sábado, 23 de diciembre de 2023

¿FELIZ NAVIDAD?

 

 


Tal vez la Navidad sea una fecha especial porque llegado el fin de año te incita a la reflexión, al balance de todo lo que has vivido y visto a lo largo de ese tiempo, pero desde un espíritu que busca la bondad, el propósito de enmienda y pretende mejorar el año venidero.

Lamentablemente la historia nos demuestra que el ser humano sigue siendo, después, tan inhumano como lo era antes. Solo ha hecho un receso, una parada de meditación, de expresión bondadosa, que no va más allá de pasado Reyes Magos, donde vuelve a las andadas, una vez su conciencia centrifuga la inmundicia que acumula su espíritu…

Este año ha sido malo, pero no por la pandemia, ni por la crisis económica y otros males verbalizados en los medios, aunque ya superados, sino porque seguimos sembrando el odio y la confrontación. Hay agentes del mal por doquier, gente que por su boca echa hiel, incapaz de razonar y discernir cuales son las formas sobre las que se sustenta la convivencia.

Sobre todo en el mundo de la política y la gobernanza, siguen las descalificaciones y el cinismo viendo la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio. La negra sombra del pasado asoma por las esquinas brazo en alto con sus viejos cánticos de guerra. Las leyes solo sirven cuando les dan la razón y siguen, erre que erre, descalificando al que piensa diferente, reivindicando el marchamo de patriota para sí mismos y todo lo demás es traición que merece ser colgada por los pies.  

Esa prepotencia y arrogancia, la transmiten a sus seguidores que, con suma desvergüenza, pregonan a su antojo irracionales consignas que atentan contra la concordia y el espíritu del entendimiento, que sustentan las normas básicas de convivencia.

Se ha perdido el norte y, por si fuera poco, también los papeles. La estrella polar se ha diluido y ya no marca el camino que debiera indicar. Dejamos de bogar al horizonte de utopía donde, ya, lo importante no es el ser humano y su mejora de vida, su desarrollo integral como elemento que conforma un todo universal en comunión, donde su intelecto eleve su condición de vida en el camino a la excelencia de nuestra sociedad, sino que se pretende su sumisión a los bajos instintos consumistas y ególatras aventados por la pala de populistas, que gritan descarados “Viva la libertad, carajo”… y uno se pregunta ¿qué carajo es esto? ¿Cómo podemos haber caído en manos de histriónicos sujetos que repelen la razón y confunde tan profundamente el concepto de libertad?

Para colmo nuestro corazón se encoge en estos días, se constriñe hasta tal punto que bloquea los sentimientos de felicidad a la vista de tanta barbarie. La sangre en Ucrania brota a borbotones en una guerra aviesa de malas intenciones. Los actos terroristas de Hamas, dieron paso a otros actos de terror liderados por un sujeto que raya en la vesania, que manda bombardear indiscriminadamente a un pueblo donde niños  e inocentes caen como moscas a modo de venganza psicopática.

Este año, los Reyes Magos se darán la vuelta cuando vean que la estrella que lleva a Belén es un misil que surca el cielo con su halo de fuego para destruirlo. No sé si se salvará el niño, María y José… la mula y el buey. Yo ya he visto demasiados niños llorar de desespero su dolor y orfandad sin mula y si buey. 

Las guerras siguen sembrando muerte y destrucción, los dictadores y manipuladores de la verdad nos venden cortinas de humo para ocultar sus verdaderas intenciones. Aparecen megalómanos adelantados al futuro, que siembran su mañana de poder y gloria en una distopía, que cada vez toma más fuerza, ofreciendo un negro futuro para ese mañana que ya no veré… ¿Cuántos Elon Musk se repartirán ese mundo?

 


martes, 24 de octubre de 2023

No disparen a la pianista

“Más música y menos guerras”

(Alice Wagner)

 

El pasado viernes, día 13, tuve la suerte de asistir al concierto de la Orquesta Filarmónica de Málaga, en el Teatro Cervantes, donde la pianista ucraniana Anna Fedorova dio un recital de piano maravilloso en compañía de la referida orquesta.

Su figura estilizada entrando al escenario, fue intensamente aplaudida, por la promesa de una excelente interpretación del Concierto nº2 para piano y orquesta en fa menor, Op.21, de Frédéric Chopin.

No defraudó en absoluto. Yo suelo dejarme llevar el pensamiento por el armonioso ritmo de la música, que crea fantasías y espacios vivenciales imaginarios acordes con la melodía que te transporta. En todo caso, para mí, es imposible dejar mi mente en blanco y bullen con las notas musicales las ideas. Posiblemente no sea un melómano en sentido estricto, dada mi escaso conocimiento de todo lo emanante del pentagrama. Mas estando en una especie de éxtasis sensorial, me vino al pensamiento la suerte que tenía de poder estar disfrutando de aquel maravilloso concierto, de cuánta gente, en el pasado, disfrutó del mismo y de las clases dominantes, selectas y seculares, destinatarias de ese placer solo accesible a los oídos y sentidos de especial sensibilidad polifónica, insertos en una clase social y cultural elegida, con algunas excepciones.

En ese mismo instante recordé que mi amiga Alice Wagner, en un WhatsApp, había escrito: “más música y menos guerra”, como forma de rechazo a los conflictos. Entonces voló mi pensamiento hacia los otros, los no elegidos, los que no podían disfrutar del concierto donde yo me hallaba y, en contraposición, en ese mismo instante, estarían escuchando el estruendo demoledor de las bombas, bien en Gaza, en Ucrania o cualquier otro lugar en guerra, aterrorizados, heridos o muertos. Tal vez, el hecho de que la pianista fuera ucraniana, fue el detonante de ese pensamiento, pues volé, imaginariamente, a su país… de allí salté a Gaza e Israel, para luego perderme en el difuminado mundo del conflicto generalizado, que se está imponiendo en el planeta a caballo del odio que siembran los estúpidos e intransigentes dogmáticos, los hooligans de la política y los credos y los poderosos que juegan en los despachos a incrementar sus fortunas desde su inhumanidad. La melodiosa música clásica que eleva los espíritus, está siendo sustituida, en esos lugares, por música militar, de esa que suena en los desfiles exhibiendo la capacidad destructiva de los ejércitos y la gente aplaude a rabiar mientras insulta, provoca y abre brechas por donde aflora el conflicto con los no afines.

Dicen que la música amansa a las fieras, pero hay también música para enfervorizarlas, para alienarlas y arrastrarlas a la guerra cuan flautista de Hamelín. Cada vez hay más fieras en este mundo, dispuestas a pelear y destruir, en lugar de construir puentes de entendimiento y cauces por donde circule la vida placentera y libre en un tránsito humano y solidario de evolución compartida.  

Entonces recogí velas. Mi mente estaba dispersándose arrastrada por aquellas ideas que me distraían en la escucha del concierto. Dejé la reflexión para otro momento más propicio. Volví a centrarme en las notas musicales que la virtuosa pianista, Fedorova, hacia fluir del piano y me deje llevar por el ritmo trepidante, por su fuerza interpretativa, por su sensibilidad y serena delicadeza, por su expresión corporal atrapada en la armonía de las notas. Fue un mágico momento de comunión entre todos los presentes en la sala, caras de satisfacción y bondad. No había fieras, al menos en apariencia.

