ciudadanía creando un hábitat saludable y feliz, resolviendo los problemas, para conseguir que fluya agua limpia y cristalina que riegue la vida de sana convivencia, respeto y libertad. Todo fue relativamente bien, por un tiempo, hasta que apareció el ejercicio de la política canalla, esa que siempre se practica entre bastidores pero que se esconde y maquilla para disimularla. Entonces apareció la disociación de intereses, a nosotros nos interesan los problemas de la vivienda, de los precios, los salarios, las pensiones, el paro, etc., a ellos el poder y cómo acceder al mismo. Forman ruido para no hablar de lo nuestro, sino de sus estrategias para lograr su objetivo partidista.

La conjura hacia el poder

Contubernios, intrigas o conjuras suelen ser el deporte nacional de acoso y derribo… ya se sabe: «el que pueda hacer, que haga». Parece que existen demasiados políticos infames que contaminan, emponzoñan y profanan la sagrada democracia con malas artes. Han perdido el norte, yo diría que los cuatro puntos cardinales, menos el que orienta a sus objetivos de poder. El conflicto social de nuestra España se arrastra desde hace muchos años. Deberíamos leer los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós para conocer mejor sus raíces. Tómese con paciencia la lectura, a mí me llevó muchos meses, pero vale la pena para comprender nuestra historia e idiosincrasia.

Hoy, cuando el pueblo español es el mejor preparado de su historia a nivel académico, sigue presentando una actitud nada crítica y además gregaria, que le lleva a una sumisa subordinación al señor que más grita y muestra su habilidad para tergiversar y manipular las emociones y los estados de opinión. En las redes sociales (RR SS) damos el mismo crédito a un charlatán terraplanista, negacionista o conspiranoico, que a un erudito, lo que muestra claramente nuestra necedad y analfabetismo científico y filosófico.

En ese sentido, abducidos por discursos emocionales indefendibles, fundados en bulos, mentiras, posverdad y felonías, caemos en la tentación de entrar en el combate vehemente de los políticos a través de las RRSS, asumimos sus postulados y sus formas y, en muchos casos, gente civilizada insulta groseramente, no solo al político rival, sino a sus votantes, lo que deja en evidencia su falta de respeto por la libertad de los demás y por el ejercicio de la democracia, mientras reivindican para sí la moralidad y ética o el respeto a la Constitución cuando, en su esencia, la andan pisoteando.

El control de la cuarta revolución industrial

Este nuevo orden, que se fragua entre bastidores por aquellos que pretenden controlar una sociedad condicionada por la cuarta revolución industrial, la de la nanotecnología, la inteligencia artificial y la gestión de la Big Data, ya aflora con solvencia, es decir con credibilidad para muchos abducidos. La vida humana no importa, es el progreso tecnológico, el endiosamiento avalado por el dominio del poder lo que interesa. El asunto sigue su ruta imparable en un proceso perfectamente controlado desde esferas de poder aliadas en grupos de intereses compartidos, que pretenden la plutocracia en un sistema neoliberal o, por el contrario, el dictado de un presidencialismo tipo Putin o el propio sistema chino, donde la opinión de la ciudadanía pinta poco, al estar manipulada y teledirigida.

Lo peor es que nos sentamos delante de la tele a ver pasar nuestra vida y la de los demás, ya acostumbrados a visionar las desgracias y la muerte de los otros, sin empatía para pensar siquiera que podría ser la nuestra… ¡qué suerte que no lo sea! Desde nuestro espacio de confort nos sentimos seguros. Nos protege la pantalla y eso es una garantía. Lo otro son películas, malos rollos que ocurren en lugares apartados, en países lejanos. Niños destrozados, mayores muertos en la calle, casas, barrios, hospitales, escuelas destruidas por bombas y misiles, todo desolación y llanto de un pueblo que llora su desgracia, que sufre la crueldad de los dirigentes de otro pueblo, pagando en sus carnes los horrores cometidos por Hamás, que no son ellos, al igual que sus asesinos no son el pueblo israelita, aunque lo consientan, sino los dirigentes que ordenan las acciones genocidas.

La pérdida de fe en el ser humano

Y a uno se le rompe el corazón. Va perdiendo, poco a poco, la fe en el ser humano, que muestra su falaz conducta, traidora a los principios humanitarios que debieran cultivar para mejorar la vida de la especie humana y del entorno. Poco podemos hacer los de a pie, mucho podrían hacer los de arriba, cómplices silentes, si tuvieran la voluntad y la conciencia necesaria para comprender la realidad y sus consecuencias de cara al futuro de una sociedad en crisis, que puede acabar en una distopía que, hasta ahora, parecía irrealizable.



 

sábado, 24 de mayo de 2025

El silencio es complicidad

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 24 MAY 2025 7:01

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/24/silencio-complicidad-117756257.html

Lo más cruel que podamos observar hoy en día, sea la visión de la destrucción de Gaza, la muerte de inocentes, el uso del hambre como arma de guerra


Vamos hacia la infelicidad como colectivo humano y la desesperanza ante un mañana muy gris. / Agencias. (Foto publicada en el diario La Opinión de Málaga con el artículo)

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¡Qué difícil es ser feliz cuando se tiene conciencia de la realidad imperante en el mundo! Sobre todo cuando se albergan sentimientos humanitarios, cuando en nuestra alma subyace la compasión, la empatía y la fraternidad como elementos de referencia en las relaciones humanas. Pero, sobre todo, cuando se tiene la convicción de que los seres humanos formamos un todo hermanado mediante la solidaridad, el respeto, la justicia, tolerancia y libertad, cuando se enmarca, o pretende enmarcar, ese sentir universal en un escenario construido para el encuentro y la convivencia en paz y armonía.

