sábado, 21 de junio de 2025

La corrupción, un mal endémico.

 

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 25 de junio de 2025:

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/06/25/corrupcion-mal-endemico-119027996.html

Publicado en el diario digital Aquí Madrid el día 25 de junio de 2025:


Palacio Ducal de Lerma, Siglo XVII. Hoy parador de turismo.
(Foto tomada en 2016)

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"Para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado"

(Sobre el Duque de Lerma)

 

Esta frase sobre el famoso Duque de Lerma, D. Francisco de Sandoval y Rojas, muestra la habilidad para refugiarse entre los poderes facticos del momento, en este caso la Iglesia, con su vestimenta de Cardenal, y así evitar el castigo de la justicia en tiempos de Felipe III, de quien era valido el susodicho duque. Al parecer, el “noble” se hizo inmensamente rico a costa de saber manejar la corrupción, el tráfico de influencias y la venta de cargos públicos. Dado su poder se permitió el mayor ejercicio de especulación inmobiliaria conocido en esos tiempos consiguiendo un pelotazo de primera magnitud. En 1601, con la aquiescencia del rey, trasladó a Valladolid la corte desde Madrid, donde Felipe II la había llevado 40 años antes. Solo fueron 5 años, desde 1601 a 1606, pero muy productivos económicamente para el duque. La ciudad pasó de 40.000 a 70.000 habitantes, o sea creció un 75%. Previo al traslado compró terrenos a bajo precio en Valladolid para venderlos al séquito, acompañantes y miembros de la gobernanza, a precios exorbitantes. Al cabo de 5 años volvió a la misma práctica, comprando a bajo precio los terrenos en Madrid, donde se volvió a trasladar la capital del imperio. Eso creó un tremendo malestar que, junto a otros detalles, le llevó a su procesamiento en 1624, si bien, como cardenal, contó con la protección eclesiástica. Moría en Valladolid en 1625.

En el país de la picaresca

Esta historia digna de conocer, la traigo a colación a modo de ejemplo de cómo nos las gastamos en este país, inventor de la novela picaresca de la que tantos ejemplos tenemos. Somos cultivadores de la cultura de la pillería y el nepotismo, donde el enchufe es una garantía para conseguir un bien remunerado trabajo de poco hacer y mucho ganar. Recordemos el asunto de las cesantía del siglo XIX, donde al cambiar el gobierno conllevaba el cese de sus propios funcionarios, que pasaban al paro, por lo que vivirían, en parte, de lo trincado en el ejercicio de su activad cesante.

Hay refranes, o dichos, donde la sabiduría popular deja contundentes sentencias: “No me des dinero ponme donde haya”, “el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”, “dime con quién andas y te diré quién eres”, “quien no tiene padrino no se bautiza”, “poderoso caballero es don dinero” o “tener enchufe”. Todos ellos nos demuestran cómo nuestra sociedad ha sido, a la vez, practicante y tolerante con el nepotismo y la corrupción. Esto no se da solo en el mundo de la política donde es un escándalo, también en el mundo empresarial y en el pueblo llano, esquivos a pagar impuestos recurriendo a artificios para torear al fisco… o pidiendo favores para familiares o amigos. Con esto no justifico estas prácticas, al contrario, estoy denunciándolas como un problema endémico arraigado en nuestra cultura social, ya que son atentados a la justicia en cualquier sociedad igualitaria y democrática.

La corrupción del inmediato pretérito

Está claro que todo ser humano no es, per se y de entrada, un ser bondadoso, sino que puede estar movido por la codicia, donde la tentación acaba doblegando su moral y ética hasta llevarlo al delito. Y en ello estamos y estuvimos siempre, tal como lo demuestra nuestra historia. Dejando el siglo XIX y entrando en el XX, el Borbón Alfonso XIII, no fue precisamente un dechado de virtudes, más bien de oscuros intereses y corrupción, como nos revelan sus negocios mineros en el protectorado del Rif, hasta su exilio y la llegada de la II República.