Concluida la interpretación del concierto de Chopin los aplausos fueron intensos. Acabó, Ana Fedorova, obsequiándonos con la interpretación al piano del Amor brujo, de Falla, como colofón al espectáculo.

Luego, cuando se marchó, recordando que era ucraniana, me dije: “Por favor, no disparen a la pianista”.

 


 

jueves, 12 de octubre de 2023

Afinidad, respeto, tolerancia…

 

Empatía

En el mundo de las ideas, del libre pensamiento y el derecho a ejercerlo y manifestarlo públicamente, existen variables o diferentes reacciones ante esas manifestaciones por parte del receptor del mensaje; o sea, de quien las escucha.

Partamos de la base de que la expresión de las ideas, en un sistema de libertad, es lícita; lo que dudo mucho que lo sea es el intento de someternos a ese pensar colonizando nuestra propia ideología, mediante la imposición del pensamiento ajeno, cuando lo esencial es educarnos a pensar en libertad y responsablemente.

Si partimos de una actitud constructiva que, teniendo conciencia de que la verdad y la razón están sometidas a variables no siempre compartidas por todos, nos permite, con mente abierta, valorar y discernir sobre el pensamiento ajeno, pero tras esa valoración hay, como mínimo, tres actitudes o posicionamientos respecto al pensamiento analizado. Podríamos hablar de esos tres términos que propongo considerar según el nivel de conformidad con la idea expresada, que son: afinidad, respeto y tolerancia, que en ningún caso son lo mismo, observándose importantes matices.

Pero antes quiero traer a colación la palabra EMPATÍA como un referente actitudinal que facilita la comprensión y la capacidad de ponerse en el lugar del otro para mejor interpretar su pensamiento, actitud y conducta respecto a los demás, en todo caso la empatía la allana una mayor afinidad facilitando el ejercicio. Los otros tres conceptos surgen, o deberían surgir, cuando, tras un análisis empático de las expresiones ajenas, optamos por aceptarlas y hacerlas propias o rechazarlas.

Otro factor modulador es la amistad, ya que se fundamente en una consolidación previa de ese sentimiento y a través del tiempo. La amistad conlleva, implícitamente, un sentimiento amoroso al que la RAE define como: “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”; o sea, que existe de por si una cierta afinidad instaurada fundamentada en el respeto y la credibilidad. “Un amigo es aquel con el que puedes pensar en voz alta”. Platón creía que “los verdaderos amigos buscan vivir vidas más auténticas y plenas relacionándose entre sí de manera auténtica y enseñándose mutuamente” lo que implica un cultivo sistemático de la AFINIDAD.

Respecto al concepto de RESPETO a las ideas ajenas, que, lógicamente, se ha de dar también en la afinidad, cabe entenderlo como una actitud personal ante un planteamiento racional y razonable, debidamente argumentado y con ánimo constructivo, que no pretende imponerse, sino aportar esa visión al contertulio como propuesta para ampliar su visión del asunto tratado.  Loable planteamiento coloquial sin el ánimo pedante del dogmático. Podemos no compartir ideas, credos, principios o valores culturales, pero respetamos que cada cual defienda y cultive los suyos desde su propia libertad, siempre y cuando esos valores o principios no sean lesivos, delictivos, deleznables e inasumibles por nuestros propios valores, tratados siempre con mente abierta y razonablemente crítica.

Otro asunto es la TOLERANCIA, al menos para mí. Recurro de nuevo a dos acepciones del concepto que define la ARE, como las que se ajustan más a la esencia del verbo tolerar, que de por sí mismo provoca una paradoja con el respeto. Según el diccionario de la RAE, tolerar: Del lat. tolerāre. 1. tr. Llevar con paciencia. 2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.

Respetar es aceptar la divergencia, tolerar es aguantar, sobrellevar determinados pensamientos ajenos a pesar del rechazo a la idea, en base al derecho a la libertad de los demás para ejercer su libre pensamiento, aunque no lo compartas y ni siquiera te apetezca debatirlo. La idiotez se tolera en cuanto el idiota existe, pero no se respeta como algo constructivo. En todo caso, dejaremos de tolerarlo en cuanto pretendan imponérnosla por la fuerza, la coacción o el adoctrinamiento.

Concluyo

AFINIDAD: Coincidencia de ideas que te pueden acercar al contertulio por el sendero de la amistad y el afecto, en el campo de la comprensión y el enriquecimiento mutuo.

RESPETO: A las ideas divergentes presentadas desde la lógica argumental con razonamiento crítico constructivo y no dogmático impositivo, aunque no estés de acuerdo con ellas.

TOLERANCIA: Soportar y aguantar la expresión de las ideas irracionales. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente. En religión y política serían los planteamientos integristas y dogmáticos, tolerables mientras no vengan a imponerlos por dictado o signifiquen la comisión de delitos al llevarlos a término o implementar la idea rechazada.

Es decir: 1º Bienvenido a quien comparte mi ideología y concepción de la vida; 2º Respeto al juego democrático y las diferencias de opinión dada la diversidad del pensamiento a caballo del complejo evolutivo individual; 3º Rechazo la idea que me agrede y pretende someterme, aunque la tolero como un ejercicio de libertad de pensamiento mientras no intenten implementarla y colonizar mi pensamiento con ella anulando mi propia libertad.

 



 

 

 

miércoles, 4 de octubre de 2023

Soneto existencial

Obra de Ernesto Walls: Espiando horizontes

 

Soneto existencial

 

El pasado presiona a mi presente

que observa confundido hacia el futuro

en tránsito de joven a maduro

mostrando el deterioro de la mente

 

y pienso que quizás toda la gente

caminando en la vida con apuro

encontró su sendero que fue duro

por mucho que se diera de valiente.

 

Ahora que cercano está el abismo

el miedo al más allá me importa un pito

sintiendo que en la paz está la gloria

 

por tanto amigo mío me es lo mismo

los dioses y los dogmas ya han prescrito

en un mundo que gira como noria.

 

Autor: Antonio Porras Cabrera

Málaga, 2 de octubre de 2023


lunes, 31 de julio de 2023

Semana poselectoral

 



                     “El político que no resuelve los problemas se convierte en un problema…”.

 

Semana especial la vivida. La gestión del saldo electoral del día 23 ha resultado ser compleja y de variada digestión emocional para cada partido.

La demoscopia he fracasado hasta tal punto que, el denostado Tezanos y el CIS, aún con sus desviaciones de la realidad final, es, tal vez, el que más ha acertado, si a eso se le puede llamar acertar. No conozco los tracking de la última semana de campaña, pero sería bueno saberlos para ver cómo han influido aspectos de interés que afloraron en esos días finales tan movidos, si bien a la vista del acierto demoscópico cabría cuestionarse el propio valor del tracking. La resiliencia de Sánchez y la actitud del PP convencido de su éxito, dieron al traste con las previsiones… ya se sabe, la teoría de las expectativas hace que un éxito se convierta en fracaso o en una vivencia insatisfactoria equiparable al mismo.