Lamentablemente estos principios, que conforman una bella teoría, no son los prevalentes hoy en día y, tal vez, no lo hayan sido a lo largo de la historia, a pesar de ser pregonados como elementos esenciales de nuestra teórica socialización. Su prédica ha sido como la voz que clama en el desierto, y me temo que seguirá siéndolo, por lo que no sé hasta qué punto este texto no será una diatriba que se diluya entre las arenas de ese desierto donde reina la nada.

El que calla otorga

Pero, a pesar de ello, no es ético callar ante la barbarie, porque el silencio muestra la pasiva complicidad con esos hechos. No podemos quedar indiferentes viendo las barbaridades que se dan en nuestro entorno. Este mundo está enfermo porque hay demasiadas almas preñadas de odio, que van pariendo el desencuentro y la violencia, la confrontación y la muerte; demasiadas almas enfermas y carcomidas por la sinrazón y el rencor, por la hostilidad, desprecio, indiferencia, acritud, agresividad y un amplio etc. de emociones y actitudes negativas.

Tal vez, lo más cruel que podamos observar hoy en día, sea la visión de la destrucción de Gaza, la muerte de inocentes, el uso del hambre como arma de guerra, la crueldad de un Estado israelita que siembra la muerte y el terror, contando con la indiferencia y/o aprobación de determinados países y ciudadanos faltos de escrúpulos morales, que defienden, egoístamente, lo suyo y sus ideas regadas por el odio. Asumo la frase de Juanma López Iturriaga, expresada en su red X, comentando lo ocurrido en el festival de Eurovisión y el voto a Israel: «Resulta difícil de creer que pueda existir un solo ser humano que a estas alturas justifique el genocidio que está perpetrando Israel en Gaza. Pero que lo hagan por llevar la contraria a la postura de sus rivales políticos resulta nauseabundo y de una inhumanidad extrema».

De ese resultado deduce Netanyahu el apoyo del pueblo europeo a su causa, a su conducta genocida y destructora del pueblo palestino a base de bombazos y misiles. Eso duele, porque no es lo mismo que des un voto a una canción, que se lo des a un genocida, para que luego se atreva a decir, según la agencia AFE, que: «El Ejército israelí es el más moral del mundo». ¡Manda huevos!, como diría Trillo, cuando las atrocidades del ejército israelí se evidencian por la televisión…

El hooligan gregario y dogmático

Cuesta pensar y aceptar que gente de orden y de credo religioso basado en los evangelios, sean capaces de tolerar, e incluso justificar, las acciones genocidas de Israel, con su conducta pasiva, obviando la compasión que predica el cristianismo. Pero no podemos olvidar que el ser humano, en muchos casos, tiende al gregarismo como forma de integrarse en el grupo, que, por otro lado, también le exige el ser gregario y, a veces, hooligan incondicional cuando el ideario político que profesan es dogmático. Ese dogmatismo, aceptado por el individuo, bloquea el debate ya que no existe predisposición a la escucha, sobre todo cuando se trata de sujetos de mediocre capacidad para el razonamiento crítico y la argumentación, pues todo ello se sacrifica en el altar de las ideas preconcebidas.

Dicho lo anterior y considerando que estamos en un mundo donde la mediocridad cabalga galopante, por las redes sociales, hacia un futuro de idiocia y dependencia de las tecnologías, que suplirán el valor y el conocimiento de nuestro propio cerebro expuesto a la manipulación desde esa idiocia sumisa, vamos hacia la infelicidad como colectivo humano y la desesperanza ante un mañana muy gris, por no decir negro, si es que hay un mañana.

La dicotomía de valores

Volviendo al tema, el ser humano guarda en su interior lo mejor y lo peor, conserva la semilla del lobo y el cordero, del odio y el amor, de la bondad y la maldad, de la paz y la violencia, la justicia solidaria y el egoísmo… La pregunta que hemos de hacernos ahora es: ¿Cuáles de esas actitudes y emociones estamos cultivando? Porque en función de lo que se cultive obtendremos uno u otro resultado; o dicho en sentido inverso, en función de lo que se quiera obtener cultivaremos una u otra actitud.

Es evidente que hay interés en deconstruir el sistema democrático para forjar otro plutocrático basado en el neoliberalismo, incluso en el “anarcoliberalismo” de un mercado insumiso a la norma. Para ello se han de dinamitar los valores democráticos, como el respeto a la diversidad y la pluralidad con base en un sentimiento humanitario propio de la democracia. La estrategia sería hacer que aparezca el lobo, cultivar el odio, la maldad, la violencia, el egoísmo, etc.

Ya hay mucha gente inoculada que vota al nuevo nazismo del siglo XXI. Solo les importa su doctrina, sin pensar demasiado en principios y valores humanos. Sus argumentos han dejado de ser humanitarios, para anclarse al dogma y la consigna, que transmiten como un virus que va afectando al alma, quebrantando el espíritu sensible y sensato que pueda garantizar la convivencia y desarrollo de una sociedad libre y pacífica.

La sumisión de las masas

Dirigir a las masas no es complicado si consigues ganar el relato, controlar o contar con los resortes adecuados para ello: medios de comunicación, poderes fácticos, recursos económicos, influencia sobre las fuerzas del orden y la judicatura, etc… todo bajo la batuta de un falaz discurso manipulador y dogmático, cargado de bulos y medias verdades, que despierte emociones y potencie un estado de opinión pública que beneficie al partido.