De la dictadura franquista aún perduran grandes capitales fraguados en aquella etapa, donde se premiaba la lealtad con la vista gorda en el ejercicio del estraperlo, que se toleraba en ausencia de escándalos. De especial dimensión corrupta fueron los casos MATESA, SOFICO y otros, que dejaron repugnante huella en mi joven generación. Refiere Miguel Ángel del Arco Blanco, catedrático de Historia contemporánea de la universidad de Granada, en su trabajo La corrupción en el franquismo: El fenómeno del gran estraperlo (2018), que: «la corrupción fue algo estructural dentro de la dictadura, justificándose no sólo por los intereses individuales que satisfizo, sino también porque fue un elemento esencial dentro de los mecanismos que consolidaron y dieron estabilidad al “Nuevo Estado” surgido de la guerra civil». Por otro lado, el nepotismo era evidente y se potenciaba como forma de premiar a los suyos, por no mencionar las empresas del INI y los chanchullos de sus gestores. Toda dictadura ejerce un férreo control de prensa y censura la libertad de expresión.

También en la democracia

Pero con la democracia no desapareció la práctica de la corrupción, ni mucho menos. Todos los gobiernos habidos hasta ahora andan salpicados de ella… Felipe González, José María Aznar, M. Rajoy y ahora, con el bochornoso y repugnante caso de Koldo, Ábalos y Cerdán, puede acabar muy mal Sánchez, el tiempo lo dirá. Del Emérito, tan en boca de todos, mejor no hablo, ya se sabe. Parece que solo Zapatero se libraría de ella. No enumero los diferentes casos de corrupción habidos en los últimos 50 años, pues cualquier interesado puede darse un garbeo por Internet y los encontrará a mansalva. Parece que el PP se llevaría la palma, seguido del PSOE y, prácticamente, todos aquellos que tocaron poder, ya que este es la tentación máxima para cualquier corrupto, si cuenta con un corruptor que le acompañe en beneficio mutuo. Casi nadie puede tirar la primera piedra y menos dar lecciones de ética y moralidad, aunque quieran engañarnos.

Cuando, en la confrontación política, se tiran a la cabeza casos de corrupción los unos a los otros, nos están demostrando que todos, en mayor o menor medida, andan en el fango. Sabemos que, como práctica habitual, es tremendamente complicado eliminarla, pues solo es punible cuando aflora. Pero si consiguen mantenerla oculta y sin pruebas que la confirmen, no pasa nada, ya que no existente aquello que no se conoce.

Qué hacer ante un mal endémico

Los ciudadanos, si no se consigue erradicarla, que sería lo deseable, queremos, al menos, actuaciones contundentes del partido que detecte corrupción en sus filas, cosa que siempre se hace a regañadientes, porque primero se niega y luego, ante la evidencia, se establecen estrategias de afrontamiento lo menos lesivas posibles para el partido en cuestión, incluso con el recurrente “y tú más”. Lo malo es que se echan encima y a muerte, los otros, los que tienen mucho que callar porque andan salpicados hasta la médula desde un pretérito y/o presente, donde el hedor es sus sedes es insoportable. Esas cínicas y cainitas actuaciones solo nos muestran la calaña de quienes dicen defender los intereses de la ciudadanía, cuando lo que hacen es guardar su culo, atrapándonos con su discurso emocional y manipulador con extrañas alianzas entre poderes fácticos, con práctica cuasi mafiosa… Recuérdese: “el que pueda hacer, que haga”, que suena a consigna de presunto contubernio a galope del insulto y la deslealtad institucional.  

Por tanto, ante el aluvión de mala praxis política que venimos sufriendo, donde la tendenciosa manipulación y el cultivo del odio son evidentes, solo cabe el sosiego de una reflexión sensata y racional para no dejarse llevar por intereses espurios. La guerra entre ellos tiene varios frentes y muchos agentes o soldadesca. Solo hay que ver la tele, oír la radio, leer la prensa y redes sociales, incluso escuchar los debates de barra de bar para deducir juiciosamente la verdad entre líneas.

La política es imprescindible para gobernar un país, la democracia para controlarla y el sentido común para no cagarla a la hora de analizar la verdad de los hechos, porque nos intentarán alienar defendiendo lo indefendible. Usted, yo y los demás, deberíamos ejercer la libertad de pensamiento y el espíritu crítico, sin sesgos confirmatorios que nos desvíen de la verdad, caiga quien caiga. A la mayoría de ellos solo les interesa llegar al poder para ejercerlo en beneficio de sus ideas y de los suyos. Ojalá encontremos a políticos vocacionales defensores de ejercer la gobernanza en beneficio de toda la sociedad y no de unos pocos. Mas, en este mundo, en algunos casos gobernado por sociópatas, oteamos un tenebroso futuro ausente de democracia y camino de la plutocracia.