Hay momentos puntuales que, bajo mi criterio, han sido determinantes. Entre ellos el cara a cara del debate de los dos principales candidatos a la presidencia. La técnica utilizada por Feijóo, con el ”Galope de Gish” dejó casi cao a Sánchez, pero se ha de reconocer que este hombre es un verdadero “animal político”, como ya demostró en las elecciones a Secretario General del PSOE tras ser defenestrado por sus correligionarios. Ese primer debate llevó a Feijóo y los suyos a sentirse seguros de su victoria, al amparo de los estudios demoscópicos, y descuidaron los flancos.

Ver a Sánchez grogui, en el primer asalto tras el envite del gallego, llevaba al PP a un sentimiento de alegría y satisfacción. Pero tenía cierto riesgo, sobre todo cuando en la moviola se observa el conjunto de argucias y artificios que sustentaron el discurso de Feijóo. Creo que esa situación movilizó más a la izquierda, que vio las acusaciones vertidas como una agresión irracional y fullera.

Por otro lado, al no dar más opción a otro debate podría entenderse como una forma de huir de él para evitar se mostrara las contradicciones y falacias del primero. De eso, bajo mi modesto entender, se encargó Silvia Intxaurrondo, cuando puso de manifiesto algunas falsedades vertidas en el debate, por no decir mentiras, de Feijóo sobre el incremento de las pensiones o el expediente judicial del caso Pegasus, entre otras, en la entrevista en TVE. En este momento se revirtió la acusación de mentiroso que se había ejercido sobre Sánchez desde el comienzo de la propia legislatura y fue a parar al terreno de Feijóo, que no supo contrarrestar esta percepción. Luego afloró la vieja amistad con Dorado y la foto del barco que, al no estar suficientemente explicada, puso en duda la credibilidad del candidato gallego, y otras cuestiones arrojadizas que fueron surgiendo.

Se habló poco, en la campaña, de lo importante para el ciudadano, de la gestión económica habida, de los programas presentados, de la forma de atajar la pandemia del COVID19, de la guerra de Ucrania, de la evolución del empleo, de los ERTEs, etc. O sea, de la crítica razonable a los resultados de la gestión del Gobierno, de la proyección de futuro hacia el progreso social y la economía sostenida y, cómo no, la justa redistribución de los recursos y el coste de la vida; que, con todas las observaciones pertinentes, cabría darle una nota aceptable… En todo caso, cabía haber asistido a un debate claro entre dos tendencias o formas de gestión, la enmarcada en las teorías Neoliberales y la “Keynesiana” Socialdemocracia…

Pero volviendo a la estrategia, a ello hay que sumar otros aspectos, que creo valoró hábilmente Sánchez como elemento decisivo a la hora de convocar las elecciones. Me refiero a la necesidad del PP de negociar con VOX, tras los resultados electorales de las municipales, para acceder al poder. VOX impuso su línea argumental doblando el brazo, incluso, a la candidata del PP en Extremadura, señora Guardiola. Las políticas de VOX, que dieron como resultado la censura de obras de arte, la negación de la violencia machista, la irrupción en cargo de especial relevancia de personajes de dudosa competencia y actitud democrática para ejercerlos, pudieron influir más de lo deseado y calculado por el PP. Tal vez, bastantes votantes de centro que estaban indecisos, se volcaron a la izquierda ante esta situación, digamos, amenazante.

Existe también un aspecto a considerar que ha sido de especial importancia; me refiero a la no participación de Ciudadanos en la contienda electoral, con lo que la mayoría de sus votantes, o no votaron o lo hicieron por PP y, en menor medida, por el PSOE. De haberse presentado el porcentaje del voto que hubieran alcanzado sería, prácticamente, detraído de los resultados de Feijóo, siendo votos perdidos, dejándole a la par o por debajo del propio PSOE, dado que solo les separaron unos 330.000 votos.

Por otro lado, ya centrados en las formas, se ha venido demonizando a Sánchez desde el inicio de la legislatura que, como ya he comentado, ha creado un clima irrespirable, donde el insulto y la descalificación se han impuesto a la razón argumental de cualquier programa, cultivando actitudes irreconciliables que, junto a lo ya mencionado, ha ubicado al PP en una posición muy crítica respecto a las alianzas posibles con otros grupos parlamentarios o partidos. Resultado: El PP solo puede pactar con VOX, lo que le deja en evidencia y en una incómoda posición para ejercer el acuerdo, que es la madre de la acción democrática.

Esto lleva a la paradoja de acabar pidiendo al PSOE su apoyo para cumplir el programa del PP, o sea auparlo al Gobierno, que incluía la derogación del “Sanchismo”. Es una situación irracional pedirle a Sánchez que se haga un harakiri político para dar vida al contrincante… sobre todo considerando que mientras se pide esto desde el balcón de Génova, las bases del PP, gritan: “Que te vote Txapote”, incluso, gritos de apoyo a Ayuso delante de la cara de su líder visiblemente incómodo.

Pero el resultado final es incuestionable. El PP ha ganado las elecciones por mayoría simple. ¿De qué sirve eso?, pues de nada si no se tiene capacidad de negociar con otros el número necesario de apoyos para la investidura.  Y en esas estamos.

Nuestro sistema democrático, o sea nuestra Constitución, es garantista y defensora del pensamiento libre de todos y cada uno de los ciudadanos del país, para defender aquello que mejor interpreten, incluso la propia modificación de la Constitución ejercida por los cauces previstos en la misma.

Esta situación tan paradójica, donde se juega quién gobierna el Estado, deja en manos de un partido, que quiere romperlo, la orientación del mismo. Curiosamente un partido de derechas, como JuntsxCat, tiene la llave para decidir si gobierna el PP la derecha o el PSOE la izquierda.

La Cataluña de hoy no es la misma de la del 2017, cuando se aplicó el 155, a la vista están los resultados electorales.  PSOE ha arrasado y Sumar tras ellos, los otros, por debajo de Sumar, son la minoría… ello merece una serena reflexión. Actualmente el Gobierno catalán está sometido al orden constitucional, aunque sea a regañadientes, y las negociaciones que puedan plantear con los partidos que optan a gobernar, sea PP o PSOE, saben que no pueden saltarse ese orden. A partir de ahí, ellos sabrán que les es más provechoso.

De momento le toca al PP intentar formar gobierno, lo que a mi entender es incuestionable, dado que es el partido más votado y, ya se sabe lo que pasó con Arrimadas en Cataluña. Hay que arriesgarse para dar la cara y la talla en la defensa de su proyecto político… otra cosa es que consiga o no los apoyos necesarios, dejando la “papeleta” al segundo partido más votado, o sea el PSOE, de no conseguirlo. En todo caso, es importante aclarar que nuestra democracia no es presidencialista como la francesa, por ejemplo, sino parlamentaria como la inglesa, y es el Parlamento el que elige al Presidente y no directamente los votantes, sino sus representantes. Lo otro es marear la perdiz y cuestionar el dictado de la propia Constitución. Si fuera presidencialista habría segunda vuelta con los dos candidatos más votados.

