Publicado el diario
La Opinión de Málaga el 15 MAR 2025 7:00
https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/03/15/metafora-motosierra-115309233.html
El presidente de Argentina, Javier Milei, obsequia al multimillonario y asesor de la Casa Blanca Elon Musk con una motosierra / PRESIDENCIA DE ARGENTINA
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¡Viva la libertad, carajo! gritaba
un tipo exaltado, exhibiendo en una mano un artilugio endiablado, con el que
quería amputar los derechos otorgados por la propia libertad. Ante lo cual me
pregunto: ¿qué carajo de libertad es la que pregona ese loco desbocado? Pelo
suelto, ojos saltones, ronca voz que iba gritando ser un rugiente león.
Megalómano y narciso, por no decir más preciso que es un puro trastornado por
su forma de actuar.
Ya lo trataron de loco, incluso se
ha publicado un libro así titulado, que lo vino a retratar. Tiene en su haber
la desdicha de un discurso exacerbado donde el insulto y la infamia formaron en
su campaña causa de argumentación. Anarcoliberalismo dice el pibe que es lo
suyo; o sea, que es de puro Perogrullo que esa verdad que predica no es verdad
sino una idea que solo ha de convencer a gente de su ralea. La palabra se las
trae, pues, rompiendo el silogismo, un anarcoliberal ha de ser muy parecido a
quien pretende gozar de un mercado en libertad sin pensar en los demás.
Y aquí aflora la discordia, pues si
toma decisiones en contra del ciudadano, ¡manda huevos! las razones en que se
ha de sustentar su derecho y libertad. La libertad responsable siempre conlleva
algo más. Cuando el mundo liberal, al asaltar la Bastilla, reivindica libertad,
la considera esencial como una tercera pata de la justicia social, a la que
tanto desprecia este sujeto falaz, donde todo ser humano pueda convivir en paz
sumando a esa libertad la igualdad y fraternidad. Quien se olvida de estas
últimas no quiere la libertad como forma de concordia dentro de una sociedad,
sino imponer su criterio, basado en su propio sesgo, como forma de pensar.
Es egoísmo en esencia, un
darwinismo social donde el pobre se somete sin poderlo remediar; si no pasa por
el aro andará en lo marginal, pues siempre se ha de imponer el que tenga más
poder en un mundo desleal. El pobre será más pobre, y el rico con sus dineros
controla lo sociedad para sacar beneficios, sin importar los valores de un
solidario humanismo donde reine la hermandad.
Cambio el tono rítmico de prosa,
que pudiera ser cantado por un juglar del medievo, para decir de otra forma que
somos muchos los que pensamos que el ser humano es un ser libre y comprometido,
cuya principal función, u objetivo vital, es su propio desarrollo en libertad,
la autorrealización, enmarcado en una sociedad solidaria, a la que cada cual
aporta todas sus potencialidades en una comunión de intereses, donde se implica
en la evolución humanista de esa sociedad que lo integra, para mejorarla en el día
a día.
Sembrar el desencanto
El desencanto, aunque tiene, o
puede tener, serias argumentaciones, también se cultiva desde la mentira, desde
la manipulación que hace resaltar el descontento con el mundo de la política,
que, además, se presta al deterioro progresivo de sí misma. El bulo y la falta
a la verdad, cuando no la felonía, son los enemigos de la democracia, junto a
la ausencia de respeto y tolerancia hacia el contrincante, al que se le debe
cortesía por ser representante de un pueblo soberano.
¿Por qué lo siembran? Denostar la
política solo puede llevar a que el ciudadano renuncie a su derecho y
responsabilidad a ejercer la soberanía popular. Ese es el objetivo del falaz
agitador; o sea, conseguir del votante esa renuncia al derecho al voto para elegir
quien legisla y le gobierna, al considerar que todos los políticos son
igualmente malos, salvo el agitador. En todo caso, lo que deberíamos pensar es
que tenemos el derecho y el deber de elegirlos en democracia y buscar el mejor
dentro de la oferta… porque, por mucho que pregonen algunos, no todos son
iguales y, tal vez, quien predique eso, es el menos de fiar, porque puede que
desee llevarte al huerto exclusivo de sus intereses sin respetar al contrario.