 

 

 

sábado, 14 de junio de 2025

Zanjar las heridas del pasado

 


Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 14 JUN 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/06/14/zanjar-heridas-pasado-118604819.html

Es lamentable que, tras casi 90 años, sigamos teniendo fosas comunes con cadáveres de aquellos fusilamientos, sobre todo de los republicanos...

José Reyes Benítez

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El pasado 3 de junio, el diario Córdoba, publicó un artículo firmado por David Jurado, titulado: «Finaliza la exhumación de tres fosas en Encinas Reales con el hallazgo de 11 cuerpos de represaliados de la Guerra Civil». Ponía de manifiesto la lucha de un conjunto de familiares de represaliados en la contienda, naturales de las localidades de Rute, Cuevas de San Marcos y Encinas Reales, movilizados en torno a Araceli Vinuesa. Araceli aludía, en la entrevista, a las piedras encontradas en el camino, reseñando que todo el empeño nació de «la voluntad de los familiares por encontrar a los suyos, por cerrar un dolor que lleva abierto 89 años». Inmediatamente me vinieron a la memoria los hechos acaecidos en mi pueblo, Cuevas de San Marcos, ya que algunos de los restos, como he dicho, pertenecen a paisanos fusilados en las tapias del cementerio de Encinas Reales.

Exhumación de José Reyes

El recuerdo me surgió porque recientemente hablé del asunto con mi amiga Aurora Ariza, cuyo abuelo, José Reyes Benítez, fue uno de los fusilados y sepultados en esas fosas. Su crimen fue ser concejal socialista del ayuntamiento de la localidad. Indudablemente será una excelente noticia para ella y para todos los familiares de los represaliados, cuyos restos yacen en una zanja, donde se les condenó al olvido y a la ignominia, por ser defensores de unos ideales diferentes a los de los sublevados seguidores de Franco y sus adláteres o camaradas.

Me comentó Aurora cómo habían vivido en su familia aquella trágica historia y cómo, desde hacía tiempo, lucharon por encontrar y dar honrosa sepultura a su abuelo. Ellos solo pretenden recuperar sus restos, sacarlos del olvido tras ser asesinado en la tapia del vecino cementerio y llevarlos a su pueblo. Allí su familia y amigos le podrán devolver la honra que le arrebataron sus asesinos. Es su vieja aspiración y la de su entorno familiar, que pretende salvaguardar sus restos y darles un merecido trato humano por una familia que, como tantas otras, de uno u otro bando, sufrieron el desgarro de perder a seres queridos en la contienda.

Memoria sin sombra

Luego, busqué en mi biblioteca personal un libro publicado por José Terrón Arjona, titulado ‘Memoria sin sombra’, que venía a evocar los hechos acaecidos en aquellos amargos y terribles tiempos de 1936. Es un rico y excelente testimonio de un joven que vivió en su pubertad aquella desgracia de muerte y desolación que se dio en el pueblo tras su conquista por las huestes de Queipo de Llano, propagador del terror en Andalucía. El testimonio de José Terrón tiene un valor singular dado que habitaba junto al cuartel de la Guardia Civil, por lo que presenció y escuchó demasiadas cosas para un púber que despertaba a la vida. José había nacido en 1925, por tanto tenía 11 años.

En mi pueblo, por suerte, no hubo ejecuciones sumarias o asesinatos por parte de los republicanos, ya que la corporación municipal se opuso rotundamente a ello, incluso encerrando en la cárcel a las presumibles víctimas que no se habían marchado fuera de la localidad, para no dejarlos expuestos a las milicias. Luego, el propio alcalde, Francisco Pérez Sánchez, a pesar de ello, murió en la cárcel en Málaga. No ocurrió lo mismo en el caso contrario, pues fueron asesinados, hasta el final de la guerra, 55 vecinos de la localidad. No obstante, sí fueron ejecutados algunos paisanos, curas o frailes, en otras localidades donde ejercían su labor religiosa, como el ya beato Fray Crispín en Antequera o el presbítero D. Antonio Benítez Arias asesinado en Castro del Río, Córdoba, en julio de 1936.

Pero volviendo al caso que nos ocupa, el plan de exhumación de las fosas se acompaña con una determinación de ADN de los familiares, para cotejarlo con las víctimas e identificarlas. De esta forma se podrán entregar los restos a sus descendientes una vez asegurado el parentesco. Por suerte hoy tenemos ese recurso tan determinante para evitar errores de identificación.