Un último apunte. Si nuestros políticos tuvieran una visión compartida de Estado, es decir que el país, su gobernabilidad y la resolución de sus problemas es lo prioritario, deberían tomar el toro por los cuernos, haciendo un análisis correcto de la historia y de la diversidad de nuestra sociedad, para concluir como integrar un proyecto político compartido donde no sea la independencia el referente sino la articulación de la “interdependencia” dentro de esa diversidad. Pero eso es otro tema que requiere un texto, incluso, más amplio que este.

Feliz verano y disfruten ustedes de este maravilloso lugar donde habitamos… Nosotros hemos cumplido votando, a ellos les corresponde interpretar nuestra voluntad y obrar en consecuencia.

sábado, 22 de julio de 2023

Hoy, 22 de julio de 2023, día de reflexión.


Hoy, 22 de julio, la mayoría de los habitantes de mi patria están de jornada de reflexión. En algunos casos con su voto indeciso aún, en otros con su decisión inalterable desde hace tiempo. Obsérvese que he usado la palabra patria para referirme a mi país o nación. Este concepto tal vez deberíamos reivindicarlo más los que nos sentimos patriotas en todo el gradiente que va desde tu pueblo a la universalidad del hombre, pero clarificando qué es la patria, dado que el concepto está siendo manipulado sistemáticamente por un reduccionismo intolerante que quiere ajustarla a una forma de pensar excluyente, donde la “Patria” solo son ellos y los que piensan en su línea.

Pues bien, yo me reivindico como patriota, pero ajustado al verdadero término de su significado, que es “Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien”… y por acotación habría que definir el concepto de patria. El diccionario de la RAE la define como:

1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.

2. f. Lugar, ciudad o país en que se ha nacido.

Pero esta descripción queda incompleta al no mencionar como elemento primordial a la gente, a la ciudadanía que la conforma, aunque se entienda que se incluye como un término más al de tierra o lugar. Para mí, la patria tiene dos elementos básicos importantes, el territorio y la gente que lo habita, lo demás conforma un componente sociocultural, donde se incluyen los aspectos que definen la primera acepción, o sea “vínculos jurídicos, históricos y afectivos”, y que, además, son dinámicos en tanto están sujetos al proceso evolutivo de toda sociedad.

En estos momentos los vínculos jurídicos, en nuestro caso, los define la constitución, que establece las normas generales a las que se ha de someter toda ley, siendo modificable a través de caminos que ella mimas establece; de hecho se ha modificado para cambiar el artículo 135 no hace mucho, sin pasar por un referéndum, pues así está establecido cuando se dan determinadas mayorías de acuerdo en el Congreso, que, en este caso, dejó una sensación poco edificante dado el tema que trató y su trascendencia social, por lo que debería haber sido sometida a referéndum, pero eso conllevaba un riesgo de fracaso y bloqueo de la modificación…

La historia de nuestro país también se ha de considerar entendiendo que esa diversidad que tenemos se fragua a través de los tiempos, en muchos casos por medio de la violencia y la guerra. Desde esta perspectiva, hay leyes que son puntos de inflexión, donde desaparecen los fueros de los distintos reinos que integraban España tras la guerra de sucesión, como pueden ser los “Decretos de nueva planta”, legislados por Felipe V. Una importante observación sobre la historia es que la escriben los vencedores impregnándola de sesgo partidista, por lo que siempre ha de ser revisada por expertos y analistas para que prime la verdad sobre la falacia intencionada del vencedor que ejerce el poder y el control. En la actualidad es tema de debate el trato que se otorgó al pasado reciente, o sea a la historia escrita por el viejo régimen con todo el sesgo que conlleva, que requiere la necesidad de acortarla en su legítima verdad histórica. Mirando hacia le pasado concluyo que “somos lo que somos por lo que fuimos”.

Respecto al aspecto afectivo, la cuestión es más complicada, porque el afecto es de componente emocional y está sujeto a la individualidad. Mas no por eso es menos importante, más bien al contrario. Las emociones determinan actitudes y conductas. En el sistema democrático son básicas para crear estado de opinión desde la manipulación, como estamos viendo, a través, incluso, de las falsas noticias o medias verdades, algo que ha venido a definirse como la posverdad, a la que se refiere la RAE como: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. Esto puede llevar a confrontación irracional desde la intransigencia de un pensamiento enquistado, resistente a la argumentación sólida. De aquí puede surgir un cambio radical de la relación social y democrática, pasando, el respetable contrincante, a ser tu enemigo a batir a toda costa. De eso sabemos en este país bastante, sobre todo desde el siglo XIX con las guerras carlistas y las dos Españas a las que alude Machado. En contraposición a las emociones encontramos el uso del pensamiento racional y, dado que hemos hablado al principio de día de reflexión, sería conveniente que esa reflexión estuviera exenta de emociones, dentro de lo posible, para dar paso a la razón, que no es ni más ni menos que un análisis racional y responsable de la situación, para obrar en consecuencia, exento de influencias manipuladoras y según las capacidades de cada cual.  

Por tanto, y resumo, mi patria está conformada por gente muy diversa, que piensa diferente, que cree en distintas religiones, con orientación sexual propia, de variadas tendencias políticas, donde se conjugan razas, clases, cultura, familia, principios y valores. O sea un conglomerado poliédrico, que genera un todo conviviente en un sistema complejo que se ha de gestionar desde la empatía, el respeto o la tolerancia según el caso…

Visto todo lo expuesto, yo me defino como patriota de verdad. O sea como “Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien”… todo el bien para mis conciudadanos, para convivir en paz, solidariamente, en respetuosa concordia desde el buen ejercicio de la democracia y respetando su diversidad.

Pero quiero ir más allá. Reconozco que no llevo, ni nunca la he llevado, banderita alguna que me asocie a esta idea, porque no la necesito, es más creo, y cada vez estoy más convencido, de que mi patria se hace más grande, en una tendencia universal que permita la convivencia en este planeta desde el encuentro, no solo con la gente sino con la propia naturaleza que conforman el todo donde vivimos. Las otras patrias son reduccionismo de la universalidad del ser humano, que quedan acotadas al ejercicio del dominio interesado de grupos de poder con componente histórico. Quien la quiere acotar e imponer es porque va buscando el interés de su propio grupo de poder, y ahí me bajo de ese carro…

La solución cada vez la tengo más clara, aunque no sea viable, dadas las circunstancias que se dan en este mundo. Nuestra patria es universal donde se han de dar una confluencia de leyes comunes que la consoliden, asumir la historia común para crear una nueva convivencia y modificar y crear los afectos entre los ciudadanos que nos lleven a un humanismo solidario como argamasa que una a la gente. Eso es, para mí, ser patriota… pero creo que esa patria universal está aún muy lejos de lograrse, seguro que no lo veré dada mi edad. Tal vez antes de alcanzarse, algún patriótico miope y psicópata, loco de atar bien poderoso, la dinamite por los aires y todo se vaya al garete…

Mientras tanto votaré procurado el mayor bien que, a mi entender, beneficia a la gente de mi patria.



viernes, 21 de julio de 2023

Socialdemocracia Vs Neoliberalismo. Esa es la cuestión, con algún matiz.