Lo que nos faltaba por ver era a un
Milei regalando el juguete a Elon Musk y este alborozado, exhibiendo el
artilugio amenazante como instrumento para diseccionar el Estado que, al fin y
al cabo, es su objetivo principal. La metáfora de la motosierra alude a la idea
de anular, o al menos disminuir, la influencia de las leyes y el papel del
Estado para reconducir la actividad del mercado y la especulación financiera, o
sea amputar el Estado y acabar con un sistema de gobernanza democrática que
impida imponer la plutocracia, donde el poder lo ostentan los ricos o grandes
corporaciones.
Desde hace tiempo vienen
desarrollando una actividad frenética para acceder al gobierno, desde el propio
sistema, con el objetivo de colonizarlo y modificarlo en beneficio propio.
Pretenden suplantar las ideologías por el pragmatismo americano del siglo XIX,
que defendió Charles Sanders Peirce, siempre cuestionable. Van creando
estructuras que faciliten el domino y control de la riqueza mundial, cosa que
ya tienen prácticamente lograda con la globalización y el libre comercio que
ahora quieren revertir con aranceles. Algunos oligarcas, como el señor Musk y
otros, poseen una riqueza superior a muchos presupuestos de determinados
países, lo que nos da una idea de la influencia que ostentan en la economía
mundial. Los grandes capitales, creados de forma tan rápida, acaban infundiendo
sospechas éticas y legales. Decía Honoré Balzac que “detrás de toda gran
fortuna siempre hay un crimen”.
Se ha declarado una guerra
comercial que condicionará este mundo, pero la paz entre ellos no es más que un
acuerdo de intereses y eso es conseguible mediante el reparto de la riqueza,
pasando de los intereses de la población. Tú te quedas con Crimea y yo con las
tierras raras; dejamos a Europa a la intemperie y yo me quedo Groenlandia y a
ti te dejo el Dombás y algún otro país que puedas anexionarte en el futuro por
la fuerza, a la que yo no me opondré… eso sí, para mis vacaciones y negocios
montaré un resort maravilloso con campos de golf en Gaza.
Darwinismo social
La libertad que pregonan es el
ejercicio de un darwinismo social en un sistema neoliberal, o anarcoliberal
como dice Milei, mínimamente sujeto a las normas estatales, lo que implica la
neutralización de la influencia democrática en la elección de los gobiernos y
el legislativo. El darwinismo social, siguiendo los planteamientos de Herbert
Spencer, postula que los fuertes ven aumentar su riqueza y poder, mientras que
los débiles los ven disminuir. Ya se sabe a río revuelto ganancia de
pescadores, el caos permite una mayor manipulación.
Mi pregunta, ya casi retórica, es:
¿De qué carajo de libertad me habla el señor de la motosierra y sus adláteres,
incluyendo agasajadores/as? Seguro que solo pretenden confundir los conceptos,
redefinirlos y manipularlos para embaucar a la gente. En todo caso, tras su
última hazaña con la criptomoneda $Libra a la que ha promocionado, nos da una
idea del concepto de libertad que defiende su anarcoliberalismo… dinero para
los suyos y ruina para los demás, a caballo de la cleptocracia.
Según publicaba Clarin.com
recientemente, “…uno de los creadores de $LIBRA, Hayden Davis, se jactaba en
chats de “controlar” al presidente Javier Milei, gracias a sobornos que
supuestamente les pagaba a funcionarios argentinos, incluida la hermana del
mandatario”. Si ponemos a empresarios para gestionar la cosa pública acabarán
considerando al Estado como un negocio para ellos, y nosotros y nuestra
voluntad como una mercancía, renunciando a ser sujetos soberanos.
Ahora le ha regalado una motosierra
a Elon Musk. ¿Le habrá dado otra a Abascal en su visita a Washington? Lo que sí
se confirma, sin paliativos, es que entramos en una era donde la empatía brilla
por su ausencia y el sufrimiento ajeno se vive como una película en la tela...
o sea, nos estamos deshumanizando.
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