Hoy, ante el proceso de deshumanización que afecta a nuestra sociedad, que tanto presumió de ética, moral y demás principios y valores sociales de alta calidad humana, observamos la indiferente ante lo que ocurre en la franja de Gaza, arrasada por el gobierno genocida de Israel apoyado por sociópatas (Sociópata: persona que no demuestra discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás), que pretenden construir un resort de recreo para los pudientes sobre la sangre y los cadáveres del pueblo palestino. Tampoco parece importar mucho que Putin masacre a la población de Ucrania, o que a lo largo del mundo surjan como setas los conflictos que siembran la muerte, la desolación y la miseria de los pueblos afectados, o que mueran miles de niños bajo las bombas o el hambre.

La ley del talión

El sionismo hace tiempo que se planteó la reconstrucción de un Estado basado en los territorios del Israel bíblico, y para ello ha de acabar con los ocupantes de su «Tierra prometida», cuando hace 2000 años de la diáspora; o sea arrebatársela a los palestinos que la habitan desde tiempo inmemorial, que han nacido y vivido allí. Ese es el proyecto del propio partido de Netanyahu, el Likud, que se enmarca en el sionismo revisionista.

Todo el mundo condena los actos terroristas de Hamas y apoya el derecho de Israel a defenderse. Pero una cosa es ejercer la legítima defensa y otra ejecutar un genocidio justificado en ese derecho. La ley del Talión, que defiende la tradición judía, establece: «ojo por ojo y diente por diente», definiendo la proporcionalidad de la respuesta. Pero Israel usa cualquier acto terrorista para justificar su aberrante y desproporcionada venganza, que no es más que una estrategia para limpiar su «tierra bíblica».

En resumen, la devastación de Gaza y, por extensión, Cisjordania, el infringir terror y sufrimiento, y la muerte de inocentes, rompiendo todos los esquemas de la conducta humana, acaban convirtiendo en terrorista al propio gobierno israelí comandado por Netanyahu. Lamentablemente el terrorismo genera terrorismo al sembrar el odio y rechazo entre las partes, y el terrorismo es condenable venga de donde venga, aunque siempre será producto de la voluntad de un ser humano mentalmente desequilibrado.



sábado, 17 de mayo de 2025

La ceremonia de la confusión


Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 17 MAY 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/17/ceremonia-confusion-117478370.html

Tal vez ni el WhatsApp del altísimo resistiera un desnudo integral. Me gustaría, en justa reciprocidad, conocer los de Ayuso, su compañero de piso, la clínica Quirón, el propio Feijóo



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He de reconocer que me abruman tantos temas políticos que reclaman la atención. El ejercicio de la política sigue siendo, en muchos casos, torticero y ruin, de un proceder malévolo y partidista, donde lo importante es ostentar el poder para mayor beneficio y gloria del partido y de sus acólitos, dejando de lado lo esencial para el ciudadano. Lo primordial para muchos políticos es obtener el mayor rédito posible de la jugada y echar pelotas fuera, como ejemplo pongo la DANA.

El caos y la confusión es el marco ideal para sacar beneficio, tal vez por eso seguimos con el lamentable espectáculo de crearlos para cargarse lo existente e imponer otro marco, sin importar los medios a utilizar. Lo importante es que, una vez definidos los objetivos, se alcancen, «el que pueda hacer algo que lo haga», como decía y sigue diciendo el ínclito Aznar.

Por mucho que se diga, el país no va mal

Noto con amargor como se niega la mayor, obviando los buenos datos económicos del país y su progreso, mientras mantienen discursos cuyo objetivo es sembrar la confusión negando la evidencia, con la cantinela de que todo va mal, que esto es un caos, que España se hunde. Ante eso, solo hay que salir, darse una vuelta por la calle y ver la realidad. Lo malo es que existe quien da crédito a ese discurso tan negativo y sigue a lo suyo, con insidia y tenacidad, en esa tenebrosa disertación de la confusión. Algo se está fraguando soterradamente, tal vez sea un intento de subvertir el orden sin importar el precio a pagar respecto a la convivencia entre la ciudadanía. El ciudadano español sabe convivir si no se le envenena, pero si, como en el 1936, se cultiva el odio podremos acabar en una confrontación civil, aunque tengamos en el recuerdo aquella tragedia asesina que tanto hizo sufrir en la incivil contienda.

Hay demasiados intereses nacionales e internacionales en juego tras la tendencia que se observa en el mundo con la irrupción de las políticas trumpistas. Decía Noam Chomsky, el famoso lingüista, filósofo, politólogo, intelectual y activista estadounidense que: «La población general no sabe lo que está ocurriendo, y ni siquiera sabe que no lo sabe», lo cual es tremendamente desalentador, porque pone en tela de juicio el propio criterio del ciudadano de a pie.

El sentido común

En este contexto, intento diseccionar el proceso en que estamos y recurro al refranero español, cargado de sabiduría popular, para procurar, desde ese sentido común que parece haberse perdido, comprender lo que ocurre. Para ello me vienen a la mente varios refranes o dichos que comparto con el lector:

«Unos mean en lana y suena y otros en lata y no suena». Parece que así es, se nos distrae con temas de orden menor mientras los de orden mayor se evaden, en función de lo que interesa al ponente. Suena más los casos de un lado que los de otro.