 


MI REFLEXIÓN ADELANTADA

La cosa está clara. Nos toca elegir entre una orientación política socialdemócrata o una neoliberal, con permiso de los adláteres. En todo caso, lo importante es el papel del Estado y la acción de gobierno. Unos anteponen el ciudadano al mercado y otros el mercado al ciudadano y usted y yo estamos en medio y sometidos a sus designios, salvo que seamos capaces de ver con claridad nuestros interés como sociedad y votemos en consecuencia. Lo demás son ruidos y confusionismo… y lo que es peor, programas político encubiertos de los que no hablan para no ser descubiertos. Mantienen el ruido y el esperpento para no hablar demasiado de sus proyectos y se les vea por donde van y qué es lo que pretenden. Lo que ha hecho el Gobierno ya lo sabemos y hay que valorarlo en su justo término y contexto. Falta saber lo que va a hacer la oposición, si gana las elecciones. Hasta ahora nos plantea una incógnita resumida en una frase vacía, sin contenido alguno, a modo de consigna guerrera: “Derogar el sanchismo”. 

Pero lo que vemos es un elevado nivel de mentiras acusando de mentiroso al contrincante mediante técnicas “trileras”, que son atentatorias contra el sano ejercicio del debate democrático, como es el galope de Gish. Observamos una perversa actitud desde el principio de la legislatura, con insultos, descalificaciones y la potenciación de bulos y falsas noticias para denostar al Gobierno. Ahora resulta que el señor Feijóo ha soltado más falsedades en esta campaña que Sánchez en todo su mandato, como se está viendo. “Derogar el sanchismo”… Luego ya veremos cómo actúan en el caso de que alcancen el poder en una alianza indubitada entre las derechas… la derechita cobarde y la guerrera que, al fin y al cabo, surgen de la misma maternidad. 

La estrategia de denostar al contrincante, de presentarlo perverso y malévolo, no es nada nuevo, porque tiene sus ventajas. Si el otro es muy malo me votarán a mí sin que tenga que comprometerme a grandes cosas, ya que seré visto como salvador de la desdicha que padecemos. “Dejad que se hunda España, que ya vendremos nosotros a salvarla”, dixit aquel ministro. El problema está cuando te desenmascaran y la perversión que aparece es la tuya, tus mentiras son descubiertas y el cinismo e hipocresía son detectados, mediante el uso de la razón y el análisis de una realidad palpable que pretendes manipular.  Esta es la clave, la capacidad que debe tener y ejercer cada votante para no dejarse engañar por los bulos y mentiras y votar responsablemente en beneficio de la sociedad. Entonces debe elegir el mejor camino que se le ofrece para beneficiar al ser humano, al ciudadano del Estado, en su doble vertiente: individual y social. 

El 23-J, el voto va a decidirse, como elemento primordial, a políticas orientadas al ser humano o al mercado, en un “semiequilibrio” beneficioso para una de las partes. Tú eliges: El ser humano supeditado al mercado que defiende el neoliberalismo y la derecha conservadora, con su efecto derrame, o un mercado supeditado al ser humano que defiende la socialdemocracia y la izquierda socialista. El resultado final lo veremos en tres días… 

Veamos que son cada una de esas orientaciones o paradigmas económicos y políticos: 

Socialdemocracia: “Movimiento político que propugna un socialismo democrático y reformista” según la RAE. Antepone el ciudadano al mercado, donde prima la economía que defiende el humanismo solidario, más cercana a lo que José Luis Sampedro llamó la “Economía humanista”, por tanto los valores de igualdad, justicia distributiva de la plusvalía generada y la garantía, desde el propio Estado, de la prestación de los servicios públicos relacionados con los derechos constitucionales: sanidad, educación, protección social, etc. O sea, el llamado Estado del bienestar, lo que conlleva legislar para intentar controlar los abusos o desviaciones del mercado, que pretende campar a sus anchas en una falsa libertad, que solo aplica a su derecho a decidir sin cortapisas para mayor beneficio. 

Neoliberalismo: “Teoría política y económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado” según la RAE. Antepone el mercado al ciudadano, donde prima el pragmatismo productivo y consumista que esquiva al máximo la influencia normativa del Estado. Defiende el “efecto derrame”, que consiste en “reducir los impuestos a las empresas y a los ricos de la sociedad como medio para estimular la inversión empresarial a corto plazo y beneficiar a la sociedad en general a largo plazo”. Pretenden ser el motor económico exclusivo del país, reclamando el ya visto efecto derrame para que el Estado les garantice o procure su solvencia económica para seguir invirtiendo. Esto recuerda, muy gráficamente, las migajas que caen de la mesa del señor. Exigen y tienen un interesante mercado financiero, o sea la bolsa, sometida a los vaivenes de la oferta y la demanda, con alto grado especulativo por parte de los poderosos accionistas con sus estrategias de ingeniería financiera solo al alcance de sus bolsillos. Desde el punto de vista del mercado de trabajo, tampoco les interesa un pleno empleo, porque ello significa una menor oferta de mano de obra, con el encarecimiento de la misma, o sea unas tasas bajas de empleo y en precario es lo mejor para mantener un mayor beneficio. 

Desde el punto de vista político, tenemos, pues, dos enfoques bien diferentes, que, además, ya se han visto en las dos crisis económicas habidas. En la primera se apoyó especialmente a la banca, aun siendo la causante de la crisis. Se priorizó el pago de la deuda sobre cualquier otra cuestión. Hasta modificar, incluso, la propia Constitución en su artículo 135, con alevosía y casi nocturnidad (Esta reforma constitucional de 2011 modificó el artículo 135 de la Constitución ​ estableciendo en el texto el concepto de estabilidad presupuestaria y que el pago de la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales. Fue acordada y refrendada por los dos grandes partido, PSOE y PP)​. Por otro lado, se les entregó grandes cantidades de miles de millones de euros a la banca para garantizar su solvencia con un falaz mensaje de recuperación cuando fueran saneadas. Mientras se vio con asombro cómo, la imposibilidad del pago de las hipotecas, llevaba al desahucio de una imponente cantidad de familias abocadas al paro y a la pobreza, de no ser por el apoyo recibido de sus familias, sobre todo de los padres y sus pensiones. Este hecho, bajo mi entender, fue clave para el surgimiento de la indignación que abrió el camino a los nuevos partidos políticos, como el caso del 15M y, posteriormente, Podemos y otros. Los resultados andan a la vista, el dinero se ha perdido y el mercado de trabajo se ha deteriorado en perjuicio del trabajador, cuyos intereses no fueron considerados en la reforma laboral de Rajoy, sino que se procuró abaratar el despido para proteger la economía, una vez más, de las empresas, antes que unos mínimos recursos que garantizaran la razonable supervivencia de los afectados y mantuviera el flujo económico para sostener o dinamizar la economía. 