Tras noventa años hay que vaciar las fosas

Es lamentable que, tras casi 90 años, sigamos teniendo fosas comunes con cadáveres de aquellos fusilamientos, sobre todo de los republicanos, pues a los del bando franquista, por lo general, se les sacó y honró durante la dictadura. Ya es hora de cerrar esa herida que sigue supurando. Ya es hora de zanjar aquel conflicto, que no será superado mientras no sean honrados los muertos que permanecen en el olvido de una fosa común, secuestrados a la memoria de sus familiares. Si sus restos permanecen en las cunetas, en las zanjas y fosas, olvidados, su recuerdo seguirá gritando hasta hacerse oír en su derecho a ser entregados a sus familiares y descansar en paz y con el amor de su gente; a ser tratados como el resto de ancestros, con sus flores y velas en el día de los difuntos, con su lápida recordatoria en su sepulcro y con una oración por su eterno descanso ante su tumba.

Pero, persiste gente inhumana que les niega el pan y la sal, que prefieren no remover la tierra, oponiéndose por activa o por pasiva, por miedo a reavivar la confrontación, cuando solo se persigue la justicia y la reparación de la memoria. Tal vez sea por evitar remover la culpabilidad en sus propias conciencias. Esa falta de compasión, de sensibilidad y humanismo deja mucho que desear, sobre todo, si son creyentes los que se oponen a las exhumaciones y a dar sepultura, cristiana o no, a esos restos, donde reciban el cariño de sus descendientes. Mientras, la Iglesia, ya ha elevado a los altares, como beatos, a sus llamados mártires de la religión.

Se acabó el «estás conmigo o estás contra mí»

Hoy, con la polarización de la política, por desgracia, no se lleva ser moderado, o lo que es lo mismo, ecuánime, contenido, sensato, juicioso y otros calificativos donde impere la prudencia y el buen juicio. Existe la tendencia, sobre todo en política, a ponerte en una tesitura crucial: «Estás conmigo o estás contra mí». Quien dice esto solo pretende coartar tu libertad… «o asumes mi pensamiento o serás mi enemigo». Luego predicarán por ahí que defienden la libertad de la gente. Es esa tendencia a volver al pasado, a aquellos tiempos de desencuentro premonitorios de una contienda civil que, esperemos, nunca vuelva, visto todo lo que sucedió.

Tenemos un pasado conflictivo, que persiste enquistado en determinados medios e ideologías, en la mente de amplios sectores de nuestra sociedad. Tal vez porque no hemos aprovechado estos años de democracia para desarrollarla y formar a la sociedad en el ejercicio y cultivo de la misma, mientras los añorantes del viejo régimen pregonan su ideario y ponen palos en las ruedas del progreso democrático. Por ello es bueno zanjar el problema, sí, zanjar…

Hay que zanjar en el tema de las zanjas

La palabra zanjar, según el diccionario de la RAE tiene dos acepciones, una: «Echar zanjas o abrirlas para fabricar un edificio o para otro fin» y la otra alude a: «Remover todas las dificultades e inconvenientes que puedan impedir el arreglo y terminación de un asunto o negocio». Ambas son válidas y aplicables al problema. La primera porque se abrieron zanjas con el fin de sepultar en el abandono histórico a los represaliados, dejándolas de testimonio a modo de escarmiento y desprecio. La segunda porque ya hace tiempo, desde la misma transición, se debería haber zanjado el problema definitivamente dando un trato de justicia y reparación a los afectados, a pesar de las dificultades e inconvenientes que pusieron los herederos ideológicos del franquismo, que, en parte, persisten en la actualidad.

Pero, volviendo al tema, es necesario zanjar este asunto de una vez por todas. Aquí entra la otra acepción de la RAE. ¿Cómo hacerlo, cómo zanjar para siempre el agravio y la ignominia perpetrados? Indudablemente, la herida producida por la historia está infectada y para que cierre definitivamente, para zanjar el asunto, se ha de limpiar y cerrar. Abrir las zanjas, sacar los cuerpos, entregarlos a sus familiares y volver a cubrir la zanja con tierra una vez sacados los restos humanos que la pueblan.

Espero que en noviembre de este año, el día de los difuntos, pueda ponerle una vela de recuerdo a Pepe Reyes, en el cementerio de mi pueblo, como representante de todos los caídos.