«Difama que algo queda». Queda la pena de telediario, sobre todo si ese telediario o programa de radio, televisión o prensa, es partidista; además siembra la duda, la desconfianza y el desafecto, recurriendo, incluso, al insulto disfrazado de fruta.

«En el país de los ciegos el tuerto es el rey». Ya se sabe que la elección se hace por comparación entre dos o más elementos que se ofertan. Pueden competir en calidad, para ofrecer lo mejor, lo que implica tener un buen programa o, por el contrario, hacerlo a la baja para elegir el menos malo de los ofertados. En todo caso, si consigo descalificar al contrario me vendrá el voto automáticamente, como el menos malo, sin que tenga que comprometerme demasiado.

«Estás conmigo o está contra mí». Desconfía de quien plantea este dilema, pues solo pretende arrebatarte la libertad y someterte. La libertad está, precisamente, en la crítica y rechazo a ese planteamiento, defendiendo tu derecho a opinar libremente.

«De todo hay en la viña del Señor». Es una frase lapidaria. De todo hay en todas partes y nuestra obligación es saber distinguir entre lo bueno y lo malo, lo que nos interesa y lo que no… no dejarnos engañar y saber elegir lo adecuado por mucho que nos atosiguen. Para eso debemos tener un criterio propio sólido y razonable, resistente a bulos y mentiras.

No comprar «cualquier relato» sin someterlo a un análisis o control de calidad de forma sistemática, para descubrir qué se oculta detrás del mimo, controlando nuestro propio «sesgo de confirmación», que tiende a dar crédito a todo lo que reafirme nuestras ideas y rechaza cuanto las cuestionen.

Sería interesante acceder al WhatsApp de los políticos

A veces, es bueno pararse a pensar qué pasaría si la cosa fuera al revés, si el hecho denunciado se hubiera dado en el partido que, precisamente, acusa. Tal vez ni el WhatsApp del altísimo resistiera un desnudo integral. De hecho, dado que ya estamos conociendo los de Pedro Sánchez y lo suculentos que puedan ser, me gustaría, en justa reciprocidad, para poder elegir o discernir entre unos u otros, conocer los de la señora Ayuso, su compañero de piso, la clínica Quirón, el propio Feijóo, y todo el elenco de los políticos que se ofertan en el mercado del voto, desde la extrema izquierda a la extrema derecha del arco político. Seguro que serían mucho más sustanciosos los mantenidos entre los socialistas que desbancaron a Sánchez de la Secretaría General del PSOE allá por 2016 con Susana a la cabeza, o los que se circularon entre los miembros del PP cuando defenestraron a Casado, pasando en tiempo récord de alabarlo y aplaudirlo a rabiar a echarlo del Congreso de forma impresentable. Recuerdo su imagen abandonando su escaño, solo, como quien huye apestado, y salir tras él solamente tres de sus leales adeptos: Ana Beltrán, Pablo Montesinos y Antonio González Terol. El resto se agarraron fuertemente al sillón, diciendo digo donde días antes decían Diego.

Todos sabemos lo que se dice en una conversación privada en contraposición a una pública. Sería interesante que todos se desvistieran y nos mostraran sus interioridades para poder elegir. Si es solo uno el que queda desnudo no me sirve porque no hay simetría con los demás y siempre queda la duda de lo que dirán los otros. No nos darán sus móviles porque en la política, como en todo en la vida, hay demasiados rincones oscuros y la privacidad ha de ser un derecho respetable.

Y en esto fallece Pepe Mujica

Estando en esta disquisición, me llega la noticia de la muerte de Pepe Mujica, esa figura política y social de reconocimiento universal que nos abandona. No quiero dejar pasar este momento para decir algo sobre el entrañable Pepe Mujica, pues su biografía es un libro de historia de América latina, de los últimos tres cuarto de siglo. La lástima es que mucha gente desconoce el pasado, la historia que se dio tras la segunda contienda mundial y cómo se desarrolló la lucha por el poder en una guerra fría mantenida en el tiempo, donde el poderío norteamericano y su ideología capitalista se enfrentó al soviético y su ideología comunista.

En América Latina, las guerrillas populares y las dictaduras militares se enfrentaron en una lucha sin cuartel. El comandante Facundo, encarnado por Mujica, fue actor y víctima de tal situación. Superada aquella fase, Pepe Mujica, con su filosofía de vida sencilla, tras dolorosos avatares, nos mostró el rostro de la bonhomía y nos invitó a aceptar una concepción humanista de la existencia y de la política, en contraposición al consumismo exacerbado del enloquecido mundo del manipulador libre mercado. En todo caso, para reflexionar sobre aquel pasado, recomiendo la lectura del libro de otro gran uruguayo, Eduardo Galeano, titulado: Las venas abiertas de América Latina, publicado en 1971.

Por otro lado, Pepe Mujica se merece un texto mucho más amplio que este para hablar de su vida y obra, pero ya se habla y hablará más de él en estas fechas. Alguien le ha calificado de ‘papa laico’, lo malo es que no habrá conclave para elegir sustituto. El otro papa, el religioso, ya está elegido. En todo caso, el discurso de la bonhomía, como base de un credo humanitario, se debe imponer a la hipocresía interesada de los poderosos. La actitud y discurso de Mujica es una aportación a tener en cuenta.






jueves, 15 de mayo de 2025

Camino del campesino (Dodecasílabo)


Camino del campesino

(Dodecasílabo)

 

Caminito de otoño de mis quebrantos

entre cañaverales jaras y cantos.