Pero, hubiera sido mejor si, en lugar de esa solución, se optara por entregar el dinero a la banca en concepto de aval y pago de las viviendas desahuciadas, asumiendo el Estado la propiedad transitoria y dejando como usufructuaria o inquilina a la familia afectada hasta conseguir renegociar, de forma individualizada, el pago de la hipoteca a la propia Hacienda Pública. En lugar de eso se optó por los recortes, por dejar caer la economía y los salarios. Tal vez, una de las causas fuera la globalización y la liberalización del mercado internacional, que permitió la deslocalización empresarial, llevando a la industria a países de bajo coste salarial. Ello, además de un flujo internacional descontrolado de capitales, significó el crecimiento económico de esos países y el hundimiento de los nuestros mediante un proceso de vasos comunicantes, en un juego perverso, donde la multinacional tenía en sus manos un grifo para succionar el máximo provecho de ese tránsito económico. Produzco a 5 en el pobre país de origen y vendo a 100 en el de destino. ¡Cuántas fortunas se han hecho de este modo?, piense y les saldrán nombres muy significativos. El mercado internacional condicionó los precios y la competencia entre una producción de coste a la baja. Para ser competitivos había que bajar los sueldos arruinando al país previamente. 

Visto esto empieza uno a tener más claro las diferencias políticas para gestionar el Estado. Ante una crisis, los primeros, la socialdemocracia, tenderán a garantizar, prioritariamente, la solvencia económica del ciudadano y la pequeña y mediana empresa, que son los más expuestos al riesgo. Por tanto, los ERTEs son un buen ejemplo, junto a las políticas de protección del más débil y una adecuado SMI que permitiera mantener a flote la economía y el consumo. El neoliberalismo globalizado pasaría de las políticas sociales para centrarse en el mercado como gestor económico, rompiendo fronteras y dando al capital la opción de inversión allá donde más le interesara, dado que el dinero no tiene patria, o quienes lo poseen pasan de ella. Por otro lado, con su filosofía darviniana sobre la competencia, instaura un sistema donde el rico viene a ser más rico y el pobre más pobre, dada la desigualdad de oportunidades y de recursos para desarrollar esa competencia, por la propia inercia de su procedencia social. 

Siendo consciente de la complejidad que conlleva un análisis en profundidad de la cuestión y de los matices que pudieran aflorar, o considerarse, tal vez sea lo mejor ajustarse a la mayor, es decir vislumbrar cuál es el macroenfoque en cada caso y su repercusión o consideración sobre el ser humano como componente social e individual. En la dicotomía mercado vs. ser humano, hay que detectar dónde se pone el énfasis: El ser humano al servicio del mercado; o el mercado al servicio del ser humano. Para mí todo ha de estar enfocado al desarrollo y progreso individual y social del hombre desde el propio desarrollo individual en sinergia con los demás integrantes de la sociedad.

lunes, 17 de julio de 2023

"Je t´aime … moi non plus". D. E. P. Jane Birkin


 

El pasado reciente, aquel que cambió el mundo y, en España, tumbó la dictadura y alcanzó la libertad, siempre condicionada por el poder emergente de una democracia burguesa, más o menos discutible; el pasado reciente, como digo, está en peligro de extinción, mueren sus agentes, sus artífices, sin dejar un sólido colectivo de herederos que tomen el relevo, más bien al contrario, surgen de nuevo las sombras que tamizan con sus gritos la policromía de la libertad para implantar el blanco y negro, el gris que confunde a la diversidad.

Los que andamos por los 70, la generación nacido en el entorno de los 50, los que vivimos el viejo régimen y luchamos por el cambio para implantar la democracia, andamos en declive, porque el tiempo nos va ganando la batalla de la vida. Vivimos la España gris donde unos (los adeptos al régimen) disfrutaban de la vida mientras otros, sometidos por el miedo y la violencia, luchaban y trabajaban por levantar la cabeza, por crecer libres y pensantes, por satisfacer sus necesidades objetivas como seres humanos y alcanzar su desarrollo intelectual.

Ahora, tras casi medio siglo, la Parca nos aguarda, nos lleva, uno a uno, a su guarida y brotan los retoños de un ayer que, desde el olvido, se tornan regresivos y confunde los conceptos de libertad, de justicia e igualdad, que manipulan las verdades y las cambian por mentiras ante la falta de criterio y de opinión de aquellos que deben protegerla.  

Es posible que las generaciones nuevas no puedan ni imaginarse lo que es la dictadura, la imposición de la idea única, la cultura social que se instauró desde el conglomerado socio-político-religioso y económico donde el poder absoluto obraba a su antojo, desde la imposición de su ideario, tras ganar una guerra con la ayuda de sus camaradas alemanes e italianos (nazis y fascistas)... era la represión del divergente y la censura intolerante sobre toda expresión que no se sometiera a los cánones y valores de sus propios preceptos.

Ayer, 16 de julio, fallecía una figura importante de aquellos momentos de transición, una mujer que significó la ruptura de tabúes, la ventana a otro mundo, donde el sexo y el amor dejaba de ser pecado para ser lo que ha de ser, compartir el placer desde el deseo mutuo, entre dos personas que se aman libremente.

Con la muerte de Jane Birkin, nos viene a la memoria aquella canción inolvidable, tan denostada por sectores conservadores y católicos, "Je t´aime … moi non plus" que escenificaba, acústicamente, un encuentro sexual con su pareja o marido, Serge Gainsbourg. Indudablemente, su contenido erótico era estimulante y, seguramente, fue motivo de sublimes encuentros sexuales y actos onanistas, en una juventud que rompía las perversas cadenas con grilletes que la propia religión le colocó, mientras pregonaba: “Dejad que los niños se acerquen a mí”, poniendo la frase en boca de Cristo.

Seguramente, quien más ganó fue la mujer, instruida para dejar su cuerpo al hombre como instrumento de placer, como contribución a una relación de dependencia donde, el macho y su deseo, le exigía la entrega de su cuerpo como objeto de satisfacción o, en todo caso, como campo de procreación. El orden moral establecido las impelía a la anorgasmia, a evitar el placer pecaminoso que, en cualquier caso, solo podría ser expresado discretamente, como forma de hacer sentir al hombre su poder. La canción rompía radicalmente con este precepto y expresaba suspiros y gemidos placenteros que escandalizaron a la sociedad hipócrita de aquellos tiempos.

Tal vez, estas generaciones, no tengan conciencia del ayer y de lo que significó esta canción, y otros actos o hechos, que rompieron el muro de la prisión ideológica, para alcanzar la inmensa llanura de la libertad. Si no saben conservarla, seguramente, tendrá que volver a repetir una traumática historia por haber sido olvidada, donde la libertad, una vez muerta, deja su semilla para volver a renacer en otra primavera regada por la sangre de quienes la reclaman… y eso duele.

D. E. P. Jane Birkin y viva la memoria que dejó con su canción de libertad.

domingo, 16 de julio de 2023

A Nerja y su balcón de Europa

 


Al balcón de Europa

(Soneto dedicado a Nerja)

 

A los pies del balcón baten las olas

en mar azul pasado y de presente,

huele a maresía mientras la gente

busca en la brisa juegos y cabriolas.

 

La espuma va formando caracolas

que hieren en su vuelo al sol ardiente

y borran con su celo de la frente

las perlas del sudor que lloran solas.

 

Espléndido balcón donde la villa,

que muestra con pasión tanta belleza,

se hermana con la mar ¡qué maravilla!

 

donde envisten las olas con nobleza  

al barco que las rompe con su quilla

navegando la mar con su firmeza.