 



sábado, 7 de junio de 2025

Tengo una mala noticia

 

Opinión | Tribuna

Por: Antonio Porras Cabrera

Publicado en el diario La Opinión de Málaga el día 07 JUN 2025 7:00

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2025/06/07/mala-noticia-118333560.html

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Las cosas se presentan complicadas, difíciles de entender. Se observa una discrepancia entre lo manifiesto y lo latente, lo que se nos presenta y lo que existe de verdad

La ministra de Sanidad, Mónica García y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / Kike Rincón - Europa Press

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Tengo una mala noticia. Nada fue un error… o tal vez sí, todo es un error. No hablo de la canción de Coti, claro, hablo de la realidad que nos embarga. La mala noticia se va conformando y confirmando en este movido tiempo de la política. Los medios de comunicación andan en la contienda siguiendo el show de la política.

Las cosas se presentan complicadas, difíciles de entender. Se observa una discrepancia entre lo manifiesto y lo latente, lo que se nos presenta y lo que existe de verdad. Lo que se cuece en la perola a fuego lento sigue tapado, bullendo en el fogón y oculto, mientras observamos el crepitar de la fritura que se nos ofrece. Leire Díaz, Feijóo, Ayuso, MAR, Koldo, Ábalos, Aldama… Vaya vodevil, el del miércoles con la aparición ante las cámaras de Leire Diez para dar su discurso y, por sorpresa, Aldama nervioso, irritado y amenazante, clamando a Feijóo que hiciera lo que fuera para echar a Sánchez. Extraña alianza de Aldama con Alberto Núñez que viene a enturbiar más el río, como denunciaba en mi artículo del pasado sábado. Demasiadas heces, de variopinta procedencia, se nos ofrecen para distracción del pueblo… ¡pan y circo! Mientras me pregunto: ¿Qué habrá en el pendrive de la señora Leire para que Aldama asaltara la sala de conferencias con tanta vehemencia?

Estrategias perversas

Estamos en momentos complejos. Con investigaciones prospectivas poco ortodoxas, con procesamientos cogidos con papel de fumar, con sospechas más que fundadas sobre mala praxis en variados campos del poder, y con mucho, mucho ruido. Ruido de ventanas y nidos de manzanas que se acaban por pudrir… y hay tanto ruido que al final vendrá el final, como decía Sabina. Esta ruptura cada vez se parece más a un fracaso matrimonial, o de la política democrática y del respeto que conlleva, que aboca al divorcio insultante y peleón con el riesgo que representa. Tal vez ese sea el problema, que hemos perdido los papeles del contrato y se pasan las líneas rojas desde hace tiempo sin respeto al espíritu democrático y sin coste alguno. En todo caso, en una sociedad como la nuestra, a través de la historia, el poder siempre estuvo en la derecha y no pararan hasta retomarlo, incluso con artes cuestionables. Ya se sabe: “el que pueda hacer, que haga”.

¿Resistirá la Constitución el envite de este galimatías político? Se han vertido tantos juicios paralelos interesados que, cuando la ley establezca y determine responsabilidades y emita fallos y veredictos, habrá quien los cuestiones, como ya se ha hecho con el propio Tribunal Constitucional, calificado de cáncer de la democracia por prebostes hombres de la política de quita y Pons. No sé qué dirán cuando se dé por buena la ley de amnistía, tan denostada por la derecha y un importante colectivo de la interesada judicatura que se manifestó antes, incluso, de su aprobación. Por cierto, la ONU considera que “La amnistía tiene como finalidad crear condiciones propicias para alcanzar acuerdos de paz o bien favorecer la reconciliación nacional”, lo que nos permite considerarla una estrategia adecuada para resolver el problema catalán.

Los bajos y viejos fondos de las cloacas

Pero la mala noticia no va solo por ahí, sino por los bajos fondos, por las llamadas cloacas, que, aunque siempre existieron, nunca lo hicieron con tanto descaro y poder. Es lógico, los recursos que la tecnología y el conocimiento ponen a disposición de los investigadores de corte tramposo, por no decir mafioso, son cada vez más eficientes.

Hoy estamos vendidos, con la telefonía, los WhatsApp, las grabaciones y escuchas, con los medios disponibles cualquiera de nosotros puede ser totalmente controlado hasta el más mínimo detalle. Tenemos el enemigo en casa, en el móvil, en el ordenador, en las Alexas y Siris, en el mercado, en las redes sociales, en las tarjetas de crédito, en toda la parafernalia que se ha montado para que, en este mundo feliz, entreguemos la libertad a cambio de seguridad y paz mental.