Con mi paso inseguro voy caminado

mientras nubes burlonas me van mojando,

sendero de mis luchas y mis pesares

mendigando la vida por olivares.

 

Caminito de invierno de puro frío

con sus bordes de escarcha por el rocío.

Por veredas de barro voy transitando

y el helor de los vientos me va matando,

como faca de nácar rasga el ropaje

y va entrando en mis huesos como un salvaje.

 

Caminito precioso de primavera

con sus tonos de verdes en la ladera.

El color verde y rojo de tus trigales

es un lago con olas como los mares,

mientras los jaramagos con sus dorados

van vistiendo tus bordes por ambos lados.

 

Camino de verano de mis labores

que causas en mi cuerpo tantos dolores.

Canícula de julio polvo y sudores

que amenaza mi vida con sus calores,

ese sol de justicia perla mi frente,

y me quema la cara el aire caliente.

 

Esta es la dura vida del campesino

un otoño de barro forma su sino,

sufrimiento en invierno de helor y frío,

promesa en primavera y severo estío.

 

© Antonio Porras Cabrera

Málaga, 17 de marzo de 2023

sábado, 10 de mayo de 2025

La cultura de la paz

 Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 10 MAY 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/10/cultura-paz-117222161.html

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La paz impuesta no es paz, sino sumisión del vencido. La paz verdadera es la que consensua la convivencia en libertad


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«Habemus papam»

Mientras daba el último toque a este texto ha surgido la «fumata blanca» de la Capilla Sixtina. He dejado el ordenador y me he centrado en la TV para seguir en directo la información sobre la elección del nuevo papa, por lo que me gustaría hacer unas consideraciones previas.

Las expectativas eran grandes y, dependiendo de quien fuera elegido, podríamos enfrentarnos a una u otra tendencia de la «política religiosa» que el catolicismo nos ha venido ofreciendo. No es lo mismo un papa cercano al humanismo, defensor de los pobres, marginados, migrantes, de los derechos humanos, crítico con el mercado neoliberal, el consumismo exacerbado y preocupado por las necesidades del ser humano, que uno atrapado en estructuras anacrónicas de una ortodoxia clásica, donde el dogma intransigente dificulte el acercamiento de la gente.

El Papa tiene una influencia impresionante en gran parte de la humanidad, sus seguidores son muchos y, según su discurso, facilita o complica ese acercamiento, por lo que su elección, de una forma directa o indirecta, afecta a todo el mundo en tanto crea actitudes y conductas entre los creyentes… pero, al nuevo papa, alguien le ha reconocido una «sensibilidad pastoral latinoamericana», lo que va en la línea de Francisco. Y ya leo en la prensa: «Combina el pragmatismo norteamericano con la calidez y el colorido de Latinoamérica, donde se fogueó y se curtió como pastor. Y, además, podría erigirse en muro de contención frente al presidente Donald Trump, cuyos mecanismos políticos conoce a la perfección», el comentario es esperanzador.

Cuando, ya como León XIV, apareció en el balcón y hablo de la defensa de la paz en el mundo, sentí que su discurso se ajustaba a mi texto y afloró una sensación de afinidad. Dada su procedencia y el lugar donde ejerció su labor religiosa, en Perú, da pistas e intuición sobre su futuro proceder, que forja esperanza. Entonces volví a mi texto y continué escribiendo desde mi agnosticismo.

Hablar de paz es necesario

Hablar de paz en estos tiempos no es solo aconsejable, sino que debería ser obligatorio, hasta el extremo de llegar a comprender que la paz es el camino para alcanzar el desarrollo integral del ser humano. Es decir abarcando los aspectos biopsicosociales de las personas, que conforman un sistema interactivo del que depende, en gran medida, su salud y bienestar. A un sistema, según los expertos en la teoría sistémica, no lo conforman la suma de las partes, sino la realidad que se crea mediante la interacción de los elementos que lo integran.

Nuestra sociedad funciona así, como un sistema integrado por múltiples elementos, entre los que nos encontramos los seres humanos como actores principales. Dado que es un sistema abierto y dinámico, estamos sometidos a la influencia del entorno y a los procesos de manipulación desde estrategias de información y creación de estados de opinión que apoyen o rechacen posiciones, ideologías o credos. Eso lo saben perfectamente los que ejercen el poder. El pueblo alemán, abrazando el nazismo es un buen ejemplo de ello.

La paz no se decreta, la paz se cultiva

Por tanto la paz no es algo que se decreta, sino que se siembra y cultiva en el sistema social, a través de la educación y formación ciudadana. Es algo que arraiga en la mente de cada cual y presenta resistencia a ser subvertida por los beligerantes agresores. Existe una orientación, una actitud de paz, que permite crear el ambiente adecuado para que se desarrolle dentro de un contexto cultural. Mientras más conciencia se tenga de la importancia de la paz, más se establecerán los medios para cultivarla y mantenerla.

Sin embargo, es tremendamente complicado mantener una paz justa entre los pueblos. Las estrategias geopolíticas, los intereses comerciales, la historia y la cultura del poder establecido y el darwinismo social del neoliberalismo, hacen que la gobernanza mundial no se realice desde la bonhomía, sino desde la perversión de la confrontación que beneficia a grupos dominantes.