 

© Antonio Porras Cabrera

Málaga, 16 de julio de 2023

martes, 11 de julio de 2023

El derecho a opinar

 



 

Pensar libremente no es solo un derecho, sino una obligación del ser humano, que vino a este mundo para aportar sus ideas y colaborar en el desarrollo y evolución del mismo. Quien lo impida comete crimen de lesa humanidad.

(Antonio Porras Cabrera)

 

Entiendo, y quiero entender, que todo el mundo puede opinar de cualquier cosa. Otra cuestión es que esa opinión tenga consistencia, esté bien argumentada, incluso, documentada y, consecuentemente, sea objetiva. Por tanto: 1º La opinión es un derecho, 2º la opinión no es una verdad objetiva, 3º la opinión debe fraguarse mediante el procesamiento cognitivo del sujeto expresado en el pensar, 4º la inteligencia y el razonamiento de los seres humanos les lleva a todos a la facultad de pensar y el pensamiento ya es, de por sí, la forma más razonable de fraguar opinión.

En todo caso, en función del conocimiento sobre la materia objeto del razonamiento, ese pensamiento y opinión tendrá mayor autoridad o no, lo que no quiere decir que tengamos que rechazar la opinión de una persona sin grandes conocimientos sobre contenidos que envuelven a una realidad de corte social o popular, puesto que la propia experiencia vital otorga conocimientos y vivencias dignas de ser valoradas por las personas con mayor o menor autoridad en la materia. Si negamos el derecho a opinar a alguien por no entender de cuestiones que afectan a la sociedad, estaremos, tal vez, cuestionando el derecho al propio voto democrático: “usted no entiende de política, por tanto no debe votar”.

Por otro lado, en la ciencia del conocimiento hay taxonomías que requieren niveles de ilustración en esa materia específica para emitir una opinión sólida. Para hablar de física cuántica y debatir se requiere conocimiento de la materia, para un debate sobre cuestiones más mundanas, de dominio general y que afectan a la gente, se sobreentiende que esta puede y debe tener su opinión al respecto.

Es decir, negarle el derecho a opinar a un sujeto por entender que no está capacitado para ello, en lugar de demostrar su error con la argumentación que permite rebatirlo, es un error en sí mismo, ya que nos priva de la posibilidad de conocer otras opiniones, aunque fueren desacertadas, para consolidar las nuestras y buscar la verdad que se persigue. Otra cuestión es que obviemos su opinión por estar en total desacuerdo con ella y saber que el debate, que siempre ha de pretender confluencias, no nos llevara a ningún sitio de provecho. Hay un viejo dicho muy ilustrativo: «Nunca discutas con un idiota, pues bajaras a su terreno y allí te ganará por experiencia».

Claro que si cerramos nuestra mente a cualquier aporte y descalificamos sin rebatir los argumentos ajenos, siempre que sean argumentos y no ocurrencias, flaco favor nos estaremos haciendo, a nosotros y a la sociedad. Es más, hay quien sostiene que “cuando no se entiende, lo ético es no opinar”, habría que identificar cuáles son los parámetros que determinan quien entiende y quién otorga la calificación o cualificación para opinar. Si el que la otorga es el debatiente contrincante, mal va la cosa, pues eso sería una descalificación y no un rebatimiento de la opinión contraria.

En definitiva, opinen sabiendo que las opiniones van retratando al sujeto que las emite, y, si ello es posible, háganlo con la mente abierta para confrontar si están o no en poder de la verdad, admitiendo el pensamiento de los otros como un alimento que nutre al conocimiento, pero no se olvide que el alimento se ha de digerir y de él saldrán, por un lado, nutrientes y, por otro, residuos o detritus a eliminar por su toxicidad. O sea, que las opiniones de los demás siempre han de ser sometidos al cedazo que conforma su propio criterio…

Pero en estos días, con el asunto de la política, la cuestión tiene un trastoque, el pensamiento no está enfocado a entenderse y compartir análisis clarificadores, sino que aflora un sesgo. Por este sesgo, llamado confirmatorio, el sujeto tiende a creer y aceptar las ideas, con o sin argumento, que son afines a su pensamiento político; busca, pues, aquello que le reafirma en su ideario preconcebido; o sea, lo que no le crea disonancia cognitiva, o conflicto interno, que le obligue a cuestionarse sus propios planteamientos. Es propenso, por tanto, a creer en los bulos que potencian su ideario y denuestan el ajeno sin preguntarse, siquiera, cuánto de verdad hay en la notica que transmite el bulo, al que le da crédito y además suele propagar.

Esta situación hace que, en la escala de interés que debemos aplicar sobre los temas, aparezcan como principales nimiedades o asuntos de segundo orden, dejando en el alero lo importante, porque de lo importante no se saca rédito político que lleve al voto y si de lo secundario al amparo de los bulos. Cuando el bulo es un dardo envenenado de odio, la cosa se complica y se tambalea la estructura democrática, que procura la concordia. En esta civilización nuestra, tan adelantada en algunos asuntos, se sigue observando un déficit democrático, una falta de educación ciudadana para practicarla con el espíritu crítico constructivo que requiere su ejercicio. Echo de menos una asignatura en la escuela con ese contenido…

Entiendo que una idea expresada con exceso de vehemencia, donde aflora la intención impositiva de la misma, la descalificación, el insulto, la falta de respeto y su dogmatismo e intento de colonizar el pensamiento ajeno, te ha de poner en guardia. Lo digo porque lleva implícita la intencionalidad de descalificar tu propio pensamiento, con un mensaje de radicalidad donde, subliminalmente, se te está diciendo: «Estás conmigo o estás contra mí».

Concluyo en la importancia de velar por la libertad de pensamiento, para no dejarse manipular por argumentos livianos y poco constructivos; por la responsabilidad de discernir razonadamente, para extraer inferencias sensatas para el interés general, porque el voto debe llevar incorporada una buena dosis de solidaridad social; es decir, tu decisión no te afecta solo a ti, sino al conjunto de la ciudadanía... si te equivocas y no lo tomas con el sentido común adecuado, arrastras a los demás al fango de donde sale la indolente aceptación de discursos tóxicos o inadecuados. Toda libertad conlleva una alta dosis de responsabilidad social con la toma de decisiones…

Que ustedes voten razonadamente bien...
   

 

domingo, 25 de junio de 2023

La florida primavera del enamoramiento

 


Hoy tropecé con esta frase de El Principito que me hizo pensar: “Él se enamoró de sus flores y no de sus raíces, y en otoño no supo que hacer”. 
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El enamoramiento es una fase de delirio donde solo se ven las flores, donde la belleza y el esplendor mostrado por el otro arrebatan, pasionalmente, al enamorado hasta sentirse abducido por esa percepción. Es la florida primavera del enamoramiento. Ciertamente, en esa fase, dado el interés por seducir a la otra parte, se suele poner sobre la mesa todo lo bueno que se lleva dentro: esplendoroso colorido, suaves pétalos perfumados de bonanza, promesas de sabrosos frutos del mañana y un hábitat maravilloso centrado en el huerto del amor, hasta conseguir cautivarlo… evitando o escondiendo lo “menos bueno”, lo negativo.