La lucha que se establece en la política es por ocupar la plaza de Gran Hermano en el futuro orden mundial, que va más allá de la política para centrarse en el dominio social. Eso es lo que realmente se está cociendo en los fogones, y no esa fritanga de incidencias y anécdotas que nos ofrece la salsa rosa en la tele y en determinados medios de comunicación, donde se da la batalla, por no decir la guerra, sabedores de que vencerá quien gane el relato, aunque, en realidad, sea el peor.

El papel de algunos medios de comunicación

Por ello, cada vez juegan con mayor descaro los afines medios a ideologías y credos, dejando a un lado la profesionalidad y función social, basada en el derecho de la ciudadanía a ser informada correctamente. Ese debería ser su objeto y no el tomar partido. Esa desviación nos muestra dónde están sus intereses económicos que, al fin y al cabo, es lo que defienden. Por suerte aún quedan algunos medios en los que confiar. Pero el mundo de la comunicación se ha complicado mucho, se está produciendo un proceso de deconstrucción y confirmación de nuevas formas, vías y estilos, donde la amoralidad y la falta de ética profesional es manifiesta, sobre todo en los pseudomedios creados exprofeso. Los clásicos medios con rodaje y experiencia, están siendo agredidos y cuestionados por otros advenedizos que cuentan con la credibilidad que le otorga la ignorancia y el desapego a la verdad.

La verdadera mala noticia es que, en los nuevos tiempos, las cosas cambiarán hasta niveles insospechados. Andamos ensayando para ver cómo se establece la hoja de ruta definitiva hacia un mundo dominado por la nanotecnología, la gestión del big data (macrodatos), la inteligencia artificial y la robótica en manos de sus dueños. Sobra la gente inteligente y crítica, salvo que esté al servicio del sistema, y faltan los sumisos y serviles para hacer caminar el mundo por la vía predeterminada para mayor gloria del señor feudal. Porque hacia eso vamos, hacia una nueva etapa feudal, donde el señor será el dominador de la tecnología, de los medios y del poder económico que todo lo puede. Al él se le deberá rendir pleitesía en un mercado libre, a la vez que ser sumisos con las leyes del sistema, porque sabrá de nosotros más que nosotros mismos y nos manipulará. Si quieres vivir sométete al nuevo orden, así quedarás protegido y conformarás la gran familia desde el insignificante papel que tengas asignado.

Aún podemos neutralizar el pesimismo

Bueno, tampoco debemos ser pesimistas. Pero dado lo visto no se observa demasiado entusiasmo en el pueblo para ser crítico y tomar conciencia de una realidad que nos amenaza. El ser humano es un ser pensante y debería ser libre para ello, para desarrollar la inteligencia como elemento evolutivo de la humanidad. Revelarse contra estos “patrañosos” que nos quieren colonizar la mente con sus manipulaciones y estrategias medidas es un buen camino.

En todo caso, ya estamos viendo como el acceso a determinados datos privados se utilizan para objetivos espurios. Lo cierto es que se adivina una conjura para acceder al poder burlando la democracia, demonizando al contrincante, por parte de los que se ofrecen como alternativa limpia, obviando el olor a podrido que emiten esos postulantes salvadores. Es sorprendente, por no decir indignante, escuchar a Feijóo acusar de capo a Sánchez y al gobierno de mafioso, con lo que le cuelga al PP en la espalda. Indudablemente debe saber bastante de eso, si no por haberlo practicado, al menos por aprendizaje vicario con sus amistades.

No debemos dejarnos arrastrar

A nosotros, a los ciudadanos, nos queda la paciente labor de discernir, si es que sabemos hacerlo, desde la frialdad que se requiere, para no dejarnos llevar e implicar en una guerra de intereses, que no está clara sean compatible con los nuestros. Hay demasiadas dudas, demasiados interrogantes sobre actuaciones que deberían ser ejemplares y no lo parecen, ya sea del mundo de las fuerzas del orden público, de la judicatura, de la política, de los poderes fácticos, económicos e ideológicos y de credo religioso. Se complica el análisis porque no se sabe muy bien a quien se ha de dar crédito. Deberíamos exigir una competencia leal entre los partidos, de razonamientos inteligibles y lógicos, con solución a nuestros problemas reales. Pero tengo malas noticias…



Intenso fin de semana

Opinión | Tribuna Por: Antonio Porras Cabrera Publicado en el diario La Opinión de...