Estamos sometidos a una cultura belicosa, donde el poderoso es temido y admirado, dados los mitos y leyendas, donde los héroes son grandes guerreros, conquistadores y forjadores de imperios. En esta cultura aceptamos la crueldad y el dominio, la imposición y la ambición, como expresión natural del ser humano, asociados al éxito. Pero nuestros héroes han de ser, «aquellos que construyen y trabajan por la paz», como defendía Nelson Mandela, y no los sanguinarios guerreros.

La paz debe ser el elemento esencial dominante en el hegeliano «espíritu del tiempo», que hace referencia al clima, ambiente o atmósfera intelectual y cultural de una determinada era. Quiero decir que el entorno, la filosofía y pensamiento imperante es clave para mantener o dinamitar la paz. Los hechos, que venimos viviendo en los últimos años, nos muestran un proceso evolutivo, o tal vez debería decir involutivo, donde la violencia y la guerra afloran por doquier ante la indiferencia de la sociedad. Estamos deshumanizándonos ante estos hechos. Soportamos el horror de la guerra de Ucrania y el genocidio de Gaza, donde Israel actúa con absoluta impunidad. Por tanto, para cultivar la paz, hemos de luchar por establecer un espíritu de los tiempos donde se busque esta como un objetivo imprescindible para convivir y conseguir la felicidad de nuestra sociedad.

Decía en el epígrafe: «La paz impuesta no es paz, sino sumisión del vencido. La paz verdadera es la que consensua la convivencia en libertad». Mientras la paz sea fruto de la imposición bélica, del dominio por las armas, no habrá paz sino odio subyacente del sometido, que es el cultivo de una futura guerra. Solo en un entorno de convivencia consensuada, de equilibrio justo entre las partes, podrá aflorar la paz en libertad y no en sumisión. La paz tiene su fundamento en el equilibrio interior de cada sujeto, en un estado emocional de calma, tranquilidad y bienestar. Pero sobre todo en una disposición para cultivarla desde la empatía, el amor y el respeto, mediante actitudes y conductas de colaboración que aboquen en sinergias positivas.

La paz es el camino

No puedo estar más de acuerdo con la frase de Mahatma Gandhi: «No hay camino hacia la paz, la paz es el camino». La vivencia en paz es la mejor forma de mantenerla y cultivarla. Si nos dejamos llevar por la violencia, por el odio, y vemos al semejante como enemigo en lugar de diferente, estamos cultivando el espíritu de la guerra. Hoy, la política irresponsable, siembra ese odio y desencuentro, en el que no debe caer la gente de bien.

Por desgracia, esa conducta canallesca, también se proyecta en algunos medios de comunicación, con la misma virulencia, en los vehementes debates de tertulianos donde se observa el periodismo venal y partidista, pues no buscan el acercamiento y la clarificación de ideas, sino arrimar el ascua a su sardina. Por otro lado, la aparición de las RRSS ha creado un campo de confrontación, en muchos casos irracional, basado en argumentación poco o nada sólida. En ese caso, es cuando más hace falta criterio preciso para discernir y separar el grano de la paja. Lamentablemente se acaba dando el mismo crédito a un científico que a un idiota. Eso crea opiniones poco fundadas en sujetos donde prevalece el deseo de confrontar, defendiendo lo absurdo frente a lo racional, lo que lleva a un irracional desencuentro, puesto que el dogmatismo del necio no está abierto a las ideas fundamentadas. Por tanto, las RRSS son un campo de cultivo ideal para sujetos de pensamientos enquistados resistentes a la argumentación lógica, provocando el desencuentro en lugar de un acercamiento y la tendencia al conflicto, en lugar de a la paz.

En conclusión, sostengo que para alcanzar y mantener la paz, el principio básico es una educación que potencie la creación de una cultura orientada a la misma. Unas actitudes dignas que la defiendan. Un espíritu colectivo, que la hagan prevalecer sobre todas las cosas, como forma de desarrollo humanista. Todo ello aderezado con la práctica de la empatía, el respeto, la concordia y el entendimiento entre los pueblos. La paz, al igual que el ser humano, es dual: individual y social. La paz interior de cada individuo es la base para alcanzar la paz del colectivo social.

 



 

viernes, 9 de mayo de 2025

Los católicos “habent papam”

 

En realidad casi se podría decir “habemus” aunque no se sea creyente, porque el papa, de forma directa o indirecta, afecta a toda la humanidad, dada su influencia en el rebaño que pastorea y la importancia de este en el contexto universal. Su influencia en el mundo cristiano, donde es un referente, se extiende, aunque sea en menor cuantía, al resto de la sociedad, si bien los no creyentes serán más críticos con él y se dejarán llevar por sus actos más que por su aportación a la doctrina de la fe.

Me han parecido acertadas sus primeras palabras sobre la paz y, dada su procedencia y el halo que le acompaña, cabe esperar de él una actitud muy constructiva dentro de las limitaciones dogmáticas de la iglesia, que sigue marcada por una férrea estructura funcional que preserva valores, en muchos casos, anacrónicos o bastante cuestionables respecto a los tiempos que hoy corren en relación a la igualdad y algunos derechos individuales de las personas, puesto que la doctrina “divina” entiende que puede y debe intervenir, incluso, en la vida privada de la gente y sus íntimas conductas, ya sea sexuales, éticas, morales o de rol. En todo caso, respetando el credo que cada cual quiera practicar, desde mi agnosticismo, la idea de religión la enmarco en mi frase: “Dios creó el espíritu libre y el hombre inventó las religiones para someterlo”. Entiendo que el dogmatismo religioso, sea de la religión que fuere, puede encapsular al ser humano y confrontarlo desde la intransigencia de su verdad con otras verdades o visiones de la vida. Al otorgarse la representación de Dios en la tierra crea un abismo difícilmente salvable, dado que la palabra de Dios es incuestionable y ha de ser impositiva ante la lógica duda e incertidumbre del ser humano de otro pensamiento.