He usado la palabra “cautivarlo” y lo he hecho a conciencia, porque en ese proceso cabe la idea de hacerlo, o hacerla, mío o mía; es decir, atraer a la otra parte hasta la entrega total, hasta conseguir que sea mi cautiva. Mas hay una cuestión de fondo interesante, si se entregan los dos, o solo uno de ellos es el abducido. Si solo se entrega uno, está perdido, el dominio del amo se impondrá o, al menos, lo intentará. Si son los dos, cabe afrontar el futuro con una mayor equidad, en condiciones de igualdad para “negociar” amorosamente los cambios que vayan surgiendo en la evolución de la pareja.

En todo caso, esa situación inicial de mutuo enamoramiento, es un buen punto de partida para elaborar una buena relación basada en el amor, que surge, únicamente, cuando aflora, tras conocer lo negativo y la realidad del otro. Erich Fromm en su libro El Arte de Amar dice: “Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor… Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados.”

Pero, ¿cómo logramos que el enamoramiento al diluirse lo hago consolidando el amor? En el afrontamiento de esa realidad desconocida, que poco a poco se va mostrando, podemos encontrar la clave. Cuando las flores se marchitan, cuando el follaje deja al descubierto la desnudez del tronco y de las ramas que sustentaron su esplendor antaño, cuando la belleza seductora y su oferta pasional y placentera se mitigan, si no amamos la planta, si no conocemos sus raíces y sus esencias ocultas, su fortaleza y proyección de cara al futuro, la arrojaremos a la basura y compraremos otra en florida primavera. Necesitamos, pues, un tránsito para, al dejar de ver esa belleza, al desaparecer los ornamentos que cubrían la estructura, podamos percibir la fortaleza y solidez de la planta, del árbol del que nos enamoramos.

Esa primavera del enamoramiento es el tiempo que tenemos, es el regalo que se nos otorga, para consolidar una relación amorosa mediante una posición y actitud abierta para comprender, no solo la realidad presente, sino asumir los procesos de cambio que vayan surgiendo en el día a día. No cabe aquello de: “Tú ya no eres el o la que eras”, estúpida frase que solo pretende mantener un estado inicial insostenible ante los procesos evolutivos del ser humano y su entorno. La cuestión, para sostener y sembrar el amor perenne, si ello es posible, estriba en crecer juntos, en ayudarse entrambos para caminar unidos y sin dependencias o imposiciones, en ir modificando y comprendiendo el propio concepto del amor, pasando de la belleza de las flores y las hojas a la asunción de las raíces, que son los valores personales y humanos que anidan en cada uno, dejando lo efímero para abrazar lo profundo. Eso solo se puede hacer desde el respeto a la otra persona, a su libertad de criterio y decisión, a su propio proyecto de futuro que debe ser compartido, comprendido y respetado sin interferir en la relación. Por el contrario, sería un acto de amor, bajo mi punto de vista, renunciar a la relación cuando esta implica el sometimiento o la coartación de un proyecto vital de desarrollo personal de uno de los miembros. Sería algo así como “te amo a ti y con ello a tu derecho a la libertad. Estamos juntos porque lo dos queremos, porque hemos fusionado nuestras raíces soterradamente, hasta tal punto que las tormentas y huracanes podrán bambolear las ramos pero las raíces le son inalcanzables”.


sábado, 27 de mayo de 2023

¡MAÑANA YO VOTO!

 


Sábado 27, día de reflexión.

Es curioso eso de día de reflexión. Yo, que no he visto ningún debate, que escasamente he seguido las noticias en la campaña electoral, que he empezado a pasar de discursos políticos y promesas, no voy a reflexionar nada en este día sobre la orientación de mi voto.

Mi reflexión empezó hace cuatro años, tras las elecciones anteriores… y no me atrevería a calificarla de reflexión sino de observación. Desde ese momento fui viendo lo que hacía cada uno de los partidos que buscan el voto y los resultados de sus actos. Le fueron quitando puntos los intentos de manipulación, las falsas noticias que crearon o difundieron sobre el contrincante, la posverdad utilizada, las gratuitas descalificaciones del oponente, la ausencia de un programa definido que les comprometiera dedicándose a mostrar la maldad del otro, sus campañas de intoxicación, el plumero de la intolerancia y de la imposición ideológica, sus actos antidemocráticos negando los derechos de los demás, la falta de respeto a las normas constitucionales y la descalificación del diferente, el pensamiento enquistado resistente a la argumentación lógica con la tendencia sistemática a venderte principios y valores anacrónicos que definen una actitud singular y excluyente, etc. Todo esto pone en negativo el valor de la política… Estamos inmersos en un proceso de marketing donde lo importante no es ser el mejor sino el menos malo. No es lo mismo elegir la mejor entre varias opciones, que buscar la menos mala. La primera situación dignifica la política, la segunda la degrada.

Las campañas electorales suelen ser artificiosas, con claros componentes histriónicos, excesiva teatralización y rivalidad que crea desasosiego entre la ciudadanía cuando siembra el conflicto y el desencuentro… donde se vierten un conjunto de promesas de difícil cumplimiento, no por ser imposible hacerlo, sino porque una vez llagados al poder se buscan mil excusas para no cumplirlas y poner en marcha su programa oculto con objetivos inconfesables en algunos casos, que benefician al colectivo social que le apoya, que no al votante.   

Por otro lado, no es de recibo ver cómo proliferan las obras cuando se acercan las elecciones, cómo la ciudad aparece más limpia y cuidada, cómo se reparan aceras, se repintan las líneas de la calzada o se resuelven problemas que llevaban fastidiando al ciudadano desde mucho tiempo antes. En estas elecciones, después de varios años esperando, parece que vamos a recuperar el puente que une calle Salitre con el museo del CAC. Al menos algo es algo, aunque sea por puro marketing. Lo malo sería que hayan tenido el proyecto hibernando a la espera de las elecciones municipales.

Tal vez deberíamos valorar cómo se gestiona los lugares públicos, calle, aceras y plazas, ocupadas por negocios que arrebatan en exceso los espacios al uso ciudadano, los proyectos urbanos que rompen la armonía identitaria de la ciudad o las situaciones que hacen inhabitables determinados barrios del centro invadido por un turismo irracional de borrachera y bajo aporte económico, o de la periferia olvidada. Eso no se ve en tiempos de campaña, sino a lo largo de toda la legislatura y a ello me refiero cuando hablo de una observación continua más que de reflexionar el último día.

Lo que sí tengo claro, es que votaré, siempre votaré, al partido que más se acerque a lo que pienso, o en blanco o nulo, pero votaré. Votaré porque esa es la esencia de la democracia, y la gente de mi generación, que rompió las cadenas de la dictadura, valora mucho aquel esfuerzo para hacer valer su voz, su voto, como forma de expresar su opinión, deseo o voluntad ante unas elecciones. De no votar estamos renunciando a ese derecho y causando un deterioro al sistema representativo, pues renunciamos a nuestra soberanía y decisión, sabedores de que siempre habrá alguien que ejercerá el poder y la gobernanza, en este caso, sin contar con nuestra opinión..


¡MAÑANA YO VOTO!

 

Me embarga el estupor ante los hechos

  Opinión | TRIBUNA Antonio Porras Cabrera Profesor jubilado de la UMA Publicado en La Opinión de Málaga el 10 FEB 2024 7:00  ======...