Mas, volviendo al papa, es de agradecer ese discurso sobre aspectos de política y justicia social. Tal vez el haber elegido como nombre León XIV, sucesor de León XIII, que publicó la encíclica "Rerum novarum", considerada el inicio de la doctrina social de la Iglesia, sea prometedor. Eso suena bien, aunque ya se sabe que no se le pueden pedir peras al olmo, pero sí un lindo y verde follaje que nos otorgue su sombra. Hubo tiempo en que el olmo fue frondoso y cubrió con su sombra y protección al mundo subdesarrollado de américa latina, a través de la Teología de la liberación practicada por sus fieles, pero luego se convirtió en casi olmo seco, renegando de ella. Con Francisco parece que afloró la gracia de su rama verdecida, como decía Antonio Machado:

Olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

 Ese milagro lo seguimos esperándolo en esta primavera. No sé si León XIV será la savia que de fuerza a la rama florecida del olmo seco que yace en la ribera y sus tallos pondrán contra las cuerdas al hambre y a la guerra y a toda la miseria que vemos en la vida.

Malos tiempos nos han tocado vivir en esta era, donde el poder del hombre se ejerce contra el hombre, para ganarle la partida y dominar el mundo y someter la vida. Los Trump, los Putin, los Xi Jinping y los Netanyahu, no son de fiar, tienes escasos principios morales y éticos y quieren regir los destinos de la humanidad según sus intereses. El papa puede clamar, aunque sea en el desierto, con la esperanza de que esa voz, al final, se sume a la defensa del humanismo desde un espíritu rayano en lo laico que respete la diversidad de pensamiento, donde quepa toda la gente, en especial la de buena voluntad.

Seguimos expectantes pero con la esperanza de que las buenas energías se canalicen sin distinción de credo o religión para hacer de este mundo un lugar más justo y humano. El tiempo lo dirá…


sábado, 3 de mayo de 2025

Crónica de un apagón

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 03 MAY 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/05/03/cronica-apagon-116975865.html

El apagón me hizo revivir los viejos tiempos de mi infancia en el pueblo. Sin luz, agua, TV o teléfono…

Comercio durante el apagón. / l.o.

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El lunes, tras el apagón generalizado en toda España, vivimos una circunstancia especial. Tal vez, este escenario, no fuera imaginable para las generaciones actuales, que han vivido en la abundancia y en zona de confort garantizada, donde casi todo se tiene por arte de magia a través de la energía eléctrica.

Recuerdos del pasado

Mi generación, los que nacimos en la postguerra, sí tenemos en nuestro haber las experiencias de la incomodidad, del malestar y la necesidad no cubierta y, por ende, una serena tolerancia a la frustración y una actitud de estoica paciencia (yo suelo decir que la paciencia, como su propio nombre indica, es la ciencia de mantener la paz para afrontar los momentos difíciles). En algunos casos, hemos vivido la infancia en casas sin luz eléctrica, recurriendo a candiles de aceite y lámparas de carburo (a algunos les sonará a chino), sin agua corriente, donde la habilidad y dedicación de nuestros padres y, en especial de nuestras sacrificadas madres, garantizaban unos mínimos para hacer la casa confortable y mantener cierta salubridad.

El apagón me hizo revivir los viejos tiempos de mi infancia en el pueblo. Sin luz, agua, TV o teléfono… en este caso fue el transistor, ese “aparatejo” singular, esa radio con pilas que permite burlar los apagones, el que nos mantuvo al corriente de las pocas novedades que se iban publicando. No, en casa no nos cogió por sorpresa. Siempre hemos procurado tener disponible todo aquello que nos garantice la supervivencia y la cobertura de las necesidades básicas más inmediatas.

El kit de supervivencia

El kit aconsejado por Úrsula von der Leyen ya hace tiempo que lo mantenemos. Aparte de alimentos no perecederos, no nos falta nuestro camping gas, una buena petaca o batería portátil para cargar los móviles, pilas y linternas incluso recargables por dinamo, velas, agua potable, medicamentos y todo un etc. que nos pueda hacer soportable la espera hasta el retorno a la normalidad.

Ayer me puse a prueba, volví al pretérito y, con mi hornilla de camping gas, brotaron los recuerdos de mi juventud de campista empedernido. Calenté mis lentejas ya cocinadas, hice mi café en la merienda y una sopa de fideos para la cena. En casa, siempre previsores, solemos tener congelados platos apropiados como recurso inmediato para una emergencia.

Pero los hábitos que ya tenemos instalados se echaron de menos. Mi actividad de escribidor, que diría Vargas Llosa, subordinada al uso del ordenador como forma de implemento, quedó yugulada por el apagón y hube de buscar otro distraimiento. Como alternativa es una buena elección la lectura. Hay tanto escritor o poeta que nos ofrece su obra a lo largo de la historia que, a veces, es, incluso, difícil la elección. Ha sido una buena ocasión para leer a los clásicos de la lírica, y anduve leyendo sonetos de Góngora, Lope de Vega y Quevedo con su sátira. Antes de escribir un poema es aconsejable, si estamos hablando de composiciones clásicas, estructuradas en rima y métrica, con un adecuado ritmo, leer algunos ejemplos de los maestros para coger el tono preciso que facilite ese fluir fresco del verso rimado y medido; al menos yo lo hago.

La noche apagada con Octavio Paz

Luego, cuando el sol se retiró a sus aposentos, recurrí al ebook con pantalla iluminada, cosa inexistente en mi pasado infantojuvenil, para seguir leyendo El laberinto de la soledad, de Octavio Paz, que plasma un excelente análisis de la idiosincrasia del pueblo mexicano en base a su historia y los avatares que la conforman. Precisas y sesudas reflexiones del Premio Nobel nos la muestran, en un pueblo atrapado en la paradoja de conjugar sus tres culturas, la autóctona o indígena, la española colonizadora con la controvertida figura de Hernán Cortés y la resultante en esa fusión entre aceptación y rechazo, del que surge la peculiar personalidad del pueblo mexicano, marcado por los conflictos inherentes a la búsqueda de una identidad propia que lo defina y consolide como nación homogénea, cosa bastante compleja dada su historia de desencuentros, ya evidenciados entre sus pueblos precolombinos.

Ya desprendido del transistor y entregado al silencio, me desconecté de los tenaces locutores que buscaban con ahínco noticias que confirmaran la catástrofe y dieran algo de luz a la oscuridad informativa. Me di por satisfecho cuando me dijeron que quedaban bastantes horas para recuperar la normalidad y me apresté a sobrellevarlo. Eso sí, sopesando la ausencia de contaminación lumínica, pensé que era buen momento para alzar la mirada al cielo y contemplar la pléyade de estrellas que lo pueblan, sin necesidad de desplazarse al Sahara. Pero los potentes focos del puerto, alimentados por sus grupos electrógenos, lo impidieron al difuminar la necesaria oscuridad. Entonces puse en marcha mi paciencia y mantuve la paz y el sosiego necesarios, solo alterados por mi solidaria imaginación con los atrapados en ascensores, en trenes y demás afectados, que me inundó de un sentimiento de empatía. Una vez más, aunque no fuera comparable con la DANA, numerosos compatriotas se veían afectados por una incidencia que podía, como mínimo, causarles molestias, angustia o ansiedad.

Mañana volverá la política canalla

Luego, cuando me fui a dormir leyendo a Octavio Paz, y antes de que el libro me propinara dos serias bofetadas en la cara debido a mi relajación por somnolencia, me asaltó la idea del debate venidero. Mañana, pensé, los políticos vuelven a la carga y, dada la experiencia de la DANA, dispararán sin piedad sus dardos envenenados para herir al adversario. Cuando la cínica indignidad de Mazón persiste indeleble a la justicia y la verdad desde hace seis meses, querrán hacer de este apagón otro “casus belli” de confrontación, en este caso contra el gobierno central. La mayoría de los gobiernos autónomos pidieron el nivel 3 de emergencia para curarse en salud, visto lo visto. Habrá claroscuros según para quien. Volverá la irracionalidad de los cínicos discursos, la exculpación propia y la inculpación ajena, las tretas para evadir responsabilidades públicas o privadas y, las empresas, pensando en sus negocios, negarán su responsabilidad. Cada vez anda uno más desorientado con quienes ejercen la política torticera y sectaria y se comprende menos determinadas actitudes y conductas, sobre todo desde aquella frase malévola y cuasi golpista de Aznar: “El que pueda hacer, que haga”. Tal vez esa frase explique muchas cosas que venimos observando, incluida la satisfacción de la oposición cuando las cosas no van bien, con tal de “derogar el sanchismo”, muletilla de las pasadas elecciones.

Pero lo que está claro es la madurez manifestada por el pueblo español ante la crisis y su responsable actitud, su paciencia y comprensión, no ausente de temor, que han mostrado en las horas clave. Menos mal que, bajo mi criterio, la crisis ha sido resuelta con bastante diligencia dada su magnitud. Tenemos un gran pueblo, por lo general de valor muy superior a sus políticos, a pesar de los agoreros y tóxicos que siembran la discordia y la confrontación, a los que hay que neutralizar.

Esperemos que esta experiencia sirva para estar preparados ante otro posible apagón sea por la causa que fuere. No estamos libres de ciberataques que pudieran producirlo otra vez, volviendo a mostrar la fragilidad de nuestro dependiente confort. Eso me hace pensar y compartir con los lectores esa sensación de la insoportable levedad del ser, parafraseando a Milan Kundera, que puede llevarnos por un sendero de infelicidad.

El deterioro progresivo que está sufriendo la humanidad es desalentador, a pesar de la esperanza que pueda desprenderse de la referida madurez mostrada por el pueblo. Se observa una deriva hacia el desencuentro que induce al odio y rechazo al semejante, siguiendo la estela que provocan determinados políticos y sus estrategias imprudentes de acoso y derribo, que, con su ausencia de respeto, llevan a una peligrosa confrontación irracional, como seguimos viendo en nuestro país. Incluso gente que, en principio, parece más sensata y presume de intelectualidad, acaba arrastrada al dislate y desatino, cual hooligan alienado, renunciando a la autocrítica. Causa pena ver como recurren al insulto y la difamación arrastrados por el ejercicio de la política canalla que muchos practican en nuestro país y, también, en el resto del mundo, dinamitando los principios democráticos que dicen defender. Mal asunto cuando un dirigente ha de emplear demasiado tiempo en defenderse del ataque de sus contrincantes. La guerra por ganar el relato continúa… Andemos ojo avizor.

 


Intenso fin de semana

Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de...